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En la tica, los valores son marcados por su grado de importancia, con el objetivo de
determinar qu accin es mejor a realizar, o al menos el intento de describir el valor a
ejecutar en las diferentes acciones. Se trata de la conducta correcta, en el sentido de que
una accin relativamente valiosa puede considerarse como ticamente buena (sentido
adjetivo), y una accin de baja, o por lo menos de valor relativamente bajo puede ser
considerado como malo.
Los valores Morales son todas aquellas cuestiones que llevan al hombre a defender y
crecer en su dignidad en cuanto persona, porque indefectiblemente el valor moral
conducir al hombre hacia el bien moral, que como sabemos, es aquello que lo
perfecciona, lo completa y mejora.
Los valores morales siempre perfeccionarn al hombre en cuanto ser hombre, las
acciones buenas, como ser vivir honestamente, decir la verdad y actuar siempre
pensando en el prjimo, jams podrn contradecir el camino hacia la perfeccin. Los
valores morales, entre ellos, el respeto, la tolerancia, la honestidad, el trabajo, la lealtad y
la responsabilidad, entre otros, surgirn y se inculcarn a cada persona, primordialmente,
en el seno familiar, por lo cual las relaciones con el padre, la madre, los hermanos, los
abuelos, los tos y todos aquellos otros involucrados en el seno familiar, deben contar con
la calidad adecuada, para ser estos correctos transmisores de todos esos valores que
mencionbamos ms arriba.
Antivalores: As como hay una escala de valores morales tambin la hay de valores
inmorales o antivalores. La deshonestidad, la injusticia, la intransigencia, la intolerancia, la
traicin, el egosmo, la irresponsabilidad, la indiferencia, son ejemplos de esto antivalores
que rigen la conducta de las personas inmorales.
Una persona inmoral es aquella que se coloca frente a la tabla de los valores en actitud
negativa, para rechazarlos o violarlos. Es lo que llamamos una persona sin escrpulos,
fra, calculadora, insensible al entorno social.
El camino de los antivalores es a todas luces equivocado porque no solo nos
deshumaniza y nos degrada, sino que nos hace merecedores del desprecio, la
desconfianza y el rechazo por parte de nuestros semejantes, cuando no del castigo por
parte de la sociedad.