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La presente edici6n de La Biosfera de Vernadsky encaja plename Laprersiin de B d Noleyeet enart on Naturaleza» de informar los trabajos pioneros de autores que trataron de conectar economia y naturaleza sin que su esfuerzo intelectual fue- ra debidamente apreciado en su momento, ni divulgado en el mundo dela edicidn. El mero hecho de que esta sea la primera edicion en cas- tellano de una obra que habia visto la luz en ruso y en francés, hace ya mas de medio siglo, evidencia el vacio indicado. Sobre todo, cuan- do el libro pionero de Vernadsky La biosfera (1926) desempens un pa- pel de primer orden a la hora de historiar como se acu la noci6n de biosfera, como objeto de reflexién sistémica y encrucijada de saberes parcelarios, y cuando tampoco encontré en su momento el eco que merecia su cardcter innovador en el terreno cientifico. Pero més alld de la pertenencia de su autor a un perfodo hist6rico determinado (il- timo tercio del siglo xix-primera mitad del xx), la presente obra sigue brindando a quienes estén interesados en superar el actual oscurantis- mo de las especialidades cientificas la posibilidad de beneficiarse del «enorme valor formativo de sus razonamientos y aun de sus intuicio- nes» (R. Margalef). La nocién de biosfera desempefia un papel fundamental en la conexion centre economia y ciencias de la naturaleza, al extender la reflexi6n sis- ‘témica al oikos planetario, frente al de los Estados, empresas y hoga- res, desde el que viene razonando la economia ordinaria, Profundizar en la forma en que se gest esta nocién, a través del mensaje de su principal formulador, resulta sugerente desde muchos puntos de vis- fa, incluido el de facilitar un mejor entendimiento entre las dos disci- plinas que razonan sobre cada uno de los dos oikos antes menciona- dos: la economia y la ecologia. Se trata, en suma, de avanzar en la linea de pensamiento abierto y transdisciplinar que esta Coleccién se ha propuesto desbrozar. A ello espera contribuir la presente edicién, notablemente enriquecida con el estudio preliminar, elaborado por el ecdlogo Ramén Margalef, y la cronologia bio-bibliografica sobre Ver- nadsky, realizada por el historiador de la ciencia Jacques Grinevald. reaveermigms WN MN QM § z 4 ECONOMIA Y NATURAL La Biosfera Vladimir I. Vernadsky Introduccién de Ramén Margalef EI ARGENTARIA WSK, is 8a) VLADIMIR I. VERNADSKY La BIOSFERA INTRODUCCION DE RAMON MarcaLer COLECCION: ECONOMIA Y NATURALEZA SentE «TEXTS BASICOS» FUNDACION EEA ARGENTARIA “VLADIMIR I. VERNADSKY LA BIOSFERA VSR, (6,5) Coles -Beonomia y Nace, vol IX See Texos Bison Comic Cinco Fesico Aguilera Kk le Carden Ra Gir Andes (rei) Jaen Mariner Air Jae Manel Naredo Pee (ee) Femanda Pr Soper ~Anonio Valeo Capi “Teaduccn: Mata Vitra Lip Pao ais Gute Andis La bia ya nears» Crosley) Revi: J.M. Nae yL Gutieee Disc poral Aloe Méndery Ragl ds Fcate (© Funda Argenta - Vine Di, 1997 ISBNs 88.7774979.5, Des Legal 38.156-1997 ‘Vor Ferocompotisa Tepes en Esp = Printed Spain (Gas Reger Navlerero (Madd) INDICE INTRODUCCION. Ramin Margalef CRONOLOGIA BIO-BIBLIOGRAFICA DE V. 1 NADSKY. Jacques Grinctdld een = = Biografa ~ Bibliograla LA BIOSFERA . — — Prélogo a la edicin francesa ~ Prologo a la edici6n rusa PraeRa PaRTE, LA BIOSFERA EN EL COSMOS ...... ~ La Biosfera en el medio cdsmico La Biosfera como regién donde se transforma la ener — Generalizacién empiric e hipétesis ~ La materia viva en la Biosfera — —La multiplicacion de los organismos y fa energia geoquimica dela materia viva —La materia viva verde ~ Algunas observaciones sobre la materia viva en el mecanismo dela Biosfera ‘SEGUNDA PaRTE. EL CAMPO DE LA VIDA = La Biosfera, envoleuea tetestt nemo ~ La materia viva de primer y sogundo orden en la Biosfera —Los limites de la vida ~Los limites de Ia vida en la Biosfera ~ La vida en la Hidrosfera a —Ciclos geoquimicos de las concentraciones y peliculas vitales dela Hidrosfera : : ~ La materia viva en tierra firme 9 m 113 128 140 45 155 164 173 = Conexion entre las peliculas y las concentraciones vitales de la Hidrosfera con las de la tetra firme. eecenenncnnnes TD ‘ApfNDICE. La evolucién de las especies y la materia viva 183 SHE oe : o LA BIOSFERA Y LA NOOSFERA 03 INTRODUCCION La Biosfere 205 ~ La Noosfera a = 210 Ramén Margalef Universidad de Barcelona La palabra biosfera ha pasado a ser de uso corriente para referirse ala por- cién de nuestro planeta habitada por seres vivos y manifiestamente organi- zada por ellos. Coincide con la parte lida superficial, que sive de soporte y, ala ver, etd arrastrada, aunque sea parcilmente, en la dindmica de la vida, ‘mds las envoleura liquida y giseosa cuya composicién no se entiende sino es 1 través de a actividad de la propia vida. Segiin el propio Vernadsky, la vor. biosfera habia sido usada ya por Lamarck, a comicnzos del siglo XIX, aunque su difusion viene més propiamente después de su empleo por el gedlogo aus- triaco Eduard Suess (1831-1914) en su obra Die Enstebung der Alpen (1875) Ys posteriormente, en su gran libro Das Antlitader Erde, del que hay una edi- cién espatiola, publicada dentro del presente siglo, bajo el tculo La fiz: de la ‘Tier (Madrid, 3 vol. 1923-1928). Como todos los humanos, los geslogos son parte de la biosfera y ademas éta les ha proporcionado los fsiles, que son tn elemento esencial en su trabajo. Al parecer, Suess no manifesta mayor interés por el ema que el asociable al deseo le caracterizar la condicién pecu- liar que caracteriza 2 una buena parte de los lugares de encuentro entre tna licosfera lida, una hidrosfera liquida y una atmésfera gaseosa, No ¢s tin strato mas, sino el resultado de una especial actividad dindmica que informa progresivamente la promesa de un mundo nuevo. Esta serfa una interpreta- cién probablemente correcta del punto de vista de Vernadsky, cuya forma- cidn era bésicamente quimica (y mineralégica). En 1926 produce est libro que titula La Biosfea, muy consciente de que maneja un punto de vista re vvamente sintetizador que no es comiin, aunque usa y trata de combinar materiales proporcionados por distntas ramas dela ciencia natural ce punto de vista, por rxzones més bien psicoldgicas, pudo interesar més a unos cultivadores de la ciencias de la Nacuraleza que a otros. Pero los tiempos cambian y ahora, con la conciencia del cardcter global de muchos problemas ambientales, la nocién de biosfera puede resultar mas popular y aun experimenta el riesgo de trivializase excesivamente. Esta puede ser una buena raz6n que justfique la elecci6n de este libro para su ‘raducci6n al espafiol. Claro que, al sumo que ha ido la produccién cient 8 9 fica en su drea, el contenido descriptivo y experimental de st texto st cae ahora de puro viejo, aunque el punto de vista permanece sorprendente- ‘mente fresco y puede servi incluso de correctivo a muchas de las divaga- ciones al uso en los medios de difusién. Se supone que al lector actual le va 4 interesar mas la filosofia de fondo que cualquier informacién mética 0 experimental, que puede resultar ya anticuada, y més contando con el ritmo vivacisimo al que avanza la obtencidn de datos sobre el ambiente global. Tampoco puede decirse que Le Biosféra fuera revolucionaria en su dia, lo cual da razdn de que el meérito se le ha reconocido més tarde. En su dia apenas caus6 impacto apreciable. ¥ es silenciado en le mayor parte de los libros de tema ecol6gico que se publicaron en la misma década y en la inmediata posterior. Sin embargo, actualmente el término biosfera se pro- diga dentro del campo de Ia ecologla. ‘Con o sin nombre especial, el Ambito de conocimiento que hoy se conoce como ecologia habla experimentado un considerable desarrollo a partir de mediados del siglo pasados Darwin es autor de libros de conte- nido propiamente ecoldgico, como los que tratan de las lombrices de tie- rra, o de las plantas carnivoras. Recordemos, ademds, que ya se habfan publicado en Europa, entre owas, obras tan genuinamente de ecologia como Das Pflanzendleben der Alpen, de C. Schrdter (1923-26), Grunnirak «af den okologiska Plantengeograft. de Warming (1895). y Tiergeographie auf ockologischer Grandlage, de Hesse (1924) Serfa injusto no reconocer que La Biosphire de Vernadskij o Vernadsky, cescritg originalmente en ruso y mejor conocida en su edicién francesa publicada por la editorial Felix Alcan, en 1929, plantea por primera vez la posibilidad de una visin planetaria que, naturalmente, pide un punto de fa mds funcional que descriptive. Es el punto de vista que tiende a coin- , 1876 Regreso de Ia familia a San Petersburgo. El padre, Ivan Vasilevich Ver- inadsky (nacido en Kiev en 1821), intelectual reformista, amigo de Tolscoi y profesor de economia politica educado en Occidente, se mostrd muy activo en cl movimiento liberal, especialmente en su calidad de propietatio de una libreria y de una editorial. A lo largo de toda su vide, Vernadsky serd un gran lector, priticamente en todas las lenguas europeas, tanto en los campos de la filosofia, del arte, de la religién, de la historia y dela lite- ratura, como en Jos de las ciencias y de la historia natural. A muy tem- pprana edad, habfa leido ya en su idioma original alos grandes naturalista, como Darwin y A. von Humboldt 1881 Se matricula en la Facultad de Fisica y de Mateméicas (Departamento cde Ciencias Naturales) de la Universidad de San Petersburgo. Es alumno de eminentes profesotes, como los grandes quimicos Dimitri Mendeleicv (1834-1907) y Alexander Butlerov (1828-1886), ast como del gedgrafo Vasli Vasilievitch Dokuchaev (1846-1903), profesor de mineralogia y cris- talografia, fundador de la edafologia o ciencia de los suelos. Dokuchaev a fue el padre de una extensa escuela naturalista que marcé l desarrollo del moderno pensamiento ecologista, destacando especialmente S. N. Vino- gradsky (1856-1946), V. Agafonov (1863-1955), G. F Morozov (1867- 1920), K. D. Glinka (1867-1927), B. B. Polynov (1867-1953). L. S. Berg (1876-1950) y V. Vernadsky (sel més brillante representante de esta disci- plina. A. Demolon, La Génétique des sols [La genética de los suels), Paris, 1949). 1882 Miembro del circulo (de los hermanos) Oldenburg (Braestuo, «La Frax ternidads) y de la sociedad cientificolteraria de los estudiantes de la Uni- versidad de San Petersburgo, disuelta en 1887 tras el aresto la ejecucién de su secretario, Alexander Ulianow, hermano mayor de Lenin, Participa también en una de las numerosas sociedades Narodnik. 1883 Publicaciin del Tchernozem ruso, de V. V. Dokuchaer, tsis doctoral en ‘geognosia y mineralogia en la Universidad de San Perersburgo, conside- rada como la partida de nacimiento de la edafologia cientifica moderna, una de las partes fundamentales de la ciencia interdiseiplinar de la ecolo fa. Al afio siguiente, Dokuchaev toma a Vernadsky como ayudante. 1885 Licenciatura en la Universidad de San Petersburgo. 1886 Contrae matrimonio con una amiga del cfeculo Oldenburg, Natalia Egorovna Staritskaya (1860-1943), Permanecieron unidos durante el resto de su vida 1887 ‘Nacimiento de su hijo George (emigrado en 1921; fallecido en 1973, en los EEUU), 1888 ‘Obtiene una beca de dos atios para realizar estudios de postgrado en Occidente. Estudia cristalografia y mineralogta con Paul Groth (1843- 1927) en Munich, ciudad en la que traba igualmente amistad con cl bié- logo Hans Driesch (1867-1941), antiguo alumno de Haeckel, edebre pos- tetiormente como filésofo vitalista muy controvertido. En el verano de este afio, tealiza una excursién a los Alpes con Karl von Zittel (1839- 1904), autor del libro clisico Geschichve der Geologie und Paliontologie [Historia de la Geologlay la Paleontologéa} (1899). Paticipa en el Congreso 2 geolégico internacional de Londres y es eegido micmbro correspondiente de la British Association for the Advancement of Science. Durante un viaje al Pais de Gales, conoce a su compatriota Alexi P. Pavlov (1845- 1929), profesor de geologia en Mosc, quien le invita a presentar su candi- datura a la Universidad de Mosc. * 1889 Primera estancia en Parts, Estudia mineralogfa en el laboratorio de Fer- dinand Fougué (1828-1904), profesor de historia natural en el Colegio de Erancia, alli encuentra a su camarada Valérien Agafonov (nacido también ‘en 1863) y conoce a Alfred Lacroix (1863-1948), fucuro yerno de Fouqué y que llegaria ser profesor del Museo y Secretario perpetuo de la Acade~ mia de Ciencias (a partir de 1914). Lacroix seré el amigo més intimo y el cje de las relaciones de Vernadsky con la comunidad cientifica de Paris. En Ja Escuela de Minas, estudia termodinamica y quimica fisica con Henry Le Chitelier (1850-1936). Le Chitelier le descubre 1a obra largo ticmpo des- conocida de Sadi Carnot (1796-1832) y la del isico matemtético extadou- nidense J. W. Gibbs (1839-1903) sobre El equilibrio de las sustancias hece- rogéneas, de la que era su traductor al francés. Estudia cristalografia con el fisico Pierre Curie (1859-1906), del que se hace amigo y bre el fascinante problema de la simetria y de la «disimetria», de acuerdo con a expresién introducida por Louis Pasteur (1822-1895), el célebre ‘médico de cuya obra Vernadsky admiraba sobre todo la dedicada a la qui- mica crisclogréfica. En Francia, Vernadsky lee continua y abundante- mente las obras de Buffon, Lamarck, los gedlogos, los quimicos, los fsid- logos y sobre todo del gran Claude Bernard (1813-1878) de quien se proclamaba discfpulo. Miembro de la «Seccién edafoldgica rusa» en la Exposicidn Universal de Paris, simbolizada por la nueva Torre Eiffel, representa alli a su maestro Dokuchaey, galardonado con una medalla de oro. Bs clegido miembro de la Sociedad francesa de mineralogia. el que descu- 1890 “Tesina (Sobre el grupo de ls silimanitasy el papel del aluminio en los sil cares, publicada en 1891) presentada en la Universidad de Moscd. Vuelve a Paris 1891 Diplomatura en la Universidad de Moset, Inicia como Privatdozent (profesor no numerario) la carrera de profesor de mineralogia y de crstalo- grafia en la Universidad de Mosci, carrera que va 2 durar veinte afos. Comienza sus trabajos sobre el desarrollo histérico del pensamiento cienti- fico, Seré también uno de los promotores de la extensién de la ensefianza cientifica a la mujer. 23 1894 Curso de crstalografia. Viaja por numerosos patses de Europa, vsitando los museos y las grandes bibli 1895 Descubrimiento de los rayos X por el fisico aleman Wilhelm C. Rént= gen (1845-1923), primer premio Nobel de fisica en 1901, 1896 Descubrimiento de la radioactividad por Henri Becquerel (1852- 1908), que compartié el premio Nobel de fisica en 1903 con Pierre Curie (1859-1906) y su esposa Maric Curie ~polaca nacida Marja Sklodowska— (1867-1934). 1897 “Tesis doctoral (Los fendmenas de deslizamiento en las sustanciascriseali- nai) en Ia Universidad de Mosed. Participa en el VII Congreso geolégico incernacional en San Petersburgo y Mosc 1898 Profesor no titular. Nacimiento de su hija Nina (que acabarla por emi- grar a los EE.UU,). «Mi madrer, ha escrito recientemente Sofia, la hija de ‘Theodosius Dobzhansky, «murié en febrero de 1969 durante una visita a Nina Vernadsky Toll, en Middletown, Connecticut». Fallece su madre ‘Anna Petrovna Konstantinovich (nacida en 1837). segunda esposa (en 1862) de su padre, tras el fllecimiento de la primera, la brillante Maria Nikolacrna Shigaeva (1831-1860), pionera de la defensa de los derechos de igualdad para la mujer. 1900 PParticipa en la Fxposicién Universal de Paris. Excussién geolégica alas ‘montafias del centro de Francia con Louis De Launay (1860-1938), profe- sor de geologfa y mineralogia en Ia Escuela de Minas. 1902 Profesor titular. Imparte de forma no remunerada cursos de historia de la ciencia, en especial sobre el desarrollo de la evision centifica del mundo, poniendo de relieve la necesidad de una visién unificada de la Naturaleza, siguiendo las huellas de su maestro Dokuchaev y de la tradici6n holistic de Goethe y dela eciencia humboltiana». 1903 Fundamentos de la Crisalografia. Unicia su duradera colaboracién cies tifica con su ayudame Aleksandr E, Fersman (1883-1945), quien se cot 4 vertiré en uno de los més eminentes geoquimicos soviéticos, y autor de un manual y de una obra de gran popularidad sobre la geoquimica, La Geo- 196501 lees Ii. pare 0% Ge sper "po 12425 x10 leon = 008947 ‘La dsc medi dela Tiers Sol expresd enn xa er igual 215 = 14950 107 lsmecos Es de, qu xl en rrm lub del edo cn eal, coun en ad oe esc. us, 104 con ondas de una determinada longitud- asi como el mecanismo de la biosfera que estamos emperando a considerar apropiado para la utilizacién total de los rayos por parte de la flora verde, nos suministran una nueva prueba independiente de la constancia de la materia viva en la biosfera 61, Podcmos evaluar la cantidad de energfa caprada en cada momento basdndonos en la materia viva. Segin S. Arrhenius, la vegetacién verde (sus compuestos combustibles) representa, en un afo, el 2,4 x 102% de la cnergia solar total que alcanza la biosfera; es decir, 1,6 x 10 kilocalotias. Es tuna magnitud considerable, incluso sila valoramos a escala planeta tia, No obstante, seria pertinente aumentarla, Hemos intentado demostrar en un ensayo anterior” que la masa orgé- nica caleulada por Arthenius como fruto del trabajo anual del Sol deberia, ser incrementada como rainimo diez veces. Probablemente més del 0,25% de la energia solar que llega 2 la biosfera se conserva constantemente (anualmente) almacenada en la materia viva, en sus compuestos, cixyo es- tado estable en un campo termodinmico propio diverge del dela materia rte dela biosfera. El impacto energético de la vida anual en cuestién, expresado bajo la forma de materias vivas creadas en un afio (0,25% de la energfa solar), ‘comporta sélo una pequefia fraccién de la enerpia solar transmutada por la Vida en energia quimica terrestre activa durante dicho petiodo, La vida ge~ neta nuevos organismos mediante la reproduccién, pero ademis crea com- pueseos quimicos, como el oxigeno libre. Los organismos resultantes de la smulkiplicacién vital se reconsticayen sin pausa y mueren antes del afto. Ya hhemos tratado este aspecto (cf. 45): unas masas ingentes de elementos mi- ‘gran incesantemente durante el afio, unas masas que multiplican varias ve~ ‘es cl peso de los 16 kilémetros superficiales de la corteza terrestre; es de- cit, unas cantidades miltiplos del orden de 10° gramos. ‘Conforme a lo que abonan los datos hasta hoy, el aporte energético de la vida en la biosfera, bajo la forma de organismos verdes cuya existencia supera el ciclo anual, apenas excede la energia que la totalidad de la mate ria viva retiene adn en su campo termodinamico. Como minimo almace- na, en calidad de compuestos combustibles, 1 x 10" kilocalorias y como nfnimo consume anualmente, para volver a cteatlos y reconstruirlos, el 29% de la energia que alcanza la superficie de la Tierra y el Océano; ¢s de- cir, gasia a parti de 1,5 x 10” kilocalorias. Si ls investigaciones posterio- res inducen a incrementar esta magnitud, es altamente improbable que el orden de 10” resulte modificado, ‘Al permanecer constante la cantidad de materia ongénica en el curso de todos los tiempos gealégicos, cabe considerar como inherence a la vida la TRV Verma, Le ich P1924. 308 105 energie que se corresponde con su parte combustible, Por tanto, x 10" krilocalorias serd la magnitud que exprese la energia transmitida por la vida, durante un afo, en a biosfera bajo la forma de organismos vivos. Algunas observaciones sobre la materia viva en el mecanismo de la Biosfera (62. La flora verde, pese a su relevancia, no abarca todas las manifesta- ciones esenciales de la vida en la biosfer. La quimica de la biosfera esté totalmente impregnada de los fenéme- nos vitales, de la energfa césmica que la vida absorbe. Por tanto falle su comprensin, incluso en lo que atafie alos aspectos més generales, si no hacemos patente el rango que ocupa la vida en el mecanismo de la biosfe- ra, Ahora bien, esta quimica sélo se relaciona parcialmente con la flora verde. EI mecanismo en cuestién encierra muchos secretos; no obstante, sear laremos algunas regularidades que consideramos necesariamente como ge- neralizaciones empiticas. ‘Sin duda nuestras ideas actuales sobre estos fendmenos suftirin giros radicales con el progreso cientifico, pero por muy imperfectas que sean, las hallamos continuamente refrendadas en el marco de la Nawuraleza y fuerza cs que las tomemos en cuenta. “Resfaremce mciniamente algunas de lx ideas que not parece pel mordiales El eminence navuralista K. de Baer destacé, tiempo ha, una particulari- dad que regula toda la historia geoquimica de la materia orginica en la biostera: le ly dela economta en lo que respect ala uilizacién de los euer- pos quimicos simples una vez. que forman parte de su composicién. Baer ddemostré tal hecho en el caso del carbono ¥, posteriormente, del nitrége- no. Es aplicable a la historia geol6gica de todos los elementos quimicos. La economia, referida a cémo utiliza la materia viva los elementos qui- ‘micos para subsistir, asume diversas modalidades. En primer lugar, ol fend- ‘meno se detecta en el seno del organismo. Cuando penetra en éste un ele- ‘mento, pasa por una larga cadena de estados, integrandose en varios compuestos antes de abandonar definitivamente el organismo y de que &te no obtenga ye beneficio del elemento. En segundo lugar, el organisto incorpora exclusivamente a su sistema las cantidades de elementos que re- ‘quicre para vivir y desecha lo superfluo. Procede a elegir, toma unos cle- ‘mentos, ignora otros, y lo hace siempre en unas proporciones determina- das. Se trata de un aspecto del fendmeno que Baer estudié y que sin duda se relaciona con la autonomia del organismo y con ls sistemas de equili- 106 brio que le son propios —unos sistemas que logran el equilibrio estable, do- tados de una energia libre minima, Tal particularidad de la historia geoquimica de los organismos se refleja ‘con mayor nitidez en sus conjuntos, La ley de la economia se observa aqui ‘en innumerables fendmenos biolégicos. Los dtomos que penetran en la _matetia viva bajo cualquier modalidad, una vez que se han integrado en las corrientes vitals, se reincorporan dificilmente ~quiz4 yz no lo hagan~ en la matctia inerte de la biosfera Los organismos que asiinilan a otros —para- sitismo, simbiosis, saprofitismo-, los cuales vuelven a cransformar instan- ‘dneamente en una forma de materia orgénica los residuos apenas libera- dos y vivos ain en una gran medida (estin impregnados de seres microscépicos), los descendientes resultantes de la multiplicacién ~en te- sumen, una amplisima bateria de mecanismos heterogéneos arrastran a Jos romos en el entorno, los confinan en los circuitos vitals y, dentro gle éstos, los van trasladando de lugar. Asi viene aconteciendo en la extensién de todo el ciclo de la vida desde hace cientos de millones de afios. Una parte de los dtomos que componen la materia viva inmurable, cuya energfa se mantiene constante a nivel del orden de las 10” kilocalorias, jamés abandona dicho ciclo. Segiin la expre- si6n -en sentido figurado— que nos refiere Baer, la vida aplica citerios eco- ‘némicos en el gasto de la materia absorbida, no la desecha ficilmente y lo hhace cuando no le queda otra alternativa. Por lo general no la restituye, al ‘menos no por mucho tiempo, (63. En vireud de La ley de la economia, habré étomos que permanezcan dentro de los circuitos de la materia viva a lo largo de los tiempos geolégi- ‘os, en perpetue movimiento y en continua migracién, sin retornat al seno de la materia inorgénice. Esta generalizacién empirica, ante el panorama tan sorprendente que trara, nos obliga a profundivar en las consecuencias que entraia y a bus- carles una explicacin. Actualmente sélo nos cabe proceder por hipétesis. En primera ins- tancia, la generalizacién plantea una cuestién que la ciencia habia igno- rado con anterioridad, si bien las especulaciones filos6ficas y tealdgicas ya la habian abordado. Tales étomos, patrimonio de la materia orginica, {on los mismos que los que componen la materia inerte o existen entre ellos otras mezclas especificas de isstopos? La experiencia seré la que nos brinde una respuesta y la experiencia précticamente llama ya a nuestra puerta. 64, Una de las manifestaciones con mayor trascendencia, con un im- pacto fundamental en la biosfera (cE. 42), es el intercambio gaseoso de los otganismos con su entorno gaseoso. Una parte de dicho intezcambio ha 107 sido acertadamente calificada de combustién por L. Lavoisier. Mediante la combustién, los écomos de carbono, hidrégeno y oxigeno migran sin tre- ‘gua dentro y fuera de las corrientes vitales Probablemente la combustién no afecte al substrato esencial dela vida, al protoplasma. Bs posible que los dtomos de carbone, que se lberan de la ‘materia viva en la atmésfera o en el agua bajo la forma de dcido carbénico, pprovengan de una materia externa al organismo, de los alimentos, y no ya de aquella que compone su estructura. En consecuencia, serfa en la base protoplasmatica de la vida y en sus formaciones donde se agruparian los 4comos absorbidos por la materia viva y retenidos por ella La teoria de la estabilidad atémica del protoplasma se remonta a Cl Berard; estéexcluida de los conceptos admitidos en biologta, pero ocasio- nnalmente irrumpe dentro de este campo y alertaa los estudiosos. Quizd haya una relacién entre las tesis de Cl. Bernard, la generaliza- ci6n empiice alusiva a la econom‘a vital de K. de Baer y el hecho empiti- 0, probado por la geoquimice, que refleja la constancia de la cantidad de vide en la biosfer. Es verosimil que todas las aportaciones reseiadas sean facetas del mis- mo fenémeno: la invariabilidad de la cuantia de ls formaciones promplas- ‘aticas de la vide en la biosfra alo largo de tados lo tempos geoligicos. 665. El estudio de los fenémenos relacionados con la vida a escala de la biosfera aporta otras evidencias acerca de cudn estrechamente aquéllos se imbrican en ésta. Confirma la necesidad de que consideremos las fenéme- 1s vitales como un componente del mecanismo de la biosfera, ya que las fuunciones desempefiadas por la materia orgénica en el mecanismo exacto y complejo de la misma repercuten profundamente en las propiedades y es- tructuras de los seres vivos. EL intercambio gaseoso de los organismos, su respira, ocupa el primer tango entre tales fendmenos. Queda fuera de discusién el parentesco inti- ‘mo de dicho intercambio con el intercambio gescoso a escala planer del cual representa una de sus manifestaciones esenciales. J-B. Dumas y J. Boussingault, en una famosa conferencia que pro- smunciaron en Paris, en 1844, demostraron que la materia viva funciona como un apéndice de la aimésfera. En efecto, la materia orginica construye, durante su existencia, el cuerpo de los organismos a partir de los gases at- ‘mosféricos (oxigeno, écido carbénico, agua, compuestos del nitrégeno y del azufie}; convierte dichos gases en combustibles, lquidos y sdlidos, acu- mulando de esta suerte la energla césmica del Sol. Después de morir y ‘mientras participa del ciclo vital ~cuando se produce el intercambio gaseo- s0- resttuye a la atmésfera las mismos elementos gaseosos. Esta nocién se adecia perfectamente a la realidad. Fl vinculo genético aque encadena ala vida y alos gases es muy estrecho. Incluso més profundo 108 de Io que se concluye en un primer andlisis. Los gases de la biosfera se ‘mantienen siempre genécicamente ligados a la materia viviente y ésta de- termina, invariablemente, la composicién quimica bésica de la atmésfera terrestre. Ya tratamos este fenémeno a la"hora de resefar el papel protagonista {que cumple el intercambio gascoso en la creacibn y en el condicionamien- to de la multiplicacién de los organismas; es deci, en la manifestacién de su energia geoquimica (cf. 42) Los gases presentes en la atmésfera (oxigeno libre, acide carbéni- «0, etc.) se hallan en un estado de equilibrio dindmico, en un continuo in- tereambio con la materia viva, Los gases que se desprenden de esta iitima retornan a fa atmésfera i ‘esantemente; las fases de absorcién y de expulsién a menudo acontecen cn el organismo de modo casi instanténeo. El flujo gaseoso de [a biosfera se relaciona as intimamente con la focosintess, con el laboratorio césmico de la energia 66, La mayor parte de los étomos se reintegra cn la materia orgénica inmediatamente después de que perezca el organismo donde se hallaban. (Ura propor insigicance desu peso abandona, por un largo tempo, el proceso vital Este pequefio porcentaje de materia no es aleatotio, sino que probable- ‘mente permanerca constente ¢ inmutable en el caso de cada elemento. Ac- cede de nuevo a la materia orgénica por otra via, al cabo de miles y millo- res de afios. En este paréntesis, los compuestos que han emigrado de la materia orgénica desemperian un cometido prioritario en la historia de la biosfera, ¢ incluso en la historia de la cortera terresre en sentido amplio, pues una gran parte de sus écomos abandona, por un largo periodo, os I ‘ites de la biosfera Nos referimos aqut a un nuevo proceso, ef de la lenta penetracién de la Tera por la energia radiante del Sol que incide en ella. Al ticao de dicho proceso, la materia viva transforma la biosfera y la corteza terrestre. Sin pausa va legdndole una parte de los clementos que han intervenido en la vvida, crea masas de un peso ingente, o impregna la materia inerte de la biosfera con el polvo de sus residuos. Por otto lado, gracias a su energia césmica, modifica la forma de los compucstos que se han originado al margen de su influencia inmediaca (cf, 140 y ss.) La corteza terrestté, hasta donde nos resulta factible observar el fend- ‘meno en sus entrafias, va transtmutindose de este modo. La energia cbsmi cc de radiacién sc infiltra cada vex més profundamente, en el curso de los tiempos geoléicos, debido a la accién de la materia viva en el seno del planeta. Los minerales se convierten en formas freéticas de los sistemas ‘molecalares y sirven de intermediarios para este transporte. 109 En una gran medida, la materia inerte de la biosfera es un producto viel Bajo un enfoque novedoso suscribimos las ideas de los filésofos de la Naturaleza de los albores del siglo xix (L. Ockens, J. Steffens, J. Lamarcl). ‘Convencidos del alcance primordial de la vida en los fenémenos geolégi- 05, estos pensadores abarcaban la historia de la corteza terrestre con més hhondura y consistencia ante los hechos empiricos que las generaciones posteriores de gedlogos partidarios de su observacién estricta Es curioso que Ia inluencia sobre toda la materia inerte dela biosfera, en particular sobre la creacién de las aglomeraciones de minerales vadosos, esté principalmente ligada a la actividad de los organismos del medio acuético, El continuo desplazamiento de las cuencas hidricas en los tiem. pos geoldgicos propaga por todo el planeta las acumulaciones de energla uimica libre, de origen césmico, obrenida de tal suerte. Todos estos fens- ‘menos parecen caracterizarse por un equilibro dinémico estable, y las ma- sas de materia que participan en ellos son tan inmutables como la energia solar que alcanza nuestro planeta y los determina. 67, En wima instancia, una masa considerable de materia en la envol- tura externa, en la biosfera, esté englobada y acumulada por los organis- ‘mos vivos,transmutada por la accién de la energia césmica del Sol El peso de la biosfera debe equivaler a 10 gramos. En esta capa super- ficial del planeta, le materia viva activa, receptora de la energla césmica, intervendré como minimo en un 1%, seguramente en varios tantos por ciento. En ciertos puntos predomina y en las capas delgadas, por ejemplo cn los suelos, representa a menudo més del 25%. Ast, la aparici6n de la materia viva y su formacién en nuestro planeta se cortesponde con un fenémeno de carécter césmico que se traduce a as claras en la ausencia de abiagénesis,en el hecho de que, en el curso de toda Iz historia geol6gica, el organismo vivo haya procedido siempre del orga- nismo vivo. Todos los organismos se emparentan genéticamente y en nin- satin lugar se observa que los rayos solares puedan ser absorbidos, ni la energi solar transformada en energfa quimica, al margen de un orgenismo vivo anterior. 2Cémo ha podido originarse este mecanismo especifico de la corceza terrestre, la materia de la biosfera animada de vida, un mecanismo que fanciona sin interrupeién desde hace los miles de millones de afios que su- man los tiempos geolégicos? Es un misterio, como la propia vida lo es en cl esquema gencral de nuestros conocimientos. 10 SEGUNDA PaRTE EL CAMPO DE LA VIDA La Biosfera, envoltura terrestre (68. La importancia de la vida on la estructura de la corteza tertestre ha ido calando tan gradualmente el terreno cientifico que, ain hoy, no se le concede su justo valor. Fue en 1875 cuando E. Suess, a la sazén profesor cn la Universidad de Viena y uno de los mds eminentes ge6logos del pasa- do siglo, introdujo en la ciencia el concepto de biosfna. Con tal tétmino designaba la envoltura especifica de la corteza terrestre donde se asienta la Vida. Definié asi la ubicuidad de la vida, la continuidad de su manifesta- cidn en la superficie planctaria, una idea que pugnaba por abrirse camino ‘entre los plantcamientos cientificos. Al establecer Ia nueva nocién de une envoltura terrestre peculiar regida ppor la vida, Suess enunciaba de hecho una nueva generaizacién empirca de amplio aleance, aun cuando no estuviera entonecs en condiciones de prover sus dltimas consecuencias, ya que apenas estamos comenzando a dliscetnilas gracias a una serie de descubrimicntos cienificos recientes, 69. La biosfera constituye la cobercara 0 genera superior de una de las grandes regiones concéntricas de nuestro planeta: la cortez tertestic. Las propiedades fisico-quimicas de nuestro planeta cambian regular- ‘mente en funcién de su alejamiento relaivo respecto del nicleo. Son idén- ticas en las secciones concéntricas que su estudio determina. Desde un aspecto estructural cabe distinguir dos formas: en primer lu- gar, las grandes regiones concéntricas del planeta, que denominaremos concenias,en segundo lugar, las divisiones mis especificas de tales regio- ‘nes, que denominaremos capas o geosfira. ‘Como minimo se delimitan tes grandes regiones coneéuericas: el micleo, el Sima y la corteza. La materia parece estar confinada dentxo de cada te- si6n, ptcs s6lo cruza los respectivos limites de separacién muy lentamente ‘en determinadas épocas fijs. La migracién de materia de uno a otro sec- tor no obedece a un rasgo inherente 2 la historia geolégica ordinaria. Por tanto, cada regidn configuraré un sistema mecinico aislado, independiente de los restances La Tierra, en suma, mantiene las mismas condiciones termodindmicas de hace millones de afios. Alli donde no se producen aportes de energia *Vatos gelogs 0 ger uian cl fein eof ipa en a tei de Suen lie smalien qe}. Mary (191) yD, Solr C924), 03 activa, extrafia alos sistemas mecénicos vigentes, se habrdn establecido sin

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