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La Trinidad (Parte 3)
Nota del autor: Este artículo debido a su extensión fue dividido en tres partes, a ser
publicados uno semanalmente. A continuación la Parte 3:
Como dije, toda la Biblia contiene ejemplos donde se nos trasmite subliminalmente la
importancia de ese “tres”, y en particular me voy a concentrar en analizar con detalle
los dos primeros que cite en la Parte 2 de este mismo artículo.
El primero por ser el que al pronunciarse me llamó la atención en la Misa, y que son las
tres negaciones de Pedro.
Y el segundo, las tres veces que Jesús fue a orar a Dios en el huerto de Getsemaní,
porque verán con mi posterior análisis, como este segundo ejemplo transmite la misma
enseñanza desde una posición opuesta.
Antes de explicar lo anterior citaré nuevamente la primer frase pronunciada por Jesús
cuando se dirigió a Pedro en la última cena, para razonar sobre la misma:
“Yo te aseguro que esta misma noche, antes de que cante el gallo, me habrás
negado tres veces.”
Aquí vemos refiriéndonos a Pedro, como éste cuando cumplió la profecía de Jesús, lo
que hizo fue actuar con deslealtad ante Cristo, o debería decir que es la palabra más
exacta, fue un “desagradecido” por no reconocer a Jesús esas tres veces.
Hasta aquí nadie puede decir que encontré ningún mensaje o enseñanza oculta; sin
embargo, cuando analicé la siguiente frase que cito más arriba y que sigue a la primera
(en cuanto a la presencia del número 3), me di cuenta de la relación entre estas dos
frases.
Mientras que en la cita en donde Jesús fue a orar a Dios en el huerto de Getsemaní, se
nos está mostrando la misma enseñanza en forma frontal y directa.
¿Ustedes dirán dónde esta el triple agradecimiento que hizo Jesús a Dios según el
Evangelio que cito de Mateo (26,38-46)?
Por lo tanto cuando pedimos a Dios que nos conceda un deseo, debemos hacerlo como
expresan todos los autores, como si ya nos lo hubiese concedido.
¿Y cómo se traduce en palabras lo anterior?, pues con el agradecimiento. Aun cuando
no tengamos entre nuestras manos eso que solicitamos, si damos las gracias con
emoción como si ya lo hubiésemos conseguido, estaremos preparándonos para recibir
dicho deseo concretado.
Entonces cuando Jesús fue a orar a Dios al huerto de Getsemaní, lo que en realidad
estaba haciendo es dar las gracias a Dios, porque éste iba a cumplir su voluntad por
sobre la voluntad de Jesús.
Antes de continuar aclaremos, ¿porqué era necesario qué Jesús le pidiese a Dios que se
haga su voluntad y no la de él, su hijo?. ¿Acaso, Jesús tenía más poder que Dios para
ordenar al destino que modificase lo que por el plan Divino ya estaba escrito?
23-Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate
en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que
diga le será hecho.
24-Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os
vendrá.
Como vemos estas frases dichas por Jesús no son otra cosa que el postulado Nº 1 de la
ley de la atracción.
Por lo tanto aquí traigo a colación nuevamente la frase que Jesús dijo según el evangelio
de Mateo en 26,42:
42-Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí
esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.
Es decir, Jesús tenía el poder de hacer cumplir su primera voluntad, que era no pasar por
el calvario que estaba por venir, porque como podía profetizar todo el futuro, sabía
como hombre el sufrimiento extremo que le estaba por venir.
Sin embargo hizo cumplir su segunda voluntad más fuerte: Que se cumpliera lo que
Dios deseaba.
Y como Dios le concedió su deseo, éste se lo agradeció tres veces yendo a orar
sucesivamente al monte de Getsemaní, según expresa el evangelio de Mateo en 26,38-
46 y que ya cite en la Parte 2 de este mismo artículo.
Entonces luego de realizado este análisis entre estas frases y sucesos del Evangelio,
vemos como la misma enseñanza viene a nosotros mostrada a través de actos opuestos:
Pues no me digan porqué, pero por intuición lo relacione como la parte que me faltó
concretar en el artículo LEY DE LA ATRACCIÓN – El trabajo encubierto. Y
determiné con ello esta nueva hipótesis que es una complementación de la que había
desarrollado inicialmente:
Todo problema que lo encaremos como una bendición, por considerarlo que
contiene el embrión de nuestro próximo éxito, nos traerá a continuación beneficios
impensados en forma directamente proporcional a la rapidez que empleemos para
resolverlo y ante el triple agradecimiento que volquemos a la Trinidad.
Ahora qué pasaría si les dijera que, aun no siendo mi premisa inicial del todo correcta,
sus resultados finales fuesen de todas formas positivos.
En unos de mis artículos anteriores donde hablé sobre la gratitud, dije que unos de los
ingredientes más importantes y final para hacer que se concreten nuestros deseos, es la
gratitud que volquemos al Universo diariamente.
Y en ese mismo artículo exprese que no es fácil estar dando las gracias a Dios varias
veces al día sino estábamos hasta ahora acostumbrados.
Pues a partir del presente artículo, logré en lo personal dar a Dios muchas veces las
gracias al día, ya que cada vez que lo hago me hace recordar a Pedro y a Jesús.
Es decir, cada vez que doy las gracias siento como que estoy redimiendo a Pedro y por
otro lado cada vez que repito tres veces “gracias” me viene a la mente a Cristo
arrodillado ante Dios en el monte de Getsemaní.
Con esto quiero decir, si todos usan la hipótesis que planteo como una herramienta que
les permita decir con más soltura y mayor cantidad de veces las “gracias”, como dije
más arriba, aun cuando la premisa no fuese la correcta (cosa que todavía no puedo
afirmar o negar) sus consecuencias serían de todas formas las positivas.
Hasta el párrafo anterior iba a ser inicialmente el final de este artículo, sin embargo
luego de subir a la Web por medio de mi página la primer parte de esta trilogía, me
sucedió a continuación algo increíblemente sorprendente.
Es decir yo estaba hablando en mi artículo sobre las coincidencias del número “tres” y
las conclusiones a que llegué realizando el análisis de ello, y o coincidencia, al “tercer
día” de publicar dicho artículo aparece mi página en el primer lugar.
¿Ahora, ello es la prueba que me estaba faltando para confirmar mi hipótesis aquí
esgrimida?. No lo se, pero sí se que ese fue un mensaje del Universo que por lo menos
me comunicó: Seguí así, estás en el camino correcto y cada vez más cerca.
Como ese camino lo voy recorriendo con análisis de mis propias experiencias, donde yo
mismo soy el conejillo de indias y baso mi investigación, como no puede ser de otra
forma con esta ciencia, con mi intuición; es un camino que si bien siempre mira
adelante, su recorrido es sinuoso, por manejarme constantemente a prueba y error.
A veces me aparto de la traza más recta (ahí será tal vez como algunos dicen, que no
están de acuerdo con todo lo que expreso). Y otras veces en cambio mi intuición me
hace recorrer tramos más rectos.
Pero lo importante es que cada vez me acerco más y en definitiva esa es la meta.
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