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59cm
Colección NOVELA 96
ABALORIOS
ISBN 978-1-59835-099-9
$ 18.99 51899
9 781598 350999
First Edition
Printed in Canada
10 9 8 7 6 5 4 3 2 1
A
Christian Paredes que, sin tener nada como yo,
creyó y me apoyó con los dibujos de todas las cámaras
ocultas en las ruinas de mi mente.
Capítulo I
Antecedentes 13
Capítulo II
Carta perdida de un amor perdido 19
Capítulo III
Sharkoria, una aldea oprimida 45
Capítulo IV
Neón, el esclavo rugiente 51
Capítulo V
Los zenithrins 69
Capítulo VI
El primer sello divino 73
Capítulo VII
El pergamino encontrado 87
Capítulo IX
Entrada en Somothem 123
Capítulo X
La profecía del pergamino de Zenit 169
Capítulo XI
El percance en el bosque muerto y el escape hacia el
bosque de alterbol 183
Capítulo XII
Mamporos y los piratas olvidados 195
Capítulo XIII
El fin de la travesía 209
e
El pergamino de Zenit y el descubrimiento de los sellos divinos
Introducción
H
ola, ¿qué tal?, soy José Luis, un joven como
tú, con una costumbre diaria: me levanto, voy a la
escuela, salgo con mis amigos… pero un día llegué
a mi casa, algo cansado de la rutina diaria, subí a mi
habitación, cerré la puerta y observé el cielo nublado.
Había visto cielos nublados anteriormente, pero nun-
ca tan nublados como aquel día. Las nubes se habían
amontonado más de lo acostumbrado; lucían muy ne-
gras y densas. Entonces pasó: las primeras gotas caye-
ron sobre mi ventana tan fuerte como muchas canicas
chisporroteando sobre el vidrio. Todo lo observaba con
preocupación, pero ese día marcó todos los de mi vida.
Cayeron los truenos del cielo rasgando las nubes de
norte a sur, de este a oeste, en todas las direcciones y
en distancias tan grandes como no te puedas imaginar.
Y apareció una atmósfera de paz y, con ella, una gran
amiga, cuya presencia en ese tiempo me asustó mucho,
quien me alentó: “No temas”.
Ella me contó algo que había sucedido hace mu-
cho, mucho tiempo en otro planeta azul y verde, pero
con otros seres y, sobre todo, con otra historia.
Grandes héroes unieron sus vidas para salvar un
reino. En realidad, toda la historia es muy larga y,
aunque quisiera contarla completa, no me alcanzarían
las hojas de todos los árboles del mundo para poder
escribirla; así que me centré en los manglellenos, todos
los habitantes y razas que viven en los alrededores
del palacio de Manglellen. Finalmente, para poder
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e
comprender más sobre ellos, decidí realizar un pe-
queño resumen sobre los más grandes acontecimien-
tos e historias que se han tramado desde hace muchos
siglos atrás, desde la primera batalla del rey Nilron.
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El pergamino de Zenit y el descubrimiento de los sellos divinos
Capítulo I
Antecedentes
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todos los árboles y valles que adornaban ese hermoso
lugar y, después de terminar hasta con la última
flor que respiraba en el bosque, emergió un “recinto
profano oscuro” creado a la fuerza por puro diente
y mandíbula de ghostdrako. En un abismo profundo
y oscuro, ahí habitaban, como árboles del bosque,
amontonados unos con otros, los enormes y afilados
colmillos de los dragones fantasmas que formaban el
nido de esas bestias aladas y huesudas.
Las temibles razas de Somoria fueron creadas en
ese recinto desde la conclusión de la batalla de los
rebeldes. La flama del Nadir Oscuro penetró hasta
las entrañas del “recinto profano” y todos los hechi-
ceros, hombres, doborits y demás razas que murieron
siendo desleales al Rey, fueron convertidos, mil años
después, en horrendas bestias. Cuanto mayor había
sido su maldad, peor fue la clase de somorits en la que
fueron convertidos.
Todas ellas permanecieron en los profundos cala-
bozos subterráneos del “recinto profano”, divididas
por bestias y por grandes barrotes negros, encerrando
sus deseos de venganza, caos, destrucción y muerte.
Su cinismo los dirigió a culpar a los manglellenos por
tan terrible aspecto y sus rugidos, ladridos y furias
descontroladas, serían capaces de destrozar al ejército
manglelleno.
Ni una sola antorcha alumbró en las montañas.
Ni siquiera la misma antorcha roja que aparece so-
bre el océano, hacia el occidente, tenía la intensidad
necesaria para penetrar allí.
Así sucedió: el Ser Supremo, creador de Mangle-
llen, miraba desde los altos cielos. Temía que toda
la niebla oscura se esparciera y no lo permitió; creó
una fuente en un lugar donde nadie podía penetrar a
excepción de una sola criatura.
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El pergamino de Zenit y el descubrimiento de los sellos divinos
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cuando surgió el “recinto profano oscuro”, se corrompió
la forma hexagonal. En ese momento la flama del Na-
dir de la Luz del dominio de Zenit y la flama del Nadir
de Somoria, se convirtieron en espíritus. Los dos pe-
learon entre sí por largo tiempo y finalmente el Nadir
de la Luz prevaleció, haciendo que el “recinto profano
oscuro” ocupara parte del hexágono; pero el recinto
sagrado de Zenit permaneció en el centro vigilándo-
lo en todo momento y manteniendo su autoridad en
todos los puntos cardinales.
En el norte, en los desiertos de Arenea, el recinto
sagrado de los hombres, Uninhem.
En el noreste, el recinto sagrado de los umilherims,
ondinas y sirenas que habitaron en el fondo del mar,
los templados, Umilhem.
En el noroeste, en las montañas altas donde habitan
las aves del cielo, los orgullosos kamirots, Kamihem.
Al sureste, el recinto sagrado de los animales
que caminaron erguidos y pensaron como hombres;
grandes concursantes de antiguos estilos de lucha, los
doborits, Dobohem.
En el sur, en el recinto sagrado del fuego cerca del
volcán Gran Caldera, donde los habitantes de fuego,
los hombres de roca y lava trabajan largas jornadas
para cuidar los campos de hierbas, Taihorhem.
En el centro de Manglellen, en el muro de piedra
blanca, en la puerta brillante de Zenit, donde habi-
tan las sabias criaturas angelicales, los zenithrins,
Zenithem.
Y al suroeste, donde los estruendosos truenos
claman a la muerte y la sombra en conjunto de los
gritos de fantasmas y ecos espeluznantes, el “recinto
profano oscuro” de los somorits, Somothem.
Y todo esto sucedió antes del surgimiento de
Somothem.
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El pergamino de Zenit y el descubrimiento de los sellos divinos
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estableciéndola como una profecía en una cámara hexa-
gonal, porque algún día conquistarían a los manglelle-
nos y no habría fuerza que se les opusiera. Su grabado
era el de un ghostdrako.
Así fue como todo comenzó: la época de los
rebeldes pasó y comenzó una nueva era después del
surgimiento de Somothem.
Cada recinto sagrado, y el profano, fue custodiado
y protegido por “los siete sabios” elegidos entre mu-
chos zenithrins que mantuvieron su pureza guardada
dentro de Zenithem; y por último fueron selecciona-
dos por ser superiores a todos, siendo asignado, así, un
zenithrin por cada recinto.
El sabio y guardián de Dobohem se llamó Loguira.
El erudito y protector de Kamihem fue Haffit.
El sabio y custodio de Uninhem se llamó Abdón.
El sabio y protector de Umilhem se llamó Farlic.
El erudito y guardián de Taihorhem fue Flavius.
El sabio y protector de Zenithem fue una mujer de
nombre Angelique.
Y el sabio más poderoso, hermoso, valeroso y el
único con gran poder de contener, resistir y evitar el
esparcimiento de la maldad en la flama del Nadir
Oscuro de Somoria, Joria.
Todos ellos eran zenithrins, los más puros, los más
idóneos y capaces de controlar sus emociones fuera de
Zenit y también, de dominar el poder de la boca de
Nadirisphil, que corre por las flamas de los nadires.
Pasaron mil doscientos años desde que habían
sido nombrados como guardianes de los recintos.
Habían permanecido dentro de ellos durante más de
un milenio y, gracias a ellos, Manglellen no había sufri-
do violencia desde la era de los rebeldes.
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Spine- .484 13.97cm X 21.59cm
Colección NOVELA 96
ABALORIOS
ISBN 978-1-59835-099-9
$ 18.99 51899
9 781598 350999