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La realidad psiquica, entonces, determina todas las reacciones a las que ante
diversas impresiones el sujeto esta sometido, y una imagen jamas despertara
en uno lo que despierta en otro. Es decir, por mas que formemos parte de las
millones de moscan que comen del mismo desecho, la mosca humana no
comparte la misma satisfaccin que su compaera de cena.
Ahora bien, mas alla de las diferencias que dividen las reacciones ante una
misma imagen, se constatan en la sociedad moderna dos perversiones opticas,
para utilizar la expresin de Roman Gubern, que abren el juego que nos
habilitara cierta reflexion sobre la especificidad de dichas imagenes.
Tomaremos como puntos de apoyo para transitar el recorrido del presente
trabajo, al porno y al gore. La imagen pornografica y la violencia audiovisual.
En otros terminos, la imagen que gime, y la imagen que grita.
*
La develacion nunca es de algo. Lacan, en el seminario 4 hace del velo el dolo
de la ausencia. Como si con Leibnitz conversase, la necesariedad de que halla
algo y no mas bien nada, sin dejar de ser esa nada la que permite el brillo de lo
que en el velo se proyecta, articula el deseo a la imagen, operacin
fundamental del cuarto tomo del seminario.
No es clara la necesariedad de que la stripper sostenga su ultima prenda, por
todos los medios, para sostener al erotismo? No respeta a esta logica el
suspenso, que sostiene la tension para
Llegado a este punto, vale preguntarse: Hay alguna diferencia radical entre la
imagen Snuff y la pornografica?.
Sigamos a Gubern:
...la agonia y la muerte violenta filmada es asimilada al orgasmo, tanto por la
convulsion agonica de la victima ensartada como por el placer paroxistico de su
vision..
Freud tempranamente observa la concepcion sadica del coito entre los padres.
El acto sexual es bajo esa concepcion, una mujer violentada por un agente
anonimo, y efectivamente, la imagen pornografica requiere de este anonimato.
Las revistas pornograficas muestran bien como no hace falta la presencia
masculina en la escena, y que solo un gesto, una mirada de la modelo en
cuesiton, alcanzan al voyeur para suponer en ese lugar al goce de la mujer, con
el que aquel se identifica mirandose mirar.