El duelo.

16 Hijo, por un muerto derrama lgrimas,

y como quien sufre cruelmente, entona un lamento;
entierra su cadver segn el ritual,
y no seas descuidado con su sepultura.
Llora amargamente, date fuertes golpes de pecho,
hazle el duelo segn su dignidad,
un da o dos, para evitar murmuraciones,

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pero luego consulate de tu tristeza.

Porque la tristeza lleva a la muerte,

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y la pena del corazn consume las fuerzas.

En la adversidad se prolonga la tristeza,

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una vida de miseria aflige el corazn.

No te abandones a la tristeza,

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evtala, acordndote del final.

No olvides que no hay retorno,

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al difunto no le aprovecha tu tristeza, y te hars dao a ti mismo.

Recuerda mi sentencia, que ser tambin la tuya:

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a m me toc ayer, a ti te toca hoy.

Cuando un muerto descansa, deja que descanse su memoria,

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consulate de l, porque ha dejado de existir.