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13 septiembre 2015
El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser
condenado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y
resucitar a los tres das.
Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llev aparte y
se puso a increparlo. Jess se volvi, y de cara a los discpulos, increp a
Pedro:
Qutate de mi vista, Satans! T piensas como los hombres, no
como Dios!
Despus llam a la gente y a sus discpulos y les dijo:
El que quiera venirse conmigo, que se niegue a s mismo, que cargue
con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida, la perder; pero el
que pierda su vida por el Evangelio, la salvar.
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JESS ENSEA LO QUE VIVE
Nos encontramos ante un texto que el evangelista consider
decisivo ya que lo sita como el eje central de su relato, que queda
dividido por el mismo en dos partes.
Por un lado, constituye la proclamacin de Jess como Mesas
por parte de los discpulos, personificados en Pedro. Hay que recordar
que ese mismo ttulo es el que abre todo el evangelio, que comienza
justamente con estas palabras: Comienzo del evangelio de Jess, el
Mesas (Mc 1,1). Por otro lado, es el momento decisivo en que se
clarifica completamente el sentido del mesianismo de Jess: no va a
ser el Mesas esperado que habra de venir con poder para someter a
los enemigos del pueblo, sino el Siervo que se entrega hasta el final
por amor.
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