El autor no es el sujeto real que escribió el texto, sino una función que define el estatus y circulación del discurso en una sociedad. La función-autor delimita qué discursos son aceptables y cuáles no, y establece regímenes de apropiación como los derechos de autor. El autor está presente en el texto a través de su ausencia y como un gesto que hace posible la expresión creando un vacío central. El sujeto emerge a través de su interacción con los dispositivos como el lenguaje en los que es puesto en juego, no como
El autor no es el sujeto real que escribió el texto, sino una función que define el estatus y circulación del discurso en una sociedad. La función-autor delimita qué discursos son aceptables y cuáles no, y establece regímenes de apropiación como los derechos de autor. El autor está presente en el texto a través de su ausencia y como un gesto que hace posible la expresión creando un vacío central. El sujeto emerge a través de su interacción con los dispositivos como el lenguaje en los que es puesto en juego, no como
El autor no es el sujeto real que escribió el texto, sino una función que define el estatus y circulación del discurso en una sociedad. La función-autor delimita qué discursos son aceptables y cuáles no, y establece regímenes de apropiación como los derechos de autor. El autor está presente en el texto a través de su ausencia y como un gesto que hace posible la expresión creando un vacío central. El sujeto emerge a través de su interacción con los dispositivos como el lenguaje en los que es puesto en juego, no como
El problema de la escritura, sugiere Foucault, no es tanto la expresin de un
sujeto, como la apertura de un espacio en el cual el sujeto que escribe no termina de desaparecer: la marca del autor est slo en la singularidad de su ausencia. () Distincin entre dos nociones que suelen confundirse habitualmente: el autor como individuo real, que permanecer rigurosamente fuera de campo, y la funcin-autor. (). El nombre de autor no se refiere simplemente al estado civil, no "va, como el nombre propio, desde el interior de un discurso hacia el individuo real y exterior que lo ha producido"; se sita, sobre todo, "en los lmites de los textos", de los cuales define el estatuto y el rgimen de circulacin dentro de una sociedad dada. "Podra decirse, por consiguiente, que hay, en una cultura como la nuestra, un cierto nmero de discursos que estn provistos de la funcin-autor mientras que otros estn desprovistos de ella... La funcin-autor caracteriza el modo de existencia, de circulacin y de funcionamiento de determinados discursos dentro de una sociedad." De aqu las diferentes caractersticas de la funcin-autor en nuestra poca: un rgimen particular de apropiacin, que sanciona el derecho de autor y, al mismo tiempo, la posibilidad de perseguir y castigar al autor de un texto; la posibilidad de seleccionar y distinguir los discursos en textos literarios y textos cientficos, a los cuales corresponden modos diversos de la funcin misma; la posibilidad de autentificar los textos constituyndolos en un canon o, por el contrario, la posibilidad de afirmar su carcter apcrifo; la dispersin de la funcin enunciativa en ms sujetos que simultneamente ocupan lugares diversos; y, en fin, la posibilidad de construir una funcin transdiscursiva, que convierte al autor, ms all de los lmites de su obra, en "instaurador de discursividad" (Marx es mucho ms que el autor de El Capital y Freud es claramente ms que el autor de La interpretacin de los sueos). EI autor no es una fuente indefinida de significaciones que se colmaran en la obra, el autor no precede a las obras. Existe un cierto principio funcional a travs del cual, en nuestra cultura, se delimita, se excluye, se selecciona: en una palabra, es el principio a travs del cual se obstaculiza la libre circulacin, la libre manipulacin, la libre composicin, descomposicin y recomposicin de la ficcin. () La funcin-autor aparece como un proceso de subjetivacin a travs del cual un individuo es identificado y constituido como autor de un determinado corpus de textos. De all que, de este modo, toda indagacin sobre el sujeto en cuanto individuo parece tener que dejar lugar al rgimen que define en qu condiciones y bajo cules formas el sujeto puede aparecer en el orden del discurso. () El autor no est muerto, pero ponerse como autor significa ocupar el puesto de un muerto. Existe un sujeto-autor, y sin embargo l se afirma slo a travs de las huellas de su ausencia. Si llamamos gesto a aquello que permanece inexpresado en todo acto de expresin, podremos decir, entonces, que exactamente igual que el infame, el autor est presente en el texto solamente en un gesto, que hace posible la expresin en la medida misma en que instaura en ella un vaco central. Una vida tica no es simplemente la que se somete a la ley moral, sino aquella que acepta ponerse en juego en sus gestos de manera irrevocable y
sin reservas. Incluso a riesgo de que, de este modo, su felicidad y su
desventura sean decididas de una vez y para siempre. El autor seala el punto en el cual una vida se juega en la obra. Jugada, no expresada; jugada, no concedida. Por esto el autor no puede sino permanecer, en la obra, incumplido y no dicho. l es lo ilegible que hace posible la lectura, el vaco legendario del cual proceden la escritura y el discurso. El gesto del autor se atestigua en la obra a la cual, acaso, da vida como una presencia incongruente y extraa. El sujeto -como el autor, como la vida de los hombres infames- no es algo que pueda ser alcanzado directamente como una realidad sustancial presente en alguna parte; por el contrario, es aquello que resulta del encuentro y del cuerpo a cuerpo con los dispositivos en los cuales ha sido puesto -si lo fue- en juego. Puesto que tambin la escritura -toda escritura, y no slo aquella de los secretarios del archivo de la infamia- es un dispositivo, y la historia de los hombres no es quiz otra cosa que el incesante cuerpo a cuerpo con los dispositivos que ellos mismos han producido: antes que ninguno, el lenguaje. Y as como el autor debe permanecer inexpresado en la obra, y sin embargo, precisamente de esta manera, atestigua su propia irreductible presencia, as la subjetividad se muestra y resiste con ms fuerza en el punto en que los dispositivos la capturan y la ponen en juego. Una subjetividad se produce donde el viviente, encontrando el lenguaje y ponindose en juego en l sin reservas, exhibe en un gesto su irreductibilidad a l. Todo el resto es psicologa, y en ninguna parte en la psicologa encontramos algo as como un sujeto tico, una forma de vida.