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Algunos apuntes para un

Derecho Internacional Público y Comunitario Sudamericano

José Ramón Cerato


joseramoncerato@gmail, cerato@e-sanluis.net

Abstract
Se aborda el derecho, su relación con el lenguaje, y su conclusión en
términos de Pierre Bourdieu como problema de poder simbólico.
Los últimos 200 años como conflicto entre los repartidores en el concepto
de Miguel Ángel Ciuro Caldani, de las cuotas de poder simbólico.
Enmarcado en ello comienza por enunciar las creaciones de Derecho
Internacional Público y Comunitario típicamente sudamericanas. El choque con los
poderes de las minorías dominantes, y sus alianzas, desde la oficina de negocios
de Washington hacia los organismos internacionales de Sudamérica.
Traza paralelos entre la ley y la costumbre, desde la minga, incorporada y
desnaturalizada por el invasor que consistía en la prestación comunitaria
voluntaria de trabajo para ayudar a un miembro de la comunidad, hacia los
metarrelatos creados para Sudamérica. El derecho como metarrelato.
De cómo en 200 años se construyen las instituciones para los grupos
dominantes, y se desnaturalizan las organizaciones sudamericanas de las
mayorías.
Los intereses de América y los intereses de Sudamérica. Incomunicación
de las mayorías como postulados del poder simbólico de las minorías.
Comunicación de las mayorías a través de las minorías como ejercicio del poder.
Concluye en que históricamente es posible un Derecho Internacional
Público y Comunitario típicamente Sudamericano.

Introducción.
Comienza la propuesta del trabajo como una aparente contradicción:
Derecho Internacional Público Sudamericano. Por una parte se puede suponer la
referencia a la Doctrina Drago por ejemplo, o a la creación del primer Tribunal
Internacional de Justicia, que lo fue en Centroamérica. Por la otra el tratamiento
primigenio del asilo.
Pero el hecho es que ya desde las reuniones de Argelia, mas de tres
décadas ha, cuando los Países no Alineados era un comienzo, se planteaba el
problema de que para comunicarse un africano con un sudamericano lo debía
hacer vía imperio, o Europa o EEUU, y que había que lograr la comunicación
directa, básicamente para identificar problemas comunes.
Y allí no hay contradicción, puesto que Sudamérica tiene problemas
comunes, y soluciones posibles comunes, ensayos errores y éxitos que pueden
tomar en cuenta sus vecinos.
Desde lo voluntario por voluntario, planteo un esbozo desde lo técnico
jurídico, puesto que se trata de un tema que no es nuevo, pero al que no se le ha
asignado (como muchas excelentes ideas pasadas y actuales) la estructura para
que forme parte del Derecho.
Entonces, comenzamos por tratar de ver qué se entiende por significativo,
un ejercicio casi baladí, es revisar Significant Events in U.S. Foreing Relations
(1900/2001).
Si buscamos Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay no figuran. Brasil,
Bolivia y Venezuela tampoco, como ninguna de las tres Guayanas con los
diversos nombres posteriores. Sí en cambio Perú, Ecuador y Colombia.
Obviamente Panamá. Porque las convenciones limítrofes las hacen los aparatos
de estado, y la gran Colombia y la completa Sudamérica es otra cosa, no
coincidente a veces con los mapas.
Para EEUU los eventos significativos de 100 años de relaciones exteriores
incluyen sólo a Perú, Ecuador, y Colombia. La restante Sudamérica no ha sido
significativa.
Perú y Ecuador son significativos como antecedentes iniciales de lo que
después fue el Canal de Panamá. Y ligado a él Colombia.
A esta altura es lugar común el diagnóstico y la prognosis: “Como señalaba
Kelsen, el derecho internacional sigue siendo un derecho primitivo. Si tomamos
como posible curso de evolución lo ocurrido con el derecho interno a continuación
de la concentración de poder que estamos viviendo puede seguir una etapa de
despotismo y sólo luego, si se produce en aquel ámbito la evolución que se diera
en algunos países afortunados, aparecerán formas satisfactorias de democracia”
(Eiroa, Prologo de D’Alessio, 18, 2004), lo que nos lleva a la acción del mientras
tanto.

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