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EPLOGO
POR
THOMAS MOLNAR ( * )
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THOMAS MOLNAR
EPILOGO A UN EPLOGO
THOMAS MOLNAR
EPLOGO A UN EPLOGO
derse como producto del ambiente norteamericano, en el que la etiqueta de conservador reemplaza a la tradicionalista derechista.
Lo que se propone es nada menos que la revaluacin, despus
de innumerables milenios, del Estado, la Iglesia y la Sociedad
Civil! En una conferencia pronunciada en Roma (diciembre
de 1995) celebrando el trigsimo aniversario de Dignitatis Humarme, el neoconservador norteamericano George Weigel, colega de
Michael Novak, tuvo a bien decir esto acerca de la nueva reorganizacin institucional, en armona con la historia, pensamiento
poltico y constitucionalismo de los Estados Unidos. La nueva
Iglesia, dijo Weigel citando al P. John Courtney Murray (perito
en el ltimo Concilio) abraza la idea del Estado jurdico, lo
que en la tradicin angloamericana se llamara constitucionalismo. El nuevo Estado, continu Weigel, protegera el orden
pblico necesario para la consecucin del bien comn por la sociedad civil, pero por lo dems se limitara al papel de Estadoguardin, tan querido de los liberales como de los neoconservadores. Esto es posible, cree Weigel, porque el fundamento ltimo
es la virtud del pueblo, y estas virtudes son alimentadas y mantenidas primordialmente no por el Estado ni por la "poltica"
rgidamente interpretada Q?), sino por la sociedad civil. En
otras palabras, y teniendo en mente la forma norteamericana de
sociedad civil como forma suprema, una sociedad civil virtuosa
sobre cimientos liberales reemplazara al Estado (y a la Iglesia),
que al parecer han sido declarados tradicionalmente negligentes
o impotentes para asegurar la virtud.
As volvemos al centro del conflicto descrito anteriormente
entre el Estado, la Iglesia y la sociedad civil; conflicto que los
hombres han solucionado intermitentemente a lo largo de la historia, pero nunca de manera definitiva. Conflicto que es hoy tan
violento como siempre, y en el que la sociedad civil, con el respaldo del poder mundial norteamericano, tiene todas las de ganar.
Pero en lugar de utilizar el liberalismo como ideologa agresiva
(ariete contra la Iglesia y el Estado), esos liberales neoconservadores, a cuyos ojos la historia ha terminado con la imposicin
en todo el mundo del constitucionalismo norteamericano, utili267
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