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MUNICIPIOS AGROECOLÓGICOS Y AGROINDUSTRIALES

Ciencia, tecnología, competitividad y tendencias de mercado

L. A. OROZCO CASTRO1

A. OROZCO CASTRO

L. GUEVARA RUBIANO

W. ESCOBAR TORRES

D.A CHAVARRO BOHÓRQUEZ

Resumen

Los municipios pequeños basados en la agricultura en la economía global deben aumentar la capacidad
para asegurar la creación de valor agregado en sus productos, dentro de complejas redes que involucran
universidades, I+D, asociaciones de productores y empresas de mercadeo y distribución, que
evolucionan conjuntamente en un sistema sobre su territorio y sus ventajas comparativas. La habilidad
para crear, distribuir y explotar conocimiento para incrementar el desempeño en el manejo de la
innovación en la producción agroindustrial, es la piedra angular en la alta competencia de los mercados
globales. Esta economía del conocimiento requiere la acción colectiva basada en la confianza y el flujo de
información, liderada por una política de Estado y la inclusión de la investigación en las universidades con
la población rural, especialmente campesinos pobres, para lograr las metas de la competitividad y
mejorar la calidad de vida.

Abstract

The small agriculturally based municipalities in the global economy must enhance the capacity to assure
the creation of added value in their products, within complex networks that involve universities, R&D,
producers associations and marketing and distribution enterprises, that evolve together in a system on
their territory and it’s comparative advantage. The ability to create, distribute, and exploit knowledge to
increase the performance in the innovation management of agroindustrial production, is the cornerstone in
the high competition of global markets. This knowledge economy requires collective action based on trust
and the information flow, leaded by State policy and the inclusion of research in the universities with the
rural population, specially poor peasants, to achieve the goals of competitiveness and improve the quality
of life.

1
Dirección de Investigaciones Universidad de los Andes. lorozco@uniandes.edu.co
Los municipios deben prepararse para afrontar la globalización de los mercados impulsados con
acuerdos como el Tratado de Libre Comercio – TLC. Es necesario aprovechar las ventajas comparativas
de sus territorios y las sinergias que se pueden lograr con las concentraciones poblacionales que los
habitan. La Visión Colombia II centenario 2019 nos permite tener un plan de acción común, y para el caso
de la producción agropecuaria2, se definen metas y estrategias para lograr cambios nacionales en el
proceso de articulación de los sistemas productivos. La posibilidad que tengan los municipios para atraer
el conocimiento y los desarrollos que reposan en las grandes ciudades aledañas, está relacionada con la
coordinación productiva y del capital social que lo lidera. Las habilidades colectivas para atraer
universidades, investigadores e inversionistas a los municipios para contribuir en las transformaciones
socioeconómicas que exige la globalización, depende en gran medida de la credibilidad y el liderazgo que
ejerzan los alcaldes y líderes de juntas de acción comunal, y de los pobladores rurales que aglomeren
coordinadamente sus cultivos hacia sistemas productivos agroindustriales. La capacidad de generar la
confianza necesaria para conformar un capital social denso ente los habitantes de los territorios que
compone el municipio, y acumular una extensa gama de relaciones con consultores, investigadores e
instituciones de orden nacional e internacional, va de la mano con la motivación que deviene de la
ejecución de una política de largo plazo, sobre la que los distintos actores planifiquen y concentren sus
esfuerzos en consolidar lealtad y sentido de pertenencia con las cadenas productivas y sus acuerdos
asociativos.

La cultura agroecológica ha impulsado nuevos cambios en la forma de producción y consumo de


alimentos, y los mercados verdes están abriendo oportunidades con la que se está cambiando la forma
de cultivar, modificando las necesidades de aprendizaje para adquirir nuevas costumbres y habilidades
para brindar una buena nutrición vegetal y un eficaz control de plagas. El cambio cultural necesita de un
proceso liderado por el gobierno local, en donde se motive y eduque a los productores para que
implementen sistemas de producción de calidad como las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y el método
Hazard Análisis and Critical Control Points (Haccp) para cumplir con los requerimientos de trazabilidad e
inocuidad agroalimentaria que exigen los mercados internacionales. De igual forma en la agroindustria se
requiere de un cambio para adoptar sistemas de control de calidad como las normas Good Manufacturing
Practices (GMP), ISO 9000 y ES29000 (norma europea).

No es posible iniciar en una sola parcela un proceso de reconversión agrícola, si en los demás predios se
continúa con el uso, especialmente de agroquímicos que se dispersan por el aire. La asociación de
productores es hoy por hoy un parámetro básico para alcanzar poder de negociación y avanzar en la
competitividad de una región. La asociatividad es el camino para lograr acuerdos colectivos en los que se
sustenten los cambios que hoy requiere la producción agroindustrial.

Así mismo el avance de las tecnologías de la información y la comunicación – TIC está cambiando las
formas de administrar y gestionar los procesos de agregación de valor en las cadenas productivas y
comerciales. La capacidad de acceder y construir información para la planificación y ejecución de
proyectos agroindustriales, la visibilidad que se logra en el ciberespacio y la disminución de los costos de
transacción que brinda la flexibilidad en la comunicación, está sujeta al progreso en la democratización
del conocimiento y la preparación electrónica que traen consigo estrategias de implementación de
municipios digitales3. Estos proyectos buscan crear una comunidad que aproveche las tecnologías de la
información y la comunicación para el beneficio social. Está ligado al concepto de sociedad de la
información, entendido como una comunidad que permite a sus integrantes generar, consumir, compartir,
interpretar y utilizar información de diversos tipos, de tal manera que les ayude a incorporar esta
información en las dinámicas sociales de su cotidianidad. Para esto es indispensable poner a disposición
los medios tecnológicos necesarios y facilitar la creación de las habilidades requeridas, con el fin de
insertarlos en los procesos sociales que implica la producción agroindustrial.

2
http://www.dnp.gov.co/archivos/documentos/2019_Libro/cap_3_aprovechar_potencialidades_campo.pdf
3
http://programafrida.net/docs/informes/ocyt.pdf
Para el caso de la región Bogotá – Cundinamarca, y de acuerdo a la encuesta de innovación tecnológica
realizada en las regiones colombianas por el Departamento Nacional de Planeación en el año 2000, la
mitad de las empresas no utilizan los centros de desarrollo tecnológico, y solo el 33% solicitó créditos
para desarrollar tecnologías. Esto indica que las empresas no están haciendo uso de las capacidades en
investigación y desarrollo (I+D), que en la región representan el 40% de la oferta nacional en ciencia y
tecnología de acuerdo al estudio realizado por Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología en
2004 (Consejo Regional de Competitividad de Bogotá y Cundinamarca, 2005).

Nuestro esfuerzo en el municipio de Guaduas (Cundinamarca) ha consistido en vincular las capacidades


científicas y tecnológicas de grupos de investigación que se encuentran en las grandes universidades de
Bogotá4 y brindar soporte y asesoría para que colectivamente definamos con la comunidad agrícola y las
autoridades locales, los acuerdos para la implementación de la agricultura orgánica y la producción
agroindustrial con especies promisorias para los mercados internacionales que ha definido el gobierno
nacional. La replicación del modelo servirá para ir encadenando, a partir de los municipios, la integración
de las ventajas de los territorios y sus aglomeraciones productivas. Apoyar a las familias y a la población
dispersa, combinar la economía de subsistencia con economía empresarial en esquemas asociativos,
con cultivos alternos permanentes con miras al tratado de libre comercio – TLC y a la tendencia mundial
de los mercados hacia productos orgánicos, permitirá contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de
los habitantes de la región. Trabajar conjuntamente con la Unidad Municipal de Asistencia Técnica
Agropecuaria - UMATA, nos ha permitido construir los datos necesarios para saber la ubicación de las
tierras optimas de acuerdo a los tipos de cultivo, que se produce actualmente en ellas, y que prácticas
agrícolas se manejan. Con ello desarrollamos un diagnóstico, que va de la mano con la medición de la
preparación electrónica de Guaduas5.

Se adelantó un acuerdo con 70 propietarios de parcelas en cinco veredas del municipio sobre un estudio
de suelos y un diagnóstico técnico para la siembra de aguacate y otras especies promisorias que
desarrollamos a finales de 2005. El compromiso de los beneficiarios debe tener un plazo no menor a 10
años, para poder llevar a cabo todos los procesos de inversión agroindustrial, generando la asociatividad
necesaria en el grupo interesado para la implementación de la agricultura orgánica, que ira de la mano
con un sistema de información sobre los procesos productivos que facilite la gestión y la negociación en
agregado. Dos de los beneficios claros que prestarán las TIC son el de dirigir la trazabilidad de los
cultivos (recolección y uso de información de cualquier proceso agropecuario o industrial, desde la
producción hasta la distribución y el consumidor final) y el de contar con información ágil que permita
planear y tomar decisiones frente al desempeño de la cadena.

Los beneficios que se desean lograr son:

• Enlazar las actividades científicas y tecnológicas, así como los productos de la I+D en el país para
facilitar el uso y el beneficio del conocimiento en el desempeño de la cadena productiva.
• Inserción de las TIC en los procesos sociales para avanzar en la formación de una comunidad del
conocimiento.

4
Universidad de los Andes, Universidad Nacional de Colombia (sede Bogotá) y la Pontificia Universidad Javeriana
(sede Bogotá).
5
Diego Chavarro y Luis Orozco participaron en una investigación sobre la preparación electrónica (e-readiness) de
el municipio de Guaduas con el Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología – OCyT, que contó con la
financiación del Fondo regional para la innovación digital en América Latina y el Caribe – FRIDA, quien expresó a
través de la evaluadora internacional en TIC, Ester Kaufman, y Ernesto Majó de Lacnic (Registro de Direcciones de
Internet para América Latina y el Caribe) el reconocimiento por la calidad del trabajo realizado y su aporte al
desarrollo conceptual y metodológico para la incorporación del las TIC en los municipios de América Latina y el
Caribe. También este trabajo recibió las felicitaciones de Doris Olaya, investigadora del Observatorio para la
sociedad de la información en Latinoamérica y el Caribe de la CEPAL – OSILAC, quien expresó la pertinencia y la
importancia de este trabajo dentro de las metas trazadas por este organismo internacional. Disponible en:
http://programafrida.net/docs/informes/ocyt.pdf
• Generación de empleo para el municipio de Guaduas con cultivos alternativos enfocados a la
agroindustria con miras a los mercados verdes.
• Incentivar el cambio de la agricultura de sostenimiento pancoger a la agricultura agroindustrial,
mediante la implementación de cultivos de aguacate, definido como promisorio en la Visión Colombia
20196.
• Apoyo a madres cabeza de familia, y en general a la población rural dispersa. Implementar la siembra
de por lo menos 120 hectáreas de aguacate y como alternativas de diversificación mora y lulo en
menores proporciones.
• Saneamiento ambiental de los lugares destinados a siembras de cultivos, con el aprovechamiento de
residuos domiciliarios y de cosechas, para la creación y autoabastecimiento de compost.
• Creación de la unidad de reproducción de material vegetal necesario, para garantizar la calidad de
las plantas y así mismo el éxito del proyecto.
• Fortalecer la capacidad de negociación de los pequeños productores a través de la asociatividad y el
uso de las TIC.
• Garantizar el éxito de la comercialización de los productos con valor agregado mediante la gestión de
modelos de cadena productiva.
• Asegurar la venta de las frutas de primera calidad, así como las segundas, terceras y cuartas en el
proceso agroindustrial.
• Obtener el máximo provecho de las veredas incluidas dentro del proyecto, que en la actualidad se
encuentran subexplotadas, por falta de recursos económicos y asistencia técnica, adquiriendo ciencia
y tecnología que permitan industrializar los productos de la zona objeto de la inversión.
• Establecer relaciones con grandes empresas productoras de cosméticos, farmacéuticos y
nutracéuticos para planificar la producción y el abastecimiento del producto agroindustrial.
• Definir las estrategias y políticas para la investigación, el desarrollo, la producción y la transformación
de las materias primas a ofertar.
• Aprovechar las oportunidades existentes en el mercado de los aceites vegetales.

El aguacate, por su alto contenido en aceites, presenta buenas perspectivas de demanda en la


tendencia actual hacia el consumo de productos frescos, naturales y saludables. De hecho, los expertos
lo recomiendan, en cantidades moderadas, como parte de una dieta saludable, debido a que, además de
tener un bajo contenido de azúcares, es una fuente importante de proteínas, minerales y grasas
monoinsaturadas con efectos benéficos para la salud.

Se está generando un mercado muy importante que busca beneficiarse de las propiedades de los aceites
vegetales en sus diversos usos. El aceite de aguacate tiene una serie de propiedades fisicoquímicas, que
interactúan benéficamente en el cuerpo humano y se convierte en un elemento funcional para el cuidado
de la salud y la belleza de las personas. Se conoce que este aceite contrarresta diversos problemas
relacionados con la falta de vitamina E para el cuidado de la piel y el cabello, y grasas monoinsaturadas
que reducen el riesgo de enfermedades del sistema circulatorio. El Aguacate es una fruta cuyos
compuestos ofrecen importantes beneficios para la salud y la belleza, ya que es una fuente de vitaminas
y esteroles que ayudan al bienestar. El aceite de aguacate, como insumo industrial para la elaboración de
cosméticos, y como elemento para el desarrollo de diversos productos nutracéuticos, ha empezado a
generar importantes mercados en el mundo, ya que facilita la obtención de los compuestos funcionales
para usos específicos (Bergh, 1992). En la medicina actual la aplicación de biotecnologías en
investigaciones para el análisis de rutas metabólicas ha avanzado en la comprensión de resultados
óptimos para el control del colesterol y triglicéridos así como la prevención del cáncer (Lu, Arteaga,
Zhang, Huerta, Go y Herber, 2005). En la industria nutracéutica el uso del aceite de aguacate está
expandiendo nuevos mercados con una alternativa que ha demostrado múltiples beneficios para el
mejoramiento de la salud y la prevención de enfermedades.

6
Ver página 152, disponible en:
http://www.dnp.gov.co/archivos/documentos/2019_Libro/cap_3_aprovechar_potencialidades_campo.pdf
Los nutracéuticos o alimentos funcionales están generando amplias oportunidades, ya que las
sociedades se están moviendo por la ola de los productos naturales hechos especialmente a partir de
fitocompuestos sin la intervención de productos químicos. Por otra parte los biofarmacéuticos registraron
ventas por USD 12 mil millones en 2001 y las enzimas industriales USD 1.7 mil millones con un
crecimiento anual proyectado al 2005 de 10%. Se estima que las ventas de la industria cosmética en
Colombia fueron de US 950 millones para el 2003 y se espera un incremento del 11% para el 2005 (CAF,
2005).

Los sectores cosmético, farmacéutico, nutracéutico y naturista se encuentran en crecimiento,


especialmente porque inciden directamente en bienestar humano y porque han ayudado a mejorar la
calidad de vida de muchas personas en el mundo. Se está desarrollando una novedosa línea de
productos denominados nutricosméticos, los cuales tienen componentes funcionales para la salud y la
belleza y están revolucionando el mercado a base de innovadoras soluciones para múltiples necesidades
humanas (Gupta, 2001).

En cosmetología, por su alto contenido de vitaminas y su rápida absorción en la piel y el cuero cabelludo,
y en culinaria como aceite Gourmet, ya que resalta el sabor de las comidas. Por estas características
tiene una alta aceptación en el mercado internacional, donde los grandes productores son México,
España y Nueva Zelanda, por lo que existe una ventaja comparativa para Colombia en cuanto a su
posicionamiento en el mercado Suramericano y Norteamericano. Mediante la aplicación de la
biotecnología se ha logrado generar valor agregado a la semilla como bioinsecticida y al bagazo como
biofertilizante y alimento animal, y en la medida en que incorporemos la ciencia y la tecnología, podremos
generar innovaciones y crear nuevos mercados de los subproductos de la extracción de aceite.

“Según Corpoica, en los últimos 15 años, el sector frutícola mostró un crecimiento anual promedio en
área de 13.3% y en valor de la producción alcanzó una tasa promedio de crecimiento anual de 14.3%, la
más alta entre los renglones agrícolas. El crecimiento del sector frutícola ha sido fundamental para el
desarrollo socioeconómico de las zonas productoras. Lo anterior se sustenta en la potencialidad para la
generación de empleo rural, la posibilidad de generar ingresos adicionales, la identificación de
alternativas sostenibles para atender problemas de degradación de recursos naturales, sustituir cultivos
ilícitos y generar agroindustrias en el país. Entre 2001 y 2004 el incremento del área sembrada en frutales
fue del 16%, con un área total de 199.277 hectáreas. Los cultivos más importantes en términos de su
participación en el área cosechada en 2004 fueron cítricos con el 22%, seguido de aguacate 8%, banano
con el 7,5%, mango 7,1%, guayaba con el 6,8%, piña con el 5,5% y mora con el 5%. En cuanto a
rendimientos, los cultivos de piña, fresa, papaya, limón, mandarina y tomate de árbol son los más
representativos” (Schuler y Orozco, 2005, p. 23).

Según estadísticas de Faostat7, Colombia es el tercer productor de aguacate en América Latina y el


Caribe, después de México y Brasil y toda su producción es destinada para el consumo interno. La
producción nacional de aguacate no cubre la demanda interna del producto y su cultivo es, en
general, disperso y poco tecnificado. Las estadísticas también muestran que la demanda de aguacate es
creciente, lo que nos da una seguridad razonable de comercialización, pues sus múltiples aplicaciones
industriales permiten aprovechar integralmente el cultivo.

Conclusión

La confianza en la que se desenvuelven las redes de aprendizaje entre los agricultores, requiere de un
análisis de los paradigmas sobre los riesgos que pueden surgir con los cambios en la forma de cultivar,
con el fin de elaborar planes de acción ajustados con las metas que desea alcanzar un proyecto
agroindustrial a gran escala. Las formas en las que la población rural accede y hace uso de la
información, requiere de un importante análisis en aras de crear mecanismos para coordinar las acciones
y formar la credibilidad en los procesos de cambio. Existen investigaciones muy sugerentes para abordar
este problema, como la publicada recientemente por Sligo y Massey (2006) en el Journal of Rural

7
http://faostat.fao.org
Studies, en donde exponen una aproximación muy interesante para investigar este fenómeno, base para
lograr el éxito de este tipo de proyectos.

La implementación de un municipio agroecológico y agroindustrial exitoso, permitirá tener las bases para
replicar el modelo en otros municipios, interconectando así la capacidad de coordinación de
conglomerados rurales productivos especialmente en el norte, centro oriente y suroccidente del territorio
colombiano, sobre la identidad y el sentido de pertenencia que motiva la articulación de una cadena
productiva y los beneficios que de ella se obtienen. En esta medida podremos contribuir a que
avancemos en la consolidación de una economía y una sociedad basada en el conocimiento, sobre la
cual seamos capaces de aprovechar las oportunidades que ofrece una política nacional de largo plazo en
la Visión Colombia 2019, y las capacidades científicas y tecnológicas con las que contamos.

Bibliografía

Bergh. B. 1992. “The Avocado and Human Nutrition. I. Some Human Health Aspects of the Avocado”
Second World Avocado Congress 1992. Disponible en:

http://www.avocadosource.com/WAC2/WAC2_p025.htm

CAF, 2005. Biotecnología para el desarrollo sostenible de la biodiversidad. Capacidades locales y


mercados potenciales. F Quezada, W. Roca, M.T. Szauer, J.J. Gómez, R. López. Ed. Caracas.

Consejo Regional de Competitividad de Bogotá y Cundinamarca. 2005. Balance Tecnológico. Cadena


productiva hortofrutícola en Bogotá y Cundinamarca. Cámara de Comercio de Bogotá.

Gupta, S. 2001. “Nutraceuticals Based Topical Delivery Systems”. Nutraceuticals World. 54. November
2001.

Lu, Q; Arteaga, J; Zhang, Q; Huerta, S; Go, V y Herber, D. 2005. “Inhibition of prostate cancer cell
growth by an avocado extract: role of lipid-soluble bioactive substances. Journal of Nutritional
Biochemistry. 16.

Sligo, FX y Massey, C. 2006. Risk, trust and knowledge networks in farmers’ learning. Journal of Rural
Studies. Vol 22 No. 4.

Schuler, I y Orozco, L_A. 2005. Manejo y gestión de la biotecnología agrícola apropiada para pequeños
productores: Estudio de caso Colombia. REDBIO/FAO. Disponible en:

http://www.redbio.org/e_casos/colombia.pdf

Presidencia de la República, DNP. 2005. Visión Colombia II Centenario. Planeta.

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