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ALVARO SIZA Alvaro Siza Vieira es un personaje complejo, una figura poliédrica, sin duda un arquitecto bien diverso de aquellos que hemos visto en las clases anteriores. Para algunos es el mas genuino representante de una arquitectura entendida en continuidad con lo que fueron el pensamiento y los principios de los arquitectos del Movimiento Moderno. Y en verdad que cabe considerar la obra de Alvaro Siza como la quintaesencia del Movimiento Moderno. Alvar Aalto est muy presente en la arquitectura de Siza. ¥ también lo estin, sobre todo en un primer momento de ‘su trabajo, arquitectos como Wright y Le Corbusier. Por otra parte, un arquitecto a ‘quien conoce bien y cuya influencia se respira en su trabajo es Adolf Loos. Tendre- mos ocasién de verlo en algunas de las imagenes que mostraré a lo largo de esta clase. Sin duda, como decia hace un momento, la arquitectura y los arquitectos del Movimiento Moderno estan bien presentes en su obra. Pero Siza también es, ‘en opinién de otros, el maximo representante de aquella arquitectura que engrana con lo popular, con el sentido de la construccién tradicional, Ha sido como bien se ‘sabe- Kenneth Frampton quien mas atencién ha prestado a aquellos que, viviendo en paises relativamente periféricos, han conseguido desarrollar una arquitectura de alto nivel cultural. Sobre todo en la medida en que han logrado hacer, desde sus culturas marginales, dela resistencia virtud. Y tal resistencia comienza porvalorar la realidad inmediata, por tratar de transformar el medio desde dentro, desde el Conocimiento que se tiene de los entresijos mas intimos del mismo. La critica ~1a autocritica, se entiende-no es ajena a tal resistencia, y hay que reconocer que, cuando se produce, se convierte en un instrumento profundo y operativo en manos de quienes hacen uso de él La conciencia dela realidad comienza con el “conocimiento del lugar’, Si al estudiar a Rossi nos encontrébamos ante imagenes prototipicas, ante una visién, platénica del mundo, y sien el trabajo de Eisenman advertiamos la obsesién por el modo, el deseo del método, en el caso de Siza estamos ante un arquitecto que atiende a lo contingente,a lo inesperado, sin olvidar el valor que tiene el encuentro con lo que fue el origen de a arquitectura. £s como si, ante la obra de arquitectura de Siza, descubriésemos lo més esencial, aquello que con mas fuerza caracteriza al enémeno arquitecténico, En su obra, la arquitectura en estado puro se convier- te siempre en protagonista. En la arquitectura de Rossi hemos tenido ocasin de apreciar su insistencia en servir alas ideas primeras. Ena de Eisenman, el interés por resolver problemas lingUfsticos explorando el significado de la sintaxis. Siza simplemente parece querer advertirnos de que lo que persigue es que su trabajo “huela’ aarquitectura. Y es ese “olora arquitectura’ —o, sise quiere, alo que enten- demos como arquitectura, a aquello que se nos ensefié erala arquitectura— el que se respira en sus obras. La arquitectura en sus manos se convierte en algo préximo ala poesia, Ante ella, sobre todo en sus primeras obras, tenemos la sensacién de encontrarnos frente ala realidad transcendente: una sensacién no muy distinta a la que experimentamos con la lectura de un poema. Y,a un tiempo, tal y como ‘ocurre con un famoso escritor portugués con el que con frecuencia se le compara, Fernando Pessoa, Siza trata de convencernos de que é!no actua, de que él simple- mente desvela aquello con lo que luego nos sorprende. ASiza no le gustaria que se le considerara el protagonista de la escena, aunque es verdad -y ocasién habra de verlo mas tarde— que ama dominar la situacién, que quiere controlar el guidn. De ahi que su dltima arquitectura nos permita establecer la analogla con lo que es una obra teatral, con la trama y con lo que representan los distintos personajes que en ella intervienen. Al final su obra esté poblada de personajes que él gobierna Personajes que intervienen en este juego~en este drama o en esta comedia dela arquitectura~a los que él maneja y utiliza como autor, aunque pretenda decimnos _yhacernos creer que todo es poco menos que inevitable. E! poema ha dado pasoa ‘una comedia o, si se prefiere, aun drama Apesar de que Siza no se ve préximo a Fernando Pessoa, citaré ahora unos parrafos del escritor portugués que me parece pueden contribuira esclarecer quién es Siza. Comprendo que establecer un paralelo entre ambos pueda resultar un tanto ‘6pico, pero creo que en ocasiones es lcito acudira un recurso de este tipo, siempre que sea util para caracterizar y dibujar el perfil intelectual de la persona que nos interesa, como es el caso ahora de Alvaro Siza. Dice Pessoa: “Me gusta decir. Diré mejor: me gusta palabrear. Las palabras son para mi cuerpos tocables, sirenas visibles, sensualidades incorporadas. Tal vez porque la sensualidad real no tiene para m(interés de ninguna especie ni siquiera material ode ensuefio~,se me ha transmutado el deseo hacia aquello que crea en miritmos verbales,o los escucha de otros."* Démonos cuenta, este “palabrear” nos permitiré vera obra de Siza como un compuesto de toda una serie de vacablos auténomas, ligados entre sivia la trama que el arquitecto ha urdido en torno a eos. En cuanto reconozcamos la existencia de tal rama, seremos capaces de reconacer en la obra de Siza esas palabras que tanto celebraba Pessoa. Hasta me atreveria a decir que saltan y se mueven en el ‘espacio de lo construido con la misma entereza con que las vemos aparecer en un sresson sto tr, Senin Srisee Seton Krettiore pictograma. asi, al modo en que un poeta disfruta mostrando la condicién eufénica de ciertos vocabios al aproximarlos.a otros, Siza, al desplegarlos elementos que ha escogido para construir su arquitectura en el espacio, nos hace entender aquello que querfa decir Pessoa cuando hablaba de “cuerpos tocables".De este modo, ante la arquitectura de Siza nos embarga la sensacidn de estar sometidos ala experien. cia fenomenoldgica de lo que es la arquitectura, Este sentimiento de tangibilidad ‘que produce ta arquitectura de Siza ~y que no encontramos ni en la de Rossini en la de Eisenman~nos empuja a poner en practica nuestra capacidad tacti,estimu- lados por el manejo y uso de los materiales que de ellos se hace. De ahi que pod: ‘mos aplicar alo construido las expresiones que usaba Pessoa: ‘sirenas visibles" 0 “sensualidades incorporadas’. Las ultimas lineas del texto citado son mas dificiles de entendery, porende, de utilizar para interpretar la obra de Siza:"{...] porque la sensualidad real no tiene ppara mi interés de ninguna especie -ni siquiera material o de ensuefio~, se me ha ‘ransmutado el deseo de crear en miritmos verbales,olos escucha de otros."Y, sin embargo, gacaso no cabe decir que las palabras de la arquitectura~a las que Siza ‘sometié a cautiverio en su obra- no estan organizadas acudiendo a ritmos y refe- rencias que inmediatamente nos hacen pensaren lo que ya hemos escuchado? Dice Pessoa: “Tal pégina de Fialho, tal pdgina de Chateaubriand, hacen hor- ‘miguear a mi vida en mis venas, me hacen rabiar rémulamente quieto de un placer inaccesible que estoy teniendo, Tl pégina, incluso, de Vieira, en su ria perfeccién de ingenierfa sintéctica, me hace temblar como una rama al viento, en un delitio pasivo de cosa movida. No puedo por menos que pensar en Siza al leer estas lineas: como Pessoa, que nos habla dl delrio ante aquella “cosa movida’, Siza se esfuerza por capturar, en su arquitectura, el instante. De nuevo Pessoa: “Como todos los grandes enamorados, me gusta la delicia de la pérdida de ‘mi mismo, en la que el gozo de la entrega se sufre completamente. Y, asi, muchas. veces escribo sin querer pensar, en un devaneo exterior, dejando que las palabras ‘me hagan fiestas, nifio pequefio en su regazo."? También en Siza se da esta sensacién de que todo lo que conoce y toca, todo aquello alo que fue capaz de dar vida, o poseyé antes a él como nos posee ahora a nosotros-,convirtiéndole en ese “nifio pequefio en su regazo" del que nos habla Pessoa. “Son frases sin sentido, que corren mérbidas, con una fluidez de agua senti- 2 iden, pie 38 oie, pop 38 m dda, un olvidarse de riachuelo en el que las olas se mezclan e indefinen, volviéndose siempre otras, sucediéndose a si mismas. Asilas ideas, las imagenes, trémulas de expresién, pasan por mi en cortejos sonoros de sedas esfumadas, donde una Claridad lunar de idea oscila,batida y confusa. ‘Anadie escaparé la importancia que el sentir tiene para Pessoa, prueba de ‘que aquella “realidad fluida’, tan bien representada por las olas, tuvo una forma precisa, sibien estaba llamada a esfumarse en el todo, en el tiempo. Sin duda un pérrafo como este ditimo ayuda a proponer una lectura de la arquitectura de Siza entendida como captura de aquello que se mueve, como presencia de lo contin- gente, como alusién continua a esa condicién cambiante que da lugarala sucesién temporal y que nos permite gozar de los instantes: de esos momentos especificos 210s que dio vida la arquitectura al congelarlos en un preciso momento, en una obra concreta. Eltiempo, en Rossi, estaba representado al quedar suspendidoelinstante en a esfera del reloj. En Siza quedé atrapado por aquella arquitectura que se nos hace presente sensorialmente al sentirnos afectados, tangible y materialmente, porella. Nada mejor que este ultimo parrafo de Pessoa, que considero imprescindi- ble, para describirla arquitectura de Siza. Va pues, sin comentarios, en la confianza de que ya no son necesarios: “jBenditos sean los instantes, y los milfmetros, ylas sombras de las cosas pequefias, todavia mas humildes que ellas! Los instantes, (.. Los milimetros qué impresién de asombro y de osadia me causa su existencia, uno al lado de! ‘otro, muy préximos en una cinta métrica-. A veces sufro y gozo con estas cosa: Tengo un /orgullo tosco//en esto. ‘Soy una placa fotogréfica prolijamente impresionable. Todos los detalles se me cruzan desproporcionadamente y forman parte de un todo. Sélo me ocupo de mi. Elmundo exterior me resulta siempre evidentemente una sensacién. Nunca olvido lo que siento."® ‘Tras esta lectura obligada de Pessoa, es forzoso preguntarse: pero, Tras recordarnos cémo atiende a las observaciones que le hacen los arte. ‘sanos, Siza termina reconociendo el valor que tiene la presencia de las cosas, algo que, consciente de su singularidad, se hace evidente en un modo de sentir al que 1no duda en calificar como de magica extrafeza, Las observaciones de Siza podrian simplificarse, con el riesgo que toda reduccién comporta, de este modo: lugar: origen de toda arquitectura, la proporciona el hecho de que son otros quienes construyen. discusién: hay que atender a quien va a hacer uso de la obra. samen pig 206 bine, 206 s5ibdem ig 207 ccontingencia: el arquitecto encuentra en los conflictos que acompatian alla realidad cena que trabaja la respuesta a los problemas especificos que cada obra plantea. incertidumbre: ante la falta de claridad de la meta que se persigue cuando se ‘comienza el trabajo. No se trata de resignacién, sino bien al contrario, hay una cier- ta satisfaccién al saber que toda obra bien hecha terminara siendo una sorpresa. mediacién:la arquitectura como algo que exige el trabajo colectivo, le aceptacién de tunas limitaciones (constructivas, funcionales, legales, etc.] queimplica la renuncia ala directa expresién personal insatisfaccién: al constatar que toda obra de arquitectura es, para el arquitecto, inacabada, al sentir que no pudo dar una respuesta capaz de conjugar todos los conflictos en torno alla realidad evidencia: la arquitecture como ocasién para experimentar esa singularidad de las, cosas, que en su evidencia nos hacen entrever su condicién mas sustancial. Hay un cierto parentesco en esta propuesta que Siza plantea con la agustiniana definicién de belleza que nos hablaba del resplandor de la verdad: con tono mas franciscano, Sizanos recuerda la hermosura de “la singularidad de las cosas evidentes’, sugirien- do que entre ellas hay lugar para la arquitectura, ‘Acontinuacién examinaremos cémo se ha ido desarrollando la obra de Siza alo largo deltiempo, ycreo que en este examen seremos capacesde encontrar adecuados ejemplos para ilustrar los principios manifiestos en los parrafos anteriores. Al hablar de Siza hay que pensar en un arquitecto extraordinariamente dotado para el ejercicio profesional. Siadmitiésemos que la arquitectura tiene que ver con las artes visuales y Con una cierta capacidad de manipulacién plastica de la realidad, y situviésemos que hablar de los cuatro arquitectos de quienes nos hemos ocupade hasta ahora en térmi- nos de capacidad y dotes para el desarrollo de su profesién, no habria ninguna duda en sefalara StiringyaSiza comolosmés capaces y dotados. Rossiy Eisenman hanhecho un gran esfuerzo por alcanzar una expresién plastica propia, y cabe decir que su obra haido ganando en coherencia y complejidad a o largo de los afios, pudiendo afirmarse {quesuarquitectura primera estaba mas lena de buenasintenciones que de logros. Pero tantoenelcaso de tiring como en eldeSiza su maestrfa comoarquitectos sehahecho sentir desde sus primeras obras, y asi cabe decir que no son muy diversas, en loquea calidadse refiere, alas iltimas. Es cierto que tanto en Stirling como en Siza hay un cami- noascendente que alcanza su cimaen obras comola Facultad de ingenieriade Leicester el Banco de Dlveira de Azeméis, pero es forzoso reconocer en ambos una asombrosa precocidad. Y ahora pasemas, sin mas preambulos, al examen de sus obras. 200 1-6 restaurante Bos Nove, 1-6 Hay que pensar que Size tenfa veinticince afios cuando empezié a proyectar este pequefio restaurante Boa Nova en Leca da Palmeira (1958-63), en el que demuestra una maestria que justfica los comentarios anteriores acerca de su precocidad. Elemento fundamental en el perfil que dibuja el paisaje es la pequenia, ermita que, al reposar en una plataforma que introduce la horizontal en el medio, adquiere, a pesar de su modestia, una condicién de objeto artificial y auténomo, ASizano se le escapa que a ermita sera inevitable referencia para surestaurante 4, dispuesto a subrayar las diferencias, insiste en que tanto su volumen como los ‘muros que lo arraigan se produzcan de un modo fragmentado, haciendo dela fractu raydela discontinuidadla substancia dea forma, Elsuela se convierte en elemento clave, confirmando esta obra laimportancia que para Siza tendré, desde elcomien 20 de su carrera, el lugar. El suelo, las rocas manifiestan lteralmente el valor que Ia cimentaci6n tiene en tanto que ope- racién primera de toda construccién. El edificio, portanto, como encuentro de lo construido y del suelo que, en esta oca- sin, es también el cimiento y que nos habla de una naturaleza expectante sobre la que se evantara lo construido, estableciendo una dialéctica que se recrea en el ontraste. No es dificil advertir en este proyecto los ecos wrightianos a los que aludimos al comenzar esta clase. La idea de hueco desaparece, no hay ventanas. Por un lado, nos. encon tramos con plataformas a distintos niveles sobre las que se disponen las mesas, que disfrutan de espléndidas vistas. Por otro, aparece la cubierta, ligada a un sistema de muros que establece con ella una relacién comple- tamente diversa, por no decir opuesta, a la que considerébamos al hablar de la a ‘ermita. Se trata de una obra extraordinariamente elaborada, teniendo en cuenta {que es una de las primeras: Siza leva cuatro o cinco aos de ejercicio profesional ‘cuando construye este restaurante, al que cabe ver como punto de arranque de su carrera, Quizds lo mas relevante sea el modo en el que el sistema de muros se disuelve hasta el extremo de hacernos olvidar su existencia. Pero, al margen de este comentario, que atiende a los aspectos mas estructurales del proyecto, for: zoso es llamar la atencién sobre la cuidada articulacién del acceso y de a conexién con las cocinas. Se trata de una arquitectura en la que la manipulacién del espacio prevalece. De ahi la importancia de las secciones, que nos permiten comprobar el habil uso que de los intersticios producidos entre las cubiertas se hace. Por otra parte, Siza explora el valor de los materiales, haciendo de la madera un uso extenso, hasta el punto de que aella se confia la creacién de una cierta atmésfera, ala que podria calificarse de doméstica y privada, y que, sin duda, Siza perseguia enestaocasién. Una arquitectura atenta ala mas ligerainflexin, al mimo sesgo. Me parece importante insistir en el valor que Alvaro Siza ha concedido siempre alas alineacio- nes. El sabe que los espacios cambian -tanto interna como externamente—cuando ‘se abandona la ortogonalidad y, sin duda, la suave oblicuidad de este proyecto ccontribuye de modo definitivo a la definicién de su forma. Tal oblcuidad, por otra parte, establece una cierta continuidad con las cubiertas que, a pesar de estar construidas siguiendo modelos tradicionales, se manejan con tanta libertad como cuidado. De este modo consigue dibujar un peril roto y pintoresco que permite al edificio viviren buena armonia con el paisaje. fal vez convenga decir que no estoy pensando en un pintoresquismo a lainglesa, en el que el volumen se controla desde la manipulacién aditiva de elementos, sino mas bien en una actitud ligada a una percepcin pictorica del paisaje Por dltimo, desde esta obra primeriza, Siza Vieira muestra cuénto la cons. truccién le atrae. ¥, si bien muchas veces se sirve de sistemas tradicionales, otras, se esfuerza en poner en directo contacto unos materiales con otros, dando lugar a inesperados encuentros de indudable interés. En manos de Siza los materiales quieren ser ellos mismos, pretenden mantener su integridad sin pasar por la mediacién que supone aceptar el uso tradicional que de ellos se hace, condicién que no seré dificil identificar en algunos elementos ~ventanas, por ejemplo— de este proyecto. o ?-11 Las piscinas de Lega da Palmeira, una obra de 1961, demuestran ya una gran madurez. De nuevo nos encontramos ante esta capacidad de sacar provecho del encuentro de los opuestos, entendiendo como tales el medio natural y el agitado ‘océano, por un lado, y el artficio de lo construido, el reposado recinto en que se produce el bano, por otro. El océano queda representado en las rocas ~que algo tienen de fésiles olas-, en tanto que las piscinas se apoyan en todo un sistema de muros verticales que da lugar ala creaciOn de un mar artifical, de un Atlantico ccautivo que permite el bafo al haber conseguido aislar y apaciguar una porcién {del mismo, La transformacién del paisaje no hace uso, en este caso, de elementos convencionales como pérticoso pérgolas. Se ha construidoun sistema de platafor- mas que modifica la percepcién que tenfamos de las rocas al dotarlas de un relieve {que antes no tenian. Las plataformas introducen un orden horizontal en el paisaje, antes inexistente, que dialoga con el plano horizontal de los recintos que definen las piscinas. Es en este nuevo territorio horizontal donde se produce el encuentro de opuestos del que hablébamos, y que en esta ocasién da lugar ala aparici6n de la vida social Esta obra de Siza Vieira anticipa la arquitectura minimalista de los anos ochenta, al conseguir, con escuetas intervenciones, importantes transformaciones, enel medio. Tan solo con la construccién de un muro de hormigén que nos protege {ynos separa dela carretera se logra.un aislamiento que facilita este encuentrocon la naturaleza, en el que radica el interés de este proyecto. EI muro hace olvidar el panorama de una costa contaminada con el que nos encontramos.al otro lado dela carretera, aa vez que nos conduce, insensiblemente, a un plano inferior, oscuro, nel que iremos descubriendo los vestuarios, las duchas, los servicios, etc. Todo lo consttuido en este plano se constituye en filtro que nos dirige al mar, alejéndonos del mundo de lo cotidiano al sentir la apacible soledad que produce el encuentro de los humanos con la naturaleza, Podria insistirse una vez més en las matrices wrightianas que hacen continuamente acto de presencia en estas primeras obras, de Siza. Todas estas horizontales, todos estos muros retranqueados, toda esta repeticién de las vigas de madera -madera frente a hormig6n—nos hablan de cuan- to Siza ha estudiado a Wright. Siempre hay alguien que pretende darla versi6n del Siza instintivo-otra vez“el buen salvaje"-, oponiéndolo alarquitecto cultivado que ha hecho del conocimiento el soporte de su profesién. Ni que decirtiene que pienso de otro modo. La carrera de Siza, desde estas primeras obras, es la carrera de un arquitecto extraordinariamente bien educado, culto, que admite la influencia de aquellos arquitectos a quienes admira Hay en Siza, sin duda, un potente ins tinto que le permite ir mas allé de las arquitecturas aprendidas. Liberar su propia instinto es quizés una de las mas necesarias y dificles tareas que tiene ante siun arquitecto. Tal vez el examen de la obra de alguien tan liberado como Siza nos ayude a conseguirlo. 12-1? Como en el proyecto anterior cabria hablar aqut de un Siza que acep- tala realidad, los limites enlos que vaa quedar encerrado su trabajo, y que con tuna actitud, a la que bien pudiera cal carse de posibilista, la transforma, con- virtiendo aquellos condicionantes que parecfan limitarla en el origen de lo que seré su obra. Yasies preciso considerar el modesto barrio residencial de Oporto en que va a construirse la Casa Magal- ‘haes (1967-70) para valorartainterven- cién de Siza, quien nos sorprenderé una ‘vez més al mostrarnos el potencial que encerraba el perimetro de la parcela. De ello hablaremos mas tarde al estudiar la planta. Pero, antes de seguir adelante, ‘querrialamarla atencién de quienes me escuchan acerca de a importancia que para Siza tiene el pensarla arquitectura de esta casa desde la frontalidad. Este proyecto de Siza coincide en el tiempo conlasmés sutileslecturas crticas que en aquellos dias se hacian de Le Corbu- sier.¥, como un torero dispuesto acitar de frente y con la mano izquierda una otra vez, va resolviendo los distintos episodios con los que nos encontramos alrecorrer el volumen de la casa, ins tiendo en la frontalidad, dibujando en ella su arquitectura, Asf ocurre cuando, desde la calle, nos enfrentamos con la fachada, 0 mas tarde, cuando un nuevo plano frontal aparece al descubrir la puerta de entrada, Todo esta fronta- lizado y, sin embargo, trabado en un Conjunto de lineas y planos ~muros y voldmenes~, asistiendo asf a la trans- formacién de una serie de episodios plasticos abstractos en algo tan coti- ddiano y real como una casa. Detengémonos ahora en a plan- 1a, Siza nos lleva hasta el fondo de la parcela, donde sitda el garaje. Con ello consigue colonizarla, usarla intensa- mente, haciendo que toda ella se incor- pore ala casa, Mediante elpavimento se establece una distincién entre el jardin yelterritorio de lo construido, haciendo ‘una vez més uso de una sutil geometria oblicua que, merced al leve giro que introduce, propicia una relacién dialécti- caentre el vacio del ardin yelpleno dela casa, Este giro sutil es responsable del acceso sesgado, doblemente sesgado si se considera que también cabe entrar desde el garaje. La estructura de la casa queda perfectamente definida con la piezade estar, ensimismada, mirando hacia el jardin/patio al que también se au asoma la cocina, Observen el cuidado con que Siza ha watado el pequefio recinto que prolonga el émbito domés: tico de la cocina, separandola un tanto del drea del jardin sobre la que gravita el estar. Por otra parte, hay que hacer notar la intima relacidn entre el estar y los dormitorios, agrupados con singular talento, Ante la Caso Magalhdes cabe hablar de una destruccién de la figura cbica (véanse las casas vecinas}, que tiene un cierto sabor neoplistico, Se pueden identificar en ella mecanismos que nos recuerdan a Wright como, por ejemplo, los accesos quebrados, tanto ala casa como a las habitaciones. Pero lo verdaderamente sorprendente es el 12-4? cosamanveimogat insensible paso desde elvacio generado porla calzada que conduce al garaje -un ‘vacio todavia piblico~ al que configuran las tapias que contienen el volumen de la casa, el vacio del jardin —un vacio privado— que se convierte en elcorazén de la arquitectura de esta casa. Visto de este modo se entiende mejor a per tinencia de! desarrollo frontal del que antes hablaba. Estamos en los iltimos anos de la década de los sesenta. El talento de Siza fue pronto reconocido. La gente de mi generacién recordard el nimero de la revista Hogar y Arquitectura en el que Nuno Portas daba por primera vez a conocer en nuestro pais una nueva w generacién de arquitectos portugueses yen el que se incluia un extenso andlisis de la obra de Siza Vieira!®, Pronto lo descubriria el atento Vittorio Gregotti,y cabe decir que desde entonces Siza Vieira ha sido uno de los arquitectos que mas interés ha despertado entre estudiantes y profesionales. Nada hay de extratio en ello, LaCasa Magathaes era ya una obra de sorprendente madurez, mas todavia sise considera que suarquitecto tenia tan solo treinta y cuatro afios cuando la proyecté. Pero Siza es ya un auténtico maestro. Si hemos hecho referenciaaladialéctica que introduce con el sutil manejo de las alineaciones y de la geometria, no podremos por menos {que destacar ahora el uso que de la misma hace al enfrentar,enel acceso.alacasa, dos materiales tan diversos como el hormigén y el metal. El brllante blanco de fa cchapa metélica contrasta violentamente con el hormigén del muro, estableciendo ‘unos términoslingUisticos que definiran, al extenderse con continuidad, el mundo figurativo de la casa. Esta conciencia del valor que la dialéctica tiene se pone una ‘vez mas de manifiesto si se piensa que este mundo figurative de la frontalidad —el blanco metdlico yel hormigén— tiene como fondo la sordidez de las casas vecinas. Lahabilidad de Siza —que se sirve de los mismos materiales que aquéllas emplean, garantizando asi que nadie se sienta ofendido-, radica en saber distanciarse de ellas tan solo con recursos formales. Quienquiera que contemple las imagenes que ilustran estos comentarios comprobaré que en verdad lo logra. Elinterior es prueba también de su madurez. Cabe hablar de sofisticacién cen el modo de entrar en a casa, en el disefio de las puertas, en la manera en que la ventana articula el encuentro de dos planos diversos, etc. La construccién se exhi be, se nos muestra literalmente manteniendo, sin embargo, su condicién abstracta vvéase por ejemplo el encuentro de los muros con el suelo. Y, como siempre ocutriré con la arquitectura de Siza, y a pesar de la modestia de esta vivienda, el espacio interior tiene entidad propia. Obsérvese, por ejemplo, esa entrada de luz cenital que parece, una vez mas, un homenaje a Le Corbusier. Con ella nos encontramos ante la evidencia de lo posible, de lo contingente. 2De cudntas otras maneras hubiera podido sertal entrada de luz? Nada esta inevitablemente ligado ala estructura de la casa, Muy al contrario, ante toda esta serie de episodios singulares tenemos la sensacién de que son simplemente el resultado del deseo puntual, en uninstante preciso, del arquitecto, De ahi su gratuidad, ese sentido de lo contingente del que hablabamos. Un mundo fluctuante en el que, indefectiblemente, nos encontramos, conla continua presencia del arquitecto, a pesar de que él insista en no pretender niinguin protagonismo, 1 ogy rg tect, evs ora Snia ct Hoga ener ee 10 1867, im 68, pie 3484 18-20 viviendasencarinas, 18-20 sizs, por otra parte tiene la sensacién de estar abligado a aceptar programas més modestos, como estas viviendas en Caxines, Vila do Conde (1970-72) al comienzo de la revolucién portuguesa. Se pondré decididamente alladode los progresistas portugueses, ayudéndoles a desarrollar su politica de vivienda, Para mejor entender los programas se comunicard con la gente, laquelellevaréaaceptar que sus casas han de ser susceptibles de incorporar transformaciones que quizds no siem de arquitectura. Un proyecto como éste muestra claramente esta actitud Siza sabe que estas casas serénalteradas y, consciente de ello, manipula su perfil y ‘suvolumen alli donde sabe que no llega: rénlas intervenciones de os vecinos. De ahi el valor que adquieren la proporcién de las ventanas, las hendiduras que separan las bloques, 0 el remate de los mismos, que se resuelve a la manera aaltiana, Hay, por otra parte, una insis- tencia en el ritmo -y aqui no podemos por menos que recordar una vez mas a Pessoa~que hace que lalectura de esta pieza oscile entre lo individual y lo unita- rio, Posiblemente sea a esta condicién ritmada 2 quien se conffe la expresién arquitecténica de este proyecto. 21-25 1 proyecto de Moledo do Minho, /a Casa Alcino Cardoso (1971. 73}, esespecialmenteclaificador para mostrarnos la complacencia que Siza siente ante el conficto. Se trata de una pequena casa que, entre tapas y cami nos, domina un pequefio viedo, yen a aque el propietario quiere afadir unos dormitories y construir una piscina Siza acepta el encargo y decide vital zary transformaria crujiaconvencional mediante la apertura de nuevos huecos Ulaintroduccién de una cocina, un tanto ajena alordenortogonal eos murosde pledra, Un proyectocomo ste, enelque €! sistema establecidoporla geometria 21-25 casasicine de los muros parece estar disponible para aceptar nuevos usos, implica la transformacién de la condicién inerte de los espacios. Para ello Siza se sirve de los espacios intersticiales, subra: yando su valor al afadir una serie de habitaciones convencionales -dormi torios-, que aprovechan la alineacién de los bancales. Elconflicto se resuelve camo encuentro, sin que el caracter de loinacabado y fragmentarioprevalezca, Yasi, la nueva construccién -ligera, no costosa~ insiste en la geometria de nida por los bancales, orienténdose sin prestaratencién ala construccién exis tente. La cubierta, metdlica y liviana contribuye a acentuar las diferencias, entre ambas: las distintas pendientes dan lugar a que la vieja construccién y la nueva mantengan, desde el exterior, la distancia que entre las dos media en el tiempo, si bien el espacio interno per- mite hacer uso de él como si de un solo edificio se tratase. Dirfase que, una vez que el arqui tecto se atreve con este tipo de encuen- 1r0s, la realidad le premia con espacios inesperados, con arquitecturas que le sorprenden, En la casa de Moledo do Minho cabria hablar del inesperado contacto entre el vidrio y la piedra, del espacio oblicuo y del ortogonal, de la 21725 soa naseraah | cubierta de teja y de la metélica, etc. En la sorpresa que tales encuentros nos producen, esta arquitectura parece congelar, mantener vivo, el instante en que se gest6. La convivencia de dos piezas de arquitectura tan diversas parece hablarnos de aquel instante, de aquel momento: la arquitectura hace de esta captura del instante el pretexto para justificar su permanencia. 2 26-2? sia merece el mayor de nestrosrespetos por su dedicacion a los programas de vivienda, sin que le preocupe la modestia de los mismos. En esta ocasién, las Vviendos Soa! da Bouga, Oporto, de 1973-77 el accidente, el soporte primerode esta arquitectura fs una tapia en la que se inckiye una pequenia muestra de arquitectura antigua, Como en el ejempla que ana- lizamos hace unos momentos de las se de los mecanismos de repeticin poldgica, contribuyendo Ia seccién defintivamente a definir las masas. El nabil manejo dela misma permite a este importante volumen adguiir una vivera que le capacita para vivir con tf camplejo mundo de lo construido a su alrededor. Por otra part, hay que valorarel coraje que supone aceptar la fraglidad como norma. Paraddicamen- te, ental fragildad radica su fortaleza Una arquitectura construida con tan madestos medios parece no demandar tn buen trato, no reclamar restaura cién alguna, Acepta el uso, la pérdida de aquellaprstina condcién que tuvo elprimer dia. Adiferencia de otras arqu- tecturas modernas ~queforzosamente requieren el mantenimiento de su condi cin inaugural- la arquitectura de Siza Vieira se siente cémada con el paso del tiempo, incluso cuando éste supone la pérdida de su integridad. Se diria que reconoce y acepta que esta cumpliendo con la misin para la que fue construida: atender, ante todo, alo que sonlasnece- sidades de los usuarios, 28-33 La casa que voy a comentar ahora, la Casa Beires (1973-76), es coetanea 2 todas estas otras que acabamos de ver y una muestra mas de a capacidad que Siza tiene para transformar los programas. Se trataba, en este caso, de construir ‘una casa en a periferia de Povoa do Varzim para un comandante retirado que, tras una vida profesional en las colonias, volvia a su pais. Alguna de las imagenes ilustra cudles son las condiciones en las que se va a producirla arquitectura: la modestia delentornono parece ser obstéculo para que Siza plantee su obra con una ambicién realmente sorprendente. Siza crea, en esta ocasién, un universo auténomo, haciendo que la casa fgravite, en la pequefia parcela, sobre un jardin que hay que considerar como algo intimamente ligado a su arquitectura. En efecto, e jardin ~al que cabe entender ‘como una pieza més de la casa~ se configura merced aun quebrado muro vitreo, en el que podemos reconocer resonancias strlingnianas. Siza parece querer explicara String, sirviéndose de esta pequefia casa en Povoa do Varzim, cémo hubiera podido resolverse el Queen's College. Y asi la casa se nos presenta como una gigantesca ventana que se vierte caprichosamente sobre el quebrado fragmento del jardin, Sin embargo, tras haber hecho esta afirmacién, inmediatamente nos asalta la duda ‘quizé Aivaro Sizaesté intentando con este proyectorno tanto poner de manifiesto valor que tiene a erosin de un volumen, cuanto enfatizar el poder dea linea ~eneste caso de a quebrada- que establece el limite entre interior y exterior a que nos tiene acostumbrados la arquitectura. Yat voy mds alld: a condicién quebrada de a linea parece adelantar la hipdtesis de que entre el dentro y el fuerano cabe distincién. De nuevo la entrada ala casa es muy importante. Como en otras ocasiones, Sizase rectea enun acceso lateral, sesgado, necesario en este caso para no sacri carel estrecho frente dela casa. El acceso es doble. Por un lado, entramosala cocina; porotro, al cuarto de estar. Sobre el frente de a cocina ~cuya ventana aparece pro: tegida por una marquesina circular— se produce un espacio mas o menos servicial, ue incluye un aseo, un dormitorio un cuartotrastero, Elprograma delos servicios, en planta baja se completa con una habitacién al fondo. Peroes la gran pieza de estar con un primer limite la quebrada pared de vidro, yun segundo y defintivo, el peri- ‘metro mismo de la parcelaquien protagoniza esta planta baja. Es en ella donde se siente la autonomia de la casa: esta habitacién parece querer decirnos que entre el ‘mundo natural -presente todavia en eljardin- y el mundo manipulado, artificial, de lo construido, nocabe establecer distancias. Ambos son unificados porla arquitectura, que los funde en uno solo: esta es la conclusién que se desprende al contemplar el 22 indisoluble espacio interno/externo que la pared de vidrio define. La planta alta se distingue por su flexibilidad y por la eficacia de los espacios intersticiales. La Cosa Beires es un pequefio/ gran ejercicio de geometria,en el que la estrategia establecida en el proyecto prevalece. Una vez més, la condicién irrepetible de la arquitectura de Siza se hace sentir: sera dificil encontrar otras circunstancias en las que, mediante un mecanismo tan primario como el de practicar un bocado, se consiga abrir tanto la fachada y que sobre ella se aso- ‘men la mayor parte de las habitaciones, tal y como exigia el programa En cuantoal lenguaje, se tratade Un ejemplo genéricamente moderno, en el que lo més destacado tal vez sea la justeza de las medidas con las que se trabaja. Ello da lugar a lo que cabe cal ficar como proceso de miniaturizacién Recuerdo la sorpresa que me produjo Visitarla: la casa es minuscula. De ahi que muchos elementos se transformen cen objeto de contemplacién en sf mis- ‘mos, y que nos sintamos apresados por la obligacién de dar respuesta a las preguntas implicitas en ellos. En otras palabras, es una casa que constante- ‘mente nos hace sentir la presencia de la arquitectura, Su geometria da lugara infinitas soluciones singulares que nos atraen y nos hacen admirarla sensibili- dad del arquitecto. 34-39 Nos encontramos en 1974, préximos a la madurez de Siza, quien fen este Banco Pinto & Sotto Mayor en Oliveira de Azeméis nos muestra su inquietante maestria. Es dificil encon- ‘rar un arquitecto tan dueno de todo lo que hace. & pesar de que él habla de incertidumbre y de que se ve @ mismo como un capitan de barco que, caminando por la cubierta, no vislum- bra la Estrella Polar y que, por ende, no sabe adénde va, ante proyectos como éste uno se inclinaria a pensar en é1 como uno de los pocos que puede llevar el barco a puerto por muy cerrada que esté la noche. Otra vez nos encontramos ante ‘un programa minimo. De nuevo aparece el acceso lateral, situacién ésta que, al repetirse tantas veces en su carrera, nos hace pensar que deliberadamente no quiere quelavisién frontal del edificio se convierta en sistema generador dela arquitectura, La entrada al banco -que va‘ explotar a condicién curvilinea con fa que se resuelve la esquina~ se pro- duce mediante un enérgico corte que convierte dicha curva en un fragmento. Un gesto que antecede en tantos aftos los mecanismos de fragmentacién {que més tarde se convertiran en tépico durante los afios ochenta. Al romperse fa continuidad de la curva el acceso {queda resuelto sofisticadamente, como admitiré quienquiera que observe el a modo en el que se quiebra el escalén que lo materializa. Desde la puerta de entrada se nos revela todo este espacio {que -siguiendo un proceso opuestoal de miniaturizacién que antes hemos descr to adquiere dimensiones gigantescas, desconcertandonos por su inmensa complejidad. Esta magnificacion del espaciose consigue mediante multipl- cacién de niveles -alos que se accedea través deescaleras quelos seccionan—y mediante la prolferacién de los techos que los acompafian, lo que da lugar a interesantes situaciones formales. Las escaleras son elementos clave. Desde ellas puede explicarse la / ee] ee forma que toma el espacio. incluso cabe decir que lo estructuran, Su posici6n tangente es buena prueba de ello. Pero, a diferencia de lo que ocurre cuando el espacio se entiende como promenade architecturale las escaleras no son, en el Banco Pinto & Sotto Mayor los lugares desde los que disfrutar de fa arquitectu- ra.Dichode otra modo, elespaciodeesta arquitectura de Siza Vieira no se percibe obligatoriamente desde el movimiento. Yuna titima observacin a propésito de las escaleras: apreciara quien las mire con atencién que Siza se sirve de elas paraestableceruna sutildistincign entre los espacios piblicos y os privados. El banco Pinto & Sotto Mayor podria, a primera vista, considerarse como un intento de exploracién lingtis tica, como una demostracién de que el lenguaje racionalista est todavia Vigente. Bastaria detenerse a exami- nar la rotulacién, el énfasis dado a las superficies curvas, el empleo de los tersos planos estucados, la ausencia de elementos aplicadosa ellos—niuna sola ampara, ni un radiador que alteren los paramentos de estaarquitectura-para defender tal interpretacién. Pero me parece que ain hay algo més: elintento cde mostrar en toda su pureza, en cuan- to que fendmeno o evento, lo que es la arquitectura, La complejidad de este espacio obliga a que vayamos mas alla de consideraciones exclusivamente lin glisticas. Es una arquitectura que habla de arquitectura y que intenta ofrecer la 34-39 pence rin experiencia de la misma desde aquello que se piensa sea su propia esencia: el espacio en su pureza en cuanto tal, el espacio sin las limitaciones a que, en los edificios, obliga el uso. De ahi que podamos afirmarque Siza, siempre que puede, como en este caso, prescinde de toda referencia tipolégica. Yo que: rria que me acompafasen a examinar cémo conviven en esta arquitectura de Siza geometrias tan diversas que, aparentemente al menos, poco hacen por reconciliarse. Es el espectador, aquel que se encuentra inmerso eneste espacio, el que las dota de aquella con- dicién unitaria que nos permite hablar dela presencia de a arquitectura. Todo, en cierto modo, nos lleva a entender la arquitectura como algo perceptible, como sensacién tangible, consolidada enel especifico y preciso instante que define este espacio. € incluso cabria hablar de instante cultural. Es como si las referencias arquitectonicas y las citas que percibimos en la obra hubiesen quedado congeladas en este instante concreto del que hablamos, en ‘el momento mismo en que se construyé este edificio. Los espacios interiores nos sub- ‘yugan desde su complejidad. Tratemos dde imaginarnos subiendo la escalerita de que antes hablaba, y hagamos un esfuerzo por ver la importancia que en la definicin de los espacios tiene la luz que, en este caso, literalmente los alumbra, los hace aparecer ante nues- tos ojos. Todo es un continuo aconte- cer de arquitecturas. ¢Cabe hablar de tun espacio concreto? Nos sentimos atraidos por la variedad de episodios arquitecténicos que Siza nos ofrece y, sin embargo, la obra no ha perdido la unidad. En la préxima clase veremos cémoen Gehry a busqueda dela unidad ‘se convierte en cuestién que incorpora en su carrera mds tardiamente: hasta entonces se trataba de manipular fragmentos. La obra de Siza, desde sus primeros momentos, tiene presente un sentido de lo unitario que, sin embargo, nol llevaa prescindir deo discontinue. Es hermoso ver cOmola presencia de 10 discontinuo queda atrapada en una realidad mas global. Las imagenes del bbanco Pinto & Sotto Mayor completan y hablan, con mucha mas capacidad de conviccién y elocuencia de lo que yo podria hacer, a propdsito de lo que es {a arquitectura de nuestro arquitecto, Sin duda, en una obra como ésta nos encontramos ante el mejor Siza. Y, siempre, con un asombroso dominio de la escala que le permite entrar en contacto con las més diver- ‘sas arquitecturas sin sobresalto algu- no. Ami entender, es esta sensibilidad para con la escala del contexto en el que se trabaja quien actéa como manto protector frente a arquitecturas que bien podriamos calificar de opuestas. Es interesante ver la relacién que en la arquitectura de Siza se da entre inte- rior y exterior. A primera vista parece que ésta viene dictada tan solo por el interior. Pero no es asi. La conciencia del entorno también cuenta. Hay en su obra una extraordinaria habilidad para jugar con las dos cartas al mismo tiempo, de manera que todos aquellos ‘gestos que tienen valor fuera acaban teniéndolo dentro, y viceversa. No debemos extrafiarnos de que esta inevi- table continuidad redunde en reforzar la ccondicién unitaria, 40-45 con el Banco Pinto & Sotto Mayor puede decirse que termina la etapa del joven Siza. La obra en a que nos detendremos a continuacién, la casa para su her- ‘mano Anténio Carlos Siza, de 1978, es ya una obra de extraordinaria madurez. Pero habria que hablar también de tristeza, de profundisima saudade. Tan profunda es latristeza que, a mi entender, forzosoes también hablar de atrevimiento, pues tan solo aun hermano puede ofrecerse una casa como ésta. Se trata, por otra parte, de tuna obra premonitoria, ya que le va a permitir anticipar muchas de las propuestas formales que le veremos desarrollar mas tarde. Es una arquitectura curiosa, extra fra, yello explica la poca atencién critica que se le ha prestado. Siza nos ha dicho que el lugar est4 en el origen de su arquitectura, que las circunstancias externas estan siempre en el comienzo de lo que ser un proyec- to suyo. El lugar en que se emplaza esta casa parece carecer de atributos que lo cualifiquen. Cabria decir que nos encontramos ante el “no-lugar’, ante un suelo ccuyo tinico rasgo caracteristico es su alterado perimetro. En él es donde Siza va a encontrar los elementos con los que comenzar su proyecto. Y asi, una linea ‘que podriamos considerar como el mas arbitrario de los gestos, y que divide la ‘superficie encerrada por el perimetro, se convierte en motivo y fundamento de esta arquitectura, Me atreveria a decir que, con dicha linea, Siza interviene en el solar con la misma fuerza con la que Lucio Fontana activaba, mediante un corte, la superficie rectangular de un lienzo. La arbitraria alineacién sera el instrumento que Siza emplee para comenzaraestructurarla casa, a.un tiempo que se convierte en pista que le permite colonizar el fondo. Una vez mas nos encontramos en esta casa con una arquitectura que presta definitiva atencién al acceso, ala puerta de entrada. En esta ocasién, Siza hace coincidira coches y personas: desde la dimen- sién se reconocen las distintas funciones, poniéndose de manifesto que el acceso alacasa tiene algo de ito inicitico, y astse explica el quebrado movimiento al que Siza nos obliga si queremos alcanzar la plataforma elevada en la que se construye lacasa, Desde la puerta de entrada ala misma se descubre por completo el juego: una vez que se atraviesa el umbral, la casa queda disponible, sin que medie entre los espacios transicién alguna. ¥ asi, desde el umbral mismo, descubrimos el Srea de estar, el area del comedor y la cocina, y, por uitimo, el patio, que nos conduce alterritorio de los dormitorios. Una habitacién privada, en directa conexin con la cocina, habla de un Gitimo reducto dela privacidad. Quien observe la planta no se sorprenderd si se mencionan conceptos como los de fragmentacién, quiebro y ruptura, Tan solo la fuerza del bay window, que se hace sentirtanto en el patio dela fachada como en el mas privado de servicio, dota ala arquitectura de una cierta condicién unitaria. Pero, en lo que en realidad el arquitecto parece recrearse, es en la lucha por hacerconvivir en la casa elementos dispares. Asila pieza de estar, cuya aparente regularidad establecida porla simetria queda destruida mediante la sutil intervencién en el techo; el complejo espacio del comedor, animado por la danza de dos columnas; los dormitorios de los hijos, habilmente agrupados, con algo de irénica referencia a una arquitectura moderna que parece, por otra parte, ser deliberadamente ignorada; y por ultimo, ya que hay que poner limite a esta descripcidn de espacios y elementos, os aseos, que en su simple trazado parecen ser el resultado del encargo directo al fontanero, con el deseo de conseguirel mejor de los precios. Habran advertido que nada he dicho del patio, pieza clave en torno al cual giran todos los elementos anteriores, y que es la que permite que la casa tenga un desarrollo acorde con el amplio programa. La estrategia que leva a organizar una arquitectura sirviéndose de un patio, hacien- do que todos los elementos giren en torno a él, es un mecanismo del que Siza se ‘servird a menudo en el futuro. Hay un momento en el que resulta dificil discernirsi £85 el patio quien dio origen alos espacios, o sie trata simplemente de un espacio residual, de algo que puede considerarse tan solo el resultado de haber encajado libremente un programa. Y, sin embargo, el patio se convierte en duefio y senior de la casa, Es como si en el vacio que genera, residiese el espiritu del todo. Las habi- taciones, las estancias, son otras "casas", cuyo cardcter y significado dependeran de los usos que se les asignen. Y de ahi que no sea dificil descubrir en cada una de ellas rastros de arquitecturas de Siza que ya conocemos: en los dormitorios de los hijos, el Banco Pinto & Sotto Mayor; en la relacién entre el comedor ya cocina, ‘experiencias que vimos en algunas de sus primeras casas; en la pieza de estar, la tradici6n de una arquitectura doméstica que Siza aprendié en Wright. Pero la dis- paridad de los elementos y de las arquitecturas desaparece desde aquel lugar en el que la madre, duefia del area mas privada de la casa, domina visualmente como el vigilante controlaba a quienes estaban encerrados en el pandptico~ las habita. ciones de los hijos:lavisién unifica y, al materializarse en trazado, se convierte en tangible posesién de la casa, en sensacién virtual y real aun tiempo de dominio de la misma. Tan solo el cuarto de servicio que antes mencioné, y que esta mas alld de la cocina, se libra della tiranta del patio y de los trazados que locortan, haciendo que lacasa disfrute de un nuevo territorio, virgen, privado, aquél que se produjo con la arbitraria linea que dio origen a esta arquitectura. Es una casa al borde de lo irracional y, sin embargo, hay que reconocer que explora con absoluta consciencia tanto mecanismos geométricos como operacio- res formales que tienen su origen en la teoria de la Gestalt. Y asi cabria entender la casa como el resultado de activar un esquema convencional y simétrico en “U" mediante inclusiones, cortes o proyecciones. Los espacios singulares yespecificos de cada habitacién mantienen su autonomia, pero se integran en la unidad que la casa sin duda tiene, sirviéndose de las proyecciones visuales de que hablamos 0 del desplazamiento sobre la linea/origen. Por otra parte, si observamos el ambito del jardin privado como un todo, como fondo, veremos aparecer en él como figuras tanto el s6lido definido por los dormitorios de los hijos como el bay window de la habitacién préxima ala cocina, En mi opinién, se trata de una casa importantisima para entenderlo que ser la arquitectura de Siza a partir de este momento. La expe- riencia del patio, sin irmas lejos, aparecera en una obra tan definitiva como el Pabe- II6n de la Facultad de Arquitectura de Oporto, y se repetiré en otras comola Escuela de Educacién de Setubal, el Pabelién Carlos Ramos en Oporto, el Rectorado de la Universidad de Alicante, etc. La Casa Anténio Corlos Siza es todo un programa, todo tun repertorio de lo que ha sido y de lo que vaa ser su arquitectura a partirde ahora: sin duda en ella comprobé Siza una vez mas el valor de los espacios intersticiales. Pero todavia me gustaria afiadir un apunte mas. Esta casa es toda una leccién de independencia: la presencia de lo privado, de lo intimo, anima y dota de espiritu a esta arquitectura. Es, ademds, una muestra de lo que, ami entender, es une de los. aspectos mas valiosos de la obra de Siza: su conviccién de que la arquitecturaes un medio capaz de dar cabida a nuestros sentimientos. En la Casa Anténio Carlos Siza nos encontramos con espacios interiores que transpiran intimidad, una den sidad de sentimientos que encuentra su expresién en toda una serie de diversos episodios arquitecténicos en los que la disciplina llega a convertirse en testigo de Is historia, en estricto rastro de la vida. Se entender ahora por qué comenzaba el comentario acerca de esta casa hablando de atrevimiento... 46-51 Nos encontramos ahora frente a un proyecto, las viviendas sociales en Quinta da Malagueira, de 1977, que pertenece, como otros que hemos tenido ya ‘ocasién de comentar, a toda una serie de encargos ligados ala politica de vivien- da del régimen progresista en Portugal. En ellos aparece una arquitectura que, a los ojos de Siza, se transforma en espejo de un grupo social, en paradigma de la clase. Ni que decir tiene que Siza se identifica con el grupo para el que vaa realizar este encargo, Se trataba de construir en la perferia de Evora, una ciudad antigua hermosfsima, en la que, como en tantas otras, la dficultad que en nuestros dias plantea mantener la continuidad tipoldgica se pone de manifiesto en los proyectos actuales. Siza recibe el encargo de edificar en un drea en la que un proceso espon- ‘éneo de construccién ha dadolugara que se consolidase una calle ytoda una serie de callejones perpendiculares a ella. A Siza se le pide que extienda el barrio. Y, al hacerlo, ve con simpatia la I6gica y la racionalidad de la construccién espontanea eiinsistiré en ellas con las armas de a experiencia que le proporcionan obras tales ‘como a Casa Beires. Asi plantea casas patio alineadas y organizadas segtin calles. Siza intuye el potencial de transformacién de estas casas: el patioes elrecursodel {que Siza se sirve para no destruir la energia de un grupo social que, sin duda, ha de sentirlanecesidad de hacer crecerlas casas. Con una capacidad de sistematizacién admirable, Siza nos oftece su versién de las distintas etapas de crecimiento. En un ‘momento en el que la proliferacién de casas unifamiliares adosadas ha repetido hasta la saciedad modelos triviales y, sin embargo, cerrados, esta capacidad de ofrecer las semillas de lo que puede ser la evolucin de la vivienda es algo que considero del mayor interés. Convendria hacer hincapié en lo que ha sido la estrategia urbanistica de Siza la ocupacién total del suelo, Tal estrategia hace que la continuidad entre la cons- truccién esponténea y su proyecto se produzca. Tanto en aquélla como en ésta el espacio publico queda reducido al viario. Y esto nos lleva a observarla maestria de Siza alla hora de establecer las medidas, las dimensiones de las cosas. La defini cién del ancho de la calle era, en un proyecto como éste, crucial: ni mas ni menos aquel que permite el aparcamiento de un coche y|a circulacién de otro. Alguien podré reprocharme este elogio y reciamar una solucién para el aparcamiento mas generosa, Ami entender, Siza da muestras en este proyecto, una vez mas, de su extraordinario sentido de la realidad: estableciendo la medida justa de la calle se cconsigue un aparcamiento organizado, sin confiar anormas restrictivas tan impor- tante aspecto de la vida cotidiana. m 46-51 viiendassocstesen una lagers frora, 1997 Querria también llamar la aten- cién a propésito del modo en el que una cierta condicién pintoresca libera al proyecto tanto de la monotonia como de la masificacién. El mecanismo que utiliza Siza es bien sencillo: ajustarse a fa topografia. Las construcciones de Siza se nos presentan asi como un manto arquitecténico que completa el territorio, y es la peculiaridad de éste, presente en las ondulaciones de su topografia, la que se manifiesta en una arquitectura intrinsecamente diversa y variada, que disfruta de la misma virtud 0 condicién pintoresca que tantas veces hemos admirado en las arquitecturas vernéculas. Para mieste proyecto de a Mala- ueira tan solo tiene un “pero”. Yes que hay un momento en el que Siza parece sentir temor ante su propio trabajo, ante la sencilez con la que esté procediendo, y decide entonces dotar al conjunto de Un episodio arquitecténico de mayor enjundia, Trasladando a la esfera de lo urbano Ios criterios kahnianos de espacios servidores y servidos, insta- la en la modesta fabrica urbana de a Malagueira un aparatoso y monumen- talconducto, en el que no resulta dificil adivinar los ejemplos histéricos que ha tomado como modelo. Ami modo de ver la Malagueira podria vivirsin tan eviden: te, innecesario y, sise quiere, retérico elemento, Creo que esta spina de infra- estructura, queen un momento parecié justificar la geometria del barrio, no puede competircon ariquezade formas que producen el respeto ala topografia yelestablecimiento de unos elementos constructivos ~puertas, ventanas, chi- ‘meneas~ capaces de reconocer ritmos ydistancias. a 52-57 de nuevo nos encontramos en tuna pequefa ciudad portuguesa, Vila do Conde, en un mediourbano modesto, en el que la arquitectura de Siza, el Banco Borges & irmao (1978-86), se producira con autonomia y sin ofensa. Una auto- rnomia que se manifiesta con fuerza en los paramentos curvos ~desconocidos por completo en aquel medio- y que se hacen presentes en los dos frentes del eifcio creando una curiosa antimetria. La planta y la seccién son complejas Existe una diferencia de niveles que el arquitecto explotard cuidadosa- mente. El acceso se produce sobre la vidriera curva, que hace desde el pri mer momento profesién de fe en una arquitectura que, desde la transparen- cia, exhibe la voluntad de mostrarnos que interior y exterior pueden legar a ser una misma cosa, Desde el primer momento se observaré el papel que se asignaa las escaleras alahorade esta- blecer la estructura de los espacios. Y ast vemos cémo éstas se desarrollan en sentidos opuestos, produciendo ‘algo no muy lejano al movimiento que advertimos en la banda de Mobius, que nos permite el acceso desde los dos niveles y un desplazamiento lon- gitudinal que aista al edificio de las medionierias, reforzando con ello su autonomia, Diriase que asi Siza consi gue distanciarse e independizarse de las construcciones en torno, insistien doen eldiverso caracter que un edificio ‘como éste tiene: dicho de otro modo, su propia estructural aleja de sus vecinos. préximos y le permite serde otro modo, ssin que su peculiaridad, por razén de la evidente diferencia se traduzca en falta de respeto al entorno, ‘A mi entender, hay que ver esta arquitectura como una celebracién constante de lo extraordinario, de lo ‘excepcional, como.una continua ocasién de insistir en el valor de los accidentes. Nada hay en este edificio que pueda ser considerado genérico. El espacio es un todo que recoge los episodios indivi- duales atentos a subrayar los aspectos estructurales del mismo: en este caso, el continuo movimiento, patente tanto tn los paramentos externos como en la geometria con la que se dibujan los techos. Sial hablar de a Malagueira tenia sentido reconocer la deuda de su arg) @ tectura con tips conocidos, en este caso hay que insistiren el deliberado abandono de cualquier referencia tipoldgica. La condicién global del todo prevalece. Talver debiéramos establecer relacién con algunos de los mecanismos for- males que observébamos en el Banco Pinto & Sotto Mayor. De nuevo cabria hablar de la importancia que tienen los espacios intersticiales, los “cortes”, las “erosiones” de los planos horizontales, las trazas oblicuas, etc. Todo ello contribuye a que el interior y el exterior sean congruentes y continuos: la distincién entre el dentro yel fuera, que tan a menudo se da en la arquitectura, aqui desaparece. E! modo ten que la cristalera curva se extiende en la superficie de mérmol y se integra con el paramento curvo de revoco serfa una clara muestra de esta voluntad de inte- gracién y continuidad. A a habilisima manipulacién de los espacios y volimenes ‘acompafia una no menos sorprendente capacidad para vvificar las superficies. En este caso, el uso del marmol ~en el que cabe advertir resonancias loosianas~ se ‘extiende tanto a suelos como a muros, contribuyendo a que los espacios tengan una condicién més abstracta al no establecer diferencia constructiva entre unos y otros. Como en otras ocasiones, Siza renuncia alos elementos de mobiliario,todo enesta arquitecturaes fio. Dirfase que los muebles sobran y, de hecho, cuando se utilizan, se ven como algo extrafio y ajeno a a arquitectura. En su afan pornoaha- dir elementos aplicados, Siza prescinde de las lémparas, y la luz se incluye en las, cesuras y en los espacios intersticiales, lo que contribuye a reforzarla importanci que éstos cobran. Ellono quiere decir que de vez en cuando no aparezca algtn ele- mento convencional, como el oo de buey en laescalera. Pero son los menos. Como

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