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PRESENTACIN
Los colombianos somos esencialmente un producto del mestizaje de
sangre y culturas; un mestizaje producido a la fuerza, por medio de la
violencia y las violaciones, pero eso no es lo que nos define. El
sincretismo cultural produjo un nuevo ser, que no era ni espaol, ni
indgena ni negro, aunque muchos indgenas y negros conservaron ya
fuera su lengua, sus costumbres y su cosmogona y sobreviven en
este mar de mestizaje. Tal vez lo ms importante para el colombiano
actual es reconocerse como lo que es: un mestizo que lleva
orgullosamente la mezcla de sangres y culturas lo que nos ha
convertido en un grupo humano supremamente diverso, de ah que no
podamos definir categricamente qu es ser colombiano, teniendo en
cuenta que es tan colombiano un indgena del Amazonas como un
mestizo bogotano o antioqueo o un negro del Caribe, si de
nacionalidad estamos hablando.
La cultura comn que tenemos los colombianos es una amalgama de
las culturas regionales que se desarrollaron histricamente. Nadie
puede negar que un paseo de Escalona forme igual parte de la cultura
nacional tal como un poema de Silva o una escultura de Botero o una
mochila arhuaca y un sombrero vueltiao. Hay algo en nuestra psiquis
que vibra con una cumbia o un currulao o con un pasillo o una cancin
llanera. Las culturas regionales forman parte de nuestra conciencia
cultural colectiva. No hay ningn otro pas en el mundo donde se
hayan inventado la cumbia y el nombre de Macondo ponga a la gente
a pensar no solamente en el Macondo de la fantasa sino en todos los
macondos reales que existen a lo ancho y largo de su territorio.
Ahora bien Qu es ser samario? Ser samario no es un accidente de
tiempo y lugar sino una forma de ser y de querer a Santa Marta.
Muchos han nacido y vivido en Santa Marta pero difcilmente podra
decirse que son samarios.
La cultura samaria fue acunada durante muchas generaciones en la
cadencia de las hamacas y las mecedoras de fondo de paja a medio
desfondar. Se gest en las terrazas de las casas, en los parques y
plazas y en la cotidianidad de sus calles.
WILFRI RODRIGUEZ