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el contrario, los festejos ms pomposos son llevados a cabo por ateos, o bien por
gente que no practica la religin de manera ortodoxa, y se centran en la comida y
los regalos, en lo sofisticado y llamativo del rbol y en lo numeroso de las
reuniones familiares.
Una familia tipo de clase media, generalmente compuesta por un padre y una
madre que trabajan un mnimo de cuarenta horas semanales cada uno, y
dos hijos, suele gastar lo equivalente a un sueldo mnimo entre las decoraciones,
la cena de Noche Buena y los regalos. Esta supuesta necesidad, que convierte la
navidad en una fecha materialista, acarrea un malestar en los das previos y un
obligado ajuste de presupuesto en los siguientes.
La crisis ha ciertamente repercutido en esta costumbre; pero no para entrar en
razones y optar por disfrutar de esta fecha icnica de una forma ms espontnea,
sino para recortar los gastos de manera que no sea necesario prescindir de ningn
elemento del festejo.
Resulta curioso que una celebracin que comenz como una tradicin religiosa,
de alguna manera indispensable para quienes adoptan el cristianismo, preocupe
ms a los no creyentes y los someta a una serie de obligaciones cuidadosamente
diseadas y estructuradas de forma rgida e inamovible. Independientemente de
las creencias msticas, es innegable que en torno a la navidad gira una
interesante combinacin de actitudes y sentimientos, tales como la entrega,
la culpa y el sufrimiento.