Distinguidos Invitados Respetados Profesores y profesoras Al celebrarse hoy el Da del Maestro, quiero expresar mi satisfaccin al sentirme halagado de pronunciar algunas modestas palabras de admiracin y respeto hacia aquel hombre que consciente de su rol de formador, se yergue en el horizonte de la vida con luz propia, fulgurando almas y encaminando destinos. Mis palabras son de quienes soy el portavoz de sus emociones e inquietudes. En este magno acontecimiento, consideramos la misin de maestros y maestras como un altar donde se sacrifican exaltados y solemnes la noble tarea del apstol. Al maestro hay que dignificarlo cada da. por lo que el maestro es el apstol sublime de abnegacin, entrega y sacrificio. Decimos estas palabras cargadas de sinceridad en honor a la justicia. Es el maestro el que con paciencia nos acerca despus de cada leccin a las fuentes inagotables del saber. Es el maestro faro eterno, que ilumina constantemente con la luz del conocimiento al espritu y a la mente del estudiante. A ustedes dignos maestros que ven en nosotras un frtil campo, y cada leccin suya es como una semilla presta a germinar, a ustedes respetados maestros(as) que son herederos de la tradicin y la sabidura de los amautas, les tributamos con cario nuestro emocionado homenaje como prueba y testimonio a sus sacrificada tarea de educadores y de segundos padres muchas veces que guan nuestra indecisiones y flaquezas. Para terminar este sencillo pero significativo mensaje, quiero pedirles a todos ustedes un fuerte y calurosos aplausos para todos los maestros, maestras, del de santa rosa, el Per y el Mundo. Gracias.