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NUEVOS ESTUDIOS PARA LA MINERIA COLONIAL

EN LOS ANDES

César Espinoza Claudlo

El reciente libro publicado por el historiador peruano Carlos Contreras Carranza,


titulado Los Mineroe y el Rey. Loe Andee del Norte: Hualgayoc 177O-
1825. (lEP.Lima 165 pp), puede ser examinado desde varias perspectivas , global o
regional, la política económica estatal impuesta por España o la especificidad histórica
de la economía minera de Hualgayoc. Sus proposiciones tienen fundamento empírico
concreto, elaborado y organizado de manera rigurosamente sistemática, plantea un ca-
tálogo de datos desconocidos sobre problemas y fenómenos sociales cuya construcción
está guiada por un cuerpo consistente de ideas y conocimientos, hipótesis y teorías que
le permiten diferenciar esferas de fenómenos económicos de la minería colonial y re-
construir su naturaleza total y comportamiento en una coyuntura histórica concreta.
Ya desde las primeras páginas, Contreras busca precisar la especificidad de la his-
toria económica de Hualgayoc frente a la experiencia de la economía minera de otras
regiones andinas como Potosí o Pasco, planteando los siguientes elementos:
a) haber actuado con un mayor grado de autonomía frente al control y promoción
del Estado. Mineros y Comerciantes se autoabastecieron y a veces actuaron como
uno solo.
b) Se cosechó la plata sin apoyo de los clásicos mecanismos coloniales, como fueron
el habajo fozado y la dotación de insumos a precios subsidiados. Apelaron a la
conhatación de trabajadores libres.
Flualgayoc es un asiento minero mediano que inicia sus actividades productivas en
1771. Las primeras vetas se explotaron al interior de una hacienda llamada Apan. Entre
los años 1776-1800 se produjo más de un millón y medio de marcos de plata, con un
promedio anual de 65 mil marcos. Entre los años de 1812-1824 empieza un ciclo de
descenso imparable hasta llegar a los 25 mil marcos de plata. l-Iualgayoc se ubica a 8
leguas de Chota, 12 de Cajamarca y 50 de la ciudad de Tiujillo. Se estima que este
asiento mineral logró concentra¡ entre 1774-1.814, entre 3-4 mil habitantes. Las menes-
tras, los frutales y los cereales fueron suministrados por haciendas y pueblos indios de
Bambamarca, Chota, Santa Cruz y Cajamarca. En l79l se registraron un total de 86
mineros con 413 propiedades (pero el 87% inactivas) en la que laboraban 882 opera-
rios y producían un 15% de la producción total de la plata en el virreynato peruano (J.
Fisher: 1975).

pOilrIce CoLoNIAL Y MINERIA.


La guerra contra Bpaña (1810-1824) fue mortal y fraumática para la minería
asentada en los Andes no sólo por la presencia de los ejércitos patriotas y realistas en
las bocaminas y pueblos andinos circunvecinos, con la consiguiente destrucción de sus
equipos, insumos y dispersión de la mano de obra indígena, sino por la radical modifi-
cación de la política estatal contra este sector económico que representaba la columna
fundamental para organizar la producción agraria terrateniente y campesina, los ciclos
comerciales y la circulación de bienes entre la Ciudad de los Reyes y los pueblos andi-

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Hasta nrediados del 'siglo XVl, ta minería colonial arrdina estuvo protegida por im-
portantes subsidios otorga<los por el Estado español para, en correspondencia, captar
mayores ingresos fiscales y articular un irrtercambio comercial favorable a la economía
rnetropolitana. La implementación de esta política econótnica posibilitó la emergetrcia
rle numerosos asentamientos mineros y poblados andinos, donde intervinieron merca-
deres y banqueros ofertando y demandando insumos y bienes de consumo, articulando
así procluctos europeos y consumo Urbano y campesino. En suma, estructurándose im-
portantes espacios minero-mercantiles como Potosí, Oruro y Huancavelica.
Superada la crisis minera de Fotosí y el Alto Ferú desde finales del siglo XVlll, el
Estado español contaba con la plata mexicana y diversas rentas fiscales. En efecto, la
Corona española no consideró entre sus planes continuar con una costosa política de
fomento a la tninería andina. Esta había dejado de ser un sector clave en el esquema
del dominio español en el último tercio del siglo XVlll.
En estos últimos años se ha iniciado el estudio del impacto de las reformas borbó-
nicas en la economía virreynal peruana con la lectura y examen de nuevas fuentes do-
cumentales y el análisis de espacios regionales no tradicionales, diluyéndose la visión de
que estas reformas políticas sólo sirvieron para relanzar la minería colonial afectando
otros seciores económicos y, por tanto, agudizando la crisis colonial'
En diferente perspectiva historiográfica, otros historíadores, entre ellos Carlos Con-
treras, sugieren que por el contrario, estas reformas polílicas intentaron homologar la
dinámic¡r minera con otros sectores económicos. O sea, se concibieron e intentaron
implementar proyectos y reformas para armonizar la nlarcha económica, creando lo
que Miguel Maticorena ha difundido a través de sus escritos como el "cuerpo de Na-
ción" e irrr¡reclir las explosiones sociales como la acontecida en el Cttsco y el sur andino
con TLpa Amaro entre 1780-1781. Este asunto era mul,r grave ya que la economía tni-
n€ra en los Andes subsistió gracias al subsidio del Estado español: mlta, mercurlo,
repartos y tributo lndígena. Numerosas instituciorres, normas legislativas y meca-
nismos de 6rden colonial estuvieron al servicio de la nrinería para convertirla en un
sector rentable. La economía campesina se encontraba coaccionada por el mercado
nrinero para obtener energía humana e insumos como textiles y alimentos.
si en tl¡tosí, siglos xVI-XVll,la mita cumplió eÍicazmente este papel de subsidio
campesino directo impuesto por el Estado español, a finales del siglo XVlll Ia minería
logró imponer, a través del tributo y sistema de repartos, los mecanismos indirectos para
consegrtir energía campesina a bajos precios. Si a todo esto sumamos la provisión de
pólvora, azogue y {errelería, a precios subsidiados, encontramos a un Estado protector
de Ia minería con c¡éditos blandos y a largo plazo que, en muchos casos nunca fueron
cancelados. En verdacl, los requerimientos de capital fueron satisfechos por el Estado.
Ahora bien, en la medicla en que la protección del Estado empíeza a disminuir,
créditos y capitales empezarán a ser adelantados por los "aviadores" (prestamistas), ca-
racterizándose su accionar por montos de préstamo pequeños y con tasas elevadas'
Entre 1780-1822 el ambiente social se convulsiona por el permanente conflicto entre
dos grupos: Ios prirneros, defendiendo la política de fomento del Estado colonial
(la intervención del Btado en la economía), y los otros, proponiendo el libre mercado,
y en algunos casos la separación de &paña. Proteccionistas y Liberales debatirán sobre
como favorecer la inversión de capilales, acceder a una mayor oferta de mantl cle obra

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campesina e impulsar la modernización tecnológica. En suma, mineros, comerciantes y
burócratas se €nfrentaron cotidianamente defendiendo sus posiciones. Si el Fstado de-
bería o no intervenir en la evolución económica, ya era motivo de polémica y reyerta.

MINEROS Y COMERCIANTES
Cómo se financió [a nrinería de la plata en Hualgayoc ?
I-a legislación prohibió la concentración de vetas, en consecuencia no hubo con-
centración de la propiedad minera. Se practicó una minería desconcentrada, en la que
predominaba la dispersión. Todo lo contrario ocurrió con la fase de refinamiento meta-
lúrgico. Aquí los mineros perdieron el control del circuito productivo y se especializaron
en la fase extractiva. Los "habilitadores" (que también eran mineros) controlaron la fase
final (refinación) de la economía minera.
Don Mlguel Espinach sintetiza este oficio de empresario minero y la del habilita-
dor. Natural de Solibella, Cataluña, concentró una vasta experiencia en negociaciones
comerciales y amplio trajinar político en la burocracia estatal regional. En 1798 mantie-
ne [a propiedad de siete minas con 2611varas, 18 dependientesy 767 operarios. Entre
1775-1893 sus minas produjeron 343,830 marcos de plata. En suma, en Hualgayoc
bastaba alcanzar la dimensión de habilitador para mostrarse como un empresario mine-
ro exitoso.
Fero sus acciones no se circunscribieron al espacio minero. Los indios de la estan-
cia de Lacamarca se levantaron en 1806 contra el servicio de yanaconaje impuesto por
don Miguet Espinach. Bta pequeña estancia se encontraba ubicada en la jurisdicción
del pueblo de Bambamarca, provincia de Guambos. Lacamarca fue propiedad particu-
lar de los caciques de la guaranga de Pampamarca; estos señores étnicos arrendaban
sus terrenos a numerosas familias indígenas a cambio de una corta renta. Los tributos
los cancelaban en calidad de forasteros o yanaconas del rey. En 1803 su dueño, el ca-
cique don Clemente Carguajulca, sufrió el embargo de sus bienes por no poder cance-
lar los tributos puntualmente. En consecuencia la estancia fue sacada a remate por or-
den del Subdelegado don Maríano de Castro y Taboada. Esta propiedad fue adquirida
por el Teniente Coronel de los Reales Ejércitos y Coronel de las Milicias kovinciales,
Miguel Espinach y Masagueq nativo del reino de Cataluña, señor de nrinas en Hualga-
yoc y varios latifundios en las provincias de Chota y Cajamarca. Dueño de Santa Bá¡-
bam de Chala y arrendatario de las haciendas de San Antonio de Forcón y San Ran-
cisco de Llaucán. Imponiendo trampas y argucias logró inscribir a los arrendatarios en
calidad de yanaconas. Más adelantela escasez de mano de obra lo empuja a empa-
dronar a un seclor de indios en calidad de mitayos, para este efecto consigue apoyarse
en el Subdelegado Castro y el apoderado Fiscal Faustino Farfán. Los indios tributarios
sumaban alrecledor de 31. Rente a estas acciones de Espinach y autoridades, los indi
genas tomaron la decisión de abandonar Lacamaica y dirigirse a Santa Cruz, Catache y
Chonta, en la que enconharon apoyo y defensa legal en don Juan del Carmen Casés.
Otro de los oficios practicados por Frpinach fue la provisión de créditos en bienes y en
dinero.
Btos aviadores o "habilitadores" entregaban dinero, insumos o bienes de consttmo
para, a cambio, recibir plata piña como devolución al crédito recibido. Contreras estudia
sus modalidades: a) La Cornpañía, y b) el empréstito.
Rente a la escasez de capital productivo se forn"rularon e impulsaron varios proyec-

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tos de habilitación conducidos por el propio gremio de nrineros y así lograr emanciparse
del trato usurario recibido de los habiliiadores.
Los mineros calcularon que 213 del valor total de la plata piña descansaba en la fa-
se metalúrgica ( controladp por los habilitadores) y que conducían directamente solo
1/3 en la fase minera. I

En la búsquecla de soluciones, en 7778 don Francisco de Uralde propuso un Plan


de Reforma. Esta propuesta desestimó la solicitud de los mineros de organizar un
Banco de Habilitación con capitales del Estado. For el contrario, Uralde propuso crear
un "Asiento" en la que participaran los mineros y el Btado. Así los primeros entregarían
una cantidad fija de plata piña y, de otro lado, el Estado adelantaría montos fÜos de di-
nero y azogue a plazos cortos.
A todo esto se sumó la solicitud reiterada de los mineros de azogue barato y una
cuota de mil mitayos, un alcalde de minas con independencia del Conegidor para ad-
ministrar Hualgayoc y recursos estatales para crear un Banco.
En 1783 recurrieron al Obispo de Trujillo Martínez de Compagnon para que los
apoyas€ en la creación de una Cafa de Rescates de Su mafestad; esta propuesta
buscaba formar un fondo de habilitaciones que beneficiara al grelrio de mineros. Mas
la creación de las Intendencias y la promulgación de nuevas Ordenanzas para la Mine-
ría cancelaron casi de inmediato todas estas iniciativas de conseguir subsidios del Esta-
do español.
El Tribunal de Minería y los Bancos de Rescate y de azogues funcionaron tempo-
ralmente (1792-1794), persistiendo el problema de la escasez de capital.
Sin embargo, a pesar de estas dificultades en mano de obra, azogue y capitales, la
producción minera logró elevarse entre los años de l79O y t799, alcanzando un pro-
medio de cien mil marcos de plata para luego reducirse a 65 mil entre 1800-1810.

[A MINERIA ANDINA SIN TRABAJO FORZADO


Desde el siglo XVI en la minería colonial andina coexistieron el trabajo libre y la
mita minera. For el contrario, a finales del siglo XVIII el trabajo forzado indígena fue
diluyéndose hasta casi desaparecer. For consiguiente entre los miembros del gremio mi-
nero existía mucha preocupación pues los costos de la mano de obra eran altos. Fara
reducir su impacto se ensayaron digersas estrategias como el pago en especies, minera-
les y bienes de consumo. A través del pago mixto, el salario de los trabajadores se redu-
jo a la mitad. Para fijar la mano de obra se recurrieron a los adelantos y, en otros casos,
se impuso el trabajo a destajo y el "polleo" (el derecho de los trabajadores de sacar una
cantidad de minerales fuera de su jomada laboral).
En lo que refiere a la división del trabajo, para el caso específico de Hualgayoc,
Contreras encuentra la siguiente tipología laboral:

FASE EXTRACTIVA:
. Barreteros y Mayorales: Jornal 3-4 reales. Tienen Porleros.
. Capacheros: Jornal 2-3 reales. Cargan de2 a 4 arrobas (cada anoba de 11 kilos).
¡ Desaguadores.
. Herrero
. Relejero.

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. Transpodistas de madera y herramientas.
r Chancadores.

FASE METALURGICA:
. Anieros bajadores.
r Acarreo de leña.
r Repasiris (personal que mueve la masa de mercurio, sal, etc.).

En general, la población laboral fue altamente inestable, en plazos cortos un ope-


rario campesino podía asumir el rol de pequeño minero, pulpero o pallaquil. zn tigg
se calcula un total de 882 operarios compuestos en su gran mayoría por campesinos
migrantes, provenientas de los valles agrícolas-ganaderos circunvecinos: mestizos, indios
y negros. Esta población migrante acude temporalmente al trabajo en las minas. La
población estable destacaba por su pequeño número. El sistema económico colonial
sufre fa escasez de brazos y la abundancia de tierras.

POBI.ACION EN t.A PROVINCIA Y PARTTDO DE CAJAMARCA.

CATEGORIAS 1767 t79l 1794 tal2


Indios Originarios 6,2O1
IndiosForasteros 3,104
IndiosReservados 1,663
Muchachos L0,862
Mujeres 20,250
SUBTOTAL 42,O8O 29,692 31,906
Meslizos 22,299 23,085
Bpañoles 7,835 9,532
Pardos -J.,875
5,033(*)
Esclar¡os 328
Otros 167
TOTAL 62,t96 69,735(**) 72,OOO
(t) Suma de esclaws y ¡ndos (**) Incluye 179 eclesiásticos.

EVOLUCION DE IA POBI.ACION EN TRUJILLO Y CAJAMARCA.


AÑos 1530 . 1791 1794 l8t2
Intendencia deTrujillo 1'000,000 23t,231
Provincia de Cajamarca 62,t96 69,735 72,000

Las cifras presentadas son contundentes, había escasez de trabajadores y


las mi_
graciones no satisfacieron la demanda de la economía regional
minera. La provincia de
cajamarca no concentraba una alta proporción de trabajadores indígenas, por
el con_
trario el proceso de mestizaje biológico y cultural avanzó velozmente. Las diversas
cas-
tas y grupos sociales se encontraban ocupadas en ra agricultura y la ganaderfa;
Ia prác_
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tica múltiple cle actividades artesanales mercantiles posibilitaron una diversidad de
y
otros centros mineros como en lluamachuco
oportunidades para conseguir moneda en
ganaderas, hacir¿ndas y unidades artesanales urbanas
y pataz, en los obrajes, est"ancias
apoyados en fuentes documentales de primera
; ;r;br, etc. Revisando varios ásos ecuación económica: creciente
mano, carlos contreras llega a planteai la siguiente
demanda laboral u p"q.i"n"" cargas liscales envolvían las retaciones de la
población camPeslna.
POBLACION TRIBUTARIA EN [A PROVINCIA DE CAJAMARCA'
DE TRIBUTARIOS TRIBUTARIOS
AÑOS NUI\ÍERO
TORASTEROS
CONTRTBT'YENTES ORIGINARIOS
9,305 6,201 3,104
1767
t779 9,602\*l
6,087 5,917
1787 12,004
(.) p. 101

Revisando las cuotas de repartos mercantiles


y los padrones tributarios y compa-
rándolasconlas.urgurfi"ulnsimpuntta'alospuebloscampesinosdelsurandino'
era "una carga
el tributo
óon,*ru. llega a posiular la hipótesis de que en Cajamarca manifiesta su
suave pafa la población"(p.é+) '* . El autor, e' varias oportunidades,
la sociedad campesina cajamarquinal no
clesconocimiento de la nrrolu.ión'hittórica de
hatrabajado,porejemplo,eltemadelaestaci<lnalidacldelasrnigracioneshacialosso.
cavollesmineros,porqueexisteunaescasacafgafiscalsobrelaeconomíacampesinaetr
regional entre 177O-1821'
la sierra no¡te y en general la economía y la socieclad
Compagnon en Hualgayoc' Los mineros de Hualgayoc recurrieron'
Martínez
cuotas de mitayos para el trabajo en
gremial o personalmente, at F-staclo puá obt"nnt
por clon l-rancisco de Uralde (1778) es-
las minas de plata. Un pri*n, cátculá realizado
timólrrradotaciónmínimadeS00a1000hombresparaFlualgayoc.ParalTT9estimó
unapoblacióntributariadeg6o2queensumayoríaseencontrabanocupadosenla
mitaagraria'MigueldeEspinachlogróobteneru..n,.,uestamanodeobramitayayde y
yaniiccnas, alimentosen carnes y granos arrenclandos haciendas en Llaucán
y terrateniente' controlaba a finales
Sumchubanlba. Espinach, en su calidad de nritrero
det siglo XVIII 167 operarios y 18 dependientes'
realizar un plan de reformas que
En 17g3 se reunieron los mineros y acordaron
de mano de obra' Errtre los
posibilitara solttcionar ni ugt"lo problema de la escasez
del Rey que pagaría 7'1 pesos
acuerdos clestaca lu ¿n ttná"-rnu Ct¡t de
Rescates
la caja retendría 2 reales por cada
por cada marco de ptata. l)e los fondás acumulados,
marcoparasostelleralosfuncionariosrealesyeniregardosrnilpesosenfavordel
para los mineros'
ótiupu¿o cte Tiujillo. El resto conformaría un fondo de habilitaciones

zon E[ historiador sanmarquino Dr. Walfemar Espinoza soriano llega a postular lo contrario lue¡¡o
en los Archivos cle l-ima, cajamarca y Trujillo
Véase
goO"inga¡o.
de revisailo¿u dn ¡udiciales de
lnii"lo, uno. 1954 - 1957 y que pemranece inéditcr en la Biblioteca
su trabajo nluu,rru¿o
CienciasSociales:(1957)Rel¡et|oneoyA|borotos|nr|ígenasyMestizoselr|aSlerra
Inetltuto de Hlstorln- Facultad de
Septentrtonnl ¿"1 ftr¿'Virr.ynal (1i56 - 1821).
Untvcrsldad Naclonal Mayor de San Marcos'
319 p' I-ima' Perú'
Letras.

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Esta propuesta también incluye una mita de rnil hombres con salarios que van de 4
reales para un barretero, 3 reales para un capachero y 2 teales para un repasil. Con la
finalidad de conseguir la aprobación de este proyecto se aPoyaron en la influencia del
Obispo de Trujillo don Baltazar Jaime Martfnez Compagnon'
Este obispo acudió a su asesor don Juan de Azerelo para la elaboración de un
nuevo plan que permitiera solucionar el problema de la escasez de fuerza de trabajo. La
propuesta final planteó crear un asentam¡ento de colonos atrededor del Real de
Hualgayoc, en auma coneiruir "una cludad de Dloe". En líneas generales se tra-
taba de comprar tierras en un radio de 2O a 30 kilómetros del campamento para esta-
cionar de 1000 a 150O colonos, que rotativamente se ocuparían en labores de extrac-
ción y de refinación de la plata. El problema mayor para implementar este proyecto
consistía en la escasa disponibilidad de capitales. hra este efecto se calculaba una in-
versión inicial de 30O mil pesos, cifra que representaba la cantidad bruta total de la
producción de un año por las minas de Hualgayoc. Compagnon cumplió prestamente
con remitir este proyecto ai Mrrey Teodoro de Croix en 1786 pero no húbo respuesta
alguna.
En general, los proyectos para obtener fuerza de trabajo, vía la mita o proyectos de
colonización, fracasaron por los siguientes factores:
a) Falta de apoyo del Estado a los proyectos presentados por los mineros y los gre-
mios que los representaban.
b) Existía un profundo vacío demográfico y una relativa abundancia de recursos
agrarios; no se produjo un proceso de expulsión de la población excedente;
c) Existió una baja presión fiscal sobre la población rural;
d) La región careció de una tradición minera (p.113).
MINEROS E INGENIEROS EN LOS ANDES
En Hualgayoc existíó un atraso o una actualización en los procedimíentos técnicos
de producción /. Contreras busca responder a esta intenogante con el examen de la
actuaciórr de un ingeniero europeo llamado Gottlob Fliedrich Mothes. F*te experto sa-
jón previamente realiza un examen del estado de las minas y concluye que pueden in-
cotporarse algunas henamientas técnicas que permitirían elevar la productividad y la
producción de [a plata. De esta forma, para la sección extractiva encuentra que los so-
cavones se conshuyeron usando la media barreta y el método del pozo. Mothes difunde
la idea de que la ciencia puede ayudar a la economía y que consiguiendo una mayor
extracción de minerales se obtendría una mayor cantidad de marcos de plata. Para con-
seguirlo se requiere mayor exactitud, con medidas y cálculos en las vetas y los socavo-
nes.
En la sección transporte o saca de los minerales hasta las bocaminas sugiere lo si-
guiente:

METODO TRADICIONAL:
Carga de los minerales en capachos de cuero sobre la espalda de los operarios a
través de precarias escaleras y estrechos pasillos. Calcula que entre dos operarios para
un turno de 24horas se extraía como promedio 30 quintales.

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METODO DE MOT}IES:
Propone el izamiento vertical de los nrinerales con ayuda de tornos ( que tambien
sirven para sacar agua). Para los pozos verticales sugiere las sigrrientes dimensiones:
boca= 3Il2 varas por 11/2; proftrndidad: 50 varas' Calcula una producción, con dos
hombres para una jornada de 8 horas, de I2O quintales.
Mothes consiguió introducirse en la sociedad nlinera de |-lualgayoc. Sus conoci-
mientos se imponen y logra importantes resultados, esto impulsa a que un sector de
mineros lo proponga én el cargo de krito Facultativo e incluso Director del Mineral. Pe-
ro la oposición liderada por don Miguel Espinach y Rudecindo Casanova no permitie-
fon que se le otorgue ningún tipo de cargo político regional. Aquí no se jugaban caprí-
chos personales, este conflicto formaba parte de las contradicciones que enfrentaban a
Ios miembros del Real
'Iribunal de Minería y la Comisión de Nordenflicht, enhe el gre-
mio de mineros losy ingenieros implementadores de la reformas tecnológicas enviadas
por la corona española (p.134).
Gotttob Friedriclr Mothes, natural de Schneeber, sajonia, pernraneció en Hualga-
yoc entre Setiembre de 1794 y Enero de 1798. Anteriormente esluvo trabajando en los
asientos mineros de Fotosí y Huancavelica entte 7789 y 1V94. Mothes era un miembro
integraitte de la Comisión Mineralógica liderada por el Barón de Nordenflicht, a quie-
nes envió el rey C-arlos lll para implementar cambios tecnológicos en la minería andina.
Este ingeniero europeo desiacó por su gran capacidad en la "geometría subterrá-
nea"(p.12 1 ).
Contreras busca presentar la especificidad de la experiencia minera de Hualgayoc.
Para conseguirlo busca compararla con la experiencia histórica de Cerro de Pasco y la
minería del sur andino. En este senlido presenla un conjunlo de proposicion¿s que,
tradicionalntente, explicaron el fracaso de la expedición científica de Nordenflicht:
a) l-os mineros locales son reacios a las innovaciones tecnológicas;
b) La arrogancia de los germanos creó un ambiente hostil en los campamentos mine-
ros;
c) La tecnología europea resultó inapropiada para la minería andina (predomina la
dispersión de asientos, escasez de insumos, etc) ya que genera altos costos.
Contreras plantea otra lectura para el caso de l lualgayoc:
a) Los rnineros no se aferran a las técnicas tradicionales, por el contrario buscan
adaptarlas a sus condiciones específicas;
b) Más que arrogancia, los científicos gerrnanos trataron de imponer la técnica euro-
pea con autoritarismo. La práctica social demuestra que la técnica no estaba sepa-
rada de la pglítica. Las reformas borbónicas impusieron una nueva estmctura polí-
tica: el corregidor fue reemplazado por el Intendente y el subdelegado, los mineros
se organizan y representan en el Real Tiibunal de Minería; sus luchas buscaron
conquistar y conseruar un espacio de autonomía y toma de decisiones. En conse-
cuencia, los ingenieros buscaron imponer su tecnología desde el Estado. Los mine-
ros se organizaron en bloque fusionando su poder con sus prácticas tradicionales.
c) Durante el proceso de transferencia tecrrológica encuentra que las innovaciones no
se encontraron en la lase de refinación sino en la de la extracción y transporte. Los
asielrtos mineros c.irecieron de fuerza de trabajo fozada y, por el contrario, pre-
dominaba la escasez de la mano de obra (p.147).
En suma, concluye postulando que el paqr,rele tecnológico de Mothes careció de

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eficiencia social aunque sf pudiera tener eficacia económica.
Quisieramos terminar esta coda reseña saludando el enor¡ne esfuerzo de síntesis
regional que ofrece su último llbro y que enriquece la historiograffa sobre la minerfa
andina peruana. Las propuestas de Carlos Conheras son sugerentes y esperamos que
futuras investigaciones respondan las múltiples intenogantes que se formula a lo largo
de su obra. Bcarbar los inagotables fondos manuscritos sobre el trabajo minero en
Hualgayoc, constituye un precioso punto de partida para estudios ulteriores qu€ nos
permitirán conocer la miner'n en los Andes y sus hasformaciones, para perfeccionar así
nuestro conocimiento de Ia historia económica v social de los Andes.

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