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REVISTA BE. MV/EO NACIONAL Director Funpapor : Luis E. VarcArcet Directors : Rosaria Avatos pz Matos TOMO XLIV LIMA ~ PERU 1978-1980 COMPLEJOS DE PIRAMIDES CON PLANTA EN U Patrén arquitecténico de Ia costa central Carios Wituiams Leén Ex secuNpo naue10 anrinton a la era cristiana fue un period muy activo en la edificacién de grandes complejos arquitect6nicos en la costa central del Pert, Por entonces, el paisaje costefio resulté dominado por imponen- tes estructuras piramidales con planta en U, abiertas hacia el nor-noreste y cl este, entre Mala al sur y Supe al norte. En un trabajo anterior ( Williams 1971) se presenté sumariamente algunas de las caracterfsticas formales de estas estructuras, A la fecha, nuevas investigaciones en el campo, ademas de las excavaciones realizadas en Garagay por Ravines (1975), la obra pre- sentada por Scheele para el rea entre Lurin y ef Chillén, entre otras, han dado lugar a Ia acumulacién de valiosa informacién adicional sobre el tema. En este trabajo se resume dicha informacién a la ver. que se presentan al- ‘ganas hipétesis sobre su difusién, filiacién de la forma en U, tipologia de estructuras, cronologia y funcién de los edificis. Difusion Los complejos de pirimides dispuestas en U no se encuentran al sur de Mala ni al norte de Supe. En Mala el tinico lugar relacionado con esta for- ma es El Salitre, que parece corresponder @ una manifestacién tardia del es- tilo. En Supe, La Empedrada en el valle medio parece vineulado al rea de Huaura. En La Empedrada termina un viejo camino que liga ambos va- Hes y que todavia esti en uso. EI modelo se da pues basicamente entre Lu- rin y Huaura. Los ejemplos de Casma relacionados con el prototipo estudia- do corresponden a una tradicién arquitecténica diferente, aunque emparenta- da, cuyos edificios mis significativos (Sechin Alto, Aldas) estén formados por ‘una secuencia alargada de pirémide, patio rectangular hundido y patios i culares hundidos, alejada de la disposicién que comentamos. La tradicién nortenia de Huaca de los Reyes, en el valle de Moche, responde también a Ja idea de a planta en U, tanto en la composicién general como en los di- Sat me One 7 i i (COSTA CENTRAL (Dituion de ts. ou Ree i SN Ros aes Fig. 1, Difusidn de tos complejos con plantas en U en Ja costa central. Los circulos Iienos representan las estructuras principales. Los ciculos claros las estructuras me nores. El grafico de la wquierda muestra a ia misma escala Tos sitios representados fn el mapa, Notese que ln abertura de los conjuntos se orienta segin el curso de Ins aguse en cada valle. El mismo grafico presenta una hipotesis sobre Ia cronologia de fos complejos con planta en U. a CCOMPLEJOS DE PIRAMIDES CON PLANTA EN U 7 ferentes componentes del edificio, Esta valiosa obra arquitecténica tiene una ‘modulacién casi intima, practicamente de interiores, muy alejada también de las vastas proporciones y caricter extemno de los complejos de pirimides en U. La figura 1 es un mapa de la regién central del Pert en el que se ubi- ‘ca este tipo de complejos piramidales. Resulta obvia la concentracién de estructuras en la subregién de Lurin-Rimac-Chillén y en Chaneay, Se han diferenciado en este mapa las estructuras de mayor dimensién que, como se veri mis adelante, parecen signifieativas en términos de organizacién jerir- quica y de cobertura del espacio de cada uno de los valles. EL cuadro 1 contiene informacién deseriptiva de todos estos elementos y da cuenta de su orientacién, dimensiones, area del patio o cancha y de al- ‘gumas de sus caracteristicas formales. Se ha incluido en el texto un mapa de ‘ubicacién, a mayor escala, de las estructuras de cada valle. Morfologia La planta en U tiene una larga y extensa difusién en el drea andina en cuanto consiste en recintos o espacios cerrados por voltimenes 0 paramentos fen tres lados. EI cuarto lado, sin edificacién, se abre al paisaje, Est pre- sente en la depresién central de las pirimides tempranas, en la organizacién del espacio de los templos (Huaca de los Reyes) y en formas tan tardias ‘como las “audiencias” de Chanchin (Moseley 1975). A diferencia de estos ejemplos, en nuestro caso la forma en U se obtiene por la disposicién de tres grupos de pirimides alrededor de un gran patio o cancha central, La figura 2 es una representacién abstracta de esta forma arquitect6ni- ‘ea. Se ofrece una nomenclatura para sus diferentes componentes. AI fondo de la U esti In pirémide central, flanqueada por dos brazos, el izquierdo y el derecho. Estos brazos no son simétricos y se componen de varias pird- mides truncadas. La pirimide principal esté formada por un niicleo y una © dos alas laterales de menor altura que el niicleo. En éstas tampoco hay simetria absoluta y es frecuente el caso de pirimides con una sola ala la- teral. El micleo es seguramente el edificio mas importante del complejo y dentro del niieleo el airio es el elemento més significative. Este altimo es una depresién al centro de la pirdmide, definido en tres de sus Iados y abier- to hacia el patio. Se accede por uma escalera que parte de un vestibulo al nivel del gran patio o cancha central, El vestibulo es un recinto rectangu- lar, por lo general cuadrado, formado por gruesos muros o plataformas ba- jas y anchas, que probablemente tuvieron lineas de habitaciones (gcolcas?). EI Vestibulo tiene una sola entrada ubicada en el eje del conjunto. La cancha nivelada tiene a veces proporciones gigantescas (30 Ha. en San Jaci to, Huando). En todos los casos la U est rota en una esquina, entre Ia pi- imide central y uno de los brazos. Algunas veces la rotura se presenta en ambos lados. 98 [REVISTA DEL MUSEO NACIONAL -XLIV ! Cuadro 1 | Algunas caracteristicas de los complejos arquitecténicos con planta en U Nombre y ‘Area del Vesti: Pozo ce- valle Azimut patio Ha, Ancho Largo Alas bulo_remonlal MALA El Salitee 65° - Eee eee ee LURIN Mina ‘Perdida 3303" 1S 250 300 a Manchay Bajo 24 4.0 200 200 2) x - cardal 219 3000 0k RIMAC Florida a5) Garagay 300 BS 80) x LaSalina 55° ile EPH iso Hann ee eed eee eee ce cumLoN Cueva 60? Huncoy 3203020300 a0) ae Chocas 15° 60 15000 ElParaiso 340 PisHH Hon HE aen fe HEe eee Core eeH a cHANcAY i S.tacinto 68° 0 5 aw) x ! Grupo B62 3.0) | S. Ignacio 629 70 20 350) ae | Miraflores 430 20.0 so 400) - : Cuyo: 458 1.0 100 100 = = - e HUAURA | Husura 900 mo 8) | Huayabal 90° 60 mM 7 | ‘SUPE. ! La Empe- drada 130° io Ee aa ase aye HUARMEY Barbacay 1020 3.0 a = er CCOMPLEIOS DE PIRAMIDES CON PLANTA EN U1 9 Las pirdimides que abora aparecen como grandes amontonamientos de piedra angular o de canto rodado estuvieron enlucidas y pintadas con colo- res fuertes, rojo, amarillo. El atrio de la pirémide central estuvo adomado ‘en algunos casos con frisos policromos en alto relieve, como los que ha pues- to en evidencia Ravines (1975) en Garagay. Se ha informado de la existencia de frisos policromados también en Cardal (Scheele 1970). Podemos suponer que tratamientos similares a los de Garagay existieron como elemento standard en los complejos piramidales en U. El atrio fue también probablemente una formal estandatizada. Sus elementos son los frisos en las paredes de borde; los hoyos de enigmatic significado al pie de las paredes; dos 0 tres escalones a manera de poyos en el piso del atrio, que rodeaban una depresién central en el piso; y, por wlti- ‘mo, escaleras que conducian a los niveles superiores en la cima de la pir mide principal (figura 2) Brae EESRAE, Fig, 2. Reconstruccién hipotética de un complejo con planta en U, Se han anotado los diferentes. componentes. arquitecténicos en los. conjuntos. 100 [REVISTA DEL MUSEO NACIONAL--XLIV Manejo del espacio EL impacto visual de estas estructuras debi ser notable en su tiempo, casi sobrecogedor. A(in ahora impresionan las generosas proporciones de los complejos y su magnitud. Debemos, no obstante, para captar mejor la po- tencia de su mensaje, hacer el esfuerzo de imaginizoslas vivamente pinta- das, en fuerte contraste con el gris de las colinas desérticas y con el verde de los campos. Al acercaros al miicleo central apareceri mejor perfilada su geometria, EI vestibulo confina el espacio. Es una transicién entre la gran modulacién del espacio de la cancha y los espacios internos del templo. Aqui, la escalera en el eje sefiala Ia ruta hacia los espacios sagrados. Alli, sin embargo, subian muy pocos. Ravines (1975) informa que la escalera fi- namente enlucida con barro no mostraba huellas de desgaste. Apenas si habia sido hoyada por pies descalzos. El espacio del atrio es todavia mis peque- fio y, por lo tanto, mis agudo el contraste con las amplias proporciones de la cancha. La poderosa decoracién de los frisos, de colores intensos, relie- ve fuerte y que representaban extrafios y monstruosos seres fue concebida para apoyar el poder y fortalecer el dominio de quienes manejaban el tem- plo. No sabemos que ceremonias o ritos se realizaban en este recinto, Pero la depresién en el centro del atrio y los pozos estaban ya presentes en el edificio principal en El Paraiso, al término del segundo milenio antes de la era cristiana. También aparecen en los edificios de ese mismo periodo en Kotosh y La Galgada. Tuvieron pues una duracién de por lo menos mil aifos y fue un rasgo compartido por varias tradiciones arquiteeténicas de los An- es. Centrales. Se desconoce también el tipo de ceremonias que se cumplian en la ci- ma del niicleo principal. Tgualmente era un area de acceso restringido. El ‘imico camino para acceder hasta alli atraviesa el vestibulo, Ia escalera, el atrio y nuevas escaleras, Es un buen Iugar, con horizonte amplio, para la observacién astronémica. La orientacién semejante de los complejos pirami- dales en U dentro de cada valle permite asegurar que se practicé la astro nomia y que se inventaron sistemas para trasladar la orientacidn de un edifi- cio principal a otros dq menor tamai En resumen, el espacio fue conscientemente modulado de modo que una senda tinica conducia, de modo controlado, desde grandes ambientes a re- ‘intos cada vez més intimos y estrechos, en vinculacién con una decora- cin cada vez mis fuerte, Para Jos que legaban a la cima la sensaciin de amplitud del horizonte fue seguramente mayor. Orientacién Un rasgo comin a todos estos complejos de pirimides es su orientacibn entxe nor-noreste y este, Para cada valle la orientacién de las estructuras es pricticamente ia mismna, con una variacién de muy pocos grados. Con- forme se avanza de valle a valle, del sur hacia el norte, la orientacién gi- (COMPLEJOS DE PIRAMIDES CON PLANTA EX U 101 ra hacia el este, variacién cuya significacién se desconoce, En cualquier oi so, resulta siempre paralela al eje del rio. Dado que el eje de los rios varia fen Ja direccién anotada, puede suponerse que las diferentes orientaciones se deben a esa causa, En tal caso los edificios estarian orientados hacia el origen de las aguas. El paralelismo de los complejos para cada valle debe haberse obtenido mediante observaciones de caricter astronémico. Desarrollo del patron en U Pese a que toclos estos grandes complejos de pirimides con planta en U obedecen al mismo patrén general de composicién, se encuentran variantes formales de importancia. En realidad, no existe una estructura idéntica ‘otra en cuanto a detalles de composicién arquitecténica. Sin embargo, hay grupos de rasgos comunes entre los edificios que permiten una segregacién ‘en varios subtipos. Son caracteristicas que comparten varios valles y que tie- nen significado desde el punto de vista cronolégico. Por otra parte, la gigan- tesca dimensién de algunos complejos indica que no pudieron haberse em- prendido sin una extensa experiencia anterior, San Jacinto, en Huando, por ejemplo, tiene una cancha nivelada de 30 Ha. que ha significado un movi- miento de tierras de 1.5 a 2.0 millones de metros eibicos. En este cileulo no se ineluye el volumen de Ja pirdmide central, de 15 m. de alto, ni los de sus brazos laterales, Evidentemente es una obra que exigié una planifica- ‘cién persistente en el tiempo, el concurso de varias generaciones y el apor- te de mano de obra de toda una amplia zona de influencia. Situacién simi- lar se observa en otros complejos contemporineos. Desde este punto de vis- ta tales obras representan el momento cumbre, de mayor difusién y de ma yor importancia de este motivo arquitecténico. Un claro antecedente de estas formas se encuentra en Tas canchas flau- queadas por monticulos alargados, como en El Paraiso de Chuquitanta, 0 en las depresiones en forma de rectingulos alargados con pirimides bajas en el extremo angosto del rectingulo, como La Salina en el Rimac, Salinas en Chancay y Barbacay en Huarmey. Los brazos laterales fueron utilizados como lugares de habitacién en El Paraiso. No se da este caso en La Salina (Rimac), Salinas (Chaneay) ni en Barbacay (Huarmey) que tiene una pirdmide en el fondo angosto del ree- ‘ingulo. Las viviendas se construyeron en cercanfa a la cancha (La Sali- na). Sugiero que el espacio central fue “sacralizado” en estos tres «iltimos ejemplos, originindose el modelo que orientarfa a las edificaciones posterio- res, donde las pirimides que forman los brazos de la U se utilizaron para formas de culto. Los poblados ya no se vinculan a estas estructuras. En Ia ctapa final del estilo se introduce un cierto barroquismo. La for ‘ma de las pirimides se hace mis compleja, principalmente en el micleo (esealonado en Cardal) y se incorporan patios circulates hundidos y pozos ceremoniales a la composicién (Cardal, Garagay, San Jacinto). 102 REVISTA DBL MUSEO NACIONAL -XLIV Ravines (1975) ha dejado establecido que las pirmides que forman el recinto en U fueron objeto de sucesivas remodelaciones. Las pirdmides, cu yo micleo estaba constituide por un emparrillado de muros relleno con pie- dra y barro, fueron repetidamente ampliadas por la adicién de gruesos mu- ros adosados a las fachadas antiguas, lo que permitia ampliar la base para cortar después los cuartos de la cima y rellenarlos con el mismo material, 1 fin de formar plataformas mas elevadas donde se construian nuevas edi caciones, Este procedimiento es el que ha permitido recuperar los valiosos frisos y decoraciones murales de Garagay y ottos lugares. Se observa que la decoracién tenia poco desgaste y que fue cubierta con material fino para no dafiarla, También se ha informado (Bonavia 1965, Scheele 1970) del uso de diferentes técnicas y materiales de construceién en etapas sucesivas de ampliacién de las pirimides que flanquean los patios. El procedimiento de remodelacién y ampliacién de estructuras es, por otra parte, general al irea andina y fue compartido por diferentes tradiciones arquitecténicas. Bueno y Grieder (1979) informan de 26 remodelaciones en el sitio La Galgada, de uno de los templetes con poyo y hoyo central tipico del area. El mismo ca- so oeurre en Kotosh y Las Aldas. Se infiere que a mayor altura de la pirémide central y/o de las pirimi- des de los brazos debe corresponder una mayor antigtiedad 0, por lo menos, ‘un mayor uso continuo de la estructura, La afirmacién de una mayor anti- giiedad de los complejos que contienen pirimides se basa en Ia ldgica de construceién, como lo han puesto en evidencia las excavaciones arqueol6- gicas. Tal como se veri posteriormente, la cobertura sistemitica de los lies por estas estructuras requiere analizar su contemporaneidad con edificios semejantes y comprender su funeién, En oposicién a la continua remodelacién de las pirimides, las canchas centrales no sufrieron mayores modificaciones. Establecidas sus dimensiones Disieas, no podian ampliarse a menos que se destruyeran las pirimides y se edificaran nuevamente en el lugar. Si éste fue alguna vez el caso, no fue lo usual. Se observa por el contrario (Ravines 1975) que las pirémides fueron remodeladas en repetidas oportunidades. ‘Ahora bien, si la orientacién y las dimensiones de la cancha fueron pre- determinadas, sin posibilidad de modificacién, la potencialidad de ejecucién de las comunidades debid dirigirse a otros fines, entre ellos a la remodela- ‘cién de las pirimides laterales, a la ampliacién de la cancha en el senti- do del eje (tal caso se observa en La Florida, donde existia un segundo pa- tio, ahora ocupado por urbanizaciones; en Chocas, San Jacinto y otros luga- res); y, por éltimo, a la construccién de otros edificios de planta similar La huaca San Jacinto, en Huando, en el valle de Chancay, es un com- plejo de tres estructuras, y quiziis cinco, organizadas a manera de un gran templo central y varias capillas circundantes (figura 7). Mina Perdida po- see otro complejo en U anexo, apenas a 400 m. de distancia, cuyos monticu- ‘COMPLEJOS DE FIRAMIDES CON PLANTA EN U 103 los central y laterales, cubjertos de cantos rodados, no tienen una altura ma yor de 3m. Estos criterios permiten afiadir a la tipologia dos categorias: Ia de los complejos primarios y la de los complejos secundarios. Esta distincién es importante para un mejor entendimiento de los patrones de ubicacién entre valles y el andlisis de su contemporaneidad. Si se acepta que el diseito de los complejos fue objeto de experimen- tacién y prueba en modelos menores, debe aceptarse también que los com- plejos de mayor dimensién corresponden al momento de auge del modelo. Este razonamiento, vinculado a la dimensién y altura de las pirdmides la- terales, y a Ia existencia de algunos complejos, casi barrocos en el disefio del niicleo, permite —a falta de fechados absolutos, solamente disponibles para La Florida (Patterson 1968) intentar una cronologia relativa para es- tas estructuras. Cronologia relativa La fase inicial de Ia secuencia est representada por E] Paraiso, donde los brazos laterales han determinado Ia existencia de tn patio central, aun- que Ia estructura piramidal del fondo de la U no se ha incorporado elara- mente a la composicién. La segunda fase aparece en La Salina, Salinas y Barbacay, donde es elemento prominente la pirémide en el fondo de la U, que comanda la composicién, No aparecen viviendas en las estructuras late~ rales, aunque si se construyen en su vecindad. Tal es el caso de La Sali- na en el Rimac. Termina aqui el periodo incipiente 0 de formacién del estilo. Un segundo periodo corresponde al desarrollo de Ia forma, En cada va- Ue una gran estructura establece un sistema jerérquico con otras estructu- ras menores, réplicas reducidas de Ja estructura mayor en el momento de mayor difusién y auge del estilo. A esta situacién se llegé gradualmente, A. continuacién se propone una hipétesis para la secuencia de estos aconte- cimientos. Las caracteristicas formales de La Florida, en el valle del Rimac, la ha- cen aparecer como un complejo de uso prolongado, La altura de la piri- mide principal (20 m.), obtenida mediante sucesivas adiciones y remodela- ‘aiones, asi como la existencia de una segunda cancha, en el eje de la pri- mera, aunque sin pirémides laterales, permiten asegurar un prolongado pe- riodo de construccién, Es un edificio muy proporcionado. Fue “eabeza de serie” (Francastel, citado por Bayon 1974) para los edificios de su tipo. Pero también La Florida tiene fechados més antiguos. Patterson (1968) sefiala 1695 + 85 a.C. (Gx-0456) para carbén asociado con cerimica del momen- to y Mejia Xesspe (1977) presenta la informacién recogida por Muelle de tun fechado 1810 + 170 a.C, (muestra N-44, Universidad de Tokio) para restos de ceniza y concha con cerémica, También Mejia Xesspe (1977) da cuenta que en la depresién central 0 atrio de la estructura se encontraron aT ~ | Bs pos Fig. 3. Mapa de los valles del Rimac y Chillén con indicacién de la ubieacién de tas cestructuras con planta en U. ak Fig. 4. Mapa del valle de Lurin, Se muestra Ja Tocalizacién de las estructuras con planta en U. 106 [REVISTA DEL MUSEO NACIONAL XEIV “adobitos” como relleno en Jos muros de piedra. Estos “adobitos” comespon- den a téenicas de construccién posteriores a las fechas seftaladas. Creemos, por lo tanto, poder asegurar que La Florida no es solamente un monum: to temprano sino también de larga historia. Mejia Xesspe (197) ha infor. mado igualmente de la existencia de una ocupacién anterior a la introdue- cin de la cerimica, que sefialarfa una fase de transicién sepultada por el ‘monumento entre las formas de E Paraiso-Salinas y las del estilo desarrollado. Mina Perdida en Lurin (Bonavia 1965) es también una estructura alta, 15 m,, de pendiente abrupta y de depresién central o attio profundo. Pre. senta también numerosas remodelaciones y extensién de la cancha, Bona- via, para este monumento, asi como Mejia Xesspe, para La Florida, han supuesto que el atrio representaba un corte de la época colonial (Bonavia 1965: 9) 0 de “mita de huacas” (Mejia Xesspe 1977: 495) de la misma épo- ca. Bajo este supuesto dedujeron que el material del fondo del corte era cl niicleo de la estructura. Si se interpreta este corte como atrio, el material del fondo ser solamente resto de alguna de las remodelaciones posteriores de la estructura, Especificamente, los “adobitos” mencionados por Mejia Xesspe y los adobes “etibicos", “romboidales” y evasi “énicos” que presenta Bonavia podrian correlacionarse como etapas medias de construecién de am- bas estructuras ¢ indicar su contemporaneidad. La duracién de Mina Per- dida, como monumento central del valle de Lurin, queda también demos- trada por la existencia de una répliea de la misma’a escasos 400 m, al nor te de la estructura principal, Proponemos a Mina Perdida como segundo edificio de la serie, construido segin el modelo de La Florida, y sirviendo a funciones paralelas en el valle de Lurin durante todo el desarrollo del esti. Garagay, en el valle del Rimac, Huacoy (0 San Humberto o Caude- villa, como también se le conoce) y Chocas, en el del Chillin, correspon- den a la segunda generacién de complejos de pirimides con planta en U. A la misma época corresponde Manchay Bajo en Lurin y quiz otras estrue. turas menores. Una vez terminada la obra de nivelacién de canchas y cons truidas las pirémides laterales, los excedentes de mano de obra de cada valle debieron dirigirse hacia la edificacién de nuevas estructuras, Se ha sugeri- do anteriormente que el modelo de los grandes complejos en Uno permite Ja ampliacién de la cancha y que nuevos aportes de trabajo sSlo pudieron dirigirse a Ia remodelacién y ampliacién de las estructuras laterales, Tales obras son de menor cuantia si se les compara con las tareas de movimien- to de tierras y nivelacién que se necesita para las grandes canchas centra- les. Incluso considerando que parte del acarreo de material de ‘préstamo’ Para nivelacién fue conducido por el agua —es decir mediante la condue- ‘eién de aguas de avenida hacia las canchas, para aprovechar los limos y el material de acarreo de las aguas turbias del verano—, la construccién de pozas de asentamiento, los canales de conduccién y las obras de movimiento ‘COMPLEIOS DE PIRAMIDES CON PLANTA EN U 107 de ticrras exigen considerable esfuerzo y numerosa mano de obra, superiores a los requeridos por obras de remodelacién. ‘A la necesidad de dar uso a esta mano de obra excedente se afiade la de acercar el servicio de estas estructuras a los usuarios. El desarrollo del andlisis de ubjcacién (Haggett 1965) pone de manifiesto que tales fuerzas foperan sistematicamente y que generan sistemas jerirquicos de estable mientos y ocupacién regular del espacio. Confiamos en que un mejor andl sis de mapas, referencias y fotografias aéreas permita reconstruir mejor el sistema de ubicacién de los monumentos en U para cada valle. En una tercera generacién vemos que el patrin desbordé el rea mu- clear de Lurin-Rimac-Chillén. Esta representado por los grandes complejos del valle de Chancay. La seeuencia aqui seguramente se inicié en Miraflo- res, contemporinea 0 quizi ligeramente anterior a Garagay. Parece una for- ma provinciana con menos regularidad que sus templos hermanos. Pero pronto aparece San Jacinto, Se ha dicho que la nivelacién de la eancha re- quirié casi dos millones de metros eibicos de movimiento de tierras (30 ha. 0 sea 300,000 m?, con un relleno cuyo espesor promedio tenia 5 6 7 m. de altura). Es una obra gigantesca. Se emprendié con mayor aliento y ma- yor envergadura —como es tipico en obras de arquitectura— para superar y engrandecer los modelos originales, las “cabezas de serie” de los valles all sur. Fue el nivel jerirquico mis alto de un conjunto de establecimientos es- calonados en el valle y fue acompaiado por varias réplicas menores a es casos cientos de metros de la estructura principal (San Ignacio, Huando B). A esta misma fase de expansién, hacia el norte del patrén de comple- jos de pirimides en U, corresponderia la gran estructura de Huaura (San José 0 Chacra Socorro). EI tamafio de la cancha es similar al de San Ja- into. Tiene una réplica en Huayabal en el mismo valle y otra en La Ei pedrada en Supe. Este iiltimo sitio marca el limite norte de la expansién de] modelo. La altura de la pirimide es menor que en San Jacinto, sug riendo menor duracién para el uso de la estructura. Pensamos que fue con truida después de San Jacinto. La iiltima etapa del desarrollo de esta idea arquitecténica estaria re- presentada por Cardal en el valle de Lurin, por las remodelaciones del bra- 20 izquierdo de Garagay (poz0 ceremonial), por la pirimide de doble ci- ma en el niicleo central de San Jacinto. Esta forma proviene de las pi mides con corredor central de Casma (Thompson 1962). Los patios circula- res hundidos son también un rasgo arquitecténico contemporineo, Creemos que en esta etapa el area de Huaura a Lurin estuvo fuertemente influen- ciada por el norte. La fuerza expansiva de los estilos arquiteeténicos nor- tefios sobrepasé el limite de Lurin y leg a Mala. Aqui, en El Salitte, se ‘encuentra un edificio con pozo ceremonial incorporado entre los dos brazos de una pirimide, WValle de Chancay Prenin Thos a, Fig. 5. Mapa del valle de Chancay con la localizacién de los complejos con planta en ULEn Ia cireunferencia mayor se encicrra San Jacinto (Huando) y las estructuras me. rnores que 1o acompanan. (COMPLEJOS DE PIRAMIDES CON PLANTA EN U 109 En la figura 1 se presenta la silueta de todos los edificios considerados dentro de este modelo, a escala uniforme para permitir su comparacién. También se muestra la orientacién y nuestra hipétesis sobre su ubicacién en el tiempo. Esta altima se resume del modo siguiente: Primer periodo Fase 1: El Paraiso Fase 2: La Salina, Salinas, Barbacay Segundo periodo La Florida, Mina Perdida Fase 4: Garagay, Huacoy, Chocas, Miraflores Fase 5: San Jacinto, San Ignacio, Huando B, Cuyo, Huaura, Huayabal, La Empedrada Fase 6: Cardal, San Jacinto (pozo), El Salitre Fase Los grandes conjuntos de pirémides con planta en U fueron complejos agrario-religiosos, vinculados al cultivo ritual de las plantas de mayor interés econdmico de la época. Una observacién minnciosa de todas estas edificacio- nes conduce a las signientes aseveraciones: 1, Todos los conjuntos se encuentran en tierras de cultivo, susceptibles de ser regadas mediante imundacién 0 por canales expresamente construidos. Todos, con excepeién de El Salitre, con una ubicacién tardia en nuestra se- ceuencia, se encuentran actualmente bajo riego y uso agricola (La Florida Jo tuvo antes de su utilizacién como campo de deportes y Garagay fue cul- tivado hasta 1972). 2 Las canchas han sido cuidadosamente niveladas. Se ha incurrido en ex- traordinario esfuerzo para el logro de este fin, como lo demuestra el volu- men de movimiento de tierras de San Jacinto y la enidadosa nivelacion de Cardal. En este lugar, que ocupa una terraza alta del rio de pendiente me- dia, se nivel6 la cancha construyendo terrazas. Las laterales més angostas y la central ancha. La diferencia de nivel es 364m. 3, Todas las estructuras estin abiertas hacia el origen de las aguas y todas tienen una o dos roturas al lado de la pirimide central para permitir el dre- naje de la cancha, Este drenaje y sistema todavia estén en uso. 4. Los cortes realizados por Ravines (1975) en Garagay, en areas alejadas de las construcciones laterales, no han mostrado estructuras sino tierra lim- pia y capas de lodo y piedra. El uso agricola de la cancha no es compati- dle con la edificacién intensa. 10 [REVISTA DEL MUSEO NACIONAL -XLIY 5. Por iiltimo, el tamatio de las grandes canchas no guarda relacién con Ja escala humana. En cualquiera de ellas hubiera podido caber toda la pobla- cin del rea andina central. Se relacionan mejor con el tamafio de chacras y hmertas. Estos templos-chaera, huerlas sagradas, si ése fue su uso, pudieron eul- tivarse comunalmente y con distribucién de semillas seleccionadas 0 por Io menos sagradas para sus agricultores. En cierto modo es un medio excelen- te para perfeccionar los cultivos y para obtener plantas domésticas de me- jor rendimiento. El maiz, en los tiempos tardios del modelo, formé necesa- riamente parte de la célula de cultivo de estas grandes chacras ceremoniales. REFERENCIAS CITADAS BAYON, Damiin LTA Sociedad y arquitectura colonial. Una lectura polémica. Gustavo Gill, Barce= Toa BONAVIA, Duceio 1965" Arqueologia de Luvin, Museo Nacional de la Cultura Peruana, Lima BUENO MENDOZA, Alberto y Terence GRIEDER 1979 “Arguitectura proverimien de Ia slew norte”. Espacio. ARo 1, NP 5, Li HAGGET, Peter 1976" Andlisis locacional en ta Geografia Humane. Gustavo Gili, Barcelona, MEJIA NESSPE, Toribio LOTT “Tmportancia prebstérica ee In Huten Florida en el valle de Lima”. IIT Cone ‘greso del Hombre y la Cultura Andina, Actas y Memorias. ‘Tomo Ul, Ramiro Matos Ea, Lita. MOSELEY, Michael E, 1975 "“Chanchan: Andean AKermative of he Preindustvial City”. Science 187 (4173); 219-295. 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