20 :ev 17 al 23 de enero de 2010

DIÓCESIS DE
ARECIBO Para curar el “Deficit de Respeto por la Vida”
PEN, Redacción obispado
Para El Visitante
“Sí, ¡Dios es amor! Si todas las biblias del
mundo fueran destruidas y quedara sólo una
copia, y también ésta estuviera tan estropea-
da que sólo quedara una página, e igualmente
esta estuviera tan dañada que se pudiera leer
una sola línea: si tal línea es la de la Primera
Carta de san Juan, donde está escrito: ‘¡Dios es
amor!’, la Biblia toda se habría salvado, pues
todo el contenido está ahí”. Raniero Cantala-
messa, Sacerdote Franciscano, Predicador de
la Casa Pontificia
El amor de Dios “es un amor de miseri-
cordia, que disculpa y perdona, que no quie-
re destruir al enemigo, sino en todo caso la
enemistad”. Así, pues, es de “esta misericordia
y capacidad de perdón de lo que tenemos ne-
“Hacia las Bodas de
Oro Diocesanas”
cesidad hoy en día, para no resbalar cada vez
más en el abismo de la violencia y la falta de
respeto por la vida que vemos a diario en nues-
tro terruño. A manera de ejemplo, “Jesús llama
a Judas ‘amigo’ no porque Judas le amara, ¡sino
porque Él le amaba!
Recordemos que Madre Teresa “siempre
decía que la mayor pobreza era no sentirse
amado, no sentirse querido, sentirse solo, re-
chazado. Como sabemos, la Beata Madre Tere-
sa vivió su consagración religiosa como unión
de amor, como entrega de esposa a Jesús,
unión por la que ella comparte todo con el
amado, con Jesús, un amor de esposa y un
amor redentor: un amor que se identifica es-
pecialmente con el dolor de Jesús en el Huerto
de Getsemaní y el abandono de su Padre que
Cristo experimenta en la cruz”
A continuación unas meditaciones con la
esperanza que la reflexión y lectura de las Sa-
gradas Escrituras nos animen en nuestra Isla a
optar por el proyecto de Dios, el de la Civiliza-
ción del Amor.
 Amar al prójimo como a nosotros
mismos - Mateo.22, 35-39
 Amar al prójimo como a Cristo Mateo
- .25,40
 Amar al prójimo como Cristo nos ama
a nosotros - Juan.15,12
 Amar al prójimo como Cristo ama al
Padre - Juan.17,21-22
En el 2010 y siempre los invito a “vivir en
el amor como Cristo”. Como nos dice San Pa-
blo en su carta a Efesios - Hermanos: Sed bue-
nos, comprensivos, perdonándoos unos a otros
como Dios os perdonó en Cristo. Sed imitado-
res de Dios, como hijos queridos.
Caminemos como Hijos de la Luz.

Vida en manos de Dios

Honrando a la Virgen María

MELQUÍADES Padín Alicea vientre de su madre a un peque-

Para El Visitante
Me pregunto y no encuentro
contestación, ¿cómo el aborto
pudo ser legalizado? Considero
a los senadores, representantes y
legisladores personas inteligen-
tes. ¿No han pensado que l abor-
to es un crimen atroz? Destruir
la vida de un ser humano nunca
puede ser admitido, bajo ninguna
circunstancia. No importa la edad
ni enfermedad.
Cada año mueren miles de
criaturas a causa del aborto. Al-
guien tiene que levantar la voz
por los que no tienen voz. Ellos
también tienen derecho a vivir.
Mi pregunta es también para los
abortistas. ¿Qué pasa por la men-
te de estas personas que cometen
semejante barbaridad? ¿Dormirán
tranquilos? ¿Acaso no sienten
las voces de esas criaturas asesi-
nadas? Desde el momento de la
Madre del concepción ya esa criatura tiene
vida. Han encontrado muchas
maneras de disfrazar el aborto,
Perpetuo pero aun así sigue siendo un cri-
men, y, a su vez, un pecado mortal
Socorro No podemos cerrar los ojos
ante esta horrible crueldad. Se
- despedaza un ser humano… Un
médico que, irónicamente estu-
dió para salvar y proteger vidas, y
Nuestra hace todo lo contrario. Saca del
ño ser humano y lo destroza. Los
gritos no se oyen en la tierra pero
retumban en el cielo. Tanto el mé-
dico como la madre son asesinos
y no escaparán sus castigos, si no
se arrepienten de su crueldad.
La vida humana está en las
manos de Dios y no en la de los
hombres. Los que aún no han na-
cido, a nadie han hecho daño….
Sin embargo, por diversas razo-
nes, algunos creen que constitu-
yen un estorbo o amenaza. Esto
no puede seguir así por más tiem-
po. Tenemos a un Dios vivo que ve
y vendrá a juzgar a su pueblo.
“Desde el cielo, el Señor Je-
sús enviará a su ángeles y con
fuego ardiente para castigar a los
que no reconocen el Evangelio de
nuestro Señor Jesús. Esos sufrirán
una condena perpetua, lejos de la
presencia del Señor y de su ma-
jestad” (1Tes. 1, 7-8). La furia de
Dios pondrá fin a las atrocidades
de los hombres. Ahora es el tiem-
po del arrepentimiento mientras
tenemos vida. Es el momento de
reconciliarnos con nuestro Dios.
Busca a Jesús, Él te espera. Con-
fiesa tus pecados y no perecerás.
Más aún tendrás vida y felicidad
eterna.
(El autor es catequista en la
Parroquia Sagrado Corazon, del
barrio Cocos en Quebradillas.)

Patrona De la Agenda del Obispo Iñaki

20 Reunión de ASPRI 23 Misa Capilla San Pablo
“Guía espiritual en el Guaynabo El Puente, Orocovis
itinerario personal y Entrega Becas a
colectivo de la fe” Seminaristas
Centro Diocesano, Arecibo