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Enciclopedia Literaria 1008 \Teoria y Critica EL DADAISHO may Meo Aphula jose CENTRO EDITOR DE AMERICA LATINA © 1968 Centro Editor de Amérin Lation S.A. ‘Kvdn de Mayo 1803~ Buents Airco Fecho ‘i depbuito do Tey Impreso ea ln Argentinn Printed in Argentina ‘Sumario 1. Génesis 2 El programa 3. El momento histérico 4, Antecedentes 5. Los paradadaistas de Nueva York 6, La etapa de Ziirich 7. Dada en Paris (1920-1924) 8. El dadafsino en Alemania (1918-1933) 9. Después de Dadé 10. El poema dadaista LL. El teatro dadaista 12 Dada y la literatura espaitola 13. Conclusién M4, Bibliografia a, i i \ Génesis El ocho de febrero eG) has seis de la tar- de, en el Café Terrasse d&TZiirich (Suiza), un gru- po de exiliados de ta Europa en guerra se halla reunido alrededor de una mesa. El menor de ellos, un ex estudiante de filosofia en Bucarest, se Hama ‘Tristan Tzara* (1896-1963) y tiene en sus manos tun Petit Larousse. Le acompafian un alsaciano, Jean [o Hans] Arp (1887-) —cuyo nombre ha de ocupar luego un lugar destacado en a historia de las artes plisticas no figurativas~ y dos alema- nes, Hugo Ball (1886-1927), después escritor ea- télico de renombre, y Richard Huelsenbeck (1892- ), pintor que luego seria incansable apéstol del dadaismo? Un cortapapel se introduce al azar entre las paginas y el diccionario se abre. La mi- 1 Habia nacido en Moinesti, Rumania, el 4 de abril. Fallecié en Paris el 24 de diciembre de 1963. La versién ‘de que sa verdadero nombro es Samy Rosenstock fue des- mentida de manera rotunda por el propio Tzara 2 sta escena a relatan, en distintos lugares, Arp y el propio Tzara. Ninguno precisa si, ademés de ellos, se hhallaban presentes, en ese momento, los otros integrantes del nico inicial. Aunque Ta presencia de los otros dadais- tas no esté confirmada, nos parecié verosimil, y también justo, nombrar aqut por lo menos a Ball y a Huelsenbeck, ‘quienes con Tzara y Arp son los mis notorios integrantes del grupo fundador. Otros autores mencionan a los esc tores y_autistas alemanes Jakob van Hoddis (1804), Emily Hennings (1885-), esposa de Hugo Ball, al médico Val [Walter] Serer y al pintor rumano Matcel Janco. Por otra parte, y aunque Arp opine que “sélo los imbé- Y los profesores espaicles pueden interesarse en las fechas”, tenemos que utilzarlas a menudo en este trabajo ‘aun a riesgo de fatigar al lector, ya que ellas som im- 7 rada de Tzara se detiene sobre la primera palabra que aparece: papa. Ya tiene nombre el movimien- to. Y un nombre adecuado, por su puerilidad, al ideal de arte y literatura que se proponen realizar ‘estos hombres ae 2. El programa aCual es este ideal? No cs dificil enunciarlo, ya que se trata simplemente de la negacién total, ab- soluta, de todo arte y de toda literatura. “Dada no significa nada’, declara ‘Tzara en el primero de sus ie aniiestons ‘los negros Kru aman Dada a la cola de una vaca sagrada”. Qué se pro Dada?’ Destolshnsta sr iin conelaccee este nibilismo, ya que “toda construccién conduce a Ia perfeccién que aburre, idea estancada en una charca dorada", Y asi, el programa de Dada ha nd ser, justamente, Ja_ausencia_de_todo_progra “No reconocemos ninguna teoria”. Se trata de ha. cer tabla rasa con cualquier supuesto, con cualquier antecedente. Por eso, escribe Tzara, “mi propési- to fue crear solamente una palabra expresiva que, mediante su magia, cerrase todas las puertas a la ‘comprensién y no fuera un ésmo mis". Y también: pportantes para deslindar muchos problemas de precedencia, los que hoy todavia se discute. : 8 DADA: Gheval, dans le langage des enfants (Caballo, fn el lenguaje infantil]. (Petit Larousse illusteé).. 4 Hstas citas y las que siguen, salvo aclaracié tomadas de los Sept manifestes Dada (Paris, Jean Bud, 1924), algunos de los cuales se reproducen, total © parc ‘mente, en otras obras (v. bibliografia, § 14). 8 “Preparamos el gran especticulo del desastre, el incendio, Ia descomposicién”. “Que todo hombre grite: hay que cumplir un gran trabajo destructor, negativo. Barrer, limpiar. La limpieza del indi duo se impone tras el estado de demencia, de de- mencia agresiva, completa, de un mundo abando- nado en manos de los bandidos que se destrozan y destruyen los siglos. Sin finalidad ni propésito, sin organizacién: la insensatez indomable, la descom- posicién.” Aqui vemos una rebelién contra lo ab- surdo del mundo, que se manifestaba en Ja guerra, zebelién que le opone una voluntad de Jo absurdo “en grado atin mayor. “Ya que todo Jo que se ve es falso”, los dadaistas intentan abolirlo todo: “protes— Ereon todos los pusios del ser en accién deste “va: papi; conocimiento de todos Tos medios recha- Zados hasta el momento por el sexo piidico del compromiso cémodo y de la cortesia: paps; aboli- cidn de la légica, danza de Jos impotentes de Ia crea- cidn: papk; de toda jerarquia y eeuacién social ins-7 talada para los ladrones por los criados: pan4; cada ~ objeto, todos Jos objetos, los sentimientos y las os- curidades, las apariciones y el encuentro justo de para el combate: Jas lineas paralelas, son med avi; abolicién de la memoria: pav4; abolicidn de bolicién de los profetas: 1 paDA; creencia absoluta indiscutible en cada dios producto inmediato de la espontaneidad: pani; salto elegante y sin prejuicios de una armonfa a la otra esfera; trayectoria de una palabra Ianzada como un disco, grito sonoro... Li- bertad: and, pan4, pap; aullido de los colores crispados, entrelazamiento de los contrarios y de todas las contradicciones, de las extravagancias, de/ Y inconsecuencias: LA vipa", 9 vy Treinta afios més tarde, en El surrealismo y la Posguerra Tzara declara que el dadaismo fue el pesultado “de una exigencia moral, de una volun- tad implacable de alcanzar un absoluto moral, del sentimiento profundo de que el hombre, en el cen- tro de todas las creaciones del espiritu, afirmaba su preeminencia sobre las nociones empobrecidas de la sustancia humana, sobre las cosas muertas y los bienes mal habidos, Dadi —contintia— nacid de una rebelién que era comin a todos los adoles- centes, que exigia una adhesién completa del in- dividuo a las necesidades profundas de su natura- leza, sin consideraciones hacia la historia, la Ibgica © la moral ambientes. Honor, Patria, Moral, Fa lia, Arte, Religién, Liberte Fated. ete ~tantas hociones que responden a necesidades huma- nas, no subsistian mis que convenciones esquelé cas, porque estaban vacias de su contenido inicial. La frase de Descartes: No quiero inclusive saber que hubo hombres antes que yo, la pusimos como divisa en una de nuestras publicaciones, Ello si lificaba que querfamos mirar el mundo conf ojos [que queriamos reconsiderarlo hasta én sus bases, y poner a prueba su adecuacién y las nocio- nes impuestas por nuestros antecesores”, Dada fue ante todo “un estado de espfritu’, una Protesta contra todo mediante la neg: total. en dadaista es “gritar lo contrario de lo que el otro firma”, Como observa Jaspers, en todo nihilismo hay una contradiccién: se niega todo pero no se niega el nihilismo, Tzara la advierte @ intenta sortearla 5 Tzars, Tristan: Le surréliome et Faprés-guerre. Paris, Nagel, 1947. Vers. esp.: Et surrealismo de hoy. Buenos Ares, Alpe, 1955, ps, 25-26. 10 nando afirma: “Escribo un manifiesto y no quiero nada”. Y también: “Estoy por principio contra los anifiestos”, “estoy contra los sistemas, el mis acep- table de los sistemas es no tener por principio ninguno”. De cualquier modo, este nihilismo no es un quie- tismo, Dads se presenta —aunque no lo qulera= tun programa, aunque de signo negativo, para Traecién Ceomo Bi ‘observa Guillermo de Torre, “¢ sta Dada, julio de 1917, art et de littératu- én en los tér- el primer nimero de la rev ulo: “recu na contradi eva como subtit En suma, este programa suponfa el rechazo de toda tradicién, de todo procedimiento heredado. Los dadafstas estin “por encima de los reglamentos Io bello”. Comienzan desde cero. “No buscamos sada” una religion. "ia; Manifiesto Dada). En consecuencia, todos sus procedimientos im- plicarin una novedad, tanto més dadaista cuanto mis absoluta, Si los instramentos bewodaios do la tradicién (por ejemplo, el lenguaje como hecho so- cial 0 eso) ‘muponen la coherencia de un cédi- 0, el dadaista les opondré “Ia incoherencia sin me- dida”, Muchas expresiones dadaistas adquirirén en- tonces caracteres de absurdo, de arbitrariedad, de disparate, de burla. “Dadé fue una explosién en estado puro, una explosién salvaje que aleanzaba al género humano en su mecanismo més esencial: a lenguaje.” “Hay una literatura que no llega a Tore, Guillermo de: Hutoria de las titeraturas do anguardia, Madrid, Cuadarrama, 1965, p. $28. rte masa voraz. Obra de creadores, procedente de una verdadera necesidad del autor, y para si mismo. Co- nocimiento de un egoismo supremo, donde las le- yes se agotan.” “Cada pigina debe estallar, tanto or lo serio, profundo y pesado, el torbellino, ef vértigo, lo nuevo, lo eterno, como por la burla ‘aplastante, el entusiasmo de los principios o la ma- nera de estar impresa.” “El arte es una cosa pri- vada: el artista lo hace para si; una obra compren- sible es producto de periodista.” “EL artista... es feliz. cuando se lo injuria: prueba de su inmutabi- lidad. Alafirmar que “las obras maestras Dadi no deben durar mas de cinco minutos”, se exaltaba el caric- softs toda creacién, a diferencia de Ia prétensiGn de eternidad tipica del escritor acadé- Para Lalou,? estas lineas de Philippe Soupault resumen el programa dadaista: La inteligencia tiene un porvenir. Dada no tiene porvenie alguno. 1a inteligencia es una mania. Dada es Dadi. Pero esta negacién de Ia inteligencia (un texto dadaista de 1921 preconiza inclusive Ta idiotez pu- ra) puede remitimnos quizé a Ia célebre afirmacién de Rimbaud en Une Saison en Enfer (Una tempo- rada en el Infiemo]: “Terminé por hallar sagrado 7 Lalou, René: Histoire de la kittérature francaive con- temporaine. Yaris, Presses Universitaires de France, 1947, v. 2 p. 493. 2 cl desorden de mi espiritu”. ¥ ast, en 1920, Jacques Rividre expresara de este modo la ambicién dadat ta: “Captar el ser antes de que haya cedido a la compatibilidad; alcanzarlo en su incoherencia 0, mejor, en su coherencia primitiva... sustituir su , adquirida de manera forzada, por absurda, la tinica original”, En 1920, el nihilismo absoluto de 1916 se ha vuelto insostenible. Sin remmefar a lo absurdo, los dadaistas buscan “la captacién del ser". Estén en los umbrales de una nueva afirmacién. Y de esta crisis habré de surgir, como veremos, el surrealism. “Mantenerse en una explosién es una empresa desesperada”, observa Jean Cassou.! Y una frase de André Gide, en Incidences, expresa bien el des- de todo retorno a los origenes: “Dada es el di- 's del cual todo recomienza”. 3. El momento histérico E] 28 de julio de 1914 se ha iniciado la Primera Guerra Mundial. Suiza, con su neutralidad perpe- tua garantizada por las principales potencias euro- peas, es el refugio de toda suerte de emigrados y cexiliados politicos: pacifistas que se han sustrafdo del amado a las armas, dirigentes de partidos re- volucionarios, intelectuales y artistas que ven en esa guerra el final Ilégico de una sociedad cuyas estruc- turas y valores han caducado y que, sobre todo a partir de Marx (1818-1883) y Nietesche (1844-1900) ® Cassou, Jean: Préface. En: Tzara, Tristan. Morceaux choisis. Paris, Bordas, 1947, p. 10. 13 han sido denunciados desde miltiples puntos de vis- ta, La guerra, empantanada en las trincheras, se anima otra vez con las ofensivas aliadas de 1915. En abril, os alemanes comienzan a utilizar los gases téxicos. En mayo, es torpedeado el Lusitania, Des- de el 28 de agosto, Rumania, patria de Tzara, est en guerra, El 21 de febreto de 1916 comienza la sangrienta batalla de Verdin y el 1° de julio la iva francoinglesa en el Somme. En setiembre aparece un arma nueva: el tanque de asalto, La actividad de los pacifistas es tan intensa co- ‘mo instil. La prédica de Romain Rolland (Au-des- sus de la mélée [Por encima de la contienda], 1915), Jos poemas antibelicistas de Pierre-Jean Jouve (1887), son apenas palabras. En Ziitich, ‘Tza- ra juega al ajedrez con un desconocido: es un exi- liado ruso y Ie aman Nicolis Lenin (1870-1924). En setiembre de 1915 ha sido uno de los participa tes de la Conferencia de Zimmerwald, organizada ppor los partidos socialistas de Europa, y alli ha ata- cado con dureza a quienes aceptan esa guerra im- perialista y traicionan de este modo el movimiento obrero internacional. A comienzos de 1916 los so- cialistas realizan otra conferencia en Kienthal, en Ja que refirman su rechazo de la guerra. Tara recordaré después estas circunstanci ~,, chacia 1916-1917, la guerra parecia instalarse pa- ra siempre, no se vefa su fin, Tanto mis cuanto que, desde lejos, adquiria para nosotros y mis ami- _g0s proporciones falseadas por una perspectiva que pretendia ser muy amplia, De alli el rechazo y la rebeli6n. Estabamos resueltamente en contra de la ‘guerra, sin caer por eso en las faciles trampas del acifismo utdpico. Sabjamos que sélo se podia su- primir la guerra si se extirpaban sus rafces. La im- u paciencia por vivir era grande, el rechazo se apli- aba a todas las formas de la civilizacién Hamada modema, a su fundamento mismo, a la ldgica, al enguaje, y la rebelién adquirfa las formas en que lo grotesco y lo absurdo la levaban més allé de los valores estéticos. No hay que olvidar que, en lite- ratura, un sentimentalismo invasor enmascaraba Jo humano y que el mal gusto con pretensién clevada se-establecia en todos los dominios del arte, carac- terizaba la fuerza de la burgues{a en Jo que ella te- na de mis odioso ..."* Asi, Dadi surgié “de una necesidad dé inde- pendencia, de desconfianza hacia la comunidad”, ‘como un impulso irrefrenable por salvar aquello que, més allé de las reglas de todos los juegos im- puestos por la sociedad y la historia, constituye uno de los caracteres esenciales de la existencia: Jo impredictible de sus movimientos, Ia libertad esa libertad que deben proteger “los que estin con nosotros". 4, Antecedentes Dadé no surge del vacio: es una manifestacién de un proceso donde tenemos que situarlo, Este Proceso es desde un punto de vista hist6rico- © ‘Teara, Tristan, Entrevista radiofénica con Georges Ric bemont-Dessaignes, 1950, cit. por Lacéte, René. Tristan Teara. Paris, Pierte Seghers, 1952, p. 17. 30 Tzara, Tristan. Manifeste Dada 1918. En: Sept ma- nifestes Daila, op. cit. Reproducido en: Morceaux cholsis, ‘op. city p. 47. 1 bid. 15 cultural— el de ruptura con las concepciones de la ica elisica europea que se manticismo, a comienzos del siglo x0x, y se acen- ‘tia en el primer tercio del siglo xx con la apari- cidn de los Tamados movimientes de vanguardia en todas las artes. Rechazo del sistema de expresién vigente, innovacién, experimentacién: tales son los signos definitorios de Tas tendencias que expresan este proceso. Aunque no sea éste lugar para exa- minarla, debemos recordar que se trata de una crisis en profundidad donde los fundamentos de Ja actividad estética y aun la idea del hombre se hallan sometidos a discusién y que, obviamente, esta crisis se relaciona con In magnitud de los cam- ios que produjo en la sociedad europea Ia Hama- da revolucién tecnolégica. En las dos primeras décadas del siglo xx, tanto In filosofia como la ciencia reflejan esta nueva situacién, Bastar men- cionar que los trabajos de Husserl (1859-1938) sobre fenomenologia datan de 1913, afio en que Freud (1856-1939) publica Totem y Tabti y Una- ‘muno (1864-1937) El sentimiento tragico de la vida (continuacién del existencialismo de Kierkegaard y anticipo de nuevas formas de esta filosofia), mientras que hacia 1915 in trabaja en su teoria de In relatividad generalizada. Casi no que- da nada ya del orden filoséfico y cientifico con que la Europa de a segunda mitad del siglo xix cereyé edificar un mundo de valores inmutables y en continuo progreso material. Mientras que a fines del simbolismo, decadentismo, naturalismo y reé expresan los diversos nombres con que, en litera- tura, se seguia dirimiendo, a veces en el interior mismo de cada escucla, la contienda entre tradi- 16 cién y modemismo, entre acatamiento y renova- cién, entre orden y aventura,”? a comienzos de si- glo surgen en algunos paises de Europa movimien- tos de decisiva y manifiesta voluntad de ruptu Podemos citar entre los mis importantes: el fut rismo, el expresionismo y el cubismo. a) Fl futurismo. El 22 de febrero de 1909 apa- recia en Le Figaro de Paris cl primer manifiesto det futurismo, del que era autor Filipo Tommaso Ma- rinetti (1879-1944). No sdlo el dadaismo, sino to- do el arte y la literatura de vanguardia del siglo xx —y es ésta una deuda que muy pocas veces se le reconoce a su malaventurado iniciador— recibieron del futurismo ese enérgico impulso hacia Ia inno- vacién que constituye una de sus premisas. Los faturistas, como mis tarde los dadaistas, querfan “demoler los museos y las bibliotecas” y se decla- raban “aliados” del “temblor de tierra”. Un poe- ma de Marinetti, que data de 1904, se titula suges- tivamente “Destruceién”. En el Manifiesto técni- co de la literatura futurista* preconizaba la des- tmecién de Ia sintaxis, el empleo del verbo en in- finitivo, la eliminacién del adjetivo y el adverbio, 82 Por lo que, al menos planteada en estos términas, ob panorama no resulta claro, Por ejemplo, Mallarmé es cli sico ("artista”, excribe Raymond) en el rigor con que se poya en las formas externas de la composicién poética, pero absolutamente moderno en las audacias de su lenguaje, aque va mis alki de In sintaxis y del visible nexo representa: tivo. Asimisme, Ia reaceiin de los Goncourt conten a novela romintica es una innovacién, aunque a su ver ad- gquiera Iuego todos los caracteres de’ un academicismo con- formista 33 Lag similitudes con otros que Te sucedieron, como el de Apollinaie (v. § 4, b), el de Tos ultraistas (v. nota 44) y ‘aun algunos de los preceptos dadaistas ya eitados son mis que evidentes. v de las expresiones comparativas “como”, “pareci- do a’, etc.), de la puntuacién; pedia el empleo de Jos signos mateméticos y musicales.y la supresién del yo en literatura. Las férmulas “imaginacién sin hilos” y “palabras en libertad” sintetizaban es- tos propésites. Ademis, los futuristas acudieron al uso intensivo de la tipografia en varios colores y en distintos tipos y tamaiios, ¢ hicieron de la ‘onomatopeya un uso frecuente en poesia, Anti- cultura, “modemolatria” ¢ intuicién e inconscien- ia ereadoras son su sustrato vivencial, “Somos los primitivos de una nueva sensibilidad”, afirmaba el pintor futurista Boceioni. Ademis, introdujeron la novedad del especticulo-provocacién, del que tanto uso harian“Tuego los’ dadaistas. No obstante, Dadi se diferencia del futu cen que éte graltaba la violencia y la tecnologi como fundamentos de un mundo y'un aite nuevos ("Un automévil de carrera es mis hermoso que la Victoria de Samotracia”), mientras que Dadi no orci en ninguna clase de fuerza o volu “Tructiva y yeia en la tecnologia una nuanlestacin Ee ee eae ae yendo y creando algo nuevo, El dadaisino_niega la civilizacién y el arte tales como existen y no ‘Proponen nada en cambio, salvo lo que se dé por azar: “el pensamiento se hace en la boca”, “témen- | se unas tijeras, ete. (v. § 10). Segin el poeta italiano Giuseppe Ungaretti, Jos puntos comunes entre el futurismo y el dadais- mo son, por el contrario: el concepto del arte co- ‘mo juego (que deriva de Schiller) y la primacia 44 Git. por Torre, Guillermo de, op. cit, p. 182, 18 del instinto (intuicién) sobre la finteligencia logica. ) RLeubimo, Raj eta devominaiénaludines a un importante sector de la pocsia francesa, euyo punto inicial podria situarse (5085 con lt obra teatral Ubu Roi, de Alfred Jany (1873-1907) y que, hacia 1917, confluye con eldadaismo. Las maniféstaciones de la pintura cubista (Picasso, Braque) datan de 1908, y"en 1911 ge realiza wna Tposicién cubista en el Salén de los Independi tes de Paris, La amistad, a menudo intima, y la rmutua calaboracién entre los pintores de este movi- miento y los poetas a que se extiende esta deno- iminacién, a la vez que un ideal estético comin, son razones mis que suficientes para justificarla."® Si bien en este movimiento tampoco es ajena la luencia del futurismo de Marinetti, su figura Principal es sin duda el pocta Guillaume’ Apollinai- ~ 51880-1918) quien, en 1913-fanto con su libro ‘Aleools publicé un importante manifiesto titulado Lantitradition futuriste. AUli se encuentran exhor- taciones que proceden del futurismo y que luego el dadaismo hard suyas: “Palabras en_libertad”, “invencién de palabras”, “destruccién”, “supresién ‘Wel color podlico ae la copia en arte, de taxis... de la puntuacién, de la armonia tipogréfi- ca, ge los tiempos y personas de los verbos... de la forma teatral, del sublime artista, del verso y de Ja estrofa... de la intriga en los relatos... de la tristeza”. Y también una violenta repulsa por los criticos, pedagogos, profesores, museos, filélogos, ete, ‘Al lado de Apollinaire podemos citar a Max Ja 15 Por lo menos como categoria didictica (v. ademis: ‘Tore, Guillermo de, op. cit, pp. 239-245, quien revisa el problema y arsiba a la misma conclusién). 19 cob (1876-1944), maestro del poema en prosa, al| que infunde humor y sutil malabarismo verbal (Le cornet a dés [El cubilete de dados}, 1917), André| Salmon (1881- _), Blaise Cendrars (1887-1961), cuyo libro La Prose du Transibérien (1913) es otra de las primeras manifestaciones de la nueva poesia; Pierre-Albert Birot (1885-1967), autor de “poemas para aullar y bailar’, cuya revista SIC (1916-1919) proclama el “nunismo” (del griego nun, ahora) y sostiene que “el arte comienza donde acaba la imi mn” y que “buscar es vivir, encontrar es mo- Panl Dermée (1888- —), Jean Cocteau (1889-1964) y Pierre Reverdy (1889-1961), qué nda, en 1917, In revista Nord-Sud. Reverdy, con €l poeta chileno Vicente Huidobro (1889-1948) es el iniciador del ereacionismo (el pocta no refleja Io existente sino que introduce nuevos hechos ¢ el mundo) y desde sus pocmas de La lucarne ova- le (1916) ¢s, junto con Apollinaire, uno de Tos au tores mas admirados por la nueva gerieracién. ésta se cuentan los editores de una nueva revista, qie por antilrasis se denomina Littératuré (1919- 1924): Louis Aragon’ (1897-~ ), André Breton (1890.19807 5 eitippe Supa (1897 J,en Ja que también colabort ‘Eluard (1895-1952). Por tltimo, la revista L’Eprit Nouveau, que evo- cca el titulo de un importante manifiesto de Apo- naire (1918), ¢s otra valiosa expresién del cubis- mo literario y de Ia literatura de vanguardia de esta. época. Una breve caracterizacién de Ia poesia cubista mostraré por si sola sus afinidades con Ios otros movimientos: =Rechazo del realismo especular. “Una obra de arte vale por ella misma y no por las confrontacio- 20 nes que puedan hacerse con la realidad” (Max Ja- cob). “El fin del poeta es crear una obra que vi fuera de si, con su vida propia” (Paul Dermés). "Para hacer una obra es necesario crear y no co- piat” (Pierre-Albert Birot). “Puede esperarse un ar- te que no tenga la pretensién de imitar o de imitar la vida" (Pierre Reverdy). —Eliminacién del “tema” como niicleo del poe ma. “El asunto no tiene importancia” (Max Jacob). Por Jo tanto, el fragmentarismo, la silepsis, Ia elip- sis, In yuxtaposicidn de imagenes, la logica de as “correspondencias” serdn los caracteres formales Jdel poema cubista. El poema se presenta como una Jsucesién de estados de énimo (“enumeracién caé- tica”, de Spitzer). “Nada de desarrollo” (Paul Der- fmée). El continuum légico tradicional desapare- Jce. “La poesia modema se salta toda explicacién.” Significacién no es la presencia de una idea” (Max Jacob). —Absoluta libertad del contenido: visién interior Jo exterior (en este caso son frecuentes las imégenes Jsobre el contomo y los hechos inmediatos poesia data de hoy” (Cendrars). “El espiri jvo reside integramente en Ia sorpresa. La sorpresa -s el mayor resorte del arte nueva” (Manifiesto LEI espiritu nuevo y los poetas, 1918). 19 Tenemos que mencionar aqui a Giorgio de Chirico (1888. ), pintor y escritor que ejercié tna fuerte Ine fiuencia sobre los dadaistas y Iuego sobre los surrealistas, Ya en 1913 eseribia: “Es necesario que el pensamiento se lleje de todo lo que se llama Wésica y buen sentido, que aleje de todas las trabas humanas de modo tal que le 208 Te aparezcan bajo in nuevo aspecto, como suminad wr una constelaeién aparceida por primera vex” (cit. por: ‘llegrini, Aldo: Antologia de la poesia surrealist. Buence ies, Fabril Editora, 1961, p. 272). 21 Humor: dewrrshi queia rnd iy te y subjetiva. A menudo, la sustituye un tono fes- tivo, coloquial, mis cercano al lector: es el “poema’ conversacién” de Apollinaire. Pero este humor no alcanza el marcado caricter de diatriba que tiene en el dadaismo. — Libertad tipognifica: algunas veces se altera Ia disposicién tradicional de los versos, se escriben palabras o Hin enteras con maytisculas, s¢ utili- zan diversos cucrpos de letra, se suprimen las ver- sales y los signos de puntuacién, 0 el poema adop- ta visnalmente la configuracién de un objeto, co- mo en los poemas de Horizon carré, de Vicente Hui: dobro (1917), o los e&lebres Calligrammes de Gi Maume Apollinaire (1918). €) El expresionismo, Ks bastante clara Ia rela- cién de los dadaistas con este importante movi- miento literario y artistico que aparece en Alema- nia hacia comienzos de la segunda década del si- glo xx. Aunque la estética del impresionismo sea confusa, su acento principal, si bien tiende a la ne- gacidn de la visién del mundo conformista y realis- ta, recae sobre la estructuracién de un nuevo Ien- gnaje que “proyecte” la interioridad del individuo (imagen de la cémara oscura, de Elise Ritcher),"* «jue sea capaz por lo tanto de aleanzar la “objeti- vacién del sujeto". Ademés, el expresionismo se ‘propone “el rescate del espiritu’, aprisionado en la trampa de un orden caduco. En consecuencia, carece del nihilismo de Dadi. Pero Dadé tiene an- tecedentes muy claros y directos en la tarea de ne- gacién e innovacién que, para erigir su nueva es- 1 v, Modem, Rodolfo: El expresioniomo literario. Bue- nos Aires, Nova, 1958, p. 26 22, tética, tuvieron’ que llevar a cabo los expresidnis- tas, En este sentido, constituyen antecedentes de Dada las revistas: Die Briicke [E1 Puente] (Dresde, 1906), fun- dada por varios pintores que, a la vez que atacan a la sociedad de su tiempo, defienden una concep- cién esencialista de las artes phisticas. Las exposi- iones del pintor y dramaturgo austriaco Oskar Kokoschka (1886- ) complementan esta activi dad. Su pieza teatral Mérder, Hoffnung der Frauen [Asesino, esperanza de las mujeres) (1907) se en- ccuentra ya en la linea del modemo teatro de van- guardia. Die Aktion [Accién] (Berlin, 1910), por Franz Pfenfert. =Der Sturm [La tormenta] (Berlin, 1910) diri- gida por Herwarth Walden, donde, en 1911, Wil helm Worringer introduce el vocablo expresionis- ‘mo en Alema Der Blaue Reiter [EI jinete azul] (Munich, 1912), cuyos inspiradores son Franz Mare (1880- 1916) y el pintor ruso Wassily Kandinsky (1866- ), autor de Sobre lo espiritual en el arte ™* (1912) y uno de los pioneros de la pintura abst ta, En este grupo participan Hugo Ball y Hans ‘Arp, fundadores del dadaismo, Hay un mutuo intercambio entre estos pintores, ‘que emprenden el camino de la abstraccién en el arte, y los escritores. Muchos artistas plisticos —como Kokoschka— también escriben, y las obras de escindalo se suceden. Todos ellos manifiestan una actitud de rechazo total hacia el pasado, una voluntad de comenzar desde cero que son idénti- igida 18 Vers. esp: Buenos Aires, Galatea - Nueva Visién, 1957 23,

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