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del Diácono
Sagrada
Ordenación Presbiteral
del Diácono
Jesús Ramón
Montilva Peñaloza
Parroquia Nuestra Señora de Regla - Tovar
Mérida - Venezuela
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Sagrada Ordenación Presbiteral
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Jesús Ramón Montilva Peñaloza
RITOS INICIALES Y LITURGIA DE LA PALABRA
Estando todo dispuesto, se inicia la procesión por la Iglesia hacia el altar según el
modo acostumbrado. Precede el diácono portador del libro de los Evangelios, con los
demás diáconos, si los hay; sigue el ordenando, los presbíteros concelebrantes y,
finalmente, el Arzobispo, con sus dos diáconos asistentes ligeramente detrás de él.
Llegados al altar, y hecha la debida reverencia, se dirigen todos a su respectivo lugar.
Los ritos iniciales y la liturgia de la palabra se realizan del modo acostumbrado,
hasta el Evangelio.
SALUDO
El Arzobispo, extendiendo las manos, saluda al pueblo con la fórmula siguiente:
La paz, la caridad y la fe,
de parte de Dios Padre,
y de Jesucristo, el Señor,
estén con todos ustedes.
El pueblo responde con la siguiente fórmula:
Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL
A continuación se hace el Acto penitencial con la siguiente fórmula:
El Arzobispo invita a los fieles al arrepentimiento:
Hermanos: para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos
nuestros pecados.
Se hace una breve pausa en silencio.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Golpeándose el pecho, dicen:
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Luego prosiguen:
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mi ante Dios,
nuestro Señor.
ORACIÓN COLECTA
adre Santo, que constituiste a tu único Hijo Sumo y Eterno Sacerdote,
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Jesús Ramón Montilva Peñaloza
Z 2ª LECTURA (1P 5,1-4)
Lectura de la primera carta del apóstol San Pedro
Queridos hermanos: A los presbíteros de esa comunidad, yo, presbítero como
ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y participe de la gloria que va a
manifestarse, les exhorto: Sean pastores del rebaño de Dios que tiene a su
cargo, gobernándolo no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere
no por sórdida ganancia, sino con generosidad; no como déspotas sobre la
heredad de Dios, sino convirtiéndose en modelo de rebaño. Y cuando aparezca
el Supremo Pastor, recibirán la corona de gloria que no se marchita.
Palabra de Dios
A. Te alabamos, Señor.
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Sagrada Ordenación Presbiteral
ORDENACIÓN PRESBITERAL
Comienza, seguidamente, la Ordenación del presbítero. El Arzobispo mitrado
se acerca si es necesario a la sede preparada para la ordenación, y se hace la
presentación del candidato.
TESTIMONIOS
El Presbítero que lo presentó prosigue:
Según el parecer de quienes lo presentan, y después de consultar al pueblo
cristiano, doy testimonio de que ha sido considerado digno.
El Arzobispo:
Con el auxilio de Dios y de Jesucristo, Nuestro Salvador elegimos a este
hermano nuestro para el Orden de los presbíteros.
A. Demos gracias a Dios.
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Jesús Ramón Montilva Peñaloza
Monitor: Ahora nos disponemos a escuchar la homilía de nuestro Pastor
Monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo
HOMILÍA
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Sagrada Ordenación Presbiteral
Monitor: Seguidamente, el elegido se acerca a la sede y de rodillas, pone
las manos juntas entre las del Arzobispo. Así, manifiesta públicamente su
compromiso de configuración a Cristo, cabeza y esposo de la Iglesia, para estar
unido radicalmente y de todo corazón al servicio de Dios y de los hombres.
Seguidamente el elegido se acerca al Arzobispo, y de rodillas ante él, pone sus
manos juntas entre las de él. El Arzobispo interroga al elegido:
¿Prometes respeto y obediencia a mí y a mis sucesores?
El elegido: Prometo.
El Arzobispo concluye siempre:
Dios, que comenzó en ti la obra buena, él mismo la lleve a término.
Acabadas las letanías todos continúan de rodillas en oración por el elegido, mientras
el Arzobispo se coloca de pie y con las manos extendidas, dice:
Escúchanos, Señor, Dios nuestro, y derrama sobre este siervo tuyo la bendición
del Espíritu Santo y la fuerza de la gracia sacerdotal; concede la abundancia de
tus bienes a quien consagramos en tu presencia. Por Jesucristo Nuestro Señor.
A. Amén.
El diácono dice:
Pueden levantarse.
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Sagrada Ordenación Presbiteral
ea honrado colaborador del orden de los obispos,
ABRAZO DE PAZ
Monitor: Con el abrazo de la paz, el Arzobispo y Obispo Auxiliar, manifiestan
su alegría al recibir a este hermano nuestro al ministerio del presbiterado y sus
hermanos del clero también le manifiestan su alegría y bienvenida dentro del
Colegio Presbiteral.
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Sagrada Ordenación Presbiteral
LITURGIA EUCARÍSTICA.
PREFACIO
C. El Señor esté con ustedes.
A. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
C. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.
C. En verdad es justo y necesario,
Es nuestro deber y salvación
Darte gracias
Siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo,
Dios Todopoderoso y Eterno.
Que constituiste a tú único Hijo
Pontífice de la Alianza nueva y eterna
por la unción del Espíritu Santo,
y determinaste, en tu designio salvífico,
perpetuar en la Iglesia su único sacerdocio.
El no sólo ha conferido el honor del sacerdocio real
a todo su pueblo santo,
sino también, con amor de hermano,
para que, por la imposición de manos,
participen de su sagrada misión.
Ellos renuevan en nombre de Cristo
el sacrificio de la redención
y preparan a tus hijos el banquete pascual,
donde el pueblo santo se reúne en tu amor,
se alimenta con tu palabra
y se fortalece con tus sacramentos.
Tus sacerdotes, Señor, al entregar su vida por ti
y por la salvación de los hermanos,
van configurándose a Cristo,
y así dan testimonio constante de fidelidad y amor.
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Jesús Ramón Montilva Peñaloza
Por eso, nosotros, Señor,
con los ángeles y santos
cantamos tu gloria diciendo:
PLEGARÍA EUCARÍSTICA I
Arzobispo:
Padre misericordioso, te pedimos humildemente, por Jesucristo, tu Hijo,
nuestro Señor, que aceptes y bendigas estos dones, este sacrificio santo y puro
que te ofrecemos, ante todo por tu Iglesia santa y católica, para que le conceda
la paz, la protejas, la congregues en la unidad y la gobierne en el mundo entero
con tu servidor el Papa Benedicto XVI, conmigo, indigno siervo tuyo, con mi
hermano Luís Alfonso Márquez, Obispo Auxiliar de esta Iglesia Arquidiocesana
y todos los demás Obispos que, fieles a la verdad, promuevan la fe católica y
apostólica.
Arzobispo
Acepta Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda la familia
Santa, por este tu hijo: Jesús Ramón Montilva Peñaloza, que te has dignado
llamar al orden de los Presbiteros, conserva en El la gracia que le has concedido,
para que, con tu ayuda, ejercite fielmente el misterio que le has confiado. Por
Cristo Nuestro Señor. Amén.
Los sacerdotes, con las manos extendidas sobre las ofrendas.
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Sagrada Ordenación Presbiteral
Arzobispo:
Bendice y Santifica, Oh Padre, esta ofrenda, haciéndola perfecta, espiritual
y digna de Ti, de manera que sea para nosotros Cuerpo y Sangre de tu Hijo
amado, Jesucristo, nuestro Señor.
Arzobispo
Este es el Sacramento de nuestra Fe.
A. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
Los concelebrantes con las manos extendidas, dicen en voz baja, siguiendo al
Arzobispo:
Por eso, Padre, nosotros, tus siervos, y todo tu pueblo santo, al celebrar este
memorial de la muerte gloriosa de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor; de tu
Santa resurrección del lugar de los muertos y de su admirable ascensión a los
cielos, te ofrecemos, Dios de gloria y majestad, de los mismos bienes que nos
has dado, el sacrificio puro, inmaculado y santo: pan de vida eterna y cáliz de
eterna salvación.
Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala, como aceptaste los dones del
justo Abel, el sacrificio de Abraham, nuestro padre en la fe, y la oblación pura
de tu sumo sacerdote Melquisedec.
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Jesús Ramón Montilva Peñaloza
Todos los sacerdotes, inclinados con las manos extendidas, prosiguen:
Te pedimos humildemente, Dios Todopoderoso, que esta ofrenda sea llevada a
tu presencia, hasta el altar del cielo, por manos de tu ángel, para que cuantos
recibimos el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, al participar aquí de este altar,
seamos colmados de gracia y bendición.
Prosigue el Arzobispo:
Por Cristo. Señor nuestro, por quien sigues creando todos los bienes, los
santificas, los llenas de vida, los bendices y los repartes entre nosotros.
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Sagrada Ordenación Presbiteral
RITO DE LA COMUNIÓN
Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el Arzobispo, con las manos juntas, dice:
Antes de participar en el banquete de la Eucaristía,
signo de reconciliación
y vinculo de unión fraterna,
oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:
Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:
P
adrenuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
El Arzobispo, con las manos extendidas, prosigue él solo:
Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libre de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.
Junta las manos.
A. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Después el Arzobispo, con las manos extendidas, dice en voz alta:
Señor Jesucristo,
que dijiste a tus apóstoles:
“La paz os dejo, mi paz os doy”,
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
Junta las manos.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
El pueblo responde:
A. Amén.
El Arzobispo, extendiendo y juntando las manos, añade:
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
A. Y con tu espíritu.
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Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o el Arzobispo, añade:
Como hijos de Dios, intercambien ahora
un signo de comunión fraterna.
Y todos se dan la paz. El Arzobispo da la paz al diácono o al ministro.
El ministerio de música entona el canto alusivo a la Paz, y el Cordero de Dios o se
dice:
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
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Sagrada Ordenación Presbiteral
BENDICIÓN FINAL
El diácono hace la invitación:
Inclínense para recibir la bendición
BESAMANOS
Monitor: Ahora el pueblo de Dios se acerca al neo sacerdote para realizar
el gesto de besamanos, como manifestación de alegría y respeto por el nuevo
integrante del clero Diocesano. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo le
mando ya no los lamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor.
A ustedes los llamo amigos porque les he dado a conocer todo lo que escuché a
mí Padre. (Jn 15, 14-15).
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Jesús Ramón Montilva Peñaloza
ORACIÓN
Te amo, oh mi Dios. Mi único deseo es amarte
hasta el último suspiro de mi vida.
Te amo, oh infinitamente amoroso Dios,
y prefiero morir amándote que vivir un instante sin Ti.
Te amo, oh mi Dios, y mi único temor es ir al infierno
porque ahí nunca tendría la dulce consolación de tu amor.
Oh mi Dios, si mi lengua no puede decir
cada instante que te amo,
por lo menos quiero que mi corazón lo repita
cada vez que respiro.
Oh, dame la gracia de sufrir mientras que te amo
y de amarte mientras que sufro,
y el día que muera sentir que te amo.
Te suplico que mientras más cerca esté de mi hora final
aumentes y perfecciones mi amor por Ti.
Amén.
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Sagrada Ordenación Presbiteral
Levantamiento de Texto:
Diác. Jesús Ramón Montilva Peñaloza