ALVARO SIZAAlvaro Siza Vieira es un personaje complejo, una figura poliédrica, sin duda un
arquitecto bien diverso de aquellos que hemos visto en las clases anteriores.
Para algunos es el mas genuino representante de una arquitectura entendida en
continuidad con lo que fueron el pensamiento y los principios de los arquitectos
del Movimiento Moderno. Y en verdad que cabe considerar la obra de Alvaro Siza
como la quintaesencia del Movimiento Moderno. Alvar Aalto est muy presente en
la arquitectura de Siza. ¥ también lo estin, sobre todo en un primer momento de
‘su trabajo, arquitectos como Wright y Le Corbusier. Por otra parte, un arquitecto a
‘quien conoce bien y cuya influencia se respira en su trabajo es Adolf Loos. Tendre-
mos ocasién de verlo en algunas de las imagenes que mostraré a lo largo de esta
clase. Sin duda, como decia hace un momento, la arquitectura y los arquitectos
del Movimiento Moderno estan bien presentes en su obra. Pero Siza también es,
‘en opinién de otros, el maximo representante de aquella arquitectura que engrana
con lo popular, con el sentido de la construccién tradicional, Ha sido como bien se
‘sabe- Kenneth Frampton quien mas atencién ha prestado a aquellos que, viviendo
en paises relativamente periféricos, han conseguido desarrollar una arquitectura
de alto nivel cultural. Sobre todo en la medida en que han logrado hacer, desde sus
culturas marginales, dela resistencia virtud. Y tal resistencia comienza porvalorar
la realidad inmediata, por tratar de transformar el medio desde dentro, desde el
Conocimiento que se tiene de los entresijos mas intimos del mismo. La critica ~1a
autocritica, se entiende-no es ajena a tal resistencia, y hay que reconocer que,
cuando se produce, se convierte en un instrumento profundo y operativo en manos
de quienes hacen uso de él
La conciencia dela realidad comienza con el “conocimiento del lugar’, Si al
estudiar a Rossi nos encontrébamos ante imagenes prototipicas, ante una visién,
platénica del mundo, y sien el trabajo de Eisenman advertiamos la obsesién por
el modo, el deseo del método, en el caso de Siza estamos ante un arquitecto que
atiende a lo contingente,a lo inesperado, sin olvidar el valor que tiene el encuentro
con lo que fue el origen de a arquitectura. £s como si, ante la obra de arquitectura
de Siza, descubriésemos lo més esencial, aquello que con mas fuerza caracteriza
al enémeno arquitecténico, En su obra, la arquitectura en estado puro se convier-
te siempre en protagonista. En la arquitectura de Rossi hemos tenido ocasin de
apreciar su insistencia en servir alas ideas primeras. Ena de Eisenman, el interés
por resolver problemas lingUfsticos explorando el significado de la sintaxis. Siza
simplemente parece querer advertirnos de que lo que persigue es que su trabajo“huela’ aarquitectura. Y es ese “olora arquitectura’ —o, sise quiere, alo que enten-
demos como arquitectura, a aquello que se nos ensefié erala arquitectura— el que
se respira en sus obras. La arquitectura en sus manos se convierte en algo préximo
ala poesia, Ante ella, sobre todo en sus primeras obras, tenemos la sensacién de
encontrarnos frente ala realidad transcendente: una sensacién no muy distinta
a la que experimentamos con la lectura de un poema. Y,a un tiempo, tal y como
‘ocurre con un famoso escritor portugués con el que con frecuencia se le compara,
Fernando Pessoa, Siza trata de convencernos de que é!no actua, de que él simple-
mente desvela aquello con lo que luego nos sorprende. ASiza no le gustaria que se
le considerara el protagonista de la escena, aunque es verdad -y ocasién habra
de verlo mas tarde— que ama dominar la situacién, que quiere controlar el guidn.
De ahi que su dltima arquitectura nos permita establecer la analogla con lo que es
una obra teatral, con la trama y con lo que representan los distintos personajes
que en ella intervienen. Al final su obra esté poblada de personajes que él gobierna
Personajes que intervienen en este juego~en este drama o en esta comedia dela
arquitectura~a los que él maneja y utiliza como autor, aunque pretenda decimnos
_yhacernos creer que todo es poco menos que inevitable. E! poema ha dado pasoa
‘una comedia o, si se prefiere, aun drama
Apesar de que Siza no se ve préximo a Fernando Pessoa, citaré ahora unos
parrafos del escritor portugués que me parece pueden contribuira esclarecer quién
es Siza. Comprendo que establecer un paralelo entre ambos pueda resultar un tanto
‘6pico, pero creo que en ocasiones es lcito acudira un recurso de este tipo, siempre
que sea util para caracterizar y dibujar el perfil intelectual de la persona que nos
interesa, como es el caso ahora de Alvaro Siza. Dice Pessoa:
“Me gusta decir. Diré mejor: me gusta palabrear. Las palabras son para mi
cuerpos tocables, sirenas visibles, sensualidades incorporadas. Tal vez porque la
sensualidad real no tiene para m(interés de ninguna especie ni siquiera material
ode ensuefio~,se me ha transmutado el deseo hacia aquello que crea en miritmos
verbales,o los escucha de otros."*
Démonos cuenta, este “palabrear” nos permitiré vera obra de Siza como un
compuesto de toda una serie de vacablos auténomas, ligados entre sivia la trama
que el arquitecto ha urdido en torno a eos. En cuanto reconozcamos la existencia
de tal rama, seremos capaces de reconacer en la obra de Siza esas palabras que
tanto celebraba Pessoa. Hasta me atreveria a decir que saltan y se mueven en el
‘espacio de lo construido con la misma entereza con que las vemos aparecer en un
sresson
sto tr,
Senin
Srisee
Seton
Krettiorepictograma. asi, al modo en que un poeta disfruta mostrando la condicién eufénica
de ciertos vocabios al aproximarlos.a otros, Siza, al desplegarlos elementos que ha
escogido para construir su arquitectura en el espacio, nos hace entender aquello
que querfa decir Pessoa cuando hablaba de “cuerpos tocables".De este modo, ante
la arquitectura de Siza nos embarga la sensacidn de estar sometidos ala experien.
cia fenomenoldgica de lo que es la arquitectura, Este sentimiento de tangibilidad
‘que produce ta arquitectura de Siza ~y que no encontramos ni en la de Rossini en
la de Eisenman~nos empuja a poner en practica nuestra capacidad tacti,estimu-
lados por el manejo y uso de los materiales que de ellos se hace. De ahi que pod:
‘mos aplicar alo construido las expresiones que usaba Pessoa: ‘sirenas visibles" 0
“sensualidades incorporadas’.
Las ultimas lineas del texto citado son mas dificiles de entendery, porende,
de utilizar para interpretar la obra de Siza:"{...] porque la sensualidad real no tiene
ppara mi interés de ninguna especie -ni siquiera material o de ensuefio~, se me ha
‘ransmutado el deseo de crear en miritmos verbales,olos escucha de otros."Y, sin
embargo, gacaso no cabe decir que las palabras de la arquitectura~a las que Siza
‘sometié a cautiverio en su obra- no estan organizadas acudiendo a ritmos y refe-
rencias que inmediatamente nos hacen pensaren lo que ya hemos escuchado?
Dice Pessoa: “Tal pégina de Fialho, tal pdgina de Chateaubriand, hacen hor-
‘miguear a mi vida en mis venas, me hacen rabiar rémulamente quieto de un placer
inaccesible que estoy teniendo, Tl pégina, incluso, de Vieira, en su ria perfeccién
de ingenierfa sintéctica, me hace temblar como una rama al viento, en un delitio
pasivo de cosa movida.
No puedo por menos que pensar en Siza al leer estas lineas: como Pessoa,
que nos habla dl delrio ante aquella “cosa movida’, Siza se esfuerza por capturar,
en su arquitectura, el instante. De nuevo Pessoa:
“Como todos los grandes enamorados, me gusta la delicia de la pérdida de
‘mi mismo, en la que el gozo de la entrega se sufre completamente. Y, asi, muchas.
veces escribo sin querer pensar, en un devaneo exterior, dejando que las palabras
‘me hagan fiestas, nifio pequefio en su regazo."?
También en Siza se da esta sensacién de que todo lo que conoce y toca,
todo aquello alo que fue capaz de dar vida, o poseyé antes a él como nos posee
ahora a nosotros-,convirtiéndole en ese “nifio pequefio en su regazo" del que nos
habla Pessoa.
“Son frases sin sentido, que corren mérbidas, con una fluidez de agua senti-
2 iden, pie 38
oie, pop 38m
dda, un olvidarse de riachuelo en el que las olas se mezclan e indefinen, volviéndose
siempre otras, sucediéndose a si mismas. Asilas ideas, las imagenes, trémulas
de expresién, pasan por mi en cortejos sonoros de sedas esfumadas, donde una
Claridad lunar de idea oscila,batida y confusa.
‘Anadie escaparé la importancia que el sentir tiene para Pessoa, prueba de
‘que aquella “realidad fluida’, tan bien representada por las olas, tuvo una forma
precisa, sibien estaba llamada a esfumarse en el todo, en el tiempo. Sin duda un
pérrafo como este ditimo ayuda a proponer una lectura de la arquitectura de Siza
entendida como captura de aquello que se mueve, como presencia de lo contin-
gente, como alusién continua a esa condicién cambiante que da lugarala sucesién
temporal y que nos permite gozar de los instantes: de esos momentos especificos
210s que dio vida la arquitectura al congelarlos en un preciso momento, en una obra
concreta. Eltiempo, en Rossi, estaba representado al quedar suspendidoelinstante
en a esfera del reloj. En Siza quedé atrapado por aquella arquitectura que se nos
hace presente sensorialmente al sentirnos afectados, tangible y materialmente,
porella. Nada mejor que este ultimo parrafo de Pessoa, que considero imprescindi-
ble, para describirla arquitectura de Siza. Va pues, sin comentarios, en la confianza
de que ya no son necesarios:
“jBenditos sean los instantes, y los milfmetros, ylas sombras de las cosas
pequefias, todavia mas humildes que ellas! Los instantes, (.. Los milimetros
qué impresién de asombro y de osadia me causa su existencia, uno al lado de!
‘otro, muy préximos en una cinta métrica-. A veces sufro y gozo con estas cosa:
Tengo un /orgullo tosco//en esto.
‘Soy una placa fotogréfica prolijamente impresionable. Todos los detalles se me
cruzan desproporcionadamente y forman parte de un todo. Sélo me ocupo de mi.
Elmundo exterior me resulta siempre evidentemente una sensacién. Nunca olvido
lo que siento."®
‘Tras esta lectura obligada de Pessoa, es forzoso preguntarse: pero,
Tras recordarnos cémo atiende a las observaciones que le hacen los arte.
‘sanos, Siza termina reconociendo el valor que tiene la presencia de las cosas, algo
que, consciente de su singularidad, se hace evidente en un modo de sentir al que
1no duda en calificar como de magica extrafeza,
Las observaciones de Siza podrian simplificarse, con el riesgo que toda
reduccién comporta, de este modo:
lugar: origen de toda arquitectura,
la proporciona el hecho de que son otros quienes construyen.
discusién: hay que atender a quien va a hacer uso de la obra.
samen pig 206
bine, 206
s5ibdem ig 207ccontingencia: el arquitecto encuentra en los conflictos que acompatian alla realidad
cena que trabaja la respuesta a los problemas especificos que cada obra plantea.
incertidumbre: ante la falta de claridad de la meta que se persigue cuando se
‘comienza el trabajo. No se trata de resignacién, sino bien al contrario, hay una cier-
ta satisfaccién al saber que toda obra bien hecha terminara siendo una sorpresa.
mediacién:la arquitectura como algo que exige el trabajo colectivo, le aceptacién de
tunas limitaciones (constructivas, funcionales, legales, etc.] queimplica la renuncia
ala directa expresién personal
insatisfaccién: al constatar que toda obra de arquitectura es, para el arquitecto,
inacabada, al sentir que no pudo dar una respuesta capaz de conjugar todos los
conflictos en torno alla realidad
evidencia: la arquitecture como ocasién para experimentar esa singularidad de las,
cosas, que en su evidencia nos hacen entrever su condicién mas sustancial. Hay un
cierto parentesco en esta propuesta que Siza plantea con la agustiniana definicién
de belleza que nos hablaba del resplandor de la verdad: con tono mas franciscano,
Sizanos recuerda la hermosura de “la singularidad de las cosas evidentes’, sugirien-
do que entre ellas hay lugar para la arquitectura,
‘Acontinuacién examinaremos cémo se ha ido desarrollando la obra de Siza alo
largo deltiempo, ycreo que en este examen seremos capacesde encontrar adecuados
ejemplos para ilustrar los principios manifiestos en los parrafos anteriores. Al hablar
de Siza hay que pensar en un arquitecto extraordinariamente dotado para el ejercicio
profesional. Siadmitiésemos que la arquitectura tiene que ver con las artes visuales y
Con una cierta capacidad de manipulacién plastica de la realidad, y situviésemos que
hablar de los cuatro arquitectos de quienes nos hemos ocupade hasta ahora en térmi-
nos de capacidad y dotes para el desarrollo de su profesién, no habria ninguna duda en
sefalara StiringyaSiza comolosmés capaces y dotados. Rossiy Eisenman hanhecho
un gran esfuerzo por alcanzar una expresién plastica propia, y cabe decir que su obra
haido ganando en coherencia y complejidad a o largo de los afios, pudiendo afirmarse
{quesuarquitectura primera estaba mas lena de buenasintenciones que de logros. Pero
tantoenelcaso de tiring como en eldeSiza su maestrfa comoarquitectos sehahecho
sentir desde sus primeras obras, y asi cabe decir que no son muy diversas, en loquea
calidadse refiere, alas iltimas. Es cierto que tanto en Stirling como en Siza hay un cami-
noascendente que alcanza su cimaen obras comola Facultad de ingenieriade Leicester
el Banco de Dlveira de Azeméis, pero es forzoso reconocer en ambos una asombrosa
precocidad. Y ahora pasemas, sin mas preambulos, al examen de sus obras.
2001-6 restaurante Bos Nove,
1-6 Hay que pensar que Size tenfa veinticince afios cuando empezié a proyectar
este pequefio restaurante Boa Nova en Leca da Palmeira (1958-63), en el que
demuestra una maestria que justfica los comentarios anteriores acerca de su
precocidad. Elemento fundamental en el perfil que dibuja el paisaje es la pequenia,
ermita que, al reposar en una plataforma que introduce la horizontal en el medio,
adquiere, a pesar de su modestia, una condicién de objeto artificial y auténomo,
ASizano se le escapa que a ermita sera inevitable referencia para surestaurante
4, dispuesto a subrayar las diferencias, insiste en que tanto su volumen como los
‘muros que lo arraigan se produzcan de un modo fragmentado, haciendo dela fractu
raydela discontinuidadla substancia dea forma, Elsuela se convierte en elemento
clave, confirmando esta obra laimportancia que para Siza tendré, desde elcomien
20 de su carrera, el lugar. El suelo, las rocas manifiestan lteralmente el valor queIa cimentaci6n tiene en tanto que ope-
racién primera de toda construccién. El
edificio, portanto, como encuentro de lo
construido y del suelo que, en esta oca-
sin, es también el cimiento y que nos
habla de una naturaleza expectante
sobre la que se evantara lo construido,
estableciendo una dialéctica que se
recrea en el ontraste.
No es dificil advertir en este
proyecto los ecos wrightianos a los
que aludimos al comenzar esta clase.
La idea de hueco desaparece, no hay
ventanas. Por un lado, nos. encon
tramos con plataformas a distintos
niveles sobre las que se disponen las
mesas, que disfrutan de espléndidas
vistas. Por otro, aparece la cubierta,
ligada a un sistema de muros que
establece con ella una relacién comple-
tamente diversa, por no decir opuesta,
a la que considerébamos al hablar de laa
‘ermita. Se trata de una obra extraordinariamente elaborada, teniendo en cuenta
{que es una de las primeras: Siza leva cuatro o cinco aos de ejercicio profesional
‘cuando construye este restaurante, al que cabe ver como punto de arranque de
su carrera, Quizds lo mas relevante sea el modo en el que el sistema de muros se
disuelve hasta el extremo de hacernos olvidar su existencia. Pero, al margen de
este comentario, que atiende a los aspectos mas estructurales del proyecto, for:
zoso es llamar la atencién sobre la cuidada articulacién del acceso y de a conexién
con las cocinas. Se trata de una arquitectura en la que la manipulacién del espacio
prevalece. De ahi la importancia de las secciones, que nos permiten comprobar
el habil uso que de los intersticios producidos entre las cubiertas se hace. Por
otra parte, Siza explora el valor de los materiales, haciendo de la madera un uso
extenso, hasta el punto de que aella se confia la creacién de una cierta atmésfera,
ala que podria calificarse de doméstica y privada, y que, sin duda, Siza perseguia
enestaocasién.
Una arquitectura atenta ala mas ligerainflexin, al mimo sesgo. Me parece
importante insistir en el valor que Alvaro Siza ha concedido siempre alas alineacio-
nes. El sabe que los espacios cambian -tanto interna como externamente—cuando
‘se abandona la ortogonalidad y, sin duda, la suave oblicuidad de este proyecto
ccontribuye de modo definitivo a la definicién de su forma. Tal oblcuidad, por otra
parte, establece una cierta continuidad con las cubiertas que, a pesar de estar
construidas siguiendo modelos tradicionales, se manejan con tanta libertad como
cuidado. De este modo consigue dibujar un peril roto y pintoresco que permite al
edificio viviren buena armonia con el paisaje. fal vez convenga decir que no estoy
pensando en un pintoresquismo a lainglesa, en el que el volumen se controla desde
la manipulacién aditiva de elementos, sino mas bien en una actitud ligada a una
percepcin pictorica del paisaje
Por dltimo, desde esta obra primeriza, Siza Vieira muestra cuénto la cons.
truccién le atrae. ¥, si bien muchas veces se sirve de sistemas tradicionales, otras,
se esfuerza en poner en directo contacto unos materiales con otros, dando lugar
a inesperados encuentros de indudable interés. En manos de Siza los materiales
quieren ser ellos mismos, pretenden mantener su integridad sin pasar por la
mediacién que supone aceptar el uso tradicional que de ellos se hace, condicién
que no seré dificil identificar en algunos elementos ~ventanas, por ejemplo—
de este proyecto.o
?-11 Las piscinas de Lega da Palmeira, una obra de 1961, demuestran ya una gran
madurez. De nuevo nos encontramos ante esta capacidad de sacar provecho del
encuentro de los opuestos, entendiendo como tales el medio natural y el agitado
‘océano, por un lado, y el artficio de lo construido, el reposado recinto en que se
produce el bano, por otro. El océano queda representado en las rocas ~que algo
tienen de fésiles olas-, en tanto que las piscinas se apoyan en todo un sistema
de muros verticales que da lugar ala creaciOn de un mar artifical, de un Atlantico
ccautivo que permite el bafo al haber conseguido aislar y apaciguar una porcién
{del mismo, La transformacién del paisaje no hace uso, en este caso, de elementos
convencionales como pérticoso pérgolas. Se ha construidoun sistema de platafor-
mas que modifica la percepcién que tenfamos de las rocas al dotarlas de un relieve
{que antes no tenian. Las plataformas introducen un orden horizontal en el paisaje,
antes inexistente, que dialoga con el plano horizontal de los recintos que definen
las piscinas. Es en este nuevo territorio horizontal donde se produce el encuentro
de opuestos del que hablébamos, y que en esta ocasién da lugar ala aparici6n de
la vida social
Esta obra de Siza Vieira anticipa la arquitectura minimalista de los anos
ochenta, al conseguir, con escuetas intervenciones, importantes transformaciones,
enel medio. Tan solo con la construccién de un muro de hormigén que nos protege
{ynos separa dela carretera se logra.un aislamiento que facilita este encuentrocon
la naturaleza, en el que radica el interés de este proyecto. EI muro hace olvidar el
panorama de una costa contaminada con el que nos encontramos.al otro lado dela
carretera, aa vez que nos conduce, insensiblemente, a un plano inferior, oscuro,
nel que iremos descubriendo los vestuarios, las duchas, los servicios, etc. Todo lo
consttuido en este plano se constituye en filtro que nos dirige al mar, alejéndonos
del mundo de lo cotidiano al sentir la apacible soledad que produce el encuentro
de los humanos con la naturaleza, Podria insistirse una vez més en las matrices
wrightianas que hacen continuamente acto de presencia en estas primeras obras,
de Siza. Todas estas horizontales, todos estos muros retranqueados, toda esta
repeticién de las vigas de madera -madera frente a hormig6n—nos hablan de cuan-
to Siza ha estudiado a Wright. Siempre hay alguien que pretende darla versi6n del
Siza instintivo-otra vez“el buen salvaje"-, oponiéndolo alarquitecto cultivado que
ha hecho del conocimiento el soporte de su profesién. Ni que decirtiene que pienso
de otro modo. La carrera de Siza, desde estas primeras obras, es la carrera de un
arquitecto extraordinariamente bien educado, culto, que admite la influencia deaquellos arquitectos a quienes admira
Hay en Siza, sin duda, un potente ins
tinto que le permite ir mas allé de las
arquitecturas aprendidas. Liberar su
propia instinto es quizés una de las mas
necesarias y dificles tareas que tiene
ante siun arquitecto. Tal vez el examen
de la obra de alguien tan liberado como
Siza nos ayude a conseguirlo.
12-1? Como en el proyecto anterior
cabria hablar aqut de un Siza que acep-
tala realidad, los limites enlos que vaa
quedar encerrado su trabajo, y que con
tuna actitud, a la que bien pudiera cal
carse de posibilista, la transforma, con-
virtiendo aquellos condicionantes que
parecfan limitarla en el origen de lo que
seré su obra. Yasies preciso considerar
el modesto barrio residencial de Oporto
en que va a construirse la Casa Magal-
‘haes (1967-70) para valorartainterven-
cién de Siza, quien nos sorprenderé una
‘vez més al mostrarnos el potencial que
encerraba el perimetro de la parcela. De
ello hablaremos mas tarde al estudiar la
planta. Pero, antes de seguir adelante,
‘querrialamarla atencién de quienes me
escuchan acerca de a importancia que
para Siza tiene el pensarla arquitectura
de esta casa desde la frontalidad. Este
proyecto de Siza coincide en el tiempo
conlasmés sutileslecturas crticas que
en aquellos dias se hacian de Le Corbu-
sier.¥, como un torero dispuesto acitar
de frente y con la mano izquierda una
otra vez, va resolviendo los distintos
episodios con los que nos encontramos
alrecorrer el volumen de la casa, ins
tiendo en la frontalidad, dibujando en
ella su arquitectura, Asf ocurre cuando,
desde la calle, nos enfrentamos con la
fachada, 0 mas tarde, cuando un nuevo
plano frontal aparece al descubrir la
puerta de entrada, Todo esta fronta-
lizado y, sin embargo, trabado en un
Conjunto de lineas y planos ~muros y
voldmenes~, asistiendo asf a la trans-
formacién de una serie de episodios
plasticos abstractos en algo tan coti-
ddiano y real como una casa.
Detengémonos ahora en a plan-
1a, Siza nos lleva hasta el fondo de la
parcela, donde sitda el garaje. Con ello
consigue colonizarla, usarla intensa-
mente, haciendo que toda ella se incor-
pore ala casa, Mediante elpavimento se
establece una distincién entre el jardin
yelterritorio de lo construido, haciendo
‘una vez més uso de una sutil geometria
oblicua que, merced al leve giro que
introduce, propicia una relacién dialécti-
caentre el vacio del ardin yelpleno dela
casa, Este giro sutil es responsable del
acceso sesgado, doblemente sesgado si
se considera que también cabe entrar
desde el garaje. La estructura de la
casa queda perfectamente definida con
la piezade estar, ensimismada, mirando
hacia el jardin/patio al que también se
auasoma la cocina, Observen el cuidado
con que Siza ha watado el pequefio
recinto que prolonga el émbito domés:
tico de la cocina, separandola un tanto
del drea del jardin sobre la que gravita
el estar. Por otra parte, hay que hacer
notar la intima relacidn entre el estar y
los dormitorios, agrupados con singular
talento, Ante la Caso Magalhdes cabe
hablar de una destruccién de la figura
cbica (véanse las casas vecinas}, que
tiene un cierto sabor neoplistico, Se
pueden identificar en ella mecanismos
que nos recuerdan a Wright como, por
ejemplo, los accesos quebrados, tanto
ala casa como a las habitaciones. Pero
lo verdaderamente sorprendente es el
12-4? cosamanveimogat
insensible paso desde elvacio generado
porla calzada que conduce al garaje -un
‘vacio todavia piblico~ al que configuran
las tapias que contienen el volumen de
la casa, el vacio del jardin —un vacio
privado— que se convierte en elcorazén
de la arquitectura de esta casa. Visto
de este modo se entiende mejor a per
tinencia de! desarrollo frontal del que
antes hablaba.
Estamos en los iltimos anos de
la década de los sesenta. El talento de
Siza fue pronto reconocido. La gente
de mi generacién recordard el nimero
de la revista Hogar y Arquitectura en el
que Nuno Portas daba por primera vez
a conocer en nuestro pais una nuevaw
generacién de arquitectos portugueses yen el que se incluia un extenso andlisis de
la obra de Siza Vieira!®, Pronto lo descubriria el atento Vittorio Gregotti,y cabe decir
que desde entonces Siza Vieira ha sido uno de los arquitectos que mas interés ha
despertado entre estudiantes y profesionales. Nada hay de extratio en ello, LaCasa
Magathaes era ya una obra de sorprendente madurez, mas todavia sise considera
que suarquitecto tenia tan solo treinta y cuatro afios cuando la proyecté. Pero Siza
es ya un auténtico maestro. Si hemos hecho referenciaaladialéctica que introduce
con el sutil manejo de las alineaciones y de la geometria, no podremos por menos
{que destacar ahora el uso que de la misma hace al enfrentar,enel acceso.alacasa,
dos materiales tan diversos como el hormigén y el metal. El brllante blanco de fa
cchapa metélica contrasta violentamente con el hormigén del muro, estableciendo
‘unos términoslingUisticos que definiran, al extenderse con continuidad, el mundo
figurativo de la casa. Esta conciencia del valor que la dialéctica tiene se pone una
‘vez mas de manifiesto si se piensa que este mundo figurative de la frontalidad —el
blanco metdlico yel hormigén— tiene como fondo la sordidez de las casas vecinas.
Lahabilidad de Siza —que se sirve de los mismos materiales que aquéllas emplean,
garantizando asi que nadie se sienta ofendido-, radica en saber distanciarse de
ellas tan solo con recursos formales. Quienquiera que contemple las imagenes que
ilustran estos comentarios comprobaré que en verdad lo logra.
Elinterior es prueba también de su madurez. Cabe hablar de sofisticacién
cen el modo de entrar en a casa, en el disefio de las puertas, en la manera en que la
ventana articula el encuentro de dos planos diversos, etc. La construccién se exhi
be, se nos muestra literalmente manteniendo, sin embargo, su condicién abstracta
vvéase por ejemplo el encuentro de los muros con el suelo. Y, como siempre ocutriré
con la arquitectura de Siza, y a pesar de la modestia de esta vivienda, el espacio
interior tiene entidad propia. Obsérvese, por ejemplo, esa entrada de luz cenital que
parece, una vez mas, un homenaje a Le Corbusier. Con ella nos encontramos ante
la evidencia de lo posible, de lo contingente. 2De cudntas otras maneras hubiera
podido sertal entrada de luz? Nada esta inevitablemente ligado ala estructura de
la casa, Muy al contrario, ante toda esta serie de episodios singulares tenemos la
sensacién de que son simplemente el resultado del deseo puntual, en uninstante
preciso, del arquitecto, De ahi su gratuidad, ese sentido de lo contingente del que
hablabamos. Un mundo fluctuante en el que, indefectiblemente, nos encontramos,
conla continua presencia del arquitecto, a pesar de que él insista en no pretender
niinguin protagonismo,
1 ogy rg
tect, evs
ora Snia ct
Hoga ener ee
10 1867, im 68,
pie 348418-20 viviendasencarinas,
18-20 sizs, por otra parte tiene la
sensacién de estar abligado a aceptar
programas més modestos, como estas
viviendas en Caxines, Vila do Conde
(1970-72) al comienzo de la revolucién
portuguesa. Se pondré decididamente
alladode los progresistas portugueses,
ayudéndoles a desarrollar su politica
de vivienda, Para mejor entender los
programas se comunicard con la gente,
laquelellevaréaaceptar que sus casas
han de ser susceptibles de incorporar
transformaciones que quizds no siem
de arquitectura. Un proyecto como éste
muestra claramente esta actitud Siza
sabe que estas casas serénalteradas y,
consciente de ello, manipula su perfil y
‘suvolumen alli donde sabe que no llega:
rénlas intervenciones de os vecinos. De
ahi el valor que adquieren la proporcién
de las ventanas, las hendiduras que
separan las bloques, 0 el remate de los
mismos, que se resuelve a la manera
aaltiana, Hay, por otra parte, una insis-
tencia en el ritmo -y aqui no podemos
por menos que recordar una vez mas a
Pessoa~que hace que lalectura de esta
pieza oscile entre lo individual y lo unita-
rio, Posiblemente sea a esta condicién
ritmada 2 quien se conffe la expresién
arquitecténica de este proyecto.21-25 1 proyecto de Moledo do
Minho, /a Casa Alcino Cardoso (1971.
73}, esespecialmenteclaificador para
mostrarnos la complacencia que Siza
siente ante el conficto. Se trata de una
pequena casa que, entre tapas y cami
nos, domina un pequefio viedo, yen a
aque el propietario quiere afadir unos
dormitories y construir una piscina
Siza acepta el encargo y decide vital
zary transformaria crujiaconvencional
mediante la apertura de nuevos huecos
Ulaintroduccién de una cocina, un tanto
ajena alordenortogonal eos murosde
pledra, Un proyectocomo ste, enelque
€! sistema establecidoporla geometria
21-25 casasicine
de los muros parece estar disponible
para aceptar nuevos usos, implica la
transformacién de la condicién inerte
de los espacios. Para ello Siza se sirve
de los espacios intersticiales, subra:
yando su valor al afadir una serie de
habitaciones convencionales -dormi
torios-, que aprovechan la alineacién
de los bancales. Elconflicto se resuelve
camo encuentro, sin que el caracter de
loinacabado y fragmentarioprevalezca,
Yasi, la nueva construccién -ligera, no
costosa~ insiste en la geometria de
nida por los bancales, orienténdose sin
prestaratencién ala construccién exis
tente. La cubierta, metdlica y livianacontribuye a acentuar las diferencias,
entre ambas: las distintas pendientes
dan lugar a que la vieja construccién y
la nueva mantengan, desde el exterior,
la distancia que entre las dos media en
el tiempo, si bien el espacio interno per-
mite hacer uso de él como si de un solo
edificio se tratase.
Dirfase que, una vez que el arqui
tecto se atreve con este tipo de encuen-
1r0s, la realidad le premia con espacios
inesperados, con arquitecturas que
le sorprenden, En la casa de Moledo
do Minho cabria hablar del inesperado
contacto entre el vidrio y la piedra, del
espacio oblicuo y del ortogonal, de la
21725 soa naseraah |
cubierta de teja y de la metélica, etc. En
la sorpresa que tales encuentros nos
producen, esta arquitectura parece
congelar, mantener vivo, el instante
en que se gest6. La convivencia de dos
piezas de arquitectura tan diversas
parece hablarnos de aquel instante, de
aquel momento: la arquitectura hace
de esta captura del instante el pretexto
para justificar su permanencia.
226-2? sia merece el mayor de
nestrosrespetos por su dedicacion a
los programas de vivienda, sin que le
preocupe la modestia de los mismos.
En esta ocasién, las Vviendos Soa! da
Bouga, Oporto, de 1973-77 el accidente,
el soporte primerode esta arquitectura
fs una tapia en la que se inckiye una
pequenia muestra de arquitectura
antigua, Como en el ejempla que ana-
lizamos hace unos momentos de las
se de los mecanismos de repeticin
poldgica, contribuyendo Ia seccién
defintivamente a definir las masas.
El nabil manejo dela misma permite a
este importante volumen adguiir una
vivera que le capacita para vivir con
tf camplejo mundo de lo construido a
su alrededor. Por otra part, hay que
valorarel coraje que supone aceptar la
fraglidad como norma. Paraddicamen-
te, ental fragildad radica su fortaleza
Una arquitectura construida con tan
madestos medios parece no demandar
tn buen trato, no reclamar restaura
cién alguna, Acepta el uso, la pérdida
de aquellaprstina condcién que tuvo
elprimer dia. Adiferencia de otras arqu-
tecturas modernas ~queforzosamente
requieren el mantenimiento de su condi
cin inaugural- la arquitectura de Siza
Vieira se siente cémada con el paso del
tiempo, incluso cuando éste supone la
pérdida de su integridad. Se diria que
reconoce y acepta que esta cumpliendo
con la misin para la que fue construida:
atender, ante todo, alo que sonlasnece-
sidades de los usuarios,28-33 La casa que voy a comentar ahora, la Casa Beires (1973-76), es coetanea
2 todas estas otras que acabamos de ver y una muestra mas de a capacidad que
Siza tiene para transformar los programas. Se trataba, en este caso, de construir
‘una casa en a periferia de Povoa do Varzim para un comandante retirado que, tras
una vida profesional en las colonias, volvia a su pais. Alguna de las imagenes ilustra
cudles son las condiciones en las que se va a producirla arquitectura: la modestia
delentornono parece ser obstéculo para que Siza plantee su obra con una ambicién
realmente sorprendente.
Siza crea, en esta ocasién, un universo auténomo, haciendo que la casa
fgravite, en la pequefia parcela, sobre un jardin que hay que considerar como algo
intimamente ligado a su arquitectura. En efecto, e jardin ~al que cabe entender
‘como una pieza més de la casa~ se configura merced aun quebrado muro vitreo, en
el que podemos reconocer resonancias strlingnianas. Siza parece querer explicara
String, sirviéndose de esta pequefia casa en Povoa do Varzim, cémo hubiera podido
resolverse el Queen's College. Y asi la casa se nos presenta como una gigantesca
ventana que se vierte caprichosamente sobre el quebrado fragmento del jardin, Sin
embargo, tras haber hecho esta afirmacién, inmediatamente nos asalta la duda
‘quizé Aivaro Sizaesté intentando con este proyectorno tanto poner de manifiesto
valor que tiene a erosin de un volumen, cuanto enfatizar el poder dea linea ~eneste
caso de a quebrada- que establece el limite entre interior y exterior a que nos tiene
acostumbrados la arquitectura. Yat voy mds alld: a condicién quebrada de a linea
parece adelantar la hipdtesis de que entre el dentro y el fuerano cabe distincién.
De nuevo la entrada ala casa es muy importante. Como en otras ocasiones,
Sizase rectea enun acceso lateral, sesgado, necesario en este caso para no sacri
carel estrecho frente dela casa. El acceso es doble. Por un lado, entramosala cocina;
porotro, al cuarto de estar. Sobre el frente de a cocina ~cuya ventana aparece pro:
tegida por una marquesina circular— se produce un espacio mas o menos servicial,
ue incluye un aseo, un dormitorio un cuartotrastero, Elprograma delos servicios,
en planta baja se completa con una habitacién al fondo. Peroes la gran pieza de estar
con un primer limite la quebrada pared de vidro, yun segundo y defintivo, el peri-
‘metro mismo de la parcelaquien protagoniza esta planta baja. Es en ella donde se
siente la autonomia de la casa: esta habitacién parece querer decirnos que entre el
‘mundo natural -presente todavia en eljardin- y el mundo manipulado, artificial, de lo
construido, nocabe establecer distancias. Ambos son unificados porla arquitectura,
que los funde en uno solo: esta es la conclusién que se desprende al contemplar el
22indisoluble espacio interno/externo que
la pared de vidrio define. La planta alta
se distingue por su flexibilidad y por la
eficacia de los espacios intersticiales.
La Cosa Beires es un pequefio/
gran ejercicio de geometria,en el que la
estrategia establecida en el proyecto
prevalece. Una vez més, la condicién
irrepetible de la arquitectura de Siza se
hace sentir: sera dificil encontrar otras
circunstancias en las que, mediante un
mecanismo tan primario como el de
practicar un bocado, se consiga abrir
tanto la fachada y que sobre ella se aso-
‘men la mayor parte de las habitaciones,
tal y como exigia el programa
En cuantoal lenguaje, se tratade
Un ejemplo genéricamente moderno, en
el que lo més destacado tal vez sea la
justeza de las medidas con las que se
trabaja. Ello da lugar a lo que cabe cal
ficar como proceso de miniaturizacién
Recuerdo la sorpresa que me produjo
Visitarla: la casa es minuscula. De ahi
que muchos elementos se transformen
cen objeto de contemplacién en sf mis-
‘mos, y que nos sintamos apresados
por la obligacién de dar respuesta a las
preguntas implicitas en ellos. En otras
palabras, es una casa que constante-
‘mente nos hace sentir la presencia de
la arquitectura, Su geometria da lugara
infinitas soluciones singulares que nos
atraen y nos hacen admirarla sensibili-
dad del arquitecto.
34-39 Nos encontramos en 1974,
préximos a la madurez de Siza, quien
fen este Banco Pinto & Sotto Mayor en
Oliveira de Azeméis nos muestra su
inquietante maestria. Es dificil encon-
‘rar un arquitecto tan dueno de todo
lo que hace. & pesar de que él habla
de incertidumbre y de que se ve @
mismo como un capitan de barco que,
caminando por la cubierta, no vislum-
bra la Estrella Polar y que, por ende, no
sabe adénde va, ante proyectos como
éste uno se inclinaria a pensar en é1
como uno de los pocos que puede llevar
el barco a puerto por muy cerrada que
esté la noche.
Otra vez nos encontramos ante
‘un programa minimo. De nuevo aparece
el acceso lateral, situacién ésta que, al
repetirse tantas veces en su carrera,
nos hace pensar que deliberadamente
no quiere quelavisién frontal del edificio
se convierta en sistema generador dela
arquitectura, La entrada al banco -que
va‘ explotar a condicién curvilinea con
fa que se resuelve la esquina~ se pro-
duce mediante un enérgico corte que
convierte dicha curva en un fragmento.
Un gesto que antecede en tantos aftos
los mecanismos de fragmentacién
{que més tarde se convertiran en tépico
durante los afios ochenta. Al romperse
fa continuidad de la curva el acceso
{queda resuelto sofisticadamente, como
admitiré quienquiera que observe el
amodo en el que se quiebra el escalén
que lo materializa. Desde la puerta de
entrada se nos revela todo este espacio
{que -siguiendo un proceso opuestoal de
miniaturizacién que antes hemos descr
to adquiere dimensiones gigantescas,
desconcertandonos por su inmensa
complejidad. Esta magnificacion del
espaciose consigue mediante multipl-
cacién de niveles -alos que se accedea
través deescaleras quelos seccionan—y
mediante la prolferacién de los techos
que los acompafian, lo que da lugar a
interesantes situaciones formales.
Las escaleras son elementos
clave. Desde ellas puede explicarse la
/
ee]
ee
forma que toma el espacio. incluso cabe
decir que lo estructuran, Su posici6n
tangente es buena prueba de ello. Pero,
a diferencia de lo que ocurre cuando el
espacio se entiende como promenade
architecturale las escaleras no son, en
el Banco Pinto & Sotto Mayor los lugares
desde los que disfrutar de fa arquitectu-
ra.Dichode otra modo, elespaciodeesta
arquitectura de Siza Vieira no se percibe
obligatoriamente desde el movimiento.
Yuna titima observacin a propésito de
las escaleras: apreciara quien las mire
con atencién que Siza se sirve de elas
paraestableceruna sutildistincign entre
los espacios piblicos y os privados.El banco Pinto & Sotto Mayor
podria, a primera vista, considerarse
como un intento de exploracién lingtis
tica, como una demostracién de que
el lenguaje racionalista est todavia
Vigente. Bastaria detenerse a exami-
nar la rotulacién, el énfasis dado a las
superficies curvas, el empleo de los
tersos planos estucados, la ausencia de
elementos aplicadosa ellos—niuna sola
ampara, ni un radiador que alteren los
paramentos de estaarquitectura-para
defender tal interpretacién. Pero me
parece que ain hay algo més: elintento
cde mostrar en toda su pureza, en cuan-
to que fendmeno o evento, lo que es la
arquitectura, La complejidad de este
espacio obliga a que vayamos mas alla
de consideraciones exclusivamente lin
glisticas. Es una arquitectura que habla
de arquitectura y que intenta ofrecer la
34-39 pence rin
experiencia de la misma desde aquello
que se piensa sea su propia esencia: el
espacio en su pureza en cuanto tal, el
espacio sin las limitaciones a que, en
los edificios, obliga el uso. De ahi que
podamos afirmarque Siza, siempre que
puede, como en este caso, prescinde
de toda referencia tipolégica. Yo que:
rria que me acompafasen a examinar
cémo conviven en esta arquitectura
de Siza geometrias tan diversas que,
aparentemente al menos, poco hacen
por reconciliarse. Es el espectador,
aquel que se encuentra inmerso eneste
espacio, el que las dota de aquella con-
dicién unitaria que nos permite hablar
dela presencia de a arquitectura. Todo,
en cierto modo, nos lleva a entender
la arquitectura como algo perceptible,
como sensacién tangible, consolidada
enel especifico y preciso instante quedefine este espacio. € incluso cabria
hablar de instante cultural. Es como
si las referencias arquitectonicas y
las citas que percibimos en la obra
hubiesen quedado congeladas en este
instante concreto del que hablamos, en
‘el momento mismo en que se construyé
este edificio.
Los espacios interiores nos sub-
‘yugan desde su complejidad. Tratemos
dde imaginarnos subiendo la escalerita
de que antes hablaba, y hagamos un
esfuerzo por ver la importancia que
en la definicin de los espacios tiene la
luz que, en este caso, literalmente los
alumbra, los hace aparecer ante nues-
tos ojos. Todo es un continuo aconte-
cer de arquitecturas. ¢Cabe hablar de
tun espacio concreto? Nos sentimos
atraidos por la variedad de episodios
arquitecténicos que Siza nos ofrece y,
sin embargo, la obra no ha perdido la
unidad. En la préxima clase veremos
cémoen Gehry a busqueda dela unidad
‘se convierte en cuestién que incorpora
en su carrera mds tardiamente: hasta
entonces se trataba de manipular
fragmentos. La obra de Siza, desde sus
primeros momentos, tiene presente un
sentido de lo unitario que, sin embargo,
nol llevaa prescindir deo discontinue.
Es hermoso ver cOmola presencia de 10
discontinuo queda atrapada en una
realidad mas global. Las imagenes del
bbanco Pinto & Sotto Mayor completan
y hablan, con mucha mas capacidad
de conviccién y elocuencia de lo que yo
podria hacer, a propdsito de lo que es
{a arquitectura de nuestro arquitecto,
Sin duda, en una obra como ésta nos
encontramos ante el mejor Siza.
Y, siempre, con un asombroso
dominio de la escala que le permite
entrar en contacto con las més diver-
‘sas arquitecturas sin sobresalto algu-
no. Ami entender, es esta sensibilidad
para con la escala del contexto en el
que se trabaja quien actéa como manto
protector frente a arquitecturas que
bien podriamos calificar de opuestas.
Es interesante ver la relacién que en
la arquitectura de Siza se da entre inte-
rior y exterior. A primera vista parece
que ésta viene dictada tan solo por el
interior. Pero no es asi. La conciencia
del entorno también cuenta. Hay en
su obra una extraordinaria habilidad
para jugar con las dos cartas al mismo
tiempo, de manera que todos aquellos
‘gestos que tienen valor fuera acaban
teniéndolo dentro, y viceversa. No
debemos extrafiarnos de que esta inevi-
table continuidad redunde en reforzar la
ccondicién unitaria,40-45 con el Banco Pinto & Sotto Mayor puede decirse que termina la etapa del
joven Siza. La obra en a que nos detendremos a continuacién, la casa para su her-
‘mano Anténio Carlos Siza, de 1978, es ya una obra de extraordinaria madurez. Pero
habria que hablar también de tristeza, de profundisima saudade. Tan profunda es
latristeza que, a mi entender, forzosoes también hablar de atrevimiento, pues tan
solo aun hermano puede ofrecerse una casa como ésta. Se trata, por otra parte, de
tuna obra premonitoria, ya que le va a permitir anticipar muchas de las propuestas
formales que le veremos desarrollar mas tarde. Es una arquitectura curiosa, extra
fra, yello explica la poca atencién critica que se le ha prestado.
Siza nos ha dicho que el lugar est4 en el origen de su arquitectura, que las
circunstancias externas estan siempre en el comienzo de lo que ser un proyec-
to suyo. El lugar en que se emplaza esta casa parece carecer de atributos que lo
cualifiquen. Cabria decir que nos encontramos ante el “no-lugar’, ante un suelo
ccuyo tinico rasgo caracteristico es su alterado perimetro. En él es donde Siza
va a encontrar los elementos con los que comenzar su proyecto. Y asi, una linea
‘que podriamos considerar como el mas arbitrario de los gestos, y que divide la
‘superficie encerrada por el perimetro, se convierte en motivo y fundamento de
esta arquitectura, Me atreveria a decir que, con dicha linea, Siza interviene en el
solar con la misma fuerza con la que Lucio Fontana activaba, mediante un corte,
la superficie rectangular de un lienzo. La arbitraria alineacién sera el instrumento
que Siza emplee para comenzaraestructurarla casa, a.un tiempo que se convierte
en pista que le permite colonizar el fondo. Una vez mas nos encontramos en esta
casa con una arquitectura que presta definitiva atencién al acceso, ala puerta de
entrada. En esta ocasién, Siza hace coincidira coches y personas: desde la dimen-
sién se reconocen las distintas funciones, poniéndose de manifesto que el acceso
alacasa tiene algo de ito inicitico, y astse explica el quebrado movimiento al que
Siza nos obliga si queremos alcanzar la plataforma elevada en la que se construye
lacasa, Desde la puerta de entrada ala misma se descubre por completo el juego:
una vez que se atraviesa el umbral, la casa queda disponible, sin que medie entre
los espacios transicién alguna. ¥ asi, desde el umbral mismo, descubrimos el Srea
de estar, el area del comedor y la cocina, y, por uitimo, el patio, que nos conduce
alterritorio de los dormitorios. Una habitacién privada, en directa conexin con la
cocina, habla de un Gitimo reducto dela privacidad.
Quien observe la planta no se sorprenderd si se mencionan conceptos como
los de fragmentacién, quiebro y ruptura, Tan solo la fuerza del bay window, que sehace sentirtanto en el patio dela fachada como en el mas privado de servicio, dota
ala arquitectura de una cierta condicién unitaria. Pero, en lo que en realidad el
arquitecto parece recrearse, es en la lucha por hacerconvivir en la casa elementos
dispares. Asila pieza de estar, cuya aparente regularidad establecida porla simetria
queda destruida mediante la sutil intervencién en el techo; el complejo espacio
del comedor, animado por la danza de dos columnas; los dormitorios de los hijos,
habilmente agrupados, con algo de irénica referencia a una arquitectura moderna
que parece, por otra parte, ser deliberadamente ignorada; y por ultimo, ya que hay
que poner limite a esta descripcidn de espacios y elementos, os aseos, que en su
simple trazado parecen ser el resultado del encargo directo al fontanero, con el
deseo de conseguirel mejor de los precios. Habran advertido que nada he dicho del
patio, pieza clave en torno al cual giran todos los elementos anteriores, y que es
la que permite que la casa tenga un desarrollo acorde con el amplio programa. La
estrategia que leva a organizar una arquitectura sirviéndose de un patio, hacien-
do que todos los elementos giren en torno a él, es un mecanismo del que Siza se
‘servird a menudo en el futuro. Hay un momento en el que resulta dificil discernirsi
£85 el patio quien dio origen alos espacios, o sie trata simplemente de un espacio
residual, de algo que puede considerarse tan solo el resultado de haber encajado
libremente un programa. Y, sin embargo, el patio se convierte en duefio y senior de
la casa, Es como si en el vacio que genera, residiese el espiritu del todo. Las habi-
taciones, las estancias, son otras "casas", cuyo cardcter y significado dependeran
de los usos que se les asignen. Y de ahi que no sea dificil descubrir en cada una de
ellas rastros de arquitecturas de Siza que ya conocemos: en los dormitorios de
los hijos, el Banco Pinto & Sotto Mayor; en la relacién entre el comedor ya cocina,
‘experiencias que vimos en algunas de sus primeras casas; en la pieza de estar, la
tradici6n de una arquitectura doméstica que Siza aprendié en Wright. Pero la dis-
paridad de los elementos y de las arquitecturas desaparece desde aquel lugar en
el que la madre, duefia del area mas privada de la casa, domina visualmente como
el vigilante controlaba a quienes estaban encerrados en el pandptico~ las habita.
ciones de los hijos:lavisién unifica y, al materializarse en trazado, se convierte en
tangible posesién de la casa, en sensacién virtual y real aun tiempo de dominio de
la misma. Tan solo el cuarto de servicio que antes mencioné, y que esta mas alld
de la cocina, se libra della tiranta del patio y de los trazados que locortan, haciendo
que lacasa disfrute de un nuevo territorio, virgen, privado, aquél que se produjo con
la arbitraria linea que dio origen a esta arquitectura.Es una casa al borde de lo irracional y, sin embargo, hay que reconocer que
explora con absoluta consciencia tanto mecanismos geométricos como operacio-
res formales que tienen su origen en la teoria de la Gestalt. Y asi cabria entender
la casa como el resultado de activar un esquema convencional y simétrico en “U"
mediante inclusiones, cortes o proyecciones. Los espacios singulares yespecificos
de cada habitacién mantienen su autonomia, pero se integran en la unidad que la
casa sin duda tiene, sirviéndose de las proyecciones visuales de que hablamos 0
del desplazamiento sobre la linea/origen. Por otra parte, si observamos el ambito
del jardin privado como un todo, como fondo, veremos aparecer en él como figuras
tanto el s6lido definido por los dormitorios de los hijos como el bay window de la
habitacién préxima ala cocina, En mi opinién, se trata de una casa importantisima
para entenderlo que ser la arquitectura de Siza a partir de este momento. La expe-
riencia del patio, sin irmas lejos, aparecera en una obra tan definitiva como el Pabe-
II6n de la Facultad de Arquitectura de Oporto, y se repetiré en otras comola Escuela
de Educacién de Setubal, el Pabelién Carlos Ramos en Oporto, el Rectorado de la
Universidad de Alicante, etc. La Casa Anténio Corlos Siza es todo un programa, todo
tun repertorio de lo que ha sido y de lo que vaa ser su arquitectura a partirde ahora:
sin duda en ella comprobé Siza una vez mas el valor de los espacios intersticiales.
Pero todavia me gustaria afiadir un apunte mas. Esta casa es toda una leccién de
independencia: la presencia de lo privado, de lo intimo, anima y dota de espiritu a
esta arquitectura. Es, ademds, una muestra de lo que, ami entender, es une de los.
aspectos mas valiosos de la obra de Siza: su conviccién de que la arquitecturaes
un medio capaz de dar cabida a nuestros sentimientos. En la Casa Anténio Carlos
Siza nos encontramos con espacios interiores que transpiran intimidad, una den
sidad de sentimientos que encuentra su expresién en toda una serie de diversos
episodios arquitecténicos en los que la disciplina llega a convertirse en testigo de
Is historia, en estricto rastro de la vida. Se entender ahora por qué comenzaba el
comentario acerca de esta casa hablando de atrevimiento...46-51 Nos encontramos ahora frente a un proyecto, las viviendas sociales en
Quinta da Malagueira, de 1977, que pertenece, como otros que hemos tenido ya
‘ocasién de comentar, a toda una serie de encargos ligados ala politica de vivien-
da del régimen progresista en Portugal. En ellos aparece una arquitectura que, a
los ojos de Siza, se transforma en espejo de un grupo social, en paradigma de la
clase. Ni que decir tiene que Siza se identifica con el grupo para el que vaa realizar
este encargo, Se trataba de construir en la perferia de Evora, una ciudad antigua
hermosfsima, en la que, como en tantas otras, la dficultad que en nuestros dias
plantea mantener la continuidad tipoldgica se pone de manifiesto en los proyectos
actuales. Siza recibe el encargo de edificar en un drea en la que un proceso espon-
‘éneo de construccién ha dadolugara que se consolidase una calle ytoda una serie
de callejones perpendiculares a ella. A Siza se le pide que extienda el barrio. Y, al
hacerlo, ve con simpatia la I6gica y la racionalidad de la construccién espontanea
eiinsistiré en ellas con las armas de a experiencia que le proporcionan obras tales
‘como a Casa Beires. Asi plantea casas patio alineadas y organizadas segtin calles.
Siza intuye el potencial de transformacién de estas casas: el patioes elrecursodel
{que Siza se sirve para no destruir la energia de un grupo social que, sin duda, ha de
sentirlanecesidad de hacer crecerlas casas. Con una capacidad de sistematizacién
admirable, Siza nos oftece su versién de las distintas etapas de crecimiento. En un
‘momento en el que la proliferacién de casas unifamiliares adosadas ha repetido
hasta la saciedad modelos triviales y, sin embargo, cerrados, esta capacidad de
ofrecer las semillas de lo que puede ser la evolucin de la vivienda es algo que
considero del mayor interés.
Convendria hacer hincapié en lo que ha sido la estrategia urbanistica de Siza
la ocupacién total del suelo, Tal estrategia hace que la continuidad entre la cons-
truccién esponténea y su proyecto se produzca. Tanto en aquélla como en ésta el
espacio publico queda reducido al viario. Y esto nos lleva a observarla maestria de
Siza alla hora de establecer las medidas, las dimensiones de las cosas. La defini
cién del ancho de la calle era, en un proyecto como éste, crucial: ni mas ni menos
aquel que permite el aparcamiento de un coche y|a circulacién de otro. Alguien
podré reprocharme este elogio y reciamar una solucién para el aparcamiento mas
generosa, Ami entender, Siza da muestras en este proyecto, una vez mas, de su
extraordinario sentido de la realidad: estableciendo la medida justa de la calle se
cconsigue un aparcamiento organizado, sin confiar anormas restrictivas tan impor-
tante aspecto de la vida cotidiana.
m46-51 viiendassocstesen
una lagers frora, 1997
Querria también llamar la aten-
cién a propésito del modo en el que una
cierta condicién pintoresca libera al
proyecto tanto de la monotonia como
de la masificacién. El mecanismo que
utiliza Siza es bien sencillo: ajustarse
a fa topografia. Las construcciones
de Siza se nos presentan asi como un
manto arquitecténico que completa el
territorio, y es la peculiaridad de éste,
presente en las ondulaciones de su
topografia, la que se manifiesta en una
arquitectura intrinsecamente diversa
y variada, que disfruta de la misma
virtud 0 condicién pintoresca que
tantas veces hemos admirado en las
arquitecturas vernéculas.
Para mieste proyecto de a Mala-
ueira tan solo tiene un “pero”. Yes que
hay un momento en el que Siza parece
sentir temor ante su propio trabajo, ante
la sencilez con la que esté procediendo,
y decide entonces dotar al conjunto de
Un episodio arquitecténico de mayor
enjundia, Trasladando a la esfera de
lo urbano Ios criterios kahnianos de
espacios servidores y servidos, insta-
la en la modesta fabrica urbana de a
Malagueira un aparatoso y monumen-
talconducto, en el que no resulta dificil
adivinar los ejemplos histéricos que ha
tomado como modelo. Ami modo de ver
la Malagueira podria vivirsin tan eviden:
te, innecesario y, sise quiere, retérico
elemento, Creo que esta spina de infra-
estructura, queen un momento parecié
justificar la geometria del barrio, no
puede competircon ariquezade formas
que producen el respeto ala topografia
yelestablecimiento de unos elementos
constructivos ~puertas, ventanas, chi-
‘meneas~ capaces de reconocer ritmos
ydistancias.
a52-57 de nuevo nos encontramos en
tuna pequefa ciudad portuguesa, Vila do
Conde, en un mediourbano modesto, en
el que la arquitectura de Siza, el Banco
Borges & irmao (1978-86), se producira
con autonomia y sin ofensa. Una auto-
rnomia que se manifiesta con fuerza en
los paramentos curvos ~desconocidos
por completo en aquel medio- y que se
hacen presentes en los dos frentes del
eifcio creando una curiosa antimetria.
La planta y la seccién son complejas
Existe una diferencia de niveles que
el arquitecto explotard cuidadosa-
mente. El acceso se produce sobre la
vidriera curva, que hace desde el pri
mer momento profesién de fe en una
arquitectura que, desde la transparen-
cia, exhibe la voluntad de mostrarnos
que interior y exterior pueden legar a
ser una misma cosa, Desde el primer
momento se observaré el papel que se
asignaa las escaleras alahorade esta-
blecer la estructura de los espacios. Y
ast vemos cémo éstas se desarrollan
en sentidos opuestos, produciendo
‘algo no muy lejano al movimiento que
advertimos en la banda de Mobius,
que nos permite el acceso desde los
dos niveles y un desplazamiento lon-
gitudinal que aista al edificio de las
medionierias, reforzando con ello su
autonomia, Diriase que asi Siza consi
gue distanciarse e independizarse de
las construcciones en torno, insistien
doen eldiverso caracter que un edificio
‘como éste tiene: dicho de otro modo, su
propia estructural aleja de sus vecinos.
préximos y le permite serde otro modo,
ssin que su peculiaridad, por razén de la
evidente diferencia se traduzca en falta
de respeto al entorno,
‘A mi entender, hay que ver esta
arquitectura como una celebracién
constante de lo extraordinario, de lo
‘excepcional, como.una continua ocasién
de insistir en el valor de los accidentes.
Nada hay en este edificio que pueda ser
considerado genérico. El espacio es un
todo que recoge los episodios indivi-
duales atentos a subrayar los aspectos
estructurales del mismo: en este caso,
el continuo movimiento, patente tanto
tn los paramentos externos como en
la geometria con la que se dibujan los
techos. Sial hablar de a Malagueira tenia
sentido reconocer la deuda de su arg)@
tectura con tips conocidos, en este caso hay que insistiren el deliberado abandono
de cualquier referencia tipoldgica. La condicién global del todo prevalece.
Talver debiéramos establecer relacién con algunos de los mecanismos for-
males que observébamos en el Banco Pinto & Sotto Mayor. De nuevo cabria hablar
de la importancia que tienen los espacios intersticiales, los “cortes”, las “erosiones”
de los planos horizontales, las trazas oblicuas, etc. Todo ello contribuye a que el
interior y el exterior sean congruentes y continuos: la distincién entre el dentro
yel fuera, que tan a menudo se da en la arquitectura, aqui desaparece. E! modo
ten que la cristalera curva se extiende en la superficie de mérmol y se integra con
el paramento curvo de revoco serfa una clara muestra de esta voluntad de inte-
gracién y continuidad. A a habilisima manipulacién de los espacios y volimenes
‘acompafia una no menos sorprendente capacidad para vvificar las superficies. En
este caso, el uso del marmol ~en el que cabe advertir resonancias loosianas~ se
‘extiende tanto a suelos como a muros, contribuyendo a que los espacios tengan
una condicién més abstracta al no establecer diferencia constructiva entre unos y
otros. Como en otras ocasiones, Siza renuncia alos elementos de mobiliario,todo
enesta arquitecturaes fio. Dirfase que los muebles sobran y, de hecho, cuando se
utilizan, se ven como algo extrafio y ajeno a a arquitectura. En su afan pornoaha-
dir elementos aplicados, Siza prescinde de las lémparas, y la luz se incluye en las,
cesuras y en los espacios intersticiales, lo que contribuye a reforzarla importanci
que éstos cobran. Ellono quiere decir que de vez en cuando no aparezca algtn ele-
mento convencional, como el oo de buey en laescalera. Pero son los menos. Como