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foci Senert Le Apiico Vneocs Tome vu, Capitulo 19 LASPREPERCUSIONES SOCIALES DEL DOMINIO COLONIAL: LAS NUEVAS ESTRUCTURAS SOCIALES A. E. AFIGBO _ CAMBIO Y CONTINUIDAD En as mitlopas valet dl impeialismo evrpeo y ¢ acicnaismo colonia, cambio era una inovacion introduc por ef Gomi colonial ns Invi Sovedade taicony-s Parnas dfenore del impaling, elambi. apts 0 os pusbos colle, sigifiesbn pre ieso, una rama bene an sicién lineal desde una cultura tradicional esticay poco productiva a un mote, svmo dndmicoe ero para lox ncloalites colonials ermino eon Dela primarimente na irpcton violent desortanisdora, prose sor Saivesreperama tnalataars aap aes ate ees do 46 los pucbios coloniaies dejando.en su lugar confusion, inestabilidad eincer- eee 3 exec Tap sae aan raceesnce ena sgh is eee re pg Bia, Entre ellos estin Ins ideas de que las soctlades tradicional cru basin? bd ora Ot tanto antitéticas re,aecto a los valores modernos como re- “sultado defo cual la relacidn natural ente ellos era de conflictoz-que ls nuevos sas ce rca da eames cr epenaet aspects tradcionales quando se pusieran en contacto; y que en cule colori “e Inluse region geogrifica dada, la sciedadestradicionalesrespondian unio? ‘memeate al impacto d# la euiufa europea. Recientemente, sin embargo, los invesgadores han mosiado que dichos su: puesios son infundades porque ls soriedades alas que se impuso el dorsal euro: peo esaban lejos de ser estticas. Eran por el contraro el producto «nels o incluso siglo yuilenis, ds eambios Se puede, de hecho, ar que TE Leitso, 1939,» 29 mola especializacion ocupacional,urbanizacién, mo- “ilidad social o incluso migraciones laborales, comiinmente asociadas al cambio ¥ la modernizacion, se daban en el Africa precolonial ‘Tampoco se puede aplicar el modelo polar «tradicional modernon, con todas ‘sus implicaciones concomitantes de conficto e incompaiiilidad, atodo elespec- {10 de la experiencia africana del cambio bajo el colonislismo. Hubo muy diver- . a5 variantes en la reaccién de las eulturas afticanas ante las innovaciones octi- dentales. No s6lo fueron rechazadas 0 modificadas certas costumbres 0 creen- f as, sino que también algunas fueron conservadas en un nivel de la sociedad a Ja vee que nuevas alternativa eran aceptadas en otro nivel, Asi mientras el sacri- ficio hamano, el trio de esclavos y la matanza de nitos eran abandonados en las sociedades en que dichas pricticas habian existido, y las viejasy las nuevas {ideas se amalgamaban en laesfera de la religion, el ideal europeo del matrimonio ‘mondgamo, aceptado como parte de la imagen pilblics esperada en sectores de 4a élite occidentalizada, coexist legalmente con la institacién dela poligamia en- tre las masas ruraes y urbanas. Hoy en dia exsten a la vez en Africa las tradicio- ‘es arquiteetGnicas indigena y europea, la etnicidad local y el nacionalismo, eco- Romias cerradas locales y repionales y una economia monetaria nacional, vida urbana y rural, instituciones burocréticas occidentales y autoridades locales tra- dicionales, escuelas cordnicas y oscidentales, Asi, muchas instituciones¢ ideas indigenas africanas resistieron con facilidad, 1 impacto de, o incluso se mezclaron con, os ajenos valores europeos. Esté por ‘ejemplo el caso de los igbos, que han asumnido masivamente las costumbres occi- entales. Segin Sylvia Leith-Ross, un igbo de los aos wreinta podia, sin ningin problema, unr la sagrada comunign y la magia ya medicina tradicionsiesy plantar ‘juntos en el jardin, alrededor de su nueva casa de cemento, con depésito en el tejado, el hibisco de la “civilzacion” y el Arbol ogiis de los rtos familiares ps {ganosn'. Margaret Read ha mostrado cémo los ngunis integraban la iglesia cris- tana y la educacién occidental en su sociedad, usando ambas como instrumentos ‘para asegurar la supervivencia de su cultura en el mundo moderna: Ellos no ven tre eae scasy nora pra logar ura een con seni Bis insta ano Sod cud, Las suis de Godley Wison Se as tak cat atari: itl enn Se A i age ern tcc for engi tay seca coon ara wip pe una repr rordaia er tall nape dee clos, tron soins ents urs y mcho mis mee que fos acancs de fon eh0in Se ee ete el oe ook a omen er a api indus ene frmacin deus soctons. Ade Y mile et bet de xen cen opotnie us hacn © ee con ae’ cs erptaionns peeve soa a aso TH se eepaonte-comon Tce Gone habs 9 se coe Feta ey on Napanee joa ae ee parade coresnneate queef aguparas TENS on ia resect, taco oscar 8 rit eal ttipinanes utes upc. En primer gu Di epecerseee pen anny aml gaban en os Ae se a rd ence cnndey vein, Een nce dec, deed clades dens formas radon de enteric Paavo ai desman con bs dn mses i ocala tala un accion or as moder o- seas id social europea tal como ve manifesaba ena vida dla comunidad “Walecin en JS, Coleman y C. ©. Rosberg (et), 197, p. 319. +7, Modgein 934. 9 338 AFRICA BAJO EL DOMINIO COLONIAL (1880:1938) europea de cada colonia. Entre éstasestaban los clubs de ftbol, los movimientos e scouts'y guias, las sociedades de debates y las asociaciones de alumnos. En el segundo grupo estin las asociaciones étnieas. Estas eran una extensién de laetnicidad rural las zonas urbanas. Las habia de diferente alcance: asocia- ciones de aldea, declan y inieas. Tenian dos funciones principales, Una era ayu- {dar # Jos individuos que habian emigrado recientemente a Ia ciudad para que se adaptasen sin problemas alas condiciones de a vida urbana. De esta forma, cuando ‘un jamigeante acababa de llegar a la ciudad solia ponerse en contacto con miem- ‘bros de la asociacin de su aldea o de su clan para que le ayudasen a encontrar Alojamiento y le presentasena alguien que le proporcionara trabajo o a algin macs- tro de taller con el que aprender un oficio moderno. También le ensefaban cémo ‘comportarse en la ciudad. Los miembros conseguian ayuda en las dffcultades a urvés de dichas asociaciones. Podian conseguir préstamos para continuar con sus negocios si tenian pérdidas que les estuvieran poniendo en aprietos. Los fune- let, mattimonios y otros gastos aprobados por Ia asociaciért po bign afrontados con préstamos o donaciones del grupo segin los casos". La otra funcién de las asociaciones énicas era «proporcionar un canal para cl desarrollo de una opinidn pdblica progresista en los lugares de origen, espe- cialmente fomentando relaciones organizadas entre los hijos que seguian en casa y los que habian emigrado, Para hacer esto se tuvieron que interesar por el desa- rrolio politico y social de sus regiones de procedencia. Al principio esto les aca- re6 a las asociaciones la oposicidn, y con ella los obstdculos, de los suspicaces oficales colonials. Enel surest de Nigeria, por ejemplo, donde en los aos teinta 1 poder colonial se estaba esforzando todavia por consolida Ia idea de las auto ridades nativas, Ia formacién de estas asociaciones causaba incomodidad en los circulos oficiales. Sus actividades fueron, en ocasiones, objeto de investigacion por parte de los servicios secretos. En el tercer grupo estaban los sindicatos que empezaron a existir sobre todo para negociar mejoras de salatios. En su mayor parte, los aicleas urbanos mo- eraos creieron en puntos vitales comerciales, mineros y de comunicaciones que tenian la posiblidad de emplear trabajadores cualificados y no cualificados. En estas ciudades, por ello, pronto se produjeron grandes concentraciones de gente uese ganaba la vida principalmente por medio de un emplgo remunerado. Estos hombres, sobre todo los que estaban en los peldafiosinferiores de la escala labo- ral, han sido a veces denominados proletarios de manera bastante inadecuada en andisis de orientacién marxista. Ademds de los que estaban ligados salarialmen- tea los grandes patronos —el gobierno colonial, las empresas comerciales y mi nea, las misiones, ete.— habia también artesanos por eventa propia que sais cian algunas de las necesidades de la poblacién urban: La vida de estos moradores de las ciudades dependia de los caprichos de la ‘economia y el mercado mundial cuya estructura y comportamiento no alcanza- bana entender. Para protegerse en este mundo econdmico que les era extrafo, los que tenian empleos remunerados formaron sindicatos para negociar con los 7 Para uh buen adlis del nacnienoy funconamieno de una aseciaci vlumiaria de tive “nia er gBanion en I Wallsend, 1966, p 402-419. LAS REPERCUSIONES SOCIALES DEL DOMINIO COLONIAL _$39 patronos subidas de sucldos y mejores condiciones de trabajo. Los artesanos in ependientes formaron tanibiéh gremios que servian para fijar los precios, medi- das, condiciones de aprendizae, ete. Los sindicatos y gremios funcionabaa tam- bien en ocasiones como sociedades benélieas. ayudando a los miembros en dif tultades con dinero y consejo, organizando funerales, proporcionando ayudas edu- ‘cativas y becas y haciendo fiestas de:vez en cuando, Los thos 1880-1935 conocieron algo de los principios de estas nuevas organi zaciones. El profesor Kilson ha demostrado que en 1937 habia otro tipo de ora- hizaciones de comerciantes y de trabajadores en Nigeria, Sierra Leona, Kenia y fas demds partes de Africa, Pero su estudio otr0s, como los del profesor Kimble sobre Chana, el profesor Yesufu y el seRor Ananaba sobre Nigeria, V. Thomp- Sony R. Adloff sobre el Africa ecuatorial francesa y R. H. Bates sobre Zambia, Muestran claramente que la edad de oro de estas arganizaciones no llegé hasta, ‘después de la segunda guerra mundial Habia muchas razones para esto, Estas asociaciones dependian en alguna me- dida dela extension de la educacién, y el impacto de ésta, igual que el del urba~ hismo, tardd algin tiempo en manifestarse. Fuera de las zonas costeras del At ca occidental, el Magred, Egipto y Kenia estos fenémenos tardaron en general algo mis de tres décadas en producirse. Mientras tanto en Sudifrica, donde las condiciones habrian sido ideales debido a su temprana revolucién en la industria J las comunicaciones, la ereciente dureza del nacionalismo béer y la oposicién de los otros blancos shogaron la inciaiva africana. El surgimiento de estas as0- Claciones dependia también en parte del desarrollo de una economia capialista, pero se dice que el Africa colonial slo tenia una «economia capitalista rudimens arian, que se apoyaba basicamente en los trabajadores emigrantes, un tipo de mano de obra que es considerado reacio a organizarseen sindicatos. E incluso después de la Segunda Guerra Mundial habia en el’Africa colonial muy pocos asalariados. En los afios eincventa su nlmero se estimaba entre 4 y 5 millones. Y por iltimo habia muchas prohibiciones por parte de los autocratcos y explota- dores regimenes coloniales que, en su mayor parte, no reconocieron legalmente fos sindicatos hasta finales de los aos treinta principios de los cuarenta. Come hemos dicho, los efectos sociales del dominio extranjero no fueron en absoluto uniformes en todas las partes del continente. Respecto a la difusién de fa educacion, el triunfo de las nuevas Fuerzas éconémicas, la expansion de la ur- ‘banizacion y por tanto el ascenso de las nuevas éltes, el Arica occidental experi ment los mayores avances, seguida por Egiptoy el Magreb, Africa del Sur, Africa Oriental y Africa central Si, por otra parte, comparamos segin estos criterios los ‘logues colonials, mas que las regiones geogréficas, descubrimos que los mayo- fe cambios ocurrieron en los teritorios britinicos, seguidos por el Africa belga Y francesa y renqueando muy por detrds et Africa portuguesa. E incluso entre fos teritoros briténicos el impacto fue diferente en cada sitio. Las colonias brité- ‘cas en las que més transformaciones se registraron fueron Esipto, Costa dé Oro, ‘Nigeria, Uganda y Sierra Leona, con Kenia y Rhodesia (ahora Zambia y Zimbab- uon est. Gana yP.Duipnan es) 197 B, Kimble, 1963; TDG, 1s; Ve Thompson FR Ado, 1966: RH Ban, 1 "ier por eemplo. M. ws, Youlus W Anana ‘ $0 __STRICA BAJO EL DOMINIO COLONIAL (140-1585) we) siguitndoles. ¥ si nos fijamos en colonia individuales deseubrimos que hubo mas :ambios en las zonas meridionales queen las septenttionales de Costa de Oro ¥ Nigeria, Enel Africa francOfona, por otra parte, vendrian primero las colonias del Africa occidental, seguidas por las del norte de AMica y el Aftica ecuatorial francesa, Dentro del Africa occidental francesa, Senegal y Dahomey (ahora Be nin) iban por delante, con las otras colonias muy rezagadas. El hecho fue que Is dfusin yal impacto de las fuerzas del cambios fueron controladas por mis factores de los que cualquier gobierno colonial o geupo afte ‘ano podria dominar completamente. Primero estaba la euestin dela duracion « intensidad del contacto que el teriorio ola region geografica particular habia isfratado con Europa en el momento en que se impuso el rgimen colonial. Africa ‘occicental y del sur habian mantenido un contacto bastante regular con Europa desde el siglo Xv1. Por esa causa, a principios del siglo xix habia en varios pun {0s alo largo de Ia costa condiciones de vida casi urbanas, en Saint Louis, Bart jul, Accra, Lagos, los puertos del Oil river, Luanda y E1 Cabo, Estos sitvieton ‘ome puntos de apoyo para que las fuerzas de la educae'in, el crstanismo y el ‘omercio occidental pudieran penetrar en el imerior. La costa oriental del conti- ‘ent, por el contraro, s6lollegd a tener un contacto sostenido con Europa des de Ia década de 1870, Ext ia en el factor tiempo es importante para cualquier intento de certfcar el diverso impacto de las fuerzas del cambio en las diferentes regionet ¥ paives de Africa. La parte del siglo x1X anterior al despliegue del dominio euro. eo Tue la fase mas liberal de la relacin de Europa con Arica. Entre la abolicin del trifico de esclavos y la imposicin del dominio colonial, Europa estaba en ‘general dispuesta a fomentar el surgimiento de un grupo de africanos preparsdo ‘para cooperar con ellaen el trabajo de acivilizar» el continente, Esto significaba favorscer Ia iniciativa africana en la educacién y el eomercio. Como retultade ¢! Arca occidental se beneficié inmensamente dela aplicacion de esta politica, Pero con a imposicién del régimen colonial con su concomitante politica ra- ial no Hera, todo tipo de obsticulos se pusieron en el camino de la participa: cin Bre de los africanos en la educacién y el,comercio. Por ef, las regiones donde la anterior politica liberal no se habia enraizado con firmcza antes del co. ‘mienzo del dominio extranjero se encontraron en una graa desventaja, Los pode. fs caloniales sospechaban en general de las nuevas elites afrcanas ¢ inteataron feducr su crecimiento frenando el aumento del nero de escuces, mnientras que {os que tuvieron éxito y consiguieron graduarse encontraron impedimentos a sr- les denegados empleos dignos en el servicio colonial. También el aleance de su Particpacion en las nuevas empresas comerciales fue reducido al minimo, Igzal de importante para ayudar a explicar las diferencias en el impacio de ‘Swerzas era la presencia o ausencia de colonos blancos, Se establecievon muy ocos europeos en el Africa occidental y, en alguna medida, esto expica el pro ‘reso, relativamente répido, de los africans occidentales en asuntos adveativos ¥ ecorémicos. Pero hubo coionos en yran numero en Argelia, Kenia, las dos Rho- desias, Suddfrica y los terrtorios portugueses. En el Congo belga, donde habia ‘meno! europeos establecidos, el ejercicio del poder de la compafia fue tan poco 'iberal y mn extenuador como ia influencia de los colonps. Los intereses de Estos sa colisionaron con los de los africanos y wsaron su inPuencia ante la administra cién colonial para obstaculizar y acteriorat el Gesarrollo africano Finalmente, estaba la cuestidn de las diferentes reacciones africanas ante las influencias extranjeras. En Nigeria los igbos abrazaron e occidentalismo con mu- ‘cho mas ertusiasmo que los fulanis. En Kenia, los kikuyus vieron las ventajas de la educacién occidental mucho antes que sus vecinos. El conservadurismo y la resistencia cultural isldmica sobre todo en el Sudan occidental, se esforzaron, or impedi a expansion de la influencia occidental, especialmente en lo referen- tea la educacion. Por otra parte, en Africa del Norte y Egipto, parte de la lite ‘ectora intenté asegurat la supervivencia de la cultura iskimica mediante la intro- duccién de a ciencia y el comercio occidental. Su actitud eondujo a una fructife- +2 unin de a cultura ilimica yet pensamiento ciemiico occidental. Como los ‘musulmanes del oeste de Sudéin no tuvieron una iniiatva semicjante en este te reno, Se encontraron desprevenidos ante ls retos planteados por el régimen ¢o- lonial. La consecuencia fue que los brtdnicos y los franceses pudieron determi- nar el tipo de influencias que debian entrar en la regidn yen qué dosis,

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