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Ser persona: diversas perspectivas
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Ser persona: diversas perspectivas

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Esta obra colectiva busca desde el diálogo enriquecer y profundizar en la tarea sin fin que es reflexionar y buscar respuestas a lo que se entiende sobre la condición humana, es decir, sobre ser persona. Este diálogo se da desde la perspectiva biológica, la psicológica, la filosófica y la teológica.
LanguageEspañol
Release dateJan 31, 2022
ISBN9786074174373
Ser persona: diversas perspectivas
Author

Hilda Ana María Patiño Domínguez

Hilda Ana María Patiño Domínguez es licenciada en Filosofía por la Universidad Iberoamericana y maestra en Ciencias de la Educación por la Universidad de Syracuse. Es maestra en Filosofía y doctora en Educación por la Universidad Iberoamericana.  Trabajó en el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos, fue directora del Centro de Integración Universitaria en la Ibero, así como directora de Admisión en la misma institución. Actualmente es profesora Numeraria en la Dirección de Servicios para la Formación Integral de la Ibero, dentro del Programa de Reflexión Universitaria, donde imparte la materia “Persona y humanismo”. Su línea de trabajo está relacionada con las buenas prácticas docentes, la educación en valores y el diseño curricular.

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    Ser persona - Hilda Ana María Patiño Domínguez

    Portada.jpg

    SER PERSONA

    Diversas perspectivas

    Hilda Ana María Patiño Domínguez

    María Isabel Teresita del Niño Jesús Sevilla Zapata

    Coordinadoras

    Universidad Iberoamericana

    UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA CIUDAD DE MEXICO.

    BIBLIOTECA FRANCISCO XAVIER CLAVIGERO


    [LC] BC 450.S47.2016

    [Dewey] 128.S47.2016

    Ser persona: diversas perspectivas/ Hilda Ana María Patiño Domínguez, María Isabel Teresita del Niño Jesús Sevilla Zapata, coordinadoras – México: Uni­versidad Iberoamericana Ciudad de México, 2016. – publicación electrónica – ISBN: 978-607-417-437-3

    1. Antropología filosófica. 2. Educación humanística. I. Patiño, Hilda. II. Sevilla Zapata, María Isabel Teresita del Niño Jesús. III. Universidad Iberoamericana Ciudad de México. Área de Reflexión Humanística.


    D.R. © Universidad Iberoamericana, A.C.

    Prol. Paseo de la Reforma 880

    Col. Lomas de Santa Fe

    01219 México, D.F

    publica@ibero.mx

    Primera edición: 2016

    ISBN: 978-607-417-437-3

    Todos los derechos reservados. Cualquier reproducción hecha sin consentimiento del editor se considerará ilícita. El infractor se hará acreedor a las sanciones establecidas en las leyes sobre la materia. Si desea reproducir contenido de la presente obra escriba a: publica@ibero.mx

    Contenido

    Presentación

    Ser persona es ser con otros

    Hilda Ana María Patiño Domínguez

    y María Isabel Teresita del Niño Jesús Sevilla Zapata

    PERSPECTIVA BIOLÓGICA

    Antropogénesis, hominización y humanización

    Ricardo Mazón Fonseca

    PERSPECTIVA PSICOLÓGICA

    La afectividad

    Mariana Porras Serrano

    Realidad de la persona dentro de la comunidad

    humana: la persona como ser de relación

    María Antonieta Fernández Casas

    Convivencia en los salones universitarios

    María Belén Castaño Corbo

    PERSPECTIVA SOCIOCULTURAL

    Sociedad civil para la ciudadanía y la democracia

    Humberto Isaac Fuentes Martínez

    Ser persona en el Sur: una perspectiva ética

    Luis Mauro Izazaga Carrillo

    PERSPECTIVA FILOSÓFICA

    La persona como ser de relación

    Ricardo García Álvarez

    Reflexiones éticas en torno a la persona.

    Estadios de la ética y la persona

    José Alejandro Fernández Díaz

    La responsabilidad de la libertad en la relación conmigo y con los otros

    Astrid Georgina Martín del Campo Cárdenas

    Deshumanización y violencia

    Myriam García Piedras

    Autoética: religación trinitaria por la responsabilidad y la solidaridad. Una reflexión en el marco de la propuesta de Edgar Morin

    Juan Leonardo Hipólito Méndez Sánchez

    La persona como proyecto de sí misma y la formación como actualización de los dinamismos humanos

    Juan Carlos Ramírez Robledo

    PERSPECTIVA TEOLÓGICA

    La noción cristiana de persona

    Gabriel Anaya Duarte, S. I.

    COROLARIO

    ¿Cuál es la verdadera sabiduría del profesor universitario?

    Gerardo Anaya Duarte, S. I.

    Agradecimientos póstumo

    A María de los Ángeles Serrano Vázquez

    Alicia Patricia Balderas Romero

    PRESENTACIÓN

    SER PERSONA ES SER CON OTROS

    Hilda Ana María Patiño Domínguez

    María Isabel Teresita del Niño Jesús Sevilla Zapata

    La colección de ensayos que se reúnen bajo el título Ser persona representa el esfuerzo concertado de un grupo de profesores universitarios que imparten esta materia en el Área de Reflexión Universitaria (ARU) en los diversos planteles de la Universidad Iberoamericana en México que conforman el Sistema Universitario Jesuita (SUJ).

    En 2012, a raíz de la reciente revisión de los planes de estudio las autoridades solicitaron que hubiera cierta homologación entre los principales contenidos de algunas asignaturas del aru, empezando por la materia Persona y Humanismo, que recibe esta denominación en la Ibero Ciudad de México y en la Ibero León que es equivalente a las materias Ser Persona de la Ibero Puebla, Condición Humana de la Ibero Tijuana y de la Ibero Torreón. Si bien los nombres de las asignaturas se han conservado de manera distinta, mantienen una unidad más profunda en función de las competencias genéricas que pretenden lograr en los alumnos y, por ende, de los objetivos de aprendizaje que se persiguen.

    Después de una serie de reuniones virtuales entre los repre­sentantes académicos de cada plantel, se logró presentar la unificación consensuada de la materia en los objetivos gene­rales de aprendizaje y los temas principales a trabajar durante el curso, amén de las ya citadas competencias genéricas que postula el suj para desarrollar en todos los cursos de nivel licen­ciatura, las cuales son:

    Discernimiento y responsabilidad

    Compromiso integral humanista

    Comunicación

    Liderazgo intelectual

    Trabajo en equipo

    Creatividad e innovación

    De estas seis competencias se ha pedido al aru que, en razón de su intencionalidad formativa, desarrolle especialmente las dos primeras: discernimiento y responsabilidad y compromiso integral humanista. El trabajo conjunto que se logró entre los colegas académicos del sistema jesuita fue más allá de ponerse de acuerdo sobre los contenidos esenciales de una materia que busca ser parte de la impronta que caracteriza la formación humanista integral en la Universidad Iberoamericana. Si bien esto ya es de suyo loable, por lo que implica el trabajo de conciliar puntos de vista y de partida distintos y, por lo tanto, el ejercicio de un diálogo serio y reflexionado, el verdadero mérito fue en realidad el que se haya logrado generar una corriente de energía que contagió incluso a otros académicos que no participaron directamente en el diálogo pero que están compro­metidos con la enseñanza de esta materia y que respondieron al llamado de escribir un texto para apoyar esta nueva versión.

    A medida que se fue avanzando en el diálogo, se lograron establecer acuerdos básicos que promovieron la revisión de autores así como enfoques creativos para tratar los temas, hasta llegar a un momento en que se planteó el sueño de escribir un texto colegiado que apoyara a los docentes encargados de esta asignatura. El texto que aquí se presenta es la concreción de ese sueño, y cada uno de los autores contribuye a enriquecer y profundizar esta conversación inagotable sobre nuestra condición humana, porque el afán de entendernos a nosotros mismos y encontrar un sentido a nuestra existencia es algo que no tiene fin.

    PERSPECTIVA BIOLÓGICA

    En su ensayo Antropogénesis, hominización y humanización, Ricardo Mazón Fonseca nos presenta una síntesis muy interesante sobre los orígenes de la especie humana a partir de los primeros homínidos, de acuerdo con los descubrimientos más importantes de los fósiles ancestros del hombre y en el marco de la teoría de la evolución de las especies. Este es un tema muy necesario para comprender al ser humano como una espe­cie biológica y tomar conciencia de las raíces que lo hermanan con las demás criaturas vivas del planeta. Después del recorrido al que el autor nos lleva por las reconstrucciones, de carácter hipotético, sobre la evolución del ser humano desde sus antiguos antepasados del Mioceno hasta el surgimiento del Homo sapiens, sostiene, como la inmensa mayoría de los biólogos, que lo que nos hominiza, es la bipedestación, la forma de la mano, que presenta un pulgar oponible y una mayor capacidad de movimientos, y el cerebro, que es el más grande de todos los seres vivientes, en relación con las dimensiones propias de su cuerpo. Pero, siguiendo a Jordi Agustí y Mauricio Antón, sostiene que lo que en realidad permite distinguir por completo al Homo sapiens de los demás homínidos es la manifestación del pensamiento simbólico, noción que le abre la puerta a hablar de un segundo proceso, el de la humanización, que implica a la cultura, y con ello a la educación como el factor que nos humaniza más allá de las fronteras de lo meramente biológico, que nos permite pensar como animales culturales, con todo lo que esto implica, de modo que el ensayo resulta una estupenda puerta de entrada para reflexionar sobre nuestra identidad desde las distintas perspectivas que abren los demás autores.

    PERSPECTIVA PSICOLÓGICA

    Entender al ser humano como un animal cultural implica aceptar su carácter social de origen. Las obligaciones y responsabilidades para con nuestros semejantes son posibles como opción personal desde la experiencia de la empatía que me permite experimentar la humanidad del otro y mi propia humanidad a través del otro. Si bien el cultivo de la empatía es indispensable para acceder a una conciencia verdaderamente ética, lograrla implica un trabajo previo de reflexión sobre las propias experiencias que a lo largo de nuestra existencia autobiográfica han ido abonando a nuestra autoimagen, nuestro autoconcepto y nuestra autoestima. La capacidad de empatía en realidad representa el culmen de un desarrollo afectivo que a su vez implica el enfrentamiento con nuestros propios temores, deseos, anhelos, enojos, etc., para reconocerlos y manejarlos de tal ma­nera que no nos autodestruyan o destruyan a nuestros semejantes. Este tema es el centro de la reflexión de Mariana Porras Serrano, quien en su ensayo La afectividad nos ofrece una concepción de la misma como una capacidad propia del ser humano, distinta al cuerpo, de la voluntad y de la inteligencia, que puede ser educada por nosotros mismos. Si bien es importante recurrir a los psicólogos y terapeutas para que nos ayuden a resolver algunos conflictos, la autora nos abre a la posibilidad de la autoeducación emocional que nos puede conducir a vivir de manera más plena y feliz. A lo largo del texto, apoyándose en diversos autores, se ofrecen múltiples ejemplos de la manera en que los afectos influyen en nuestra vida y cómo podemos encauzarlos para lograr un mayor crecimiento personal, incluso para reconocer cuándo es preciso solicitar ayuda externa.

    Para continuar con esta perspectiva psicológica, María Anto­nieta Fernández Casas, en su ensayo Realidad de la persona dentro de la comunidad humana: la persona como ser de relación, ofrece una reflexión de la persona como ser en relación, en la que se aborda el reconocimiento del yo a partir de un tú y viceversa, como un dinamismo que permite la paulatina humanización en la relación de encuentro que configura la comunidad humana. La autora también analiza el problema de las relaciones deshumanizantes basadas en la irracionalidad y la violencia tanto física como emocional, para finalizar en la pro­puesta del diálogo como camino para superar las situaciones de deshumanización.

    El problema de la comunicación es revisado también por María Belén Castaño Corbo en su ensayo Convivencia en los salones universitarios, pero ahora desde un planteamiento con­creto. Este texto se centra en la manera concreta en la interacción que se genera entre profesores y alumnos, fundamentalmente en el aula, en las materias de reflexión universitaria. Su aná­lisis se apoya en los comentarios que los alumnos hacen en los cuestionarios de apreciación sobre la práctica docente para ejemplificar actitudes y conductas tanto positivas como negativas de sus maestros y que puede servir como disparador de la reflexión de la propia práctica docente, en la que la consideración de la comunicación es un factor clave de la formación de la per­sona. La autora nos invita a mirar el salón de clases con otros ojos, como algo más que un espacio físico, sino como la posibilidad de tejer un nosotros en un espacio protegido donde el sujeto se sienta libre de expresarse porque se sabe respetado y escuchado y porque a su vez puede respetar y escuchar a los otros, para lo cual la buena conducción del docente es esencial.

    Perspectiva sociocultural

    En la línea de la reflexión social, el ensayo de Humberto Isaac Fuentes Martínez, titulado Sociedad civil para la ciudadanía y la democracia ofrece una reflexión sobre el significado de la sociedad civil en relación con el ejercicio de la democracia. El autor sigue de cerca las ideas de Benjamín Barber respecto de los tres tipos de sociedad civil según el papel que ejerza en ella el ciudadano: la libertaria, la comunitaria y la verdaderamente democrática, aquella en la que los ciudadanos participan activamente como actores sociales que asumen su responsabilidad y actúan como mediadores entre el dominio del mercado y el dominio del gobierno.

    La democracia otorga un verdadero poder a la sociedad civil que asume los valores de la pluralidad, la tolerancia y la inclusión para participar voluntariamente en los asuntos que atañen a la comunidad. El autor propone reconstruir este poder de la sociedad civil para que se puedan establecer los límites del gobierno sin ceder los bienes públicos a la esfera privada y al mismo tiempo se pueda disipar la atmósfera de soledad y avaricia que caracteriza a los mercados. El autor nos invita a reflexionar sobre las formas concretas en que podría empoderarse a la sociedad civil, y por eso el ensayo resulta de suma pertinencia.

    Ahora, desde una perspectiva social, el tema de la cultura es también el que ocupa a Luis Mauro Izazaga Carrillo en su ensayo titulado Ser persona en el Sur: una perspectiva ética, que caracteriza al Sur, no primordialmente como una realidad geográfica, sino sociocultural y económica que se construye en las relaciones de dependencia y dominación con el Norte. El autor describe la dialéctica existente entre el Sur y el Norte y el paradigma dominante en el que nos encontramos, según el cual ser persona en el Sur implica una situación de exclusión y subordinación disfrazada de igualdad. Cuestiona, con Boaventura de Sousa, las condiciones de terrible desigualdad que se viven en América Latina con respecto de Europa y Estados Unidos, que son regiones y países hegemónicos. El pensamiento y la acción hegemónica anula toda diferencia y no acepta como válido otras formas de ser en el mundo, ya que piensa en la igualdad como lo mismo, eliminando así la posibilidad de relación de la persona con el otro (alter). La negación de lo diferente se traduce en un mecanismo de indiferencia que anula o al menos socava la preocupación, el reconocimiento y el cuidado de la alteridad. El otro se convierte en lo innombrado e innombrable, el no ser indiferenciado y por lo tanto presa fácil del abuso y la injusticia.

    Se explica esta subordinación mediante el concepto de razón metonímica, la cual defiende, en apariencia, los ideales de la modernidad: la libertad, la fraternidad y la igualdad, pero en realidad muchas veces convierte a la persona en un individuo aislado, y lo encamina a la posesión y al consumo irrestricto, negando la intrínseca necesidad de relacionarse con los demás y construir una intersubjetividad. Frente a esta problemática sigue lo propuesto por dos filósofas contemporáneas: Martha Nussbaum y Adela Cortina. De Martha Nussbaum toma el enfoque de las capacidades para establecer elementos mínimos del desarrollo humano. Tales capacidades son también derechos: el derecho de la persona a la vida, a la salud, a ejercitar los sentidos, la imaginación y pensamiento, a expresar su emociones, a ser capaz de tener vinculaciones con cosas y personas fuera de sí misma, de pensar una concepción del bien y de comprometerse en una reflexión crítica acerca del planteamiento de la propia vida, etc. El autor señala que, como personas del Sur, tenemos un compromiso ético-existencial de entrar en un proyecto humanizante que se proponga la construcción no sólo de la propia dignidad, sino de la dignidad del otro a través de la solidaridad, justicia, amor, respeto, tole­rancia y en el pleno desarrollo de las capacidades centrales humanas, para lo cual asume el planteamiento de la ética de los mínimos y la razón cordial que ha trabajado la filósofa Adela Cortina.

    Perspectiva filosófica

    Tomar una perspectiva filosófica sobre la persona es el camino de la reflexión de Ricardo García Álvarez, quien a partir de autores de corte existencialista, en su ensayo La persona como ser de relación discute la importancia de reconocer al yo a partir del tú, y del diálogo como el camino del encuentro con los otros y como alternativa de la violencia que nos deshumaniza. El ser humano es libre, y esta libertad es la que le posibilita su propia construcción o su propia destrucción: tal es la enorme responsabilidad ética que enfrenta.

    Por su parte, José Alejandro Fernández Díaz, en su texto Reflexiones éticas en torno a la persona. Estadios de la ética y la persona, retoma y analiza el reto de la ética en la sociedad actual, específicamente en la formación de los jóvenes, a la luz de los estadios del desarrollo moral propuestos por Guindon, que en un orden de menor a mayor madurez moral serían los siguientes: hedonista, utilitarista, leal, institucional, humanista e integral. El autor se une a la invitación que nos hace el filósofo contemporáneo Hessel (2010) a comprometernos en una resistencia no violenta contra el mercado totalitario; es decir, a superar los estadios que nos impiden liberarnos del yugo consumista e individualista. Con estos planteamientos se suma a la propuesta de Adela Cortina contenida en su Ética de la razón cordial (2007), relativa a empeñar el esfuerzo educativo consciente en formar ciudadanos prudentes en la elección de una vida buena.

    El mismo tema de la responsabilidad, pero ahora discutido desde el punto de vista de la libertad humana, lo presenta Astrid Georgina Martín del Campo en su ensayo La responsabilidad de la libertad en la relación conmigo y con los otros, en el cual nos ofrece una reflexión sobre el uso responsable de la libertad a partir, por un lado, de las consideraciones éticas de San Agustín, en quien la autora se apoya para tratar el problema del mal ético, y por otro, de Pico de la Mirandolla para abordar el tema de la dignidad humana, además de incluir las aportaciones de pensadores modernos como Cassirer y Savater, en diálogo con los clásicos Sócrates y Platón. El motivo de la reflexión es la pregunta por la propia identidad, la cual implica la necesidad de introspección para intentar responderla. En la búsqueda de la identidad incurre siempre el clamor por sentirse responsable de la propia vida, e inevitablemente, a este clamor de ser dueños de nosotros mismos le acompaña, en contraparte, el miedo ante la posibilidad de fallar, no tanto de fallar a los demás y a las promesas que les hemos hecho, sino a las promesas que nos hemos hecho a nosotros mismos. De esa manera la libertad y la responsabilidad están engarzadas en el sentido de la dignidad humana, al menos como vivencia existencial de un sujeto que busca decirse a sí mismo quién es a través de los valores que suscribe en sus decisiones.

    Y nuevamente como contraste, mientras Astrid Georgina Martín del Campo y Ricardo García Álvarez nos presentan la noción positiva de la persona como libre, responsable de sí misma y a la vez llamada al encuentro y relación con el otro, Myriam García Piedras aborda el problema de la pérdida del sujeto a través de algo desgraciadamente tan actual como la violencia, que impacta de manera negativa en la condición humana, en su dimensión tanto interpersonal como social. En su ensayo Deshumanización y violencia, la autora discute una forma de violencia no evidente, sino soterrada, que caracteriza el sistema económico vigente con efectos devastadores: es la mediatización de las formas de interacción que en las sociedades contemporáneas nos lleva, casi sin darnos cuenta, a tratarnos unos a otros como mercancías y como objetos. Es esta concepción individualista que ignora los profundos vínculos con los otros que nos configuran, la que en realidad genera un clima de violencia: el individuo es una ficción que separa al sujeto de los demás y lo encierra en un solipsismo que lo enfrenta a los otros. Es esta violencia que podríamos llamar estructural en un sistema económico que privilegia el consumismo y la competencia.

    Sin embargo, a pesar de reconocer la fuerza que ejerce esa violencia silenciosa imbricada en las estructuras económicas y sociales sobre la persona, Myriam García hace hincapié en que hay esperanza de salir de la dominación si nuestra conciencia logra transformarse: en la última parte de su ensayo argumenta que el camino para esta conversión pasa por el cul­tivo de la empatía, ya que, gracias a esta actitud vital, los seres humanos podemos dejar nuestro estado de mónadas indi­vidualistas e interesarnos genuinamente por los demás. Sólo trabajando sobre nuestra capacidad de empatía podremos lograr que surja el sentimiento de la compasión, que a su vez nos permitirá combatir esa violencia invisible que genera un clima de deshumanización.

    Juan Leonardo Hipólito Méndez ahonda también en esta urgente necesidad de abandonar las posturas que cosifican a los seres humanos al abordar el tema de la reflexión ética. En su texto Autoética: religación trinitaria por la responsabilidad y la solidaridad: una reflexión en el marco de la propuesta de Edgar Morin, nos ofrece una reflexión en torno a la obra de Edgar Mo­rin, quien concibe a la ética como un meta punto de vista que comporta una reflexión sobre los fundamentos y principios de la moral. Juan Leonardo Hipólito Méndez nos ofrece su interpretación como una doble lectura de la ética en Morin, donde la primera sería la consideración sobre la religación original del ser humano como individuo-especie-sociedad, el conocido bucle de este autor, y la segunda subraya la responsabilidad y la solidaridad como valores clave de su planteamiento ético. Leonardo profundiza luego en la noción de autoética, al distinguir que la referencia al individuo no implica una postura egoísta, pues ante todo, se trata de una ética de la religación, gracias a la cual el individuo toma conciencia de su situación de interdependencia y se abre a la comprensión del otro. El ensayo nos brinda una buena oportunidad de reflexión con argumentos sólidos e interesantes

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