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Su primer director ad honorem, pues el cargo por ley era gratuito, fue don
Santiago Távara y Andrade, médico y héroe de la Independencia Nacional,
quien con un archivero y cuatro amanuenses, inicio la historia del primer
repositorio documental del país. Luego de los primeros años de funcionamiento
el Archivo fue devastado y saqueado por las tropas invasoras durante la guerra
con Chile. Sin personal ni presupuesto se alojó precariamente en las
instalaciones de la antigua Biblioteca Nacional dirigida por don Ricardo Palma,
quien consultó los valiosos manuscritos históricos que en él se conservaban
para su investigación sobre las tradiciones peruanas.
Fue, sin duda, la más moderna legislación archivística acorde con los
lineamientos promovidos por esos años por la Unesco. No obstante la
legislación fue letra muerta, pues el AGN no contó con la autonomía
administrativa, la organización, el personal, presupuesto ni la infraestructura
para cumplir con tan avanzada ley de protección del patrimonio cultural.
Don Guillermo Durand Flórez fue uno de sus más notables directores que logró
que en junio de 1981 de vuelta a la democracia al aprobarse la nueva Ley
Orgánica del Ministerio de Justicia, el Archivo General de la Nación se
reintegrase a dicho sector y convirtiese en Organismo Público Descentralizado.
Fue entonces que se inició su gran transformación: se establecieron las bases
del Sistema Nacional de Archivos con la creación de las Direcciones Generales
de Archivo Histórico y Archivo Intermedio (dedicado éste último a la custodia de
los archivos de la Administración Pública) y los Archivos Departamentales; para
formar al personal se creó el Centro de Capacitación transformado luego en
Escuela Nacional de Archiveros donde egresaron cuadros de profesionales y
técnicos que se desempeñan hasta hoy en el sector público y privado. Muchos
de sus funcionarios fueron becados para especializarse en Madrid, Sevilla,
Alcalá de Henares y Córdoba (Argentina), gracias a la cooperación del
Ministerio de Cultura de España y la OEA.
El AGN no fue ajeno a la crisis política, social y económica que vivió el país a
fines de la década de 1980 e inicios del 90. Los principales funcionarios y
empleados renunciaron acogiéndose a los incentivos aprobados por el
gobierno de Fujimori, algunos ex dirigentes sindicales asumieron los cargos
directivos, las reorganizaciones internas se hicieron frecuentes, se fue
reduciendo el presupuesto y con ello el desarrollo de nuevas actividades y,
lentamente el primer repositorio documental del país ingreso a la sobrevivencia
gris de la rutina y la burocratización.
Podría haberse pensado que ante esta crítica situación, el futuro del AGN era
la reorganización total o su adscripción a un posible Ministerio de Cultura
(como funciona en España), pero es inexplicable la decisión del Gobierno de
separar el Archivo Histórico del AGN e implantarlo en el INC con la justificación
de alcanzar mayores “niveles de eficiencia en la calificación de la
documentación archivística de carácter histórico”. Es un absurdo que por esta
razón se mutile a un órgano ejecutor del AGN cuyas funciones son más
amplias y especializadas (organización, descripción, conservación y servicios
de la documentación histórica y otras actividades como ente coordinador y
supervisor de archivos históricos a nivel nacional) y se le fusione con el INC
con el nombre de Dirección Nacional de Patrimonio Histórico.
Por otro lado la Dirección Nacional de Archivo Histórico tiene funciones que
están muy relacionadas con su otra mitad que es la Dirección Nacional de
Archivo Intermedio como son las coordinaciones en la elaboración de normas
archivísticas y el acopio de documentos provenientes del sector público, que
son tareas rutinarias y frecuentes, como se señala en el mismo Decreto
Supremo N° 003-2010-ED que desmiembra el AGN. ¿Será eficiente esta
relación técnica y especializada entre dos entes separados administrativa y
físicamente? ¿La flamante Dirección Nacional del Patrimonio Histórico del INC
se sujetará a la normatividad del AGN como ente rector del Sistema Nacional
de Archivos? En qué condición quedan los archivos históricos que están bajo la
custodia de los Archivos Regionales, ¿pasarán a depender las filiales del INC?
¿Tiene sentido continuar llamando Archivo General de la Nación a un
organismo sin archivo histórico?
La decisión política de la fusión del Archivo Histórico al INC está tomada pero
es un deber profesional manifestar nuestra total disconformidad por ser
contraria a la razón y el sentido común.