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Los errores y abusos se pagan

El Estado de Derecho venció en franca lid, al Estado de Opinión


que el presidente inventó para presionar beneficios para sus
intereses personales. Pasado el momento del impacto, se está
llegando al criterio de que “La Corte no está en contra de las
mayorías, simplemente esté a favor de las leyes y la
verticalidad de su aplicación. Lo que pasa es que, en un Estado
de Derecho, las cortes, también deben someterse a la ley y si no
lo hacen recibir castigo”. La polaridad sigue. Mientras para la
oposición el panorama esta despejado y libre, para los uribistas
siguen apareciendo impactantes nubarrones que amenazan tormenta.
Uribe ni todo su gobierno podrá hacer nada diferente a cruzarse
de brazos y ver como van cayendo uno a uno en un pozo de fango.
Algo parecido a lo que sucede con la parapolítica. No siempre ser
servil deja ganancias.

Durante la aprobación del referendo reeleccionista en el Congreso


los uribistas celebraron su victoria. Por la televisión se vio
como el ministro del Interior abrazaba de felicidad a los
congresistas para celebrar que fuero capaces de pasar por encima
de la Constitución y las leyes. Hoy lloran amarguras. Los errores
se pagan, y es así que los errores con los que algunos
reeleccionistas viciaron el referendo van tener consecuencias
jurídicas. No se puede violar la ley gratuitamente. Quienes las
desconocieron y estimularon su desconocimiento desde altos
cargos públicos, podrían verse en problemas con la justicia y sus
carreras políticas podrían llegar a su fin. La sentencia de la
Corte Constitucional será el motor que impulsará las
investigaciones judiciales y disciplinarias que iban a paso lento
contra los violadores de leyes para buscar la reelección
presidencial que fracasó por ese motivo.

Los primeros son los 86 congresistas que en la Cámara de


Representantes votaron afirmativamente el segundo debate del
proyecto de referendo. Lo hicieron en aquella madrugada del 17 de
diciembre de 2008 desconociendo las advertencias que se les
hacían. No sólo votaron “a espaldas del país”, como muchos
puntualizaron entonces y a pesar que el proyecto no tenía el
certificado del Registrador Nacional, fundamental para que la ley
siguiera su camino. La Corte Constitucional dijo que “el Congreso
no tenía la competencia de decidir sobre el referendo porque no
cumplía con uno de sus requisitos previos”. Aquí hubo presencia
de altos funcionarios del gobierno estimulando el desconocimiento
de la ley. A los 86 representantes, la Corte Suprema de Justicia
los investiga por su responsabilidad en el delito de prevaricato
que tiene consecuencias penales y disciplinarias. La Procuraduría
“se ha demorado mucho en abrir investigación” a estos 86
congresistas, es un criterio ganaralizado.

El ideólogo del referendo y sus promotores estaban contentos con


el concepto de la procuraduría. Saltaban de la dicha. Ya no lo
hacen, porque saben que tienen una investigación penal contra él,
y siete de sus principales sirvientes en la promoción de la
iniciativa. Será el coletazo directo que tendrá que asumir tras
el fallo de la Corte, organismo que halló procedimientos
irregulares. “La corte alertó a los investigadores sobre la
triangulación que hubo entre los propios promotores del referendo
para no mostrarle al registrador la violación de las normas
legales sobre los topes de financiación en que incurrieron. Ven
la existencia de posible responsabilidad en el delito de fraude
procesal, que contempla penas entre prisión de cuatro a ocho
años, y sanciones e inhabilidad para el ejercicio de funciones
públicas de cinco a ocho años”.

Los cinco voltearepas de Cambio Radical no han podido dormir muy


tranquilos. Creyendo estar amparados en la reforma política, que
permitía el ‘voltearepismo’. Supusieron haberse habilitado, pero,
no fue así. Quienes traicionaron su causa, “nunca renunciaron a
Cambio Radical” y el fallo de la Corte Constitucional puntualiza
que vulneraron el régimen de bancadas y lo que es peor, que
pudieron haber incurrido en doble militancia. “Un cambio de
partido, en las condiciones específicas y como partes de una
cadena de vicios e irregularidades que se realizó, no puede ser
un instrumento para desconocer la Constitución”. La doble
militancia es una conducta sancionable hasta con la “pérdida de
investidura” o lo que es lo mismo, la muerte política. El
exorbitado amor por Uribe, que no les permitió pensar, los podrá
enterrar políticamente para siempre. Ahora, falta ver si el
gobierno cumple con la promesa del ministro de Interior Fabio
Valencia Cossio, de colaborar en los millonarios gastos que estos
eventuales procesos significarían o hará lo que hicieron con
Yidis. Se le van todos encima para tratar de desprestigiarla y
pulverizarla. ¿Los ministro y el presidente tendrán fuero
impunidad?

Nota.- “El que las hace las paga”. Todos los errores y abusos
tarde o temprano se tienen que pagar. Entre más tarde lo haga,
será más caro.

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