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I) Triptico-programa
II) PRIMER CENTENARIO DE LA FUNDACIÓN DE LA UNER
Eucaristía del viernes 16 de abril 2010
Textos litúrgicos del día correspondiente, de la segunda semana de Pascua.
Lugar: Iglesia de San Jorge Martir. Palos de la Frontera. Hora: 19,00.
A D. Manuel no le gustaban las homilías ampulosas y largas. Procuraré ser sencillo en este
momento tan solemne, y ser breve cuando tantas cosas habría que decir.
Nos reunimos aquí para iniciar los actos de clausura de las celebraciones del Primer
Centenario de la Fundación de la UNER, que tuvo lugar en la Parroquia de San Pedro de Huelva el
4 de marzo de 1910.
Entre los objetivos de las celebraciónes del centenario está: “Recordar, una vez más, y en el
año sacerdotal, la gran figura del Fundador Beato Manuel González, poniendo de relieve su gran
labor realizada en nuestra ciudad”.
Al abrigo de estos muros de la iglesia parroquial de San Jorge Martir de Palos de la Frontera,
donde nos encontramos, se leyó el 23 de mayo de 1492 la real provisión de los Reyes Católicos que
ordenaba que dos naves del puerto se pusieran al servicio de Cristobal Colón. Gracias a los Pinzón,
prestigiosa familia de navegantes palermos, se pudieron encontrar los marineros necesarios,
llegaron a navegar el 3 de agosto tres naves descubridoras, y , después de avistatar y poner el pie en
América el 12 de octubre de 1942, regresaron dos carabelas el 15 de marzo de 1943. Estamos, pues
en el lugar deorigen del Descubrimiento y Evangelización de América.
El 14 de junio de 1993, en el IV viaje apostólico del Papa a España, Juan Pablo II, estuvo en
esta iglesia parroquial de San Jorge Martir, porque, según dijo en Huelva, “En el nombre de Dios y
de Santa María- como consta en los escritos de la época- se embarcaron con Colón en el puerto de
Palos los valerosos marinos de esta tierra que hicieron de la mar océana un camino para la difusión
del Evangelio”.
Además, y este es el motivo que nos congrega hoy aquí, la iglesia de Palos de la Frontera
fue el lugar de destino del primer viaje misionero de las Marías de los Sagrarios apenas fundada la
Obra. Al día siguiente de la fundación de las Marías (4 de marzo de 1910), Mercedes López
Prieto(+ junio de 1918), emprendió la primera visita eucarística y apostólica a esta iglesia y este
pueblo. (Cf Campos Giles I, pag 276).
Los textos litúrgicos del viernes de la segunda semana de Pascua nos introducen en el
clima sacerdotal y eucarístico del Año Santo promulgado por el Papa Benedicto XVI:
La antífona de entrada (Ap 5, 9-10) dice así: “Con tu sangre, Señor, has comprado para Dios
hombres de toda tribu, lengua, pueblo y nación; has hecho de ellos una dinastía sacerdotal que sirva
a Dios, Aleluya”.
Desde el comienzo de la misa se destaca la adquisición, al precio de la sangre de Cristo, de
una dinastía sacerdotal de caracer universal. Todos en ella son sacerdotes. Y está formada por gentes
de todos los pueblos y naciones de la tierra.
Luego, las lecturas proclamadas ponen de relieve que el ejercicio del sacerdocio cristiano se
caracteriza:
– por la misión: los apóstoles (Hch 5, 34-42) “ Salieron del Consejo contentos de haber
merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús. Ningún día dejaban de enseñar, en el templo
y por las casas, anunciando el Evangelio de Jesucristo”;
– por la ofrenda eucarística que se evoca en el evangelio (Jn 6, 1-15): “Jesús tomó los panes,
dijo la ación de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que
quisieron del pescado”.
Así, pues, somos una dinastía sacerdotal, cuyos rasgos característico son la misión y la
ofrenda eucarística en la que la misión culmina. En ella todos somos misioneros y oferentes.
El carisma de la UNER acentúa la dimensión misionera del sacerdocio común de los
cristianos. Es cierto quel la UNER es una obra de reparación, pero don Manuel, la quiso de
“reparación con alas”. Una reparación evangelizadora o, dicho de otro modo con la peculiar
expresión del Fundador, para “eucaristizar” el mundo: «Marías y Juanes amadísimos, dice D.
Manuel, ya lo sabéis; se nos piden obras, obras de reparación eucarística, de atracción al
Sagrario, de, y permitidme la palabra, eucaristización del mundo. Reparación Eucarística y
Eucaristización del mundo.
D. Manuel define así el verbo Eucaristizar. La acción de volver a un pueblo loco de amor
por el Corazón eucarístico de Jesús. ¡Dios mio, Dios mio, que las Marías y los Juanes hagan
conjugar pronto ese verbo a toda España y a todo el mundo! Amén, amén».
La Obra tiene un centro y tiene un horizonte. El centro es la Eucaristía y el horizonte la
evangelización o eucaristización. Don Manuel escribe: «Y trabajar con Cristo es ir mucho al
Sagrario, para preguntar al Maestro que está allí, para hacerse fuerte con la mirada del Capitán
que está allí, para disipar tinieblas y dudas con la Luz que está allí, para recobrar pérdidas y
cobrar alientos con el Pan que está allí y para transformarse en valiente, en héroe, en loco, que
todo es preciso a veces, con el amor del Corazón que está allí.
Si a eso se llama exigir imposibles, pedir santidad, poner la puntería donde muy pocos
pueden llegar, entonces pediría permiso para dar mi último consejo que sería este: “Si lo bueno
que esperamos, si lo que ha de traer el reinado de la justicia y de la caridad sobre esta sociedad
pagana, no lo hemos de sacar del Sagrario, esperad sentados, propagandistas y hombres de
acción, esperad sentados...»
Las primeras Marías, como los apóstoles y como el gran sacerdote que fue D. Manuel
“ningún día dejaban de enseñar, en el templo y por las casas, anunciando el Evangelio de
Jesucristo”.
“El Evangelio y el Sagrario no se pueden separar, como no se pueden separar el eco de su
sonido, la claridad de la luz que la produce”(D. Manuel González En busca del escondido, Obras
completas II – pastorales- n 2829)
El día siguiente de la Fundación en Huelva, Mercedes López Prieto fue la primera María de
los Sagrarios que emprendió un viaje misionero a Palos de la Frontera.
De Mercedes López escribió D. Manuel. “Adherida a poco de mi llegada a Huelva a aquel
famoso coro de chiflados y chifladas por el Corazón de Jesús, que tantas empresas de gloria para
Él y de provecho para Huelva llevaron a cabo, no dejó un momento de exhibirse y trabajar y
sacrificarse como tal chiflada” .
En los libros de caja de aquel también famoso Banco de la Providencia, que como
preciado tesoro conservo, ¡cuantas veces aparece el nombre de Mercedes López precediendo
cifras, unas veces chicas, otras veces grandez, producto de limosnas por ellas pedidas de puerta
en puerta, o de venta de libros míos, u objetos por ella elaborados a beneficio de aquellas
Escuelas del Amo! Y ¡cómo olvidar entre otras muchas hazañas de su gran corazón el día que,
viéndome sin maestras para la naciente escuela del Polvorín, se me ofreció a serlo por sólo amor
del Amo todo el tiempo que fuera menester! Y ¡cómo a pesar del lo largo del camino de cada día y
de lo delicado de su salud lo ejecutó por espacio de muchos meses!”
En Palos visitó el sagrario y evangelizó en el templo y por las casas. Las Marías de los
Sagrarios siguieron la ruta marcada por D. Manuel; desde la hora fundacional no se han detenido
sus viajes eucarísticos y evangelizadores.
Apenas implantadas en Alajar, comienzan a moverse por la Sierra de Huelva,
desplazándose a La Nava (cuatro viajeras), y Jabugo (tres viajeras)
Desde Valverde salen a inaugurar un sagrario en Sotiel Coronada (10 Marías y 7 caballeros
de la Adoración Nocturna, 3 de ellos eran ya Discípulos de San Juan).
Enseguida se mueven por Extremadura, Cataluña, Aragón Cantabria, Madrid, Levante,
Castilla-León, Castilla-La Mancha... Luego Cuba y el mundo
En el curso del retiro de aquel día de cuaresma de 1910, D. Manuel hizo un llamamiento en
nombre de Jesús a un grupo de mujeres y les describió «...una situación muy triste. Muy triste, sí;
pero con todo el color negro y el sabor amargo que queráis poner a esa tristeza; es la situación en
que se encuentra en muchísimos Sagrarios Jesucristo Sacramentado».
Y añadió: «vais a permitirme, señoras, que yo que invoco muchas veces la solicitud de
vuestra caridad en favor de los niños pobres y de todos los pobres abandonados, invoque hoy
vuestra atención primero y vuestra cooperación después en favor del más abandonado de todos los
pobres: el Santísimo Sacramento... Yo no os pido ahora dinero para los niños pobres, ni auxilio
para los enfermos, ni trabajo para los cesantes, ni consuelo para los afligidos; yo os pido una
limosna de cariño para Jesucristo Sacramentado, un poco de calor para esos Sagrarios tan
abandonados; yo os pido por el amor de María Inmaculada, Madre de ese Hijo tan despreciado, y
por el amor de ese Corazón tan mal correspondido, que os hagais las Marías de esos Sagrarios
abandonados.
¿Cómo?
Para eso es la “Obra de las tres Marías”.
Su fin, ya lo habéis oído; proveer de Marías adoradoras los Sagrarios desiertos,
convertidos hoy en Calvarios por la ingratitud y el abandono de los cristianos.
La obra se dedicará, pues, como a su objeto esencial y necesario, a procurar que no haya
tabernáculo sin sus tres Marías que trabajen por que se abra el Sagrario y se visite el Santísimo
diariamente.
Para no alargarnos demasiado, debo terminar. Cuando D. Manuel González llegó a Huelva
en 1905 todavía resonaban los ecos de las celebraciones de IV Centenario del Descubrimiento de
América. En ese clima realizó en Huelva su ingente tarea apostólica. Todos conocemos la relación
entrañable que le unió a Manuel Siurot, exponente y promotor de la relación de los lugares
colombinos con América. Siurot, siendo todavía joven, tomó parte muy activa en aquellas
celebraciones, y luego escribió numerosos artículos en torno a la epopeya del Descubrimiento.
Entre ellos uno, titulado:”El Triunfo de las Carabelas”, le valió en 1926 el premio nacional
“Mariano de Cavia” de periodismo.
En el año 1910, el mismo de la fundación de las Marías, viajó a Argentina como miembro de
la representación oficial de España en los actos celebrativos del I Centenario de la Independencia de
aquella República sudamericana. Según él, Colón es una idea y una voluntad decidida. Palos es la
mano de obra del Descubrimiento, la realización práctica de aquella idea; La Rábida es el nido
donde se cobijaron las esperanzas rotas y se encendieron luces apagadas en la lucha.
Que al comenzar el segundo siglo de su andadura, el Beato Manuel González siga siendo
para la UNER una idea y una voluntad decidida. Que la UNER retome ahora en Palos la energía
para ser mano de obra en la eucaristización del mundo, y que la Virgen de los Milagros de la
Rábida, Patrona de Palos, cobije nuestras esperanzas rotas y encienda de nuevo las luces apagadas
para la lucha de la nueva evangelización.
Primera comunión.
Comienzan las obras de las Escuelas del Sagrado Corazón en la antigua iglesia de San
Francisco de Huelva.
En abril de 1906, empezó su primera aventura en el campo escolar: “nos echamos a la calle
a hacer unas escuelas muy grandes, muy buenas, muy cristianas y absolutamente de balde para los
niños pobres”.
Uno de los viajes, que puede ser signo de los muchos realizados por toda la península, es el
que realizó a Madrid durante el mes de mayo de 1912 para el primer encuentro nacional con las
Marías, pasados sólo dos años de su fundación en Huelva.
La Obra de las Marías nació con implantación parroquial y con vinculación jerárquica.
Apenas nacida, Don Manuel acudió a informar a su prelado, el arzobispo de Sevilla, Cardenal
Almaraz y Santos. El Cardenal acogió la Obra calurosamente. Y en el mes siguiente al de la
fundación la recomendó con una carta circular dirigida a toda la archidiócesis. En la carta
expresaba el Cardenal su deseo de que «todos los párrocos acojan el pensamiento de “la Obra de
las tres Marías” del señor Arcipreste de Huelva, pues con ser tan sencilla y de tan fácil ejecución,
es un medio eficacísimo para estimular la piedad y hacer que los pueblos vivan del espíritu de fe,
acompañando al Divino Misionero que se ha quedado en el Sagrario por amor a los hombres».
La Obra de las Marías de los Sagrarios Calvarios se extendió rápidamente, de manera que,
como decíamos anteriormente, en Mayo de 1912 D. Manuel se reunió en Madrid con Marías de
una buena parte de las diócesis españolas. Ante este inusitado crecimiento, en diciembre de ese
mismo año, cuando apenas habían pasado tres del retiro fundacional, en la capilla de la parroquia
de San Pedro de Huelva, unas Marías expresaron al Arcipreste sus inquietudes acerca del futuro de
la Obra, y de su papel en la actividad de la Iglesia Española. El párroco de San Pedro les dijo sin
dudar: Las Marías subsistirán. Me sobrevivirán. Sólo es preciso que tres Marías, tan decididas
como las del Calvario, se pongan al frente de todas las Marías del mundo Las tres están ya ahí.
¿Dónde? El Señor las presentará. Y ellas se encargarán de dar realidad al carisma perpetuo de
acompañar y compadecer al Abandonado del Sagrario, a Jesús. Y cuando esto suceda, no habrá
que temer por España, porque ésta se hallará a cubierto de todas las emboscadas con una
guardia valerosa que defenderá a Cristo en todo lugar donde exista un Sagrario. D. Manuel intuía
ya lo que había de ser luego la fundación del Instituto de las Marías Nazarenas
La idea fue madurando en el pensamiento y en el corazón de don Manuel, hasta que, siendo
ya obispo de Málaga, llegó la oportunidad y el momento designado por la Providencia. La Obra de
las Marías seguía creciendo por todas partes y a D. Manuel se le hacía ya imposible atender
simultáneamente a sus obligaciones pastorales y al cuidado de la Obra. Como ocurrió con Moisés
en el desierto, llegó el momento de aligerar la carga compartiendo la responsabilidad. Algunas
Marías se mostraron dispuestas para la fundación. Para evitar el riesgo de «toda obra humana, y
más si es piadosa, de debilitación, inconsistencia, diversidad de interpretaciones, falsificación y
pérdida del espíritu», se hacía necesaria una institución religiosa «protectora, unificadora y
III Encuentro Latinoamericano de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret
Quito 26 enero 2009