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UCP
DOCENTE:
CICLO : IV
INTEGRANTES:
AÑO:
2013
IQUITOS_PERU
LA SIMPLIFICACIÓN ADMINISTRATIVA EN EL PERÚ
A fines de la década de los años ochenta (1989) y fruto del talento de Hernando de
Soto y de sus aurorales iniciativas por la modernización de la Administración Pública,
así de una poco esperada para la época visión de futuro del entonces Presidente Alan
García Pérez;
1. VISIÓN
Estado moderno al servicio de las personas, con entidades públicas que brindan
trámites y servicios administrativos útiles para el ciudadano, bajo un enfoque de
calidad y mejoramiento continuo, ética y transparencia, construyendo una sociedad
más democrática, incluyente, equitativa y competitiva.
2. MISIÓN
OBJETIVO GENERAL:
OBJETIVOS ESTRATÉGICOS:
Del objetivo general anteriormente señ alado, se desprenden los siguientes objetivos
estratégicos:
ESTRATEGIAS Y ACCIONES:
Se han definido estrategias y acciones para cada objetivo estratégico y se dispone de
resultados (metas) tanto para los objetivos estratégicos como para las acciones.
Los resultados (metas) de las acciones del plan, los indicadores vinculados y las
entidades responsables, se presentan en la matriz que acompaña al plan.
Viendo el tema en perspectiva, esta fue una de las reformas más trascendentes en el
largo proceso de modernización del Estado peruano, no sólo porque flexibilizó la
tramitación administrativa objetivo esencial de estas normas existente y posterior, sino
porque creó en los órganos de la Administración Pública y en los propios administrados
conciencia que los procedimientos no podían ser eternos ni extremadamente
engorrosos y que lo que el Estado en sus diversos niveles prestaba, no era un favor al
ciudadano, sino un servicio público.
No debe escapar a nuestro análisis que en toda la construcción jurídica que sustentaba
la aplicación del Principio de Presunción de Veracidad, el legislador suponía que toda
persona decía la verdad; depositando el Estado peruano su confianza en la buena fe
del ciudadano, conforme lo establecido en el inciso 1 del Artículo 2º de la Ley, que
señalaba que los órganos públicos debían “suponer que las personas dicen la verdad.
Esta presunción admite prueba en contrario”.
LA APLICACIÓN DE LA MATERIA EN EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO PERUANO.
En una sociedad imperfecta como la nuestra, era evidente que iban a presentarse
serios problemas en la aplicación del Principio bajo comentario.
La “ley del más fuerte”, la “ley del embudo”, la “ley del mínimo esfuerzo”, la cultura de
“Pepe el vivo”, la aceptación como cuasi válida de cualquier desviación moral,
anidaron en nuestra sociedad especialmente en los años noventa; lo que se ha
reflejado en la actuación de muchos ciudadanos ante la Administración Pública en
general, prestando sin mayor repugnancia moral declaraciones juradas falsas o
parcialmente falsas en los trámites administrativos que realizaban.
El sistema jurídico nacional había previsto esta situación desde los albores de la Ley Nº
25035 y su Reglamento, dotando legalmente a las entidades públicas de mecanismos
de sanción en caso de infracción al Principio de Presunción de Veracidad, que
comprendían no sólo la denuncia penal sino la imposición de multas económicas a los
responsables de la trasgresión de la Presunción de Veracidad.
Luego, cuando por Ley Nº 27444 se aprobó la Ley del Procedimiento Administrativo
General, se incorporó un Capítulo entero – el II del Título IV – denominado
“Procedimiento Sancionador”; definido en su Artículo 229º numeral 229.1 como “
Este nuevo régimen legal ha conferido a las entidades públicas la posibilidad de legislar
internamente sobre las sanciones administrativas a aplicarse a los administrados;
facultad que es extensiva al caso de las declaraciones juradas falsas presentadas en
procedimiento administrativo.
Título XVIII Delitos contra la Administración Pública, del Código Penal, Capítulo III
Delitos contra la Administración de Justicia, Sección I Delitos contra la Función
Jurisdiccional, Artículo 411º, que señala: “El que, en un procedimiento administrativo,
hace una falsa declaración en relación a hechos o circunstancias que le corresponde
probar, violando la presunción de veracidad establecida por ley”.
Como indicamos con anterioridad dicho Artículo señalaba que estas multas podían ser
cobradas por la propia entidad pública afectada o por el entonces vigente Instituto
Nacional de Administración Pública – INAP y no debía exceder de dos Unidades
Impositivas Tributarías (UIT) en el caso de las personas jurídicas y de 0.5 UIT en el caso
de las personas naturales; pudiendo recurrirse a la vía coactiva, conforme el régimen
del Decreto Ley Nº 17355. A su turno, el Artículo 18º permitía la impugnación de las
multas a través de un Recurso de Apelación.
En este aspecto de las multas administrativas es que se avanzó muy poco – acaso por
la temprana desaparición del INAP en 1995 - y las disposiciones del Artículo 17º del
Reglamento original no fueron reproducidas en la Ley Nº 27444 (2001), que incorporó
las reglas de simplificación administrativa en su ámbito de aplicación.
En el caso bajo comentario, el Artículo 294º inciso 9 del Reglamento, dispone que es
causal de aplicación de sanción la presentación de documentos falsos o inexactos a las
entidades públicas o al CONSUCODE; con lo que extiende el manto de protección a la
Presunción de Veracidad a todo el proceso de selección, desde su etapa inicial en la
entidad convocante y respecto de todos los documentos presentados por los postores.
El efecto intimidante de esta figura es que las sanciones son inhabilitaciones para
contratar con el Estado, por períodos que pueden llegar a dos años; de ahí que los
postores y proveedores del Estado deben cuidar de presentar declaraciones juradas
ciertas, no sólo en el Formato (Anexos) exigido por las Bases Administrativas, sino con
toda la documentación presentada, ya que los Formatos están diseñados para
garantizar la veracidad de todas las instrumentales presentadas (Constancias,
certificados, licencias, etc.).
Creemos que estas medidas contribuirán a reforzar el papel de las sanciones penales y
administrativas ya vigentes, así como ayudarán a restablecer la confianza en la relación
Administración - Administrado.
ARTÍCULO IV: PRINCIPIOS DEL PROCEDIMIENTO
ADMINISTRATIVO
Una modalidad accesoria no puede ser aplicada contra el fin perseguido por
el acto administrativo.
ARTÍCULO 3° REQUISITOS DE VALIDEZ DE LOS ACTOS
ADMINISTRATIVOS
Los actos administrativos deberán expresarse por escrito, salvo que por la
naturaleza y circunstancias del caso, el ordenamiento jurídico haya previsto
otra forma, siempre que permita tener constancia de su existencia.
Son vicios del acto administrativo, que causan su nulidad de pleno derecho,
los siguientes:
La nulidad parcial del acto administrativo no alcanza a las otras partes del
acto que resulten independientes de la parte nula, salvo que sea su
consecuencia, ni impide la producción de efectos para los cuales no
obstante el acto pueda ser idóneo, salvo disposición legal en contrario.
ARTÍCULO 14° CONSERVACIÓN DEL ACTO
Cuando el vicio del acto administrativo por el incumplimiento a sus
elementos de validez, no sea trascendente, prevalece la conservación del
acto, procediéndose a su enmienda por la propia autoridad emisora.
Si debiera notificarse a más de diez personas que han planteado una sola
solicitud con derecho común, la notificación se hará con quien encabeza el
escrito inicial, indicándole que transmita la decisión a sus cointeresados.
ARTÍCULO 23° RÉGIMEN DE PUBLICACIÓN DE ACTOS
ADMINISTRATIVOS
La publicación procederá conforme al siguiente orden:
Toda notificación deberá practicarse a más tardar dentro del plazo de cinco
(5) días, a partir de la expedición del acto que se notifique, y deberá
contener:
ARTÍCULO 25° VIGENCIA DE LAS NOTIFICACIONES
Las notificaciones surtirán efectos conforme a las siguientes reglas:
Las notificaciones personales: el día que hubieren sido realizadas.
Las cursadas mediante correo certificado, oficio, correo electrónico y
análogos: el día que conste haber sido recibidas.
Cada 2 (dos) años, las entidades están obligadas a publicar el íntegro del
TUPA, bajo responsabilidad de su titular; sin embargo, podrán hacerlo antes,
cuando consideren que las modificaciones producidas en el mismo lo
ameriten. El plazo se computará a partir de la fecha de la última publicación
del mismo.
Aquella que haya sido expedida por la misma entidad o por otras entidades
públicas del sector, en cuyo caso corresponde recabarlas a la propia entidad
a solicitud del administrado.
Presentación de más de dos ejemplares de un mismo documento ante la
entidad, salvo que sea necesario notificar a otros tantos interesados.
Para los efectos del numeral anterior, se entiende prohibido todo aquello que
impida o perturbe los derechos de otros administrados, o el cumplimiento de
sus deberes respecto al procedimiento administrativo.
ARTÍCULO 55° DERECHOS DE LOS ADMINISTRADOS
Son derechos de los administrados con respecto al procedimiento
administrativo, los siguientes:
Acceder a la información gratuita que deben brindar las entidades del Estado
sobre sus actividades orientadas a la colectividad, incluyendo sus fines,
competencias, funciones, organigramas, ubicación de dependencias,
horarios de atención, procedimientos y características.
A que las actuaciones de las entidades que les afecten sean llevadas a cabo
en la forma menos gravosa posible.
Sólo por ley mediante mandato judicial expreso, en un caso concreto, puede
ser exigible a una autoridad no ejercer alguna atribución administrativa.
La demora o negligencia en el ejercicio de la competencia o su no ejercicio
cuando ello corresponda, constituye falta disciplinaria imputable a la
autoridad respectiva.
ARTÍCULO 64° CONFLICTO CON LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL
El delegado suscribe los actos con la anotación “por”, seguido del nombre y
cargo del delegante.
El suplente sustituye al titular para todo efecto legal, ejerciendo las funciones
del órgano con la plenitud de los poderes y deberes que las mismas
contienen.
Si no es designado titular o suplente, el cargo es asumido transitoriamente
por quien le sigue en jerarquía en dicha unidad; y ante la existencia de más
de uno con igual nivel, por quien desempeñe el cargo con mayor vinculación
a la gestión del área que suple; y, de persistir la equivalencia, el de mayor
antigüedad; en todos los casos con carácter de interino.
ARTÍCULO 74° DESCONCENTRACIÓN
La titularidad y el ejercicio de competencia asignada a los órganos
administrativos se desconcentra en otros jerárquicamente dependientes de
aquellos, siguiendo los criterio establecidos en la presente Ley.
Actuar dentro del ámbito de su competencia y conforme a los fines para los
que les fueron conferidas sus atribuciones.
Desempeñar sus funciones siguiendo los principios del procedimiento
administrativo previstos en el Título Preliminar de esta Ley.