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DE LA MATERIA A LA RAZON
Jesits Mosterin
José Ferrater Mora es conocido sobre todo como autor de
‘obras de divulgaci6n y referencia ampliamente consultadas, como
La fitosofia actual 0 el monumental Diccionario de Filosofia, eu-
vya sexta edicin acaba de aparecer. Sin embargo. a Ferrater le mo-
lesta ligeramente esta fama, que tiende a relegar a un segundo
plano su intento de desarrollar una filosofia propia. Este intento
deberia haberse desplegado en cuatro libros: El ser y Ja muerte
(publicado en 1962), £1 ser y el sentido (publicado en 1967), ET
ser y el hacer y EI ser y el deber ser. “Mi ambicion —escribia Fe-
rater en 1967— es concentrar en los euatro lo més granado de mi
produccién filoséfica. No me mueve al ansia de fabricar un siste-
‘ma a la antigua usanza, pero si el deseo de exhibir un modo de
‘pensar que espero que resulte coherente y concertado.
Ferrater acaba de dar cima a su proyecto original, aunque
reduciendo la previstatetralogia a trlogia y fundiendo en un solo
libro lo que originalmente estaba previsto para dos. Asi los anun-
ciados £1 ser y ef hacer y Elser y ef deber ser se han convertido en
De la materia a la razén, de reciente publicacién (Alianza Edito-
rial, Madrid, 1979). De da materia @ la razon es el libro mas ambi-
cioso y de mayor alcance de los publicados por Ferrater hasta
ahora. No s6lo presenta su filosofia prictica, tal como desde el
principio estaba previsto, sino que revisa y pone al dia los temas
‘ontolbgicos de sus obras anteriores. En cierto modo puede decirse
‘que constituye la culminacién y el resumen de la cosmovisién de
Ferrater. Este libro, més seco y menos cuidado literariamente que
los anteriores, pero tedricamente més ambicioso, merece ser to-
mado en serio
De la materia a la razén se compone de tres partes princi
pales: en la primera Ferrater expone su ontologia, en la segunda
201202, De la materia a la razon
su filosofia de la accién, y en la tervera, su ética. La ontologéa
aparece expuesta en las 70 paginas del eapitulo primero (Realida-
des), La filosofia de la accién, en las 33 paginas del capitulo se-
sundo (Acciones). Su ética en las 71 paginas de los capitulos ter-
cero (Deberes) y cuarto (Valoraciones). Un apéndice, titulado Las
carias sobre ta mesa, retine algunas de sus consideraciones meto-
dotigicas sobre el filosofer.
Ontologia
La ontologia de Ferrater —tal como la expone en este li-
‘bro— constituye un materialismo emergentista. Toda la realidad
se articula en sistemas situados en cuatro niveles diferentes: (1) el
nivel fisico, (2) el nivel orgénico, (3) el nivel social y (4) el nivel
cultural. Los sistemas de niveles superiores dependen de los nive-
les inferiores y no podrian existir sin ellos. “El nivel de las realida
des fisicas... es el nivel bésico. Podria ser el tinico existente, pero
no lo es de hecho ... Si no hubiese el nivel fisico, no habria el or-
Binico. Si no hubiera el nivel orgénico, no habria ningtin nivel so-
cial, ¥ sin éste no habria ningun nivel cultural” (pd. 41). Todo
depende de las entidades fisicas (es decir, de las que habla la fisi-
a) y en este sentido Ferrater califica su ontologta de monismo
materialista. Pero es un monismo sui generis, pues reconoce que
los sistemas de nivel superior —aunque dependientes de los infe-
riores para su existencia poseen propiedades no reducibles 2 las
de los inferiores y, en este sentido, emergentes respecto a ellas..
Por eso su materialismo es un monismo emergentista, que subraya
ademas la continuidad entre tos diversos niveles.
Al final del eap(tulo ontoldgico, Ferrater reafirma sv posi-
cin metodolégica, llamada por él integracionismo, que consiste
en considerar que siempre que hay dos tesis en conflicto, hay que
considerarlas a ambas como tesislimite, la insuficiencia de cada
tuna de las cuales puede ser corregida por el paso hacia la otra. Es-
te integracionismo poser la virtud de la tolerancia, pero encierra
el peligro del pasteleo y el eclecticismo. En el pasado parecfa a ve-
ces como si Ferrater se pusiera en la posicién de quien, porque loDe la materia a la razin 203
sabe todo, fo perdona todo y, en definitiva, no se compromete
con nada, Aqui Ferrater afiade la prec ..on de que “el tratamiento
de posiciones opuestas tiene lugar dentro del marco del materialis-
mo emergentista” (pig, 85), lo que parece atenuar su integracio-
rnismo. F. incluso en ef apartado central de este capitulo —Neural-
‘menial Ferrater se olvida por completo de su integracionismo y
adopta respecto al llamado problema de las relaciones entre men-
te ¥ cuerpo una posicién tajante, enfética y rotunda: los procesos
mentales no tienen realidad propia ni constitayen un nivel parti
cular sino que son idénticos con los procesos neurobioligicos de
los organismos. “La dualidad cuerpo-mente ¢s insostenible” (pag,
4d), “No hay nada que se pueda llamar ““hechos mentales”, “ae-
tos mentales”, “realidades mentales” como si fuesen hechos, pro-
cesos, actos o realidades de una cierta clase, distinta .. y delimit
ble respecto a los procesos neurales. No hay tampoco ninguna rea-
lidad que pueda lamarse “un sujeto mental” ... “una mente”
“un alma” (pig. 46). “Puede haber, si se quicre, una diferencia in-
tensional entre “mental” y “neural”, pero no hay una diferencia
extensional: ambos tienen el mismo referente” (pig. 48). Esto no
¢s el cquilibrio integracionista entre dos posturas opuestas, sino la
rotunda afirmacién de una de ellas. Me parece muy bien que Fe-
rater sea tan rotundo en este caso, tanto mds cuanto que bésica-
mente coincido con su posicién.
En la exposicion de su ontologia Ferrater abandona la jer
sa tradicional del ser, el ente, etc. y adopta la nueva jerpa del ss:
tema, el nivel, ete. El cambio de terminologia me parece afortuna-