Professional Documents
Culture Documents
FRENTE A FRENTE
Jorge Pinto
Historiador
Premio nacional de Historia
Historiador
Premio nacional de Historia
Falsedades
ancestrales
150 aos de
incomprensin
ESDE HACE algunas dcadas los movimientos de izquierda -cuyo fracaso poltico es evidente en el mundo- han levantado como un bastin la
causa indigenista. Es una nueva forma de demagogia que ha contado con
eco en la prensa, en los crculos polticos de toda ndole y entre etnohistoriadores y antroplogos necesitados
de fama.
La construccin del mito se inici
cambiando el nombre inmemorial de
araucanos por mapuches, que no tiene asidero en la lengua autctona.
Pero haba que cambiar la designacin espaola por una que pareciese
indgena para atraer la simpata y dar
autenticidad a un movimiento.
La conquista fue un proceso violento y cruel por ambos lados. Se ignora,
sin embargo, que los indgenas, a pesar de una resistencia por momentos
tenaz, se adaptaron a la dominacin y
la propiciaron. Junto a espaoles y
chilenos hubo indios amigos que
lucharon contra sus hermanos a causa de rivalidades y para vengar viejos
agravios. Colaboraban, reciban recompensas y acompaaban a los destacamentos invasores. Junto a grupos
de 100 o 200 cristianos marchaban
mil o dos mil indios que eran esenciales en la victoria y ejercan la crueldad con los vencidos. Tambin hubo
caciques amigos o gobernadores que
reciban sueldo.
Los dominadores representaban
mucho para los nativos: traan el caballo y ganados, productos vegetales,
vestimentas, el fierro, el vino y el
aguardiente. El contacto era inevitable y se estableci el comercio. Tambin se produjo el mestizaje, de modo
que despus de dos siglos los araucanos eran simplemente mestizos, igual
que todo el bajo pueblo chileno. En
los parlamentos se ratificaban los tratos pacficos con el auspicio de la corona espaola.
Cuando lleg la Repblica, miles de
chilenos residan en La Araucana,
mientras los ganados, cultivos y el
uso abundante de alcohol haban
transformado a los araucanos.
Las tierras de los indgenas haban
sido ocupadas arbitrariamente en
parte, pero tambin haban sido vendidas por sus antiguos poseedores a
cambio de aguardiente o especies, en
transacciones que ambas partes ma-