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escte el caso Yrotumo hasta los concursos cte

televisión amañados, desde el Watergate al

D asunto Clinton-Lewinsky, los escándalos se han


convertido en un aspecto fundamental de la
vida política moderna . ¿Cuáles son las características El escándalo político
de los escándalos políticos y por qué han llegado a
adquirir tanta relevancia en nuestros días? ¿Cuáles
son las consecuencias sociales y políticas que genera
la preocupación producida por los escándalos en la
esfera pública?

En esta importante obra, John B . Thompson despliega


un amplio análisis sistemático del fenómeno del
escándalo político . Demuestra que su incremento tiene
que ver con los cambios provocados por los medios
de comunicación, los cuales han transformado la
naturaleza de la visibilidad y alterado las relaciones
entre la esfera privada y la pública . Y, en fin, analiza
las características de los escándalos como aconte-
cimientos rnediáticos y explica por qué los surgidos
en el ámbito político han ido adquiriendo una impor-
tancia creciente en los últimos años .

La obra se convierte así en un análisis pionero de un


fenómeno ya muy extendido y profundamente per-
turbador, a la vez que constituye una lectura esencial
para los estudiantes de sociología, ciencias políticas,
ciencias de la información y ciencias de la cultura .
Además, resultará apasionante para todos aquellos
lectores que se interesen por todo tipo de cuestiones
sociales y políticas .

PAIDÓS ESTADO Y SOCIEDAD


John B . Thompson
lprimos títulos publicados :

43 . C . Castells (comp .), Perspectivas feministas en teoría política


44 . M . H . Moore, Gestión estratégica y creación de valor en el sector público
45 . P . Van Paríjs, Libertad real para todos
46 . P . K . Kelly, Por un futuro alternativo
47 . P .-O . Costa, J . M . Pérez Tornero y F . Tropea, Tribus urbanas
48 . M . Randle, Resistencia civil
El escándalo político
49 . A . Dobson, Pensamiento político verde
50 . A . Margalit, La sociedad decente
51 . D . Held, La democracia y el orden global
Poder y visibilidad
52 . A . Giddens, Política, sociología y teoría social
53 . D . Miller, Sobre la nacionalidad
54 . S . Amin, El capitalismo en la era de la globalización
en la era de los medios
55 . R. A . Heifetz, Liderazgo sin respuestas fáciles
56 . D . Osborne y P . Plastrick, La reducción de la burocracia
de comunicación
57 . R. Castel, La metamorfosis de la cuestión social
58 . U . Beck, ¿Qué es la globalización?
59 . R. Heilbroner y W . Milberg, La crisis de visión en el pensamiento económico moderno
60 . P . Kotler y otros, El marketing de las naciones
61 . R . Jáuregui y otros, El tiempo que vivimos y el reparto del trabajo
62 . A . Gorz, Miserias del presente, riqueza de lo posible
63 . Z . Brzezinski, El gran tablero mundial
64 . M . Walzer, Tratado sobre la tolerancia
65 . F . Reinares, Terrorismo y antiterrorismo
66 . A . Etzioni, La nueva regla de oro
67 . M. Nussbaum, Los límites del patriotismo
68 . P . Pettit, Republicanismo
.69 . C . Mouffe, El retorno de lo político
70 . D . Zolo, Cosmópolis
71 . A . Touraine, ¿Cómo salir del liberalismo?
/2 . S . Si range, Dinero loco
7 ; . It . ( ar„ar lla, Las teorías de la justicia después de Rawls
;rsiv, 1",rlcn amanecer
/' . 1 . hcin,ues v P . Waldmann (comps .), Sociedades en guerra civil
/t . . N . ( ;an-úi ( :an<-Iini, La globalización imaginada
/ / . li . 0 . 1 111 ber, 1 In lugar para todos
78 . ( ) . 1 .alrniiainc, /;/Corazón latea la izquierda
79 . l J . I3cck, l I„ iuiw'o mundo /(' , /iz
80 . A . Calsamiglia, (,ucstiouc.r de lealtad
81 . H . Béjar, El corazón de la república
82 . J .-M . Guéhenno, El porvenir de la libertad
83 . J . Rifkin, La era del acceso
84 . A . Guttman, La educación democrática
85 . S . D . Krasner, Soberanía, hipocresía organizada
86 . J . Rawls, El derecho de gentes y «Una revisión de la idea de razón pública»
87 . N . García Canclini, Culturas híbridas . Estrategias para entrar y salir de la iuoderr,idaJ
88 .. F . Attiná, El sistema político global
89 . J . Gray, Las dos caras del liberalismo
90 . G . A . Cohen, Si eres igzmíi/arisl,r, ¡,cían el /nr err t u, rr,
91 . I . R . "fhompson, El „ráuJ6dn poli/ ;,,, PA 1 DOS
11 i, -U nii- nm-i --


Título original: Political Scandal


Publicado en inglés, en 2000, por Polity Press conjuntamente con lilaclcwcll Publishers Ltd .

Traducción de Tomás Fernández Aúz y Beatriz Eguíbar SUMARIO

Cubierta de Mario Eskenazi

Lista de ilustraciones

Prefacio
Agradecimientos
Introducción

1 . ¿Qué es un escándalo?
El concepto de escándalo to

Habladurías, rumores y escándalos It~

Corrupción, soborno y escándalo 'tn

2 . El incremento de los escándalos en los medios


La transformación de la visibilidad -
Primeros usos de la noción de «escándalo» en los medios . . (t/

[1 surgimiento del escándalo como acontecimiento mcdi :ítieo . lB

(hieden rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copprzght, bajo
le sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier
nu,iio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la 3 . I?l escándalo como acontecimiento mediático . . . .
di--u ibneion de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos . Algunas características de los escándalos mediáticos .
í) 2(5)1) by,Iobn U 'I'bompson 1,a estructura secuencial de los escándalos mediaticos I(1

U 2001 de lu traducción, Tomás Fernández Aúz y Beatriz Eguibar 11 stancias y organizaciones I I '

2001 de todas las ediciones en castellano, I,a experiencia del escándalo como acontecimiento l11t li .ilict
Ediciones Paidós Ibérica, S .A .,
Mariano Cubí, 92 - 08021 Barcelona,
y Editorial Paidós, SAICF, 1 . 1 a n :1I tiralcza del escándalo político
Defensa, 599 - Buenos Aires ( 'lomo leí inir el escándalo político
http ://www.paidos .com
VI poder de los símbolos y la esfera política . . . .
:1'o1
,
ISBN : 84-493-1160-8 clec signen prevaleciendo hoy los ese :ínclalos poli1íetl :
Depósito legal : B-46.041/2001 Luz; eullrll' :Is polllleas del escándalo . .

Impreso en A&M Gráfic. S .L .


08130 Santa Perpétua de Moguda (Barcelona) 1,()s escándalo ; sexuales t •i 1 :1 esierl pollllea . .
1 1t" ; Ilptr ; tit • t'tie :11olitlt, 1u1111 ti,
lulpreso en U .spalia I'rinled ¡ti ,Sp,lin I ' : 1 v1,1,1 pliv,1,l :l "ti t'1 .11111tnt' 1111tio t
1

8 Sumario

Una venerable tradición 179


Los tiempos cambian 198
LISTA DE ILUSTRACIONES
6. Los escándalos financieros en la esfera política 219
La interconexión entre el dinero y el poder 219
Intereses privados y obligaciones públicas 223
La política y el poder de los grupos organizados 241
El asunto Whitewater 260 1 . Charles Stewart Parnell 1''
2 . Katharíne O'Shea 1 ''
7. Los escándalos de poder 271 /()
3. El libelliste
El descubrimiento de poderes ocultos 272
4. N° 92 del Mercurius Britanicus : 28 de julio al 4 de agosto de 1645 /
El asunto Watergate y el caso Irán-Contra 277 /i
5. Grabado del señor John Wilkes, 1763
El aumento de los escándalos relacionados con la seguridad nacional 302 North London Press,
6. Los escándalos del West-End, según la 30

Unos límites confusos 317 de noviembre de 1889


7. John Profumo tras su dimisión, en junio de 1963 /
8. Las consecuencias del escándalo 323
8. Christine Keeler en julio de 1963 1"
Cuatro teorías del escándalo y sus consecuencias 324
9. «Dimite el señor Thorpe», portada de The Times del 11 de nuiy(
Poder, reputación y confianza : hacia una teoría social del escándalo 338 I' .',
de 1976
Conclusión 10 . El presidente y la becaria, 17 de noviembre de 1995 I I

359
11 . El presidente Clínton en su comparecencia ante las cámaras l
Índice analítico y de nombres 373 televisión, el 26 de enero de 1998 1i
12 . La familia Clinton saliendo de la Casa Blanca el 18 de agosto d(
1998 I~
13 . «Los tentáculos de Marconi», tomado de la publicación I'iin,
18 de junio de 1913
14 . «Un mentiroso y un estafador», portada del Guardiwi, 1 (I( •
tubre de 1996 X55

15 . «Aplastados por el pulgar», tomado del Harpcr's W nrl :/v I( •I 1 i t

de junio de 1871 'II


lo. Folleto informativo de las parcelas de la urbanízaciór, W l ut a a~ . i
17 . Primera plana del Washington Post, 19 de junio d( • 1')/.? . //
18 . F11 sistema de grabación secreto del presidente Níxon ( •n cI 1 >~
paellO Oval { .'
1') . «Nixon (limite», titular de portada (lel Wasbml ,,~ oii .L-
agos o de 1974 ~ ti Í

0 . I ;I «uil ~rnie del de ( )liver Norlli, Batía el I dCal ti il . I .-



PREFACIO

Tras una larga epopeya convertida a veces en farsa, Bill Clinton ha lo-
grado recordarnos que el escándalo se ha convertido en uno de los gajes del
oficio de quien vive en la esfera pública . ¿Quién podría haber imaginado
que, al aproximarse el final del siglo xx, el destino del presidente de la na-
ción más poderosa del mundo podría depender, según algunos criterios, del
hecho de que una mancha sobre el vestido de cóctel de una jovencita con-
tuviera restos del semen presidencial? A pesar de los enormes recursos de
que disfrutan hoy en día las organizaciones vinculadas a la representación
proporcional del gobierno, y a pesar del hecho de que los políticos y otras
figuras públicas saben perfectamente que sus actividades se encontrarán su-
jétas a una intensa observación por parte de los medios, los escándalos no
han perdido ni un ápice de su capacidad para interrumpir el flujo de los
acontecimientos, para hacer que descarrilen los planes mejor ideados y para
destrozar, de vez en cuando, las reputaciones y las carreras de los individuos
que se ven envueltos en ellos . A semejanza de algunos niños revoltosos que
se niegan a jugar de acuerdo con las reglas, el escándalo es una amenaza per-
manentemente presente para aquellos que han consagrado sus carreras a la
obtención del poder y al logro del éxito en los juegos de la vida pública .
¿Por qué han adquirido semejante relevancia los escándalos en la vida
pública de las sociedades modernas? ¿Son simplemente la expresión de una
decadencia general de las normas morales, un debilitamiento de nuestro
compromiso con los códigos morales que gobernaban -o eso parecía- la
conducta de la gente en el pasado? ¿O quizá la profusión de escándalos en
los Últimos años está más relacionada con las poco escrupulosas actividades
de los periodistas y otros profesionales que se buscan la vida en los medios
v al nl :lrgcn de los medios, y que han descubierto que la exposición de las vi-
das privadas de las figuras públicas puede ser una suculenta fuente de be-
nclidos? No hay duda de que los escándalos son rentables, y aquellos que
1icncrl nlncllo qne ;;:usar si :Ilinlent :ul los escándalos cn el ámbito público
I Il'l lcl l po( ;IS I :I/,ol lcti pala d(131 (1 11 :1(1 , 1 I lc ',ot i ; LI1 :l11d1' 1;c lcs pi s '111 ;1 la

opi ~11111I1~ I .1i





.a .
1'1 1 ; 1 1 U) 1 % w

12 El escándalo político

recnlninalorio . Mi 1,1111( í1),11 kIbjetivo en este libro consiste en desarrolLu


Pero estaríamos malinterpretando la naturaleza del escándalo y sus con- una memoria analitn i del esc :indalo político y perfilar una teoría so(-' :¡[ ele
secuencias en la vida social y política si lo comprendiéramos únicamente sus condiciones y consecuencias . Sí me tomo los escándalos más en senil1 l le
como la expresión de una decadencia moral o como el producto de un pe- lo que algunos podrían considerar apropiado se debe a que creo que, nl :ir,
riodismo sin escrúpulos . Como intentaré mostrar en las siguientes páginas, allá de todo el alboroto, el escándalo es un importante fenómeno social (lu'
la relevancia actual de los escándalos está . unida a un más amplío conjunto puede tener graves consecuencias, tanto para las vidas y las carreras 1Ic l(
de transformaciones, las cuales han dado forma al mundo moderno y han al-
individuos que se ven envueltos en él como para las instituciones de las ( In'
terado, entre otras cosas, la propia naturaleza de la vida pública . Gracias al esos individuos forman parte . Intentaré mostrar además que el signilil a I .
desarrollo de los medios de comunicación, los políticos y otras figuras pú- del escándalo hunde sus raíces en las características de un mundo co el 11un
blicas son mucho más visibles hoy que en el pasado ; hoy les resulta mucho lavisibilidad ha quedado transformada por los medios y donde el pollee y 1 .1
más difícil correr un velo de discreción sobre las actividades o los aconteci- reputación van de la mano . Los escándalos son importantes porque son ;I Il ',~
mientos que preferirían mantener fuera de la vista del público . que, en nuestro moderno mundo mediático, afecta a las auténticas lin ili, .
El auge de los escándalos como características significativas de la vida del poder .
pública es un síntoma de esa más amplia transformación de la naturaleza y
la extensión de la visibilidad que ha caracterizado el desarrollo de las socie- J. B . T ., Cambrídge, enero de 201)11
dades modernas . Esto no significa que todos los escándalos vengan deter-
minados por estas nuevas formas de visibilidad que son peculiares al desa-
rrollo social contemporáneo : al contrario, el escándalo es una característica
que impregna la vida social ordinaria, y es habitual que las conversaciones
se vean sazonadas con los pequeños escándalos de la vida cotidiana . Sin em-
bargo, el escándalo no habría adquirido la relevancia que tiene hoy en día en
el ámbito público, y no sería un factor tan crítico en cuanto a determinar el
curso de los acontecimientos políticos y el destino de los mandatarios y
otras figuras públicas, de no ser por el hecho de que se ha convertido en
algo íntimamente unido a las transformaciones que han dado forma al mun-
do moderno .
1 ',stc libro es una contribución a la comprensión del escándalo y sus con-
secuencias en la vida social y política . No pretende ser un estudio general de
los muchos escándalos que salpimentan la historia de las sociedades mo-
dernas, y tampoco se propone brindar una visión profunda de las circuns-
tancias que rodean los más recientes ejemplos del género ; mis preocupacio-
nes son más analíticas que descriptivas, más temáticas que enciclopédicas, y
mi interés en el fenómeno del escándalo político surgió mucho antes de que
el cuadragésimo segundo presidente de los Estados Unidos perdiera pie con
una becaria de la Casa Blanca . Este libro no ha sido escrito como queja mo-
ralizadora sobre la cultura del escándalo político que parece haber crecido
a nuestro alrededor, y tampoco ha sido concebido como un ataque polémi-
co contra aquellos que han procurado convertir el chismorreo en una forma
de vida ; no rehuiré las cuestiones morales y prácticas susl'i~ .1Jar; pm1r el es-
ealulaltl p1,11111'li, pero balaré (le evi1711' 1111 ell1011111' IV111111 nl~' 1',~'llel'al y



AGRADECIMIENTOS

HIe contraído una importante deuda con los numerosos amigos y colc

gas con los que he discutido las cuestiones que se abordan en este libro, anii
gos y colegas que me han brindado muchas indicaciones y sugerencias iiti
les . Debo especial gratitud a Peter Burke, Anthony Giddens, David 11 el, v'
Míchael Schudson, que dedicaron parte de su tiempo a la lectura de un Sri 1

mer borrador del texto, haciéndome detallados e incisivos comentarios ; Iw


hecho todo lo posible para tener en cuenta sus observaciones, pero cual
quier defecto en el resultado final se debe por supuesto a mi sola responsa
bilidad. La Universidad de Cambridge y su Jesus College han sido gcncr
sos al permitir que me ausentara, ya que de lo contrario me habría llcvs~~I
mucho más tiempo escribir este libro ; estoy agradecido por su apoyo . 'I', n
bíén me gustaría agradecer a Vanessa Parker la ayuda prestada al prep :uai
el texto ; a Thelma Gilbert y a Jackie Newman por su ayuda al dispensar I u i

misos ; a Ann Bone por su característicamente meticuloso trabajo de copi :i

do y edición ; y también a las muchas personas de la colección Pol i l v de 1 .1


editorial Blackwell -incluyendo a Sandra Byatt, Gill Motley, Suc 1'01 >c, Sc
cena Temperley, Kathryn Murphy, Leanda Shrimpton y Pam 'I'Iuoiii :ii,
que me ayudaron a guiar el libro a lo largo del proceso de produccion .
El autor y los editores expresan su agradecido reconocimiento a Lis, :,i
guientes entidades por haber permitido la reproducción de niaterí :J ; pi
regidos por la propiedad intelectual .

't'rx'I I

Archivos de Noticias de la CI3S, Nueva York, por el exl ra(If dr la ii

Irevista de Stevc Krolt con Ulil y I Iillary ( Iinton, (I( . 2O de mero dr


lal romo Iue (nii1ida rn 00 Mümlc s .
I'/e FI .n , I'o'vv, I)ivisiou oI Siniou Srliiislrr Inr ., 1 o ~'I sti,i I Irl
Srfllo iIr SI :IIII 'y I . IVIlllt'I', ~~N/IC' U/ Pwn'' /Y , ,- Nrn' N/\, , a 1 .ll r't
I:ullcr .

111 11 escíndalo político

The Mirror, Syndicatíons, por el extracto «Carta de John Profumo a


Chrístine Keeler», Sunday Pictorial, 9 de junio de 1963 .
New York Times, por el extracto «Conversación entre Nixon y Dean»,
INTRODUCCIÓN
21 de marzo de 1973 .

ILUSTRACIONES

The British Library, anaquel 108a (6) ; The Guardian, the Syndics of «Traiciones domésticas, mentiras sistemáticas y continuadas, toda 1111,1
Cambridge University Library and Sportsphoto Ltd . (14) ; © Hulton-Getty sórdida batería de cartas escritas con la intención de engañar, casas :dql lila
(8) ; Mary Evans Picture Library (1, 2) ; National Archives (18) ; National Se- das con nombre falso, disfraces y alías, visitas secretas y súbitas huidas, I I I .
curity Archive, objeto n° 2614, pág . 5 (20), perteneciente a la colección de esto conforma el guión de una triste e innoble infidelidad . . . Puede qm I .1,
microfichas ; Press Association / Topham (7) ; Press Association (10) ; Prin- habituales normas de moral no estén muy en boga, pero hasta el mcl It Is n l .
ceton University Library (3) ; Punch and the Syndics of Cambridge Univer- ¡¡gato sitúa la línea de exigencia para los hombres públicos por ent i1n ;1 dl l
sity Library (13) ; the Syndics of Cambridge University Library (4) ; the Syn- nivel de un relato tan escandaloso como éste, sin mencionar que los t u l
dics of Cambridge University Library, por una reproducción de las señalan que siempre que se descubre a un hombre de vida licenciosa 11 .1 Ik
Complete Works of William Hogarth, Richard Gríffin and Company, Lon-
sufrir las consecuencias .» r Este era el juicio emitido por The Times ;i1
dres (5) ; Times Newspapers Ltd . and the Syndics of Cambridge University mentar, hace más de un siglo, los pormenores del muy aireado asunto 11 1
Library (9) ; cortesía del Washington Post (11, 12, 17, 19) . uor Charles Parnell y la señora Katharine O'Shea, asunto que ale alizo su
culminación mediante unas diligencias de divorcio de feliz descnlat 1 . - 111
Se han hecho todos los esfuerzos posibles para averiguar los nombres de prendidas por el capitán Wílliam O'Shea, que basó su alegato cn ml .¡ at u
los beneficiarios de derechos de la propiedad intelectual, pero en caso de sación de adulterio . El asunto podría haber generado un inter' 's rclal i~ .l
que alguno de ellos haya sido inadvertidamente pasado por alto, los edito- ult ntc escaso en la prensa de no haber sido por el hecho de que el 1 11111

res estarán encantados de proceder a las necesarias modificaciones en cuan- I' :Irncll era una eminente figura política de la época . Proclamado conltl I I

to tengan oportunidad para ello . rt v sin corona de Irlanda», Parnell era miembro del Parlamennl eii rt •l ul
cnlación del condado de Cork ylíder carismático del partido parl :ullt 111 :1
11s1 :1 irlandés en Westmínster . Era además un fervoroso part- idarill It 1 .1 an

l(tuolnía irlandesa, una causa a la que el Partido Liberal de ( ;Ia1Is1t un1 ha111 .1
p11 dado apoyo, pero ala que los tories, entre otros, se oponí :ut . Vn I slt (1,
h1 It contexto político en el que Parnell era una instancia d(' I x It 11'r 1.1) .
II1 I

1
. \X/t ;tniinster y una figura central en las complejas nc1 oriaritull
11 lII

dI t 1 .111 :u1 :II futuro ele las relaciones angloírlandesas, sallú hrnsc :unl nll .1 I .1

IIn 1111111X :1 su asunto con Katharinc ( )'Shca .

:harlt s Parn(ll bahía conocido a Katliai inc ( a duranlc cl v cl an11


)' Sin

1t' I ti {t I, Ixll'tl ticspllcs de que el caplta11 ( )'tihea IIlII~11'I' :I SIIIt1 t'Irl'JI111 t 1n II


1111, 1111,rtt tlt •I l arlallll'11111 or el colldado de
I 1 I';I l ; llllt .lll ( r ' `1*h1' .l 141' •; 1

11 ;1 1111111111 IIt •I III111 llal'll'IIIItr Ilt')Itlt llIS t'Ii I'I t'XIr:1111t'1 -11, Illll •1 11f :15 1 .1 't'11111tl

1 1 /'r lu"'c ; ' 1` 'h 11rn,l1rni1ur 11, 1`i'111, 1



1,S 1 ;I c,,caíndalo político Introducción 1')

()'Shea vivía con sus tres hijos en su casa -Wonersh Lodge-, cerca de Elt-
ham, en Kent . Durante los dos primeros años de la década de 1880, Parnell
se convirtió en un asiduo visitante de Wonersh Lodge, donde frecuente-
mente se quedaba a pasar la noche ; empezaron a circular rumores sobre una
posible relación, pero las especulaciones fueron reducidas por firmes y rei-
teradas negativas . Entre 1882 y 1884, la señora O'Shea dio a luz tres niñas
que, según parece, el capitán O'Sh.ea creyó suyas pero cuyo padre era, casi
con toda certeza, Parnell . En mayo de 1886, las sospechas de un idilio se vie-
ron reforzadas por la pública exposición del hecho de que Parnell había pa-
sado a residir a todos los efectos en Wonersh Lodge . Bajo el titular «El reti-
ro campestre del señor Parnell», el Pall Mall Gazette informó con bastante
discreción (era un pequeño artículo en una página interior) de que el miem-
bro del Parlamento por el condado de Cork se había visto envuelto en una
colisión con el carromato de uno de los hortelanos del mercado poco des-
pués de la medianoche de un viernes . «Durante las sesiones del Parlamen-
to», continuaba la Gazette, «el honorable representante de Cork suele esta-
blecer su residencia en Eltham, un pueblecito del extrarradio del sureste de
Londres» .' A pesar de la discreción, las implicaciones de este párrafo eran
perfectamente claras . El artículo atrajo la atención del capitán O'Shea 1 . Charles Stewart Parnell .
quien, irritado e indudablemente puesto en situación embarazosa por este
comentario público, envió rápidamente una carta a su mujer, exigiendo una
explicación . Ella respondió fingiendo ignorarlo todo («No tengo la menor
idea de lo que significa, a menos, desde luego, que haya sido escrito para po-
nerte furioso»), pero para entonces su relación se encontraba ya en una es-
piral descendente . En 1889 la señora O'Shea vendió Wonersh Lodge y se
mudó a Brighton, donde alquiló una casa con Parnell . El capitán O'Shea se
fue alejando cada vez más de su esposa, y el 24 de diciembre de 1889 pre-
sentó una demanda de divorcio en la que se designaba a Charles Parnell
como uno de los demandados .
Cuando el 15 de noviembre de 1890 comenzó el juicio, se convirtió en
el foco de un intenso interés y fue ampliamente comentado en la prensa .
Parnell negó de plano la acusación de adulterio . De manera similar, la señ(l-
ra O'Shea también negó la imputación y presentó a su vez una demanda,
alegando que su marido había sido culpable de crueldad y negligencia, y
que él mismo había cometido adulterio (incluyendo un adulterio con la hcr
mana de la demandada, la señora Anna Steelc) ; la senor,l ( )'She,l aleg( :¡si

mismo que su esposo se había mostl'ad( colllllv('nl(' ('n ('I al IIIllt'I O (111(' lila

_' . l'i// N, l/ ( ¿(,, llr, .' I d, U ; .' ;¡" `{





.'I I 1 :I rscandalo po1 1co Introducci,hl ' 1

había cometido, alegación curiosamente incoherente con su anterior nega- dos facciones, una que apoyaba a Parnell y otra que se le oponía . En los inc
ción de deslealtad . No obstante, ni la señora O'Shea ni Parnell se atrevieron ses posteriores, Parnell llevó la disputa a Irlanda, donde hizo campana en
a defender la acción . Por otro lado, los abogados del capitán O'Shea pre- varias elecciones parciales, sumido a menudo en agrias y destempladas e,
sentaron una serie de cartas y llamaron a varios testigos -incluyendo anti- cenas . Además, para entonces la jerarquía católica también había cornrenx ;1
guos sirvientes cuyos testimonios eran reproducidos con todo detalle en la do a elevar la voz contra Parnell, cosa que debilitó en gran medida su poli
prensa-, todo lo cual parecía dejar sentada la existencia de un comporta- ción en la campiña, y le hizo perder en cada confrontación las eleceione> .
miento de infidelidad y engaño que se había prolongado por espacio de va- parciales en favor del candidato contrarío . En junio de 1891 Parnell se e ;is1
rios años . Uno de los testigos, una tal Carolíne Pethers, que se describía a sí con Katharine O'Shea, pero su matrimonio no iba a durar mucho . Mien1 r;Ir
misma como «cocinera profesional», relató lo sucedido en una ocasión, ha- se dirigía a la multitud bajo la lluvia en el condado de Galway, a finales de
cia el final de 1883, en la que el capitán O'Shea había aparecido inespera- septiembre de 1891, Parnell contrajo un grave enfriamiento y murió de i we
damente en la puerta de la casa que habían alquilado los O'Shea en Brigh- bre reumática pocos días después, a la edad de 45 años .
ton .3 Parnell se encontraba en el piso de arriba, en el salón, con la señora Esta desdichada historia de una excelente carrera deshecha por el
O'Shea cuando llegó el capitán, pero diez minutos más tarde Parnell apare- cándalo, muestra, a finales del siglo xx, un fastidioso sello familiar . 11,1111
ció en la puerta principal y accionó el llamador, pidiendo ser recibido por el Profumo, Jeremy Thorpe, Cecil Parkínson, Richard Nixon, Edwarr 1 11\'l11
capitán O'Shea . Cuando se le preguntó cómo se las había arreglado Parnell nedy, Gary Hart, Bill Clinton : todos ellos no son sino unos cuantos de 111,
para aparecer en la puerta principal instantes después de haber estado en el más recientes nombres de una larga lista de figuras públicas, muchas y :1 1,1
salón del piso de arriba, la cocinera explicó que había dos cuerdas para eva- vidadas, cuyas vidas y carreras se han visto indeleblemente marcadas pm I .
cuación en caso de incendio que colgaban de la ventana, y que éstas fueron escándalos que se desataron a su alrededor . En esta era posterior a los ;ISI111
las que le permitieron salir sin ser notado -una observación que causó una los Profumo y Watergate, se nos podría perdonar que pensásemos que 111 •

pequeña conmoción y dio lugar a mordaces críticas en la prensa . escándalos políticos son una curiosidad propia del último tramo del
Como se esperaba, el jurado falló en favor del demandante y concedió xx, pero la más superficial de las ojeadas al largo e innoble historial de
el divorcio . Durante los días y semanas que siguieron al juicio, la prensa apa- c :indalos disipará rápidamente esa impresión . Podría decirse con eierl i ¡n .
reció repleta de especulaciones sobre el futuro político de Parnell . Sus ad- li1icación que, a finales del siglo xx, el escándalo ha adquirido nu ;l sí ;',uil1
versarios políticos exigieron su dimisión y algunos de sus anteriores aliados ración en la vida pública que supera al significado que tuvo p ;im.i Iaa .,
-incluyendo a Gladstone, que temía que el caso de divorcio desestabiliza I,,eneraciones anteriores, y ello por razones que procuraré desenlran :lr. Vil
ra la alianza entre el partido parlamentarista irlandés y los liberales, ponien en ;ilquier caso, el escándalo no es una invención nuestra .
do en peligro la causa de la autonomía- le instaron a retirarse, al menos A pesar del largo historial de escándalos y de la profusión de revelo i1
temporalmente, de la vida pública . Los críticos de Parnell argumentaban nes escandalosas de varios géneros en la esfera pública de nuesiots di,1 • • ,
que ya no tenía autoridad moral para dirigir un partido, que ya no se podía , • . islen muy pocas obras académicas serías sobre el particular . 1 I ;Iy
confiar en él y que había perdido el respeto de las personas honorables . Pa r u11~11~,I;ías que ofrecen panorámicas informativas, aunque nn Innn1 . despl
nell se negó a retirarse y lanzó un contraataque publicando un manifiesto el 1 II ((las, sobre un campo que jalona las arruinadas rcpulacílnles de I, I
1111(()s y (Tras llguras publicas
., Y también exlsk n 1111111eroos11s IIbf11`, y .1111
el que, entre otras cosas, denunciaba a Gladstone por tratar de influir cn la
elección de un líder para el partido parlamentarista irlandés . Sin embar„o,
I relación conlplel11 d • las circunslalrias yuc rssls ;lu a
los acontecimientos se estaban poniendo en contra de Parnell,, la alianza eI111 > :11 :1 1111 ;1 este :1r:nul,1 1 ' .n .

nrl ;r;, 's' :1st I' . ti . I . . I,y,sus, 1/a 141// 1,/ I'lnurll, Ism 1,511, I

los liberales se estaba desmoronando, y su posición como dirigente del p ;Ir I' :a11, I' ((4 ; I •
.,1n,11r:,, Rol 111 , 1I 1- 1- 1 .1 p,u1

ti . I, . I .yuns, ( :G,nlrs .Slrn,rrl I',n,, //, I,,1n,lr, , ., 1 :1111ur., I'1// ; 'I'1, s,u I r .11, 1 .
tido parlamentarista irlandés se iba haciendo m :ís precaria cada día . 1 ;i1 di Lrl I'/1r ,C, s,1,,/ 1'11/ilh-sol I .~Nr 1'1rlnri,In /iril,rill, tilr„11,1, A I .i t ;u111n1, I'1' 1, , .11 , uu1,1 i
ciembre (le 1890, tras largos y acalorados (Ichales, el partido se esriinIil, en 1 '.11,1 IIIhI til'1,',l IUII,1,' :1111111,t;'t ;t, 5 para nn,r, Jul 1uI:1111 :I, I',l'11e1 :11, ,I,'I 1'81 .111,LJ111, k .
a,= 1 -111111 AV'1L,1u1 v 11,u1 .11d .-„ ,u11 .111, C„n1J,,/ •
.I,1 l , /¡, r l ,/1,1rJ1,1, 1111 ,, AV, 1111 1d, 111 y Ni

Ih, It'ars, 1 /
, le t o, ii1111, l I`;' I1, 11,y •.
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I I N'1un11 unn i l 11v1Ir, 1 I ,,, / / 11 ; 1 , 1rs 1„111, /, / / s 1,1 1i,11n1' :,
1',J11s . u1,/ 1,1

1 ' .1 1 sc :indal(1 político lntroducci(m

culos escritos tanto por periodistas como por personas relacionadas con baba que oscurece ; lo que realmente importa en la vida social y política, dis
cada caso y que poseen sobre ellos diversos grados de información, pero son trayendo la atención pública de los temas de auténtica trascendencia : el de
obras que sólo recuerdan el relato de determinados escándalos, exponién- sempleo, la pobreza, el hambre y las guerras civiles en países lejanos rar :l
dolos desde distintos puntos de vista . En cualquier caso, hay relativamente mente se mencionan en la prensa diaria, mientras que las travesuras sexuales
pocos estudios que traten de examinar de un modo más crítico la naturale- de un secretario de Estado copan las portadas.
za de los escándalos y las condiciones sociales que determinan su aparición, Estos recelos en relación con los escándalos son comprensibles, pero si
su desarrollo y sus consecuencias ." ¿Por qué se descuidan estos aspectos? queremos hallar algún sentido a la relevancia que han llegado a adquirir 1()s
Sin duda, muchos analistas procedentes del ámbito académico conside- escándalos en la vida pública de las sociedades modernas debemos dej :11
ran que el escándalo es un asunto demasiado frívolo para permitir un serio esgs .prejuicios a un lado . Hemos de analizar el escándalo como fenómeut
examen erudito . Los escándalos deben quedar para los periodistas de la social por derecho propio y tratar de comprender sus rasgos característ 5s
ict

prensa amarilla y los columnistas amigos de las habladurías; un asunto tan sin dejar que nuestra perspectiva sobre el fenómeno se vea previamente (I(
trivial -o al menos eso parecen argumentar- no merece la atención de los terminada por la creencia de que se trata de algo insignificante o por 11u .1

académicos serios . Otros serán quizá menos propensos a encogerse de hom- cierta desesperación respecto a la calidad del debate público . El estudio del
bros, pero considerarán no obstante que el estudio de los escándalos viene escándalo puede suscitar importantes cuestiones relativas al papel que de
a ser como mostrar preocupación por algo inesc .nctal. El-escándalo es la sempeñan los medios en la configuración de ese debate -cuestiones, pi ti
baba de la vida social y política, recogida por periodistas sin escrúpulos y ejemplo, relacionadas con los intereses y las prioridades de los periodisl as \'
por organizaciones mediáticas que saben cómo utilizar las indiscreciones se- [lis organizaciones mediáticas, o vinculadas al alcance legítimo de la invesll
xuales de los poderosos para obtener un dinero rápido . Aún peor, es una °ación periodística sobre la vida privada de las personas que se encuenl r :Ul
sometidas a la consideración pública- . Además, negarse a tomar en serie 1 (1
Ienómeno del escándalo sobre la base de que es una distracción respeelt t le 5

ciety, Londres, Constable, 1986 ; Sean Callery, Scandals : Gripping Accounis of the Exposed
and Deposed, Londres, Apple Press, 1992 ; Bruce Palling (comp .), The I3ook of Modern Scan-
las cuestiones que realmente importan (más aún : una distracción cuyos eles
dals Prom Byron lo ihe Present Day, Londres, Weidenfeld y Nicolson, 1995 ; Matthew Parris, los sobre el debate público sólo podrían ser nocivos) sería de hecho un ;l u
Great Parliamentary Scandals: Pour Ceniuries of Calunmy, fincar and Innuendo, Londres, 1 il ud extremadamente miope .

Robson Books, 1995 ; Political Scandals and Causes Célébres since 1945 : An International Re- I' n este libro adoptaré una perspectiva diferente . En lugar de conside
ference Compendium, Harlow, Longman, s . f. De vez en cuando hago uso de estas antologías I :Ir el escándalo como un tema demasiado frívolo para el universitario serio
diversas, y en especial de los útiles libros de Matthew Parris y de 11 . Montgomery 1 lyde y del
(1 demasiado intrascendente para el respetable analista de los asunltis lull di
muy informativo volumen de Longman .
6 . Entre los estudios más serios y sistemáticos sobre el escándalo están los siguientes : t is, he de considerar la relevancia del escándalo en la vida pública de I :1', >,t
Dampierre, Eric de, « Thémes pour l'étude du scandale», Anuales, 9.3, 1954, págs . 328-33(, ; iedades modernas como un asunto de cierta significación -un asun1 t I( , 5 !

Maxime Rodinson, «De l'histoire de 1'antisémitisme á la Sociologie du scandale», Cahicer 1/1 t


t111(cl'Iante que exige un análisis y una Indagación mayores de Iti (111,

ternationaux de Sociologie, 49, 1970, págs . 143-150 ; Schmitz, Manfred, Theorie zutd Porrü 11!1(1(1 ;1 pensarse a primera vista, y un asunto revelador debido :1 111 tllit' u(r,

des politi-rchen Scandals, hrankfurt, Campus Verlag, 1981 ; Kásler, Dirk y otros, Der polili.vrht'
n,(na sobre el tipo de mundo en el que hoy vivimos- . Inleni ;iis' nh'oli,uu
Skandal: zur synzbolischen und dranzaturgischen Qualitüt von Politi/ :, Opladen, Wcsldeuts
cher Verlag, 1991 ; King, Anthony, «Sex, Money, and Power», en 1 [odder-Williams hicll :ir l, (lu( el queremos comprender el incremento de los escándalos polnlt-!, :, y' 1 .1

y Ceaser, James (comps .), Politics in Britain and the Unitcd Stettes : Conrpara/ive Nervprr/irri, I(I(van(ia que han adquirido en la actnalida<I debere'nuis eslndiarltl' . (11~ I
Durham, N . C ., Duke University Press, 1986, págs . 173-222 ;S . Markoviis, Andn'i y Silveri u111( Iti (le al„Una de las wSL1ti ll'alrif(11'111a('It)Iles ux'I :dt's qm . 11 :111 !11!1!1
tein, Mark (comps .), The Politics of Scandals Porver and Proe(cv in I ln-ra11 ),o,ntva w s, Ni p , It51uIa al 111111)(1 1) moderno . Stílo podremos c •n lend(r 1 :1 :1(11101 r(w .111t 1 .1 !1t
va York, Holmes y Meier, 1988 ; Garment, Stizanne, e, Scandals 7'hc ('nl/n r o/ h'Iic/rui/ m ;'I oic Itc; ( ,( :111d :I1t5S , 1 etinsldel';111)t1S tl11e etilo Ie'llUllle'11ti, tlt' 1 :111 ( . 11111( 1,1 y' ;111X1II
11
rícan Politics, Nueva York, Doubleday, 1C 1)2 ; I,ull, .1unes v 11iii rni :,n, tic, 1,111 u I
I,11 .Ip ;u - I(11ri :1 1 :117 el ol,servsino( ilnp :ICie111e, hunde 6115 r:ut (:; (11 una ., ;elle
Media S'er oj,i/v : Morrrlili' am/ Drvin . in lbr l s /o/vr ( :1///1/1/ Al rr/ /'/r '' t . .n111,1 1, l',(, I 'I r
1'r(ss, I)')%, Wílli :lnls, Ktilterl, 1'(tliliraiSeo,1rli ur /1' 11, ti', I . I Jin~l'ui ;', t . 1 .,,-I 11,1X(1 .1/t Ir tl(' . .iiii 11tr; dile II(II(II IIII :I I,Ir ;':1 lusl()l'I :I \' hall 19'llt'llldti 1111 .1 lilt)ll111t1 .1 ~'
1'1/ , I'rgi !1111,1,1, 1 .1 ( (511111tit 1,111 (11 1 :1 \'Iti :l `(5t 1 :11 \, 11!51111(,1 . `t(1111' Ititl!5' . i"ai' . !le'„Illii

1, 11 ( sc ;u1(lalo político
Introduccion 2

¡los destaca la cambiante naturaleza de los medíos de comunicación, medios


que han transformado a su vez la naturaleza de la visibilidad y alterado las político con un cierto grado de precisión, de desarrollar un marco para el
+,. relaciones entre la vida privada y la vida pública . Si el escándalo se ha con- estudio de los escándalos políticos, y de bosquejar una teoría social del es
vertido en una característica tan relevante de la vida pública en las socieda- cándalo y sus consecuencias . También intentaré reconstruir los motivos del
des modernas se debe, en primer lugar, a que los individuos que se mueven incremento histórico, en número y alcance, del escándalo político, proc, 1
en la escena pública son mucho más visibles de lo que jamás fueron en otros rando examinar el desarrollo de los escándalos políticos en distintos con
tiempos y, en segundo lugar, a que su capacidad para trazar una línea divi- textos sociales y nacionales, y tratando de explicar por qué el escándalo 1)()
soria entre su personalidad pública y su vida privada es mucho más limita- lítico ha llegado a adquirir semejante significación en las sociedades
da. En esta moderna era de la visibilidad mediática, el escándalo es un ries- actuales . El lector encontrará un debate acerca de muchos escándalos con
go que amenaza constantemente con sepultar a aquellos individuos cuya cretos en esta obra, desde Parnell a Profumo, desde el Watergate al Wliil( .
,vida se ha convertido en polo de la atención pública . water y al asunto Clinton-Lewinsky . Pero este libro no es un compendio (1,
Pero el escándalo político también nos enseña algo acerca de la natura- escándalos políticos, y tampoco pretende agotar su alcance y su influencia .
leza del poder y su fragilidad, sobre los modos en que se ejerce el poder en Mí propósito es ofrecer un análisis sistemático del fenómeno del escándalo
nuestras sociedades, sobre los tipos de recursos en que se basa y sobre la ra- olítico, relacionar este fenómeno con características más amplias de las so

pidez y la brusquedad con que puede perderse . Los escándalos políticos ciedades modernas y reflexionar sobre sus implicaciones respecto a la na111
pueden ser, y son a menudo, terribles tragedias personales para los indivi- raleza y la calidad de nuestra vida pública . Me valdré para ello de una :ui
duos que se ven atrapados en ellos ; sus vidas pueden verse abocadas al caos plia gama de materiales, incluyendo artículos de periódicos y emisiones ( Ie
y sus carreras quedar interrumpidas o incluso deshechas, Pero los escánda- televisión, informes de las comisiones especiales y los comités de invest it, ;1
ti los políticos no son sólo tragedias personales : son también luchas sociales ción, biografías y autobiografías de las personas cuyas vidas se vieron ah .(

que se libran en la esfera simbólica, en el tira y afloja de las reivindicaciones tadas por el escándalo, y escritos de periodistas, comentaristas políticos, I lis,

y las contrarreivíndicaciones, de las revelaciones, las alegaciones y los des- toreadores y otros cronistas de épocas pasadas . Intentaré poner algún orden
/mentidos . Son luchas que tienen sus propios protagonistas, procurando y claridad de pensamiento en un ámbito muy complejo y resbaladizo, de de
cada uno de ellos realizar sus propias estrategias mediante un concatenado sarrollar nuevos enfoques sobre un fenómeno con el que todos estamos n I I n1
despliegue de acontecimientos que a menudo supera a los individuos impli- familiarizados pero del que no comprendemos gran cosa, y de contribuir ;I
;Iveriguar por qué los escándalos políticos se han convertido, pese a Ios es
cados y que, gracias a los medios, quedan expuestos en la escena pública
ante una innumerable cantidad de personas prestas a observar, escuchar o I uerzos de nuestros gobiernos y del creciente número de supuestos ey 1)er111-s
leer sobre el asunto . Y son también luchas en las que una parte de lo que ,pie los rodean, en una difundida e insoslayable característica de uu( •~;I ra
está en juego son los propios recursos sobre los que descansa en cierta me- vida pública .
dida el poder .'Aquellos que ostentan o aspiran a los cargos del poder políti- 1, os primeros tres capítulos tratan de la naturaleza del esc~ín(Ial(> v (I( ~ .ii
co saben muy bien que los escándalos son peligrosos, que pueden desbar,-- relación con los medíos . Empiezo analizando el concepto de están( I ;d( ( \, ( 11

tar sus planes y poner bruscamente fin a sus carreras . Pero el escándalo Ierenc•í ,índolo de otros conceptos relacionados como las habladla 1 :,s, 1() ;; 111
también puede minar su capacidad para recabar el respeto y el apoyo de los nu(res y la corrupción (capítulo 1) . Después trato de reconsiI IIII el in( 1(
demás, y puede tener una incidencia profundamente corrosiva sobre agrie 11en111 I,istorico del escándalo como acontecimiento Incdiáieco ((-alpie111((
llos aspectos de la confianza social que sostienen las relaciones sociales de Intento mostrar que, mientras la palabra «escándalo» y otros Ic1 Wln(1' . lo
cooperación . 1) ;Irenta los Ilau sido (reeuc •l iteinente usados en pslnllelos y 4111115 11 .11(1I .J1
En este libro trataré de desarrollar tina cxplícaci(ín del escámlalo 1)411111 lull(lesos a p ;lrlitdel sip(,lo xvl, solo a Fínales de Ios sí,',los XVIII y XI 1111(0
co que, pese a ceñirse a la espe('IIICIdad de los (' ;ISO5 y las ('IIII1iras 1) :11 -1lellla .' .I :1 :;IIIt',II' 1111 n 1) U pal'll( - lllar de eselhl(1 ;1111 al gllc ll ;llll(1 •Y :111( I :d(1 111v
' :-;(

res, sea capaz de poner de nlani1 ieslo 1 ;1 mas ;Im1111 :1 si1',1111l( - ae111 sinI ;ll y 1) (1 11 .11140 . I'sle des ílIoll41 Iln estad) vinrlll :ld11 a 111-It lr Irallrloln,a( 1((u .,
'( (( 1 .11( ; ( I(' I II ;IVoI all- ;111(-(', ¡l], I I IV('l l( I( ( l ;1 11111( I ;i11le Y;I I'-,Icl11 :11 I( 111 ( , (1111(11111t .1
111 i( ;1 de (',l( Ic11111lI(I1o . TIa1 ;11(' de ;IIIa11Za1 I ;Is ( :Ila( 1111 , ,11( .15 d el ts ;111(1 ;11()
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i Ic 1 ;15 1111111' .1 I GIS . ( 1 :1 :,( ('115( ( ( I('I 111 1 I( (( 11`J I I( (1 ((111( ( 111111(' •1 ( 111
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Inlro(I1111(11 '/
.'n I1 ( • :;Ca1(alo político

en su momento pero ya considerablemente desvanecidos de la memoria co


el capíl tilo 3, me concentro en este particular tipo de acontecimiento, el es- lectiva ; examino alguno de los grandes escándalos producidos en las déca
c ;indalo medíático, y analizo sus principales características . das recientes, como los de Profumo y Watergate, escándalos que han con
Liste análisis conceptual e histórico proporciona la base para comenzar tríbuido a configurar la cultura política de nuestro tiempo ; también analizo
a examinar con detalle, en el capítulo 4, el fenómeno del escándalo político . alguno de los escándalos que han dominado los titulares en los últimos años,
Desarrollo una explicación sobre el poder y el ámbito político que nos per- como el caso del escándalo del soborno a los miembros del Parlamento bri
mite comprender por qué razón son importantes los escándalos en política tánico o los diversos escándalos que han acosado la actividad presidenci :ll
y por qué sus consecuencias son tan devastadoras para quienes ostentan o de Bill Clinton . Aunque me ocuparé de los muy específicos y a menudo la
aspiran a ostentar cargos con poder político . Intentaré explicar también por berínticos detalles de estos acontecimientos, también trataré de mostrar
qué los escándalos políticos han ido adquiriendo una relevancia creciente que, por regla general, presentan las características propias de los escandil
en países como Gran Bretaña y los Estados Unidos en las últimas décadas . los mediáticos y que forman parte de una peculiar cultura política del es
Expondré el argumento de que la creciente relevancia del escándalo político cándalo .
está vinculada a ciertos cambios en los medios, así como a las transformacio- En el capítulo final me aparto de los detalles y ofrezco un punto de vis
nes acaecidas en la cultura y la práctica del periodismo, aunque también ta más reflexivo sobre el escándalo político y sus consecuencias en la vid ;,
guarde relación con determinados cambios profundos surgidos en el con- social y política . Pasaré revista a varias teorías del escándalo -algunas cl l
texto social de la política . Las transformaciones sociales del periodo de pos- tresacadas de la relativamente escasa literatura sobre el tema, otras inventa
guerra han debilitado gradualmente la «política ideológica» de los tradicio- das en calidad de posibilidades más o menos verosímiles- e intentaré n)os
nales partidos de clase -una política basada en la fuerte oposición de sus trar por qué no son satisfactorias . A continuación expongo una explicací( li
sistemas de creencias y en los agudos contrastes entre la derecha y la izquier- alternativa -que llamaré sencillamente teoría social del escándalo- - que
da-, creando así las condiciones para un énfasis creciente en lo que llamaré considera los escándalos como luchas por la obtención del poder sin)l,(-;lic()
«política de la confianza» . Con el debilitamiento de las formas de la tranqui- y que destaca las relaciones entre el escándalo, la reputación y la conl"i ;lnz ;l .
lidad antaño proporcionadas por la duradera afiliación social a los partidos V.n la conclusión abordo algunas cuestiones de índole más normativa tele
políticos, mucha gente comenzó a fijarse cada vez más en la credibilidad y rentes al modo en que debemos valorarla influencia que puede atribuirse :I
veracidad de los dirigentes políticos o de los aspirantes a dirigentes, en su ca- Ios escándalos, tanto en el pasado como en el futuro, en la cc)nfiguraci(in de

rácter (o en su falta de carácter), como un medio para valorar su adecuación la calidad de nuestra vida pública .
o inadecuación al puesto . Y en estas circunstancias, el escándalo asume un Debo añadir una importante salvedad . La mayoría de los ejemplos (111(
nuevo, poderoso y corroborante papel como «prueba de credibilidad» . :I porto están sacados del mundo angloamericano -y en la mayor parle (Ic

En los capítulos 5, 6 y 7, expondré un marco analítico para estudiar el los casos provienen además de la relativamente reciente historia polílic ;l (I( •
escándalo político y lo utilizaré para reconstruir el desarrollo de los escán- ( ;tul Bretaña y los Estados Unidos- . No obstante, esta restricci(ul n(, 1111
dalos políticos en Gran Bretaña y los Estados Unidos, Distingo tres tipos lcn(le iniplicar que el escándalo sea un fenómeno reciente (pues no lo cr,l,
fundamentales de escándalo político -los escándalos sexuales, los escánda- (Inc Iodos los escándalos sean políticos (ya que no todos lo son), o (luc lo-,
los financieros y lo que yo llamo «escándalos de poder»-, consagrando un ,IIIj,losalollc'ti tengan una peculiar propensión al esCandal(~ (c'os ;l (llle II(( ((( II
capítulo a cada uno de ellos . Siguiendo este marco analítico y fundándome 1 I(') . l lila de las cosas Sol'prcndentcs sobre el esciinlalo eS sil i(liii 1pfe' ;en( 1 .1

en el examen del escándalo expuesto en los capítulos anteriores, revisaré. ,,¡¡


gunos de los primeros escándalos, como el asunto Marconi en Gran Brcta
ña y el escándalo del Teapot Dome en Estados Unidos, asuntos relevantes II„Ir ., 1 .1 (,pl('(I ;i(I (I( • 1 :1 :l111 :1(la (I(' los I'sla(Ii,s 1 IIl1(I(1s :I ((11111, :llll :is1,1iv ;],LI •, , 1m ; ~J . 11- * •

Ilallllal, .I(' p l1(,I(v, • (Id •1 (111111 :l,lI S (I( •1 11a11 11c1iIlan( •( l •( IIII :I, 1 .1 • \' .llrll,l . 1 1111 .,1

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(I( ",1,11( • . .I('' •1 111l1,'ll( • . 1 ), •'.('111 a,1 , ( 11 1 .1 . . .1 . .. . 1 .1 1 .1, I¡-l I,1' .


28 El escándalo político

de Japón a Brasil, de Italia a Argentina, el escándalo es un fenómeno que


1
aparece de modo conspicuo en el ámbito público . Por supuesto, las dife-
rentes culturas nacionales del escándalo presentan características distintas ;
¿QUÉ ES UN ESCÁNDALO?
los escándalos sexuales desempeñan habitualmente un papel mucho menos
importante en la vida política francesa o italiana que en la de Gran Bretaña,
por ejemplo, mientras que los escándalos políticos en Francia e Italia han es-
tado principalmente relacionados con la corrupción y el abuso de poder .'
Hay sin embargo relativamente pocos países en los que una u otra forma de
escándalo no se haya convertido en un dato relevante de la vida política con-
Hoy en día tendemos a dar por supuesta la noción de escándalo . « I ~;s ,
temporánea . Por consiguiente, el hecho de que los ejemplos que aporto pro-
vengan sobre todo del mundo angloamericano no debería interpretarse cándalo» es una palabra que aparece frecuentemente en la prensa y que bro-
ta fácilmente de los labios y, sin embargo, como muchas otras de las pala
como una observación sobre la geografía política del escándalo . Y si mi exa-
men del escándalo y sus consecuencias tiene algún sentido, no sólo deberá bras que utilizamos, sus orígenes son oscuros y su significado difícil de fijar .
ayudarnos a comprender los escándalos que se han producido en el mundo ¿Cuántos de los periodistas que se apresuran a proclamar la existencia de
angloamericano, sino también aquellos que cobraron en su momento una un escándalo serían capaces, si se les preguntara, de proporcionar una dei ,
gran importancia en la esfera pública de cualquier otro lugar . nición de «escándalo» o de apuntar las características del fenómeno cllya
existencia afirman revelar? ¿Cuántos de los lectores o telespectadores que
se ven bombardeados con un incesante flujo de escandalosas revelaciones
podrían explicar, si se les preguntara, qué es lo que convierte en « escáncl :l
lo» a un acontecimiento, o qué es lo que distingue a las revelaciones «es
candalosas» de las que no lo son?
De hecho, el concepto de escándalo es mucho más complejo de lo que
podría parecer a primera vista . Es un concepto con una larga y compleja l lis
1oria, una historia en cuyo transcurso se han conservado algunas de sus con
notaciones y se han descartado otras . Es un concepto que sugiere mucho
nuis de lo que claramente denota y que, una vez comienza uno a descillua
raliar las capas de su significado, revela algunos rasgos poco habituales . I ;u
este capítulo voy a reconstruirla historia del término y comenzaré :~ aualiz :u
II ; ,•u nas de las características de esta noción tan utilizada y tan rar :uul ull
sanlinada .

I,I 1 1 , N1 :1 ;1''IY) DE nSCÁNDAI_O

8 . Para un debate sobre escándalos políticos en Francia, véase Philip M . Williams, War+,
1, :1 palabra «escándalo» y los derruís términos en)pareut ;nlOS 11111 1-11 .1
Plots and Scandals in Post-war France, Cambridge, Cambridge University Press, 1970. I'ara
un análisis perspicaz de los recientes escándalos políticos en Italia, véase Judith ( ;Inll>I) v n1p( xo a volverse paltlalin :tlnente ralas Irccucnte en los idiomas 1 ul1>p, 1, . .1
Maurizio Vannicelli, «Italy : A Web of Scandals in a Flawed l~c nxx racy», en Marl ovils y Sil 1, .11111 dr I silo Xvl, :luu(lue el Vuu :lbl) ti1 •n 1 • una historia 11111(-110 uer. lal)', .I
verstein, The Politics o/Scandal, págs . 122-150 . Atm(1ti • pi inl i1, :11n„ nlc lull~n uso 1l1 . ejel11 11111' ',,' lelllollla :II lri'IIS ;llllll'lll(> „I'll'r , 1)
V I :II11111 ;ISI ( 1)111) ,1 1,1S I,rlln, •1 .', 111,1
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30 El escándalo político ¿Qué es un escándalo? 3 1

níca shand-, que significa surgir o saltar . Los primeros derivados griegos, demás términos emparentados se usaron en contextos religiosos para refe-
como la palabra sf.andalon, se usaban en sentido figurado para indicar una rirse (la) a la conducta de una persona religiosa que provocase el descredi
trampa, un obstáculo, o la «causa de un tropiezo moral» .' La palabra se uti- to de la religión, o (Ib) a algo que supusiera un obstáculo para la fe o l ;I

lizó por primera vez en un contexto religioso : en el Septuaginto, la traduc- creencia religiosa (como sucede en la afirmación que hace Francis Bacon (. 1 1

ción griega del Antiguo Testamento . La idea de una trampa o de un obstá- 1625 : «Las herejías y los cismas son, entre todos los demás, los mayores es
culo era una característica que formaba parte de la visión teológica del sándalos») . Este último uso (Ib) conservaba el sentido, derivado del origlwii
Antiguo Testamento . Ayudaba a explicar cómo un pueblo indisolublemen- griego, del escándalo como falta o escollo moral .
te unido a Dios, a Yahveh, podía no obstante comenzar a dudar de Él y ex- El segundo tipo de uso tenía un carácter más laico y estaba relaciona 11)
traviar el camino : esa duda brotaba de un obstáculo, de un escollo situado con (lla) acciones o afirmaciones que fueran injuriosas o difamatorias, con
en algún punto del camino y cuyo objeto consistía en poner a prueba al pue- (Ilb) acciones, acontecimientos o circunstancias que fueran groseramente
blo y ver de qué modo reaccionaba .' Esta idea quedaba expresada en el Sep- indignas, o con (IIc) conductas que ofendiesen los sentimientos morales o cl

tuaginto mediante la palabra sl:andalon . sentido de la decencia . El uso de «escándalo» para referirse a acciones N'

La noción de trampa u obstáculo se convirtió en parte del judaísmo y afirmaciones que fueran difamatorias atestigua el hecho de que, en términos
del primer pensamiento cristiano, pero fue alejándose poco a poco de la de sus respectivos orígenes etimológicos, «escándalo» y «calumnia» se lía .
idea de una prueba de fe . La teología cristiana puso mayor énfasis en la cul- daban muy próximos . Ambas palabras se usaban para referirse a las inlpll
pabilidad individual ; si los individuos tropezaban y extraviaban el camino, taciones dañinas o difamatorias, pero diferían en un importante aspecto : cl
si cometían actos pecaminosos, podía deberse a algo que brotase de su pro- uso de «escándalo» no implicaba necesariamente -mientras que el uso de
pia debilidad y falibilidad internas . Más aún : con el desarrollo de la palabra «calumnia» sí lo hacía- que las imputaciones alegadas fuesen falsas .
latina scandalum y su difusión a las lenguas romances, la connotación reli- Al usar «escándalo» para aludir a las acciones, acontecimientos o cil
giosa fue atenuándose gradualmente hasta quedar sustituida por otros sen- cunstancias groseramente indignos (IIb), o a las conductas que ofendían i,,
tidos . De ahí la palabra escandre, del francés antiguo (siglo x)), que deriva- sentimientos morales o el sentido de la decencia (IIc), la palabra fue adglul
ba de scandalu)n y significaba tanto «escándalo» como «calumnia» . De ahí riendo una importante connotación adicional . En sus usos religiosos,
también la voz del francés antiguo esclandre, de la que derivó la palabra in- sándalo» implicaba una relación entre uno o varios individuos por ull la, 1()
glesa slander (calumnia, difamación) . (creyentes o indecisos) y una doctrina religiosa o un sistema de cresnci ;c,
En inglés, la palabra «escándalo» apareció por primera vez en el siglo xvi . por otro . En el uso de «escándalo» para denotar las immputaciones d ;ulin ;c, o
Palabras similares habían aparecido ya en otras lenguas romances, aproxi- dil ;uuatorias, la palabra implicaba una relación entre individuos (el indivi
madamente por la misma época (en español, escándalo ; en portugués, escan- duo cuyas palabras difamaban al otro, y el individuo que era difamado), Sin
dalo; en italiano, scandalo) . «Escándalo» derivaba del latín, y probablemen- culbsugo, cuando «escándalo» se usaba para describir las acciones, 3( ()111('
te de la palabra francesa scandale, que había sido introducida para denotar ínnenios o circunstancias groseramente indignos, o para seilalar l ;ls „)n
el sentido estricto del término del latín eclesiástico, scandaluwn, diferencián- ,Indas que ofendían los sentimientos morales o el sentido de la deccn, ia, la
dolo de los sentidos que se habían desarrollado a partir de esclandre . Los Implicación recaía sobre un tipo de relación distinto -un ;l relaciou ('1)1 1, ,
primeros usos de «escándalo» en los siglos xvi y xvii pertenecieron, en tér- p,)r (III lado, 1111 individuo o 111111 circunstancia o acoiile('lllllt'líto cl'(' ;Id,) I),)I
minos generales, a dos tipos principales . En primer lugar, «escándalo» y los
3
pcrson ;ls y, por otro, un colectivo social cuyos sentinlienlos nloralc, Il .ll)I .ul
I,";IIIiatio 1)Iel)(Ildos 1',l escándalo Illlpllcalní así tina II' :Ills!)I,'SI,)II d,' „)
. I

1 . Oxford Eogltsh Dictionar3' (OED), segunda edición, Oaford, ( ;larcndon Prcss, V)S'),
vol . 14, I)ág . 573 . I Veis ' VI li 1 ) :nnllicrrc, •' I'I nn r: ln)ur I clnd, dn ;cnndulc • • , I c,',)A , . ') t, 1'1
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Vcasc M ;1,:inic Rodins„n, .-I ), I'hisloin' de I' ;u11is, nulisnn a la s„riulivic dn M ;lnd ;l .(1• • , ,,,111,1 .1111 , 1 11 1.11 ., u 1,1,) 11,1111.11 . :1 u,) c, nu .1 I, I,1 I I I 1111 d,,- . I n I'd 111 ;1',, ,'lll 1 1

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¿Qué es un escándalos' i i
32 El escándalo político

normas o códigos morales . Una de las condiciones necesarias para que h :1v :l
digos morales que podían ser, aunque no tenían por qué serlo necesaria-
escándalo es que se haya producido alguna forma de transgresión : no halllrl :l
mente, de carácter religioso -códigos que actuaban como referencia para
escándalo sin ella . Pero la naturaleza de la transgresión también es lupor
denunciar la acción o el acontecimiento en cada caso .
tante : no todas las transgresiones son escandalosas (ni siquiera en poten('í :l ) .
Es este último presupuesto el que subyace a los usos más habituales de la
Algunas transgresiones pueden ser demasiado nimias para constituir un e : ;
palabra «escándalo» en la actualidad . Aunque la palabra sigue teniendo al-
cándalo, mientras que otras pueden ser demasiado graves . Es dudoso, 111
gún uso como término religioso especializado, 5 «escándalo» se usa primor- 1

ejemplo, que una pequeña infracción de tráfico (como una multa de x111 :11
dialmente hoy en día para describir una más amplia forma de transgresión
camiento) pudiese constituir la base de un escándalo (aunque sería posi1111 -
moral, una forma que ya no se encuentra específicamente vinculada a los có-
imaginar circunstancias en las que una pequeña infracción de este tipo II11
digos religiosos . ¿Qué es un escándalo en el sentido moderno del término? liase parte del descubrimiento de la trama de un escándalo) ; por otro la 11
Como definición de trabajo, podríamos decir que «escándalo» denota aque-
itubear amos si tuviésemos que describir un acto de genocidio a gran es1 .1
1

llas acciones o acontecimientos que implican ciertos tipos de transgresión que


la, como el que se produjo en el Holocausto o en la masacre perpetrada 1111 1
son puestos en conocimiento de terceros y que resultan lo suficientemente serios
los Jemeres Rojos, con la palabra «escándalo», dado que el alcance y el 1111
para provocar una respuesta pública . Para ser más exactos, yo sugeriría que, en
rror de esas calamidades superan con mucho el tipo de ofensa que nornl :ll
su uso corriente, «escándalo» se refiere principalmente a las acciones, acon-
mente asociamos con este término . En el primer caso, «escándalo» palle,
tecímientos o circunstancias que poseen las siguientes características :
lusa palabra demasiado fuerte, y en el segundo parece excesivamelile hi,iii
da . Como acertadamente señala Anthony King : «Los escándalos ocupan
a) Su ocurrencia o existencia implica la transgresión de ciertos valores, I
m a especie de zona intermedia de la indecencia»," ya que, en efecto, ¡1111111
normas o códigos morales ; viii transgresiones que son lo suficientemente serias para generar dei, I :I

b) su ocurrencia o existencia implica un elemento de secreto o de ocul- aprobación de terceros, pero no alcanzan la gravedad de los crínleues ralas
tación, pero ello no obstante llegan a ser conocidos por individuos distintos
;l1 roces . Aquí hay, desde luego, una amplia gama de grises ; los 1 ipos d
a los directamente implicados ; o bien esos individuos tienen motivos para
1

Ir,lnsgresión que pueden considerarse como conducta escandalosa se dilo


creer fundadamente que existen tales elementos de secreto u ocultación (me
ven en un banal mal comportamiento en uno de los extremos, conlu11d11-11
referiré a estos individuos con la expresión «no participantes») ;
1111se gradualmente con el grave crimen en el otro . Pero el hecho de ql le 111 11
c) algunos no participantes desaprueban las acciones o los aconteci-
11e esta zona intermedia de la indecencia moral forma parte del c1111ee11111 111
mientos y pueden sentirse ofendidos por la transgresión ; e, ;e :ind :do, y es lógico que los límites de esa zona estén mil del ¡nido :; .
d) algunos no participantes expresan su desaprobación denunciando
Mientras que el escándalo implica necesariamente allgun :l 1o1111a de
públicamente las acciones o los acontecimientos ;
11,1us)1,resión, se hace evidente, aun para el observador luís dislraldo, ( 1 111
e) la revelación de las acciones o los acontecimientos y la condena que re- 11 4 , 1111 ilnportante componente de diversidad y variabil¡dad ellll ur ;ll 1'11 111',
cae sobre la conducta pueden dañar la reputación de los individuos respon- 111111 :; de valores, normas y códigos morales que resultan rel<'vaniI's
sables (aunque no siempre ni necesariamente sea este el caso, como veremos) .
x1111¡ 111

11u' se considera como actividad escandalosa e11


1111 culllt'x111 11111 1 Irlo

11111, 11 r; :ISIIIIIos extralllathllnonIa]es entre los Illlclllbl'os 11e e111e 1,11,,, 11 .1


11
Examinemos brevemente cada una de estas características .
1lnede ser visto como algo bastante aceptable (incluso 11ornlal) e11 ()11 .1 11,11

11 1 .115 V :Ilol'1's y las normas Illllesl I' :III dllerelltes 1;1'ados 11 1111111e 1,111111'
P1,11
A) El aspecto más obvio del escándalo es el hecho de que implique ac-
11 .1111 :11 •S lltiel'pllblllllatl al esealld :ll(1» en Illlleloll del e111111'SIn ~,1111i1111',1~111
ciones o acontecimientos que transgredan o contravengan ciertos valores,

I .u11„ A1111uuv, . .ti1 ,. . Mom •v , .1111 I'u 1er


• • , 1 . 11 Iuddvr A\%llll ;un . 1\, [, 11 .11d . 1 ,c ;rl,
I

5 . Por ejemplo como en «el escándalo de l :1 particularidad», rana Ir :1o 11 I' ti(¡¡¡ Znn ;11,11,11
I U 5' . I . un11 ', I, 1' Lh t rrr Iirvllln, rmlll r 1111Nr1Í .A/,/ a 1 1un/ mlln'r 1'v,/„1 / 1 1 hule II I
1111 ;; 11 . 11111 ;',11x; para deseril,ir 1,1 di11111111111 de ver 311101111 , 1 c 1 .
11 Jul
li1-111,1 ;1 leo,u, 1 c ;lu, mm) :11
1'J 1 Ih1I,~ IIllilrr .llvI're, ,,,1'lvl 11 .1v I/'1 .
11 :111111 IInlv-r1 , ;n1 1111 :11, vol 1 , 1 ,




34 I'sl escándalo político ¿Qué es un escíndalo? 35

co y de la atmósfera moral y cultural global de la época, así como en función Del mismo modo que existen normas que son más susceptibles al es-
del grado de importancia que los individuos o grupos particulares concedan cándalo, también existen algunos individuos' que tienen mayores probable
a dichos valores y normas . Los valores y las normas tienen un cierto grado dades de verse confrontados al escándalo si llegan a transgredir una norma .
de fuerza moral o de «capacidad vinculante» para determinados individuos Puede que todos los ciudadanos sean formalmente iguales ante la ley, pero
o grupos . La revelación de la relación de Parnell con Katharine O'Shea fue no todos los transgresores son iguales ante el tribunal del escándalo . Esta di
particularmente perjudicial para el hombre y su causa, precisamente por ha- ferente susceptibilidad al escándalo guarda en parte relación con el grado
ber tenido lugar en el contexto que imperaba en la fase tardía de la era vic- de visibilidad de los individuos implicados : algunos individuos, en virtud de
toriana de Gran Bretaña, momento en el que el adulterio era condenado, en sus cargos, sus logros y sus responsabilidades, son mucho más visibles gne
primer lugar, por un influyente grupo de presión existente en el seno del otros, y por consiguiente, más vulnerables al escándalo en caso de que tr,ll Is

Partido Liberal de Gladstone, partidario de la pureza moral -grupo con el gredan una norma . Además, los individuos que en virtud de sus cargos I,
que Parnell se había aliado temporalmente en la búsqueda de la autono- afiliaciones abrazan o representan ciertos valores o creencias (como los
mía-, y condenado también, en segundo lugar, por la Iglesia Católica, que vocados por una organización religiosa o un partido político), son especial
seguía siendo una poderosa fuerza en Irlanda . mente vulnerables al escándalo, ya que corren el riesgo de que su concluí l ;1

A pesar de la evidente diversidad y variabilidad de los tipos de valores y privada pueda ser expuesta como muestra de incompatibilidad con los v ;1

normas que resultan relevantes para la existencia del escándalo, existen no lores o creencias que públicamente profesan . Muchos escándalos inlplil ;ul
obstante ciertos tipos de normas que son más susceptibles al escándalo que un elemento de hipocresía -no sólo en cuanto a la transgresión de las I H 11

otras . Las normas y los códigos morales que gobiernan la conducta en las re- alas, sino en cuanto al hecho de que la transgresión de esas normas se elel
laciones sexuales son particularmente propensos al escándalo : transgredir túa por parte de unos individuos cuya práctica dista mucho de lo que ellnv
esas normas significa, en función del contexto y de las específicas circuns- mismos (o sus organizaciones) predican para sí y para otros- . Me referio' ;l
tancias de los individuos implicados, correr un grave riesgo de incurrir en esta circunstancia con el nombre de «apuro de Parkinson», en alnsiliu ul
escándalo . Las normas que respaldan las transacciones financieras también nlienlbro conservador del Parlamento británico y antiguo secretario gener ;ll
son propensas al escándalo, en especial cuando las transgresiones implican de su partido que se encontró en la incómoda posición de tener que lider ;ll
un fraude o una corrupción grave . Un tercer tipo de normas susceptibles de un partido comprometido con la defensa de los valores familiares iradíeül
producir escándalo viene representado por las reglas, convenciones y pro- nades en el mismo instante en que se hacía público su duradero ld1lio (()ti } ;n
cedimientos que regulan la búsqueda y el ejercicio del poder político . Los ,l1terior secretaria .'
escándalos que emanan de las transgresiones de este tipo de norma tendrán I le sugerido que la transgresión de un valor o de una noruul sol<, Inc( II'

más probabilidades de ocurrir en los regímenes liberal-democráticos, dado Il ;u , lugar al estallido de un escándalo si el valor o la norma poseen un d,

que estos regímenes hacen especial hincapié en la observación de un siste- lernlinado grado de fuerza moral o «capacidad vinculante» para ;111',1111,,, , II
ma formal de leyes y otros procedimientos, sistema que se intenta aplicar de IIs individuos que tienen noticia de su transgresión . Pero esto
(Ilu1'I,' , II uo

forma igualitaria y en principio a todos los individuos . Sexo, dinero, poder : I it Ilne sea probable que esos valores o normas susciten un eollsell :,l,
1 1
apenas podría extrañarnos que los escándalos hayan ejercido, y que sin 1 ;11 .I ;'helio en un particular contexto sociohistórico, y I ;IInpI,cl1 II Illu1'1,- I

duda vayan a continuar ejerciendo en el futuro, un cierto grado de fascina- Ir VIII' esos Valores o normas Sean cuestiones hacia las glle 1111 ;1 Inu~'I 111 .1

ción en la imaginación popular . s I , (e lliI ;1s tenga sentimlmientos Illlly Inertes, hasta el plllllt, de .n
I , II1pl ;l Vida en a ellos . Al etllllral'1o, los valones y I1I11'lllas sI In , 4111 III
bino

7 . Andrei S . Markovits y Mark Silverstein tratan este punto de una forma nnly forzada
')01,w,7,1,/
en su introducción para Markovits y Silverstein (comes .), T/.), , Poli/i,
;
'1111,'11, V' p'R111' 11 ;1)', . 1 ~ I ll, :Illlllllll',' "111(1111111 Ilo, l Illlll'llllll l .`~1 :1 .`•, ll, 11,1( ' .¡l 1 .11111 l— .
Proveo iu Lihl rdd leen nr'a ri' ,, Nueva York, 1 lohnes v Meier, sis pllnlos de 1'!,I,III'LII'I' .',''YII,II'", 11,111'1 :111',n'lll'''lllll'Ir de I'r, \'1'111 .1'I''1 1 l' .1 ''., :I1
II1 :111 1 1 . 1 1,111 l1l 1 ', ~ u1P''I, II
viola (oil n1 :1s detalle en el eaelluln 1 . aIA .I Ip .Ilnnl .''II I I' ;I111IIII" 1,
111,1
1i
I . KI111', 11 :11' 1111a ,Ir,Ol VIII II,I'3 :In1I' l, ;ueI 1 .1 .1 '1111, 1 II1 . 111,111, ,II anll .ll,l 11 1)
I'I .11+11111 /lI I' .nó:lnralll SU etiauun .l .1511 n1 .c, 10 ,1k ' n rl' .I1Iulilll


3(, 1A escándalo político ¿Qué es un escándalo,, 3 /

cuencia características polémicas de la vida social, elementos a los que algu- Christine Keeler («No hubo ningún género de conducta impropia en n I P:

nos individuos y grupos se adhieren y que son rechazados (o simplemente relaciones con la señorita Keeler»), desmentido del que se vio posteril l
desatendidos) por otros . De ahí que los escándalos sean con frecuencia asun- mente obligado a retractarse en su acta de dimisión . Los lóbregos detalles
tos bastante enrevesados que incluyen la supuesta transgresión de los valores de los amoríos de Profumo con Christine Keeler se vieron eclipsados p(,r LI
y normas que, a su vez, son objeto de disputa . Además, los valores y normas manifiesta gravedad de esta transgresión de segundo orden, extremo sacad()
se hallan siempre integrados en unas relaciones de poder ; sirven para estruc- a relucir con bastante acierto en una tonadilla anónima :
turar la vida social de manera que ésta permita determinados tipos de activi-
dad y excluya o prohiba otros (o los fuerce a una existencia clandestina) . En ¡Pero, qué has hecho, gritó Cristina,
muchos casos, los escándalos no sólo tienen que ver con la existencia de ac- Has desbaratado cuanto el partido maquina!
ciones que transgreden ciertos valores o normas : también guardan relación Mentir al desnudo es terriblemente rudo,
con el fomento o la afirmación de los propios valores o normas . De este Pero mentir en la Cámara es cosa libertina .
modo, la aparición de un escándalo se asocia a menudo con un proceso de
«moralización» más amplío mediante el cual aquellos que denuncian por es- ~I'or qué se convierten en algo tan importante las transgresiones de sc

candalosa la acción se adhieren o se reafirman en la observación de ciertos 1',undo orden en la dinámica social del escándalo? En parte debido a que
valores o normas -con distintos grados de eficacia y buena fe . 1lueden Implicar la violación de códigos de conducta que se considetalt
A menudo, el carácter enrevesado de los asuntos escandalosos no se t',/ i/illlllvos de ciertas formas particulares de vida . El idilio de Profunlo ((111
debe sólo al hecho de que los valores y las normas sean frecuentemente po- I htisline Keeler fue visto como una mala acción que comprometía gravt

lémicos, sino también a la circunstancia de que puede haber un gran núme- 111('101( • sll responsabilidad como ministro de la Guerra (para desgrar¡a d(

ro de valores y normas implicados en el desarrollo de la secuencia de accio- I'1(11umo, Christine Keeler se acostaba al mismo tiempo con un agre, ad(t
nes y afirmaciones que configuran un escándalo concreto . En el origen de 11,1\' .11 sovietico), pero su posición se vio socavada en último término p(tt el

un determinado escándalo puede encontrarse una transgresión específica y 1c( 1(t tlt • haber mentido explícitamente a sus colegas al hacer una declara
ésta puede generar el foco de atención inicial, pero el desarrollo de la se- 1 11)11 personal en la Cámara, lo que abría una brecha en los códigos de c(tn

cuencia de acciones y afirmaciones puede desplazar la atención hacia cual- 1 II 1( i .i (II le son constitutivos de la vida parlamentaria .` En algunos e :is( ts, I(1s
quier otro punto, de tal modo que la transgresión inicial quede oscurecida 11d1)~ils, de conducta que son constitutivos de una forma de vida se 1aii
iII
por otras preocupaciones . Muchos escándalos implican lo que yo describí- un(
.)¡1((tra(Ios a los procedimientos legales que rigen la administraeilIu (I(
ría como «transgresiones de segundo orden», de modo que la atención pasa 111' .Il( 1 .1 - ( :ando las transgresiones de segundo orden implican 1 :1 vial ;¡(
I(1n
de la ofensa original a una serie de acciones ulteriores encaminadas a ocul- 111 1, 1 pecha (le una violación) de procedimientos legales de este 11,e11e1(1,
tar la ofensa . El intento de echar tierra sobre una transgresión -un proce- 111', ( 1110Fecue11cias pueden ser particularmente graves
. 1';I hech(t de 1111v ( 1
so que puede conllevar engaño, obstrucción, falsos desmentidos y palmarias 1111 Barre Viviera consecuencias tan desastrosas para Nixon y su
\ a(11IU11r,
mentiras- puede llegar a ser más importante que la propia transgresión 11111 1(011 1111 se debió tanto al descubrimiento del allanamienllt ¡ni( L11 de I .r.

original, dando lugar a un creciente ciclo de denuncias y contradenuncias 1111( 111 .c . ( cnl talles del Comité Nacional Democrático, sino mas 1) l(1 al he( ¡¡l-

que hacen parecer pequeña la ofensa inicial y alimentan el escándalo, que 111(', e11 el I I'al]S('lllso de las posteriores pesquisas, Se VI() e;1(1 ;1
11 1
m ;t' . 1,1 1

crece con cada giro de los acontecimientos . Parece claro que las transgre 1111tu1 1,1 t :,I~ ; ;I RLiii-ca estaba involucrada en un acto de eneubtnnn'ni11 c 1111 .
siones de segundo orden desempeñaron un papel crucial en la caída de,joln 111111111(1 it1Y •s lliellle hablar Ir ;11 ;(10 de obstruir las IInV( . Sllva( I(tll('~, 1 1'III 111

Profumo, el ministro británico de la Guerra cuya carrera política (Iuedo des


trozada por el escándalo en que se vio envuelto su idilio con ( ;htisl¡ne Vee
ler . 1 ,122 de marzo de 1963, entre grandes espeellla('Inlleti en LI pIiiv i y en I (I 11 111 - 1 111 1 , 11' 1 1111' t ' I (1I 1111111 11111111 1 :I s1111I ( - 1' I v' 11111 ; I t 1' .1 :11111 ;111 0 v' 1 1111 .(' 1 1' .111 . ' .I I I 1 1' .11 1ni 1

1111111-11 iL,1111 111111 :IIn'1 11HI11'u111111" .1 :I II ;VIII ,,I1"41111111" .1'1',III111(1u1111'111"II11 .1'J111 11111' .111111111
Weslr00inster, I'ro(unlo lizo una declarari(,u p('t> ;(011 ;ll enn la t . ;iio .ii i de l()"¡
I 1 1 1 II ' l Iu1I, \' 11111 r, .I',Iu 1 In •, 111'1 .I' III1111 I ' 11111111I11, .IIIII11 .111 In .r . ,11II1111 .IIII1 1111 11 I
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I(1lu°,e()ll
11lidI111



38 [I escándalo político ¿Qué es un escánd :1111,'

sobre el asunto . Nixon se perdió por causa de una transgresión de segundo principal, y también algo más que los valores y las normas que resultan
orden que, al obstruir la acción de la justicia, vino a equivaler a una ofensa 1 ransgredidos por dichas acciones . El escándalo implica también a) un c

capaz de generar un proceso de recusación . lo


grado de conocimiento público sobre las acciones o los acontecimiento',,
b) un público compuesto por no participantes que tiene conocimiento de
B) Una segunda peculiaridad del escándalo es que las acciones o acon- ellos, y c) un proceso por el que ese conocimiento se hace público o st' rvrt'l
tecimientos implican de forma característica un cierto grado de ocultación r1' v,sihle, y mediante el cual las acciones o los acontecimientos llegan :1 ~;c1
o secreto, pero llegan a ser no obstante conocidas por terceros, o bien hay ct n locidos por terceros . Las actividades que permanecen invisibles a los t q, 1
•.

personas que tienen la firme creencia de que esas acciones o acontecimien- ,I, • los no participantes no pueden ser, ipso facto, escandalosas . onnl Co nnl
tos se han producido . Por regla general, los individuos que inician activida- , II,,, pueden ser potencialmente escandalosas, y la transición de un t •s t an
des que transgreden alguna norma o código suelen tratar de ocultar dichas ,I :d11 en potencia a un escándalo en acto exige, entre otras cosas, un pr,1t
transgresiones a los ojos de los no participantes, o al menos intentan que 1111(- haga públicas las acciones encausadas
. Ésta es una de las razones p, las, )I

esas actividades no lleguen a ser de conocimiento común . Pero si el conocí- ,luc los medios de comunicación juegan un papel crucial en muchos cst,ul
miento de la transgresión queda restringido únicamente a las personas di- Ld1)s, como veremos . También es una de las razones por la que los cst :111
rectamente implicadas en ella -cosa que sucede cuando, por ejemplo, el I .il s conllevan a menudo un elemento de profundo apuro y vel güeni :l pt 11
conocimiento de un amor ilícito sólo es compartido por los dos amantes, o p1111 t' de aquellos individuos cuyas acciones se ubican en el centro dcI
,11 .1

cuando el conocimiento de un soborno se ciñe únicamente al donante y al 111 .1 , ¡ ti c se desarrolla y que súbitamente se encuentran conque las

receptor- el escándalo no estallará porque no puede hacerlo . Para que se 111-', TIC habían sido envueltas en el secreto y la intimidad resultan bri ;, a

convierta en escándalo, una acción o un acontecimiento debe ser puesto en 1ll(1l1c exp¡estas a la vista de todos .

conocimiento de terceros o ha de haber personas que tengan la firme y plau-


sible creencia de que esa acción o ese acontecimiento existen (en la prácti- I';1 escándalo no sólo presupone un cierto grado de conocinlicnl„
t I

ca, la mayoría de los escándalos implican una mezcolanza de hechos y su- 011,1111) : Inn,bién presupone_e un determinado grado de pública des,lpr1)b,1
posiciones mejor o peor fundadas) . A diferencia de la corrupción y el l1'11 I',Ir :l tlne un escándalo estalle, algunos no participantes han de scnl o
soborno, que pueden existir (y a menudo existen) aunque no haya terceras ll n, h:lr o tener noticia de ella, que la transgresión es (o f(je) una J(< 11111

personas que tengan noticia de los hechos, el escándalo es siempre, en cier- 111,11,1I111t`Illc' Indigna . El conocimiento que los no participantes tit'ile'n de 1 .1
ta medida, un asunto «público» . nI 111111 „incide o se superpone con su desaprobación ; los juicios epislcl11t,
1

Dado que el conocimiento de los no participantes es una condición ne- 11 9 11, I1)s de valor se funden en las respuestas de algunos de lis
I,' . \,
l¡¡, Iwi
cesaria para el escándalo, los escándalos se caracterizan muchas veces por 111' 111c 1 it'nen noticia u oyen algo acerca de la transgresión .
t

una dramaturgia de ocultación y revelación . Los individuos implicados en ac- nl d¡ d,l existen ciertas ocasiones en que los individuos n1) (1, . .a x1)11)

tividades potencialmente escandalosas pueden consagrar grandes esfuerzos plnt 1 .111 1111a acción sino que también se sienten olcndidos 1)
incl11 :,1) clon
al desarrollo de estrategias de ocultación, es decir, a la puesta a punto de Irl1), lon,11Itt por t'lha . 1,11 acción puede suponer una burla para x :111)1 c', >' 111)1
métodos que garanticen el secreto o que eviten la aparición de revelaciones n1t1'1 ,111t' s,on 1 ;111 I11ndanlentales paras(¡ sentido de la identidad N 1,1 b1un,' .1111

involuntarias y no deseadas, ya que saben que la aparición de un escándalo 111,- • . r v', - n prullllldunellte tristtll'nados Illtelllleann'llit' •, :,t,ln,1 .111 :,1
depende del conocimiento de terceras personas . Por otro lado, cuando al d,r . . . fila . PIII t'lllbal'g1), las rl'ae('IUllt's de esl :1 Illd1)lc timil In .l' . 1,1,11 1 .1
¡1111

gunos no participantes sospechan la existencia de actividades potencial l= 1, l1I 1,111 ,¡111' l, l it' l,I . V pl'1)b :lbll'llll'llll' 5t • t'5lt'll v1)lviclltl1) „Ili .l \', = illa
..
mente escandalosas es posible que redoblen sus csfuclros por descubrir la 1111,11, 1 , 11 I11IIt II,I :; de las ti1)t'lt'dades 1)eeldelll :lleti dt' nilt' ;lr1), di .I', 411'1,1t1,1 ,11

verdad : el mero atisbo de escándalo es con írecucncia solicíente para hacer lit 4 111, ,11 11111' ¡,ti rc1 It'111t' 111111 -,Ihtlacl 1le l,1, til :;lt'ni ;iS de x',111)11" . v' , 1 ,l, l,llll,l

que se desate . 1111, 11111 dr ,IIF',III1,1' t1,11 - Ill :lti Ila,ht-Inllaleti II :111 Id1) ;111'llll :llld1) ltl(1,,It',I\ .Ilnrll
I'slo laos peo holle 1)luci v .II dile t'I t'st' :111,1 :111) Illlpht ,I nl,l5 ,111c 11 lm 111, - I -' .1 1111)1 J1- I Iu\' ,'l l 1 h,l, 111111 h1)'; t' ;, - ,111, 1 :1111' ; 111'\'al l :11 , :11,'1 .1, 1) I,I l I llll't

1,111eti v l1)'; ,1 ,,1111t'1'lilli,'lll,lti ,llle, t'll 11Ia111111c1 , x,,1 111111 l( 1(1, ',1111 ',1I 11)(1) Mil h11)11 1It' \',111)1 r', \' 111,1111 :1,, 11111 II :111 I,'l llllll ;ld1) p1)1 , 1111\','l lllhc ,'ll I',L,11,t1ti





¿Qué es un escándalo :' 111


40 El escándalo político

bastante rutinarios de la vida social . Son valores y normas a los que la ma-
11o comentarios retrospectivos sobre él . En una palabra : si no hay respul'~,
yoría de la gente se adhiere vagamente (si es que se adhiere), y es posible que
I ;IS, no hay escándalo .
se profesen más en principio que en la práctica . Son valores simbólicos y ¿Cuáles son las formas de expresión emitidas por los no particip ;lnll'-,
,111c resultan adecuadas para poner en práctica este rol performativo? Aun
códigos nominales de comportamiento con los que muchas personas con-
cuerdan de boquilla, pero que, llegado el momento de tomar decisiones cla- ¡l¡( . esas formas pueden ser extremadamente variables, hay una caractcrisl i
ve, desempeñan un papel relativamente marginal en sus vidas . Cuando los ' .I que poseen en común : son todas formas de lo que yo llamaría un «dir .
escándalos implican la transgresión de este tipo de valores simbólicos y có-
1 111';()
infamante» . Se trata de un tipo de discurso moralizador que prod1,1
l,1)l
digos nominales es porque estos últimos han adquirido carácter de formu- miles y reprimendas, que refunfuña y condena, que expresa desapro
I1 ,1, l(1n hacia las acciones o hacia los individuos
lismos y una cierta vacuidad moral . Por muy auténticos que sean esos es- . Es un discurso que implica
(1111' I ;Is acciones son vergonzosas o deshonrosas, y por consiguiente in11,llí
cándalos (y por muy serias que puedan ser las consecuencias que tengan), es I
1,1111,ic .l que las acciones habrán de acarrear vergüenza, deshonor y descl,
probable que los valores y las normas cuya transgresión se encuentra en su
111(1 .11 individuo o individuos que las realizaron
epicentro tengan en la práctica una capacidad vinculante muy escasa para la . Es un discurso que pnc(Ir
111',111 ;11 izar . El discurso infamante puede expresar diferentes grados
mayoría de la gente . Ésta es la razón de que algunos escándalos puedan 111 I (
111( (( 1l c, desde la reprensión suave y una cierta languidez, o incluso una
adoptar fácilmente la apariencia de un sainete de alcoba de bajo presupues- ;11111
11111 .1 ( Ics ;lprobación, hasta la más irrestricta protesta de moral 1111 r;l1 ;l, I,l
to : pocas personas se sienten conmocionadas u ofendidas por lo que llega a
1 ;Ilul11('n puede expresarse de diferentes modos y en distintos conlc\Io . ,
sus oídos, y sin embargo muchas encuentran una suave diversión al con-
' .111 ( - lll11 ;lrp ;o, para que surja un escándalo, al menos una parte del d1S(111
templar sobre el escenario a un ministro con los pantalones bajados .
11111u11,ulle de los no participantes debe elevarse a la categoría de acto du 11 .1
11,1 publico : es decir, debe expresarse (o manifestarse de cualquier ()11(1
D) Para que estalle un escándalo no basta con que algunos individuos
desaprueben las acciones o los acontecimientos : es preciso también que
In11( I( 1) (l( . 111111 forma que pueda oírse (o recibirse de cualquier otra lnalnl'I .1)
1111,1 pluralidad de terceras personas
unos cuantos expresen su desaprobación a otros . Una transgresión que llega
11111
. Si el discurso infamante existe (1111
llll ; lllc c()111o comunicación privada entre amigos o conocidos, si solo
a ser conocida por terceras personas pero no provoca ninguna respuesta por
pl, '„1 ((1l~(1 roce y como confidencia, podrá constituir un ejemplo de ll .1
su parte no dará lugar a un escándalo, dado que el escándalo recibe su for-
11,111111 1,1 "d( . rumor, o representar cualquier otro tipo (le creencia
ma tanto de la respuesta de terceros como del propio acto de la transgre-
Ii1,1 (11 pliv' .111(), pero no constituirá un escándalo . Desde luego, las 11 .1111,1
sión . Si ninguno de los no participantes se siente lo suficientemente intere
111111', I(1', 1IIIII(lres pueden alimentar el escándalo, y muchos esc ;ind ;ll(1,
sado o preocupado por la transgresión como para expresar su preocupación
1,111 111 111¡,n 1 precedidos de hecho por los rumores que circulan
a otros, el escándalo no se producirá . El fenómeno del escándalo está cons ciii re la,,; p ;(1
I( 1111 . 1 ', .ld, r,, ('(1nno periodistas y políticos, o simplenlenle e(1Irc i11(11\',
1

tituido tanto por actos como por actos de habla : por los actos de transgre-
111111.1 1111( 1^ .1 .111 ('ll el ajo . 1,n Ultimo término, el escall(1 ;1lo solo elle( l(' e .,1 .111 .11
sión y por los actos de habla de terceras personas que responden a esos ',W
fe¡ 'it 111111110 ('1 .I( I I('I'do tácito que sotierra las habladurías
tos con las adecuadas formas de expresión . v los 1'11111( u rI, ('11 ('1

Las respuestas de las terceras personas poseen así lo que podríamos 11 ;1 r-,fi111111 d . 1,1 ((lu)nnir ;IcíOul privada entre amigos o conocidos, (lc 111(1(1(1 (1(1(
111± 11 11 1 ;11 11111x,, 111111(1 ;1 I ;1S apropiadas (ori)las de dlsl'llrso IIII ;IIII .llll(, "(1111¿
mar, siguiendo a Austin, un rol performativo ." Estas respuestas no se lilni
tan a describir un estado de cosas -un escándalo cuya existencia hiera in 1 .1k' .11 1 11111 . ' . 11 1( I( 1111eelllllellloti cil cuesti()11, ;Ipll'ezc' ;111 p1111111 ;1111e111( III ;1
dependiente de ellas : al contrario, al expresar esas respuestas los individ(1or ; 11111'11'11111', rst(1 (le IIII IIIOdO que se ellcll('l11 re ('l) ell'flu 111(11) 11,11
están realizando actos que son en parte constitutivos (1('I estado de cosas 111= i 111 111( ;111( r (l(' 1111 .1 p11I1'a11(lad (le Il'i'l'l'I' :IS pel'sullati, ¡a(lill 111(111,lll(' (
Las respuestas de las terceras personas son parte inlep ¿ante d(1 esc ;iiul,llo, 1't1111 . (111f1111 (1 ('¿,1111 m il (Ic( II .
11111111 (1111 ('I (",( .III(I .IIu ple ;llp11111' l ;l ('\11(1.`;1('11111 11111111( .1 (I('I (I1,' •( 111',11 111
1dlii 11111 ( 111(" .I .I ¡J( 11111('111(' :I I()', 11111' : (ll' 1()ti Illc(Ilus (le 11)11111111(tI1 1011 . 1 1 111
II V'1 .r .r 1 I, Aii .i I), II(,Ir I'1' 111, 7'lv,,rl rrilh 11 (,n/,, ',rl',11n11,11- .1111 .11), 111111 • . 1111, 1 ()
ItpIU 11'1 1 111',( 111 :,(1 1111 .1111,1111(' 1111('(1(' 1' .p(111e1ti(' 11111111( :Illlellle ',III Ile1 (",I
NIJ1111 .1 (11111111 •, ) , 1 ),111111, 1 1 •. 1111 .1 11111A'r1'mV 1'1x' .',, 1 ' 1 /(1

42 El escándalo político ¿Qué es un escárn(lalot'

dad de recurrir a los medios (durante un discurso pronunciado en una reu- I)s, Si las actividades encubiertas implican la contravención de normas Ic
nión pública, por ejemplo), y el hecho de utilizar los medíos de comunica- tppalmente vinculantes o el quebrantamiento de procedimientos formalmell
ción no garantiza por sí solo que la exteriorización del discurso vaya a ser u' establecidos, los individuos también pueden tener que enfrentarse :I 1111 ;1
pública (una conversación telefónica puede seguir siendo privada y confi- investigación penal y a la neces d--d'dedimitir de sus puestos . En los ese ;ln
dencial si se adoptan ciertas precauciones) . No obstante, al utilizar medios :11()s más graves (Watergate, el asunto Irán-Contra, los escándalos tl(' t t .
1
de comunicación como los materiales impresos (periódicos, revistas, panfle- erupción en Italia, el escándalo Lockheed en Tapón, etcétera), es Frceucillt -
tos, etcétera) o los soportes electrónicos (desde la radio y la televisión hasta lue las revelaciones den como resultado una serie de procesos penales, , le—,
la red), los individuos pueden expresar el oprobio en formas que, en virtud pidos y carreras deshechas ; para los individuos implicados, la pérdida de 1,1
del propio medio, concedan a esa expresión la categoría de actos públicos Ieputación no es en modo alguno la única preocupación . No obstante,
de habla : es decir, de actos de habla que, gracias a la naturaleza del medio, I ten muy bien que, precisamente por encima de la reyerta legal, juslanlell
circulen en una esfera que haya dejado de encontrarse localizada en el tiem- pltr encima de la refriega y la cólera generada por los procedimientos 111
po y el espacio . Estos actos mediáticos de habla no se limitan a los contextos d1, ¡ ;¡les y por las comisiones especiales de investigación en las cámaras de
espacio-temporales en cuyo seno tuvieron lugar las transgresiones origina- dlltlllados, acecha el asunto de la reputación, del «nombre» que uno li1'111'
les, sino que se encuentran al alcance de muchas personas -potencialmen- es decir, de la propia condición como persona honesta, íntegra y Iluc'll .f,
te millones de personas- que pueden verlos, oírlos o leerlos . Los escánda- 1)esde este punto de vista se puede entender por qué los escánd ;lltt', m ,
los mediáticos, por su propia naturaleza, no son asuntos localizados . uaelerizan a menudo por lo que podríamos describir como «conliend,ls
Cuando estalla un escándalo, puede difundirse rápida e incontrolablemen- p,¡ el — buen nombre"» . Sabedores de que su reputación está en inc 1,r,
te, ya que los actos de habla y las imágenes que nutren el escándalo pueden III huidlos que se encuentran en el centro de un escándalo pueden re ;llir.ll

ser transmitidos y cubrir grandes distancias de forma instantánea (o casi ins- un esluerzo concertado para defender esa reputación, o para linlpi ;u ' .II
tantánea), y también debido a que las redes de comunicación están tan ra- Roen nonl are, lanzando un contraataque . Pueden hacerlo de varios nlt tdt t', .
mificadas y son tan complejas que es extremadamente difícil contener las re- hit dc'n :uuenazar con emprender acciones judiciales y, en caso ti'eer . :n it t,
velaciones perjudiciales . pw, nr ;ur (pie los asuntos se resuelvan en un tribunal . El hecho de tilo
11 ,I ) nt, 1111,i estrategia prudente depende en gran medida de la n :llunllt ,' . I
E) La última característica del escándalo está relacionada con la repu- I1 1 1 n o v de la solidez de las evidencias al alcance de sus advcrs :lritts . l,,¡ .11

tación de los individuos que se ven envueltos en él . Dado que los escánda- It In,lliva que tienen los individuos pasa por rechazar llanamente 1 :1s at,c . .l

los implican la revelación de actividades transgresoras de ciertos valores o 11 ner, s , ltor desmentir que se hayan producido las tl'ansgl'esltIII1 :Ilt' I ',atLC .,
normas, actividades que habían permanecido ocultas hasta el momento en II ltltr Ilegal' que ellos se hayan visto envueltos en ellas . 1'e ro 1 .11111t1e11

que el propio escándalo se desencadena, y dado que la exposición de la lt puede ser una estrategia arriesgada, dado que puede desplaza) el Itt1 ti
transgresión provoca diversos tipos de discurso infamante, es posible que dt 1,1 .IIrIuoit hacia la posibilidad de que hayan existido 1l' ;Ills',re' ;Inlle' . llt`
perjudiquen seriamente (y a menudo eso es lo que sucede) la reputación de tu VIlltt lt t t trdell, y éstas, si se demuestran, pueden ser ;11111 Illati pc'rlllt ht 1 .1¡t'',

los individuos cuyas acciones se hallan en el centro del escándalo . Digo que lttll,l la lepularíón del individuo implicado que la r«velaeic,n de I ;1 prunill\,I
«es posible» deliberadamente : el perjuicio o la pérdida de la reputación no 1111 Ill,,l l ) leal est rategla dilel'ente consiste en recurrir al elevado I('1 lino 414 1,1

es ni una característica necesaria ni una consecuencia inevitable del escán- t11t11 ;11, rll :Ipelar a valores mas alto~ en cuyo Ilolul)le halulall'Jdtt ella
dalo (de hecho, ha habido casos en que la reputación de los individuos se ha Intltl,1' l .l' . ;Irt Iones II11eiales , col) la esperallz :l (le pelsladll .1 1tr . 1, l11 Itt',
visto notablemente realzada) . Sin embargo, el perjuicio o la pérdida de re- 111 11 .' .1 de tlut' It,s linos jtislilir :In los medíos . Vs :I lee la er;lrale ;,i .1 uull .,Itl .l
putación es un riesgo que siempre está presente cuando estalla y cree(' 1111 es- pi¡ o Ilnel Nltrlh clic, nlicnn :c; admitía sll inlpliea«it n en cl e ;r,tt hall tut
cándalo . Podríamos exponerlo de este modo : el (-se:índalt, es Inl Icultnu •n t1 Ilti, (rito lntt tilo tilll cieno esIbu) red111111 sll I't'plllaeloll IIal ;llldo de 1 0t 11 .11
en el (lllt' etilo en Riego la I'eplllaeloll de los IlrillV'111110> ; . 1>i)1 .;Ilpllt'til 4, I ;1 ;hile 11111 ' .1 I' . It II\'Nade'- : IllelIas t'sIt1tal1 IIISIIi (Itl s ,11 henos 1It ,de el 111111111
llaz :I para la replll ;lt'loll Ilo ('5 el IIIII("11 ;Isllllltt ell l1legn ell 111111 hit', e' ;t ,Illd ;l 111 i - 113 ;1 11111011, V' :1 tilo 1111 desde el ;Illt~,nlo 11 1 1. ;11 pol 1 .1 de, l1d .1 Itu',tllI ,11





¿Qué es un escándalo? 1'i


44 El escándalo político

de un elevado bien (la derrota de la amenaza comunista y la preservación de Tomando como base este análisis del concepto de escándalo, podencos
la seguridad nacional estadounidense en un mundo sembrado de peligros) . distinguir, de manera preliminar, entre dos modelos dé escándalo . I?n el
, - aso más simple (figura 1 .1), un acto oculto' -de transgresión queda expoe ::
Otra de las estrategias utilizadas en ocasiones es la de la confesión pública,
1c r a la vista del público o se alega públicamente que ha tenido lugar, c Ic
acto por el cual los individuos reconocen abiertamente su culpa con la es-
peranza de que un comportamiento honesto ante la adversidad será capaz modo que la revelación pública o las alegaciones generen públicas manifc • :;
de provocar la simpatía de los demás -es el camino que emprendieron, con (aciones de desaprobación . Sin embargo, en casos más complejos (li,',rn .r
l2), a las revelaciones y las alegaciones se añaden los desmentidos y las c11r i
diversos grados de sinceridad y de éxito, el dirigente del Partido Liberal De-
1 raalegaciones de los individuos implicados, lo que, a su vez, impulsa nueve .
mocrático de Gran Bretaña, Paddy Ashdown, al estallar la noticia de sus
investigaciones y revelaciones y da lugar a una serie de transgresiones de se
amoríos con una antigua secretaria; 12 el príncipe Carlos y la princesa Diana,
1 ,. mmdo orden . En estos casos de mayor complejidad, el desarrollo del escrm
al enfrentarse a las acusaciones sobre sus romances extramatrimoniales ; y
:do se convierte en un juego del gato y el ratón en el que, con cada de
-
Bill Clinton, al verse obligado a responder a las imputaciones sobre un pro-
longado idilio con Gennifer Flowers . nrcnlido, crece la importancia de lo que está en juego, y en el qmv la, .
I r .ursp cesiones de segundo orden pueden llegara adquirir una significo 1( 111
En un capítulo posterior trataré de mostrar que esas contiendas relacio-
nadas con la reputación no son simples cuestiones de honor o dignidad per- muy superior a la de la ofensa inicial .
sonal, puesto que lo que está en juego en estas contiendas es, entre otras co- 1?n la práctica, la mayoría de los escándalos son acontecimientos cola
plcycls que implican diversos factores y circunstancias contingentes, clec
sas, una cierta forma del poder y una determinada condición de los recursos y

i,m :i vez se asemejan ala pauta lineal y sencilla del primer modelo . nl l ,rulc,r .
de que depende . La reputación es un género de recurso que los individuos
clsc ;urd ;rlos pueden implicar la pública revelación de transgresiones cu mll .r,,
pueden acumular, cultivar y proteger . Es un recurso valioso porque permi-
te a los individuos ejercer lo que yo llamo «poder simbólico», expresión que
indica la capacidad de utilizar formas simbólicas para intervenir e influir en Irursgresión revelación pública
el curso de las acciones y los acontecimientos . 13 Hoy en día, todos ejercemos pública
i- >- + desaprobación
un poder simbólico en nuestra vida cotidiana ; constantemente utilizamos ocultación alegaciones públicas
formas simbólicas para ejercer influencia sobre otras personas y para dar
forma al curso de los acontecimientos . La reputación es uno de los recursos Figura 1 .1. Los ingredientes básicos del escándalo
con que podemos contar para tratar de alcanzar de ese modo nuestros inte-
reses y objetivos. Es un recurso escaso cuya acumulación puede llevar mu-
cho tiempo y costar grandes esfuerzos ; es también un recurso frágil que
puede agotarse rápidamente y que debe protegerse contra ataques o acon- 11,ue,clresión revelación pública pública
tecimientos que amenacen con reducirlo o destruirlo . Los escándalos son > + desaprolrrciom
i 1cuUncum alegaciones públicas
acontecimientos que amenazan con provocar justamente ese resultado . Los
individuos que se ven envueltos en un escándalo saben muy bien que lo que
está en juego no es sólo su dignidad sino también su poder, su capacidad transgresiones plrlrlu n' . y
para apoyarse en la reputación o en el buen nombre para concitar el respe- de segundo orden
inr 1(10
I :I In l l . 1 . 11„1 /, I, .
to de los demás y procurar la obtención de sus intereses y objetivos .

12 . 1?sic ejemplo se aborda cn el capít111o 5 .


nucvf :; urvnrllcpic uulur,
y rcrv, l uaouo
J
1 1 :onsi l, ro al poder simh,ilico congo 1111 :1 d, • las rualro 1,11 nce . 1,x, 1, :c-. ,I, . I, .r ., vrn
I, .l i l ; I luanlao11 • II r A-I r.é i .iu,/ A1u .h 17/// :1 .Cu . i .il I1 . , .r r ,/ /hr Alr ./i i, l : : unhi idl,e, I~it,,nra 1 .2 . i\I L,on„,, Icun ol .,,, d, 11 , . ,¡¡l,1 .11,- :, lux . ,,,ciil l, 1, 11 .



46 El escándalo político ¿Qué es un escándall' 'I ,

mientras que otros pueden verse desencadenados por alegaciones públicas especial a las amigas de una mujer que eran invitadas a presenciar 1111 unn 1
relacionadas con transgresiones que pueden haber sucedido o no . En la ma- miento . A finales del siglo xvi, la palabra comenzó a utilizarse de niodl I
yoría de los escándalos de gran envergadura, a las revelaciones y alegaciones general para referirse a una persona (habitualmente una mujer) afíriol lal LI .1
relacionadas con la comisión de malas acciones se añaden desmentidos y la charla superficial y ociosa ; al llegar el siglo xix, la palabra se usaba ya 11 :11 .1
contraalegaciones, lo que pone en marcha el proceso circular que destaca el ,Iludir a la propia conversación liviana .
segundo modelo . No obstante, incluso este modelo más complejo no es, en Dedicarse a las habladurías (tal como se usa hoy en día esta palabra 1 ull

el mejor de los casos, más que una tosca aproximación, y es característico I)Iica un cierto grado de familiaridad o intimidad entre los interlocu111I< ,
que la mayoría de los escándalos actuales impliquen varios elementos y de- No es posible dedicarse a las habladurías con un completo descono<-Id, I I1
talles añadidos que aumentan grandemente su complejidad . El desarrollo IY1n alguien a quien uno considera un enemigo, ya que las hablad url :is pw
del escándalo se convierte en una especie de narrativa sembrada de múlti- suponen un cierto grado de conocimiento sobre el asunto de que se halda ,,
ples tramas y subtramas, muchas de las cuales fracasan pero entre las que un determinado grado de confianza y confidencia . Entregarse a las 11 :1111 ;1
hay algunas que pueden evolucionar hasta convertirse por derecho propio , Indas es transmitirse mutuas confidencias ; implica tratar al otro enu o 1 a 1111

en escándalos de menor entidad («subescándalos») o transformarse inclu- 1I1i<'lnhro del grupo propio, como a alguien que nos resulta lo sutil il , u11 -
so en escándalos «subsidiarios» autónomos que sólo guardan una relación 11n'ute cercano para saber que le interesará, y que se le podrá confia
tangencial con el escándalo original -al modo en que surgió, por ejemplo, . De ahí que las habladlo ,1(qcnuaoversiónfmaldestipo 1,1` .
el escándalo Clinton-Lewinsky, cuya aparición se debió a una serie de in- ~,I I len principalmente en la red social de las relaciones entre familiares, :u1u
vestigaciones inconexas relacionadas, por un lado, con el acoso sexual de- 11,1\s v conocidos . Las habladurías son -por modificar ligeramente l :1 II11

nunciado en el caso Paula Jones y, por otro, a un fallido negocio inmobi- tulla empleada por un autor-' s una forma de comunicación qn1 1( 111-1
liario en Arkansas- . Hemos de volver en capítulos posteriores sobre todos IIn(, símbolo de intimidad .
estos temas . Aunque la sustancia de las habladurías pueda ser relativanlnnle i I n 1,11
(1 chic indica la expresión «charla ociosa»), no debe interprctarsl ti¡¡( 1
11,111L11111rlas sean un fenómeno trivial o insignificante . Al conlr :Irill . l .1- . 11 .1
HABLADURÍAS, RUMORES Y ESCÁNDALOS I,LI,InrI .Is constituyen una actividad mediante la cual se rcalid ual1 11 l, .,
1111111ah constantemente las relaciones sociales y gracias a l :1 <,1 :1l 1 .1 - II
He indicado que el escándalo es similar en ciertos aspectos a las habla- I11I, Ac .ii, o se transforman los lazos de la confianza . I ;nlre~1 :u .tie .1 I .1',

durías y a los rumores, y que los escándalos se ven frecuentemente precedí- II,IIII .II111rl .is con otros es mostrar que uno los considera cllulll Iler :1111a , t,II
dos por habladurías y rumores que los alimentan . Sin embargo, estos dos 111 I/ ¡llrlue111c próximas, o suficientemente integradas <'11 IIII pi 111)(1, 11111111

conceptos no significan lo mismo -¿en qué difieren exactamente? 11,11,1 1111( i .ud con ellas una charla informal, y dejar ver que, en I .iI'1 .1I,',
Las habladurías son principalmente una forma de hablar que se produ- 111 ,
1 l(! luercccdoresdelaconfianzasuficienteparalrauslnilirle .In1I11n1,1
ce entre amigos o conocidos . A menudo se trata de una charla sin impor- 11,11 II 111l11110111'ti de carácter confidencial (y en donde el 1,Illdn d1` 1 .1 111111
~ 1

tancia, de una conversación ociosa sobre otras personas que no forman par- 111 nI I,IIIda11 se regula por lo general en función del y
ad() Ile Iu11 .II1u,1 .11I
te de la conversación, o que versa sobre cuestiones relativamente triviales . :1 Se eonsid i i a una persona, 1 :11110 111 :IS IIn111 .11111 1
111,111111 111 .1' : ((15'
:I11 ,III

En inglés, la palabra (gossip) deriva de la antigua voz inglesa godsibb, que se I1= 11111111'11 h .lbladlll'Ias de nalllraleza e011lidl'll<'Í :11I . 1, .Iti h .1111 .1,1111L1' . ,1111

utilizaba en fecha tan temprana como el siglo xi .' 4 En su acepción original, (Iliilhll - 11 II11 .1 a1 - Invid ;111 Illetllallte la dial I ;Is 1101'111 :1s V V' :110re~, IIr 111', t'llllnlr,
un godsibb era un pariente político, una persona que había adquirido un 11111 - 11, - 11 1, .1111111 :1r ;1 5111 II('I'I'51)1141 de I<'ilt'1' dile eXpl'er ;al10 .ti ('II 1111111,1 , `-1111
lazo espiritual con otra al actuar como fiador en un bautismo . 1, :t palabra se
extendio gradualmente y se aplicó a los auligos ínfimos V :1 1<s elul<,eidus, en
I°r I IJIJ1 N1, 11v', ,.111v', k,-IIunI :n11, t Ilr;;l~l .tul .` ;1 .10, 111 .., , n Vil- L, 11 1 ,II , ll,l (,,,u1(1 ),

I I < 11 0. <,11 <,, 1,a ;',' ; . 1,')') /nu




48 El escándalo político ¿Qué es un escándalo) I'1

cita . Y ello porque las habladurías implican a menudo la narración de his- cierto) ; y las habladurías se intercambian de un modo que cancela cual(Ilu( •r
torias que poseen una faceta moral que pone de relieve los deslices de otras presunción de confidencialidad, dado que la información se transluile de
personas y que, por consiguiente, reafirman la rectitud cotidiana que otros una forma que la pone al alcance de cualquiera que quiera leerla . 1, :as ( ( I
han sido incapaces de observar . Además, a través de las habladurías, los in- lumnas dedicadas a las habladurías actúan como proveedores de secretor .
dividuos pueden expresar sus opiniones sobre los demás con un grado de I iblicos .
)1

franqueza que sería difícil de mantener en un escenario público, y por esta ¿Cuál es la relación entre las habladurías y el escándalo? La nociou d(
razón les capacita para emitir juicios sobre otras personas y para expresar habladurías es mucho más general que la de escándalo : las habladurías ,((n
sus puntos de vista de un modo que sortea los riesgos asociados con la con- una charla insustancial que puede ser cierta o no, que puede tener lln I((u((
frontación abierta . 16

positivo o negativo y que puede hacer referencia a muy diversos aspeclor : I( 1

En la mayoría de los casos, las habladurías se intercambian en contextos la vida de terceras personas . El escándalo, por su parte, implica una r;lllr • 1

de interacción cara a cara, habitualmente entre dos individuos y a veces en p,resíÓn de normas o valores que esas terceras personas conocen y que r,( si I

el seno de pequeños grupos . Sin. embargo, las habladurías también pueden pública reprobación . Las habladurías permanecen a menudo en el pl :u
I ;1
1( )

intercambiarse por medios de comunicación mediatos . Esto incluye formas I( • la comunicación privada entre amigos y conocidos ; el escándalo sol() 1 )1 I(

de comunicación mediata entre dos individuos -como es el caso de la co- (I( • darse cuando el conocimiento de una transgresión queda expuesto a I((-, 1

municación epistolar y la conversación telefónica, que son medíos muy ex- o(jo)s (le un cierto número de no participantes y siempre con la I( coiulW[((I1 (

tendidos para las habladurías-, pero también incluye las formas de lo que (111e se expresen públicamente juicios negativos sobre el particular . las 11 .1
comúnmente llamamos «medios de comunicación de masas» . Las columnas I (LI(Illrías pueden alimentar el escándalo y constituir un vehículo para dl l ;1

dedicadas a las habladurías en revistas y periódicos constituyen unas «ha- lusi(m de la información, pero el escándalo sólo podrá existir cuando s(' d( n
bladurías» de distinto signo : son formas escritas de «charla insustancial» so- nnllll :íneamente unas cuantas condiciones adicionales . Cuando) sí se supo I
bre terceras personas (habitualmente personalidades de los medíos de co- 1((mcn de forma muy sustancial el escándalo y las habladurías es en ( •I ( : I,(
municación) que presuponen y fomentan un cierto tipo de intimidad al que (l(- que estas adquieran un carácter público, como sucede en las ('olun111 .1
llamaré «intimidad no recíproca a distancia» .' Las columnas dedicadas a q ¡w s( • dedican a ellas : en tales casos las habladurías pueden deriv ;u l,I( II
las habladurías asumen que sus lectores tienen una íntima relación con las Iu( ul( en escándalo, precisamente porque la información se pone ;11 :11( :11'( ,
personalidades que centran el debate del texto . Tratan a sus lectores como I I p111)lico y puede conectarse sin dificultad con el discurso ínl ;lnl ;lnl,
a «miembros del grupo propio» que saben muchas cosas acerca de esas per- l is I1 ;lbladurías se parecen a los rumores, aunque la palabra )1111111
sonalidades y que sienten interés por obtener nueva información o por co- II( •n (' un ;1 connotación ligeramente distinta . Derivada del I'ranecs :u1111',n1,
nocer las últimas especulaciones sobre la cambiante fortuna de sus vidas . 11n111r •> se utilizó en inglés por primera vez en el siglo xiv p ;u'a nu lli JI Iul .l
Éste es sin embargo un tipo de intimidad unilateral y no recíproco (los lec- lpnuOn entendida de naturaleza favorable ." Posteriornlenle se 111111 ;(( d(
tores saben mucho acerca de esas personalidades, pero lo contrario no es 111,1111 1,1 111 :IS general para aludir a la conversación o hablilla no b ;Ir, .Id .1 ( 11 1111

( 1111( Ilnlelllo definitivo (como expresa el dicho : «('01'1'(' el 111111( )I d-


•• ) . ciertas o no, pero el 1'11111(,1 ,
16 . Los antropólogos, y más recientemente los historiadores y otros profesionales, han .111,
las h :lbladlll'ías pueden ser 1( . 1111,1(

debatido acerca de los usos de habladurías . Además del ensayo de Sally Engle Merry citado 1111 , ll( h1 5111 :IIIlellllllcal' ; 1111,1 opillióll que (lila ve".. Su liav ;I d( 1111111\ ,1
en la nota anterior, véanse especialmente las siguientes obras : Max Gluckman, «Gossip and 111( Illr (v)IIIII'Illilila O (k'snll'Iltllla deja desea', 1111 tllllno» A l iU,l •.
Scandal», Current Anthropology, 4 .3, 1963, págs . 307-316 ; Robert Paine, «What is Gossip I1114 1111J, I :IS hal)ladnri :ls tienden a 11o ser ratas (fue 1111a ('1nnver',J( 1111 IuJr .
About? An Alternative Hypothesis», Man, 2, 1967, págs . 278-285 ; Ulí 1 lannerz, «Gossip, 1,111( 1,11 J( ('I( ;1 ( le I( •r ('c1' :Is pel'sOII :Is O s(1)K . asuntos )«1 :111\' :11110111, I11n al, •, ,
Networks, and Culture in a Black American Ghetto», Ethnus, 32,1967, pá„s . 35-6(1 ;P. M .
Spacks, Gossip, Nueva York, Knopí, 1985 ; C . l . Wíckhanl, «Gossip ;Ind I(c.aixlnnc( anuml ;
ti]( , Medieval Peasanuy», Conferí ncia insnlgural, I lniv( rsidad d( 1(ti inl',han1, I9noing IH t tl'I ), \((I 11, I( :1 ;', .' 11 "1, , .
hnn1, I t 1'i . I'a V+ (c, I( .111(li I , 1 .i u \ l ; :11 \ M .1
. V111+ arnl ( 1111)/ I hr .1(' r,rl l'+I', /','/,' I
1 / . Vr:i ., I'IIOn1lr;on, lln Alr,/nr,rr ,/ 111,alrnu/r, pn17, 1
11/1I((u,ar, Nota 1'011,, 1 .1„ \1, •1 , I'Ii(,, l . .u . . I I \ ,11~'. '



50 El escándalo político ¿Qué es un escándalo,'

los rumores pueden versar prácticamente sobre cualquier cosa, incluyendo composición de un cuerpo humano tras la muerte), sino también los prole
asuntos muy graves, y pueden tener consecuencias de mucho alcance (por sus de deterioro o decadencia moral . Hacia el siglo xv la palabra adquirid
ejemplo, los rumores sobre el estado de salud de un dirigente político o so- además el sentido con el que habitualmente la asociamos hoy en día : la per
bre la estabilidad de una institución financiera) . Los rumores pueden di- versión o pérdida de integridad en el ejercicio de tareas públicas por sol 1(11
fundirse a través de interacciones cara a cara o por vía de la comunicación 1,1) o favoritismo, especialmente en el caso de los funcionarios del [,'si ad() ( 1

mediata -y, dada la naturaleza de las modernas redes de comunicación, 11 alguna otra institución pública .
pueden divulgarse con mucha rapidez . Utilizado de acuerdo con su sentido actual, la noción de corrupción il11
Al igual que las habladurías, los rumores pueden alimentar el escándalo plica dos elementos clave : a) el quebrantamiento de las normas, corlvenci( 1
al difundir información (en este caso, una información carente de confirma- n1s o leyes relacionadas con el adecuado ejercicio de las obligaciones I u il 111
ción) sobre los individuos o los acontecimientos que se encuentran en el (as con el fin de alcanzar objetivos de beneficio privado, pectnliario ((
epicentro de un escándalo o de un potencial escándalo . Los escándalos vie- p(I :umal ; y b) la perversión o la socava de las normas de integridad vineula
nen precedidos con frecuencia por habladurías y rumores; al principio es (lis con la vida pública . 21 Estos dos elementos se encuentran íntima0I1111(
probable que ambos se restrinjan al círculo de las personas que se encuen- 1111 relazados en la noción de corrupción, y lo están de un modo que dise 111

tran próximas a los individuos implicados en la transgresión, y es posible l',0(- a este concepto de otros relacionados y que se superponen parcí :llulen

que ese círculo haga ímprobos esfuerzos para prevenir que se difundan los i(' :1 ( •I , como los de soborno y nepotismo . La propuesta y la aceptación (1(

rumores . Sí los rumores llegan a oídos de los medios y se transmiten -bien 111 Irnos, por ejemplo, implica el intercambio de alicientes (a meo( (l0 ((-(

en forma de opiniones sin confirmar, bien en forma de insinuaciones-, en- 11(Inli( ,os) destinados a influir sobre determinadas decisiones o resultados ( , II
tonces se vuelve mucho más difícil evitar que estalle el escándalo . La proli- 1 :1v(Ir del donante . El soborno tiene una larga historia : la práctica ya (ra e( 1

feración de rumores puede alcanzar un nivel en el que se haga difícil o im- 1111111 (11 el mundo antiguo, y lo sigue siendo en muchas sociedades :I( l¡¡ ;¡

posible que los aludidos los pasen por alto, de modo que podrían verse 1 1 loy en día nos sentimos inclinados a considerar que el soborno un :l (s

obligados a responder públicamente, bien mediante un explícito desmenti- 1110 :1 específica de corrupción, pero en realidad sólo ciertos tipos d( so
do de los rumores (y corriendo por tanto el riesgo de que se presenten trans- 11(111(1 son ejemplos de corrupción en el sentido que acabamos de (lel111ir Y

gresiones de segundo orden), bien por la adopción de alguna otra estrategia II,1 :I ;1 porque caracterizar un acto de soborno como una lorn) ;1 ( 11
.,
de defensa . I l up( I(in es asumir que la acción implica a un funcionario púlhlieo y ( 111( ,n

( (IIIdII t :1 supone una perversión de las normas de integridad a las (Ine se s11
,
1-(111' (pu( h :ul (le adherirse los titulares de la función pública .

CORRUPCIÓN, SOBORNO Y ESCÁNDALO 1 ;,i ( orrupeion puede dar lugar al escándalo y algunos de los 1sc :ul( Ldo' .
11U', 1111p(Irtalltes y de más graves consecuencias se lian Isisadu ('ll :l,iis ;iu I(1
Hoy en día el escándalo se asocia frecuentemente con la corrupción y el tu 1( ( orrupciun -como cl escándalo del 'I'capot I)olne que cnest ío1111 I .I
soborno, hasta el punto de que podría parecer que todos estos conceptos se IIlulule,11 11 iol) del presidente Warren Harding el) los aiios veinte, el

hallan en la actualidad inextricablemente unidos . Sin embargo, estos con- IiII( I (1( ( .111((1, que erosiO11(1la carrera política de] alllli',ll(1 pr1111(1 1111111',II11
ceptos son, de hecho, muy distintos, y las relaciones entre ellos son comple- l .Ilullit L,IklleI I :III ;IILa a Illlales de la (leeada de los selelll :l V plln( ¡¡,n i ., d(
jas y casuales. La palabra «corrupción» deriva del latín corrumpere y del
francés antiguo ; apareció por primera vez en inglés durante el siglo xiv y se I l' II I nn dI I .111 IO I, d(1 :111 :11) s(II,rr Cl (un(('I)1O de ((111ilim 1H11 lulI I,I ti 11111,11 . --1

utilizaba para indicar la desintegración, la descomposición, o la cí rc0nstan- 1 r-l ((1' u H d' I,c . Ilra( tu U ( ( I rnl ll ;l1 (II la un i( •d ad(^: ( -(Inl(uIlull :uu :c,, (I .I„ l .nu
((II ( ""'/,(r,(!n, t''lln,1/( ( /1/n (n, I':nl( •((+(Ii,(1('l¡l¡ :, .N . l ., l'n'ull(r 1l,¡ll PI, AI i 11
cia de que un objeto material o una sustancia se echara a perder ." I 1 sto 11o
i 11' LI, uln nw I, NI¡, II,1(-I l(IluH l uiI y Vi( 1')1 T . 1,u Vl114- l( u1111 -. . ), /'nlin 1/ ( „(ui/vr " :
sólo incluía el proceso de desintegración (ísie :l (corlo sucede rol) la (les 1,, N 1 I r:nr ;a( Iinn, I'1 'I, .1H1 I I Ilc,r,rul AI ;II .c ., ( „rrn/ l1 'Ir 1!1
lffttlr . 1 ,rn ( ,III,l I nIi lnun, /\I I i ,In11, 1 '1((( I, I'l'III
`q(l11(-('l !+(11111111(1, Y(',l,,, ludir I f`Ji((luI,lu, lI, 1 . Ni¡,'l',0 1 ' 1111, NI,I .lulll .uil, l'Ili-l .
¿Qué es un escáudal<1 :l
52 El escándalo político

los ochenta, y los numerosos escándalos financieros que afectaron a la polí- vos y sociales, de modo que en aquellos contextos en los que exista unn ;111
tica de Italia, Japón, Corea del Sur, Alemania, Francia, España, Brasil y ;grado de sensibilidad respecto de la corrupción, los políticos pueden 1-n
otros muchos países en fechas recientes- . Sin embargo, no todos los es- contrarse con la sorpresa de que hasta las faltas relativamente menores sl <n
cándalos son escándalos debidos a la corrupción, y no todos los ejemplos de susceptibles de convertirse en motivo de dimisión .
corrupción dan lugar a los escándalos ; la corrupción puede existir (y a me- La última condición que debe cumplirse para que la corrupción se (,,i)
nudo existe) sin degenerar en escándalo . ¿En qué consiste entonces la dife- vierta en escándalo es la articulación pública del discurso infamante . 1 1 11 , 1
rencia? ¿Cuáles son las condiciones adicionales que deben cumplirse para revelación de actividades corruptas que no provoque ninguna respucsl .I .
que las actividades corruptas constituyan un escándalo? ninguna expresión de condena o reproche, no dará lugar a un escand ;ll<1
En primer lugar, las actividades corruptas sólo podrán convertirse en :uando la corrupción está extendida, cuando su existencia es ampliann1-nl1-
foco de un escándalo si se las conoce o si los no participantes tienen la firme conocida y se acepta como una forma semilegítima de conducir los asnnl<
convicción de que existen ; en otras palabras, es preciso que la corrupción se 1nil,lícos, puede suceder que la revelación de un caso de corrupción d<- In
revele para que se convierta en un escándalo . Si las actividades corruptas , ;1r a poco más que un suspiro de resignada indiferencia . La revclaei<in 1

I u I guante que aún no se ha recogido ; el hecho de si ese guante habed de sti


permanecen ocultas a los ojos del público, sí se limitan a una oscura exis-
tencia en un mundo al amparo de la observación pública, ni se convertirán recogido por otros, o de sí sus reproches tendrán la suficiente repercnsi< 1n
ni podrán convertirse en epicentro de un escándalo . El escándalo estalla si y ata desencadenar un escándalo y mantenerlo vivo el tiempo sufie¡cnl1- 11 ;1 r.l
sólo si el velo del secreto se levanta y las actividades corruptas llegan a co- .111ssur algún perjuicio, son cuestiones cuyas respuestas variarán ser , ul1 11
nocimiento de terceras personas o se convierten en el foco de una investiga- as<~s, en función de la naturaleza de la corrupción, del tipo de pul,líc111,111
socia[<-,
1,enerada por los medios y de una variada serie de circunstancias
ción pública .
Una condición necesaria para que las actividades corruptas se conviertan La mayoría de las formas de corrupción nunca se hacen 1>111111< ;I ,,
<le allí que nunca se vean expuestas al riesgo de un escándalo . Sin cln11,11
en escándalo estriba en que los no participantes tengan cierto conocimiento
"<1, implicarse en actividades corruptas y tenerla esperanza de sol~revi~-n
de ellas, pero no es una condición suficiente . La corrupción puede ser co- cl1

la vi< I ;1 pública es algo así como tener una generosa fe en los nx canisnl< I
nocida, o puede haber personas con la firme convicción de que existe, in-
L1 11e;crecion,o un gran sentido de la confianza respecto al grad<, <le inI1111ni
cluso esa existencia puede ser del dominio público sin que por ello se desa-
te un escándalo . ¿Qué otras condiciones deben cumplirse? Hemos visto que 1LId con el que puede uno contar en caso de que esas actividades, ulix,
<1<

d m .n i ¡c un tiempo, sean súbitamente reveladas a los ojos de los <Icni,I,,


la corrupción implica el quebrantamiento de reglas, convenciones o leyes
relativas al correcto ejercicio de las tareas públicas : el escándalo surgirá úni-
camente si esas reglas, convenciones o leyes poseen algún grado de fuerza
moral vinculante y tan sólo en caso de que la infracción sea considerada por
terceros como una violación suficientemente seria e importante para mere-
cer una enérgica expresión de censura . En algunos contextos, ciertas formas
de corrupción pueden considerarse como vías casi legítimas para la realiza-
ción de los asuntos públicos -una especie de «honesto soborno» que, pese
a haberse obtenido de modo ilícito, se considera que entra no obstante den
tro de los límites de una práctica aceptable- . En otros contextos en que la
corrupción merece una amplía condena, una falta relativamente menor
-como la aceptación de un modesto regalo- puede no ser considerad ;l
como suficientemente grave para dar pablllo a un escúnd ;dll . Sin elnl~ ;lrgll,
el gradO de censura morad aso ~ado con las 1, ;Irlielll ;lres I<lrure : v silnarioncr ;
d1- < m 1111,( ¡()ti V,II'I,I <'<NItiId1-ralilelnenle 1-11 III1)< ¡,)ti du 111` . < 111111-ti1<1s Iwil<111

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