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Como ha venido informando El Plural, la reforma que hizo el Gobierno de José María
Aznar en 1996 de la Ley Hipotecaria se ha convertido en un filón para la Conferencia
Episcopal, que ahora tiene la capacidad legar de registrar a nombre de la Iglesia todo
tipo de propiedades que nunca habían tenido dueño y que habían sido atendidas y
utilizadas por los ayuntamientos o por los vecinos y fieles de las localidades. No hay
ningún informe a nivel nacional que indique el número de inmatriculaciones que han
hecho desde 1996 por esta vía. Los únicos datos oficiales son los de Navarra, donde la
Iglesia se hizo con más de mil propiedades hasta 2007.
Inmatriculaciones en Cáceres
Entre los últimos casos de inmatriculaciones que están saliendo a la luz destaca, por
ejemplo, la situación de Cáceres, donde el Obispado de Plasencia ha inscrito a su
nombre en los últimos años los templos de once municipios de la comarca de la Vera.
Solo en dos casos los vecinos se enteraron de la operación y azuzaron la polémica: En
Madrigal de la Vera, los vecinos abrieron un expediente contra el registro en julio de
2009. Pedían la devolución de los terrenos colindantes a la Iglesia de San Pedro
Apóstol, uno 470 metros cuadrados sobre los que se había edificado una casa
parroquial. El obispado rechazó la reclamación y el alcalde decidió no seguir adelante
con el proceso ante la imposibilidad de demostrar de manera documental que los
terrenos pertenecían al pueblo.
El caso de Ribadulla
El Ayuntamiento de Villanueva de la Vera si consiguió, sin embargo, que la Iglesia le
devolviera un atrio, ya que estaba construido sobre los restos de una fortaleza del siglo
XIV. Pero este caso es minoritario, incluso cuando se trata de ejemplos mucho más
claros, como es le caso del “campo de la fiesta” de Ribadulla de Santiso (A Coruña). La
Iglesia inscribió a su nombre este espacio, de 2.500 metros cuadrados, que sirve de
lugar de encuentro para la celebración de fiestas locales, y ahora ha informado de que lo
va a vender. Para acallar las críticas de los vecinos, el obispado amenazó con dejar de
impartir misa en la localidad.