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-Seor dijo el otro, casi temblando- yo, siguiendo a otro viejo maestro
griego, llamado Protgoras, digo que no debis temer lo que acaba de decir
mi compaero, porque la verdad es que todo lo que pensis es verdadero.
-Otro pelotillero? exclam Poncio.
-No, seor contest el tercer sabio-, no me refiero slo a usted, sino a todos.
-Cmo!? Quieres decir que Barrabs tambin dice siempre la verdad?
-No, claro dijo el otro- quiero decir que, cuando no mienten, todos creen la
verdad.
-O sea, que nadie se equivoca, nunca
-Cada uno ve las cosas como las ve, y tiene que creer lo que ve. Desde su
punto de vista, as son las cosas.
-Pero, no decs los sabios que hay puntos de vista equivocados?
-Eso, seor, es una simple forma de hablar. En realidad, la realidad es una
para cada uno, y nadie puede sobrevolar las realidades de los dems para
saber cul se acerca a la realidad nica, as que eso para nosotros no tiene
sentido.
-Pero no dicen nuestros sumos sacerdotes que los dioses saben la verdad?
-S claro, seor, yo no me meto en teologa, porque de eso no entiendo. Sobre
esos asuntos yo me lavo las manos Hablo como simple filsofo.
-Canalla! Crees que no noto que te cachondeas de m? As que, segn
Aristteles y t mirando al primero- podemos saber y decir la verdad; segn
Gorgias y t al segundo- todo es falso; y segn t mirando al tercero- todo es
verdadero Muy bien, muy bien. As que lo mismo daba que soltara a Barrabs
o no, que crucificase a ese judo harapiento o no Vamos a hacer una cosa: os
vais a ir al cuarto de pensar y no vais a salir de all hasta que no os pongis de
acuerdo. Hasta entonces, no vais a comer ni beber y os prometo que eso va a
ser verdad de la buena! Claro que, a vosotros no os importar no?
-Perdn, seor dijo el primero de los sabios-, a m s.