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Construcción de una tipología de los ocupantes de tierras privadas en Misiones

en base a técnicas multivariadas de análisis de datos*

∗ ∗ ∗
Denis Baranger  Fernanda Niño  Eduardo Simonetti

Introducción
En Misiones, tradicionalmente, la frontera agrícola fue avanzando desde el sur hacia el norte del
territorio, allí donde la disponibilidad de tierras fiscales funcionaba como una vía de escape para la
creciente presión demográfica sobre la tierra en las zonas de colonización más antiguas.
Luego, hacia fines del siglo XX, el agotamiento de las tierras fiscales llevó de manera progresiva a
que se desarrolle un proceso de ocupación de tierras de propiedad privada por parte de pobladores que se
fueron afincando en ellas. Este proceso se ha producido especialmente en los departamentos del nordeste
provincial, caracterizado por los mayores índices de pobreza.1
En el año 2003, representantes de dos ONG —la APHYDAL (Asociación para la Promoción Humana
y el Desarrollo Agroecológico Local) y el INDES (Instituto de Desarrollo Social y Promoción Humana)
—, ambas dedicadas a apoyar la lucha por la tierra, nos solicitaron que lleváramos adelante un censo en
las propiedades ocupadas. Para ello la APHYDAL obtuvo un subsidio del Gobierno Provincial destinado
a afrontar los gastos de realización del censo así como la mensura perimetral del área ocupada.
En este contexto realizamos en 2003 y 2004 el Censo de Ocupantes de Tierras privadas (COT),
abarcando diez grandes propiedades ubicadas en el nordeste de Misiones (en los Deptos. de Gral.
Belgrano, San Pedro y Guaraní).
Los datos recolectados mostraron que, si bien predominantemente la población de ocupantes se
encuentra en una situación de pobreza extrema, no es menos cierto que existe en ella algún grado de
diferenciación interna. Sin embargo, en los primeros informes sobre los datos del censo, los análisis
realizados se basaron en la consideración de indicadores aislados, llegando apenas a presentar algunos
cruces bivariados.
Para una evaluación de las perspectivas de evolución de estas explotaciones agrícolas, con vistas tanto
a las políticas sociales y de desarrollo rural a encarar, como al comportamiento político esperable por
parte de estos actores, consideramos de una crucial importancia lograr una caracterización más adecuada
de esa población.
De ahí que en esta presentación nos hayamos propuesto avanzar en la descripción de los ocupantes de
tierras de Misiones mediante un nuevo análisis de esos datos censales recurriendo a técnicas
multivariadas, para construir una tipología de los ocupantes que tomara en cuenta de modo simultáneo el
conjunto de los indicadores relevantes.

1. Construcción del potencial de acumulación mediante un ACM


Los datos del Censo han mostrado abundantemente cómo los ocupantes son, en su gran mayoría, pobres
de solemnidad. Para mencionar unos pocos indicadores: de los jefes de unidad doméstica (UD) apenas un
25% alcanzaron a completar la escuela primaria y, atendiendo a sus condiciones de vida, sólo un 8%
dispone de electricidad, un 7% poseen una heladera, un 16% algún sistema de agua corriente dentro o
fuera de la vivienda, y sólo un 3% un baño instalado (cf. Baranger y Schiavoni, 2005).
Sin embargo esta caracterización resulta insuficiente para evaluar las posibilidades de evolución de las
explotaciones de los ocupantes, para lo cual es fundamental determinar con qué tipos de actores sociales
estamos tratando. En este sentido nos propusimos las ideas de Archetti y Bartolomé en la década del 70
acerca de la distinción entre farmers y campesinos.
Asumiendo que ambos tipos de productores agrícolas familiares se caracterizaban por el papel crítico
jugado por la fuerza de trabajo doméstica, el principal criterio de estos autores para diferenciarlos fue su

*
Trabajo elaborado en el marco del PICT 04-13831 de la ANPCYT realizado en la FHCS-UNaM como
parte del Proyecto del PROINCE 16H161, para ser presentado en la Tercera Reunión del Grupo de
Estudios Rurales y Desarrollo, Posadas, 20-21 de septiembre 2007.


Sociólogo, UNaM, baranger@arnet.com.ar.
∗∗
Estadística, UNaM, mafeni@arnet.com.ar.
∗∗∗
Estadístico, UNaM, eduardosimonetti@hotmail.com.
1
En efecto, según el Censo de Población de 2001, los hogares con NBI fueron en Misiones 23,5% (frente
a un promedio nacional de 14,3%), y alcanzaron su máximo en los departamentos de Gral. Belgrano y
San Pedro: 33% y 35,3%, respectivamente.

1
distinta capacidad de acumulación de capital. Así, mientras Archetti concebía al farmer como una forma
de producción irreductible tanto al campesino como al capitalista (cf. Archetti y Stølen, 1975), en
Misiones, Bartolomé distinguía básicamente tres tipos sociales agrarios: campesinos, colonos y
empresarios capitalistas.
Ambos coincidían en caracterizar básicamente la explotación campesina por operar en un nivel de
reproducción simple, en tanto que Bartolomé (1975) introducía en ese marco una distinción adicional
entre colonos I y II, o entre protofarmers y farmers, en base a un mayor potencial de acumulación de los
segundos.
Teniendo en cuenta que prácticamente la totalidad de los ocupantes se encuentran dedicados a la
agricultura familiar, resulta crucial, con vistas a evaluar sus posibilidades de evolución en el futuro
inmediato y mediato, lograr una determinación adecuada de los tipos agrarios en juego. Con este
propósito nos hemos propuesto lograr una caracterización del potencial de acumulación de capital de los
ocupantes de tierras privadas.2
Para ello, tomamos en cuenta los principales recursos productivos disponibles para la actividad
agrícola: la superficie total de tierra poseída (en uno o más lotes, estén o no todos ubicados en la zona
censada); la inserción ocupacional de la UD (con las modalidades “no chacra”, “chacra/peón”, “sólo
chacra”, “chacra/otra”), la compra de fuerza de trabajo (“peones sí”, “peones no”) y el equipamiento
productivo (disponibilidad de carro, yunta de bueyes con arado, motosierra, automóvil, camioneta,
camión, motor, trapiche, tractor, y trilladora).
A los efectos de nuestro análisis la población estudiada está compuesta por 1543 UD que se han
encontrado “ocupando” uno o más lotes en las propiedades censadas.3 Las superficies totales de tierra
disponible por las UD son muy variables: la mitad de ellas tienen 20 ha o menos; mientras un cuarto de
las superficies más pequeñas no superan las 9 ha, en el otro extremo hay un 6% de las UD que disponen
de 100 ha o más. En general, las UD utilizan fuerza de trabajo fundamentalmente familiar, y en el 63% de
ellas, sus integrantes ocupados se dedican exclusivamente a la chacra; sin embargo en una tercera parte de
las UD hay miembros que se dedican a la chacra mientras otros trabajan como peones en actividades
agrícolas o forestales, o bien se da que las mismas personas combinan ambos tipos de actividades.
En cuanto al equipamiento productivo, la yunta de bueyes, el carro y la motosierra conforman un
suerte de kit básico, por debajo del cual incluso las posibilidades de desarrollar una agricultura de
subsistencia se tornan inciertas. Sin embargo, apenas un tercio de las familias ocupantes disponen de
estos recursos, mientras que la tenencia de equipamientos mecanizados (camión, trilladora, tractor, pick-
up) no supera el 5%; por su parte, la posesión de motor y automóvil es apenas más frecuente, no
superando un 7 y 8% de las UD, respectivamente.4
Sin embargo, a pesar de la escasa dotación de medios de producción en el conjunto de la población, la
presencia de algunos de estos equipamientos, junto con la superficie de tierra disponible, la inserción
ocupacional y la compra-venta de fuerza de trabajo permiten establecer diferencias entre las UD y
determinar una estructura del potencial de acumulación cuando se consideran en forma conjunta estos
elementos.
Para determinar esa estructura hemos realizado un Análisis de Correspondencias Múltiples (ACM) en
el que consideramos como variables activas (características indicadoras del potencial de acumulación) los
diferentes recursos para la producción que hemos descrito.
Con el ACM, la inercia (o varianza) total se descompone en 22 ejes factoriales (ver Tabla 1 en
Apéndice), 8 de los cuales superan el valor propio (o eigenvalue) medio. Además, debe notarse que el
primer eje, el cual explica un 15% de la inercia total, es mucho mayor que el segundo y que a partir del
cuarto eje se produce un decrecimiento casi imperceptible de los valores propios que estaría indicando la

2
Recientemente, Obschatko, Foti y Román se propusieron un objetivo análogo a escala nacional, para lo
cual desarrollaron una metodología por completo diferente, basándose en los costos y precios de los
diferentes productos. De este modo, estas autoras han distinguido tres tipos de pequeños productores en
Argentina: «el tipo 1 abarca a los más capitalizados; el tipo 2, a aquellos que viven principalmente de su
explotación pero no logran evolucionar; y el tipo 3 agrupa a los de menores recursos productivos, que no
pueden vivir exclusivamente de su explotación» (2006: 14). En nuestros términos, los tipos 2 y 3
corresponderían a campesinos, el tipo 1 a farmers.
3
En el censo la unidad de registro fue el lote, correspondiéndole a cada lote una cédula censal. Empero,
desde el punto de vista del análisis, es más significativa la información al nivel de las UD. En los casos en
que los datos de la UD no se reducían simplemente a los consignados en la cédula (esto es, cuando la UD
poseía dos o más lotes) fue necesario generar los datos a nivel de la UD. Esto supuso invertir un trabajo
considerable en la construcción de variables. En definitiva los 1839 lotes censados y fueron reducidos a
1648 UD; de estas últimas, 105 no fueron tomadas en cuenta por no contar con suficientes datos. Para el
procesamiento de los datos nos valimos de los programas SPSS y SPAD 6.5.
4
Recordemos que el uso excluyente de energía humana y animal era una de las características
fundamentales mencionadas por Eric Wolf (1966) para caracterizar a los ecotipos paleotécnicos, criterio
retomado por Bartolomé (1975).

2
traducción de diferencias muy puntuales entre las UD. Por ello, nuestra decisión de tomar en cuenta
solamente los tres primeros ejes.

Figura I Modalidades activas en el primer plano factorial: Potencial de acumulación

En la Figura I en el que están representadas las modalidades activas en el primer plano factorial 5 se
observa que el primer eje (de oposición) ordena las UD de modo tal que en el extremo izquierdo se
ubican aquellas que disponen de las menores superficies, no tienen equipamiento productivo, no contratan
peones, y cuyos integrantes no se dedican a la chacra o bien lo hacen sólo en forma parcial (el jefe
combina ambas actividades, y/o algunos miembros se ocupan en la chacra y otros trabajan como peones);
en cambio, en el extremo derecho se ubican las UD que se caracterizan por la disponibilidad de mayores
superficies, contratan peones y disponen de equipamiento básico (una o más yuntas de bueyes con arado
y/o carro), y también uno o más implementos mecánicos (auto o pick-up o motor).
De modo que este primer eje traduce con buena aproximación al “potencial de acumulación” de las
UD determinado por las situaciones extremas de disponibilidad de diferentes tipos de recursos para la
producción.
Las distinciones traducidas por el segundo eje reiteran en gran medida las asociaciones puestas de
manifiesto en el primero, separando las situaciones extremas en la parte superior de las situaciones
intermedias en la parte baja. Las situaciones extremas (ya separadas por el eje 1) en la parte más alta del
gráfico, indican -a la izquierda- una configuración de características que responden a la ausencia casi total
de recursos productivos, mientras a la derecha, se observa una asociación entre modalidades que expresa
mayores posibilidades de acumulación. En la parte baja, se ubican un conjunto de modalidades
(superficies intermedias, disponibilidad de algún mínimo equipamiento para la producción y dedicación
exclusiva a la chacra) que dan cuenta de la presencia de UD con situaciones intermedias en términos del
potencial de acumulación.
En el plano de los dos primeros factores se ve como todas las modalidades de las diferentes variables
activas se ordenan consistentemente de izquierda a derecha: la inserción ocupacional (con sus
modalidades “no chacra”, “chacra/peón”, “sólo chacra”, “chacra/otra”), la compra de fuerza de trabajo
(“peones no”, “peones sí”), y los implementos poseídos. Esto evidencia que nuestro ACM ha resultado en
un índice de potencial de acumulación de capital.6
En el plano de las UD (Figura II) se presenta la distribución de éstas según las diferenciaciones
establecidas por los dos primeros ejes. De modo que, en función de lo dicho, las UD se distribuyen en un
continuo que, recorriéndolo desde la zona superior izquierda a la superior derecha, nos presenta las UD
ordenadas según capacidades potenciales crecientes de acumulación de capital.
Esta disposición de las modalidades activas y de los individuos en forma de herradura —horseshoe—
fue bautizada como “efecto Guttman” por J. P. Benzécri 7 (1973), y está indicando una estructura
5
Para la interpretación de los ejes tomamos en cuenta además, las contribuciones de las modalidades así
como las correlaciones de las variables con el eje.
6
Esta es una aplicación trivial del ACM: tratándose de una estructura unidimensional determinada por
indicadores con una alta homogeneidad de significado, el uso del ACM aquí equivale a la construcción de
un índice en el sentido lazarsfeldiano, donde la coordenada en el primer eje o factor indica la posición de
un individuo en el índice.
7
«Decimos que hay un efecto Guttman cuando del análisis de correspondencias al cual subyace un
fenómeno fundamentalmente unidimensional, resulta una serie de factores que, aunque no
correlacionados entre sí, no dejan de estar ligados funcionalmente, siendo que el factor de rango p es por
ejemplo un polinomio Pp de grado p sobre el primer factor» (Benzécri, 1973: 192).

3
fuertemente unidimensional.

Figura II Proyección de las UD en el primer plano factorial

Con el propósito de mostrar las asociaciones entre la estructura de potencial de acumulación que
hemos descrito y las características productivas, residenciales y de ocupación de los lotes de las UD,
usamos la técnica de proyección de variables suplementarias (o ilustrativas). Entre esas variables
consideramos por un lado, un grupo que refiere a los productos agrícolas/ganaderos/forestales que se
obtienen en los lotes (Figuras III y IV); por otro, aquellas modalidades consistentes en la ubicación de los
lotes, junto a las condiciones habitacionales y a las modalidades de residencia de las UD, y una variable
que indica la práctica del ayutorio o del cambio de día (Figura V). Las modalidades de estos tres gráficos
se muestran en su proyección en el mismo plano determinado por los dos primeros factores del ACM, por
lo que el hecho de presentarlas separadamente es sólo a lo efectos de lograr su mejor visualización.
La disposición en el primer plano factorial de las modalidades ilustrativas de producción ganadera
(Figura III), indica que quienes no tienen vacunos, porcinos, gallinas, o los poseen en mínimas
cantidades, tienden a presentar los menores potenciales de acumulación. En cambio quienes venden
animales en general, y quienes los crían en mayores cantidades tienden a presentar los mayores
potenciales de acumulación8.
Figura III Variables ilustrativas en el primer plano factorial: Producción ganadera

En la Figura IV, la producción agrícola se presenta siguiendo asociaciones análogas a la ganadera.9 La


ausencia de producción y venta de distintos cultivos está asociada a los menores potenciales de
acumulación, mientras que los mayores volúmenes de producción agrícola o forestal y la venta de estos
productos se asocian a los mayores potenciales de acumulación.

8
Lo que está mostrando que las existencias de ganado en las UD bien podrían haber funcionado también
como indicadores del potencial de acumulación. Sin embargo, por exhibir mayores variaciones
coyunturales se consideró preferible analizarlas separadamente.
9
Para facilitar la lectura, en las Figuras III, IV y V se han eliminado las modalidades que no están bien
relacionadas con los ejes, o sea que presentan valores test bajos en valor absoluto. Los valores test
constituyen ayudas a la interpretación que expresan, en cantidad de desvíos estándar de una distribución
normal, la distancia sobre un eje, entre una modalidad y el centro del gráfico (Lebart et al., 1994: 21).

4
Figura IV Variables ilustrativas en el primer plano factorial:
Producción agrícola y tipos de productores

En particular, las modalidades de producción de tabaco Burley —expresadas en miles de plantas— 10


aparecen ordenadas sobre el gráfico, lo cual indica que a mayor producción de Burley corresponde un
mayor potencial de acumulación, y viceversa. Por otro lado, en la parte baja se observan modalidades que
indican producción destinada sólo al consumo de la UD (poroto, caña, mandioca), de modo que se puede
señalar una asociación entre la producción para el consumo de cada uno de esos cultivos y potenciales de
acumulación nulo y bajo. También proyectamos la variable “tipo de productor” (construida previamente
mediante otro ACM realizado sobre la producción de la UD y su destino); sus modalidades (en negritas:
“no productores”, “productores de subsistencia”, “tabacaleros”, y “comerciales”) aparecen claramente
relacionadas con la estructura del potencial de acumulación.
Finalmente la Figura V tiene el interés de diferenciar los asentamientos en las diferentes propiedades
de acuerdo a su menor o mayor potencial de acumulación, desde El Porteño hasta El Triunfo, en tanto que
Colonizadora —la propiedad con mayor número de UD asentadas— se ubica próxima al baricentro (lo
que en este caso está traduciendo la presencia de ocupantes con variados potenciales de acumulación).

Figura V Variables ilustrativas en el primer plano factorial: Otras características de las UD

En cuanto a la variable Condiciones habitacionales, cuyas modalidades (“CH-Muy malas”, “Malas”,


“Regulares” y “Buenas”) se ordenan coherentemente de izquierda a derecha, ha sido construida en base a

10
Se suele estimar en 18.000 la cantidad de plantas en una ha.

5
otro ACM. Por otro lado, los que tienen un único lote 11, los que son ocupantes más recientes (años 2001 y
más), los que tienen condiciones habitacionales muy malas o los que no realizan ayutorio presentan en
general características de menores potenciales de acumulación. Asimismo, los que hace más tiempo que
ocupan el lote (1991-1995), viven con condiciones habitacionales Regulares o Buenas; tienen varios lotes
o sólo algunos de los miembros de la UD residen en la tierra ocupada, tienden a presentar el mayor
potencial de acumulación de capital.
De este modo, queda claro que los datos exhiben en general una gran coherencia, lo que brinda un
sustento adicional a la validez a la estructura del potencial de acumulación generada a través del ACM.

2. Construcción de una tipología de los ocupantes


En base al ACM realizado, construimos una tipología de las UD según su potencial de acumulación. Para
ello utilizamos una Clasificación Ascendente Jerárquica (CAJ)12 sobre los tres primeros ejes factoriales
(29% de la inercia total).13 Como en toda clasificación, la idea es producir categorías que resulten ser
heterogéneas las unas respecto a las otras, a la vez que lo más homogéneas posibles internamente en
términos de las características de sus integrantes.
Figura VI Proyección de las UD en el primer plano factorial: Clases de Potencial de Acumulación

La partición construida está conformada por cuatro clases, a las que adjudicamos las siguientes
“etiquetas”: 1) No Agricultores (N), 2) Agricultores con Nulo Potencial de Acumulación (U), 3)
Agricultores con Bajo Potencial de Acumulación (B) y 4) Agricultores con Medio Potencial de
Acumulación (M).14
En la Figura VI, se representaron las UD en el primer plano factorial, identificando a cada una de ellas
por una letra que indica la clase a la que pertenece. Así las UD no agrícolas (N) se ubican en el cuadrante

11
Algunas UD disponían de varios lotes, casos en los que distinguimos dos modalidades: “Varios lotes en
zona censada”, y “Otros lotes fuera de la zona censada”.
12
Dado que la continuidad de la nube de puntos en la zona central inferior del primer plano factorial no
permite anticipar un número de clases, no parece adecuado recurrir a otro método de clasificación como
el de la agregación en torno a centros móviles que requeriría fijar a priori dicho número.
13
Según explican Lebart, Morineau y Piron, «es equivalente efectuar una clasificación de los individuos
sobre un conjunto de p variables o sobre el conjunto de los p factores. Pero también se puede tomar en
cuenta sólo un sub-espacio factorial de dimensión q (q < p) y realizar una clasificación sobre los q
primeros ejes. Ello presenta la ventaja de eliminar las fluctuaciones aleatorias que constituyen en general
lo esencial de la varianza recolectada en las direcciones de los p - q últimos ejes (variaciones no
sistemáticas contenidas en los datos). El hecho de abandonar los últimos factores equivale a realizar una
suerte de “alisamiento” de los datos, lo que en general mejora la partición al producir clases más
homogéneas. [...] La utilización conjunta del análisis factorial y de la clasificación permite pronunciarse
no sólo sobre la realidad de las clases, sino también sobre sus posiciones relativas, su forma, su densidad
y su dispersión. Las dos técnicas se validan mutuamente» (1995: 187-189).
14
La estructura del espacio factorial generado ha dado lugar así a un índice de potencial de acumulación,
cuyos valores quedan ordenados en una única dimensión. La denominación “medio potencial” no indica
una situación promedio sino una situación algo mejor que la de bajo potencial, dado que el recurso al
adjetivo “alto” —aunque correcto dentro del contexto analizado— podría prestarse a equívocos, si se lo
interpretara en términos absolutos (es decir, no hay ocupantes “ricos”, en este sentido).

6
superior izquierdo. Luego en la parte inferior, tenemos las dos clases más numerosas de nulo (U) y bajo
(B) potencial; aunque ordenadas en función del primer eje y ubicadas gruesamente de uno y otro lado del
centro de gravedad, la frontera entre estas dos clases aparece como bastante indecisa. Finalmente en el
sector superior derecho se distinguen las UD de medio (M) potencial.
Obsérvese que la gran mayoría de las UD están concentradas en la zona central de la parte inferior del
gráfico (hay muchos puntos superpuestos, obviamente). Aunque resulta difícil trazar una línea que
produzca un corte nítido entre las UD de potencial nulo (U) y bajo (B), estas clases estadísticas son
interpretables en términos de su potencial de acumulación de capital.
A los efectos prácticos, la utilidad de esta clasificación es fácilmente argumentable. Así, por ejemplo,
es posible observar (Tabla 2, en Apéndice) como los asentamientos en diferentes propiedades son
claramente diferenciables en base a su composición en clases de potencial de acumulación. Para el caso,
la última hilera (“varias propiedades”) corresponde a las UD que poseen varios lotes, encontrándose éstos
ubicados en más de una propiedad, las que presentan los mayores potenciales de acumulación de capital;
mientras que en el otro extremo se ubica la propiedad El Porteño, que aparece como la más pobre.

2.1 Descripción de las clases


Interesa ahondar algo más en la naturaleza de estas clases. A continuación, caracterizaremos las cuatros
clases construidas en términos de algunas variables, describiendo luego algunos casos típicos de cada una
de ellas. En efecto, es necesario tener en cuenta que las etiquetas —esto es, las denominaciones a las que
recurrimos para identificar a las clases— son apenas un recurso mnemotécnico para la descripción, y que
las clases de hecho siempre terminan agrupando situaciones disímiles en algún grado.

2.1.1 La clase de los “no agricultores” (118 UD - 7,65%)


Se trata básicamente de unidades cuyos integrantes no se dedican a la producción en la chacra (66%),
y/o que disponen de superficies muy pequeñas (hasta 1 ha, 78%). Esta clase se caracteriza además, porque
casi la totalidad de las UD carece tanto de una camioneta, como de las más rudimentarias herramientas de
trabajo (yunta de bueyes con arado, carro o motosierra), en ningún caso disponen de un motor o un
trapiche.
Esa configuración de características relativas al potencial de acumulación, se asocia con la ocupación
la tierra entre 1996 y 2000 (39%), el asentamiento en Colonizadora (51%) y la disponibilidad de un
único lote (89%).
Mientras en la población general es muy infrecuente que no se produzca maíz, mandioca y poroto
(10%, 12% y 15% respectivamente), este grupo presenta la particularidad de una sobrerrepresentación de
UD que no producen ninguno de estos cultivos (no producen mandioca el 47%, maíz el 69% y poroto el
80%). La mayoría tampoco produce caña (92%), yerba (97%), horticultura (80%), frutales (44%), ni
tabaco Burley (98%), y no tienen monte (86%) ni forestación (94%). Por otro lado, la producción animal
es prácticamente nula.
La muy escasa producción de estas unidades está destinada al autoconsumo (78%) y sus integrantes
no participan en prácticas de ayutorio (87%).

Casos típicos:
—La UD 0024 está constituida por un matrimonio y su hija de dos años. Ocupa dos lotes,
uno de ellos residencial, ubicado sobre la ruta y de 800 m 2 en Colonizadora; y el otro de 30 ha
en Intercontinental. La actividad agrícola es nula (en el lote mayor) y en el residencial se
limita a 600 plantas de mandioca y unas pocas gallinas. El jefe, de 28 años, nació en Irigoyen,
tiene aprobado el 3er año de la primaria y se ocupa en changas. El equipamiento de todo tipo
es inexistente, no posee ni siquiera un arado, un carro o una motosierra. Antes de llegar a
Pozo Azul, el jefe vivió en Entre Ríos. En abril de 2003, compró las mejoras en el lote de 800
m2, mientras que en mayo -unos pocos meses antes de ser censado- ocupó el lote de 30 ha.
—La UD 0942 en la propiedad de Maderil, está integrada por un matrimonio de ancianos:
el jefe de 69 años nació en El Soberbio, donde su padre era ocupante fiscal. Ni el jefe ni su
cónyuge de 64 años tienen educación formal. Completa la familia, una hija discapacitada de
34 años y un nieto de 8 años. Subsisten gracias a un plan social y en su lote de 1 ha (ubicado
a dos kilómetros del asfalto) tienen 4000 plantas de mandioca, una huerta de 20 por 12 metros
y dos chanchas.
—La UD 404 está constituida por un joven de 22 años, nacido en Piraí Miní. Su padre
tenía una chacra y trabajaba en un aserradero. Él es empleado en un aserradero y en el año
2003 compró las mejoras de un lote de 400 m2 en Piraí Miní (Intercontinental). El lote es
puramente residencial, sin ningún tipo de equipamiento ni de producción.

2.1.2 La clase de los “agricultores con nulo potencial de acumulación” (758 UD, 49,13%)
Es la clase más numerosa, compuesta por UD que en un 44% tienen superficies de entre 1 y 10 ha, con un peso
importante de semiproletarios, que combinan alguna producción en la chacra con su trabajo como peones (47%

7
de las UD).
En general no disponen tan siquiera del equipamiento básico: carecen de carro (97%), yunta de bueyes y
arado (82%), motosierra (73%), motor (100%), auto (98%), tractor (100%), camioneta (99%), trilladora
(100%), trapiche (99%).
Estas UD se caracterizan por condiciones habitacionales muy malas (30%), la ocupación de un único lote
(86%), con tierras en Intercontinental (29%) y/o que han llegado recientemente a la tierra ocupada (desde el
2001 y más, un 32%). La producción puede definirse como de subsistencia (59%), destinan sus productos al
autoconsumo (44%) y más de la mitad no realiza ayutorio (58%).
La producción para el autoconsumo consiste en mandioca (88%), poroto (72%), arroz (49%). En general no
son tabacaleros (82%), no producen yerba (94%), ni caña (67%).
La mayoría no tiene forestación (86%), un tercio de ellos no tiene monte (37%) aunque poco más de un
cuarto (27%) tiene una pequeña extensión (0,1 a 5 ha de monte).
En cuanto a la producción animal se distinguen por carecer de existencias de ganado vacuno (63%), y en
muchos casos tampoco porcino (49%). En general, no venden animales (75%) y casi ninguno de los que tienen
vacunos, dedican esa producción a la venta (95%).

Casos típicos:
—La UD 1248 se compone de un jefe de 34 años y su esposa de 27, y cuatro hijos con
edades de 1 a 10 años. El jefe, nacido en Dos hermanas, completó el cuarto año de la primaria
y trabaja a tiempo completo en un aserradero. Desde julio de 1993 ocupan un lote de 6 ha en
Colonizadora, ubicado sobre el asfalto. Sin contar con equipamiento productivo, cultivan
maíz, poroto y mandioca en extensiones reducidas (menos de 1 ha. en total) y para su
autoconsumo. Tienen unas pocas plantas de frutales y 1 ha con pasturas. Poseen 6 vacunos (3
bueyes, 2 vacas y 1 novillo) y tienen algunas gallinas .Venden ocasionalmente algún animal.
Los padres del jefe eran agricultores independientes.
—La UD 1049 está compuesta por un jefe de 38 años, su cónyuge (ama de casa) de 40
años y tres hijos de 9, 8 y 5 años. El jefe cuyos padres eran propietarios de una chacra, nació
en Aristóbulo del Valle y tiene 2do. año de primaria. Trabaja en la chacra y de vez en cuando
como peón rural. En marzo de 2003, llegaron al lote de 9 ha que se encuentran ocupando en
la propiedad Schmit. Sólo cuentan con una motosierra y cultivan media hectárea de maíz,
media de poroto y 1500 plantas de mandioca. Poseen un caballo, una chancha y algunas
gallinas. Todo lo producido está destinado al autoconsumo.
—La UD 0128 se compone de un matrimonio y nueve hijos con edades entre los 5 y los
25 años. El jefe de 46 años, nació en Irigoyen, de padres agricultores, y tiene el segundo año
de la educación primaria. Desde 1990 residen en una vivienda de 48 m2 en un lote de 2000 m2
que ocuparon en Piraí Miní (dentro de la propiedad Intercontinental). En el año 2001,
compraron las mejoras de otro lote de 25 ha en la misma localidad, a 12 km del asfalto donde
tienen otra vivienda de 20 m2. Allí cultivan 2 ha de maíz y media de poroto y tienen un
chiquero con un chancho padrillo y cuatro chanchas madres, además de gallinas. El jefe se
ocupa exclusivamente en la chacra, y ocasionalmente vende animales a compradores de Dos
Hermanas. Los tres hijos mayores, de 21, 23 y 25 años, trabajan en raleos y ocasionalmente
colaboran en la chacra. No cuentan con ningún equipamiento productivo.

2.1.3 La clase de los “agricultores con bajo potencial de acumulación” (559 UD, 36,2%)
Se trata de la segunda clase más numerosa constituida por un conjunto de UD que poseen tierras con superficies
de 10,1 a 100 has (84%), y cuyos integrantes se dedican exclusivamente a la chacra (77%).
Caracteriza globalmente a los miembros de esta clase el disponer de un equipamiento productivo básico:
tienen una yunta de bueyes con arado (58%) o al menos parte de ésta (31%), poseen carro (78%) y motosierra
(86%). Unos pocos alcanzan a tener tractor (6%), trapiche (8%), auto (14%). Aquí, la contratación temporaria
de peones (39%) ya es algo más frecuente que en la población censada en general (28%).
Las UD de este grupo se caracterizan también por contar con viviendas de condiciones malas (62%) y
regulares (18%), por la tenencia de varios lotes dentro de la zona censada (20%) o fuera de ella (10%). Han
ocupado la tierra entre 1991 y 1995 (92%), los lotes en que están asentados pertenecen a Maderil (18%) o
Agroforestal (11%) y casi el 60% de los ocupantes en estas ubicaciones pertenecen a esta clase.
Entre estas UD, es relativamente frecuente la práctica de ayutorio (56%). Producen sólo para el
autoconsumo: caña (45%), poroto (77%), mandioca (90%), maíz (73%). Pero algo más de la mitad de esta clase
cultiva tabaco (58%), aunque el volumen de la producción es variable: un 16% tienen más de 55 mil plantas y
un 35% tiene entre 19 y 54 mil plantas.
Casi todas las UD dedican toda o parte de su producción a la venta (90%). En particular la venta de yerba
es más frecuente en esta clase (12%) que en el total de la población (6%). Disponen de entre 5,1 a 50 has de
monte (46%), tienen forestación (21%) y/o entre 51 a 200 plantas frutales (17%).

8
Las unidades de esta clase poseen entre uno y menos de 19 vacunos (75%), son productores de porcinos
(80%) y/o de gallinas (con 30 o más, 47%).

Casos típicos:
—La UD 0643 ocupa un lote de 10 ha en Maderil, a un km del asfalto, desde 1994. El jefe
de 57 años, nació en Dos Arroyos (Leandro N. Alem) de padres chacreros, y tiene primaria
completa. Vive con su cónyuge de 52 años (nacida en Brasil) y una hija de 6 años. Se dedican
exclusivamente a la chacra. Poseen una motosierra, un carro y un arado. Ocasionalmente
contratan un peón. Producen 3 ha de maíz, 1 ha de poroto para la venta, 1 ha de mandioca y
algo de caña. Sólo venden poroto a almacenes de la zona. Tienen un potrero alambrado de 2
ha y cuentan con 7 vacunos, dos bueyes, dos vacas y tres terneros, así como 40 gallinas.
Venden animales “sólo por necesidad”.
—La UD 0114 está compuesta por 9 miembros. El jefe de 32 años nació en Pepirí Miní
(Eldorado) de agricultores propietarios, y completó el sexto grado de la primaria. Su esposa
de 27 años nació en San Pedro, al igual que sus tres hijos (de 4, 6 y 8 años). Se suman, una
cuñada (12), un cuñado (20), una sobrina (13) y una hermana 30 años. En 1991 compraron
mejoras en un lote de 10 ha y media en Portón Viejo-Colonizadora, a 300 metros del asfalto.
Además, dos meses antes de ser censados en 2004, compraron mejoras en otro lote de 20 ha
en Ricieri. El jefe y su cónyuge se ocupan exclusivamente de la chacra y la hermana de 30
años como empleada doméstica. Con la colaboración del cuñado, la hermana y la sobrina,
producen 35 mil plantas de Burley que entregan a un particular. Además, plantan una ha de
maíz, media de poroto y media de mandioca, todo para su consumo. Están en el plan Pro-
huerta. No contratan peones y eventualmente hacen cambio de día. Poseen dos bueyes, una
chancha madre y algunas gallinas. Poseen una motosierra, un arado y un carro.

2.1.4 La clase de los “agricultores con medio potencial de acumulación” (108 UD, 7.00%)
Se trata de la clase menos numerosa (aunque equivalente, en tamaño, a los no agricultores), cuyas UD
disponen de 50,1 has o más (58%). Parte de los integrantes de estas UD se dedican a trabajar en la
chacra y otros desarrollan actividades no agrícolas. Sobre todo, contratan peones en una proporción muy
superior a la población general (73% frente al 28%).
Disponen —en general— del equipamiento básico, aunque algunos de sus integrantes tienen
elementos mecanizados. Así, tienen una o más yuntas de bueyes con arado (76%), disponen de un carro
(82%), de una motosierra (90%), un motor (70%). Hay ciertos equipamientos que si bien no son muy
frecuentes, tienen una presencia en esta clase mucho mayor que en la población general: camioneta (35%
en la clase frente al 5% en la población general), tractor (17% frente al 4%), auto (23% frente al 8%),
trapiche (15% frente al 5% en el conjunto total).
Estas unidades se caracterizan por ocupar viviendas en condiciones regulares (45%) o buenas (13%).
Son las de mayor antigüedad de asentamiento (57% llegaron antes de 1995), tienen varios lotes con al
menos uno fuera de la zona censada (18%), o todos dentro de ésta (30%). Los lotes ubicados en Joison
constituyen un 18% de la clase. Es comparativamente más importante en este grupo de UD que no todos
sus integrantes residan en la tierra ocupada (8%).
Un 17% son tabacaleros de más de 72 mil plantas, venden maíz (35%), yerba (12%), poroto (21%) y
producen caña sólo para autoconsumo (48%).
Tienen forestación (26%) y en sus lotes tienen entre 15,1 a 100 has de monte (34%).
Estas unidades se caracterizan por mayores rodeos: más de 5 porcinos (58%), más de un equino
(62%), más de 5 vacunos (un 63%) y 30 o más gallinas (69%). En su mayoría las UD de esta clase
venden animales (61%). En particular, la venta de vacunos (22%) y de porcinos (39%) es más frecuente
entre ellas que en la población total. Su actividad productiva puede clasificarse (45%) como comercial,
casi la totalidad de ellos (93%) destinan toda o parte de su producción a la venta.

Casos típicos:
—En la UD 0180, el jefe de 50 años es hijo de agricultores propietarios, nacido en
Gobernador López (L. N. Alem), tiene 4to. año de primaria. Completan la UD su cónyuge de
42 años y cuatro hijos (dos varones de 16 y 18 años, y dos mujeres de 12 y 22 años, ésta
última discapacitada). En octubre de 1996, compraron las mejoras en un lote de 80 ha en El
Progreso (Colonizadora), luego, en julio de 1997 compraron 10 ha de mejoras en Mondorí y
en julio de 1998, compraron mejoras de 32 ha más, también en Mondorí. En este último lote,
reside el hijo mayor de 18 años. Disponen de una motosierra, dos arados, dos carros y una
pick-up Ford F100 de 1972. Poseen cuatro bueyes, una vaca, un ternero, dos chanchos
padrillos y seis chanchas, además de gallinas. En el primer lote, cultivan 25 mil plantas de
Burley. Para su consumo plantan una ha de maíz, una caja de arroz, 50 k de poroto, 1000
plantas de mandioca y un cuarto de hectárea de caña. En el tercer lote plantan sólo 20 mil de

9
Burley. El tabaco lo entregan a la Cooperativa tabacalera. No contratan peones y
ocasionalmente hacen cambio de día.
—La UD 0102 se compone de ocho miembros, el jefe de 40 años y 5to. grado de primaria
nació en Colonia Aurora, hijo de chacreros. La cónyuge de 35 años, cinco hijos (entre 1 y 18
años) y una empleada doméstica completan la UD. El jefe se dedica exclusivamente a la
chacra, mientras que la cónyuge y la hija mayor atienden su negocio de almacén. En el año
2000, compraron las mejoras de un lote de 30 ha en Pozo Azul-Colonizadora y en abril de
2003, compraron un lote de 1700 m2, ubicado sobre el asfalto, con una casa de 70 m2. Tienen
un tercer lote, también en Pozo Azul, de 20 ha en el que vive un chacrero con su esposa e hija
y un peón. Además, contrata temporariamente hasta seis peones para las tareas agrícolas. En
total produce 250 mil plantas de Burley para Tabacos Norte. También, tienen dos ha de maíz
para consumo y venta, poroto, mandioca y una huerta. Posee un chancho padrillo, tres
chanchas, cuatro bueyes, una vaca, un novillo, un caballo y gallinas. Además del
equipamiento básico (motosierra, arado, carro) poseen un tractor de 1990 y un camión Ford
4000 del año 2000.
De este modo, la descripción realizada en base a variables características y presentación de casos
típicos pone en claro que estas clases generadas estadísticamente, aun presentando un cierto grado de
homogeneidad, engloban como es esperable situaciones que distan de ser todas idénticas (en el límite,
cada caso es único).

2.2 Clases estadísticas y tipos sociales agrarios


Las clases que hemos generado son literalmente agregados estadísticos y, como tales, a los efectos
teóricos carecerán de toda utilidad, mientras no se las pueda dotar de una interpretación conceptual que
les otorgue un significado que vaya más allá de su simple identificación nominal mediante una etiqueta.
En nuestro caso, interesa analizar la correspondencia entre estas clases y los tipos sociales agrarios
que postulaba L. J. Bartolomé. Prima facie, excluyendo a los “no agricultores”, resulta tentador
interpretar directamente las tres clases restantes en los términos de Bartolomé. Así, la clase de “nulo
potencial” —la más numerosa—, se puede considerar como constituida por campesinos, mientras que los
107 ocupantes con “medio potencial” corresponderían claramente a Colonos II. El problema se plantea
con la clase de “bajo potencial”, que tal vez no sería correcto englobar bajo la categoría de Colono I.15
A favor de hacerlo, estaría el hecho de que después de todo estamos frente a una situación dinámica,
donde los límites establecidos entre las categorías son lo que se producen en un corte temporal
determinado, y no tienen otro significado, dada la ausencia de una caracterización cultural de los tipos,
que el de una diferencia de dotación en recursos productivos en ese momento. Las categorías no remiten a
esencias: son fluidas —por no decir líquidas—, y los cambios se pueden producir en cualquier dirección.
Pero por otro lado, si se va a considerar con mayor detalle el tipo de situaciones abarcadas por esta clase,
se ve que en muchos casos, encuadrar a estas UD como Colonos I, o protofarmers, es hacer gala de un
optimismo exagerado.
En este sentido, los datos de las tablas 3 y 4 permiten matizar la correspondencia entre clases
estadísticas y tipos sociales agrarios.
La Tabla 3 (en Apéndice) muestra claramente la correlación entre las clases y la escala de extensión
de las explotaciones; un resultado obvio, teniendo en cuenta que ésta ha sido una variable que ha
intervenido en la generación de las clases. Pero, además, atendiendo a la composición del 7,6% de las UD
que corresponden a “no agricultores”, se ve que incluye mayoritariamente a lotes muy pequeños (79 % no
pasan de 1 ha de superficie), junto con unos pocos lotes de mayor tamaño (en algunos de estos últimos
casos, es posible que se trate de especuladores, no dispuestos a encarar ningún tipo de proyecto agrícola).
Aunque en los lotes más pequeños el destino puede ser puramente residencial, no está excluida la
posibilidad de desarrollar una mínima agricultura de subsistencia (con lo cual sería plausible sostener que
alguna parte de esta clase de “no agricultores” está constituida por campesinos).
La categoría más numerosa (49,1% del total) corresponde a agricultores dotados de un “nulo
potencial” de acumulación, con extensiones que en un 93% de los casos están comprendidas entre 0,1 y
50 ha Muchas de las UD que caen en esta categoría lo hacen por su falta de equipamiento productivo,
otras por su condición de semiproletarios, pero globalmente no parece inadecuado hablar aquí de
15
Ya en un trabajo anterior nos enfrentábamos con este mismo problema: «A veces, la distinción entre el
colono I y el campesino puede resultar problemática: hablamos de ”campesino” para referirnos a un
productor de subsistencia, o con mínimas ventas en el mercado, en la medida en que éstas no le permiten
constituir un fondo de acumulación. La categoría más amplia numéricamente es la de los colonos I, éstos
son pequeños productores familiares con alguna posibilidad de acumular capital. Siendo, además de
amplia, sumamente heterogénea, hemos estimado conveniente subdividir en dos estratos esta categoría:
hablamos así de colonos I b y I a. De este modo, disponemos de un continuo de situaciones que expresan
probabilidades diferenciales de acumular capital, ordenadas de menor a mayor: campesino < colono I b <
colono I a < colono II» (Baranger y Bartolomé, 1995: 13).

10
campesinos.
Las cosas no son tan claras, como ya se ha dicho, en lo que concierne a la clase de “bajo potencial”.
Parte de sus integrantes son asimilables a Colonos I, si se tiene en cuenta que el 50% de estas UD posee
más de 25 ha, y que también registran el mayor porcentaje de productores de tabaco Burley —61%—,
con un 34% que incluso planta más de dos ha (Tabla 4, en Apéndice). Pero para otra parte de este grupo
de bajo potencial — someramente estimable en una mitad— su conversión en farmers parece improbable,
por lo que se la podría considerar como compuesta por UD campesinas.
Finalmente, los integrantes de la clase de “medio potencial” no presentan mayores problemas para ser
considerados como farmers, o colonos II.
Lo que muestran nuestros datos es una suerte de continuo que se extendería desde los campesinos
hasta los farmers. Sin embargo, la mayoría de estos ocupantes no califican como farmers: sumando al
49% de “nulo potencial” un 18% (la mitad de las de “bajo potencial”), llegamos a un 67% de las UD
ocupantes que presentan características campesinas y operan en un nivel de reproducción simple. En
suma, el efecto inmediato de los procesos de ocupación de tierras ha sido consolidar un sector social con
características campesinas. De ahí que no sea desacertado hablar de “campesinización”.
En síntesis, encontramos entre los ocupantes tipos agrarios diversos: un sector muy reducido presenta
características farmer, otros son más campesinos aunque escasamente integrados al sistema económico, y
otros combinan el trabajo asalariado con una mínima agricultura de subsistencia.

Conclusiones
Según observaba J.-C. Passeron, el conocimiento de la ciencia social es inevitablemente tipológico, y se
inscribe dentro de la lógica del razonamiento natural. En las ciencias del mundo histórico no se llega
nunca a la paradigmatización, porque resulta imposible descomponer sus objetos en un conjunto limitado
de variables.16 Esto es especialmente cierto en lo que hace al conocimiento producido por las disciplinas
denominadas sintéticas —sociología, historia y antropología social—; mientras que por su parte las
ciencias sociales particularizantes —como la economía, la demografía o la lingüística— tendrían más
éxito en la construcción de modelos basados en relaciones de causalidad entre variables (Passeron, 2006).
En los inicios de la aplicación del análisis de correspondencias a la investigación social, Philippe
Cibois, al interrogarse acerca del status de las configuraciones de respuestas observables en un plano
factorial, argumentaba que «la experiencia ha mostrado que es posible asimilarlas a tipos ideales
weberianos» (1981: 342). De este modo la Analyse des données se opondría a los métodos más
“durkheimianos”,17 propios del análisis estándar de variables (cf. Baranger, 2005: cap. 3).
La asimilación no puede ser directa, por cierto, ya que en Weber el tipo ideal resultaba construido
razonadamente por el científico como una combinación de rasgos seleccionados en base su pertinencia
funcional.18 De hecho, Weber dice expresamente que no se trata de un promedio (Weber, 1973: 79). Sin
embargo, continuaba Cibois, el tipo ideal es una «configuración bastante rara estadísticamente si se está
en búsqueda del tipo puro, pero en cambio bien confirmada numéricamente si lo que se busca son
aproximaciones al tipo ideal» (1981:343).

16
Idea de factura claramente weberiana, aunque según Fritz Ringer, Weber la haya tomado de Simmel,
quien «...argumentó (1) que no podemos aspirar a analizar un estado complejo en todos sus componentes
elementales, y (2) que tales estados complejos casi seguramente no se presentarían recurrentemente con
componentes exactamente similares. Una conexión completamente legal entre dos eventos históricos
[considerados] como totalidades es por lo tanto efectivamente imposible» (Ringer, 1997: 30).
17
«En sociología, hay métodos “durkheimianos” y métodos “weberianos”, los primeros ligados al
coeficiente de correlación y a todos los métodos que lo utilizan (path analysis y regresión), los otros a los
métodos gráficos que presentan configuraciones de modalidades de respuesta (multidimensional scaling y
análisis de correspondencias)» (Cibois, 1982: 344).
18
«Esta construcción presenta el carácter de una utopía, obtenida mediante el realce conceptual de ciertos
elementos de la realidad». [...] en su pureza conceptual, [el tipo ideal] es inhallable empíricamente en la
realidad: es una utopía que plantea a la labor historiográfica la tarea de comprobar, en cada caso
singular, en qué medida la realidad se acerca o se aleja de ese cuadro ideal» (Weber, 1973: 79-80).

11
Actualmente, cuando construimos tipos sociales, lo hacemos intentando reconocer la existencia de
familias naturales, un poco a la manera de las taxonomías de la biología.19 La idea wittgensteiniana del
“parecido de familia” alude a la posibilidad de asimilar individuos que presentan una cierta cantidad de
rasgos en común, sin que necesariamente tengan todos que coincidir; basta con que posean un número
suficiente de rasgos en común, para que se satisfaga lo que se ha dado en llamar el “requisito del quórum”
(Hospers, 1984: 98). En este sentido, los tipos nunca terminan de satisfacer por completo el modelo de la
definición aristotélica por genus proximum y differentia specifica.
En estudios sociales cuantitativos nada impide que los tipos sean generados por una técnica de
clasificación automática, en vez de razonadamente. Pero en este caso se plantea la dificultad de producir
una interpretación cualitativa de los resultados, lo cual supone traducirlos en términos que resulten
significativos en función de nuestros marcos teóricos.
Nuestra diferencia con el taxonomista no debería con todo ser menospreciada: las categorías del
análisis social no son fijas, y tampoco lo es la adscripción a ellas de nuestras unidades de análisis. Si
estamos concibiendo nuestro objeto de un modo relacional, debemos atender a lo cambiante de las
configuraciones espacio-temporales, sin ceder a la ilusión positivista de la identidad nominal de los
indicadores que denunciaba Bourdieu (1979: 17).
Como se ha mostrado, lo que ha permitido el ACM aplicado a los datos del censo es detectar
configuraciones de modalidades de variables, observables en sus proyecciones en distintas regiones del
plano factorial. Luego la CAJ no ha hecho más que producir una partición de esas configuraciones en
clases que se corresponden razonablemente bien con distintos tipos sociales agrarios. De este modo, los
ocupantes de tierras privadas pueden ser conceptualizados en su amplia mayoría como campesinos, y por
lo tanto diferentes de los típicos colonos misioneros.
Si se desea hablar de clases sociales, por supuesto que nuestra caracterización, siendo necesaria,
resultará todavía insuficiente. Lo que hemos identificado son “clases en el papel” (Bourdieu, 1984: 4),
generadas en nuestro análisis, y que apenas denotan probabilidades diferenciales para los integrantes de
cada una de ellas de constituirse como actores sociales colectivos.

Referencias bibliográficas

Archetti, Eduardo P. y Krista-Anne Stølen (1975), Explotación familiar y acumulación de capital en el


campo argentino, Siglo XXI, Buenos Aires.

Baranger Denis (2005), Epistemología y Metodología en la obra de Pierre Bourdieu, Prometeo, Buenos
Aires.

Baranger, Denis y Leopoldo J. Bartolomé (1995), “Microproyectos de desarrollo rural y procesos de


diferenciación social en el nordeste argentino”, Documento de Trabajo PISPAD, núm.13, FHCS-UNaM,
Posadas.

Baranger, Denis y Gabriela Schiavoni (2005), “Resultados del censo de ocupantes de tierras privadas”,
Estudios Regionales, FHCS-UNaM, núm. 28, pp. 19-69.

Bartolomé, Leopoldo J. (1975), “Colonos, Plantadores y Agroindustrias. La Explotación Agrícola


Familiar en el sudeste de Misiones”, Desarrollo Económico, núm. 58, julio-septiembre, pp. 239-264.

Benzécri, Jean-Paul et al. (1973), L’analyse des données. II L’analyse des correspondances, Dunod,
París.

Bourdieu, Pierre (1979), La distinction, Minuit, París.

Bourdieu, Pierre (1984), “Espace social et genèse des classes”, Actes de la recherche en sciences
sociales, núm. 52-53, junio, pp. 3-15.

Cibois, Philippe (1981), “Analyse des données et sociologie”, L’année sociologique, núm. 31, pp. 333-48.

19
Tomas S. Khun definía una familia natural como «una colección de objetos que se ha observado que se
parecen, y que son suficientemente importantes y distintos como para exigir un nombre genérico [...] una
familia natural es una clase cuyos miembros se parecen entre sí más de lo que cada uno de ellos se parece
a los miembros de otras familias naturales» (Kuhn, 1975: 99).

12
Hospers, John (1984), Introducción al análisis filosófico, Alianza, Madrid.

Kuhn, Thomas S. (1975), “ ¿Lógica del descubrimiento o psicología de la investigación?”, en I. Lakatos y


A. Musgrave, La crítica y el desarrollo del conocimiento, Grijalbo, Barcelona, pp. 81-111.

Lebart, Ludovic, Alain Morineau y Marie Piron (1995), Statistique exploratoire multidimensionnelle,
Dunod, París.

Lebart, Ludovic, A. Morineau, T. Lamert y P. Leuvret, 1994, Manual de referencia. SPAD.N (Sistema
compatible para el análisis de datos) Versión 2.5, CISIA, Saint-Mandé.

Obschatko, Edith S. de, María del Pilar Foti y Marcela E. Román (2006), Importancia de los pequeños
productores agropecuarios en la producción agropecuaria y en el empleo en base al Censo Nacional
Agropecuario 2002, Buenos Aires, SAGyP/IICA.

Passeron,Jean-Claude (2006), Le raisonnement sociologique, Albin Michel, París.

Ringer, Fritz (1997), Max Weber’s Methodology. The Unification of the Cultural and Social Sciences,
Harvard University Press, Cambridge MA.

Weber, Max (1973 [1904]), “La ‘objetividad’ cognoscitiva de la ciencia social y de la política social”, en
M. Weber, Ensayos de metodología sociológica, Amorrortu, Buenos Aires, pp. 39-101.

Wolf, Eric R. (1966), Peasants, Prentice-Hall, Englewood Cliffs NJ.

13
APÉNDICE ESTADÍSTICO

Tabla 1. Valores propios e histograma para el ACM del potencial de acumulación


Traza de la matriz de inercia:
1.83333 Histograma de Valores Propios
Inercia Inercia
Valor (%
Nº propio (%) Acum.)
1 0,2752 15,01 15,01

2 0,1333 7,27 22,28

3 0,1151 6,28 28,56

4 0,1015 5,54 34,1

5 0,097 5,29 39,39


6 0,0919 5,01 44,4
7 0,0893 4,87 49,27
8 0,0853 4,65 53,92
9 0,0826 4,51 58,43
10 0,0796 4,34 62,77
11 0,0781 4,26 67,03
12 0,0746 4,07 71,1
13 0,072 3,93 75,03
14 0,0712 3,88 78,91
15 0,0698 3,81 82,72
16 0,0651 3,55 86,27
17 0,0593 3,24 89,51
18 0,0513 2,8 92,3
19 0,0467 2,55 94,85
20 0,0421 2,29 97,15
21 0,0312 1,7 98,85

22 0,0212 1,15 100

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Tabla 2: Composición en clases de potencial de acumulación de las UD ocupantes (%)
No Agricultores Agricultores Agricultores
PROPIEDAD agricultores con nulo PA con bajo PA con medio PA Total
Agroforestal 1 30,8 61,5 6,7 100 (104)
Colonizadora 9,4 49,8 34,7 6,1 100 (639)
Intercontinental 8 63,2 24,2 4,6 100 (351)
Schmit 2,2 69,6 23,9 4,3 100 (46)
Ricieri 2,2 62,2 31,1 4,4 100 (45)
Mondorí 0 69,2 30,8 0 100 (13)
El Triunfo 0 20 70 10 100 (20)
Maderil 5,7 29,5 58,5 6,3 100 (176)
Joison 11,3 46,4 22,7 19,6 100 (97)
El Porteño 57,1 42,9 0 0 100 (7)
Varias
propiedades 4,4 28,9 44,4 22,2 100 (45)
Total 7,6 49,1 36,2 7 100 (1543)
Fuente: COT 2003-2004.

Tabla 3: Composición de los tipos de ocupantes por escala de extensión (%)


Escala de Agricultores Agricultores Agricultores
extensión (ha) No agricultores con nulo PA con bajo PA con medio PA Total
Hasta 1 79 0 0 0 6
1,1 -5 11 20 1 0 11
5,1 - 10 3 22 9 3 14
10,1 - 25 6 36 40 18 34
25,1 - 50 1 14 33 23 20
50,1 - 100 0 3 13 34 8
100,1 - 200 0 2 3 13 3
200,1 - 500 0 2 2 15 3
500,1 - 1.000 0 0 0 0 0
Más de 1000 0 0 0 1 0
Total 117 753 558 107 1535
% 7,6 49,1 36,4 7 100
Fuente: COT 2003-2004.

Tabla 4: Cultivo de tabaco Burley según tipo de ocupante (%)


Cultivo de Agricultores Agricultores Agricultores
tabaco Burley No agricultores con nulo PA con bajo PA con medio PA Total
No producen 100 85 39 58 68
Hasta 2 ha 0 12 27 9 16
Más de 2 ha 0 3 34 33 16
Total 100 100 100 100 100
Fuente: COT 2003-2004.

15

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