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Dos décadas de décimas: Glosando Perú en el siglo 21

Philip Pasmanick rumberomenor@comcast.net

3.000 palabras v. 2.6, 10-01-2010

DecimAbstracto

Desde el litoral pacífico


Declaman briosas cuartetas
Glosándolas los poetas
Cual pie forzado magnífico.
Tan elegante y prolífico
Canto tiene su razón.
Afrocriollo corazón,
Terco legado andaluz:
Nicomedes Santa Cruz
Al compás del socabón.

Introducción

Por más que 15 años he tomado como mi obligación ante el arte decimal
que tanto admiro, difundir mis ensayos, estudios, narrativas de festivales,
controversias en vivo y por escrito, enlaces con sitios afines, y sobre todo
unos 60 videos a través de mi blog deciman. Espero haber cumplido mi
autoimpuesto deber de reportar sobre cada festival internacional, con el
ensayo aquí presente y mis nuevos videos. Se lo dedico humildemente a
la décima peruana y a los hombres y mujeres que la hacen vibrar en el
corazón de sus conciudadanos. La musa de la espinela también bendice
al Perú; hasta un forastero se da cuenta en seguida.

Me dirijo sobre todo a mis compañeros decimistas del litoral atlántico y


mediterráneo, por decirlo así. Los peruanos ya saben la joya que tienen y
cómo cuidarla para el día de mañana. Pero ojalá les interesen a todos las
observaciones de este decimaníático internacional.

Como método de estudio, me basé en tres fuentes:

1) mis observaciones en vivo y de mis videos del Encuentro, del 4 al 8


de diciembre de 2009.

2) los decimistas peruanos que han tenido la inmensa generosidad de

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compartir conmigo experiencias, a veces dolorosas y conflictivas,
como exponentes y propulsores de su arte. Gracias César Huapaya
Amado, David Alarco Hinostrozah (quien me invitó al festival), José
Luís Mejía, y Fidel Alcántara Lévano. Todos me explicaron sus
experiencias, a veces con mucho más detalle que fuera apropiado
incluir en este modesto relato. Por eso resumo ciertos conflictos y
discrepancias entre los protagonistas, de manera bastante general.
Prefiero ser impreciso que provocador. Si hay errores, de comisión
u omisión, son míos.

3) Material digital de Milagros Carazas, Octavio Santa Cruz, Daniel


Mathews, Heidi Feldman, otros estudios varios, blogs antológicos y
blogs informativos, y video en cantidad. Confieso que no he leído
los libros fundamentales, ni he hecho las citas de manera
profesional. Puse hyperlinks, y ya. Eso es una instantánea, no una
tésis de doctorado.

Historia Temprana: El Pacífico Negro

Comparado con el “Atlántico Negro” (que incluye el Caribe) el Pacifíco


Negro es una población distinta. Nunca fue muy grande (según Feldman
menos de 100 mil africanos fueron traídos) y los africanos esclavizados
mayormente no venían directamente de Africa, sino habían estado largo
tiempo en otros lugares de las Américas. Ya establecidos en la costa del
Perú en casas particulares y pequeñas plantaciones esparcidas por la
inmensa costa peruana, estaban aislados, no sólo de África, sino de otras
poblaciones de africanos locales y regionales. Por supuesto sufrieron
todos los horrores de la esclavitud. Perdieron idiomas y religiones casi por
completo. Pero quedó un núcleo africano que se percibía más claramente
en su bailes y su música. Y su sensibildad para la literatura oral supo
apreciar y hacer suyo voluntariamente un curioso elemento cultural de sus
opresores: la cuarteta glosada en cuatro décimas.

Criollización

Depués de la emancipación de 1854 y 1855, la población


afrodescendiente empezó un proceso de aculturación rápida a la cultura
criolla de la costa. Muchos afrodescendientes se consideraban criollos,

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asumiendo una identidad más cultural que racial, sin que esta asimilación
les librara del racismo. Compartían, con todos los criollos, muchas
prácticas culturales, entre ellos la fiesta o jarana, con su música y bailes
correspondientes, donde se destacan valores estéticos africanos y un
conjunto de instrumentos de percusión muy particular, sin membrófonos ni
clave, y con guitarra como elemento indispensable. Según Octavio Santa
Cruz en sus propios versos, las décimas las cantaban (o declamaba
sonoramente) en ritmos del “triste socabón”. Afirma además que el
desafío, el contrapunto, y la improvisación eran practicados por los
mejores decimistas a cumplir un largo período de aprendizaje con un
mentor.

Renovación e Identidad

Durante la primera mitad del siglo 20, cuando grandes oleadas de


migración andina a la costa cambiaron la cariz cultural de la costa, y de
Lima en particular, había esfuerzos esporádicos de revindicación de la
cultura criolla en general y en especial la vertiente “negra”. Seguramente
el movimiento literario de la “Négritude” influía también. Este proceso
reivindicativo cundió en 1956 con un espectáculo musical que contaba con
la participación de Porfirio Vásquez, patriarca de una familia preeminente
de músicos y bailadores. Don Porfirio era pretigioso decimista, estudiante
de Higinio Quintana, “El Pozo de la Ciencia”. Destacó el arte decimal
dentro del espectáculo. Era mentor a su vez de Nicomedes Santa Cruz,
que dos años después lo reemplazó en la compañía.

Durante los años 60, el término música “negra” se iba sustituyendo por
“afroperuana”. Se quería revivir las formas históricas, pero quedaba muy
poco y había que recrear, y en ciertos casos inventar, todo un acervo
cultural de bailes, melodías, vestuario, ritmos, y toques de guitarra. La
meta ya no era simplemente montar espectáculos costumbristas; era un
movimiento social ligado a la lucha internacional por los derechos
humanos y los procesos anticolonialistas de África y todo el Tercer Mundo.

En este contexto el landó, hoy tal vez el estilo afroperuano más


emblemático, fue recreado por Nicomedes Santa Cruz y su entorno (su
hermana Victoria y su guitarrista Vicente Vásquez) en base de fragmentos
de movimiento, ritmo, y melodía adqueridos en varias etapas y de
diferentes informantes. (Una vez más, resumo a la indispensable
Feldman). Hoy el landó es el estilo preferido para la improvisación, por lo

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menos dentro del Taller de la Kontroversia. Tiene la cadencia insinuante y
sincopada de la milonga argentina y el seis puertorriqueño, con la libertad
de tiempo que hace tan conveniente el punto cubano.

Antes de proseguir, reconozco que los temas de identidad (criolla y/o


afrodescendiente) y autenticidad (rescate y/o reinvención) son de por sí
controversiales y yo soy el menos indicado para ahondarme en ellos. Se
los dejo a los portadores de la cultura, los investigadores de campo, y los
teóricos definir y pronunciar; yo doy un vistazo y mi reportaje semi-objetivo
y bien intencionado.

El maestro: Nicomedes Santa Cruz

Las décimas de Nicomedes Santa Cruz nacieron en el contexto de los


movimientos socials de los 60. Utilizó el estilo preferido de “pie forzado” lo
que en Perú equivale a glosar una cuarteta o redondilla con cuatro
décimas, donde el décimo verso de cada estrofa es uno de los versos de
la cuarteta inicial. Siguiendo las expectativas vigentes en su medio, donde
el decimista popular raras veces cuenta con estudios literarios, se aleja de
las normas de la espinela, permitiéndose, por ejemplo, rimas asonantes y
rimando plural con singular. Desde el principio de su carrera, empezando
con Ritmos negros del Perú (1957) Santa Cruz escribía con la idea
concreta de concientizar a los peruanos, y en particular a los
afroperuanos, recordándoles de una historia, y un folclor, casi olvidados.
Autodidacta, genio polifacético, comprometido activista, promovía la
décima oral recitado al socabón y recopiló y publicó las décimas de los
viejos decimistas afrodescendientes. Nicomedes Santa Cruz hizo perfilar
la décima. Lleva sus poemas a los estudios de grabacion, a los libros (su
obra fundamental es "La decima en el Perú"), a las universidades, a las
tarimas, y a través de los medios masivos de comunicación llega a
conocerse a nivel nacional e internacional,

Pero nunca ganó el apoyo y la aceptación académica como poeta literario


que creía que merecía, y se fue a vivir en España en 1987, harto de luchar
contra el rechazo de las élites y posiblemente de problemas políticos bajo
el gobierno de Fernando Belaúnde Terry, debido a su apoyo al gobierno
anterior. Murió en Madrid en 1992, a la edad de 67 años, dejando un
legado de gigante cultural. Con su carisma, su extraordinaria voz, sus
estudios, y su compromiso social, Santa Cruz definió para el mundo qué

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es, cómo se ejecuta, y de dónde proviene la décima peruana.

Primeros pasos a la organización nacional:

Gracias a su trabajo intenso de cuatro decadas de incansable promoción,


y la terquedad de los amantes de la estrofa en los rincones del país, esta
“flor de diez pétalos iguales” no se marchitó en el suelo peruano con la
muerte de Nicomedes. A lado de unos noventa decimistas mayores,
apareció una nueva generación de poetas y estudiosos, primero entre
ellos César Huapaya Amado, quien con su tomo "El canto de los siglos"
recopiló cientos de poemas de los decimistas fallecidos que Nicomedes
Santa Cruz no incluyó en su libro, además de difundir la producción de un
gran número de decimistas vivos en plena actividad, de todas las razas y
estratos sociales. Huapaya Amado enriqueció el canon mediante sus
contactos en Chile y Argentina, organiza talleres y encuentros nacionales,
y publica boletines en papel y en el internet, entre otras actividades, y
escribe, cómo no, sus propias décimas.

A finales de 1995 fundió la Agrupacion de Decimistas del Peru (ADEP)


que se reunían en la que era casa de Nicomedes Santa Cruz decimistas
de la “vieja guardia” como Juan Urcariegui (contemporaneo de
Nicomedes Santa Cruz) y poetas de cuartetas como Germán Súnico,
Antonio Cavero, y Roberto Arriola, que adquisieron la décima en la ADEP.
Se sumó una nueva generación de aprendices, entre ellos David Alarco
Hinostrozah, Renato Cisneros, y José Luís Mejía Huamán. Bajo la
presidencia de César Huapaya Amado desarrollan actuaciones,
organizaron encuentros nacionales e internacionales, y llevan a cabo una
“Maratón de la Décima”. Es la primera organización que agrupa a los
cultivadores de la estrofa en el Perú, y la conduce a presencia nacional.

Una crítica tan contundente como constructiva

La producción de material impresa era poca pero la ADEP editó un folleto


de poemas a Nicomedes Santa Cruz que llegó a manos del decimista
cubano Francisco Henríquez. En 1997 o 1998 Henríquez escribió desde
Miami una carta a José Luís Mejia con fuertes críticas formales del folleto
de la ADEP y de la poesía del mismo Nicomedes. La carta fue leída en
una reunión de la ADEP y según personas presentes, la tertulia quedó en
absoluto silencio, abrumada después de lo que había sido un profundo
llamado a la atención. Algunos de los miembros aceptaron esta

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rectificación y pulieron sus décimas, mientras otros consideraron la carta
“muy ortodoxa” y una imposición foránea que no concordaba con la
tradición peruana.

Otra discusion que se surgía en el seno de la ADEP tenía que ver con las
diferentes perspectives de los escritores de la décima y los oralistas. Y los
mismos poetas orales se dividían entre los declamadores de repertorio (la
mayoría) y algunos jóvenes impestuosos, sobre todo Alarco, que
promueven el canto, el contrapunto, y la improvisación, e insiste en la
métrica exigente de la espinela clásica, la raíz de la décima en todas sus
manifestaciones.

Siguió la ADEP hasta 2000, cuando se colapsó bajo el peso de las


tensiones existentes, críticas polémicas a Nicomedes Santa Cruz,
percibidas faltas de respeto, diferentes criterios sobre la reclamada
identidad afroperuana de la décima, y aparentemente los celos, luchas por
el protagonismo, y roces inevitables entre personalidades fuertes, sobre
todo los artistas.

César Huapaya Amado cesó como Presidente, y sigue ateniendo sus


tareas (que abarcan no sólo la decima sino educación de adultos y otros
compromisos sociales) por otros medios. Sigue siendo hasta la fecha la
máxima autoridad de la décima en el Perú.

Mientras tanto el decimista Pedro Rivarola, siendo todavía ADEPto, fundó


su propio grupo de décima de la usanza tradicional (declamar pies
forzados, dramáticamente y de memoria). Formados como “Los Calleros
de la décima” montan numerosas presentaciones y se mantienen activos
aún después del fallecimiento de su fundador. En 2003, por su parte,
David Alarco formó “El Taller de la Kontroversia” para promover, entre
otras metas, la improvisación en la manera habitual en el resto de la
hispandad (un estrofa a la vez), la ampliación de temas, y el canto en
landó; en fin, una renovación radical y una ruptura con el modelo que
plasmó Nicomedes Santa Cruz como único punto de referencia para la
décima en el Perú. Es precisamente el Taller de la Kontroversia que me
invitó a participar en su Primer Encuentro en Lima en diciembre de 2009
como ponente y decimista, tema que trataré más adelante.

Aparte de estas agrupaciones, es notable el intensivo trabajo de creación,


promoción, actuaciones, y educación de varios individuos, Noto por

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ejemplo otro ADEPto, Fidel Alcántara Lévano. Natural de Chincha,
localidad con fuerte presencia afroperuana (y decimista) llega a la ciudad
de Moquegua, lejos de la costa, donde la poesía oral (y mucho menos la
décima propiamente dicha) era casi desconocida. Sabiendo que la
décima no prospera sola—necesita público, necesita contrincantes,
necesita desafío, necesita nuevas generaciones de poetas y estudiosos—
labora hasta formar una pequeña comunidad de cultivadores de la estrofa.
Su copioso decimal y su extraordinaria labor está contado en su web.

Otra personalidad que llama la atención es el joven Omar Camino, un


miembro del Taller de la Kontroversia que tiene su propia carrera musical
como cantautor. Guapo, talentoso, y taquillero, utiliza la décima en
determinados momentos durante sus actuaciones, (por ejemplo, para
presentarse) de una manera muy simpática y digerible. Sus décimas en el
performance que vi eran muy bien recibidas por un público copioso y
joven.

Si bien las universidades nuestras no ponen el interés al fenómeno de la


décima que quisiéramos los decimistas, Perú tiene algunos estudiosos de
altura. Hay museos todavía por explorar y especialistas activos que no he
leído todavía como Groffer Renjifo Arévalo. En en junio de 2005 la
Universidad de San Marcos (Lima) montó un coloquio con lujo de
ponencias sobre Nicomedes Santa Cruz, su obra, y las complejas
cuestiones de identidad afroperuana. Actuaron los Caballeros de la
Décima. Aunque hay entre los decimistas del mundo cierta desconfianza
hacia los “expertos” nacionales y sobre todo internacionales, los coloquios
pueden enaltecer el arte y tal vez generar más respeto entre los
organismos estatales y privados que manejan los fondos dedicados a la
cultura.

El Encuentro

Durante la primera semana de diciembre (días 4-8) el Taller de la


Kontroversia llevó a cabo su “Primer Encuentro de la Decima y el Verso
Improvisado, El Canto de las Campanas, Homenaje a Nicomedes Santa
Cruz”. Participaron:

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Octavio Santa Cruz (Perú)
Fidel Alcántara Lévano (Moquegua) con su esposa
Victor José La Chira Acevedo (Barranca, Lima)
Chalena Vásquez (Perú)
Omar Camino (Taller de la Kontroversia - Perú)
David Alarco (Taller de la Kontroversia - Perú)
Fernando Rentería [guitarrista](Taller de la Kontroversia - Perú)
Ketty Villaverde [cantante](Taller de la Kontroversia - Perú)
Julia Saavedra (Taller de la Kontroversia - Perú)
Antonio Silva (Taller de la Kontroversia - Perú)

Internacionales éramos tres:

Ana Zarina Palafox (México)


Julio Micolta Cuero (Ecuador) con su esposa Pilar
Philip Pasmanick [servidor y autor de la presente] (EE.UU.)

Muchos más fueron invitados y no participaron por una serie de razones,


en muchos casos fuera de la voluntad de los poetas.

Actuamos en el Centro Cultural de España [CCE] (con un grupo folklórico


criollo de la Universidad Católica), Villa El Salvador, Comas, y La Perla.
Hicimos varios talleres tambien y estuvimos en fiestas (casa de David
Alarco) y peñas (La Casa del Pisco, y el Centro Social Cultural Musical de
Breña donde tocaban valses divinamente). Tuvimos públicos pequeños
pero leales, sobre todo el La Perla (El Callao) donde esperaban
pacientemente mientras se traía y montaba un equipo de sonido y luego
escucharon atentamente hasta el final a pesar de un viento glacial. Y en
el CCE, vaya el coro que se formó entre el público, que cantaron nuestros
estribillos de rumba. landó, y son con gran entusiasmo y musicalidad. Allí
gozamos de un teatro pequeño pero completito, muy cómodo, con
excelente sonido y luz. ¡Qué lujo! Y cumplimos exitosamente con un
programa muy variado y ambicioso.

Como suele pasar en los encuentros de decimistas, los momentos más


sublimes sucedieron fuera del escenario; en este caso, en una tardeada
encantada en la casa de David Alarco. Se descató una serie de décimas
improvisadas por peruanos e invitados internacionales en landó,
resaltando la naturalidad con que la cadencia de la décima se adopta a
este ritmo. Las estrofas tenían como tema la luna de miel del poeta

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ecautoriano Julio Miculta Cuero y su esposa Pilar y provocaron risas y
aplausos.

Montar un festival con participación nacional e internacional requiere


recursos importantes: personal especializado, dinero, y apoyo directo de
las universidades, los medios masivos de comunicación, algun ministerio.
El Taller de la Kontroversia logró un éxito importante. Con un modesto
presupuesto concedido por el CCE, se juntaron en Lima decimistas
peruanos tradicionales con los innovadores del Taller de la Kontroversia.
Ojalá sea sólo el primero de muchos encuentros internacionales. Perú
sigue relativamente aislado del mundo decimístico, y los intercambios
entre los décimistas de la Gran Hispandad siempre son fructífros y
edificantes.

Por lo visto, la décima sigue vigente en el Perú. Si bien el repentismo es


muy poco frecuente (David Alarco solo puede nombrar cinco
improvisadores de décima en el Perú, con varios niveles de capacidad:
Antonio Silva García, Omar Camino, y Segundo Robles en Lima, José
Luis Mejía (reside en Indonesia, vaya Ud. a saber) Miguel Reynoso en
Chiclayo y Daniel Valenzuela de Chincha) hay casi un centenar de
decimistas que practican el culto de la espinela de su manera, por el amor
y satisfacción que engendra la estrofa entre sus acólitos. Si bien mucha
gente menosprecia la décima, o simplemente la ignora, siempre hay gente
que la sabe apreciar. A pesar de las tensiones entre algunas de sus
luminarias, viven y dejan vivir, y muestran todos un cariño inquebrantable
por la décima y sus idiosincráticas expresiones peruanas. Es un mundo
muy pequeño pero completo y dinámico, dialéctico se podría decir. Hay
tradición arraigada, hay estudiosos serios y comprometidos, hay público
entendido, hay cultivadores leales al legado de Nicomedes Santa Cruz, y
hay creadores experimentales: en fin, hay futuro.

FIN

Agradeceré sus comentarios y sugerencias.


-- Philip

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