You are on page 1of 6

Noemi Goldman – Ricardo Salvatore

CAUDILLISMOS RIOPLATENSES. NUEVAS MIRADAS A UN VIEJO


PROBLEMA.

INTRODUCCIÓN

Revisión del problema de los liderazgos políticos del siglo XIX (caudillismos). Nuevas perspectivas que
han puesto en duda muchos de los supuestos en que e basaba la construcción clásica del caudillismo y
también su visión clientelar más reciente. Ensayos que contienen resultados y sugerencias importantes
para una revisión del fenómeno caudillista.
Reflexiones preliminares sobre las visiones heredadas del caudillismo y sus problemas. Primera sección:
se establecen los términos del debate, desplegando los múltiples sentidos de las palabras caudillo y
caudillismo. Segunda sección: contraste entre la visión “clásica” del caudillismo y la visión clientelar que
ofrecieron historiadores y cientistas sociales “del norte” a partir de los 60’s. Tercera sección: principales
hallazgos y sugerencias de las nuevas perspectivas, ordenados por grupos problemáticos.

Una larga trayectoria de significados

Caudillo y Caudillismo: evocan una amplia gama de significados y asociaciones. Cuestión revisitada
(por diversas corrientes historiográficas), en búsqueda de respuestas a la problemática de la formación
del Estado-nación.

• Generación del 37: Componentes principales del “caudillo clásico”: ruralización del poder, la
violencia como modo de competencia política y el mito del vacío institucional.
Sarmiento: determinismo cultural asociado al paisaje. Afirmaba que el poder de los caudillos
provenía de una doble determinación espacial e histórica:
1- El caudillos era expresión de la barbarie gaucha que a su vez provenía de las condiciones del
desierto.
2- Un resultado histórico natural de la destrucción del orden colonial que había producido una
fragmentación de la soberanía política y nuevas pasiones faccionales.
Alberdi: caudillismo como paradigma de la política bárbara. Dos atributos: Caudillismo, un gobierno
sin le que se daba en un contexto de debilidad del estado. En la base de este vacío institucional estaba
la “anarquía”, la fragmentación política de la nación bajo la engañosa apariencia de una “federación”.

• Bartolomé Mitre – Vicente Fidel López: discusión que gravita hacia dos temas centrales: la
anarquía y las montoneras. Visión históricamente anclada, que asociaba el caudillismo a la
anarquía posrevolucionaria y a las informales organizaciones militares. Anarquía del 20, es el
origen del fenómeno; la disolución del ejercito regular y su reemplazo por milicias, junto al
colapso del poder central son precondiciones de la emergencia del caudillismo. Ambos difieren
en cuanto a la valoración del fenómeno:
1- Para López la guerra social había desatado un estado de barbarie y desorganización social.
Caudillismo como pura negatividad.
2- Para Mitre: expresión de sentimientos democrático igualitarios que canalizados y
controlados podían contribuir positivamente a la formación de la nación.

• José Ingenieros: caudillismo asociado a la feudalidad (Rosas como señor feudal, clase
terrateniente como grupo monopolista parasitario). Perspectiva que disocia el problema del
liderazgo caudillesco de la cuestión de la “democracia inorgánica”. Las masas campesinas dejan
de ser centrales a la explicación del caudillismo. [primer desplazamiento]

• Ensayística positivista: Ramos Mejía, Bunge, Ayarragaray, etc. Releen el caudillismo buscando
claves para interpretar los problemas que enfrenta el proyecto del progreso: protesta social y obrera,
la difícil asimilación del inmigrante, etc. Orientados por el positivismo y por las preocupaciones de
las nuevas disciplinas, encuentran vestigios de “caudillismo” en la psicología de las multitudes, en la
mezcla de razas, en una cultura popular carente de una ética del trabajo. El problema del caudillo se

1
desplaza al territorio de la psiquis colectiva y de la herencia [otro desplazamiento]. Determinismo
social enraizado en la herencia social y la psicología de las multitudes.

Ramos Mejía: medicina psiquiátrica, guarda las claves para interpretar problemas de liderazgo
político. Rosas es visto como un “loco moral”; las masas exaltadas en sus sentimientos por la
emulación y el contagio lo siguen en su cruzada religiosa contra los unitarios. [carisma]

• Revisionismo histórico: de índole nacionalista. Rescata la figura de Rosas y de los caudillos del
interior. El desafío de esta “contra historia” se basaba en desplazar el centro del interés hacia el
imperialismo y la dominación oligárquica. Se reemplazo la explicación por la revalorización-
reivindicación de la era rosista que no aportó nada significativo al análisis del liderazgo del
caudillismo.
La oposición al revisionismo tendió a utilizar la imagen de la “dictadura” rosista, forjada por la
generación pos-Caseros y a compararla con el fascismo europeo. Ejemplo: Dellepiane.

Desplazamientos importantes en los significados del caudillismo. Corrientes que cambiaron la


valorización del fenómeno, sin modificar su significado. Tanto los revisionistas como los
historiadores constitucionalistas trataron de desarmar las interpretaciones heredadas. Alejándose de la
necesidad de explicar el fenómeno.

• Dependentistas: Reubicaron el caudillismo dentro de una problemática de dominación de clase,


mirando al caudillo como un representante de la clase terrateniente.

• Otros Usos:

Términos utilizados como instrumento de recusación política, debido a que contenían una carga
asociativa singular. Términos que evocaban métodos políticos autoritarios, asociación con la plebe o
con los indios, escasa educación, etc.
Las articulaciones ensayadas por Sarmiento y Alberdi continuaban ejerciendo un influjo decisivo en
el lenguaje político argentino, pues el caudillismo conservó muchos de sus atributos clásicos;
ejemplo, la tesis de Tulio Halperin Donghi sobre la relación entre militarización y democratización.
Militarización que deja como legado un autoritarismo ligado al poder militar.

Caudillismo y clientelismo

En la historiografía producida en el “norte” pos-1960, el caudillismo es tratado como una clase


especial de clientelismo.

• Wolf-Hansen: definición clásica. El caudillismo era una forma de relación social que se daba
cuando grupos de patrones y clientes competían por poder y riqueza usando métodos violentos.
Relaciones que se daban en sociedades en las que no existían canales institucionales para la
competencia política. Trataban de ubicar la experiencia de la pos independencia
hispanoamericana en un contexto internacional que incluía otras situaciones premodernas. Si el
caudillismo era un tipo de clientelismo, era necesario precisar una gama de situaciones
clientelares que florecieran en determinados contextos temporo-espaciales.

• John Lynch: asociación entre caudillismo y clientelismo, central para su obra. Tres condiciones
para el surgimiento del caudillismo:

1- Vacío institucional o inexistencia de reglas formales.


2- Competencia política llevada adelante por medio de conflictos armados.
3- Sociedad agraria de terratenientes y peones entrelazada por relaciones de tipo clientelar.

Naturaleza del caudillismo para Lynch: un tipo de clientelismo propio de la independencia


latinoamericana.
Condiciones que imponían al caudillo ciertos requisitos mínimos para llegar al poder político. El
principal era el control de los recursos económicos. Caudillo gobernante, como gran terrateniente que

2
en ciertas condiciones históricas devenía en dictador. Existían varios tipos de caudillos de acuerdo a
las condiciones histórico-concretas en que habían surgido:
1- Artigas y Güemes: emergentes durante las guerras de independencia, producto de ellas y de las
montoneras.
2- Estanislao López y Francisco Ramírez: surgidos en oposición al centralismo porteño; su poder
no era más que el interés económico regional llevado a la política armada. Encarnación del
avance de la “barbarie” sobre la “civilización”.
3- Rosas: categoría especial, el “súper-patrón”, su clientela era más amplia. En su base su liderazgo
se asentaba en la estructura clientelar de la sociedad de la campaña. Las relaciones de
dependencia y sometimiento de la estancia trasladadas a la política tornaban a los pasivos peones
en clientela política del caudillo: personalismo, redes informales, alianzas entre caudillos locales,
manipulación de las masas campesinas.

Diferencias con la imagen clásica:

• En la imagen clásica la asociación caudillismo/ clientelismo es inexistente.


• Otro tema de la interpretación clásica, la cuestión de los impulsos igualitarios que alimentaban la
guerra social ha desaparecido en la concepción de Lynch. En esta visión el caudillismo se ha
tornado en la antitesis del gobierno republicano. Aparece como manipulación de los sentimientos
y aspiraciones de las masas, algo que contrasta con la visión clásica, para la cual el caudillo
representaba formas de ser y de sentir propias de las masas campesinas.

Nuevas perspectivas y aproximaciones

1- Usos y conceptos
Plantear la cuestión del caudillismo implica hoy investigar las condiciones de emergencia de esta
caracterización o concepto y de sus variaciones a lo largo del tiempo. Concepto cambiante.
Pablo Buchbinder: antes que el revisionismo, los historiadores constitucionalistas, la nueva escuela
histórica, e incluso Mitre habían intentado reivindicar la figura de los caudillos, en relación a su papel en
la formación del estado nación argentino y su papel en la organización constitucional. Esta revisión
produjo un distanciamiento entre “caudillo” y “barbarie”.
Maristella Svampa: registra los cambios en los usos y significados del “caudillismo” desde la generación
del ’37 hasta la ensayística positivista de principios del siglo XX. Estos últimos buscaron entender las
malformaciones político-sociales de la Argentina. En esa búsqueda el caudillo adquirió trascendencia al
proporcionar las claves para desentrañar y explicar “científicamente” las perturbaciones surgidas con el
progreso: la incapacidad cívica, los límites a la democracia, etc. El positivismo sacó al fenómeno de su
contexto temporal, la pos independencia, para presentarlo como un atributo de la Argentina moderna.
Continuidad entre el “caudillismo bárbaro” y el “caciquismo civilizado”. La supervivencia de formas
caudillescas de relación política reveló la existencia de una única y verdadera realidad o cultura política, a
diferencia de dos realidades, civilización y barbarie, planteadas por los románticos.

II- Bases discursivas y rituales

Ninguno de los procesos políticos y sociales que dieron origen a los caudillos operaron en un vacío de
interpretaciones ideológicas. Todos articularon un ideario que remitía a ciertas formas, imaginadas de la
comunidad política. Interesa precisar la mezcla de articulaciones discursivas que produjo el caudillismo,
la genealogía de estas retóricas y discursos y como aquellas articulaciones circularon y fueron recibidas.
También interesa examinar la cuestión de la legitimidad de estos regímenes dentro del marco discursivo y
ritual en que los mismos operaron.
Régimen rosista: se auto presentó a través de diversas instancias rituales: fiestas Mayas y Julianas,
quemas de Judas en Pascuas, etc. Hizo uso de un discurso de contenido republicano, que la idea de una
república amenazada por conspiradores “anarquistas” sirvió para sostener el esfuerzo de guerra, etc.
El ideal de un mundo rural estable y armónico, el imperio de la ley, el culto a las virtudes ciudadanas, la
confraternidad de las repúblicas americanas y la búsqueda obsesiva del orden social constituyeron la base
de la retórica republicana del rosismo. J. Myers: examina la cuestión de la retórica republicana rosista
contraponiéndola a los presupuestos del concepto de caudillismo. Necesidad de elaborar una concepción
más compleja, capaz de dar cuenta de los rasgos inequívocamente autoritarios del sistema político y de la
complejidad de su cultura política.

3
III- Formas de estado y legalidad

La cuestión de la legitimidad de los regímenes de caudillo, negada por el mito del “vacío institucional”,
merece también ser reexaminada. Historiografía tradicional: caudillismo como la respuesta al fracaso de
los proyectos de organización constitucional en la primera mitad del siglo XIX. Colapso del poder central
(1820): desaparición de las formas institucionales del estado y de las aspiraciones de legitimidad
institucional de los caudillos. Visión que no se corresponde con la evidencia disponible acerca de la
formación de los estados provinciales a partir de 1820. Legitimidad de los caudillos está ligada a la
subsistencia de un conjunto de instituciones y relaciones formales que pervivieron transformadas para
sostener estos regímenes. 1820-1830, proceso de construcción, sobre la base de la ciudad-provincia, de
estados autónomos como punto de partida para una organización política-institucional del país. Normas
fiscales, legislativas y políticas de cada provincia: esfuerzos de las elites locales por consolidar, más allá
de la voluntad de los caudillos. Espacios soberanos de poder.
Nuevo enfoque que aporta una mejor perspectiva para explicar porque los caudillos tendieron a basar su
dominio invocando la “legalidad”. Las provincias fueron paulatinamente adoptando ciertas formas
“republicanas representativas” fundadas en rudimentarios textos constitucionales. Los regímenes de
caudillo no escaparon a esta solución provisional para legitimar, en el marco de los pactos
interprovinciales, los esfuerzos por lograr un nuevo orden social y político, y también para frenar las
tendencias hegemónicas de Buenos Aires.
Localizar los regímenes de caudillo dentro de la trama de construcción de estados autónomos lleva a
revalorizar la propia naturaleza del caudillo. Ana Frega, Artigas “caudillo ilustrado”. Para construir su
poder en un contexto de legalidades superpuestas debió mediar entre grupos sociales heterogéneos y
articular intereses muy diferentes. Concepción que recupere la compleja, cambiante e inestable trama de
alianzas, actitudes y expectativas que desató la revolución en la Banda Oriental. Goldman y Tedeschi:
cómo surgieron simultáneamente en Santa Fe y La Rioja fuertes aspiraciones autonómicas junto a las
nuevas formas de poder de López y Quiroga. De allá la creación (en ambas provincias) de Salas de
Representantes. Éstas tenían una doble función: depositarias de la soberanía del pueblo y de la soberanía
de las provincias. Modificación del carácter de la representación que posibilitó la inclusión por vía legal
del ámbito rural a la vida política local.

IV- Prácticas e identidades políticas

Replanteos para aceptar o rechazar con evidencia más concluyente las generalizaciones de la
historiografía. Nuevas investigaciones que comienzan a ofrecer información sobre como eran las
elecciones, como funcionaban los “partidos” y facciones en relación a los electorados, sobre que
significaba ser electo representante.
Ternavasio: a través del análisis de las prácticas del régimen político rosista en los procesos electorales
para la renovación de la legislatura de Buenos Aires, nos muestra como el conjunto de los federales tenía
una gran preocupación por institucionalizar el poder y como la movilización electoral siguió jugando un
rol fundamental durante el régimen rosista.
La cuestión de las identidades políticas de los sujetos que constituían la “clientela” de los caudillos es
también central a cualquier reconsideración del caudillismo: es importante considerar la forma en que las
interpolaciones ideológicas de los caudillos fueron recepcionadas por sus seguidores; en particular las
autorepresentaciones de los sujetos subalternos en tanto adaptaciones, no exentas de ambigüedades y
tensiones, del discurso oficial.
Salvatore: diferentes formas de expresión del federalismo y las tensiones que esto produjo entre los
diversos sectores sociales. Diferentes modalidades de “ser federal”. Parte de las prácticas cotidianas para
acercarse a la manera como era vivida la política por parte de los habitantes de la campaña bonaerense.
Naturaleza ambigua y conflictiva del propio federalismo y una gradación de adhesiones e identidades
federales.

V- Clientelismo

Necesidad que implica poner en duda la idea de que las relaciones patrón-peón propias de la estancia se
reproducen a nivel provincial.
Imagen del caudillo sostenido “por y representante” de la clase terrateniente se resquebraja en presencia
de nuevas evidencias:

4
1- La historiografía reveló la complejidad y diversidad de estas sociedades, más allá de la
perspectiva que sólo veía terratenientes, comerciantes y peones.
2- Los conflictos entre estancieros y caudillos no fueron despreciables.
3- Dominio territorial del estanciero puesto en duda por casos de contestación “desde abajo” y por
las bases contractuales de estas relaciones imaginadas como clientelares.
Gelman: revisa la idea acerca de la capacidad absoluta de Rosas para manejar discrecionalmente a
sus territorios y población. Idea basada en una concepción bipolar de la sociedad poscolonial
(estancieros-gauchos). Muestra que estancieros y estado provincial actuaron sobre un mundo rural
complejo que reconocía una serie de prácticas campesinas consuetudinarias. Dificultades y límites a
la imposición del orden estanciero en la campaña: abundancia de tierras, movilización rural, etc.
Ratto: Análisis de las finanzas públicas durante el gobierno de Rosas para mostrar algunas de las
características de la relación del estado provincial con sus proveedores. Favoritismo: existió, pero se
limitó a un corto período en el cual la estabilidad financiera permitía conceder ventajas económicas a
ciertos personajes allegados al caudillo.

VI- Caudillos, campesinos e indios

Bases sociales del poder del caudillo, se deben ampliar el espectro de subjetividades, analizando el
apoyo de las mujeres, las corporaciones africanas, los militares, campesinos, artesanos, indígenas...
Se debe indagar sobre las condiciones y naturaleza del proceso de “incorporación” de estos sujetos al
movimiento, interrogando en particular cuales fueron los intercambios materiales y simbólicos que
hicieron posible el ascenso y sostenimiento en el poder del caudillo.
De la Fuente: razones que llevaron a los gauchos a movilizarse y seguir a un caudillo en las
montoneras de Peñaloza y Varela. Muestra como la montonera se basaba en una estructura de
carácter militar con jerarquías bien definidas. Perfil social de los gauchos, labradores, artesanos,
trabajadores. Movilizados por motivaciones materiales, pero con capacidad de protesta frente a las
promesas incumplidas de los caudillos.
Cuestión de la incorporación de tropas indígenas en las fuerzas movilizadas por los caudillos. Bechis:
motivaciones políticas de ese proceso. Participación aborigen que tomó variadas formas.
Paz: problema de los liderazgos étnicos en relación con la rebelión de campesinos en la puna jujeña
entre 1873 y 1875. ¿Puede hablarse de caudillismo en la puna jujeña? Respuesta matizada: los
vinculos étnicos se interpusieron entre el campesinado y el surgimiento del caudillo.

Analizar las formas de ascenso al poder de los caudillos significa rediscutir dos imágenes
estereotipadas:
1- Caracterización de las zonas rurales como espacios sin orden social y sin instituciones.
2- La asimilación del vínculo caudillo-milicias al vínculo estanciero-peón. Tesis según la cual las
relaciones clientelísticas en la política fueron generadas por relaciones clientelísticas dentro de la
estancia.
En relación al primer punto, los caudillos sustentaron su poder sobre un conjunto de complejas
relaciones, basadas, en parte, en antiguos derechos consuetudinarios y formales. En relación al
segundo, la pérdida de certidumbre acerca de la existencia de una estrecha correlación entre milicias
del caudillo y peones del estanciero. Se hace necesario pensar en le caudillismo como un sistema más
estable que una mera asociación de propietarios feudatarios.
Además la restauración del orden implicó prescindir de las milicias o reducir su rol en beneficio de
sistemas más generalizados de vigilancia y control de los estados.
Es necesario reevaluar cuáles fueron las bases sociales sobre las que se asentó el caudillo dentro de
un contexto histórico y regional determinado. Replantear los problemas de captación que tenían los
estados provinciales frente a actores sociales poco cooperativos. No se trata de demostrar que no
hubo clientelismo, sino de señalar que la reciprocidad característica de esa relación surge como
condicional.

5
6

You might also like