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Posiatos deca s ma locuerie ale de le Trae masa y posrodeme en erga Mee, sears 8027 Conster a Baume como etn dela posntemitse una paseidn que ay or toy es una sige pre eamigirs cus abo lama, Tino ceese i getpeeiva de le toons erica come 1 posleuciraisno, i éice aborda biscanenie a | cecanstucon soi denies apart oe a “erence Een presera bro, Baurinrbsea esa moat deronca as! coro orgasm lan on bose dl Propo una dic posmodema que 6 aa vez sarge, ure ica, on shies, de Peas la raid ha legato acu fr? Nos encore ‘os rer a "ete doin eco y on Yrsicon a una ‘wove dpca “rae ala dldeber? Acoli, eves ‘elon posnaero, ha ko eustiaporla ela? De acuerdo con dass epions d prose ye 6 ls tlengos pasnodenos canavan a eranipact elas nomas mas, ol dsapogo dl dobar y laos: © iodo a aspensbldod mora © como anil 2 esas afrmacores tan de mots, ot trokndo y peasto andi ce a petapeciva poor nos inde Zygmunt Bauman resus sepeosinente blemerco. Oe acuerdo con sv ooh, bos grandes tenes del tia no an parddo viene etemceverosy abordvos de na manera irene ovedosa. Nesta epoca, suger, ain nel amarecer mis queen el caso, dela ica ZYGMUNT BAUMAN 2s ieee ems de Soon nls Univers de Lacs, munceraniaeconocico sor ‘aba rcela sobre ear soi la moderiady posroernis IN 4. EL GRUPO MORAL DE DOS Poco a poco, i moclernidad despojé al hombre de todos sus atavios “particulares” para reducslo a la (suptesta) esencia “humana”: fa del social! Desde el inicio, la modernidad se propuso liberar al hombre de cnalquier “influencia y desviacidn historicas que devastasen sa esenicia mas profunda’, de manera que —o al menos es se esp bba— "lo que es coman a todas las hombres, en tanto hombres, pue- de surgir en ellos como su esencia”? “El hombre como tal” era, des- de luego, un nombre en cédigo para designar a un ser humano subordinado a un solo poter y movido por un solo poder: el poder legistaivo del estado; en cambio, la emancipacién que debia reali se para que “Ia esencia brillara en toda su pristina pureza represen- taba la destrucci6n o a neutralizacion de todos los powvois intermé- dais, es decir, *particularizantes" que saboteaban 1a labor que el poder “universilzante” del estado moderno pretendia llevar a cabo La lucha para deseubrir la “esencia humana” era una de las muchas batallasen la guerra por el derecho a legislar de manera monopélie (©, en otras palabras, la guerra para sustitir la “mano muerta” dela costumbre y la tradicién —una mano en realidad bastante viva gra- cas alos atrincherados mecanismos locales ce reprodiuccién contro- Jada— por Ia voluatad del estado como legisador tinico, Otras for- mas habituales, tradicionales debian aplastarse y desaparccer, con el fin de que el cuerpo y el alma desnudos del "hombre como ta” pur dieran vest ropajes nuevos, esta vez elaborados por un disefador. Despojada de la corteza de sus ataduras “naturales la “esencia" del “hombre como tal” comprobé ser, entre otras: eda asocial. Los pensadores ms connot mente disefiado, como Hobhh "Louis Danson, Bsns om fiituation Mar ory in Anthleiol Pope nner of Cag Press, 180, p25, * Geng Simmel, ‘Freedos al the ince” On naval and Sova Fors, Donald 8 Levine camp, Unions of Chicago Pres, 1971, pp. 2 (96) ca oe Se oatanaae ‘externa e instrumental; no consideraban que el hecho de “Ser TH os inehidiwos mnsideraban que el fin ® Conforine a esta vision, eTindividuo quedaba libre de obligacién hacia los demas seres humanos; salvo, desde iego, las obligaciones definidas impuestas por el tinico po- der competente para legislar “la ley de la tierra", Simmel nos comen: ta lo siguiente en su agudo resumen: “Todas las relacionies con vtros son, en thing instancia, meras estaciones en cel camino por el que el ego llega a su yo. Yesto es verdad al magen de que ‘el ego se sient basicamente ientico a esos otros porque ain necesita a con Liecion que lo sustente, ya que se encuentra solo consigo sus propios pode res, 0 de que es lo bastante fuerte para soportar la soledad de su propia eon- dlicién, puiesTafuncidn de la mulitud sinicamente es que el individuo wilice «alos demés como medida de st incomparabilidad y de la individuatidad de sumundot La méneda solitaria, cerrada herméticamente, queda abandonada centre la multitud de aquellos que se encuentran cerca aunque infini- tamente alejaclos y enajenados sin remedio, y quienes en cada interre- lacin buscan tan sélo una oportunidad de nutrir su identidad... esto ¢s, la sociedad moderna, especializada en la remodelacion del espa- cio social, que apuntaba a la creacién de un espacio piblico en el que no hubiera ningune proxiaidad moval. La proximidad es el ambi- to de la intimidad y la moralidad; la distancia es el ambito de Ia enaje- aber una distancia estruc nacién y la Ley. Entre el yo y el otro debi turada dinieamente por normas legales, sin influencias distorsionantes de lo espontineo e impredecible, sin cabida para poderes tan poco confiables tan resistentes ala legislaci6n universal como aquellos del impulso moral desviado, Se esperaba que las normas legales fueran obedecidas, ya que ataitian al interés propia de los llamados a obede~ eer y prometfan darles un servicio inmejorable: las normas legales apoyarfan a los individuos y los instarian a buscar lo que mejor con- "Jean Bethke Edhuin, “Liberal heresies Esinenttism andl represive feminism” igonten ond te Maan Poi: Ess in Contemporary Plea Por, MERI Ca MeGraah, comp. Marcel Deer Nisa York 197 p. 9. 98 GRUPO MORALE HOS viniera a sus ntereses: por afadidura, les prometian mostrarles e6me hacerlo, Los intereses del individuo legalmente definido no eran los intereses de otros. La distancia entre el yo y el otro se extendia lo bastante para evitar el riesgo de confabulacion originada en Ia sepa- i racién, una fuente permanente de posible conflcto entre intereses a individvuales | Una vez exiliados de sw morada natural —Ia proximidad— los © Gfatectos se redivigisian a la totalidad abstracta © imaginadta del esta x do-nacién (en palabras de Reinhold Niebult, el aliruismo individual se volverin a forjar en el egofsmo de grupo). Lo anterior dis A> moralmente la proximidad inmediata del individuo, la compari en Ay* que vivia com los otros. ELefecto, en parte planeado ¥ en parte im- ‘s previsto de ello era, por asi decirlo, un segundo analfab ito Dal sincapacidad individial de manejar la presencia del Otro ya a afecto que esa presencia —misteriosae ilegitiniamente— evocaba, J En un mundo construido tnicamente con reglas codieables, eF Otro permanecia en el extesior de este yo camo tuna presencia mis- Ag teriosi pero, ante todo, coafusamente ambivalente: cl ancls poten- ial de la dentidad del yo, la vee un obsticulo, una resistencia ala auutoafirmacign del ego. En la ética moderna, el Ouro era la contra- diccisn encarmada y-el més temible abstéculo para que el yo logra- ra la plenitud Si i posmodetnidad representa un refugio de los callejones sin sa- \P fida a tos que llevaron las ambiciones de la modernidad, buscadas a {ij wean, i etica posmoderna readmit a Otro como verino —co sno aque que esti cerca del cuespo yde la mente— en lo mis profun- Afi dey ora en feet dell de lon rpegcaleaedosal (WW que habia sido extiado.Dicha ética restableceria el significado moral auuténomo de la proximidad; volveia a forjaral Otro como el perso- haje central del proceso mediante cl eal el yo moral llega a ser Co- mmo postulara Alain Renaut, para que la nueva étca remesdiara ka ne- sligencia de la filosofia étiea moderna, ésta deberfa enfocarse en la ‘mtersubjetividad, como la “imitacion impuest al individualism mo- hnadoligico”.° En este sentido, la ética posmoderia es la de Levinas Como sugeria Francois Larvelle, Lévinas es “el pensador del Oxo": “Levinas “inventa’ un Otro radicalmente ético, se refiee al Otro por el cual fur interpelado, incluso antes de poder enumerar la manera i Alain Rent, fv dein, Pats, Galimard, 1989, p61 HL GRUPO RAR DF BOS. 99 com lo hizo” 0, en palabras dé Mare-Alain Ouakin: laética de Le vinas cs unt “humanisio det Ovo hombre". Su étiea es posmaderna, ya que se mueve por: is caeguilewbo die rokipe lbinazinids maayseapnapeaealae| Jeto sali de s mismo v convertire en sujeto de Ia autoneascendencia, Para Lé- | ‘inas, es elsurgimiento(surpsemrn) de a intersubjeivdad lo que const ye al sujeto, ynoa lainversa.* En la éica posmodemna, el Oo ya no seri aquel que, en el mejor de los casos, esla presa de la que puede alimencarse et yo para recobrar Ja vida y, et el peor, coarta y sabotea la constitucién del yo, Ahora sera cl arbitro de la vida moral. Como dijo Levinas: “La humanidad del hombre, lasubjetividad, es una responsabilidad para l otro, una vt netabilididl extrema, El regreso al yo se convierte en una desviacion | interminable..”. Con ello Lévinas nos habla de la responsabilidad pa- rael Ou, que llega antes de que el Otro haya tenido tierapo de exi- 4 nada; una responsabilidad “iimitada, ya que no se mide por com | promisos,a la que se refiere el asumir y rechazar responsabilidades”:* Una responsabilidad previa a cualquier compromiso, responsabilidad que es una medida « priori de cualquier compromiso, mis que algo rmedido por éste @ posterior. LA ASIMELRIA DEL YO-TE En una dristica inversion de los prineipios de la ética moderna, Lévie nas le confiere al Oreo esa prioridad que alguna vez le fue atribuida sin Tugar a dudasal yo. La relacién intersubjeriva no es simétrica. En este sentido, soy responsable porel Otre sin esperar reciprocidad, aun cuando ello significaraatviesgar mi vida, La reciprocidad es sw problema...yo soy responsable por una responsae Franco Larelle, “eres, ler ecesable, Ter pour Kime Linas eae Laswell, comp. Jean-Michel Prce, Pari. 1980, p. are-Alan Ona, Maiations tips, Pari alan 1992, p. 120 *Esumaniel Levinas "Nov idem", Call Pept Papers, La Has, Saws Nabe se ogtrmtn hl le ubjchsidel 9 ong fye al fit fo 49 oho sar * 100 GvrO ORR. BOS biliad total, que responde por todos los denis y por todo en los ots, a0 por so responsabilidad. EI Yo siempre tiene uma responsabilidad mas que los El nucdo de la subjetividad consiste en ir hacia el otro sin importar cual sea su movimiento hacia mf. O, mas exactamente, consiste en acerearse de tal ma era que, mas alla de las roluciones reeéprocas que lagre esiablecer ene yo vel vecino, siempre voy in pasoaelelante que él... El vecina me concierne aa- tesque cualquier suposicion, cualquier compromiso aceptade o rechazado, come si me dierun una orden wau- Es como si recibiera Grdenes de afve: mivia, sin imterionizar por medio de representaciones 9 coneeptos Ia autori dad que me da Grdenes. Sin preguntarme: mente y por ende rebautizadas como la Ley de la Tierra, que sustituirian la depenclencia de las fuerzas ingobernables ¢ incontroladas, no codifi- ceadas y “ciegas” de los instintos las emociones individuales (para Durk- heim, por ejemplo, eliminar los grilletes de las normas sociales impues- tas descubriria no a un indisido Tibre, sino 2 un esclavo de las pasiones animales). Por ota parte la libertad del yo al que no se le ha dewuelto el derecho de actuan sin vergiienza ni necesidad de ofrecer disculpas, de acuerdo con su propia responsabilidad moral, slo puede significar aban donarse a un mandate moral que no conoce reposoy siempre exige mis, de lo que elyo puede, 0 estd dispuesto, a dar Enimanel LEvini, Hk and Pit: Coaesation st Pipe Nema, Ricard A Colne, ral Pioburgh, Duquente Universi Press. 1983, pp. 898, Eauuiel Lévinas, Osher shan Dring, By Furr, Alphonso Ling ah {a Haya, Marts Nihal 10, pp. 84.87.88 1H GRU SIORAL BE DOS 101 fein igor queen lox rea de sigitepiony do fe progicad esa lain de exchatn-~ que engan agai tae obligucionenydcberes no ene snfado ene sed transmit qnidcados Serle xr, canto yo recononrla re] sec del reer como i esprmliad que any cm ele noradqvemondiado 3530, qien espns: es 4, tie eoxorgo el derecho de hucermie rexponable xen ea re cidn de significados del Otro, y por ende de mi, que nace mi libertad, | timetia de la reapomabided, dbido aque el poder erato #2 Condontaiamente de mild, que altar Gel yo eo eal ser parasieament, nnn bert bree acon sob cts dependants 3 ees in pia sbi eda cede ad de ser repo cpor end e, Un verdicts con ok Sal rcspce dear, dermente nose eno de epaio fice, mma de epi sci ea densidad dl onocient iia Lateriala del proto wreScrea scot ln ae 4 ta conighad ala fan de riniiices Novara syn aituspusta Ocoee ce -Proxinia se efere lacuna ic de aston Gc, qe PX “chia cpoctnd como onel so del anor qu i expo eo pice 1 pociid c dttb y cr pera ohiaro negra distance pamente ane pars naa secilo~"n spr de diana El Smbito del sex. el de las reglas. es también el mbito de los La relacién de proximidad no puede reducirse a cualquier modatidad de dis. tancia o contigiidad geométrica, como tampoco ala simple “vepresentacin” ‘de un secino; es ya una asignaci6n, una asignacion excremadamente urgen 1, una obligicién, anacrénicamemte previa a cualquier compromiso. La an, terioridasd es “mis antigua” que el « prion. an ad es “ie antigua” que el =p rin! eS ee 3 2 102 EL GRUPO MORALE BOS: EI “significado absoluto y adecuado” de proximidad, sencillamen- te —0 no sencillamente— "presupone a Ja ‘humanidad”."" La proxi- midad del vecino es “obsesiva’, el tipo de inmediatez que “se desliza del estado de conciencia, no por falta sino por exceso, por ‘excesion’ del acercamiento”, La proximidad “rebasa la intencionalidad”.!? La intencidn presupone un espacio medido, una distancia. Para que la intencién pueda darse, primero debié haber una separacién, tiempo para reflesionar y ponderar, para “tomar una decision”, proclamar y anuneiar. La proximidad es el campo de toda intencida, sin ser ea si intencional, Maurice Blanchot sugirié que en una relacion ética, el Ono es “la atencién”. Ta atencin es la expera [atntion st Vattente): no un esfuerzo, una tensisn, ni movilizacion de canocimiento en torno a clerca cosa de la que tno esti preocupado, La atencién espera. Espera sin prisa, dejando vacio lo que esta ‘acta y evitanelo la prisa, ol deseo impaciente y, ain mis, el horror det vacio que nos sugierellenar ese hueco premataramente.! ‘Tal atencién, tal espera, no es posesiva: no pretende desposcer al Otro de su voltmntad, de Jo que Ie es caracteristico ni de su idemtidad por medio de la coercion fisica © la conquista intelectual llamada “de- finicidn”, La proximidad no es una distancia unida —ni que exija ser tunida— por un puente; no esim predimbulo a la identificacion ya la fusion que podria, en la préctica, ser sélo un acto de tragar y absor- ber. La proximidad esta satisfecha de ser lo que es... proximidad, Yes- td preparada para permanecer como tal: en un estado de atencion permanente, pase lo que pase. La responsabilidad nunca esté comple- ta, nunca se extingue, nunca pasa; es esperar @ que €l Otro gjerza st. derecho a ordenar, derecho que ninguna orden dada y obedecidla puede disminuir os, three thos Being, pp. 82, 100401, SL. "Emmanuel Levinas, “Language and proxi Colled Phitsphion! Pes, p. 19, 's Mautice Blanchot, LEntien infin, Paris Calls, 169, p 174 THE ddlgo fonda, Caracas, Mote Sela, 1993) 1 ERUPO MORAL BE DOS 103 APOnEA DE LA PROXIMIDAD Esperar de este modo es una tarea retadora, que fuerza al yo a ts Ii nites de la paciencia ve acerca clemasialo a estos fimites para hacer posible que'seevite la transgresion, ", Posiblemente el ‘Ou no se reconozca en la interpretacion; si guarda silencio, como, sucederia en una relacién moral, no tendré manera de enterarme de su desacuerdo; si rompe el silencio, adquiere una voz propia provo- cada por el sonide de mi voz y, por ende, comienza a resistirse, en= frento ahora la lectura que él hace de si mismo a la lectura que yo ha- go de él; y si quiero asegurarme de que cumpli plenamente con mi responsabilidad, que nada ha quedado por hacer, que nada he olvi- dado ni pasado por alto, me sentiré obligado a incluir en mi respon- sabilidad el deber de superar lo que yo s6lo puedo ver como su igno- rancia o interpretacién equivocada de “sus mejores intereses”. En cualquier caso, mi responsabilidad pareceria realzarse agradablemen- te: la ingenuidad, la imprudencia, la improvisién del Otro destaca mi percepeién, mi prudencia y mi diserecién. Ysiguiendo su propia logica, imperceptible y surrepticiamemte, sin culpa ni mala voluntad de mi parte, el caritio se ha convertido en po- der. La responsabilidad ha dado origen a la opresién. El servicio re- percute en una competencia de voluntades. Porque soy responsable ¥ no esquivo mi responsabilidad, debo obligar al Ouro a someterse a Jo gue yo, conforme a mi mejor conciencia, interpreto como “su pro- FLGKLHO ORAL OF DOS lov pio bien”. No tiene sentido acusarne de codicia © posesiviead, ni si quiera de egotismo; sigo actuando en beneficio del Ot, sigo siendo un yo moral, ndiferente al interés propio, que no ealeula los costos y es 1 dispuesto al sucrifieio, “En verdad no puedo hacer otra cosa, ya que a setpratle veiastess alibi ies crisis pss —tencia del Otro? ;Cusinta de su autonomia debo quitarle? Como dijo Bertrand Russell en alguna ocasion, ef problema con este camnin er el cual cada paso nos dirige al siguiente es que no sabemos en qué pa so comenaar a gritar.. La linea entre carifio y opresidn es muy débil, y la rampa de la indiferencia espera a quienes la conocen, ¥ proce- den cautslosos, como si temieran transgredir un limite. LA MORAMIDAD COMO CARICA La “ética posmoderna", sugiere MareAlain Ouaknin, “es la étiea de fa caricia’." La mano que acaricia siempre se mantiene abierta; nun- case cierra para “asir®; toca sin oprimir, se mueve obedeciend la for- ‘ma del cnerpo que se acaricia.. Emmunuel Lévinas wilizo por primera ver la alegoria de la caricia en 1947, reinta afios antes de concluir su obra magna Oterise than Being. Lavision de una caricia como el paradigma de la relacién mo- ral urgid mucho antes de la primera premonicion del espacio preon- tol6gico de la ética, antes de la exploracién fenomenolégica de la pro- ximidad y la articulacién de la responsabilidad sin limites. En su sentido primario, la caricia es Ia actividad del amor evdtico; isualiza Jo que en el amor escapa a la vision; se presta a la descripeién, a dife- rencia del amor. En la deseripeién, la caricia representa al amor: Ent lahistoria de la filosofiaética de Levinas, c] amor erdtico brindaba el marco en el que debia trazarse ol “Ser para", en general, la condicion moral como tal, O, dicho de otra manera, la postura moral, represen- tada en las ensefianzas étieas de Lévinas, es una metifora del amor Ovabnins ap ot, pI us PL ekono Mona Am 8 erotico; a la vex gene! dre y un caso especifico de amor, al mismo tiempo. La caricia se mueve al centro de la vision de Lévinas en el contex- to de st anilisis sobre el sorprendente paralelismo entre el futuro ¥ el Oo. El fururo genuiino, el que atin no ha sido —a diferencia del futuro que existe en la anticipacién, e] futuro de Bergson, de Hel- degger y de Sartre, el “futuro presente’— es lo que no puede asirse de ninguna manera. La exterioridad del futuro es totalmente dife- rente de la extetioridad espacial, precisamente porque extender la 10 n0 bastard para asirla, El futuro “nos cae encima” y “nos abruc ma’. En otras palabras, "El futuro es el otro”, Con respecto al futte ro, al igual que con respecto al Oro, el sujeto “no puede ser eapaz de nada”. El futuro, al igual que el Otro —en su acto de confront cidn, en el frentea fremie—se “da” y se “oculta” simultaneamente Es imposible encontrar en el presente, en el eso que yo he asido, 280 que puede ser asido, algiin equivalente del futuro, ni siquiera algo parecido, Hay un abismno entre el presente y el futuro; el furnro es siempre un nuevo nacimiento, un comienzo absoluto... como tam- bién lo es el Orro, _Elamor ertico reconoce esta alteridad absoluta; sible por lo absolito de laalieridad.——————— Jiaador y particularizante, una categoria de mae tino a mre claci “Benen si ue Ta conserva, Bt pilos del deseo yacé en eTecho” a 9 objet casi TET HARTY “aeserdox Hae verte en mi: por el a La intencionalidad del deseo amoroso esta dirigida no a un “he- ‘cho futuro”, sino al futuro como tal, a su otredad absoluta y perpetaa ‘evusividad. La caricia, la actividad del deseo, no tiene intencién de ‘poser, capturar, saber" si ése fuera el caso, la caricia apuntaria a ani- quilar Ia alteridad en el Otro y, por consiguiente, a su autodestruc: cin. La caricia es “como un juego con algo que se esconde, un jue- go sin plan ni proyecto, que se juega con algo que no vaaser nuestro ni nosotros, sino con aro, siempre otro, por siempre inaccesible, siempre por venir. La caricia es la atencidn al futuro puro, un futuro Vase Emmanuel 6.1991, pp. 64,68, 71 ina, L Tp tou, Par, roses Universitas cle Fr 2,78 [Et uemgo ye a. pi} HGRUFG MORAL DE Bos 109 sin contenido" El amor erdtieo es la relacién con la aheridad, con. ‘el misterio, con el futuro: eon lo que en este mundo, en el que lo hay todo, nunca hay Cabrfa secundar la opinién de Edith Wyschogrod’” en el sentido de que ls ética preontoldgica de Lévinas no podia encontrarse en las facultades de Ia vista 0 el oido, sino Gnicamente en el tacto —mis bien, un metasentido, arquisentido— ese “acereamiento puro, prox midiad pura’, cercania del ser”, Podréamos agregar que en el fend- meno del tacto puede fandamentarse mucho mas que la ética, Lace “rela v la violacion fisica

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