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FACULTAD DE PSICOLOGÍA
SEDE CIRCUNVALAR
Línea de Investigación
VIOLENCIA Y PERSONALIDAD
2
Grupo de Investigación
PSICOLOGÍA CIRCUNVALAR
JAIRO BÀEZ
PATRICIA BRICEÑO
TERESA FAJARDO
Director de Grupo
Jairo Báez
Psicólogo
2007
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CONTENIDO
Fundamento Epistemológico
La Violencia
Violencia en Colombia
El homicidio
El Suicidio
Violencia Común
Violencia Intrafamiliar
Violencia Sexual
LA PERSONALIDAD VIOLENTA
PSICOLOGÍA DE LA VIOLENCIA
Grupos de Investigación
Proyectos de Investigación
Foros de Discusión
Seminarios de Investigación
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Proyección Social
Investigación Formativa
Semillero de Investigadores
Indicadores de Impacto
Descripción
El problema de la investigación
Objetivos
Metodología
Análisis de resultados
La posición freudiana
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LA CODEPENDENCIA ASOCIADA CON PATRONES DESADAPTATIVOS DE LA
PERSONALIDAD, LA VIOLENCIA Y LOS DESAJUSTES PSICOAFECTIVOS
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FUNDAMENTOS EPISTEMOLÓGICO Y CONTEXTUAL
Aun permanecen en secreto muchas de las variantes que dan como resultado final una
personalidad violenta. Si estamos apuntando a que la formación temprana ocasiona un
tipo de personalidad violenta, aún no sabemos qué elementos confluyen
específicamente en la formación temprana para que la ocasionen finalmente; por
ejemplo, no se tiene todavía certeza de cómo y cuáles son las pautas de crianza que
posibilitarían la personalidad violenta; lo mismo, no sabemos con certeza que
elementos ambientales son las que robustecen un personalidad violenta; tampoco
sabemos en qué medida el castigo físico y las privaciones tempranas a las
satisfacciones básicas cotidianas correlacionan con la posterior aparición de una
personalidad violenta.
Fundamento Epistemológico
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No obstante y su devenir epistemológico distinto, algunos conceptos empiezan a formar
parte de la explicación de evento psicológico. Entre los puntos concordantes de estas
categorías, al momento de explicar el sujeto psicológico podemos enumerar:
Sexto: se comparte el criterio de aprendizaje; existe un sujeto que aprende y otro que
enseña, y el proceso se hace evidente en el desarrollo final del sujeto psicológico; en el
proceso de aprendizaje intervienen factores biológicos (por ejemplo, genéticos y
madurativos) y sociales (condiciones ambientales y culturales) que repercuten en el
producto final de lo aprendido y lo enseñado.
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Octavo: el sujeto psicológico se nutre experimentalmente, las experimentaciones del
sujeto son esenciales para la acentuación o modificación de su proceder psicológico.
La Violencia
Antes de abordar la violencia como concepto psicológico intentemos ver si existe una
definición que permita acercarnos de manera objetiva y compartida con otras ramas de
la ciencia, y en especial con aquellas que comunican la preocupación por el devenir del
ser humano en lo social. Ubicada la violencia desde su etimología, (del latín violentia),
es la acción y el efecto de violentarse; esta acción se caracteriza por ir en contra del
modo natural de proceder y el énfasis en el uso de la fuerza. La acción se califica desde
la axiología como injusta, ofensiva y perjudicial a quien es objeto de ella. En caso de
que la acción sea dirigida a una persona, la conmina a flaquear su propia voluntad y
obligarla a actuar o ejecutar actos no deseados; por ejemplo, el diccionario es claro,
acción de violar a una mujer; tener acceso carnal a ella sin su consentimiento (Real
Academia Española, 1984).
No obstante a lo anterior, se encuentra una línea que tiende a identificar la violencia con
su carácter destructivo y coercitivo. Así Echeburúa, (1994) define la violencia, por su
carácter destructivo en las personas y los objetos, que ocasiona una profunda
disfunción social y su apoyo en mecanismos neurobiológicos de la respuesta agresiva.
También Concha-Eastman, (2000) define la violencia como una acción intencional del
uso de la fuerza o del poder, por la cual una o más personas producen daño físico,
mental, sexual o en la libertad de movimiento o la muerte a otra o más personas, o a sí
mismas, con un fin que puede haber sido predeterminado o no. De su definición
enfatiza, la intencionalidad de la acción, la generación de un daño, y el fin perseguido.
La violencia ejercida por los agresores busca someter a las víctimas a su voluntad;
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siendo la última acción con la cual se pretende resolver disputas, conflictos, diferencias
o simplemente una emotiva discusión.
De otro lado, en su primer informe sobre la violencia a escala mundial, la OMS (2002)
intenta hacer un consenso en torno al tema con el fin de poder actuar
mancomunadamente con criterios globalizantes. De estos criterios de definición de la
violencia, bien vale la pena hacer un recuento si hemos de buscar bases firmes para su
abordaje desde la psicología. La OMS avanza en la conceptuación de la violencia y la
define como el ¨uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de
amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona, un grupo o comunidad, que cause
o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daño psicológico, trastorno
del desarrollo o privaciones¨. Tal como lo plantea su Directora General, Harlem
Brundtland, cuando se define la violencia se debe sopesar que la violencia es un
problema complejo, relacionado con esquemas de pensamiento y comportamiento
conformados por multitud de fuerzas en el seno de nuestras familias y comunidades,
fuerzas que pueden también traspasar las fronteras nacionales. Señalamos el avance
en la medida que el sujeto y objeto de la violencia pueden estar inscritos en un mismo
ente, llámese persona, comunidad o sociedad.
Así mismo con esta definición, la OMS señala la posibilidad de dividir la violencia en
tres categorías, las que a su vez van a detentar subcategorías, tipos y modalidades
precisos y específicos de acción. Las categorías numeran la violencia auto-inflingida, la
violencia interpersonal y la violencia colectiva. La violencia auto-inflingida cuenta con
dos subcategorías el suicidio y la auto-lesión; la violencia interpersonal tendría la
subcategoría familia/pareja discriminada en tres tipos (infantil, pareja, ancianos) y la
subcategoría comunidad discriminada en dos tipos (amistades y extraños); la violencia
colectiva conlleva la subcategoría social, la subcategoría política y la subcategoría
económica. Y las modalidades que asumiría la violencia en todas las tres categorías
son la física, sexual, psicológica y privación o desatención.
Sociedad
Comunidad Relaciones Individuo
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Violencia en Colombia
Tres años después, 2002, las muertes violentas en el país registran 28.534 homicidios,
6.063 muertos en accidentes de tránsito, 3.147 decesos en otros accidentes, 2.045
suicidios y 513 fallecimientos violentos sin causa identificada, para un total de 40.302
muertes y porcentaje representativo en su orden de 71, 15, 8, 6, 1.
Y un año después, 2003, el reporte señala que por homicidio se registran 22.199, por
muertes en accidente de tránsito, 5.632, por muerte a causa de otros accidentes 3.058,
por suicidio 1.938 y por muertes violentas sin causa identificada 318 para un total de
33.206 y porcentajes representativos en su orden de 67, 17, 9, 6, 1.
Para el año 2006 los homicidios sumaron 16.274, las muertes en accidente de tránsito
5.486, las muertes por accidente 3.087 y los homicidios 1.751 con porcentajes
representativos ordenados de
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Para el año 2007, el número de homicidios fue de 16.318, de muertes en accidente de
tránsito 5. 212, de homicidios 1.771, muertes por causa accidentales 3.223 para un total
de 26. 524 con porcentajes representativos en su orden 61, 19, 12, 6
El homicidio
Siguiendo los documentos del Instituto Nacional de Medicina Legal se constata que la
tasa de muerte por homicidio en el país para los últimos 15 años por cada 100.000
habitantes (pcch) es de 65. El homicidio sigue siendo mucho mayor en hombres que en
mujeres (Ver Tabla 3). Los mecanismos más utilizados para propiciar el homicidio es el
arma de fuego, (84%) y el arma corto punzante (10%), constante que se repite para el
año 1999 lo mismo que para el 2003 y el 2007. Los motivos por los cuales el
colombiano le quita a otro la vida señalan para el año 1999, en primer lugar el ajuste de
cuentas, seguido por las riñas y los atracos, siendo también relevantes los muertos a
causa del conflicto armado. Para el 2003, el informe de Medicina Legal señala como
motivaciones por las cuales el colombiano quita la vida a otro, en primer lugar las
sociales (ajuste de cuentas y venganzas), seguido de las políticas (confrontamientos
ideológicos-armados). La constante es la misma para el 2007. Complementamos este
dato con el cuadro que hace Valenzuela (2002) haciendo aún más evidente la fuerza
motivacional que tiene la política en violencia en Colombia. (Cuadro 4)
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Algo llamativo en estos informes que venimos analizando, es encontrar que el
homicidio en Colombia es un acto de conciencia, es premeditado en su gran mayoría, y
menos un acto de impulsividad, tal como se tiende a imaginar normalmente; refuerza
esta idea el grado de impunidad por el que transita dicho crimen, lo mismo que su
desenlace final; también afianza esta tesis la presencia de terceros desconocidos,
como homicidas, en el ajuste de cuentas y venganzas. Otras características del
homicidio en el país, refieren a que la vía pública es el lugar preferido para acabar con
la vida de un ciudadano, lo mismo el ser más frecuente el delito en la ciudad que en el
campo y sobremanera sugestivo verificar que los sitios de recreación y trabajo tienen
una alta relación con la muerte a mano de terceros y más aún, ver cómo existen meses
del año donde aumenta el número de homicidios (marzo, mayo, octubre y diciembre).
Igualmente, debemos contrastar en estos informes, que el homicidio no se distribuye de
manera uniforme por el territorio nacional; aparecen zonas marcadamente rotuladas por
sus altas tasas de homicidio, mientras otras son bajas y una que otra logra hacer
cambios estadísticos interesantes; caso de Bogotá, que de 42 homicidios en 1999 pcch
redujo su tasa a 26 pcch para el año 2003 y para el 2007 a 20. La violencia en
Colombia tiene lugares específicos de manifestación que el INML los caracteriza por
tres elementos claramente distinguibles: uno, presencia de grupos ilegalmente
constituidos en sitios estratégicos; dos, sitios con concentración de grandes recursos
económicos y tres, sitios propios para el intercambio comercial y económico.
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El Suicidio
Las muertes ocasionadas en los accidentes de tránsito bien podrían ser interpretadas
desde la psicología como actos homicidas y/o suicidas. Por tal motivo debemos
destacar que Colombia se encuentra ubicada entre los 10 países del mundo con mayor
accidentalidad y esta causa se ubica como la segunda en muertes violentas a nivel
nacional (20% del total). La muerte por accidente de tránsito, igualmente, pone al
hombre en edad productiva como la principal víctima (80%). En su orden, las víctimas
fatales son peatones (40%), motociclistas (23%), pasajeros (18%), conductores (10%).
Las muertes por esta causa son más frecuentes en las áreas urbanas; adicionalmente,
se constata presencia de sustancias psicoactivas (alcohol principalmente) en las
víctimas. No obstante, se reconoce que la tasa de muertes pcch, viene en descenso al
visualizar las medias de los últimos quince años años.
Violencia Común
Aunque este tipo de violencia, la que bien podría llamarse con mayor propiedad
violencia callejera, viene en disminución en Colombia, las tasas pcch siguen siendo
bastante altas. Es el tipo que mayor número de víctimas sigue presentando de todos los
que se puedan categorizar como formas de manifestación violenta en el país. Para el
año 1999 fue de 274 pcch, para el año 2002 fue de 245 y para el 2003 de 211. Al igual
que en los otros ítems de violencia señalados, el hombre presenta el porcentaje más
alto en su protagonismo de víctima (70%); y dentro de los hombres y mujeres, los
jóvenes son los más agredidos (15-34 años). El mecanismo preferido para arremeter al
otro es el arma contundente (65%) (puño, patada, mazos, palos, etc), seguido de las
armas cortopunzantes y cortocontundentes (cuchillos, navajas, machetes) (15%). El
agresor se caracteriza por ser un amigo o un vecino (65%), o un desconocido (20%), y
los móviles más frecuentes son las riñas y las discusiones y las venganzas, poniendo
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de manifestación presente la forma como el colombiano soluciona sus conflictos
interpersonales.
Violencia Intrafamiliar
El INML divide la violencia intrafamiliar en tres categorías que bien ponen de manifiesto
el cambio en el protagonismo de la víctima de este flagelo. Así la violencia conyugal, la
violencia de otros familiares y la violencia contra los niños, presenta el cambio radical
en la víctima; ser mujer en la familia, es ser víctima de violencia intrafamiliar. En
porcentajes anuales de víctimas, la mujer aporta a nivel conyugal el 90%, a nivel
familiar el 60% y a nivel infantil el 55%. En la familia colombiana a la mujer no se le
mata pero se le deja herida; esto no deja de ser más que una metáfora derivada de los
porcentajes, pues en la realidad, la tasa de muerte por violencia intrafamiliar reseña 2
mujeres por cada hombre.
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2004 138
2005 150
2006 152
2007 155
También los hechos que registra el INML evidencian que la violencia intrafamiliar está
marcada por la intolerancia conyugal, familiar y paterna. Los registros por año dejan
como mayor victimario al cónyuge, alcanzado de un familiar diferente (tío, hermano,
etc.), y seguido éste muy de cerca por el padre. Si bien el hombre es el agresor por
excelencia, la mujer tiende a aumentar su manifestación violenta a la hora de amar y
corregir (pautas de crianza).
La violencia entre familiares tales como hijo a padre, hermano a hermano, y agresiones
entre miembros con otro tipo de parentesco, es un poco más alto que la violencia a los
niños. (17% vs. 16% para 1999 y 23% vs. 16% para 2003). En este tipo de
manifestación violenta al interior de la familia, es prevalente en el país el trato agresivo
entre hermanos, de hijos a padres; también es notorio el potencial agresivo de la madre,
el padre y el cuñado a los demás miembros de la familia.
Violencia Sexual
El porcentaje de agresores conocidos tiende a bajar, pero aún para el 2003, por cada 6
agresores conocidos se tienen 4 agresores desconocidos; siendo interesante constatar
que los adultos y, en especial, las figuras de autoridad dentro de la familia aparecen
como los victimarios (padre, padrastro, otros familiares); también es alto el porcentaje
de amigos y vecinos señalados dentro del grupo de agresores (47% para el 1999; 43%
para el 2003, 45% para el 2007). Siguiendo con la tendencia de otros tipos de violencia,
en el país no se presenta este ilícito distribuido uniformemente en todo el territorio
nacional; aparecen zonas que superan la media nacional y otras que descollan por sus
bajas frecuencias.
Referencias
Del Olmo, R. (2000). Ciudades duras y violencia urbana. En Nueva Sociedad. No. 167.
Mayo-Junio.
Freud, S. (1927/1970). (Trad. López, B., L.). El porvenir de una ilusión En Psicología de
las masas. Madrid: Alianza.
19
Freud, S. (1930). El malestar en la cultura. En Freud, S. (1988). El malestar en la
cultura. Madrid: Alianza Madrid: Alianza
Instituto Nacional de Medicina Legal. (2000), Forensis 1999. Datos para la vida. Santafé
de Bogotá. Instituto Nacional de Medicina Legal.
Instituto Nacional de Medicina Legal. (2004), Forensis 2003. Datos para la vida. Bogotá.
Instituto Nacional de Medicina Legal.
Instituto Nacional de Medicina Legal. (2008), Forensis 2007. Datos para la vida. Bogotá.
Instituto Nacional de Medicina Legal.
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LA PERSONALIDAD VIOLENTA
Jairo Báez*
Patricia Briceño
Teresa Fajardo
ABSTRACT
RESUMEN
*
Dirección: Carrera 13 No 63 – 21 Of. 512. Bogotá. Colombia. Email: jairbaez@gmail.com
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personalidad, debido a la realidad misma de la psicología, donde se
hallan presentes diferentes teorías y modelos explicativos, algo sí
queda bastante claro y es que no importa de cual teoría se trate, todas
abordan el concepto con igual grado de jerarquía, evidenciándolo
crucial a la hora de aproximarse a la persona, y abarcando incluso un
tipo de población dada o una cultura en especifico. A manera de
ilustración vamos a hacer un recuento longitudinal y trasversal de las
vicisitudes de la personalidad en psicología, para finalmente hacer la
discusión pertinente en su conjunción con la violencia.
Una de las definiciones más recientes de la personalidad señala que se trata de ¨la
organización dinámica, dentro del individuo, de los sistemas psicofísicos que crean
patrones característicos de conducta, pensamiento y acción¨ (Carver & Scheier, 1997).
Estos autores resaltan de su definición el distintivo de organización más que la
acumulación de partes y piezas; el distintivo procesal o activo de la personalidad; el
distintivo dependiente de lo psicológico a lo físico; su distintivo causal de relación del
individuo con el mundo; su distintivo recurrente y permanente en patrones distinguibles,
y su distintivo percibible en tres dimensiones distintas: pensamientos, conductas y
sentimientos.
Otra definición señala que la personalidad está conformada por tipos o rasgos que
entran en interacción con el ambiente, siendo posible determinar las resultantes propias
de este encuentro (Cattell, 1965; Eysenck, 1967; Carver & Scheier, 1997; Anastasi &
Urbina; 1998; Kirchner et al, 1998). En esta definición se hace énfasis en que no es lo
mismo un tipo que un rasgo; un tipo está distribuido de forma discontinua en la
población dada mientras el rasgo se encuentra presente en toda la población pero en
proporciones claramente diferenciables (Carver & Scheier, 1997; Anastasi & Urbina;
1998). La técnica por excelencia de la teoría que ampara esta concepción de la
personalidad, y más en la actualidad, favorecida por las grandes máquinas de calcular,
es el análisis factorial, buscando así, cada vez más, los rasgos que finalmente podrán
diferenciarse en la personalidad de todas los individuos pertenecientes a una población.
De manera muy similar, pero esta vez referida a las relaciones económicas de un
sistema social, Reich (1985), plantea la personalidad de un individuo. En su afán de
productividad económica, la sociedad reprime las necesidades humanas innatas, dando
como resultado un tipo de personalidad adquirida, específicamente, en el devenir de
cada uno de sus individuos por esa cultura en los primeros años de vida. La
personalidad se sintetiza en la lucha del individuo por lograr satisfacer sus necesidades
y responder a las exigencias de la sociedad.
Staats, (1997), define la personalidad como el resultado final del repertorio básico de
conductas; ésta se consolida a partir del aprendizaje y la acumulación jerárquica. A
partir de aprendizajes simples se posibilitan aprendizajes cada vez más complejos,
marcando así, la diferencia entre sujetos y la predicción del aprendizaje en el sujeto
mismo.
Desde Kelly, promotor de los constructos personales, (citado por Carver & Scheier,
1997 y Kirchner et al, 1998), la personalidad viene a ser la organización de las
estructuras mentales con las que el individuo ve la realidad. Cada persona crea sus
propios constructos para abordar la realidad; por tanto, la conducta, el pensamiento y el
sentimiento, expresados por ella, están determinados por constructos anticipados y
preeditores de la realidad. Pero, así mismo, la persona está en capacidad de cambiar
cada uno de los constructos o todos, de acuerdo a su criterio personal y, sobretodo,
sobre la base de la efectividad que le esté mostrando cada constructo al momento de
predecir y controlar la realidad.
La personalidad, tal y como está planteada, tiene mucho de relación con el apriorismo
kantiano. Especialmente, si tomamos como síntesis de todas las definiciones, la idea
piagetiana de que la personalidad es una teoría que se empieza a crear desde el mismo
momento en que se nace, y ya formada, monitorea la realidad, para reabastecerse y
actualizarse, tendremos que concluir que la idea de Kant se ajusta al concepto actual de
la personalidad. La idea aquella de que la verdad no se establece recurriendo a la
experiencia a posteriori, sino a priori (Kant, 1988), se puede homologar fácilmente con
el intento, que hacemos aquí, de explicar de la personalidad como una teoría que
modula pensamientos, sentimientos y acciones. Kant plantea que indudablemente
existe un despotismo de la experiencia, no obstante el vislumbrarse un conocimiento a
priori de la misma, con el que se iniciaría el proceso experimental; este a priori, al
analizar el desarrollo de la personalidad, sería justamente la carga filogenética con la
que el naciente niño empieza su transcurrir por los diferentes estadios que describe
Piaget (1986). Y más allá de la filogenia, también, queda presente que el paso por cada
uno de esos estadios es un a priori teórico para enfrentar el próximo estadio. Así, se
llega a la conclusión que la teoría acabada, la que presenta toda y cada persona, es
apriorística y dependiente del paso por cada una de las etapas que se puedan deslindar
en el estado de desarrollo de cualquier individuo.
Siendo así, la personalidad es una teoría o un a priori propio del desarrollo individual,
que le va a servir al individuo para experimentar, en un contexto cultural y contexto
físico específicos, es justo encontrar que su proceder, su pensar y actuar sean
particulares y divergentes, tanto como a su vez, tengan puntos de convergencia o
semejanza. La personalidad tal y como se viene manejando desde las diferentes teorías
psicológicas, es un resultado del medio en que se desarrolla el sujeto; e
indudablemente, debemos señalar que el medio no solamente es social sino que
incluye todos y cada uno de los estímulos que puedan afectar a la persona en un
momento dado. Lo anterior nos pone sobre la pista para el entendimiento del devenir de
la manifestación violenta de determinados individuos, grupos y culturas, en
consecuencia con las exigencias de un ambiente social y geográficamente establecidos.
De tal manera si se habla de una personalidad violenta, ésta debe presentarse como un
todo y en cada lugar donde interaccione el sujeto; así, sus relaciones interpersonales,
sus relaciones con los objetos, y todas las demás dimensiones de interacción mostrarán
el rasgo característico de la violencia. Aunque permanecen en secreto muchas de las
variantes que dan como resultado final una personalidad violenta, si se está apuntando
a que la formación temprana ocasiona un tipo de personalidad violenta; aún no se sabe
qué elementos confluyen específicamente en la formación temprana para que la
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ocasionen finalmente; por ejemplo, no se tiene todavía certeza de cómo y cuáles son
las pautas de crianza que posibilitarían la personalidad violenta; lo mismo, no se sabe
con certeza qué elementos ambientales son las que robustecen un personalidad
violenta; tampoco se sabe en qué medida el castigo físico y las privaciones tempranas a
las satisfacciones básicas cotidianas correlacionan con la posterior aparición de una
personalidad violenta.
Lo que si puede señalar es que la personalidad violenta, en algunos casos, puede tener
un referente biológico orgánico (filogenético) que empieza a robustecerse con la
interacción ambiental física y social. En otros casos, también es posible que el
componente biológico esté ausente y, sin embargo, poder encontrar una personalidad
violenta, construida en su historia ontogenética. Con seguridad se tiene un comienzo
para desarrollo de una personalidad violenta, pero esto no necesariamente conlleva un
comienzo orgánico; también, puede ser un comienzo cultural o social, o una historia
individual y exclusiva al sujeto que encontramos posteriormente en su despliegue
violento.
Referencias
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Freud, S. (1905). Tres ensayos sobre teoría sexual. En Freud, S. (1995). Freud total
1.0. España: Nueva Hélade (Versión Multimedia. Hipertexto)
Freud, S. (1927/1970). (Trad. López, B., L.). El porvenir de una ilusión en Psicología de
las masas. Madrid: Alianza.
Freud, S. (1938). Compendio del psicoanálisis. En Freud, S. (1995). Freud total 1.0.
España: Nueva Hélade (Versión Multimedia. Hipertexto)
30
PSICOLOGÍA DE LA VIOLENCIA
Jairo Báez
ABSTRACT
RESUMEN
Konrad Lorenz también nos aporta el concepto de la impronta que permite comprender
también la violencia que se puede apreciar en el ser humano desde el punto de vista
ontogenético. Lorenz con este concepto señala cómo los organismos han logrado en su
desarrollo filogenético y ontogenético algunas particularidades que permiten el
aprendizaje de ciertos requerimientos adaptativos; con este concepto nos da entender
que el aprendizaje no es un proceso totalmente libre, autónomo y arbitrario; sino, en
cambio, es un proceso que depende del estado de maduración del organismo y con sus
consecuencias perennes en la manifestación precisa de lo aprendido, posteriormente,
obedeciendo a los estímulos ejercidos en determinado momento histórico-madurativo
del organismo.
Hasta aquí nos podemos hacer a una idea de cómo la violencia tiene un referente
filogenético, ubicado exclusivamente en la realidad humana; no se podría hablar de un
acto violento en otras dimensiones donde no se encuentre como protagonista ejecutor
un ser humano. El acto violento es la demostración de la agresividad constitutiva y la
capacidad de razonar del ser humano. Sin embargo, el desarrollo ontogenético del acto
violento se puede encontrar con mayor claridad y explicación en Jean Piaget.
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Piaget (1986) detalla la adquisición de pensamiento en el ser humano mediante un
proceso progresivo que presentaría varias etapas fácilmente distinguibles. Para poder
entender el proceso mediante el cual se lograría el pensamiento, debemos ubicarnos en
el concepto homeostático que tiene del ser humano. Piaget señala la facultad del ser
humano de tender a equilibrarse cuando el medio le ocasiona el desequilibrio mediante
la exigencia o la creación de una necesidad, la tendencia homeostática. El concepto de
la homeostasis refiere a la tendencia de las estructuras psíquicas a equilibrar cargas
que por algún tipo de estimulación interna o externa a ellas, rompe la igualdad de
cargas energéticas. Así el ser humano está en una continua posición de equilibrio
desequilibrio y esto va ocasionando el proceso de adquirir el pensamiento. El principio
del desequilibrio es una necesidad, necesidad que desencadena el movimiento hacia la
consecución del equilibrio; y en este proceso aparecen dos conceptos más que
permiten explicar el estado último de desarrollo cognitivo del ser humano. Uno es la
asimilación y otro la acomodación; en la búsqueda del equilibrio, el ser humano asimila
los estímulos a las estructuras que ya tiene, y acomoda esas estructuras a las nuevas
exigencias funcionales.
Los seis estadios que marcan el desarrollo sucesivo, según Piaget, son: el estadio de
los reflejos, los primeros instintos y primeras emociones; el estadio de los primeros
hábitos motores, las primeras percepciones organizadas y los primeros sentimientos
diferenciados; el estadio de la inteligencia sensorio-motriz -anterior al lenguaje-, la
práctica de la regulaciones elementales de la afectividad, con sus primeras fijaciones en
el exterior; el estadio de la inteligencia intuitiva, de los sentimientos interindividuales
espontáneos y de las relaciones sociales de sumisión al adulto; el estadio de las
operaciones intelectuales concretas, la aparición de la lógica, de los sentimientos
morales y sociales de cooperación; y el estadio de las operaciones intelectuales
abstractas, de la formación de la personalidad y de la inserción afectiva e intelectual en
la sociedad de los adultos
Posterior a esta etapa vienen las primeras percepciones y los primeros movimientos
ocasionados hasta formalizar un todo donde aparecerían los primeros esquemas,
producto de las incipientes coordinaciones movimiento-percepción. De estos primeros
movimientos, junto con las primeras percepciones que se le dan al niño, se formarán los
esquemas que cumplen igual propósito que los actos reflejos: suplir una necesidad;
necesidad que posteriormente, cuando aparezca el lenguaje, va a ser representada
como la satisfacción de una necesidad. Precisamente, si hablamos de la estructuración
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del pensamiento, podemos dar cuenta, con esto, que esta primera etapa viene marcada
por el contacto que se haga en ese cuerpo que empieza a deslindarse de un todo. No
obstante, la pregunta debe avanzar a qué clase de contacto corporal es el más
adecuado, de tal manera que no violemos al niño. Violación que queda muy clara en
Piaget, cuando colegimos de su concepción homeostática, y más si nos centramos en
los conceptos de la asimilación y la acomodación, como el hecho donde el estímulo
supera las capacidades de las estructuras psíquicas; éste no puede ser asimilado y
éstas no se pueden acomodar para seguir al estado subsiguiente.
Con la aparición del lenguaje, a los dos años promedio, comienza la representatividad o
apropiación simbólica y significativa; podríamos decir que es el comienzo mismo del
pensamiento. A la aparición del lenguaje le debemos la posibilidad de representar la
homeostasis en símbolos, imágenes, pensamientos e ideas. De aquí en adelante las
representaciones van a conformar el discurso amparador de las acciones que se
ejecutan en busca de la homeostasis.
Piaget no le otorga el poder representativo, como tal, a los niños entre los dos y siete
años; para Piaget, la actividad representativa va a ser una adquisición que evoluciona
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por diferentes etapas. El niño empieza su tránsito hacia el pensamiento formal con la
imitación de acciones, el intercambio de hechos y el descubrimiento de figuras de las
cuales debe depender. Así que en este periodo, el niño empieza a respetar normas y
encontrar figuras de empatía y antipatía, y sin embargo su capacidad representativa se
va a caracterizar más por la intuición y el egocentrismo. En este periodo el niño
respondería más a la idea de Vigotski (1979), en el sentido que el niño es
pseudoconceptual. El niño está comenzando a interiorizar el lenguaje, siendo llamativo
el uso que él hace del mismo, más allá de la verdadera conceptualización; se dice que
el niño está haciendo sus primeros intentos de conceptualizar a partir de los símbolos
que se le otorgan para hacerlo; el niño pseudoconceptualiza en este periodo evolutivo.
Siendo los signos y estímulos dados al niño, tanto como las necesidades a satisfacer;
pero, las representaciones procesadas por él, dando un producto propio y exclusivo a
su forma de resolverlo, la pregunta a la sociedad y los adultos que tienen pretensión de
formar al niño en comunidad y para la comunidad en un convivir menos violento, versa
sobre qué tipo de sociedad creen que sea la más conveniente y para qué la sociedad
que intentan promover. Solamente resolviendo estos cuestionamientos se puede
pensar en el discurso socializador que debe amparar las acciones a seguir.
De los siete a los doce años, según Piaget, el niño avanza en su egocentrismo,
deslindando su yo del otro, gracias al poder que le da el lenguaje; el niño ya se habla a
sí mismo y habla a los demás. El pensamiento, antes gobernado por los esquemas
motores y la intuición, avanza a las operaciones concretas coordinadas, marcadas por
la reversibilidad, la conquista del tiempo y el espacio; su pensamiento se desenvuelve
en un plano donde la lógica implica composición, reversibilidad y nulidad o identidad.
Para ubicarse como ser moral, (característico de esta edad), asume una cultura a través
de las normas que empieza a introyectar y proyectar. De las primeras empatías y
antipatías surge la cooperación y los primeros sentimientos como la justicia y el respeto
mutuo; si antes de los siete años su moral era heterónoma, aquí en esta edad se
empieza a desbrozar el camino hacia una moral autónoma y voluntaria; voluntad
entendida como el reforzamiento de la tendencia superior (el deber) sobre la inferior (el
deseo).
La pregunta por la formación final de la actitud violenta se podría señalar con Piaget,
en la obtención del pensamiento formal y su repercusión en la moral autónoma y
responsable. La eventualidad de que el pensamiento formal permita al sujeto la
capacidad de representar no sólo los hechos y acciones, sino también de representar
sus represtaciones sobre hechos y acciones posibles, ocasiona la creación de sistemas
y teorías que le auto-permitirán predecir y controlar su actitud en torno a la violencia,
como un todo ordenado y coherente en un ambiente que exige determinadas pautas
procedimentales. Pero más que con la creación de teorías y sistemas
representacionales, algo que va a hacer factible la proposición de una actitud particular
hacia la violencia, es el hecho de que el sujeto esté contrastando sus teorías con la
realidad y las ajuste continuamente a ella, de acuerdo con los resultados obtenidos. Se
hace insistencia en la actitud, en la medida que viene a dar respuesta a las acciones,
sentimientos y pensamientos del sujeto en un todo compacto.
Cuando Piaget nos señala el fin último del desarrollo mental en la capacidad de teorizar
(representar representaciones) junto a la capacidad de modificar las teorías en su
contraste con la realidad, nos está señalando que el sentido es fundamental para poder
modificar una teoría. ¿Cómo se cambia una teoría si no se tiene predeterminado un
sentido? Y el sentido es lo que se pierde en determinado momento histórico de una
sociedad dada y más que nunca en una sociedad como la nuestra donde la transición
del modernismo al postmodernismo es la constante. Si todo vale, todo tiene sentido o
también, si todo tiene sentido todo vale. Aquí estamos reconociendo la incapacidad de
una sociedad o cultura para crear un proyecto estatal tal y como lo postula Hegel
(1994); estamos ante la terrible evidencia que el Estado no deja de ser más que una
reunión de sub-culturas o grupos dispares con intereses y valores particulares que no
logra aglutinar todos sus ciudadanos en un solo proyecto civil. De aquí que la
confrontación y la conflictiva en torno a la violencia sean siempre perennes.
38
Datos empíricos a la psicología de la violencia
Desde una visión clínica psicopatológica, se ha concluido, entre otras cosas, que el
riesgo o propensión a la violencia se puede entender a partir de cuatro dimensiones
fundamentales de la personalidad: el control sobre la impulsividad, la regulación
afectiva, el narcisismo y la presencia de un perfil cognitivo de tipo paranoide.
Precisamente, el bajo control sobre los impulsos y la falta de regulación afectiva
incrementan el riesgo a la violencia, especialmente cuando se relacionan con los
desordenes propios del abuso de sustancias. En contraste, el perfil cognitivo de tipo
paranoide y el desorden narcisista incrementan el riesgo de violencia en personas con
trastornos esquizofrénicos y estudiantes e individuos con trastornos de personalidad
(Nestor, 2002). Otros famosos investigadores han sugerido que la psicopatología, el
abuso de sustancias y la presencia de desórdenes de personalidad incrementan el
riesgo de que un individuo ejerza violencia sobre otros. La literatura más común a nivel
39
clínico establece que la inestabilidad emocional es indicativo de riesgo para la violencia
hacia sí mismo: la autoagresión. Existe una hipótesis de que la inestabilidad emocional
puede ser el componente principal en una constelación de indicadores de riesgo para la
violencia hacia otros; así mismo, que puede interactuar con la psicopatología y el abuso
de sustancias psicoactivas en los individuos con desordenes de personalidad para
aumentar el riesgo en la manifestación violenta (Newhill y Mulvey, 2002). Aunque la
psicopatología es reconocida como un factor de riesgo relativamente fuerte entre
reclusos y ofensores con desordenes mentales, son pocos los estudios que examinan el
rango en el cual se podría generalizar la predicción a casos psiquiátricos específicos
(Skeem y Mulvey, 2001). Los pacientes vulnerables por su carácter narcisista pueden
presentar una lista de rasgos indicativos de violencia potencial. Los rasgos indicativos
de amenaza violencia son: daño narcisístico activo, concurrente y reciente; aislamiento
de afecto o afecto inapropiadamente grotesco; comportamiento provocante o
amenazador, el cual es usualmente minimizado por el paciente, y la facilidad para
obtener y portar un arma (Schulte, Hall, Crosby, 1994). La teoría de que la
personalidad límite, que se caracteriza por la extrema violencia, fue probada valorando
rasgos de personalidad límite y personalidad esquizotípica en tres grupos: homicidas,
adultos violentos y adultos no violentos. El estudio sugiere que la personalidad límite
puede estar predispuesta hacia la violencia extrema (Raine, 1993)
Referencias Bibliográficas
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Archives of Sexual Behavior. New York: Feb 2001.Vol.30, Iss. 1; pg. 29, 25 pgs
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Perlow, R; Latham, L. Relationship of client abuse with locus of control and gender: A
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Shute, N. U.S. News & World Report. Washington: Aug 12, 2002.Vol.133, Iss. 6; pg. 45.
43
EL OBSERVATORIO SOCIAL COMO UNA PROPUESTA METODOLÓGICA PARA
INVESTIGAR E INTERVENIR EN EL PROBLEMA DE LA VIOLENCIA EN COLOMBIA
Jairo Báez1
Freddy Martínez
Patricia Briceño
Teresa Fajardo
RESUMEN
1
Integrantes del Grupo de investigación Psicología Circunvalar, Universidad Antonio Nariño. Dirección electrónica
jairbaez@gmail.com
44
tener presente las variables que se puedan disponer, que se pueden catalizar, en un
ambiente o contexto determinado. El observatorio puede incluir el sitio de la
problemática y sus alrededores; pero asimismo el observatorio tiene presente las
diferentes relaciones que se establecen entre los protagonistas o habitantes de ese
espacio. También el observatorio puede tener en cuenta, cómo se desenvuelven los
protagonistas en otros ámbitos más allá de su espacio vital cotidiano. Igualmente,
puede tener en cuenta los imaginarios que tienen aquellas personas que acuden a
esos espacios e interactúan esporádicamente con los protagonistas y los imaginarios
que ellos mismos tienen. Además podría tener presente cuáles son los imaginarios,
cuáles son los procederes, cuáles son las actitudes de las autoridades, de las personas
que están encargadas del control de la normatividad o de las personas encargadas de
las políticas en torno a la problemática observada; y así sucesivamente podría tenerse
en cuenta cualquier cantidad de variables que convergen con el problema objeto, donde
el objeto, como tal, son las personas, hombres o mujeres, niños o niñas, etc.; esto
dependería de cómo se hace explícito el objeto: podría ser el objeto la mujer única y
exclusivamente, o el objeto, única y exclusivamente los hombres, o adolescentes o
niños. En este orden de ideas se puede tener en cuenta esas vicisitudes que se
presentarían desde un momento sub-uno a un momento sub-ene; por ejemplo, qué
pasaría o qué está pasando en este preciso momento en que empieza el observatorio y
qué pasará dentro de dos meses, y qué pasará dentro de tres meses, dentro de seis
meses o dentro de un año. Pero igualmente se puede tener en cuenta qué cambios
conscientes o inconscientes, premeditados o azarosos han permitido que se
manifiesten ciertos cambios que pueden ser fácilmente observables y percibidos. Los
observatorios podrían llegar a ser muy diferentes en su objeto; pero similares o
respondientes a un postulado que deviene de la línea de investigación o de proyectos
específicos en la temática de la violencia y la personalidad.
45
cuya problemática focal sea el paramilitarismo; otro monitoreando el maltrato
intrafamiliar en la comunidad de Juanchito, Cali.
46
Crear grupos de investigación ligados a la línea Violencia y Personalidad en las
diferentes regiones del país a donde la Universidad Antonio Nariño hace presencia,
especialmente devenidos de la Facultad de Psicología. (Ver lineamientos más adelante)
Analizar las posibles variables que estén incidiendo en el devenir violento del contexto
específico.
Promover redes de apoyo social que vayan en procura de la disminución del proceder
violento y mejora de la calidad de vida de la población circunscrita en el área del
observatorio.
47
El Observatorio Como Red Social de Apoyo
Grupos de Investigación
La Línea de Investigación Violencia y Personalidad puede contar con uno o más grupos
de investigación en cada Sede, los cuales irán a presentar y desarrollar los proyectos
de investigación. Los grupos de investigación deberán estar conformados
mínimamente, por el investigador principal, dos profesores de planta o cátedra y dos
estudiantes en proceso de formación investigativa. No obstante, los grupos pueden
estar conformados por un número mayor de integrantes, y se sugiere vincular, en lo
posible, uno o más egresados.
48
Proyectos de Investigación
Foros de Discusión
2
Los parámetros epistemológicos, teóricos, metodológicos y problemáticos están abiertos a la discusión académica;
toda argumentación que aportan los diferentes grupos será bienvenida.
49
extensión a toda persona que tenga la motivación para entablar una conversación sobre
la violencia en relación con la personalidad.
Seminarios de Investigación
Proyección Social
Investigación Formativa
Semillero de Investigadores
51
La propuesta para formar nuevos investigadores a partir del semillero en la línea
Violencia y Personalidad sugiere que todo procedimiento se debe focalizar en el
fortalecimiento de los tres componentes propios de la actitud; esto es, la propuesta
formativa en investigación no puede descuidar el pensar, el sentir y el actuar del
estudiante en torno a la ciencia y su metodología para obtener nuevos conocimientos.
Indicadores de Impacto
53
PROCESOS
FACTICOS
R2. Análisis de COMPRENSIO Modelo Observación
DISCURSOS textos y N lingüístico
sistemas de SIGNIFICATIV Análisis de
La violencia se significac-iones A Sistematización contenido
da por: de
Evocación de significaciones Entrevista
Genética, vivencias y culturales y psicológica
placer, Articulación de comprensión
aprendizaje, significados crítica de su Historias de
maldad, orientación Vida Grupos de
cultura, ideológica. discusión
intereses
egoístas Análisis
semiótico
CONSTRUCCI
ONES Método
CULTURALES histórico
E
IDEOLÓGICAS Redes
conversacional
es
R3. Configuración INTERPRETAC MODELOS
MOTIVACION de signos y IÓN HEURISTICOS
develación de HERMENEUTI
La violencia intenciones y CA
como: funciones Grupos de
Intereses: discusión
Medio de modelos
poder, racionales Entrevista
psicológica
Expresión de Definición Análisis de
intolerancia, proyectiva de deseos: modelo Historias orales
Forma de sentidos psicoanalítico
adquirir logros, profundos Grupos
medio terapéuticos
adaptativo, etc
Análisis del
PLANO DE LO sentido de la
PROYECTIVO acción
Análisis
54
interpretativo
MODELOS
CUALITATIVO
R4 Develación de CRITICO, S Investigación
CONTEXTO relaciones HISTORICO- PARTICIPATIV acción
sociopolíticas SOCIAL OS participativa
La violencia
como: Método
etnográfico
Dominación de Hacer visible Co-
clase, relaciones investigación y historias de
Darwinismo económicas, co-producción vida
social, sociales y de participativa
Construcción políticas conocimientos
histórica y presentes en el entre Recuperación
social del país. contexto. investigadores colectiva de la
y sujetos historia.
PLANO DE participantes
RELACIONES
ECONÓMICAS
, SOCIALES Y
POLÍTICAS
Referencias
55
ELEMENTOS SIGNIFICATIVOS EN LA FORMACION TEMPRANA DEL ASALTANTE
SEXUAL EN SERIE
RESUMEN
Jairo Báez3
crianza.
3
Integrantes del grupo de investigación Psicología Circunvalar adscrito a la Facultad de Psicología de la Universidad
Antonio Nariño, Bogotá. jairbaez @gmail.com
4
Vicepresidenta del Colegio Oficial de Psicólogos de Colombia. gloria.velez@uan.edu.co
5
Oficial de la Policía Nacional de Colombia. asadri@hotmail.com
56
ABSTRACT
1. DESCRIPCION
A nivel interventivo, el mismo estudio tiene ya una función terapéutica y, a su vez, busca
depurar la técnica, encontrando elementos más contundentes de tratamiento para el
asaltante sexual en serie. Por tal motivo se prefirió un enfoque cualitativo en donde se
tenga acercamiento a algunos condenados por este delito, que se favorezca la
oportunidad de reflexionar sobre los acontecimientos pasados y punibles. En este
estudio se avala el lenguaje como generador de nuevas realidades, aquellas que se
esperan sean mucho más adaptativas para el sujeto y a la sociedad donde las vivencian
(Bruner, 2004). Es bien conocido que se podría llegar a tener el conocimiento más
cercano de los grupos-objeto para lograr la promoción de la salud sexual a través de la
investigación etnográfica, haciendo uso de cualquiera de los medios empleados en la
investigación cualitativa, en la que se utilizan herramientas como son : grupos focales,
encuestas a profundidad, observación participativa, historias de vida, etc.
En cuanto a las víctimas causa gran preocupación el hecho de que el 84,3%, son
menores de edad. Este grupo que comprende desde los 0 a los 17 años, registró
14.434 casos. Comparando esta cifra con la registrada en el año 2003, 11.886 casos,
encontramos que se incrementó en un 21,4%.
Otro aspecto de importancia está relacionado con los agresores, variable en la que
encontramos de manera similar con lo ocurrido en los años anteriores, que un alto
porcentaje son personas conocidas y cercanas al núcleo familiar. De esta manera
podemos señalar que los padrastros, padres, otros familiares civiles y consanguíneos,
tíos, primos abuelos, hermanos, cuñado, esposo, ex-esposo, madre, hijo, madrastra y
suegro, fueron protagonistas en el 30% de los casos conocidos directamente por el
Instituto Nacional de Medicina Legal en el año 2004.
3. EL PROBLEMA DE LA INVESTIGACIÓN
Siendo el delito sexual un evento que cumple con las expectativas de investigación, en
donde la personalidad y la violencia están presentes, se propone entonces hacer un
acercamiento a esta problemática y explorar de qué manera la formación temprana
ocasiona una personalidad o rasgos en la personalidad que permiten el abordaje sexual
violento por parte de determinados hombres.
En Bogotá, D.C. (Colombia), y a nivel de todo el país el abuso sexual y, entre sus
clasificación, el asalto sexual en serie viene aumentando día a día (Revista
Criminalidad, 2004), y no existen estudios investigativos del abuso sexual en la
modalidad de asalto, ni políticas y/o programas de prevención a nivel carcelario, con los
reclusos que se encuentran en estos sitios por este tipo de delitos.
De tal manera se puede plantear que el campo del abuso sexual y en especial el asalto
sexual en serie es un campo propicio para desarrollar investigación que sea relevante
tanto para los intereses de la universidad, de la psicología y la población colombiana.
Con este estudio se espera brindar elementos que permitan enriquecer los
conocimientos de la línea sobre violencia y personalidad, además de aportar soluciones
a la problemática del abuso sexual en Colombia. Si al explorar la formación temprana
del asaltante sexual en serie se lograse encontrar elementos significativos que
correlacionen con el posterior comportamiento delictivo, estaríamos apuntando a
delimitar cada vez más las posibilidades de atención y control de esta problemática.
60
3.2 Formulación del problema
¿Qué elementos en la formación temprana del asaltante sexual en serie, desde una
perspectiva bio-psico-social, se muestran significativos al momento de explicar su
comportamiento sexual delictivo?
4. OBJETIVOS
5. METODOLOGIA
61
La hipótesis de trabajo afirma que existen elementos significativos en la formación
temprana del asaltante sexual en serie, que correlacionan con su posterior
comportamiento violento y delictivo en el proceder sexual.
5.1 Instrumento: Para hacer realizar el estudio se hará uso de los siguientes
instrumentos:
• Historia de vida: Son diez (10) historias de vida que aparecen registradas en el
libro Cazadores de Vida, Capítulo V de Álvarez-Correa et al (2004)
62
El enfoque epistemológico, amparado en los lineamientos de la línea de investigación
Violencia y Personalidad, corresponde a un interés práctico, cuya pretensión es hacer
una mirada comprensiva al fenómeno del asalto sexual en serie y a su expresión a
través de las manifestaciones de la personalidad de los sujetos investigados, para
identificar elementos relevantes de la dinámica interna y de los efectos del contexto en
el individuo y los grupos en la formación temprana.
5.4 Participantes: Los sujetos de estudio cumplen con una condición básica, y es la de
estar condenados por el delito de acceso carnal violento; ser reconocidos en sus
prontuarios por la concurrencia y frecuencia del delito de tal manera que cumplan la
condición de ser calificados como asaltantes sexuales en serie.
6. ANALISIS DE RESULTADOS
Las nueve (9) primeras categorías arrojan datos que permiten visualizar los siguientes
aspectos en la formación temprana:
Concepto de familia
Adolescencia
Sexualidad temprana
Educación sexual
63
El análisis del discurso también arrojó dos (2) categorías adicionales que permiten
visualizar dos aspectos importantes posteriores a la formación, pero derivados de ella.
Estos fueron:
Autoconcepto
Hipótesis a comprobar:
Hipótesis a comprobar:
Concepto General: Las pautas de crianza en el hogar no son las más adecuadas para
formar correctamente a los niños para su vida adulta. Las estrategias utilizadas para
corregir, en cambio de lograr el objetivo de formar en valores socializantes, lo que
ocasiona, mediante el moldeamiento y el modelamiento, es el reforzamiento de la
actitud y el proceder violento en los futuros adultos.
Hipótesis a comprobar:
65
6.4. Educación impartida en la escuela:
Hipótesis a comprobar:
Hipótesis a comprobar:
66
• Una mejor relación entre padres e hijos permite un control y supervisión de las
demás relaciones socio-culturales que afectan al niño en su formación; para el caso,
imposibilitar la vinculación con el ambiente antinormativo y delincuencial.
• Una educación y formación basada en el afecto positivo y la comunicación familiar
contrarresta la decisión de lo niños de abandonar el hogar a temprana edad.
• El acercamiento a otros lugares de socialización del niño es mucho más formativo
cuando se abordan bajo la supervisión y control de padres responsables.
• Si los niños se mantienen dentro del control de una familia y unos padres
competentes en la posibilidad de formar nuevos adultos, el uso de drogas estará
aplazado y con seguridad no causaría tanto malestar a la formación de los nuevos
sujetos sociales.
6.6. Adolescencia:
Concepto General: La adolescencia de estos sujetos, más que una etapa para la
formación hacia una socialización normal, es la etapa donde se acentúa su actitud y
proceder violento y delictivo; el resultado final de una mala formación en la familia y la
escuela primaria se hace evidente. Sólo quedan ciertos espacios sociales a los cuales
le hacen la apuesta para seguir dentro de lo normativo; los espacios socialmente aptos,
propios para desarrollar las actitudes adquiridas en el transcurso de su desarrollo
evolutivo se van restringiendo cada vez más.
Hipótesis a comprobar:
67
Descripción: La primera relación sexual del futuro asaltante sexual en serie está
marcada por la violación y el abuso en los primeros años de vida. Este abuso lo
ocasionó una mujer mucho mayor de edad, el padre u hombres desconocidos.
Hipótesis a comprobar:
• El niño abusado sexual y maltratado de forma cruel está propenso a ser un asaltante
sexual en serie.
Concepto General: Las prácticas sexuales prematuras que experimentan estos sujetos
son producto de las relaciones tempranas que se instauran en un hogar y familia que no
tiene claramente comprendidas las implicaciones para la posterior sexualidad adulta.
Estas prácticas sexuales prematuras, aunadas a la violencia, se manifiestan
posteriormente en comportamientos desadaptativos.
Hipótesis a comprobar:
68
• Las prácticas sexuales prematuras junto a la formación fundamentada en la
agresividad y la violencia correlaciona positivamente con la presencia del
comportamiento sexual delincuencial violento.
• El problema de la sexualidad prematura de los niños se soluciona teniendo presente
todo el entorno social, esto implicaría trabajar con padres, familiares y todos los
actores sociales propios de un contexto cultural y económico.
Hipótesis a comprobar:
• La educación sexual debe ser prioridad en los primeros años de formación de los
sujetos que se crían en este tipo de familia disfuncional.
• La escuela debe velar por la formación sexual en los primeros años de vida de los
niños.
• La ausencia de formación en la sexualidad correlaciona con la aparición del asalto
sexual en serie.
• En cualquier momento de la vida se hace necesaria la educación en la sexualidad si
se desea disminuir el comportamiento delictivo sexual.
• La formación en la sexualidad debe estar a cargo de personas e instituciones
capaces y competentes en el adiestramiento de una sexualidad social y dentro de
los parámetros de la normatividad instituida.
Descripción: Al intentar explicar por qué asaltan sexualmente a la mujer, los sujetos no
encuentran una razón clara; no logran dar la menor explicación, o lo asumen como un
impulso irrefrenable, acuden a explicaciones místicas, a deseos de venganza y
69
motivados en recuerdos de abusos cometidos con ellos en su niñez; en otras ocasiones
se sugiere que fueron seducidos por las mujeres y llevados a cometer el delito.
Hipótesis a comprobar:
• Una formación temprana libre de violencia y mal trato correlaciona con un tipo de
personalidad no compatible con la manifiesta por el asaltante sexual en serie.
• Se pueden crear estrategias de intervención y acción que contrarresten el acto
impulsivo del asaltante sexual en serie.
• El abuso sexual, en cualquier momento de la historia del sujeto, se convierte en
posibilitador de un asaltante sexual en serie.
• Contextos sociales con mayor control y prevención del acto delincuencial,
disminuirán el riesgo de que la mujer sea víctima de un asaltante sexual en serie.
• El promover, desde muy temprano en la formación del sujeto, el desmonte de ciertos
imaginarios y tabúes en contra de las buenas costumbres y la defensa de los
derechos de la mujeres y los niños disminuirá la aparición del asalto sexual en serie.
• La educación sobre los sentimientos y emociones, desde la escuela y la familia,
imposibilita el mal uso y abuso de la sexualidad en cualquier momento del desarrollo
de una persona.
7. REFERENCIAS BIBILIOGRÁFICA
70
Bonilla E. & Castro P. (1997). Más allá del dilema de los métodos. Uniandes. Bogotá
Instituto Nacional de Medicina Legal. (2005), Forensis 2004. Datos para la vida. Bogotá.
Instituto Nacional de Medicina Legal.
71
PARA COMPRENDER LA REALIDAD DE LA GUERRA
Jairo Báez
Psicólogo
Desde la posición de psicólogos sociales, que lideran y jalonan una comunidad, cómo
se podría aportar al manejo del problema de la violencia en Colombia.
Haciendo un recorrido por los aportes de los textos sociales de Freud, se intenta
plantear el recorrido de la agresividad a la violencia y en ésta, el paso de la violencia
física a la violencia simbólica. La pregunta fundamental gira en torno a la presencia de
la violencia en Colombia como vehículo culturizador y la disyuntiva en responder si la
violencia simbólica debe obviarse en la relación del sujeto consigo mismo y, con el otro,
en su relación socio-cultural. Mínimamente se hace necesario el deslinde de la
agresividad, esa actitud tendiente a hacer daño o imponerse por la fuerza ante otro, de
la violencia, que siendo agresividad, se expresa sin que traiga beneficio alguno; antes al
contrario, que conlleva destrucción. Se tiene como linderos: de la agresividad a la
violencia, de la agresividad a la violencia como vehículo culturizador, de la violencia
física a la violencia simbólica, la institucionalización de la violencia, la cura de la
violencia, ¿Se puede intervenir desde la psicodinámica en la violencia?, ¿Cómo
intervenir desde la psicodinámica en la violencia?
LA POSICIÓN FREUDIANA
En la obra freudiana aparecen varias conceptos que se deben tener presente si hemos
de dar comprensión a la situación por la cual atraviesa nuestro país, o explicar
mínimamente una sociedad tan compungida como la nuestra. El primero de ellos es el
concepto de Cultura el cual es definido por Freud (1930) como el total de todas las
producciones e instituciones que distancian nuestra vida de la de nuestros antecesores
animales y las que tienen dos fines precisos: proteger al hombre contra la Naturaleza y
regular las relaciones de los hombres entre sí (p.33); para él son culturales todas las
actividades y los bienes útiles para el hombre, tales como poner la tierra a su servicio y
las que lo protegen contra la fuerza de los elementos (p. 34). No obstante, señala el
desequilibrio palpable donde, en el dominio de la naturaleza la humanidad ha realizado
continuos y significativos progresos, aquellos que se pueden seguir esperando aún con
mayor éxito, y sin embargo no poder hablarse de un progreso análogo en la regulación
de las relaciones humanas (Freud, 1927, p. 143). Así mismo plantea la necesidad de la
imposición coercitiva de la cultura, pues tiene por seguro que el hombre en masa se
asume perezoso e ignorante, incapaz de admitir gustoso la renuncia de sus instintos
(incesto, canibalismo, homicidio) y en cambio sí dado a confabular para lograr su
satisfacción (1927, pp. 144, 147-148). Freud (1927) es claro en el sentido que en una
cultura, donde no se satisface a la mayoría de sus partícipes, la rebelión se hace
inminente y por tanto su desaparición será un hecho irrefutable (p. 149) y en cambio
reconoce el elevado nivel cultural de un país cuando comprueba que en ¨él se realiza
con perfección y eficacia cuanto atañe a la explotación de la tierra por el hombre y la
protección de éste contra las fuerzas elementales¨ (1930, p. 35). Un país mostraría su
nivel cultural también por su valoración y primacía de las actividades psíquicas
superiores, intelectuales, científicas y artísticas, por el poder de las ideas en él. De aquí
que rescate la sublimación de los instintos como el elemento constituyente cultural más
sobresaliente de todo pueblo civilizado (1930, p. 37-38, 41). Según Freud, el poderío de
la comunidad es el derecho, y el poderío del individuo es la fuerza bruta, y el paso del
poderío individual al poderío de la cultura es lo que se denomina cultura (1930, p. 39).
73
En El Malestar en la Cultura (1930), Freud hace el planteamiento de la cultura en los
siguientes términos: Ve en ella, cómo primer requisito, la justicia y la seguridad de que
el orden jurídico no será violado a favor de un individuo; supone que la libertad
individual no es propiamente el bien de la cultura (p. 39). Señala como problema, que
debe afrontar el destino humano, aquel del equilibrio de una felicidad para todos, o si
acaso esto sería imposible de lograr (p. 40). Señala como principales fuentes de
sufrimiento del hombre el cuerpo, el medio externo y las relaciones con otros seres
humanos, siendo esta última la más dolorosa (p. 20). En este texto, al igual que en otros
anteriores, muestra la cultura como un proceso evolutivo, donde el despotismo y la
autoridad del individuo cede ante el criterio de un colectivo conciente de ello; la cultura
parte de una familia primitiva donde el jefe (padre) tenía la voluntad y el poder ilimitados
(p. 43). La evolución cultural se define aquí como la lucha de la especie humana por la
vida (p. 63); en esta evolución el hombre paga el precio del progreso cultural tasado en
pérdida de felicidad y representado en el aumento del sentimiento de culpabilidad; por
su parte la cultura está obligada a realizar los esfuerzos para poner barreras a las
tendencias agresivas y lesivas, constitutivas del hombre, mediante las formaciones
reactivas (pp. 53, 75). Recordemos que Freud siempre vio en la sublimación, el
mecanismo reactivo cultural por excelencia.
Freud en el artículo, El Porvenir de una Ilusión (1927), donde vuelve a tratar el concepto
del colectivo, señala que en una masa primaria el individuo podrá dar salida a urgencias
negadas como el incesto, el canibalismo y el homicidio y otras necesidades primarias,
que de hecho atentan contra toda pretensión cultural (pp. 147-148); por tanto presupone
que la necesidad del dominio de la masa por una minoría, o por un líder, será
imprescindible para la labor cultural, ¨pues las masas son perezosas e ignorantes, no
admiten gustosas la renuncia al instinto, siendo útiles cuantos argumentos se aduzcan
para convencerlas de lo inevitable de tal renuncia, y sus individuos se apoyan unos a
otros en la tolerancia de su desenfreno¨ (p. 144). En este artículo se percibe la idea de
que las masas se estabilizan, al interior, mediante la degustación del sufrimiento de
otra. Los individuos menos favorecidos dentro de una masa, pueden entrar a apaciguar
sus intentos de destrucción de su cultura si a cambio se les ofrece la posibilidad de
observar o ser conscientes que otros, lejos de su propia comunidad, son todavía más
ofendidos y se encuentran en una situación peor a la de ellos. De hecho, el chivo
expiatorio como necesidad, para que se mantenga una masa está siempre presente en
la teoría freudiana, ya sea mediante la ubicación como objeto de odio, objeto temido, u
objeto desvalorizado.
La Ilusión es otro de los conceptos que deben ser retomados para entender la sociedad
freudiana; en el pensamiento de Freud (1927) la religión es una ilusión, que será tarde o
temprano abandonada debido a los embates propios de una sociedad que progresa (p.
181). Pero igualmente, pone en entredicho, si otros de nuestros defendidos valores
culturales no son meras ilusiones propias de la misma suerte, como las instituciones
estatales y las relaciones entre los sexos y la sexualidad (p. 171).
6
Reflexiones del autor después de servir como facilitador del taller sobre manejo de la violencia en un grupo de
niños de grado tercero elemental perteneciente a la escuela de una comunidad en alto riesgo.
78
comunes en ellos, añorando la vinculación a los medios que les permitan hacerlos
realidad. En estos niños es propio la falta del procesamiento de duelos que degeneran
en conflictos emocionales agudos (Defensoría del Pueblo, 1998, p. 26)
Con los nuevos espacios, -trabajo asalariado, estudios académicos, fuerzas militares
constitucionales y subversivas- la mujer se aleja cada vez más de la casa. El hogar, la
casa, el cuidado de los niños, las labores domésticas son espacios que nadie quiere
ocupar; los hijos se crían cada vez más alejados de sus padres, pasan menos tiempo
juntos y más tiempo con personas extrañas a la familia o con familiares en segundo
grado. La mujer ocupa espacios que antes no le eran permitidos, el discurso de género
se acentúa, surgen especializaciones universitarias y grupos de trabajo e investigación
liderados por ellas, con ánimos de lograr su total emancipación de lo que antes fuera su
yugo. El machismo y la falta de reconocimiento a su potencial siguen siendo temas que
aún no se agotan en su discurso. El hombre colombiano actual sigue siendo percibido
como el victimario y nunca la víctima; sin embargo, el estrés, la hipomanía, la
drogadicción y la violencia cobran más hombres que mujeres en su morbilidad y
mortalidad (Báez, 2002). La mujer, en nuestro medio, sigue siendo motivo de cohesión
colectiva. El intercambio rompe cualquier discriminación, une razas, clases sociales,
gustos estéticos, y demás atavismos que intentan neutralizar la ampliación del grupo de
referencia. La mujer sigue siendo el valor de aquel, señalado como, de menor valía; no
obstante su emancipación, sigue siendo motivo de trueque por otros bienes terrenales
de difícil adquisición para la gran mayoría, los desposeídos. Es la plusvalía del pobre,
del negro, del subdesarrollado, del ignorante. La mujer se canjea por bienes materiales
lo mismo que por bienes sociales. Como se puede apreciar, ante este panorama, el
hogar tiende a desaparecer; ese lugar de crianza, formación y relación familiar, pasa a
ser solamente el lugar para dormir.
En un ambiente así, no se puede esperar que la autoestima del colombiano sea la más
indicada para su adaptabilidad, donde todos tengan igual derecho y deber. La
autoestima, por tanto, no debe ser la más adecuada y se precisa en la actitud hacia el
sí mismo y la percepción que se tiene del otro. De la clínica del sujeto se colige que la
violencia fomenta un yo cruel y masoquista. El sujeto de hoy quiere suicidarse y acabar
con el otro. Son tan válidas las salidas fantasiosas como los acciones encaminadas a
consumir psicoactivos y acentuar lo que se ¨es¨ mediante una sexualidad desbordada o
79
la somatización de los conflictos. Los sentimientos de odio y rechazo no pueden
producir más que un sujeto disgustado con su propio ser, por eso hace cosas que luego
reprueba. El colombiano de hoy es inseguro en sí mismo, desconfía hasta de sus más
cercanas figuras de protección; y es justo, porque los padres, en vez de orgullosos,
están celosos de sus hijos, antes que motivarlos, degradan sus ilusiones; la mentira
forma parte del legado que pasa de padres a hijos; los padres son ficciones, que en
cualquier momento se rompen ante la cruda realidad. La inseguridad dada en su
crianza, ocasiona fuertes lazos de dependencia que terminan siendo patológicos; solo
así se explica el deseo de querer introyectarse en el otro, de tal manera que los
pensamientos, sentimientos y acciones sean de pleno conocimiento del otro. En sus
relaciones actuales la heteronomía es una constante que permite desfogar el poder
despótico; la autonomía es mal vista, el deseo de ser auténtico es percibido como
subversivo (Báez; Rodríguez; Cruz, 2002).
De acuerdo con Freud (1930), los fines y propósitos de la conducta del hombre son el
alcanzar la felicidad; por un lado evitando el dolor y el displacer (principio de realidad) y
por el otro, experimentando intensas sensaciones de placer (principio de placer). Claro,
Freud deja sentado que es propio del que busca la felicidad, estar más dado a la
obtención del placer (p.19) y que la disposición en torno a la ubicación en uno u otro
polo depende de la constitución particular del psiquismo (p. 27). Esto querría decir que
el hombre colombiano está interesado en su placer más que en evitar el dolor y el
displacer; o en otras palabras, estaría gobernado más por el principio de placer que por
el principio de realidad. Su motor es la impulsividad y menos la reflexión razonada. En
definitiva, la manera como el colombiano se comporta, tendría su base en una forma
80
particular de constitución psíquica que va más allá de las necesidades que el medio le
plantea.
Podríamos arriesgar como principio de solución al problema del país, una organización
en base a líderes y grupos escalonados, cada vez más cercanos a cada uno de los
miembros de la comunidad llamada Colombia. Me explico: si tuviésemos un líder por
cada grupo pequeño, que a su vez se fuera uniendo en otros grupos bajo otros líderes,
hasta llegar a un máximo líder, las posibilidades de mantener la cohesión y el bienestar
de cada uno de los ciudadanos estaría, cada vez, más asegurada. En la actualidad
podemos percibir la falta de un verdadero líder y liderazgo hacia una meta común que
comprometa a todos los individuos que habitan en este territorio demarcado
geográficamente y al que conocemos como Colombia. La meta de los colombianos no
es clara; incluso, por falta de ella podríamos arriesgar diciendo que Estado no existe.
Existe una Constitución que nos habla de derechos mas no de deberes, olvidando que
la sociedad es un deber y no un derecho. En nuestra carta magna se precisan los
derechos del niño, de la mujer, del pobre, del rico, del anciano y de todo cuanto
habitante pueda albergar este territorio, pero difícilmente, o solo de soslayo, se refiere a
los deberes que se tienen cuando se decide formar parte de una sociedad. Sociedad
en donde todos van hacia un objetivo común, con la conciencia de que toda acción
beneficia a todos y no solamente a unos cuantos. La participación democrática debe ser
el primer deber del colombiano, pero para esto, debe contar con el potencial
necesariamente desarrollado. De nada sirve decretar la participación, cuando el
promedio del ciudadano no está apto para hacerlo. Y es que el colombiano, así lo
demuestran algunos estudios realizados a nivel de la participación estudiantil en el
gobierno escolar, no está preparado para asumir su función en un estado
verdaderamente democrático. Aquí se habla democráticamente y se actúa de forma
autocrática, la actitud del colombiano ante la democracia no es clara; esos tres
elementos –pensamiento, sentimiento y acción- que marcan un proceder no apuntan al
mismo lugar.
La vida, el bien más preciado de todos, no se respeta por motivos de bondad, sino de
sobrevivencia individual y colectiva. Individuos y colectivos que no vean la necesidad de
proteger la vida, tarde o temprano perecerán, de igual forma, que los condenados con
anterioridad por ellos mismos. La vida es el requisito esencial para todo colectivo, es el
valor por excelencia de toda sociedad que desee el bienestar para todos sus
integrantes. La vida no se puede cegar por nada ni nadie, nunca habrá lugar para
decretar la muerte bajo ninguna causa o circunstancia. Un simple virar del lenguaje
puede ocasionar el principio de la inconformidad. Mientras se siga manejando el criterio
de que unos hombres son asesinados y otros son dados de baja, la seguridad del
colectivo seguirá estando en vilo. Cuando la vida de unos vale más que la de otros, en
un mismo territorio, no podemos esperar la conformación de un Estado capaz de
cumplir con los mínimos requisitos esperados para un colectivo. Lo que todos
olvidamos, y los psicólogos debemos recordar al público con vehemencia, es que una
vida, por más sencilla la persona, siempre exige venganza; y bajo ese criterio, pronto no
quedará nadie en nuestro territorio. Cuantos de nuestros grandes adalides, que hoy
presentan un proyecto social, sin ir más allá de un simple análisis, dejan notar que su
verdadero móvil es el deseo de saciar la venganza por la muerte de su ser querido; y
cuántos otros engrosamos las legiones de la muerte, enarbolando un proyecto social
pero que en el fondo sabemos, nos mueve la muerte inesperada del familiar que
amábamos.
Referencias
Defensoría del Pueblo. Niñas, niños y jóvenes desvinculados del conflicto armado.
Noviembre 1998. Bogotá: Defensoría del pueblo.
Freud, S. (1921/1970). (Trad. López, B., L.). Psicología de las masas. Madrid: Alianza.
Freud, S. (1923/1984). (Trad. López, B., L; Rey, A., R.). El yo y el ello. Madrid: Alianza.
Freud, S. (1927/1970). (Trad. López, B., L.). El porvenir de una ilusión en Psicología de
las masas. Madrid: Alianza.
Freud, S. (1930/1988). (Trad. Rey, A., R.). El malestar en la cultura. Madrid: Alianza.
Freud, S. (1931/1983). (Trad. Rey, A., R.). Sobre los tipos libidinales en Tres ensayos
sobre teoría sexual. Madrid: Alianza.
85
REPRESENTACIONES DE MUERTE, VIOLENCIA Y PROPIEDAD EN UNA
POBLACIÓN DE ADOLESCENTES EN PROCESO DE EXCLUSION.
Un sujeto moral con una conciencia autónoma es el que se da a sí mismo sus propias
leyes y se rige por ellas como si fuera un deber para todos, asumiéndose como sujeto
responsable de sus acciones en su interacción con los otros. Y un sujeto moral con una
conciencia heterónoma obedece a normas externas a él, asumiéndose como objeto de
leyes externas que condicionan sus acciones y lo someten a una autoridad que se
legitima en las tradiciones culturales, la moral religiosa, las leyes jurídicas, entre otras.
Por último, el sujeto heterónomo sigue las reglas al pie de la letra y en ningún momento
entra a cuestionar dicha legitimidad normativa. En tal sentido, el sujeto heterónomo, no
auto-reflexiona sobre su vida porqué considera que todo está hecho y acabado, y que él
es parte de ese mundo el cual no se necesita o no se puede transformar.
Por su parte, González L. (1999) dice que en el proceso evolutivo del sujeto existen
estados de inmadurez y procesos despersonalizantes que obstaculizan el desarrollo de
la personalidad y de su conciencia moral. Así, en la conciencia no todo es claro, es
decir, no siempre existe una autonomía en el juicio del sujeto moral. A esta incapacidad
de autonomía del sujeto se le conoce como subconciencia moral, que se caracteriza por
todas “aquellas manifestaciones de la conciencia moral que no constituyen propiamente
el núcleo de la conciencia, aunque cumplen papeles similares y a veces lo suplantan”
(p. 136).
87
Abordar los fenómenos de delincuencia, toxicomanías, violencia y marginalidad en
Colombia conlleva analizar las particularidades de la dinámica de un colectivo en
donde se impone la muerte y la agresión, en detrimento de los valores de la
convivencia y los ideales pro sociales que permiten la puesta en común de intereses y
perspectivas con miras a la construcción social y a la expansión y legitimación de la
cultura. La época actual en nuestro contexto parece estimular la ruptura del vínculo
social, exhibir modos no sociales de convivencia y legitimar estilos de reproducción
cultural en la que predominan modos disruptivos de interpersonalidad.
Esta categoría se refiere al estilo de vida propio de estas niñas, donde la muerte es el
resultado de las drogas, el satanismo y la violencia, ambiente al que están expuestas la
mayoría de ellas a causa no solo de sus conflictos internos, sino también de la crisis de
valores que en este momento enfrenta la sociedad. Por ejemplo, las menores afirman
con respecto al concepto de muerte: “hablamos de muerte, porque todos vamos a parar
al cementerio, ¿no es así?, todos nos vamos a morir y es la muerte ya el fin de todo,
donde se acaba la vida”, igualmente relacionan el concepto con la experiencia
cotidiana, “para mi porque pues esto es un cementerio y muchos gracias a las drogas
es que están pagando allá rápido, se van rapidito pal cementerio”, de la misma manera
afirman, “para la muerte, pues si, el camino más corto es el de las drogas” . Con
respecto al concepto de violencia refieren: “Es la gran problemática que asocia nuestro
país, por la gran violencia que hay en Colombia, se ha convertido la cosa más común e
inevitable, también puede ser un descanso, el paso a otro mundo donde llegue a la paz
y Dios”. Las afirmaciones con respecto a la droga constituyen una constante en su
relato debido a que ellas mismas son consumidoras habituales y ocasionalmente poli-
adictas, igualmente estas niñas en su mayoría han tenido experiencia de prostitución,
su estilo de vida está marcado por la recurrencia de emociones sin dirección ética,
están expuestas a la enfermedad física y mental y se enfrentan constantemente a
callejones sin salida donde cada vez se deteriora la calidad de vida y se afecta el
respeto propio y del otro.
Los serios problemas normativos de las menores, unidos a las dificultades familiares,
problemas afectivo-emocionales y la carencia de oportunidades, configuran una
estructura de personalidad con grandes problemas morales, en la cual no existe respeto
por la vida del otro. Por ejemplo, las menores afirman: “Un amigo mío atraco una
señora saliendo de un banco, como ella empezó a gritar y él del desespero de la murga
de que todos se iban a dar cuenta se devolvió y le metió dos tiros, y la señora solo
estaba pidiendo auxilio”. “!Ja! yo robando, yo no tendría paciencia, a mí me sale una
gomelita desas y ¡Ja! yo se la voy es metiendo diuna”. “Pues que si la persona, pues
ósea, el que mató a esa persona, pues sí, porque si la persona se las debe o hizo algo,
89
bien muerto sea, pero si lo va matar así por así, muy horrible, donde yo sea yo lo mato
a él”. “Las liebres no se pueden dejar, porque las liebres se encargan de matalo a uno
a toda hora y es mejor matalas y quitase un peso de encima a toda hora”, al respecto
Kohlberg (1992) considera que “el reconocimiento social requiere, además, siempre una
toma de rol, es decir una concienciación de que el otro es, en cierta manera como el
ego y de que el otro conoce o responde al ego dentro de un sistema de expectativas
complementarios. Por consiguiente, los cambios evolutivos en el ego social, reflejan
cambio paralelo en la concepción del mundo social.” (p. 51).
Juan Delval, afirma que el niño se aproxima al mundo social de manera directa y de
manera indirecta, de esta forma establece las representaciones de este contexto social,
la cual se organiza y reorganiza a partir de lo que los adultos le enseñan de este
contexto, es de esta manera como el niño erige reglas que determinan su acción en la
realidad y orientan su conducta y su conocimiento. El autor afirma que la aparición de
inconsistencias en valores y normas puede aparecer como algo no consciente para él,
siendo lo ideal que esta contradicción entre valores y normas sea consciente, es decir
que haya una aprehensión significativa de lo problemático de las mismas, lo cual parece
que ocurre en el caso de los testimonios expuestos, evidenciando que a pesar de esa
captación consciente eso no fortalece la condición moral de los menores.
En estas niñas, la violencia parece ser utilizada como mecanismo de defensa para
sobrevivir en el ambiente al que están expuestas lo que genera en ellas diversidad de
sentimientos encontrados como: resentimiento, rabia, miedo, culpa y vergüenza y las
lleva a enfrentar constantemente factores de riesgo tales como: Familias disfuncionales,
enfermedades de transmisión sexual, madresolterismo, prostitución, drogadicción,
tráfico de drogas, robo, agresión, hambre, desempleo, carencias tanto afectivas como
materiales, entre otros. Las menores afirman al respecto, “la verdad lo único que yo
pienso, es que si alguien me agredió a puñaladas es recuperarme y hacerle lo mismo o
peor, en lo que sea recuperarme y hacerle lo peor”, “me ha tocado, me han dado y ha
tocado que dar, porque uno no es monedita de oro pa caerle bien a todo el mundo, a
uno también, cada mundo es cada cual sino que a veces le van a robar a uno, le van a
dar cuchillo uno no se deja, uno se tiene que defender en lo que resulte”; en referencia
a lo que sucedía en su contexto social de base una menor afirma: “violencia, sí, porque
yo en parte vivo en la violencia, en medio de la violencia, porque ya, yo vendía drogas,
yo ósea, allá existía siempre la violencia, allá si no maltrataban a alguien no vivían feliz”,
en ese mismo orden de ideas otra menor afirma, “¿Yo? Pues la primera vez que robe
sentí miedo, pensé las cosas y empecé a decir, lo hago o no lo hago y al fin y al cabo yo
no sé si fue que me llené de valor o quien sabe que me dió y me atreví a hacerlo y
91
después ya, ya lo cogí de costumbre, al principio se siente miedo, ya después, después
de que lo hace muchas veces piensa ¿será que esa persona necesita la plata pa algo?
Que como también muchas veces uno dice, no ese tenía mucha plata, se veía muy bien
vestido como pa uno tenele compasión, pero la primer vez solo sentí miedo, a veces me
da pesar, a veces me da alegría, pero eso es ques muy bacano, pero toca”, al
respecto, Hoyos, (1995) elabora unas reflexiones éticas sobre el sentimiento moral.
El autor citando el texto de P. Strawson “libertad y resentimiento”, resalta tres
sentimientos que son prioritario con respecto a la conciencia moral: “El resentimiento, la
indignación y la culpa”. El resentimiento es un sentimiento de ofensa al experimentar
como intencional una acción agresiva de parte de otro. La indignación es el sentimiento
de ofensa ante la injuria que un tercero le hace a otro y lleva implícita una acción
solidaria. La culpa tiene que ver con el sentimiento de vergüenza ante la ofensa
provocada a otro. Estos sentimientos se enmarcan en contextos interpersonales al
interior del mundo de la vida, generando una sensibilidad social que permite de manera
intuitiva hacer valoraciones sobre lo correcto y lo incorrecto de las acciones. Estos
sentimientos podrían ser ampliados con otros como “el agradecimiento, el perdón, el
reconocimiento”, los cuales aplicados en la dinámica interpersonal “dan cohesión a las
organizaciones y al tejido social“ (Hoyos, p. 11).
Hoyos afirma que “sin base en los sentimientos morales no es posible argumentar en
moral”. El punto de partida para Hoyos es que lo moral es constitutivo del sujeto en
tanto este pertenece a la especie humana. La moral es del orden de los sentimientos y
de las acciones del sujeto humano, se expresan como juicios morales y se dinamizan
en las relaciones individuo-sociedad. Piensa el autor que en el medio falta sensibilidad
social y por lo tanto sensibilidad moral.
La categoría se refiere al valor relativo de la propiedad, no existe una norma que inhiba
a las sujetos del estudio respecto al respeto por la propiedad, la propiedad no es algo
que sea de derecho exclusivo de una persona, un tercero puede llegar a despojarlo por
cualquier motivo de los bienes que posee, sin que existan unas razones lógicamente
justificadas para tal despojo de los bienes. Por ejemplo, las menores afirman: "yo si me
propongo algo lo alcanzo, alcanzo mis metas que quiero porque eso para mi puede ser
propiedad pero no lo tengo y algún día me gustaría tenerlo y yo siempre y yo si me
propongo una meta yo compro lo que yo quiero y consigo lo que yo quiero para mi vida
así sea robando, así sea matando, así sea trasladando drogas pero como sea",
92
igualmente aseveran, “ para tener algo se tiene que poder tenerlo, porque es de poder
y si es de ellos ¡ja! Es de nosotros, es diuno”, y en referencia a los acontecimientos del
11 de septiembre, recientes en la época de la investigación, refieren una posición que
muestra el relativismo de su juicio moral, “y pues este edificio aquí que parecen las
torres gemelas también es propiedad, pero a la vez no es propiedad porque a la hora
que a otro le de la gana de colocale una bomba y tumbalo, paila”, igualmente muestran
su centramiento cognitivo y moral, “propiedad mi casa, mi familia, mi cuarto y mi
mamá”. Otra variante de la posición relativista insinúa un manejo instrumental del
derecho a la propiedad, “!ay pues que le digo yo, eso casi yo no se lo puedo expresar,
porque lo que yo si tengo y yo me admiro mucho es que yo soy drogadicta, yo soy siete
años que llevo manejando la calle, porque con siete años que yo llevo y drogadicta y
todo ya era para que yo estuviera tres metros bajo tierra o cuatro y pues eso si yo no se
decir, porque nunca me ha gustado quitarle nada a nadie, eso si yo tengo que no me
gusta quitarle nada a nadie para que tampoco me lo quiten a mi”, al respecto la teoría
de Kohlberg (1992) afirma que el juicio moral de la persona de estadio uno si bien
existe una función simbólica evidente, esta se caracteriza por ser irreversible y esta
centrada en “en las consecuencias físicas de una acción”, aunque en este caso de las
menores estudiadas o son “los dictámenes de las autoridades los que definen el bien y
el mal”, sino que más bien como lo define Kohlberg para el segundo estadio, “lo
correcto se define como lo que sirve a los intereses y a los deseos propios y la
interacción cooperativa se basa en términos de simple intercambio”, definiendo la
noción de muerte, violencia y propiedad de estas jóvenes al servicio de intereses
puramente instrumentales.
En otro texto escrito derivado de una investigación sobre valores (Murillo y García),
anotaba que “los procesos de socialización consolidan o debilitan la humanidad del
sujeto. Un sujeto alto de moral es una persona que construye su vida diariamente con
el fin de alcanzar unos objetivos que dignifiquen sus acciones como ser humano, y eso
solo es posible en la interacción reciproca con el otro, pero un sujeto también puede
estar bajo de moral y sus acciones están encaminadas al logro de su propio bienestar
sin importar y o usando al otro. El sujeto pierde humanidad cuando no puede concebir
a su interlocutor como otro ser humano, estas personas pueden existir sin relacionarse
con el otro, debido a sus propios intereses y finalidades, el otro termina siendo para el
sujeto el medio para lograr sus fines, o el objeto de uso de los placeres y deseos. Esta
manera de obrar termina en un individualismo, ya que el sujeto actúa sin tener en
cuenta al otro e incluso sin tener en cuenta las normas y derechos que legitiman un
orden social”.
Los elementos que aportó este trabajo pueden llegar a constituirse en la base para el
desarrollo de diversos estudios relacionados, como por ejemplo el desarrollo moral de la
población de adolescentes infractores, que a pesar de ser un tema bastante explorado
por muchos investigadores, en esta población presenta muchos interrogantes y dista
mucho de haber sido suficientemente esclarecido. De esta manera los investigadores
vinculados a los proyectos que se desarrollen alrededor de esta problemática, podrán
estar muy bien fundamentados a partir de los conceptos y conclusiones aquí
mencionadas y a la vez les ilustrará para abordar nuevas perspectivas de
conceptualización y de intervención
94
Referencias
KOHLBERG, Psicología del Desarrollo Moral, Ed. Desclee de Broker, Bilbao, 1992.
95
LA CODEPENDENCIA ASOCIADA CON PATRONES DESADAPTATIVOS DE LA
PERSONALIDAD, LA VIOLENCIA Y LOS DESAJUSTES PSICOAFECTIVOS
Jairo Báez
ABSTRACT
7
La autora, como persona que tuvo la experiencia de convivir con un adicto a SPA, forma parte de las sujetos de
investigación en el presente trabajo. The author, like a person who had the experience to coexist with an addict to
SPA, is part of the subjects of the investigation in this work.
96
of these women, articulating them and interpreting them from
psychoanalytic foundations, such as the defense mechanisms, the
objetales relations, its structure and sexuality, not only allowed to
establish characteristics of a dependent personality to each other,
very similar, but to identify the factors that triggered a dependent
personality in these three women, being allowed to have an ample
and deep vision of the problematic that affects this population,
somewhat neglected by lack of investigations on this topic.
8
Como investigadora y persona codependiente, también formé parte de las sujetos de investigación y para darle
validez a mi estudio, se tuvo en cuenta la ética profesional del segundo investigador y de mi psicoanalista.
97
conjugan sus diversas experiencias, en un escenario donde se mezcla el amor, el dolor
y la esperanza y donde a través de sus relatos “desnudan su alma”, hasta hacer
comprender que su personalidad dependiente no surge de la noche a la mañana, sino
que proviene de desajustes psicoafectivos instaurados durante sus primeros años de
vida, cuyos síntomas afloran en la convivencia o contactos estrechos con un
consumidor de SPA.
Teniendo en cuenta que son mínimos los estudios realizados en Colombia, sobre
Codependencia, era necesario profundizar sobre los comportamientos que presenta el
codependiente y descubrir las raíces que originaron una personalidad tan particular
como es la de esta población. Es por esto por lo que a través de sus relatos se muestra
el caos vivido en sus hogares, la impotencia y el dolor al no poder lograr que sus
familiares adictos abandonaran el consumo y su deseo de acabar con la vida del adicto
o con su propia vida, hasta que finalmente tuvieron el valor de buscar y aceptar ayuda.
Las historias de vida se desglosan minuciosamente, se articulan e interpretan desde
fundamentos psicoanalíticos, tales como: Mecanismos de Defensa, Relaciones
Objetales, Edipo, Superyó y Sexualidad, teorías que permitieron tener una visión más
amplia y profunda sobre la problemática que afecta a esta población.
Mecanismos de Defensa
a) Negación
Ana Freud señala que la negación se empleará en toda situación en que es imposible
huir de una impresión penosa procedente del mundo exterior (1985). Esta afirmación
hace pensar que estas mujeres codependientes hacen de su vida una total negación al
sentirse atrapadas ante esa penosa situación de la que no pueden escapar y el seguirla
negando lo único que les genera es una pérdida de energía y un caos interno. Mediante
el relato de las historias de vida de Jimena, Liliana y Clara, se dan ejemplos de
situaciones muy precisas sobre la manera como utilizan la negación, en donde existe
98
una problemática que es evidente y cuyos comportamientos sólo se podrían
comprender a la luz de la naturaleza inconsciente de esos mecanismos de defensa.
Jimena expresa: “ … mi hijo me cuenta que está consumiendo droga, tiene 19 años y
consume desde los 16, pero yo no me daba cuenta …”. Es casi imposible que una
madre no perciba los cambios físicos, comportamentales, etc., de un hijo que lleva 3
años consumiendo SPA, si se tiene en cuenta que ella, según su relato, convivió
durante varios años con un esposo, también adicto a estas sustancias. Liliana refiere
que durante las vacaciones de universidad consumía y jugaba atari desde las 6 a.m.
hasta las 3 o 4 p.m. del día siguiente. Parece increíble que su familia no se diera
cuenta de su consumo, cuando la mayor parte de las vacaciones pasaba encerrada en
su cuarto. Y un último relato de Clara sobre este mecanismo de negación, es el
siguiente: “ … todo lo que yo veía y sentía lo callaba, y peor aún, lo negaba porque no
quería sentir dolor … no quería enfrentar la realidad” . Según Brainsky (1988), el
neurótico no niega la realidad sino trata de ignorarla.
b) Represión
Por otra parte, se identifica un mecanismo de represión muy marcado, cuando Clara
expresa frases como: “ …le tenía terror al dolor que iba a experimentar si miraba dentro
de mí …” o “ … la incoherencia entre lo que sentía y lo que aparentaba ser, me estaba
matando”. Jimena refiere: “ … yo me separé con mucha rabia, orgullo, me puse una
máscara muy tenaz … lloraba pero con nadie hablé … nadie supo de mi dolor”. A este
respecto señala Freud que la represión exige un esfuerzo continuado, cuya interrupción
la llevaría al fracaso y que lo reprimido ejerce una presión continuada en dirección a lo
consciente y para que el equilibrio se conserve es necesario un continuo gasto de
energía (1967). Como se pudo comprobar, estas sujetos manifiestan temor para
expresar sus sentimientos y según lo expresado por ellas, utilizaban “máscaras” para
aparentar que se encontraban bien, aunque su corazón vivía en agonía. Esto desde
luego, les ocasionaba un gran desgaste, como lo señala Freud arriba.
Relaciones objetales
Diferentes autores que han escrito sobre codependencia hablan de las necesidades no
satisfechas del ser humano en su infancia, que le han impedido madurar
adecuadamente para adaptarse a las situaciones de la vida adulta de una manera sana
y madura y en este sentido la madre juega un papel muy importante en el cuidado que
ella le brinda a su hijo aún antes de nacer, pero especialmente en los primeros días de
vida, o como dijera Caruso (1979), la existencia del niño es condicionada directa e
indirectamente, en gran parte, antes del nacimiento.
99
Vale la pena mirar, desde algunos postulados, cómo fueron las primeras relaciones de
Jimena, Liliana y Clara con sus madres: Corey (1995) define las relaciones de objeto
como relaciones interpersonales según se representan intrasíquicamente; agrega que el
término objeto, fue empleado por Freud para referirse a aquello que satisface una
necesidad o a una persona significativa o cosa que es el objeto de nuestros
sentimientos o impulsos. Según Spitz (1970), señala que estas relaciones satisfacen
tanto a la madre como al hijo y que son relaciones que se complementan brindando
satisfacción a ambas partes. Es decir, según Corey (1995), el niño, durante los
primeros momentos de la vida no se percibe como separado sino que el yo y el otro
están fusionados, y finalmente, esta fusión la ratifica Winnicott (1975) al afirmar que el
niño pequeño y el cuidado materno forman conjuntamente una unidad.
Por otra parte, cuando Winnicott (1960), explica su teoría del ser falso y el ser
verdadero, hace énfasis en que éste se desarrolla en las primeras relaciones objetales.
Compara la madre “buena” con la madre “mala”. La buena responde a la omnipotencia
del bebé y allí el ser verdadero comienza a cobrar vida a través de la fuerza que la
madre le transmite al débil ego del niño. La madre “no buena” es incapaz de cumplir
esta omnipotencia (…), la adaptación de la madre a los impulsos espontáneos del niño
es deficiente (…), se diría que el niño vive, aunque lo haga con una falsa existencia. En
cuanto al ser falso, se podría hablar de una máscara que el niño va construyendo poco
a poco para esconder el ser verdadero, convirtiéndose así en un imitador de otros y en
una persona sumisa, puesto que no se podría hablar de un ser auténtico, ya que el ser
falso no podría ser compatible con la autenticidad.
Este ser falso se puede apreciar más claramente en los siguientes relatos: Jimena
expresa: “ … yo recién separada, con ese dolor, aparentando lo que no era …” Y otra
afirmación que hace, después de haber terminado una relación sentimental con un
hombre mucho mayor que ella, y según lo refiere, lo tenía por el dinero, la seguridad
100
emocional y la estabilidad que éste le podía ofrecer y al respecto comenta: “ … es muy
terrible cuando uno no quiere sino el tener y el ser qué? ….” Clara por su parte
manifiesta: “ … comencé entonces a derrochar mi sueldo en ropa fina … yo tenía que
cubrir mi cuerpo con prendas lindas, que llamaran la atención para así poder ocultar el
infierno que vivía en mi alma … “ y continúa: “ … me daba pavor que la gente se
enterara de que yo estaba mal …. Para que mis compañeros de oficina no notaran mi
amargura y mi sufrimiento, colocaba mi mejor sonrisa … esa incoherencia entre lo que
aparentaba y lo que realmente sentía, me estaba acabando” . La madre de Jimena,
aunque odiaba a los hijos y los embarazos, se casó por presión social y tuvo ocho hijos.
La madre de Clara lloró durante todo el período de gestación, posiblemente expresando
de esta manera el rechazo hacia su hija, y la madre de Liliana estuvo muy afectada
emocionalmente por la situación vivida con su esposo alcohólico, quien la maltrataba
física y psicológicamente, antes, en y después del nacimiento de ésta.
Se podría pensar que ese aparente amor expresado, por parte de madres
aparentemente amorosas, fue lo que estas madres proyectaron en sus hijas y esto
explicaría su personalidad dependiente, según lo señala el DSM-IV, como la dificultad
para tomar decisiones, la urgente necesidad de estar relacionándose con alguien que le
proporcione el cuidado y el apoyo que necesita, su inseguridad, su temor al rechazo y
al abandono. De aquí se podría desprender su continua búsqueda por alguien que les
brindara el cuidado y el apoyo del que carecieron.
Estructura Edípica
Para Jimena, su papá fue su “compinche” , es decir, no tenía ninguna autoridad; una
ley que se pudo pervertir. Su madre fue siempre la autoridad en el hogar y lo es
actualmente. Mamá castigadora, dominante y controladora y papá permisivo. De la
misma manera se comportó Jimena con su hijo: lo cuidaba en exceso, pero a la vez lo
descuidaba. Esta se describe como una mujer dominante y excesivamente
101
controladora. Eligió una pareja castigadora, al igual que sus cinco hermanas que se
casaron con esposos castigadores y obsesivo- compulsivos. En el caso de Liliana, es la
tía (alcohólica) la que funciona como ley; ignora totalmente a su hermana (mamá de
Liliana). Esto es, la despótica que da órdenes y todavía lo hace, aún viviendo fuera del
país, transmite órdenes que deben ser cumplidas rigurosamente. La identificación que
hizo Liliana con su tía, es decir, la forma de captar el símbolo de padre que esta le
transmitió, fue la de hombres maltratantes, perversos; todo menos hombres, que no
sirven sino para copular, y esto explica sus relaciones sexuales con cualquiera, porque
no sentía ningún respeto por ellos. Esta fue su respuesta a unos parámetros de
identificación. También se estableció en Liliana un componente homosexual, donde
para ella valía más otra mujer que un hombre y esto se observó en su estrecha relación
con Jimena. En el caso de Clara, el símbolo de padre que le transmitió a ésta su madre,
fue, al igual que el de Jimena, el de un padre “pelele” y además la sentencia de
desquitarse de los hombres malos, que no miden sus consecuencias, sino sólo copulan.
Esa fue la forma en que la madre de Clara se desquitó de un embarazo no deseado.
Clara, a la vez, se desquitó, en sus dos relaciones de pareja, teniendo relaciones
sexuales sólo cuando ella quería; era una forma de castigarlos. La mamá de Clara, al
igual que la de Jimena, es aún dominante y controladora. Clara buscó como parejas
hombres faltos de carácter iguales a su papá, para poderlos dominar y controlar.
Se estableció claramente cómo estas tres sujetos repitieron los mismos esquemas a
partir de esa impronta edípica y la relación tan particular que establecieron con sus
parejas, con sus hijos y sus amistades. A este respecto, Kernberg (1979) señala que
una paciente (…) luchando contra una identificación conflictiva con la imagen
introyectada de una madre poderosa, dominante y amenazadora, se ve obligada a
repetir en las interacciones con su marido e hijos, la misma actitud, control y dominio
que deplora en su madre. En resumen, en la estructura edípica de estas sujetos se
puede detectar claramente madres que simbolizaron en estas sujetos, padres
presentes-ausentes, que aunque ellos eran la ley, ellas terminaron pervirtiéndola,
tomando el control y dominio sobre los hijos, y sobre las decisiones, es decir, las tres
sujetos introyectaron la imagen de un padre que no funciona, y que las llevaron a repetir
los mismos esquemas de esa impronta edípica, eligiendo como parejas, hombres
semejantes a sus padres a quienes podían dominar y controlar.
El Superyó
Sexualidad
El abuso sexual de Liliana se ve como pedido de afecto, es decir una niña abandonada
que buscaba un objeto para construir, pero el sujeto la construyó de manera perversa.
Clara, por su parte, rechazó la genitalidad porque lo que le transmitió su mamá y las
monjas en el colegio, sobre este tema, era considerado como algo impuro y sucio. Aquí
se identificó una gran incidencia de las tradiciones de sus ancestros, en materia de
sexualidad, también en Jimena, manifestada a través de sus tabúes y prejuicios,
producto de creencias y tradiciones religiosas, entre otros. En cuanto a Jimena,
cambiaba sexo por lujos y comodidades y esto se vió reflejado, especialmente, en su
segunda relación de pareja.
Además se concluyó que estas sujetos no disfrutaron las relaciones sexuales; por el
contrario, perdieron el interés por el sexo, puesto que tenían relaciones sexuales
cuando no querían y las tenían cuando estaban enojadas y heridas; es decir vivieron
una sexualidad que no era concertada, ni vivida, sino que fueron vividas por la
sexualidad. Jimena y Clara se sienten utilizadas en sus relaciones sexuales y terminan
llorando amargamente después de realizarlas. Liliana tiene relaciones con cualquiera y
utiliza a los hombres como una forma de castigarlos y vengarse de ellos y a su vez se
venga de su madre quien le negó al padre deseado. Se puede apreciar aquí una forma
de autoagredirse y agredir a otros.
103
En este sentido señala Freud (1931), que muchas mujeres eligen a su marido de
acuerdo con el modelo del padre o lo colocan en el lugar de éste; pero en el matrimonio
repiten con ese marido su mala relación con la madre; el marido debía heredar la
relación con el padre y en realidad asumió la vinculación con la madre (p.134).
Conclusiones
Estas tres mujeres rechazadas por sus madres y carentes de afecto aún necesitan
encontrar a alguien que las acepte, que las ame y que les brinde seguridad y esta es la
razón por la cual establecen relaciones que son muy importantes para ellas,
vivenciando un continuo temor de ser rechazadas o abandonadas. Como se puede
observar, ahondando en las historias de vida de estas tres mujeres codependientes, fue
la manera como se pudo establecer que los desajustes psicoafectivos en sus primeras
fases de formación incidieron para que se instaurara toda una estructura de
personalidad dependiente, o lo que es lo mismo, unos patrones de personalidad
desadaptativos, cuyos síntomas se hicieron manifiestos al establecer relaciones de
pareja con adictos a SPA.
Referencias
104
Brainsky S. (1988) Teoría Psicodinámica en Toro, J; Yepes, L. Psiquiatría Cap. 4
Medellín, CIB
105
LA VIOLENCIA COMO INSTITUCION EN COLOMBIA
Jairo Báez
Para INDH el Estado no ha sido coherente y consecuente con respecto al manejo que
debe darle al proceder violento, asumiendo que sus principales fallas son:
De los paramilitares, concluye el INDH, que sus horrores deben ser objeto de un
análisis más complejo, que exponga y clarifique las características de los nexos con el
Estado, con las élites locales y descubra su verdadera base social. El paramilitarismo,
al igual que la guerrilla, aprovecha el enriquecimiento inesperado de ciertas regiones del
país para ubicar sus ejércitos allí con el fin de apropiarse de los bienes, públicos y
privados, materiales, tangibles e intangibles (tierras, dinero, rentas, servicios, etc.).
Igual, el narcotráfico es una poderosa fuente de su financiación: el 70% de sus ingresos
supera con creces los rendimientos que obtiene la guerrilla por el mismo concepto.
El INDH apunta a que el campo es la base del conflicto colombiano. La tierra cada vez
se concentra en menos manos. En Colombia se prefiere tener la tierra ociosa, ponerla
al servicio del narcotráfico o al servicio de grandes ganaderías con pocos beneficiarios
mientras la pobreza del campesinado genera el sinnúmero de tensiones en un Estado
que no hace presencia y que deja la ley en dominio de los violentos; los ejércitos
privados son los que imponen la ley, los que deciden quien se queda y quien debe
partir. El panorama lo dice todo, 83 de cada 100 campesinos viven hoy bajo la línea de
pobreza; ante esto, las salidas que se tienen son nefastas aunque percibidas como
mejores: vincularse con un grupo armado o emigrar a la gran ciudad.
108
En este conflicto nadie se asume responsable pero todos son culpables. El paramilitar
culpa a la guerrilla, el guerrillero al Estado, los políticos a los grupos al margen de la ley,
el ganadero al industrial y así, sucesivamente, el otro dará lugar para justificar los actos
del contrario. Las diferencias han llevado la situación a un momento tal que, en medio
de la riqueza, todos (ricos, pobres, izquierdos, derechos, latifundios, minifundios, etc.)
se asumen necesitados y dispuestos a hacerlo todo solamente por conservación y
supervivencia; cuando se dice todo, implica hasta el consentimiento a vulnerar cualquier
ley, derecho o compromiso ético en aras de defenderse y sobrevivir. Según el INDH,
mientras las partes en conflicto no entiendan que la única salida posible es la negociada
y que ninguno podrá imponer su criterio al otro bajo el imperio de las armas, el
problema de la violencia seguirá sin solución.
El informe hace un detallado repaso de las víctimas de esta guerra; aunque las cifras
para medir los daños no son muy precisas si hay mínimos que se pueden contabilizar
como el caso de las víctimas directas: casi 10.000 uniformados fueron abatidos en
combate entre 1997 y 2002; la guerra sucia cobró 452 sindicalistas y 44 defensores de
derechos humanos entre 1999 y 2002; 965.000 desplazados se acumularon en los tres
primeros años del presente siglo.
109
El problema tiene solución
El INDH señala que el principal obstáculo con el que se encuentra el desarrollo humano
en Colombia es el conflicto armado y que la solución debe avanzar del diálogo y la
guerra a la aplicación de una medida estratégica que contemple su complejidad. El
informe asegura que conflicto tiene puntos débiles que permitirían su derrota,
especialmente en la regiones donde más se presenta.
a. Humanización de la guerra
Los siguientes tres pasos tienden a la protección de la población civil. Primero, acabar
con el reclutamiento de menores de 15 años, abstenerse en el uso de la población civil
como escudo y parar los atentados contra la infraestructura; segundo, suprimir el
reclutamiento de los menores de 18 años y concertar el ataque solamente de blancos
militares, que no se pongan instalaciones de ese tipo cerca de las zonas pobladas, que
los niños puedan ser sacados de las zonas de hostilidades y que se permitan acciones
de socorro; y tercero, acordar el establecimiento de zonas neutrales y sanitarias y, la
evacuación de heridos.
Los últimos tres pasos están destinados para que los combatientes observen entre sí
las normas del Derecho Internacional Humanitario. Uno, proscribir la guerra sin cuartel,
el empleo de armas que causen sufrimiento innecesario y matar, herir o torturar
adversarios; dos, permitir el transito de personal sanitario y la recolección de muertos y
heridos en uniforme; y tres, regular el trato humano de adversarios heridos o
capturados.
Un punto más hacia la erradicación del conflicto viene a darse en la solución regional o
parcial, que pasa por la aceptación y apoyo por parte del Estado, a los diálogos
humanitarios regionales. Los ciudadanos de las regiones deben ser los sujetos de su
propio desarrollo.
El informe hace visible que en las regiones donde la guerra se hace cotidiana también
han surgido claves para enfrentarla. Para fortalecer la gobernabilidad se deben propiciar
los mecanismos que refuercen la participación y el apoyo a las experiencias de la
llamada resistencia civil, crear una unidad especial para ellas y no censurar los diálogos
regionales entre las autoridades y actores armados.
Al ser el secuestro uno de los orígenes más potentes de los recursos que sostienen la
guerra; capaz de proporcionar más de 1.500 millones de dólares en los años 2000-
2003, la forma de neutralizarlo pasa por un cambio de las estrategias hasta ahora
emprendidas. El énfasis en el rescate, que pone en peligro la vida de los secuestrados,
debe dar paso a la investigación para desarticular las bandas y a la reparación de
daños al secuestrado con el consecuente apoyo a su reinserción social y psicológica.
111
e. Ataque frontal al descontento social
El informe parte del sustento que bajo la violencia armada se esconde un descontento
social que, por vicios y limitaciones del sistema político, no encuentra una manera sana
de expresarse y que la violencia ha suplantado a la política en vastas regiones del país,
como consecuencia del cruce entre gamonalismo, el narcotráfico, el ¨manzanillismo¨ y
los grupos armados. En consecuencia, devolver a la política su sentido, es otra parte de
la estrategia integral para enfrentar el conflicto. El componente para que la política le
gane espacio a la violencia como mecanismo para tramitar los conflictos es promover el
reconocimiento de las luchas sociales. Los partidos políticos deben tomar medidas de
fondo y tendientes a tener más militantes, más democracia interna, más nexos con las
organizaciones sociales y no limitarse a la actividad electoral.
Se sostiene que las elites colombianas abandonaron a los militares el orden público y a
los juristas la justicia, cuando la solución apuntaría más a la creación de una Guardia
Nacional para las áreas donde la población se encuentra dispersa, esto es, el énfasis
debe ponerse en la Policía y no tanto en el Ejercito.
Igual, la estrategia pide una reforma que castigue la improductividad de las tierras,
racionalice la expansión ganadera, reactive la agricultura y logre frenar la expansión de
la frontera agraria para frenar la concentración de la riqueza y el abandono del campo.
El gran desequilibrio rural se palpa en la subutilización de suelos aptos para la
agricultura que son ocupados en ganadería extensiva y la sobreutilización de tierras de
conservación ocupadas en la ganadería y agricultura marginal. El fin último es atacar la
pobreza rural a través de un uso más racional de la tierra con base en una mejor
distribución.
Si el Estado quiere romperle al enemigo la espina dorsal, debe permitir que se dialogue
en todas partes, que se busquen salidas humanitarias serias al problema del
desplazamiento, del maltrato a la población civil. (Rosemberg Pavón, Ex-miembro del
M–19). La decisión de cambiar las armas por los votos empieza con el reconocimiento
de la imposibilidad de la victoria y, por lo tanto, de la falta de efectividad de la guerra
como método para producir transformaciones políticas. Esta es una guerra sin victoria,
precisamente porque ninguno puede imponerle al otro todas sus condiciones. El
gobierno piensa que la fuerza debe estar adelante y la contrainsurgencia sigue sin
atraer las bases campesinas, sin programas para la juventud rural, sin inversión social,
sin que la política esté al mando (Navarro Golf, Exmiembro del M–19). Al gobierno y la
guerrilla les interesa el movimiento social siempre y cuando esté del lado de ellos
(Marco Romero, Universidad Nacional). El INDH muestra que se está atacando la punta
del iceberg, la manifestación más exterior que es la parte armada, sin dar cuenta de que
bajo ella hay toda una sociedad, una cultura y unas raíces muy profundas (Fernán
González, del CINEP). La reinserción no tuvo en cuenta lo importante que es la
atención psicosocial y de hecho no estábamos preparados para situaciones especiales
(Andrés Peñate, Viceministro de defensa). Lo que dice el presidente es aquí no existe
un conflicto social y político que tenga que expresarse por la vía armada porque no
haya otro camino. Tenemos causes legales legítimos para dirimir nuestros conflictos
(Luís Carlos Restrepo, Alto Comisionado para la Paz). El informe desconoce la relación
directa entre el cambio en los medios frente al conflicto y el proceso educativo de
periodistas y dueños de medios, y no analiza la determinante influencia de los
directores en el trabajo de los redactores, en el conflicto profesional dentro de las
redacciones ni en la autocensura como instrumento recurrente para manipular la
113
opinión pública a favor de los intereses empresariales o seudo-idelógicos de algunos
medios o personas (Cesar Mauricio Velásquez, Periodista). No es verdad que los
medios conduzcan al país como un rebaño. No fueron los medios de comunicación los
que presionaron a Álvaro Uribe a adoptar un discurso duro; fueron los hechos. Cuando
él dijo que no habría despeje en su gobierno, ¿quién le estaba diciendo eso? No
recuerdo a ningún medio diciendo que el diálogo fracasó y ahora hay que intentar con la
fuerza. Fue la opinión (Yamid Amat, Director de Noticias, CMI).
114
la tenencia de tierras unos pocos se hacen cada vez más ricos y otros muchos se
hacen cada vez más pobres.
El país, por más de doscientos años, continúa bajando gobernantes malos y subiendo
gobernantes buenos. En Colombia, desde el mismo momento del nacimiento de
la República quedó claro que nada iba a cambiar con respecto a lo social, más allá de
que los criollos tomarán los puestos de poder que antes tenían los blancos
españoles. El país se montó bajo el concepto timocrático y sigue siendo timocrático.
Son los renteros, los parceleros, los latifundios, los industriales, y todos aquellos que
puedan ostentar una renta considerable, los que tienen el poder y control sobre las
relaciones sociales de los habitantes de este territorio. Decir que el pueblo elige debe
entenderse en la dimensión de lo que se señala a un ciudadano en un régimen
timocrático. En la timocracia, el albañil, el zapatero, la empleada de servicio, el portero,
el obrero, el técnico, el académico, no eligen porque no tienen con qué pagar el derecho
115
a ser ciudadano. Solo así se entiende que las familias se entronicen en el poder y que
sus hijos puedan ser alcaldes y luego presidentes de este país.
En aras a la equidad se han propuesto otras cosas más bien superfluas; no obstante, el
cambio al andamiaje económico, político y educativo, no ha tenido eco en los
propulsores de cambios de la Constitución. Con dos vicios humanos debe seguir
luchando la Constitución, uno es el fascismo y el otro la demagogia. Velar porque el
fascista no se exalte con su discurso al cumplimiento de la ley por la ley y velar porque
el demagogo no termine por hacer creer a la población, sumergida en la ignorancia, en
soluciones facilistas. Ambos vicios peligrosos para un verdadero Estado con
ímpetus sociales y de derecho; ambos producto de las viejas instituciones patriarcales
e incorrectas. Por ejemplo, si analizamos con Nussbaum (2004) la creación de una ley
como la de justicia y paz, no se encuentra un fundamento que oriente a definir qué es o
por qué se perdona al paramilitar; ni tampoco se logra captar de lo que se trata al
compensar las víctimas ¿a razón de qué o por qué? En otras palabras la solución de
perdón es viable pero no entendible pues parece mas un olvidémonos de todo y
dejemos así, que una posible solución sin venganza. La lucha sigue siendo por la
erradicación de los dos conformismos que denunciara Gramsci (1985), el uno que
aspira al mantenimiento del estatus quo, reaccionario y conservador y el otro utópico,
descabellado y cargado de emoción irracional.
Al ciudadano hay que movilizarlo del parecer que su función termina en el rol que le
asigna la democracia representativa para llevarlo a desempeñar un papel protagónico
en la democracia participativa. El común del ciudadano cree que depositando un voto la
participación democrática llega a su fin. El ciudadano elige un representante y
presupone que éste velará por sus intereses; pero la realidad le puede mostrar que se
puede quedar esperando los logros y las comodidades prometidas. Preparar
demócratas participativos es la opción; asumir que algún día en el país, una promesa
se convierta en un contrato legal, con posibilidad de demandar por su no cumplimiento,
puede ser posible y permisible en el camino hacia un nuevo estado social. Es la opción
que el psicólogo, como trabajador de la salud mental y social, puede concebir para la
116
solución a muchos de los eternos problemas en el contexto colombiano de la
violencia. Esto puede entenderse como un llamado a lo que Zizek (2004) denominó el
final de las democracias liberales; aquellas supeditadas a los designios de los
conglomerados económicos que ponen en primera línea la administración de los objetos
y las cosas para olvidarse a los sujetos o asumirlos sólo tangencialmente. Estos tipos
de democracias son las que sirven de cultivo para que las diferencias se acentúen, bajo
falsos mantos de equidad y que, por supuesto, dan lugar para que el evento violento
sea una posibilidad de relación intersubjetiva y emancipatoria.
Valga recordar, para no cometer los mismos errores, los estudios de Marcusse, Adorno,
Horkheimer, Fromm, Reich, entre los más llamativos, donde se encuentra la facilidad
con la que la razón da lugar a la sinrazón y cómo los lazos emocionales se superponen
a toda explicación. Las estupideces más grandes son pasadas por alto y admitidas por
la masa embrutecida ante el ansia de amor y reconocimiento por parte del magnánimo
líder. Las explicaciones más insulsas y descabelladas de los acontecimientos son
tomadas como grandes y sesudos análisis de la realidad política y social; y los hechos
más atroces y despóticos son tomados como designios lógicos que derivan de la
grandeza y la bondad del líder y su séquito asesino. Basta recordar los camisas pardas,
la gestapo y la legión de esbirros con la que contó el movimiento nazi. Llamativo en los
periodos fascistas, ver como el terrorismo es de Estado, como la gente se cohíbe de
hablar, a pesar de la evidencia, porque su misma vida se pone en juego. En un
momento fascista, unos callan por complicidad y otros por físico miedo. De Heidegger
a Mann hay todo un abismo que apunta al mismo silencio.
Ante este informe no es posible que alguien pueda decir que Colombia es lo peor pero
tampoco nadie puede decir que es lo mejor; y en tanto se encarne el oficio de ser
psicólogo, amparado en el parámetro de la ciencia, se debe apuntar al error y la
posibilidad de corregir. La posición surge del servicio a sus habitantes y en la creencia
que la misión está con todo ciudadano y su cultura; que apunta a dónde se debe
corregir y dónde se puede corregir. La propuesta debe apuntar al involucramiento de su
sistema de gobierno, a sus gobernantes y sus ciudadanos. No se puede partir de la
creencia que los gobernantes de turno son los malos, pero sí en la creencia que al
gobierno de turno se le permite que haga cosas y tome decisiones malas. Que toman
decisiones buenas, no se puede dudar, pero no son las que interesan porque para eso
los eligen o para eso se hicieron elegir.
Son muchas las reflexiones que pueden referir a las formas de socialización que se
instauran en un determinado contexto geopolítico como el colombiano y las
consecuencias que trae para el desarrollo de una personalidad y una actitud ante una
situación dada como la violencia. A pesar de la intención que tienen algunos, de
satanizar cierto tipo de relaciones sociales, -entre ellas la guerra- estas no son ni
buenas ni malas. No existen guerras buenas ni existen guerras malas, al igual que no
existe en contienda gente buena que lucha contra gente mala. Las relaciones humanas,
118
entre ellas la guerra, son propias de un contexto y de un pedido adaptativo. La realidad
nuestra es ver como los hombres buenos son capaces de ejecutar los actos más
barbáricos y los malos los actos más nobles. Las exigencias de un contexto social
llevan a vivir una realidad, que empieza a alienar al más autocrítico. Ese punto del no
retorno, donde se rompen todos los parámetros morales, en procura de la sobrevivencia
del propio ser y de los seres que aman, es el que se debe evitar o prevenir porque de
otra manera todos, hasta los más inocentes, los civiles, los más alejados, los que no
entienden la dinámica del conflicto, se verán arrastrados a las temibles consecuencias:
muerte real y sufrimiento inocuo.
Deben existir otras formas de socialización, diferentes a la guerra, que permitan lograr
los mismos objetivos, defender la propia vida y la vida de los que se aman; porque de
seguir en el criterio de que la guerra es inevitable, las escenas que muestran los
periódicos y canales de televisión acerca de la realidad nacional serán ¨chiquilladas
inocentes¨ de niños traviesos que juegan a ser héroes y Mesías. La sentencia hace rato
circula ¨la guerra es inevitable¨; pero que bien nos señala Karl Popper (1973), que
probar una sentencia es fácil pues no se puede evitar el sesgo emocional afectivo (el
psicologismo lo llamó él); lo difícil es falsear esa sentencia, poder mostrar que la
sentencia no se cumple. Ese tal vez sea uno de los verdaderos retos del psicólogo en
Colombia, mostrar que el acto violento no es la solución a los problemas que vive el
país.
Una alusión específica a Colombia fílmica (El señor de la guerra, 2005) muestra cómo
estos países en formación son el mercado ideal para los fabricantes de armas. Los
cinco países que conforman el concejo permanente de seguridad de la ONU, son los
cinco países que más venden armas. (Paradoja?). En el discurso de algunos
violentólogos, el marco de referencia económico, en el que se desenvuelven las
muertes cotidianas, de gentes cotidianas, es ya motivo de desconocimiento a la hora
de analizar el problema de la violencia. Se dice que el violento está enfermo, que
políticamente es un desadaptado, y otros tantos decires que sin ser mentira, tampoco
son la verdad. Un comerciante de armas puede ser un desplazado de una guerra
anterior en busca del sueño americano, que encuentra su lugar en el mercado negro de
las armas. Allí encuentra un lugar, el lugar que todos quieren, allí convergen sus buenos
pensamientos que quieren solucionar los problemas del mundo; pensar que las armas
119
cambian más gobiernos que los votos, sabiendo de antemano que la historia
de Colombia patenta lo anterior. Uno de los investigadores que firma este trabajo, tuvo
la oportunidad de entrevistar algunos desmovilizados y también se hizo presente ese
sueño americano. Hombres de la guerra que llegan a las veredas con los bolsillos llenos
de dinero deslumbrando a los desmirriadados campesinos. Llevados por la percepción
de que la guerra es el lugar para hacer dinero rápido, se enrollan en una guerra que ni
siquiera entienden. Pronto allá, descubren que fueron engañados, que aquél que llegó
al pueblo a vender la idea que la guerra es el lugar para volverse millonario, era un
reclutador y que la plata era una estrategia para ilusionarlos. El dinero ofrecido nunca
les llegó y si se atrevían a cobrarlo hasta la vida misma les podía costar. La guerra de
Colombia la viven los pobres, pero la piensan y la dirigen los ricos, que tal vez ni sabrán
disparar una pistola de ráfagas de agua.
Referencias
Niccol, A. (Dir.) (2005). El señor de la guerra. Lions Gate Films. New York
120
Nussbaum, M. (2004). Hiding From Humanity: Disgust, Shame, and the Law. Princeton
University Press. New Jersey.
PNUD. El conflicto, Callejón sin Salida. Informe Nacional de Desarrollo Humano 2003.
En http://indh.pnud.org.co/informe2003. Visitado 5 de julio 2006
121
LA VIOLENCIA EN COLOMBIA Y EL PAPEL DE LAS EMOCIONES DE MARTHA
NUSSBAUM
No es verdad.
Las opiniones no son respetables. En todo
caso, las personas son respetables. Las
opiniones están hechas para ser rebatidas,
discutidas, contrastadas y, en último término,
para ser abandonadas si se revelan erróneas,
y ser sustituidas por otras.
FERNANDO SAVATER
Podemos exponer los motivos de la violencia desde dos pilares, que tanto para la
psicología como para otras disciplinas humanas siguen siendo una incógnita: el primero
se orienta a explicar el fenómeno como formas de comportamiento individual, rodeado
de un amplio soporte teórico desde los diferentes enfoques de la psicología, y el
segundo justifica el acto violento desde una dinámica de la interacción social. Sea cual
sea el motivo central de este fenómeno(social o individual), lo que queda claro es que
se manejan unos intereses particulares, construidos por las vivencias, las experiencias,
los que haceres, las conveniencias etc. de quienes protagonizan la violencia y bajo
estas construcciones es posible justificar la violencia como una posibilidad; que ha sido
propuesta hasta por el mismo estado.
Es aquí donde es posible la teoría de Martha Nussbaum quien desde una postura del
liberalismo político plantea la necesidad de construir una sociedad basada en el
respeto hacia y entre todas las personas que la conforman, lo que incluye a su vez el
respeto por sus propias concepciones axiológicas sobre lo que es importante en la vida;
122
esto es posible desde las emociones que pueden ser determinantes para la convivencia
pacífica. No obstante, a pesar de las múltiples investigaciones su estudio ha sido
descuidado por algunas disciplinas sociales. Para Nussbaum las emociones
constituyen el soporte de la habilidad para actuar y determinan las conductas sociales
en la vida adulta, están vinculadas al razonamiento y al sentido normativo y, por tanto,
guían la buena deliberación.
Para Nussbaum las emociones, tienen roles en el juicio ético y en la acción ética, y en
sus riesgos, distorsiones y determinantes. Las emociones aparecen como una
capabilities de afiliación, juego y relaciones .Para describir y explicar, y para persuadir y
actuar de manera efectiva, necesitamos entender, emplear e influir en una gama de
estados mentales mucho más allá de la ‘utilidad’ y la preferencia’. Nussbaum apunta a
que no es posible articular plenamente la teoría del razonamiento más compleja,
predictiva y normativa propia de Sen, sin incluir destacadamente las emociones, en las
cuales parte de ese razonamiento. Explora aún más. La compasión la cual
desempeña un papel central en la vida moral y, por tanto, en la social: un entendimiento
básico de la compasión por quienes sufren, parece virtualmente universal y casi
natural, y se resiste con relativa facilidad a los embates masivos de las fuerzas
opuestas de la ideología y la socialización. En contraste, una teoría moral abstracta no
habitada por las conexiones de la imaginación y la simpatía puede fácilmente ser
desviada a extremos negativos, porque su significado humano no es claro. La emoción
no es, una guía suficiente, pero es un componente necesario.
123
La idea principal después revisar este concepto sobre las emociones es observar como
actúan y el papel que juegan en la violencia, en un país con marcadas características
de desigualdad social como el nuestro. La relación emoción y cognición nos lleva al
problema de justificar las emociones que sentimos mediante la formación de conceptos
que pueden afectar a la emoción. En la relación entre emociones y elección racional,
aspecto central de la negociación y del acuerdo racional, la pregunta crucial consiste en
determinar cuál es el papel que juegan las emociones en la toma de decisiones
prácticas. Por una parte, es ampliamente aceptado que las emociones interfieren la
racionalidad. No obstante, para el caso particular de un manejo de la violencia las
emociones adquieren una valencia positiva con respecto a la optimización de la
racionalidad de las elecciones. En este sentido, las emociones pueden tener un
contenido cognitivo que coloca límites a la acción estratégica.
El rol positivo que pueden cumplir las emociones para la toma de decisiones racionales
puede ser predominante. Ellas pueden contribuir al bienestar de múltiples maneras.
Como estados mentales, las emociones pueden ser fuente de felicidad o infelicidad.
Como disposiciones emocionales, ellas pueden favorecer o no la ocurrencia de un
evento o incidir en la dirección de un encuentro. Si las personas saben que soy
irascible, tenderán a evitarme. Por ello la idea de moldear el carácter incluye el intento
de enfocar las disposiciones emocionales de forma que disfrutemos más la vida nuestra
y la de los demás y suframos menos y hagamos sufrir menos.
La compasión nos ofrece otra posibilidad al suponer aceptar que no soy impasible, sino
frágil y vulnerable, que basta un segundo para que el rumbo de la vida cambie
radicalmente. Los otros no son extraños sino compañeros de sufrimiento. No puede
124
añadirse al dolor de las víctimas, como nuevo agravio, la impasibilidad e indiferencia de
los demás. Pero hay un segundo momento. Una vez que me siento al lado de las
víctimas, salvada la distancia que me hace ver en el otro a un extraño y no a alguien
próximo, la compasión llama a mi responsabilidad e invita a una ética de la alteridad. El
rostro del otro hace una llamada, me hace preguntarme qué puedo hacer, ante una
experiencia de sinsentido que pide una respuesta. Esta respuesta quizá sólo pueda ser
“estar con el otro”, aceptando el dolor y la frustración que supone una impotencia real.
Son muchas las situaciones en las que poco se puede decir y no hay palabras de
consuelo. Sólo cabe “estar”, acompañar, escuchar. Pero, al tiempo, se trata de pensar e
imaginar las posibilidades para reconstruir el sentido roto y experimentado como una
quiebra radical que nos indigna y rebela. De ahí nace la búsqueda de una respuesta
reparadora y creadora. Después del acompañamiento, de la solidaridad en el mal, del
estar “con”, puede comenzar una ayuda reparadora. Esta respuesta es creadora de
sentido y es la experiencia que se vive en muchas ocasiones: de la indignación ante los
atentados terroristas a una solidaridad constructiva que moviliza a la sociedad civil. Si el
bien común es cosa de todos, la desgracia radical también lo es.
La compasión otorga un valor al ser humano del que parece desprovisto en las
experiencias del sufrimiento. Viene a reclamar el reconocimiento de la dignidad
humana, pues en la degradación de un ser humano, mi propia humanidad queda
maltrecha y compromete mi responsabilidad.
125
Las emociones morales como la compasión, indignación y la vergüenza son las grandes
ausentes en procesos de paz o en procesos de negociación. El ocupar el lugar de las
víctimas y compartir el sentir con ellas no ha sido un objetivo de la ley. El derecho a la
verdad que promueve la justicia en casos como el del paramilitarismo ha hecho
desaparecer a las víctimas; con la ausencia de las emociones morales en procesos de
negociación; solo con la inclusión de estos elementos se abre una amplia posibilidad
de reivindicar la importancia de la memoria para combatir el crimen, el genocidio y las
masacres.
Referencias
126