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Ricardo Sada
El origen de los Santos Evangelios es el mismo Jesucristo. l, en quien
se consuma toda la revelacin de Dios, mand a sus Apstoles que su Buena
Nueva fuera predicada a todos los hombres como fuente de verdad
salvadora y de ordenacin de costumbres. Ellos realizaron fielmente su
cometido, siempre bajo la inspiracin del Espritu Santo.1
Los cuatro Evangelios, al igual que las cartas de San Pablo y de otros Apstoles,
fueron redactados en la segunda mitad del siglo I. Pocas dcadas ms
tarde, esos textos cristianos ya se haban propagado por las distintas
iglesias, reunindose en forma de colecciones. A mediados del siglo II
san Justino deja constancia de que los cristianos se reunan los domingos y
lean los profetas y las Memorias de los Apstoles 2. Con esta ltima
expresin parece referirse a los Evangelios, aunque no informa cuntos ni
cules eran. Sin embargo, por las referencias que hace en sus escritos, as
como por referencias de otros autores eclesisticos de la poca, se comprueba
que los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, eran conocidos en
la mayor parte de las iglesias y considerados como autntica tradicin
apostlica.
Junto con estos textos oficialmente reconocidos, circulaba cierto nmero de
otros evangelios llamados apcrifos, es decir, secretos, que la Iglesia
nunca consider de inspiracin divina.3
Encontramos grandes diferencias entre los cuatro Evangelios. Tantas,
que difcilmente se pueden fundir sus diversas y a menudo contrastantes
informaciones para obtener una biografa completa de Jess de Nazaret.
Slo en la Narracin de la Pasin todos son semejantes, pero fuera de
esta secuencia las diferencias son profundas, particularmente entre el
Evangelio de Juan y los otros tres.
Los tres primeros Evangelios tienen mucho en comn. Presentan el
acontecimiento de Cristo segn el mismo ritmo: los tiempos de comienzos
jubilosos en Galilea, por un lado; y por otro, los tiempos del conflicto, del
proceso y del suplicio en Jerusaln. Describen los mismos virajes en la vida
del Seor y sostienen las mismas grandes ideas. Adems, los textos se
asemejan, y a menudo un texto sigue a otro hasta en los detalles de
imgenes y palabras.
Tal semejanza permite leerlos en columnas
1 Cf. Const. Dogmtica Dei Verbum 7
2 Apologa 1, 67
3 Ya hacia el ao 200 San Irineo escribi: La Iglesia slo tiene cuatro
Evangelios; los herejes muchsimo (Homilia in Lucam, 1,1)
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