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Protocolo para un paciente de 8 años de edad con IMOC de tipo atetoide

moderado

Jessica Salazar (cod: 3005562)

Sara María Chaves (cod: 3005006)

Descripción del paciente

Paciente de 8 años de edad el cual presenta IMOC de tipo atetoide moderado.


Al evaluarlo se observa que no hay disociación escapulo-pélvica, la presencia
de reflejos patológicos, contorsiones del cuerpo que son característicos de esta
patología ausencia de reacciones de equilibrio, un tono fluctuante, posturas
anómalas y presencia de espasmos musculares.

Objetivos

1. Inhibir la fluctuación del tono muscular para restablecer las funciones


alteradas del aparato locomotor instaurando movimientos funcionales y
útiles.

2. Favorecer el control cefálico y el control central para brindarle al


paciente posturas que sean más cómodas para él y de esta forma evitar
la formación de espasmos musculares.

3. Facilitarle al paciente la adquisición de reacciones de equilibrio.

4. Facilitar la disociación escapulo-pélvica para la realización de


movimientos mas coordinados.
5. Analizar la postura típica del niño (este paciente el niño
permanece sentado en W) y adaptarla a otras posiciones.

Actividades

1. La primera actividad va encaminada a inhibir la fluctuación del tono


muscular para que el paciente nos brinde la posibilidad de manipularlo
de una mejor manera ya que los aumentos en su tono dificultan su
manipulación. Para ello, se realizan actividades que inhiben los reflejos
anormales.
Para inhibir los reflejos anormales ubicamos al paciente en una posición de
decúbito lateral o en una posición de decúbito supino y el fisioterapeuta le
debe realizar
Una flexión de tronco, cuello, cadera y rodillas y finalmente ejercer un tapping
de presión sobre los puntos de agarre.

Justificación

La postura que se le impone al paciente permite inhibir los reflejos anormales


ya que el paciente no va a tener una movilidad como normalmente lo hace.
Además cuando al paciente se le realiza una movilización pasiva y luego debe
hacer movimientos activos, se dan diferentes cambios a nivel de su tono
muscular (disminuye), su estado emocional, disminuye la influencia de reflejos
patológicos y aumenta la actividad motora selectiva.
Igualmente estas posiciones inhiben las reacciones tónicas.

2. La segunda actividad tiene como fin brindarle al paciente un control


cefálico y de tronco (control central), para que se pueda desencadenar
un control postural funcional, así como las reacciones de equilibrio que
se encuentran debilitadas.
La actividad consiste en fraccionarle los brazos para que intente acompañar la
elevación del tronco con la elevación de la cabeza.
Igualmente, se el sugiere al paciente el uso de una silla que le garantice la
estabilidad del tronco y de la cabeza, de esta forma el niño va adquiriendo una
postura correcta de una forma pasiva.

Justificación

El control cefálico y del tronco le permite al paciente obtener un control anti


gravitatorio permitiendo que de esta forma se comience a desarrollar una
buena actividad motora gruesa.

3. El objetivo de esta actividad es brindarle al paciente la adquisición de


reacciones de equilibrio ya que al no haber un control central, estas
reacciones están poco presentes en el paciente.
Para ello, ubicamos al paciente en posición prona sobre el balón de
Bobath, se le estabiliza su articulación de la pelvis para evitar
movimientos del miembro inferior y con la ayuda de estímulos externos
le promuevo la extensión del tronco, al igual que una alineación de la
cabeza, generando reacciones de equilibrio. Igualmente, se pueden
realizar rotaciones de tronco en rotación sedente (Segunda imagen)
que le da al paciente la posibilidad de rotar el tronco y la pelvis, le
brinda movilidad pélvico- femoral y además se da una activación de los
músculos abdominales, extensores del tronco, flexores de cadera,
abductores y rotadores externos de la misma.
Justificación

Estas actividades generan desplazamientos del centro de gravedad


que permiten la realización de movimientos automáticos
compensatorios, haciendo posible una adaptación postural.
Además los movimientos que adopta el cuerpo mediante estas
estimulaciones, activan el sistema vestibular que es sensible a
cambios de posición de la cabeza y al efecto de gravedad en el
cuerpo. Cuando se rota y se flexiona el tronco los órganos olíticos
cambian de posición generando reacciones de equilibrio, influyendo
sobre el tono muscular de extremidades y tronco. Los ojos y ciertas
células sensoriales de la piel y tejido interno también ayudan a
mantener el equilibrio.
El cerebelo también influye en el equilibrio ya que ejerce
indirectamente una acción a través de la corteza cerebral y del tronco
encefálico gracias a la información dada por la estimulación.

4. Esta actividad tiene como objetivo adaptarle a las posturas


típicas del niño, nuevas posiciones. En este caso tenemos a un
niño que su postura favorita es la posición en W por lo tanto
queremos que adquiera desde esa posición sedente otras
posturas como lo es el caso de un sedente largo o un sedente
en anillo.

Justificación

Esta actividad (Sedente largo y sedente en anillo) permite reforzar


conexiones e interacciones de las células cerebrales a medida que
se aumentan la cantidad y la calidad de estímulos en el paciente.
Esto permite la reconstrucción de nuevas vías de conexión y de
integración de nuevas posiciones a pesar de la condición atetoide-
distonica en el que el problema radica en los movimientos
involuntarios y no en el entendimiento de las mismas.

5. Para que el paciente adquiera una disociación escapulo pélvica


y pueda realizar movimientos sincrónicos y coordinados se le
trabajaría se le trabajarían facilitaciones de Bobath desde una
posición de sedente largo a cuadrúpedo para que una vez
estando en cuadrúpedo pueda realizar un desplazamiento.

Justificación

El desplazamiento desde una posición cuadrúpeda o un gateo le


permite al niño desarrollar un patrón cruzado que hace posible el
desplazamiento corporal organizado. Implica que el brazo derecho va
sincronizado con el pie izquierdo y el brazo izquierdo con el pie derecho.
Además se desarrolla el sistema vestibular porque le manda señales de los
dos laberintos del oído al cerebelo para saber en que posición esta la cabeza.
Así permite colocar el cuerpo respecto a la posición de la cabeza, y se va a
saber donde esta el principio y el final de cada movimiento. El niño, al saber
cuál es su posición en el laberinto, que es única, sabe dónde está su cabeza, y
coloca en su imagen cerebral toda la información que va recibiendo.
Igualmente, desarrolla la oposición cortical ya que la cabeza va a estar en un
plano y la palma de la mano en otro. El niño siente la tactilidad de la palma que
vé, fundamental para desarrollar la oposición cortical del dedo gordo de la
mano. Teniendo esa función de la mano, se le envía mensajes al cerebelo para
que este sepa como moverla y cómo apoyarse al sentir diferentes sensaciones.

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