El documento describe un caso de 1881 en el que un grupo llamado "Caballeros de la noche" robó un ataúd de una familia adinerada en Buenos Aires y exigió un rescate. A pesar de la naturaleza atroz del crimen, los fiscales determinaron que según el código penal vigente en ese momento, los acusados no podían ser condenados porque sus acciones no se ajustaban a ningún delito específico descrito en la ley. El juez estuvo de acuerdo y dictaminó que aplicar leyes análogas o principios generales
El documento describe un caso de 1881 en el que un grupo llamado "Caballeros de la noche" robó un ataúd de una familia adinerada en Buenos Aires y exigió un rescate. A pesar de la naturaleza atroz del crimen, los fiscales determinaron que según el código penal vigente en ese momento, los acusados no podían ser condenados porque sus acciones no se ajustaban a ningún delito específico descrito en la ley. El juez estuvo de acuerdo y dictaminó que aplicar leyes análogas o principios generales
El documento describe un caso de 1881 en el que un grupo llamado "Caballeros de la noche" robó un ataúd de una familia adinerada en Buenos Aires y exigió un rescate. A pesar de la naturaleza atroz del crimen, los fiscales determinaron que según el código penal vigente en ese momento, los acusados no podían ser condenados porque sus acciones no se ajustaban a ningún delito específico descrito en la ley. El juez estuvo de acuerdo y dictaminó que aplicar leyes análogas o principios generales
2. Los hechos del caso consistieron bsicamente en que un grupo de hombres,
que se haca denominar Caballeros de la noche, la noche del 24 de agosto de 1881, ingres al cementerio de la Recoleta y luego de dirigirse al sepulcro de la familia Dorrego (una de las ms destacadas de la poca y por lo tanto era de pblico conocimiento que era adinerada), rob el atad que contena los restos de doa Ins de Dorrego. Finalmente, al ver los sujetos que les era imposible depositarlo donde deseaban, acabaron por conducirlo hacia el sepulcro de la familia Requijo, y se retiraron sigilosamente. Al da siguiente, enviaron una carta a doa Felisa Dorrego de Mir y familia para avisarles que no devolveran el atad en caso de que, en el trmino de veinticuatro horas, no les sean abonados dos millones de pesos moneda corriente.
3. Por un lado, el fiscal de primera instancia, creyendo fervorosamente que un acto
tan abominable deba recibir un duro castigo, intent recurrir a la antigua legislacin y al derecho comparado (leyes de Partidas y dems espaolas que se haban aplicado anteriormente en la Argentina, as como los cdigos francs, espaol y napolitano) para fundamentar su acusacin. Segn l, los acusados eran responsables, de acuerdo con las fuentes citadas, de diversos delitos: violacin de un establecimiento pblico; violacin de un sepulcro; profanacin de cadver; portacin de revlveres; y formar parte de una asociacin de criminales que haba premeditado el hecho. Por otro lado, el fiscal de cmara dedujo, principalmente, que las fuentes citadas por el anterior agente fiscal no continuaban rigiendo, ya que se haba sancionado el nuevo Cdigo Penal, y que por lo tanto nada hay en el nuevo texto que le sea aplicable a la conducta realizada por los Caballeros de la noche. De esta forma, ninguna de las imputaciones formuladas en primera instancia se amoldaban a la legislacin vigente, a pesar de la atrocidad de lo sucedido
4. A pesar de su opinin acerca de la responsabilidad de los acusados, el Dr.
Gernimo Corts en su dictamen no dej de dar a conocer su angustia para con la situacin, explicando que un hecho tan inmoral y escandaloso, clasificado delito en todas partes y condenado por la conciencia humana, denotaba el progreso de la criminalidad en la sociedad en general, independientemente de la clase social a la que pertenecen los autores. 1
Trabajo prctico n1: Caballeros de la noche
Su opinin, sin embargo, como es sabido, no influy en su pronunciamiento respecto al caso, por el simple hecho de que sostuvo que, a pesar de la atrocidad del mismo, no eran susceptibles de ser condenados los Caballeros de la noche por una legislacin que no contemplaba su espantoso accionar, es decir, que su conducta no se subsuma a un tipo prefijado por el Cdigo Penal aplicable por ese entonces.
5. Sumado a las opiniones que se desprendieron del fiscal de Cmara, cabe
destacar que apoy su resolucin del caso en que no se poda hablar de complot, robo o intimidacin por parte de los procesados (aspectos que haban sido mencionados por el fiscal de primera instancia a la hora de fundamentar la responsabilidad que caba otorgar a los caballeros). Respectivamente, sustent que: se poda acusar de complot nicamente a una organizacin cuyo objeto sea el de cometer delitos, el cual no era el caso; no se le poda adjudicar al hecho la figura del robo dado que ste consista en apoderarse de cosa mueble ajena, con nimo de apropirsela y utilizarla, y un cadver carece de dicha utilidad, ni los acusados trataron de apropirselo; tampoco caba imputar la intimidacin por motivo de que el contenido de las amenazas (incurrir en la venganza de la asociacin y profanar las cenizas del muerto) tampoco estaba tipificado en el Cdigo. Con respecto a la aplicacin para el caso con base en el artculo 16 de nuestro Cdigo Civil, el Dr. Corts nunca podra haber aplicado una ley anloga o principios generales del derecho en una cuestin de ndole penal, a causa del denominado principio de legalidad, el cual se desprende de nuestra Constitucin Nacional en el artculo 18, que expresa que Ningn habitante de la Nacin puede ser penado sin juicio previo, fundado en ley anterior al hecho del proceso, dando a entender que se trata de una garanta constitucional en dicha materia. Dicha formulacin, dio a entender el fiscal de Cmara, para el caso planteado tendr a la vez, sin duda, sus desventajas e inconvenientes; pero al mismo tiempo importa un gran progreso en la jurisprudencia criminal, que suprime la arbitrariedad; y por consiguiente, una conquista importante en favor de la libertad y de las garantas individuales.