Professional Documents
Culture Documents
Receptor.
I......... DIR, una primera aproximación matemática simplificada: Funciones Báthory/Schreiber de Doble
Transferencia
Como ya se afirmó en varias ocasiones a lo largo del texto de mi trabajo anterior sobre los fenómenos
psicobiológicos de Transferencia, el equilibrio lineal DJR de Transferencia Máxima hacia el Receptor según
el sentido indicado – basado a nivel inter-individual en el Método Báthory y en el modelo de relación
Presa/Depredador a escala ecológico-evolutiva – tan sólo constituye el caso más elemental posible dentro
de la termodinámica de los procesos de Transferencia de energía útil e información codificable entre los
organismos.
En general, los procesos epigenéticos y de transmisión de memoria celular implicados en estos fenómenos
son mucho más complejos e interactivos.
Similares planteamientos sin duda darán buenos resultados al ser aplicados a otros casos de semejante
dificultad, como los “puntos oscuros” de la Teoría de la Evolución Celular por Endosimbiosis
Seriada/Fagotrofismo de Margulis y Cavalier-Smith, referentes al intrincado “reajuste” o “acoplamiento”
genético ulterior de entidades semiautónomas como la mitocondria o los plastos en el seno de la “progenota
receptora” al formarse la nueva “eucariota primordial”, o a los fascinantes, turbadores y sorprendentes
síntomas sufridos por algunos pacientes receptores de órganos trasplantados.
Por todo ello, quizás sea recomendable llevar a cabo una primera aproximación más modesta al problema,
con objeto de al menos clarificarlo un poco y establecer ciertos protocolos básicos de verificación, aun a
costa con toda seguridad de sacrificar precisión a cambio de comprensión y utilidad analítica-práctica
operativa.
Con dicho propósito, me atrevo a proponer este modelo matemático simplificado sobre la Biofísica de la
Doble Transferencia por Retroalimentación, al cual denomino “Modelo de Doble Imprimación
Retroalimentada”, o “Modelo DIR”.
Tal y como se establecía en el ensayo precedente, el Sistema estudiado debe hallarse – en general –
formado por los siguientes elementos:
• Subsistema Receptor ( R ) : Entidad psicobiológica que recibe dicho flujo bioenergético y sus
códigos biomoleculares, por absorción/ingestión de sus unidades de soporte/transporte de biomasa,
capacitado además para integrar su energía e insertar su información a nivel genómico activo en las
células de sus tejidos-diana. Ejemplos: Zonas multivariables de alta metilación en el ADN durante los
reajustes epigenéticos, la autora del “Método Báthory”, pacientes que reciben un órgano trasplantado,
progenotas primordiales en la Teoría de Lynn Margulis, “depredadores” estimulados por grandes cambios
medio-ambientales en el contexto de la Teoría TET.
• Interfase (I) : Frontera o "borde" interno entre D y R. Obviamente, ha de ser "porosa"
respecto al intercambio de masa-energía y las moléculas portadoras de código. Es decir, D y R han
de constituír "subsistemas abiertos" en términos termodinámicos. Ejemplos: Sistemas de membranas
y micro-conductos retículo-endoteliales endocíticos en los procesos de epigénesis y
endocitosis/fagotrofismo, tejidos labiales, epidérmicos y aparato digestivo del Receptor/Predador en el
Protocolo Báthory y en el modelo evolutivo TET, límite “ideal” entre el órgano trasplantado y el organismo de
su receptor, a nivel de la superficie que conforma la “barrera antigénica de histocompatibilidad” de las
células del tejido “intruso”.
• Frontera, Límite o "Borde" (B): Alcance máximo del fenómeno, a partir del cuál éste resulta
indetectable. Puede corresponder o no a una superficie o volumen físico definido. Ejemplos: Entorno
o película acuosa inmediata que recubre, baña o sumerge las células endosimbiontes implicadas, superficie
externa de la piel del par D/R en el método Báthory, idéntico límite en el paciente trasplantado o receptor de
los cambios epigenéticos...
• Sistema (S): Evidentemente, la unión interactiva de todos los componentes anteriores. Por
simplicidad, supondremos en nuestros modelos que S se halla "aislado" respecto al exterior en lo
referente al intercambio de biomasa transferente, y que el Par "D/R” – y su Interfase – forman un
sistema "cerrado" dentro de él. Dicho de otro modo, entre D y R hay flujos netos de materia
portadora de biomoléculas codificadoras y también de energía, pero no de dicha biomasa entre D/R
y el resto de S. A su vez, el conjunto global estudiado S no absorbe ni libera corrientes ni de materia
ni de energía asociadas al proceso de transferencia.
Esta serie de componentes básicos y presupuestos son – como pueden apreciar – esencialmente los
mismos que contemplaba el Método Báthory, en el cuál se cimentaba mi sencillo modelo anterior. Pero a
este esquema se añadía una limitación más: Se postulaba a priori, que, dadas las condiciones empíricas
especiales desarrolladas mediante ensayo/error durante los “experimentos” de la célebre Condesa
Erzsébet, el flujo de la imprimación máxima de energía y contenidos de memoria celular codificable
era prácticamente unívoco y absolutamente dominante en un único sentido: Desde el Donante al
Receptor, lo que podemos simbolizar como DJR. Esto equivale a postular que, bajo determinadas
manipulaciones de las variables de control del proceso, el fenómeno de “Imprimación Biomolecular” o
Transferencia de unidades de energía y “sintones” codificables de memoria celular, alcanza su máximo
rendimiento posible en dirección a las células-diana de los tejidos del Receptor, que “fagocitan” e integran
todos ellos con alta eficiencia en su sistema metabólico-fisiológico y genómico, sin entregar a cambio
ninguna fracción significativa de sus propias reservas de energía y biomoléculas de código de memoria
celular análogas al Donante.
Asumiendo tal escenario por Hipótesis, se demostraba matemáticamente con bastante facilidad el
establecimiento de un Equilibrio Lineal Unidireccional de Máxima Transferencia Bioenergética e informativa
favorable al Receptor.
Y, de hecho, tal tratamiento era adecuado en aquel caso, pues las específicas condiciones operativas del
Protocolo Báthory se encargaban de imponerlo de tal manera.
Ahora bien, estas condiciones particulares no son, desde luego, ni generales ni demasiado usuales en la
Naturaleza... Si pensamos en fenómenos complejos como la endosimbiosis fagotrófica, u otros todavía más
sofisticados, cual la especiación o el trasplante de un órgano vivo completo entre un ser humano y otro,
resulta obvio que el grado de posible inter-actividad entre los subsistemas D y R es enorme e infinitamente
más elevado, respectivamente: Es decir, que el grado de relativa autonomía mutua y correspondiente
capacidad de “imprimación” biomolecular/celular del Donante hacia el Receptor, pero también del Receptor
sobre el Donante, es muchísimo mayor..., llegando a ser de orden comparable y, en algunas ocasiones,
incluso superior o muy superior en el sentido RJD sobre el DJR. A escala orgánica evolutiva, en el marco
de la Teoría TET, el modelo Depredador(Receptor)/Donante(Presa) puede quizás representar una primera
aunque rudimentaria aproximación al problema, aunque ni tan siquiera se cumple en rigor en la mayoría de
las ocasiones; Es evidente que tanto la Selección Natural “clásica” como los mecanismos de adaptación
“acelerada” de tipo epigenético y de transferencia de memoria celular descritos cualitativamente en mi teoría
funcionan asimismo en ambas direcciones: Las “presas”, o al menos algunas de ellas, también desarrollan
estrategias, conductas y nuevas “contra-armas” y sistemas defensivos más eficaces y específicos durante
los periodos de Crisis Globales de modo rápido y satisfactorio..., hecho del que existe abundantes y
variadas muestras tanto derivadas de las observaciones directas como a través de pruebas fósiles.
Siguiendo a partir del citado punto de arranque – sin duda también simplificador pero bastante más cercano
a la realidad empírica y completo que el esquema anterior – las intensidades de imprimación
biomolecular/celular experimentadas en cada instante por los dos entes biológicos afectados vendrán dadas
por:
Id = ksbd σr νd
Ir = ksbr σd νr
Donde:
Las unidades y significados biofísicos de estos parámetros y magnitudes siguen siendo idénticos a los ya
definidos en el modelo precedente, claro está, y se omiten por abreviar, pues se sobreentienden ya
conocidos por el lector.
Sin duda, es fácil deducir que la Intensidad Total de Imprimación generada en el conjunto del par D/R
estudiado vendrá entonces determinado por:
I = Id + Ir
Definiendo:
Si ahora consideramos cada término de esta suma de imprimaciones por separado a nivel de cada partícula
elemental transferente de energía y unidades mínimas de información codificable, podremos formular:
Es patente que, entonces, la energía total intercambiada entre los dos subsistemas D y R durante el
proceso de Doble Transferencia Retroalimentada obedecerá a la relación:
Pueden observar que, en ella, si asignamos de modo arbitrario el signo (+) para la densidad
energética absorbida por el Receptor procedente del Donante ( ∆σd), lógicamente hemos de imponer
el signo (-) para el correspondiente flujo bioenergético liberado por el Receptor hacia el Donante, al
tratarse de corrientes de transferencia de sentidos claramente opuestos dentro del par D/R a través
de su frontera común B. Como es obvio, he aplicado el convencional “Criterio Egoísta” de los Signos
habitualmente empleado en Termodinámica, desde el punto de referencia del Receptor. Esta última
elección es libre. Puede hacerse justo lo contrario y, naturalmente el sentido biofísico de las fórmulas no
varía. Defino ésto como el “Convenio Bioenergético de Báthory/Schreiber”, o “Convenio del
Depredador”.
II
En rigor, tal y como se ha formulado el modelo DIR, el sistema formado por el par D/R y su entorno
inmediato no alcanzaría en general el estado de Equilibrio Dinámico Estable propiamente dicho, al no
tratarse de un auténtico y simple sistema lineal de predominio relativo unidireccional. Ahora bien, al tratarse
de un sistema aislado respecto a la Transferencia Bioenergética-Informacional analizada, puede tender en
algunos casos – más o menos lentamente, eso es otra cuestión – a evolucionar a un nuevo Estado
Metaestable, o de Pseudo-equilibrio, en el que los flujos opuestos de extinción y realimentación mutuamente
retroalimentados entre el Donante y el Receptor se acoplen de tal modo que la variación de energía libre
total del sistema se haga mínima, y por ello la descarga de energía útil máxima, como obligan los Principios
Fundamentales de la Termodinámica. Denominaremos a esta situación “Equilibrio Metaestable DIR”, o
“METEDIR”. Esto implica que al situarse en el METEDIR, el nivel de la suma de entropía global de ambos
organismos ha de aumentar lo más posible dentro de lo permitido por las condiciones del proceso, por
supuesto, lo cual no impide que uno de los entes psicobiológicos no pueda incrementar notablemente
su orden interno o neguentropía, regenerando sus tejidos decadentes o acumulando reajustes
epigenéticos o factores retrocombinantes adaptativos de memoria celular, por ejemplo, aunque siempre a
costa de provocar un aumento todavía mayor de desorden degenerativo o impactos genómicos
negativos o neutros en el otro... Cuando el flujo de inyección de energía y unidades sintónicas positivas
de código sea favorable al Receptor, éste se beneficiará de la Transferencia, y viceversa. En la última
situación, podemos hablar de “Inversión Relativa de Transferencia o Contra-Transferencia Parcial, ya que el
resultado de la interacción aporta una ventaja neta al Donante, que adquiere, así, el papel de Receptor y al
revés. En los extremos de dicho espectro continuo de predominios relativos de un sentido u otro de la Doble
Transferencia, nos encontraremos el modelo lineal presentado por este humilde autor en su primer trabajo,
donde tan sólo uno de los miembros del par interactivo D/R se apropia, integra y aprovecha de los factores
biológicos favorables del otro a costa de su destrucción más o menos gradual, pero ahora se trata de un
ejemplo-límite particular, con lo que el modelo teórico gana muchos puntos en potencia, realismo y amplitud
explicativa.
Analicemos ahora las condiciones y naturaleza de estos Casos Significativos, clasificando así los diferentes
Estados de METEDIR, a la luz de la Función Báthory/Schreiber de Doble Transferencia Bioenergética
Retroalimentada, cuya expresión matemática recordamos, utilizando de momento una primera aproximación
cinética al problema:
II.1
• Símbolo: DJR
• Símbolo: RJD
Ambos casos representan extremos particulares en los que la Doble Imprimación por Transferencia
mutuamente Retroalimentada deviene en un proceso de Cuasi-Equilibrio Lineal unidireccional.
II.3
• Definición: Constituye el caso más genérico posible, el modelo general de Transferencia entre dos
entes psicobiológicos intercambiando energía y sectores más o menos amplios de sus dotaciones de código
biomolecular integrable en sus proteomas y genomas; Tanto el Donante como el Receptor reciben y
asimilan cantidades apreciables de densidad bioenergética libre y paquetes sintónicos de código
retrocombinante a nivel epigenético y/o de su memoria celular en determinados tejidos celulares
significativos, de forma que los dos se comportan al mismo tiempo como Donante y Receptor a lo largo de la
Doble Transferencia, retroalimentándola mutuamente. Sin embargo, una vez logrado el Estado Metaestable,
uno de ellos puede haber conseguido una “ganancia” algo mayor, aunque nunca extrema. Es el escenario
más común en los procesos naturales de Transferencia.
• Símbolo: D'R
II.4
* Definición: Los Coeficientes εr y εd , además de tener un orden de magnitud comparable, son de valor
muy parecido o idéntico: Así, las dos direcciones de la Doble Transferencia y su mutua capacidad de
Retroalimentación se encuentran perfecta o casi perfectamente ajustadas entre sí en un entorno próximo al
50% en cada sentido posible de intercambio entre el Par D/R. Cada uno de los organismos implicados
recibe y dona cantidades significativamente equivalentes o cuasi-equivalentes de energía e información
biomolecular al otro, resultando para ambos un beneficio igual o muy similar.
• Símbolo: D R
• Condición matemática y su significado: εr=εd ; En el marco evolutivo, encarna el conjunto de
casos en los que los mecanismos cooperativos predominan sobre los puramente selectivos o competitivos
en términos clásicos darwinianos. Esto es, las ocasiones en las que la Naturaleza se torna “socialista” y la
Teoría de la Dra. Margulis parece llevar razón. Dentro del Modelo TET, tan sólo conforman una de las
posibles vías de Aceleración Evolutiva a través de la Hiperactivación Epigenética y de Transferencia de
Memoria Celular, y no la más habitual, por cierto. En principio, la mayor parte de los procesos de Turbo-
Evolución Adaptativa desencadenados por las Macro-Crisis Ambientales corresponderían al tipo anterior,
mucho más “central” y genérico. La densidad bioenergética intercambiada entre D y R al alcanzar el Estado
METEDIR será ahora próxima a cero, pues, además de situarse ambos organismos de forma
infinitesimalmente casi simultánea en tal estado, las descargas iniciales de energía y cantidad de
información biomolecular de cada uno de ellos sobre el otro serán también de orden prácticamente
equivalente ( ∆σro y ∆σdo casi idénticas en valor absoluto pero de signos opuestos)
--------------------------------------
Por:
Juan R. Schreiber.
(Bioquímico y librepensador).