You are on page 1of 14

Doctor

GUILLERMO MENDOZA DIAGO


Fiscal General de la Nación
E. S. D.

REF.- Resolución Administrativa Febrero 3/10


Dentro del Proceso No. 297
Caso.- Magnicidio Luís Carlos Galán Sarmiento
Agencia Especial No. 5715

Señor Fiscal General de la Nación:

Al conocer el acto administrativo contentivo de su orden dirigida al


Señor Fiscal Veinticinco Especializado ante la Unidad Nacional de
Derechos Humanos de trasladar el proceso que se adelanta por el
Magnicidio del doctor LUIS CARLOS GALAN SARMIENTO por
competencia, al Despacho del Fiscal General de la Nación, tras
solicitud de la defensa supletoria, y con el argumento básico de
reconocimiento de fuero al sindicado MIGUEL ALFREDO MAZA
MÁRQUEZ, derivado de la calidad de Director del Departamento
de Seguridad D.A.S, que ostentaba para la época de los hechos;
esta Delegada para el Ministerio Público en asuntos Penales,
presenta RECURSO DE REPOSICIÓN contra la determinación de
la referencia, y con ello reitera su postura constante de
improcedencia de tal privilegio y de sus consecuencias
procesales, expuesta por el Agente Especial de la Procuraduría
General de la Nación que hasta hoy venía haciendo las veces de
Ministerio Público en el decurso del proceso, que fue acogida
integralmente por la Fiscalía General de la Nación en sendos
pronunciamientos de primera y segunda instancia, habiéndose
decidido un hábeas corpus y una acción de tutela en similar
sentido, pero que ahora de manera sorpresiva, extraprocesal,
luego de trascurrir cinco meses de vigencia de la nueva línea
jurisprudencial de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia
en materia de fuero parlamentario que se pretende aplicar, y justo
el mismo día en el cual el fiscal de conocimiento había proferido el
cierre de la investigación y se aprestaba a calificar el mérito del

1
sumario con el apremio de los términos, es recogido por Usted
como en una tercera instancia para decidir un cambio de
competencia y de procedimiento.

Se pretende con la impugnación la revocatoria de la


determinación atacada, y que consecuentemente la investigación
se continúe tramitando por el procedimiento ordinario acorde a la
naturaleza de la conducta imputada.

La competencia en general debe desarrollarse bajo las siguientes


pautas: LEGALIDAD, pues tal atribución obedece al desarrollo
exclusivamente legislativo, ningún operador podrá imputarse el
conocimiento de un proceso, si previamente no ha sido facultado
para tal fin; IMPERATIVIDAD, hace relación a la no derogatoria
de la competencia emanada en la voluntad del legislador para
satisfacer un interés u objetivo particular; INMODIFICABILIDAD,
de gran relevancia en este asunto, no permite que la competencia
pueda variar en el transcurso del proceso; INDELEGABILIDAD,
impide que quien la ostenta pueda delegarla; y finalmente se
considera de ORDEN PUBLICO, al sustentarse en el interés
general.

Además, el ordenamiento constitucional vigente, ha establecido el


fuero penal en favor de los Directores de Departamento
Administrativo, por razón de su cargo, durante el desempeño de
sus funciones o con ocasión de ellas, con la finalidad de
garantizar la independencia y autonomía del órgano al que
pertenecen, y el pleno ejercicio de sus funciones constitucionales,
mostrando con ello respeto por la dignidad que representa su
investidura, por lo que establece que la investigación y
juzgamiento de las conductas punibles que se les imputen, se
adelanten por autoridades diferentes de aquellas a quien se
atribuye competencia por razón de la naturaleza del hecho, sin
que para el ejercicio de la jurisdicción deba mediar, permiso,
autorización o trámite previo especial.

Tal como lo ha precisado la Corte Constitucional, este no debe


entenderse como un privilegio personal del que gozan los
congresistas, sino como una figura que se instituye “en razón de
la investidura y con una finalidad protectora de la integridad y la
autonomía del Congreso de la República”. Ver, al respecto,
sentencia T-1320 de 2001, M.P.: Alfredo Beltrán Sierra.

2
Del simple acercamiento al tenor constitucional, se puede afirmar
que son entonces el cargo o las funciones discernidas, los
factores que determinan la aplicación del fuero constitucional y el
rango del tribunal al que le compete conocer del asunto,
independientemente de la persona individualmente considerada o,
la existencia en contra suya de otras investigaciones o procesos
penales; por ello el aludido fuero se caracteriza como impersonal,
y su origen se radica en la conveniencia de sustraer a estas
específicas dignidades de las reglas generales que gobierna la
competencia judicial.

Desde el advenimiento de la Constitución Política de 1991, los


casos de fuero de congresista, para referirnos al caso que
cimienta el contenido del acto recurrido, se venían interpretando
de la siguiente manera por la Corte Suprema de Justicia:

La Constitución consagra para el caso de los congresistas un


fuero especial que consiste en que serán investigados y juzgados
por la Corte Suprema de Justicia por los eventuales delitos que
cometan.

Esta competencia incluso se mantiene cuando los congresistas se


apartan de su cargo, siempre y cuando sean sindicados de
cometer delitos que tengan relación con sus funciones como
congresistas.

Rememoremos el tema: “la Carta distingue dos hipótesis:


mientras una persona sea congresista, será investigada por la
Corte Suprema por cualquier delito; sin embargo, si la persona ha
cesado en su cargo, entonces sólo será juzgada por esa alta
corporación judicial si se trata de delitos relacionados con el
cargo”.

Esta fue la postura defendida por la CSJ hasta el 2007 cuando, a


través de un auto del 18 de abril de ese año, varió su
jurisprudencia y le añadió un requisito adicional al evento en el
que los congresistas deban ser investigados por delitos
relacionados con su cargo.

En este cambio jurisprudencial, la Corte señaló que: “cuando se


ha perdido la calidad congresional – no basta con cualquier
relación entre la conducta atribuida y la condición de
parlamentario, sino que se precisa que ese vínculo sea directo e
inmediato en términos de estar frente a lo que la doctrina

3
denomina „delitos propios‟, entendiendo por tales los que sólo
puede cometer el servidor público en relación con las funciones
que le han sido deferidas por mandato de la Constitución o de la
Ley y los que le sean conexos”3.

La Corte entendió entonces, como ella misma lo asegura, que el


hecho de que los congresistas se concertaran con grupos
paramilitares no podía ser considerado como una conducta que
se realiza en razón de las funciones de los congresistas.

En la nueva sentencia proferida el 1° de septiembre de 2009,


como se señaló al principio de este boletín, la Corte revaluó la
postura que sostuvo en el 2007, al constatar que la Constitución
Política en ningún momento prevé que los delitos por los cuales
pueden ser investigados los congresistas y que tengan relación
con sus funciones sean los denominados “delitos propios”. Por el
contrario, la Constitución sólo hace relación a delitos “que tengan
relación con las funciones desempeñadas por los congresistas”,
sin añadir otras especificaciones. Para la Corte, esto implica que
la relación del delito con la función pública se da cuando “se
realiza por causa del servicio, con ocasión del mismo o en
ejercicio de funciones inherentes al cargo; esto es, que la
conducta tenga origen en la actividad congresional, o sea su
necesaria consecuencia, o que el ejercicio de las funciones
propias del congresista se constituya en medio y oportunidad
propicia para la ejecución del punible, o que represente un
desviado o abusivo ejercicio de funciones “. Y a renglón seguido,
la Corte aseguró que:

“Tal es el caso de los congresistas a quienes se les imputa la


conducta de concierto para delinquir agravado por sus eventuales
vínculos con miembros de las autodefensas cuando ya ocupaban
una curul en el Congreso de la República, proceder que si bien no
es propio de sus funciones, en cuanto reunirse con delincuentes
para orquestar la comisión de delitos no es ni podrá ser inherente
al ámbito funcional de dicha Corporación, sí pone de presente, de
un lado, que posiblemente hacía parte de dicha organización
criminal y, de otro, que de conformidad con la forma en que
operaba la misma, se trataba presuntamente de un miembro
calificado de la misma a quien correspondía aportar dentro de su
ámbito funcional”.

Para la Corte, esto cobra relevancia en el caso de los


congresistas colombianos vinculados presuntamente con grupos

4
paramilitares, pues en estos grupos, “cada quien aporta aquello
de lo que tiene”. En ese sentido, lo que hicieron los congresistas
fue poner al servicio de estos grupos su poder de acción como
senadores o representantes a la cámara. Por ello, la decisión de
la Corte, en el caso concreto que provocó esta sentencia, fue la
de continuar con la investigación en contra del representante a la
cámara Édgar Eulises Torres, pese a que este congresista había
renunciado al fuero, pues aunque ya no esté en desempeño de su
cargo, el hecho de que los delitos por los que se le investiga
tengan relación con sus funciones, según esta última sentencia,
habilita la competencia de la Corte Suprema de Justicia.

La Procuraduría General de la Nación en defensa del orden


jurídico, y de los derechos y garantías fundamentales, ha venido
sosteniendo dentro de estos casos de fuero, en primer lugar, que
la competencia no es un asunto sujeto a modificaciones de índole
interpretativa, ya que la facultad de fijarla se encuentra en cabeza
del legislador al hacer uso de su facultad de configuración,
excepto obviamente, cuando es el propio constituyente quien la
ha determinado. Así la asignación de conocimiento de estos
asuntos, no obedece a apreciaciones subjetivas o reglas
informales, sino por el contrario, debe ajustarse a los factores
reales que lo determinan.

Si se destaca la contundencia de la norma constitucional


relacionada con los congresistas que han perdido tal calidad, esto
es, la imperiosa necesidad de una “relación funcional” entre la
conducta investigada y las propias de los parlamentarios, como
requisito insalvable para la conservación del fuero una vez se
pierda la calidad respectiva, no pueden tener asidero ni cabida
fenómenos de conservación de fuero en casos ajenos al nexo
funcional.

Una interpretación flexible a la norma citada, sin duda vulnera el


principio de legalidad, inveteradamente arraigado a la estirpe del
derecho penal demoliberal, conformante del derecho
constitucional fundamental del debido proceso, fundamento de la
seguridad jurídica y de los más elementales derechos subjetivos y
garantías procesales.

La Procuraduría General de la Nación por tales razones


potísimas, se aparta con todo respeto de la actual doctrina

5
mayoritaria de la Sala de Casación Penal de la Honorable Corte
Suprema de Justicia, y debe expresar por ello su disentimiento,
también respetuoso, con la similar adoptada ahora por el Señor
Fiscal General de la Nación, que conlleva la preocupación sentida
por la aplicación generalizada en materia de todos los fueros
penales de la aludida línea jurisprudencial, pues además del
desconocimiento de los principios informantes del derecho penal y
la vulneración de derechos que se ha precisado ut supra, con ello
se contraviene la tendencia constitucional de rigidez de fueros,
generando consecuencias preocupantes para la administración de
justicia, como por ejemplo, el ensanchamiento del fuero militar en
perjuicio de innumerables casos de violaciones de derechos
humanos que en la actualidad están a cargo de la justicia
ordinaria, para solo mencionar un caso.

Ruego en tales términos, Señor Fiscal General de la Nación, un


pronunciamiento expreso de su parte en punto de principios y
derechos respecto a la aludida línea jurisprudencia, y también en
torno a los alcances que Usted le otorga a la misma respecto a los
fueros diversos al congresional, bajo la consideración sabida de
que la jurisprudencia tiene alcance constitucional de criterio
auxiliar de interpretación.

Es que preocupa también a la Procuraduría General de la Nación,


la indefinición de la doctrina de la Honorable Corte Suprema de
Justicia, pues ubica la fuente de competencia por fuero, ya no en
la órbita funcional, sino en una imprecisa relación con el cargo o la
investidura.

En tales términos, esta Agencia Especial, extraña en la decisión


objeto del recurso la existencia el más mínimo análisis respecto a
la existencia de los supuestos de hecho probados que tienen la
virtualidad de configurar el fuero, tan sólo se limita a transcribir la
determinación de la Corte Suprema de Justicia, y afirmar que
aplica. De allí que deba solicitarle en el presente momento
precisiones expresas sobre el particular.

Propongo un estudio sobre el particular.

Dentro del tema que nos ocupa, y luego de analizar el escrito de la


defensa donde peticiona el cambio de competencia se pudo
establecer que dicho escrito no fue acompañado por piezas
procesales que resultaran de ayuda para la determinación a tomar.-

6
De igual manera el representante de la Procuraduría actuando
como Agencia Especial, constató que el proceso no fue solicitado
por su Despacho ni tampoco inspeccionado por Asesor alguno,
luego entonces la resolución tomada se basó única y
exclusivamente con los planteamientos presentados por la defensa,
situación que conlleva a una realidad distorsionada pues es el
proceso penal el que recopila cada una de las actuaciones que
favorecen no solo a las víctimas sino al procesado.

Insistimos bajo las anteriores premisas que dicha labor


necesariamente debe cumplir el servidor judicial a la hora de
determinar la competencia por el factor subjetivo, requiere de una
valoración jurídica de los hechos, mucho más allá de la simple
comparación abstracta de la norma con éstos, pues sólo de esa
manera es posible establecer la prórroga de competencia privativa y
especial a que hace referencia el parágrafo del artículo 235 de la
Constitución Política, como quiera que es con la verificación y
comprobación de la vinculación entre la conducta punible y el cargo
o la función desempeñada, como se determina procesalmente la
especial y privativa competencia del Fiscal General de la Nación
durante la investigación y de la Corte Suprema para la etapa del
juicio.

Así sucede, verbigracia, con los delitos propios o de sujeto activo


calificado, como el cohecho, la concusión, el tráfico de influencias,
las distintas formas de peculados o abusos de autoridad, la
revelación de información privilegiada, entre otros, en cuanto dichas
conductas punibles constituyen por su propia naturaleza una
expresa manifestación de desvío de los especiales deberes que el
funcionario aforado está llamado a honrar, acatar y cumplir y que,
como tal, justifican que se mantenga la extraordinaria instancia de
investigación y juzgamiento en cabeza del Fiscal General de la
Nación y de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia. (auto del
11 de junio del 2008 Acta de sala 154 M.P. Alfredo Gomez Quintero)

Esta particular situación obligaba al Fiscal a revisar la normatividad


atinente a las funciones que el Estado cumple a través del
Departamento Administrativo de Seguridad DAS, así como las que
en lo particular le concernían a su director,

Se sabe que el manejo y dirección de la inteligencia del Estado en


los ámbitos nacional e internacional; las acciones de
contrainteligencia tendientes a proteger los intereses del país frente
al manejo de actividades hostiles de origen interno o externo; el
manejo de los registros delictivos y de identificación nacional, y el
ejercicio de las funciones de policía judicial, entre otras, son

7
atribuciones del Departamento Administrativo de Seguridad DAS,
bajo la dirección de su Director, quien también representa a la
entidad en asuntos de carácter técnico, jurídico, operativo y
administrativo.

Luego en este orden de ideas, mal podríamos afirmar que el acá


procesado presuntamente se concertó con los carteles de la droga y
las autodefensas del magdalena medio para ejecutar el plan
criminal de acabar con la vida del Doctor Galán, obedeciendo a las
funciones del cargo como Director del Departamento Administrativo
DAS. Por eso resultaba de vital importancia conocer toda la foliatura
y de paso mirar el pronunciamiento de segunda instancia, donde
dicho sea de paso, todos los aspectos relacionados con el fuero, y la
denominación de delito de lesa humanidad, fueron tratados de una
manera responsable y juiciosa.

Es por demás importante y dentro del respeto acostumbrado,


dejar constancia que la actuación del Defensor suplente, debió
surtirse a instancias del Señor Fiscal Instructor y en conocimiento
de los demás sujetos procesales, de manera que el principio de
oportunidad, igualdad y contradictorio se mantenga y se logre las
posibilidades de ley de quienes venimos de tiempo atrás no solo
respetando las garantías procesales sino, luchando por el
restablecimiento del derecho.

El cambio de competencia por Usted planteado y respaldado por


un enfoque que ha dado la Corte Suprema a la norma
constitucional, deja traslucir que la misma es referente al ejercicio
de la función pública que corresponde a senadores y
representantes y, de todos es sabido que si bien a estos
ciudadanos el fuero congresional se mantiene, estamos frente a
un criterio distinto de aquel que ostenta el señor General ® MAZA
MARQUEZ y que por tanto la exigencia de la Defensa no debe
ser atendida favorablemente y menos, confundir el aspecto de la
competencia en un análisis del texto constitucional que no es
aplicable.

Suficiente discernimiento se extracta de la misma Fiscalía General


cuando sus funcionarios en la primera Instancia, al momento de
resolver situación jurídica, toca el tema y considera con verdadero
acierto la posición del señor MAZA MARQUEZ Oficial retirado y
expresa: “ … La relación con el servicio solo tiene relevancia

8
después de que la persona ha cesado en el ejercicio de la
función: si se trata de delitos comunes pierde el fuero y debe ser
investigado y juzgado por los Fiscales y Jueces que
ordinariamente conocen de estos hechos…”

O, cuando en segunda instancia la funcionaria Respectiva frente a


la providencia impugnada manifiesta: “ Competencia .- Por el
Fiscal Especializado se ratificó la competencia para conocer la
investigación en contra del sindicado, General en retiro, MIGUEL
ALFREDO MAZA MARQUEZ, aspecto que definió en su
momento por el mismo Fiscal General de la Nación, encontró
ajustado a las competencias de los delegados asignados por la
Ley dentro de la estructura orgánica de la Fiscalía General de la
Nación, pues luego de analizar la posible calidad foral del
investigado en los términos del articulo 235 Superior numeral 4 y
el parágrafo contenido en igual disposición, la descartó, porque el
sindicado cesó en las funciones del cargo y del servicio activo de
la Fuerza Pública, cuya condición ostentaba a la fecha de los
hechos (1989) y no se relaciona ni con lo uno ni con lo otro, la
conducta punible por la cual a la fecha se le investiga de grave
violación a los derechos humanos, caso en que el nexo con la
función o el servicio se rompe cualquiera que sea el modo de
participación en el delito, sustento que complementa con los
apartes citados de varios pronunciamientos de la Corte Suprema
de Justicia sobre el particular, reafirmándose por el Instructor la
competencia que trae asumida… “

Expone la misma Fiscal Delegada ante la Segunda Instancia,


cuando examina el criterio del Ministerio Público y agrega frente al
mismo: “ Se opone a la prosperidad de los argumentos de la
defensa, en cuanto a la competencia que ni siquiera la
Constitución de 1986 vigente a la época de los hechos, permitía
la condición de Aforado, ni hacía distinciones de “ Alto Cargo “, ni
la Constitución vigente extiende el fuero luego de la dejación del
cargo a los delitos no relacionados con las funciones
desempañadas como en los hechos investigados que se trató de
una grave violación a los derechos humanos, se remite a varias
citas jurisprudenciales en apoyo, para afirmar que el vínculo con
la función se rompe cuando se trata de aquellas conductas “ que
desconocen abiertamente el principio de humanidad.”

9
Las anteriores argumentaciones tienen respaldo jurídico con el
pronunciamiento de la Corte Suprema frente al tema y adquieren
relevancia en la medida que corresponde resolver frente a
procesos en los cuales se compromete la responsabilidad de
Congresistas y ante remisiones de las Fiscalías Delegadas ante la
Corte, que en su momento conocieron de los hechos; es así como
a manera de ilustración transcribimos otro de los casos y que
según Acta No. 324 del 14.10.09 expuso:

“ Resuelve la Sala si reasume el conocimiento del sumario


que se adelanta contra el ex congresista Luis Fernando Almario
Rojas, por remisión que del mismo hiciera la Fiscalía Quinta
Delegada ante esta Corporación.

CONSIDERACIONES

Esta Sala, con auto del 25 de febrero de 2008 ordenó la


apertura de la instrucción - y aprehensión - contra el entonces
Representante a la Cámara por el homicidio múltiple del
congresista Diego Turbay Cote, Inés Cote de Turbay, Jaime Peña
Cabrera, Edwin Angarita Alarcón, Mail Bejarano Martínez,
Dagoberto Samboní Uni y Rafael Ocasiones Llanos, ocurrido el 29
de diciembre de 20001, lo escuchó en injurada una vez capturado
y, ante su renuncia a la curul, aceptada por la Mesa Directiva de
la citada Corporación, mediante proveído del 29 de febrero de
2008, declaró su incompetencia y remitió la actuación a la Fiscalía
General de la Nación2.

Mediante resolución del 7 de marzo de 2008, La Fiscalía 11


Delegada ante la Sala resolvió la situación jurídica del doctor
Almario Rojas, imponiéndole detención preventiva por su
presunta determinación en los homicidios agravados ya citados,
en concurso material y homogéneo3, y ante reasignación del
proceso, la Fiscalía 5 Delegada ante la Corte clausuró la
instrucción el 15 de agosto del mismo año4 y negó reponer tal
decisión ante recurso horizontal interpuesto por la parte civil, el 5
de septiembre de 20085.

1
Fl. 211 c. o. No. 3.
2
Fls. 136 - 139 c. o. No. 4.
3
Fls. 218 – 258 c. o. No. 4.
4
Fl. 179 c. o. No. 11.
5
Fls. 128 – 136 c. o. No. 12.

10
El sindicado fue acusado, con resolución del 20 de octubre
de 2008, como presunto determinador de homicidio agravado
(arts. 103 y 104.7,8 y 10 de la Ley 599 de 2000)6, que al ser
apelada por la defensa material, se confirmó por el Vicefiscal
General de la Nación, mediante decisión del 25 de febrero de
2009.

La causa correspondió adelantarla al Juzgado 4 Penal del


Circuito Especializado de Descongestión de Bogotá, y en
desarrollo de la audiencia preparatoria, el 4 de mayo anterior,
decretó la nulidad de lo actuado a partir de la indagatoria, por lo
que las diligencias se devolvieron a la Fiscalía instructora, donde
se dispuso escuchar en injurada al doctor Almario Rojas.

Sin embargo, mediante resolución del 22 de septiembre


pasado, la Fiscalía decidió remitir la investigación porque “en el
presente caso existe la posibilidad de la valoración de las
circunstancias fácticas puestas de presente con ocasión a la
función de las actividades que en ejercicio del cargo de
congresista ejerció Almario Rojas por parte de la Sala de
Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia”, conforme con
sus pronunciamiento del 1 y 15 de septiembre pasado – radicados
31.653 y 27.032 - por ser a quien le corresponde “con criterio de
autoridad, fijar la competencia en casos como el que nos ocupa”,
según transcripción parcial que hace de la última decisión citada7,
sin aducir no ser la competente para proseguir con el
conocimiento del sumario.

Con fundamento en el planteamiento advertido, la Sala se


convertiría en un tribunal de consulta al que podría acudirse para
que absuelva cuestionamientos como el señalado, no siendo ello
lo que constitucional y legalmente le compete.

6
Fls. 48 – 161 c. o. No. 13.
7
“Ahora, cuando la infracción penal imputada es de aquellas que de alguna manera pudieran dar
cabida a una conclusión diversa o dubitativa, como fruto de la valoración de la prueba, del
desarrollo de la función, de las actividades desplegadas en el ejercicio del cargo, etc, y que por ello
hubieran originado la remisión del expediente a la Fiscalía, como sucedió con los procesos fundados
en el concierto para delinquir agravado en un comienzo atribuido por la Corte a diversos
congresistas, tampoco hay lugar a discusión que en tales situaciones particulares la fijación definitiva
de la competencia (que normativamente está reglamentada en la Constitución) se hará en últimas por
la interpretación que haga con criterio de autoridad la Sala de Casación Penal de la Corte como
órgano máximo de la jurisdicción ordinaria y en calidad -como también se adelantó- de ente
unificador de la jurisprudencia que le reconoce explícitamente la Carta. Por ello, jurídicamente queda
cerrada la posibilidad de que otra autoridad, aún jurisdiccional, discuta y se abrogue una
competencia exclusiva y excluyente de la Corte Suprema de Justicia.”

11
Lo cierto es que en la providencia cuyo apartado se cita por
la remitente se expresan los argumentos atendidos para reasumir
la actuación adelantada contra un ex congresista, que con
antelación se había remitido a la Fiscalía, con apoyo en lo
resuelto en auto del 1 de septiembre anterior – radicado 31.653 –,
en el cual, razonadamente la Corte recogió, por mayoría, la
interpretación que con antelación había hecho del artículo 235 de
la Constitución Política y su parágrafo, para entender que lo que
constitucionalmente permite prorrogar la competencia de la Sala,
pese a la cesación en el cargo – sin que interese la razón de ello -
, es que la conducta punible “tenga relación” – conexión, enlace o
correspondencia – con las funciones desempeñadas y no
exclusivamente el delito cometido en cumplimiento de las mismas;
amén de que las funciones de los parlamentarios no se limitan
solamente a lo descrito al respecto en el artículo 6 de la ley 5 de
1972, ya que las mismas deben visualizarse a través de lo
dispuesto por el artículo 133 de la Carta, en el entendido de que
son quienes “representan al pueblo, y deberán actuar consultando
la justicia y el bien común”.

El fragmento transcrito por la remitente, está relacionado


con la interpretación que la Sala hizo en últimas sobre la
competencia que el artículo 235 de la Carta y su parágrafo le
asignan, y no a que se le remitan a ésta todas las diligencias que
adelanten diversos funcionarios judiciales contra ex congresistas,
para calificar a quien le competen, como lo entiende la Fiscalía.

Por ende, las actuaciones que actualmente se adelantan por


jueces y fiscales contra ex congresistas, ameritan un examen de
su parte sobre la competencia, pues en caso de concluir que no la
tienen, así deben manifestarlo razonadamente al remitir las
diligencias a esta Sala, desde luego sin desconocer la
jurisprudencia arriba citada, conforme con lo señalado por la Corte
Constitucional en su sentencia C-836 de 2001.

En virtud de lo anterior, debería la Corte devolver las


diligencias a fin de que la Fiscalía procediera legalmente como se
ha señalado, pero como ello acarrearía mayores traumatismos al
desenvolvimiento de la actuación, para garantizar el mandato
constitucional de una pronta y cumplida justicia, abordará el tema
relativo a la competencia, desde ya.

Pues bien, como se destacó con antelación, esta


investigación contra el doctor Almario Rojas se adelanta con

12
base en la prueba allegada que lo señala como eventual
determinador de los delitos de homicidio agravado en concurso
material homogéneo de los miembros de la familia Turbay Cote ya
citados y su comitiva, ocurridos el 29 de diciembre de 2000, según
atrás se anotó, por cuanto habría informado a integrantes de las
FARC que la señora Inés Cote de Turbay, era quien en realidad
ostentaba el poder político en el Caquetá y la persona que había
llevado a los grupos de autodefensas a esa zona, por tanto,
merecía la muerte – con el objeto de tener el control político del
departamento ante la eliminación de la familia Turbay Cote, sus
contradictores -, haciendo surgir la idea criminal en quienes
ejecutaron materialmente los homicidios.

Bajo tales presupuestos ninguna evidencia permite advertir


en el sumario el vínculo exigido por la norma superior entre los
delitos por los cuales se procede contra el doctor Almario Rojas y
las funciones desempeñadas por éste como congresista, de
acuerdo con la reinterpretación atrás referida, por lo que no se
cumple lo requerido constitucionalmente para prorrogar la
competencia de la Sala, acorde con lo previsto por el parágrafo
del artículo 235 de la Constitución Política.

Es que de acuerdo con la prueba, el hecho de que el doctor


Almario Rojas presuntamente pretendiera tener mayor control
político del departamento del Caquetá, cuando supuestamente dio
la información a la guerrilla de las FARC relacionada con la
presencia de los mal llamados grupos paramilitares en la región,
alentados por la familia Turbay Cote, a fin de que sus miembros
más sobresalientes fueran eliminados, como en realidad sucedió,
no permite admitir que su condición de congresista haya tenido
injerencia alguna en ese modo de actuar, de no ser el interés
personal ya citado que en modo alguno refleja el nexo entre el
delito y las funciones desempeñadas como parlamentario o
representante del pueblo, reclamado por la norma constitucional “.

Bajo esta particular perspectiva, Señor Fiscal General de la


Nación, insisto en su pronunciamiento sobre este aspecto neural
de su determinación.

De igual manera resulta indispensable esclarecer la vigencia


temporal del fuero cuya aplicación se reclama, pues no se explica
la lógica de pretender la extensión de un fuero que data de 1991 a
hechos ocurridos en 1991, máxime si nos referimos a un tema de
competencia que tiene una trascendencia exclusivamente

13
procesal, sin que haya lugar a un examen de favorabilidad,
aunque un eventual análisis a este respecto resultaría también
infructuoso. Encarezco al Señor Fiscal General de la Nación hacer
las precisiones sobre este particular.

Debo poner de presente además, que considere muy


especialmente la situación procesal de la investigación, esto es
que se encuentra en cierre de investigación, misma que se
produjo con anterioridad a la decisión del traslado, lo que en
nuestro sentir implica que los términos no corren hasta tanto se
defina lo planteado, para evitar en un futuro posibles nulidades y
por ende, dilación del proceso perjudicando a toda una sociedad
que espera recta y pronta administración de justicia. .

Sea la oportunidad para reiterar que nuestra finalidad dentro del


proceso deviene del mandato constitucional de cumplimiento del
ordenamiento jurídico, respeto de las garantías a los procesados,
y el pleno restablecimiento del derecho de la sociedad y de las
víctimas, y que bajo tales supuestos la Procuraduría General de la
Nación encausará todos sus esfuerzos y facultades.

Atentamente.

GABRIEL RAMON JAIMES DURAN


PROCURADOR DELEGADO PARA EL MINISTERIO PUBLICO
EN ASUNTOS PENALES

14

You might also like