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A lo largo de la historia podemos identificar distintas corrientes de

pensamiento (formas de explicar el mundo) que han orientado,


cuando no conducido, la mirada sobre la realidad social.

Cada corriente responde a su contexto histórico y en discusión con


sus intelectuales antecesores y contemporáneos, intenta responder a
las problemáticas de su época.

Cuando analizamos estas maneras de explicar la realidad social


comprendemos que algunas de ellas pretenden describir el mundo
que las rodea, mientras que otras tienen por objetivo denunciar la
realidad social o incluso transformarla. Todas contienen una mirada
particular sobre la sociedad, el individuo, la historia, el presente y el
futuro de la sociedad que las produce como tal, cuando no del mundo
entero.

Las corrientes desarrolladas bajo el modo de producción feudal


discutían principalmente alrededor de la teología, que se presentaba
en ese momento histórico como la matriz de pensamiento
hegemónica. En términos marxistas, la Iglesia como institución y la
teología, en tanto ideología, se ubicaban en la superestructura del
modo de producción feudal con el fin de legitimar sus relaciones
sociales de producción.

Los cambios sucedidos en el orden económico posibilitarán el ascenso


de un agente social en principio minoritario, conocido luego como
burguesía. Las modificaciones paulatinas pero constantes en relación
a la economía darán origen a un nuevo modo de producción que si
bien guarda algunas líneas de continuidad con el modo de producción
anterior, en sus aspectos más importantes implica una ruptura
significativa con aquel.

Si en el modo de producción feudal primaba la actividad agrícola


como fuente de riqueza y la organización política se expresaba en
términos monárquicos; en el modo de producción capitalista la fuente
de riqueza estará asociada directamente con la industria y la
República será la forma de gobierno adoptada en términos generales.

La estructura social de la nueva Europa Occidental también será


modificada con el surgimiento y expansión del modo de producción
capitalista. Si antes la sociedad tenía carácter estamental y la matriz
de pensamiento hegemónica era la teología, luego de la Revolución
Francesa primará la sociedad de clases y será la ciencia laica (en
debate permanente) quien pretenderá explicar las características y el
destino del mundo que surge tras el proceso de desintegración del
sistema feudal.

Fue bajo ese viejo modo de producción y reproducción social donde


surgieron miradas alternativas que cuestionaron y criticaron la
concepción teológica. El Renacimiento de los Siglos XIV a XVI con
Maquiavelo. El empirismo inglés (Bacon/ Locke) y el racionalismo
francés (Descartes) del S. XVII y finalmente en el Siglo de las Luces, el
Iluminismo con Esteban de Condillac como referente teórico.

Progresivamente se cuestionaba la idea de la voluntad divina y se


modificaba la mirada sobre el individuo y la sociedad. Se debatía en
torno a la razón y a la verdad, se discutía el método válido para
entender la realidad social.

Un debate de índole filosófico y político que representa en conjunto,


los antecedentes filosóficos de la teoría sociológica que nace en el S.
XIX.

La crítica del Iluminismo sobre la necesidad de reformar las


instituciones vigentes en ese momento se materializó en la
Revolución Francesa de 1789 como un proceso revolucionario de
carácter burgués que implicó el asenso de la burguesía y su
consolidación como clase dominante en Europa occidental bajo las
banderas de Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Con el surgimiento de la burguesía y el modo de producción


capitalista sin embargo, se observa que los pilares de la Revolución
Francesa no fueron materializados en la sociedad europea. La ciencia
social emergió para dar respuesta a los nuevos interrogantes que
planteaba la modificación del statu quo.

Surge así la discusión en torno a las diferencias entre las disciplinas


que conforman el mundo de las ciencias sociales. Nace la sociología y
con ella el debate en torno al método y objeto de estudio, el rol del
sociólogo y la relación con el sentido común.

Primero la escuela sociológica positiva de Saint Simon y Comte.


Luego, y en discusión con ella, el materialismo histórico de Marx y
Engels. Después el estructural funcionalismo de Durkheim y más
tarde, la sociología weberiana.

A partir de la selección de algunas de sus premisas se conformará lo


que Wallerstein define como la cultura de la sociología.
Marx, Durkheim y Weber; padres fundadores de esta disciplina
científica, guiarán la producción sociológica occidental hasta el
presente.

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