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BIOGRAFÍA MARTIN BARO

Ignacio Martín Baro nace el 7 de Noviembre de 1942 en Valladolid, España. En 1959 ingresa a la orden de la Compañía de
Jesús de Orduña donde posteriormente será trasladado por sus superiores a Centroamérica donde desde 1961 a 1966 realiza
diversos estudios en el área de las Cs. Sociales (filosofía, Letras).
En 1966 llega a El Salvador donde realizará funciones de profesor e inspector en el Colegio Externado hasta 1967 donde
comienza a dar clases en la UCA. Después de realizar estudios en teología, en 1970 comienza sus estudios de Psicología en la
UCA hasta su licenciatura en 1975. Luego, en 1977 obtuvo la maestría en Cs. Sociales en la Universidad de Chicago y dos
años más tarde el Doctorado en Psicología Social y organizativa.
Al volver a San Salvador, a la UCA participa en diversas funciones directivas dentro de la Universidad hasta asumir la
dirección del departamento de Psicología en 1982.
En 1986 fundó y dirigió el Instituto Universitario de opinión pública (IUOP), además participó del consejo editorial de UCA
Editores.
Su vida puede ser descrita brevemente diciendo que fue escritor, maestro y sacerdote. Publicó 11 libros además de artículos
científicos y culturales, en diversas revistas latinoamericanas y norteamericanas. Su primer libro fue publicado en 1972 y
abordó la psicología social: "Psicodiagnóstico de América Latina". En los siguientes libros integró a la psicología social el
contacto de la guerra civil Salvadoreña, Martín-Baro insistió en que la Psicología debía enfrentar los problemas nacionales y
que debía ser desarrollada desde las condiciones sociales y las aspiraciones históricas de las mayorías populares. Enseñó una
psicología comprometida críticamente con los diferentes proyectos alternativos de sociedad existentes en Latinoamérica, para
él la psicología debía adoptar un papel desideologizado, por ello cuestionó los principales modelos teóricos por considerarlos
inadecuados para tratar las situaciones de violencia colectiva que prevalecían en Latinoamérica. Para él era muy importante
que los psicólogos se abrieran a conocer realidades distintas a la de origen para así llegar a la universalidad, por ello proponía
que las asociaciones profesionales de psicólogos debían promover redes de comunicación y cooperación docente, de
investigación y de práctica profesional alrededor del mundo para que nuestra disciplina pudiese ser relevante y captar las
necesidades de las mayorías.
Siguiendo su interés por conocer las necesidades comunes utiliza el IUDOP para conseguir información, a través de
encuestas, del sentir de los Salvadoreños sobre temas varios como la salud y el empleo o la democracia, la guerra y la paz.
Este interés por la verdad de la información y por conocer las necesidades reales del pueblo lo hizo entrar en conflicto con la
democracia cristiana y la extrema derecha. Esto era un reflejo de las fuertes determinantes políticas que reinaban en ese
momento en El Salvador, influencia que no dejaba ajena a la psicología y su trabajo científico. Por ello la lucha de Martín-
Baro por desideologizar la disciplina y concientizar a la población sobre las condiciones de pobreza y de informar sobre los
intereses reales que existían tras la guerra etc.
Ignacio Martín-Baro fue brutalmente asesinado en la madrugada del 16 de Noviembre de 1989 junto con sus compañeros de
congregación Dr. Ignacio Ella curía, Dr. Segundo Montes, Dr. Amando López, Licenciado Juan Ramón Moreno y Licenciado
Joaquín López y López. Este hecho ocurrió mientras prevalecía el toque de queda impuesto por el ejército salvadoreño ante la
ofensiva militar desatada por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Su muerte debe ser un estímulo reforzante que impulse a seguir la lucha con más fuerza enriqueciendo las ideas y los
argumentos para así continuar la labor de denuncia de los efectos psicológicos de la guerra y de la opresión de los pueblos
latinoamericanos, así como participar activamente en aquellos proyectos dirigidos a humanizar la condición de las personas
más sufridas.

LA PSICOLOGÍA SOCIAL DE IGNACIO MARTÍN-BARÓ

Martín-Baro ni propuso ni defendió la tesis de que la psicología debería establecer una estrecha relación con las condiciones
sociales e históricas del territorio donde se desarrolla asimismo con las aspiraciones de las personas que residen en él. El
creyó que los estudiantes de psicología deberían aprender a analizar el comportamiento humano en los contextos específicos
en los cuales se desarrollaban y no en escenarios artificiales.
En sus escritos y discursos rechazó la cómoda y falsa idea de que la psicología es imparcial. En lugar de esto él concibió una
Psicología Crítica y comprometida con diferentes proyectos de sociedades alternativas que se venían gestando en
Latinoamérica desde hace muchos años atrás.
Para él, la salud mental de los individuos puede ser influida por reacciones anormales a situaciones normales, asimismo
pueden ocurrir reacciones normales frente a condiciones anormales. Para Martín-Baro, el inicio de la solución a los
problemas de salud mental de los individuos en las sociedades caracterizadas por la opresión, donde la 'anormalidad normal'
prevalece, está en la transformación de la sociedad para trascender sus condiciones históricas relativas y superar la opresión.
Los psicólogos no pueden ignorar la influencia que tienen los contextos difíciles sobre la salud mental.
Martín-Baro tuvo una reconocida habilidad para integrar diversas teorías y cuestionar las creencias tradicionales. Estuvo
convencido de la potencial "des-ideologización" de la psicología social y consecuentemente cuestionó los modelos de la
psicología tradicional, asimismo consideró que esos modelos eran inadecuados para confrontar las situaciones generadas
directamente por la violencia estructural en El Salvador. Tuvo una mente ágil, fue capaz de relacionar conceptos
aparentemente contradictorios. Su trabajo ha inspirado el desarrollo de la Psicología social de la liberación en América Latina
y de la Psicología comunitaria alrededor del mundo.
El año 1986, en un esfuerzo por impulsar la psicología social y contribuir a 'des-ideologizar' la realidad en El Salvador, un
país políticamente polarizado, emprendió con entusiasmo la fundación del Instituto Universitario de Opinión pública
(IUDOP), e inició un innovador trabajo de análisis de la opinión pública salvadoreña sobre los importantes procesos y
problemas sociopolíticos que ocurrían en su país. En 1988, este proyecto fue extendido a toda América Central mediante el
Programa Centroamericano de Opinión pública, establecido por él y algunos colegas norteamericanos.
Las implicaciones políticas del compromiso de Martín-Baro con sus ideas encontraron una fuerte oposición en las fuerzas
políticas conservadoras en El Salvador. Esta oposición derivó en su asesinato por el ejército salvadoreño en el año 1989 en su
residencia en la UCA junto a otros cuatro religiosos jesuitas y dos empleados (entre ellos estaban Ignacio Ella curía y
Segundo Montes). Su asesinato marcó un punto crucial en la guerra civil salvadoreña. Por un lado se produjo un incremento
de la presión internacional sobre el Gobierno para firmar un Acuerdo de paz con los guerrilleros (FMLN). Por otro lado,
impulsó que la obra de Martín-Baro sea conocida alrededor del mundo ya que hasta ese momento sólo era reconocida en el
mundo hispano-hablante y en algunos sectores reducidos de los Estados Unidos.
En uno de sus últimos escritos, Martín-Baro describió cómo su asesinato podría ser dirigido por los medios de comunicación
para controlar la opinión pública en El Salvador.

DESARROLLO DE LOS PRINCIPALES CONCEPTOS

TRAUMA PSICOSOCIAL
" Si los seres humanos somos productos históricos, es obvio pensar que esta particular historia de guerra de El Salvador
tendrá que repercutir de alguna manera en sus habitantes... este impacto se caracterizará como un trauma psicosocial... Este
trauma denotará unas relaciones sociales enajenantes, que negarán el carácter humano del enemigo al que se rechazara como
interlocutor en cuanto tal y al que incluso se buscará destruir".
Convivencia social.

La sociedad constituye el sistema social más perfecto, en el sentido en que se define como una totalidad de elementos
interrelacionados a través de una organización. El accionar dentro de este sistema social se denomina orden social, y su
mantenimiento supone un esfuerzo por solucionar problemas económicos, políticos e ideológicos, que a su vez se traducen en
la resolución de dificultades tales como la asignación de recursos y el problema de la legitimidad. Según la estructura social
se desprenden valores que son los que legitiman o marginan el comportamiento de los individuos. El problema de los países
latinoamericanos es que estos valores no se rigen por una valoración humana, sino por el contrario, en cuanto a su capacidad
productora. El hombre está siendo invadido en tiempo y espacio (problemas demográficos) y exigido a ser ente productor y
consumidor en un medio en que no se identifica como un ser humano, con necesidades biológicas y afectivas que requieren
de una política social muy distinta de la que vivimos. Es importante señalar que las sociedades capitalistas tienden a la
homogeneización de los pueblos y esto atenta a la identidad personal de los individuos asumiéndolos como seres
psicológicamente únicos.

PROPUESTAS ANTE LA VIOLENCIA


1. Entrenar a las personas en el control personal y en el desarrollo de capacidades y hábitos que les permitan canalizar
simbólica o constructivamente sus frustraciones.
2. Desarrollar en la escuela y en el hogar una conciencia crítica tanto frente a los modelos sociales que se transmiten a través
de las diferentes instancias socializadoras como frente a las exigencias institucionalizadas de determinados roles sociales.
3. Promover socialmente actitudes de cooperación y, sobre todo, un estilo de vida austero y solidario, que refuerce el
compartir y evitar el triunfo individualista.
4. Propiciar aquel nuevo ordenamiento de las relaciones sociales que devuelva la totalidad de su sentido a cada
comportamiento y que obligue a cada actor (persona o grupo) a asumir la parte de responsabilidad social que le corresponde.

SABER DEL PSICÓLOGO.


"El saber psicológico debe ponerse al servicio de una sociedad donde el bienestar de los menos no se asiente sobre el
malestar de los más, donde la realización de los unos no requiere la negación de los otros, donde el interés de los pocos no
exija la deshumanización".
El psicólogo tiene un rol muy importante que desempeñar, pero antes de todo esto tiene que conocer, no tan someramente el
país en cuestión: con sus reales problemas, necesidades sociales y culturales específicas, porque la psicología sirve siempre y
cuando no sea "una" ciencia general o común para todos los lugares y pueblos. Entonces la psicología debe adoptar una seria
postura histórica y no quedarse en el etnocentrismo occidental desde donde surge la disciplina. Esto es un problema cuando
se aplican conocimientos y herramientas psicológicas a un pueblo como el latinoamericano que no tiene la misma historia ni
raíces que Europa o Estados Unidos.

El que la psicología no abra su espectro de conocimiento hacia el estudio sistemático y participativo de la diversidad cultural
latinoamericana como un pueblo que ha sido constantemente colonizado y militarizado, hace que el conocimiento quede
igual de distante de sus individuos que los individuos de su sociedad. Asumir la relatividad de ideologías y comunidades nos
ayudará a enriquecer nuestro saber y a poder realmente captar significados propios de nuestro pueblo, hará que nuestro
conocimiento se identifique con el sujeto de estudio.
La psicología debe estudiar la forma en que el poder se articula en las relaciones y cómo esta forma de articulación se
instaura en la intersubjetividad conformando una visión de la realidad más o menos común. En nuestro contexto la
enajenación es un sentir común a muchos individuos y la psicología no debe pasar esto por alto. Debe tomar en consideración
estas estructuras enajenantes que condicionan el desarrollo psicológico. Una disciplina que debe dejar de ser acomodaticia o
refuncionalizadora a un sistema que no nos identifica. La desalineación es una tarea que no pueden evadir las Cs. Sociales ni
menos la psicología si pretende aportar a la calidad de vida de los individuos. Tiene que abrir caminos y miradas, aportar con
sus conocimientos a una transformación entra e interpersonal, debería ser agente propulsor del cambio social.
La acción del psicólogo en el ámbito de la terapia debe darse orientada a construir un vínculo comprometido con el paciente.
Su misión es restablecer las estructuras internas que permiten al individuo elaborar lo vivido, y evitar ser neutral, siendo
capaz de sentir junto al paciente.
En el ámbito de la motivación, como tarea en el estudio psicológico, el autor propone una revisión a las necesidades básicas
del hombre que proponen los teóricos, ya que estas son reflejo de su postura ideológica que se manifiesta en su postura
teórica. La psicología debe proponer una escala de necesidades no sólo en el ámbito de la satisfacción individual, sino
también abarcar las necesidades de humanización del individuo a través de la humanización social.
El psicólogo debe poner término al repaso de las viejas teorías o maneras comunes de hacer psicología, para que se centre en
los problemas directos que aquejan a la población.
Sistema
"Toda sociedad puede ser entendida como un sistema, es decir, como un conjunto de partes relacionadas ordenadamente entre
sí formando una unidad. A la psicología social le interesa comprender el comportamiento de las personas y grupos en cuanto
miembros de un sistema para examinar lo que en el comportamiento hay de sistémico, es decir, aquello que se debe al
carácter de miembro de un sistema".
Los sistemas tienen la cualidad inherente y definitoria, de poseer una organización u orden, a partir del cual se genera un
estilo de interacción entre sus elementos. La definición de este orden queda en manos de aquellos que controlen los factores
necesarios para cambiarlo. Esto se define en la pugna de intereses entre las diferentes clases sociales que explicitan el
carácter conflictivo de los complejos sistemas sociales.

PODER
"El poder es una realidad presente en todos los ámbitos de la vida humana y juega un papel esencial en la determinación de
las formas de ser y actuar de las personas y grupos."
El poder está presente en cada uno de nuestros actos y dominios de acción, en la medida en que se constituye en el modulador
de las formas de ser y hacer de las personas y grupos, ya sea de manera mediata conformando el todo social resultante del
balance de fuerzas en la confrontación de intereses grupales, o de manera inmediata en la coerción física o psicológica. Aún
cuando el poder se da en todas las relaciones, regulando su dirección, tiende a ocultarse. En este sentido por ejemplo, la
enajenación puede ser un producto implícito del poder, en cuanto que ésta involucra la dificultad de los individuos de sentirse
identificados en sus relaciones, instituciones, al modus operandi de su sociedad, en tanto que desconoce el modo producción
y el entramado de poder que rige la legitimación de su sistema de valores. La concientización queda anulada ante la
distorsión y manipulación de información, y además de la acción mermadora de la televisión. El manejo institucional por
parte de los poderosos no permite asimilar el papel de los individuos en su sistema, anulando su acción.

Ejercer el poder es buscar entablar una relación de dominio del otro, relación que influye en los involucrados, definiendo la
totalidad de la interacción. La psicología debe estudiar la forma en que el poder se articula en la relación.

GRUPO
"El término grupo se aplica a entidades sociales muy distintas, tanto cuantitativa como cualitativamente. Según Merton, un
grupo consiste en un número de personas que interactúan entre sí por medio de esquemas preestablecidos. En cambio una
colectividad es un conjunto de personas que comparten valores y normas, pero no interactúan, y categorías sociales son
aquellas ocupantes de un status social que tienen características semejantes, pero no interactúan ni siguen las mismas normas"
El grupo constituye, un conjunto de personas que interactúan entre sí bajo una organización sostenida sobre la base de
objetivos en común, los cuales le otorgan su dirección, ésta se gesta en la conjugación interna de las fuerzas implícitas en sus
relaciones, las cuales se articulan en el poder de los actores que conforman un grupo con determinadas características
definitorias que desembocan en un comportamiento grupal.
El grupo a su vez se sostiene en motivaciones compatibles e interdependencia, en este sentido se puede argüir que las
necesidades que conllevan a estas motivaciones compartidas son aquellas que definen el carácter del grupo y que ayudan a
generar esquemas estables de interacción.
Para estudiar estos grupos, se debe incluir la realidad grupal como tal, considerar los grupos aún cuando sean
cuantitativamente distintos y esencialmente abarcar su carácter histórico, en cuanto esto nos revela el curso de su desarrollo y
las claves de su dinámica interna. La identidad, el poder y la actividad de un grupo son aspectos que se evidencian en la
acción con otros grupos donde la diferencia hace imprescindible la autoevaluación y la definición, dando origen a la
consciencia de imbricación inter grupal que resulta de suma importancia en la cohesión, autorregulación en términos de
metas, valores, objetivos y la identificación. Además, estas dimensiones grupales dan origen a una tipología que distingue
entre grupos "primarios"; aquellos relacionados a vínculos interpersonales (cara a cara) y que generan un sentimiento de
unidad social estrecha, además de proporcionar por medio de su actividad, un vínculo afectivo y de complementariedad
funcional que vuelve a sus miembros interdependientes. Grupos "funcionales"; aquellos relacionados a roles, que surgen a
partir de la división del trabajo social y que responden a los intereses dominantes en cada orden histórico concreto, y Grupos
"estructurales"; que están relacionados a los intereses objetivos, derivados de los medios de producción.

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