DEMOCRACIA Y

CIENCIA ECONÓMICA

Working Paper 13 de agosto de 2015

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1. Algunos de los mayores aciertos de EKAI Center en la

interpretación e incluso anticipación de la evolución
económica de la última década están relacionados con
la capacidad de interpretación del contexto
institucional que rodea a las estrategias básicas de la
política económica.

2. En efecto, uno de los grandes problemas de la ciencia

económica actual radica en la insuficiente valoración
de la significación del contexto social e institucional en
la evolución de la economía. La ciencia económica no
es una ciencia natural sino una ciencia social. La
evolución económica no es algo que pueda explicarse
o interpretarse en base a fenómenos físicos o
naturales. Al contrario, somos todos los seres
humanos y nuestras estructuras sociales los que
hacemos evolucionar la economía en una u otra
dirección.

3. En el mismo sentido, los economistas "oficiales"

tienden a analizar e interpretar la economía como si la
dirección de la misma -en lo que respecta a las
acciones de gobierno- estuviera permanentemente
dirigida al interés general, sin perjuicio de las distintas
estrategias de unos u otros gobiernos.

4. Desgraciadamente, como esta crisis financiera ha

dejado en evidencia, no son los intereses generales los
que guían las políticas básicas de los gobiernos
occidentales -y, en conjunto, las políticas económicas
de la Unión Europea y Estados Unidos- sino, al
contrario, intereses oligárquicos muy concretos.

5. Esta mediatización del sistema democrático por parte

de los grupos de interés oligárquico incide de forma
directa en las estrategias y decisiones de la política
económica. Sin tener en cuenta y analizar esta
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incidencia, no es posible analizar o interpretar

correctamente la evolución de nuestra economía.

6. La ciencia económica no tiene más remedio que

adaptarse a esta situación y, en general, al conjunto
de los condicionantes institucionales de los
mecanismos de mercado. Analizar nuestra evolución
económica como si nos encontráramos en una
democracia "perfecta" es tan incorrecto como analizar
el mercado como si se tratase en todo caso de una
situación de "competencia perfecta".

7. La evolución de la economía depende muy

directamente de la acción de gobierno. Y las acciones
de gobierno en Occidente sólo de forma limitada
están sometidas al interés general.

8. Más en concreto, es imposible entender lo que está

sucediendo en esta crisis sin analizar en qué medida
las grandes decisiones adoptadas responden más a los
intereses del sector financiero que a los intereses
generales que -supuestamente- debería defender un
gobierno democrático.

9. El problema económico fundamental de Occidente a

todo lo largo de la crisis no ha sido otro sino el
sobredimensionamiento y la acumulación de riesgo en
el sector financiero. En un sistema democrático, el
objetivo de las políticas anti-crisis hubiera sido
evidente: salvar la economía real mediante la
reestructuración del sector financiero, adecuando la
dimensión de este último a la capacidad de pago
efectiva de familias, empresas y gobiernos.

10. EKAI Center ya advirtió en el momento de estallido de

la crisis sobre la necesidad de que el análisis
económico diferencie con claridad entre las
estrategias anti-crisis que deberían aplicarse y las que
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previsiblemente se aplicarán. En nuestro caso, a pesar

de la evidencia de la necesidad de abordar la
reestructuración del sistema financiero como primer
objetivo, era también evidente que esto no iba a
suceder. Sólo un profundo cambio político en Europa y
Estados Unidos -una verdadera revolución- podía
haber hecho posible hacer lo que realmente debía
hacerse. El estrecho control político de Occidente por
parte del poder financiero central hacía prácticamente
imposible que ello sucediera y, al contrario, hacía
presumir que se pusieran en marchas políticas
contradictorias con ese objetivo y basadas,
fundamentalmente, en la detracción masiva de
recursos de la economía real con el fin de evitar la
quiebra de las grandes entidades financieras.

11. Cualquier análisis económico que no analice y tenga

suficientemente en cuenta esta realidad institucional
es incapaz de interpretar correctamente la evolución
de nuestra economía.

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