You are on page 1of 2
Las nuevas adicctones manos que realizan su accin can una fuerte excitacién sexual, coneluida en ac: nes con un ergasmo, Otras emprenden su aventura movides por el odio o el desea de vengarse del gran almacén o del propietario del local, por el ansia siidica de humi- Marla o por el afin de canquistar el placer proporcionade por Ja infraccién de la norma o la transgresién de lo probibido, Las menos eréticos y agresivos pueden actuar alentados tan sdlo por la bisqueda arriesgada de nuevas experiencias, Los de personalidad mas camplicada o de tendencias masoquistas desafian el riesgo con la recéndita esperanza de ser aprehendidos y castigados. Algunos actos cleptémanos obedecen a la secreta finalidad de sustituir a una tendencia suicida o criminal. Todos ellas confluyen en un eslabén comin: la gana desorbitada de adquitir algo sin dar nada a cambio, mas bien descompletando © castrando a otro, El caricter lidico-infantil puede desempeftar un papel en la accién cleptémana, como si fuera una actividad regresiva c inmadura, tal come indican desde Francia Biéder, Callens y Alealay (2001). En suma, la cleptomania es una encrucijada donde coniluyen vivencias de sexo, de agresividad contra las otras 0 contra si y de juego. Alcabo de un breve tiempo de haber realizado su accion, muchos cleptémanos son invadidos por los autorrepraches, El sentimiento de culpa adquiere en algunos de ellos canta fuerza que les lleva a buscar alguna forma de castigo compensatoria, Baja esta presion de la autoculpabilidad se produce, en algunas ocasiones, el caso del clep- témano que trata deliberadamente de ser eapturado por la justicia o ineluso se entre- gaa ella. E] cleptémano se siente coma una persona con anomalias que no puede contro- larse © incluso como un enferma, pero no como un ladrén @ un delincuente. Le asis- te plena cazén para orientar asi su autoconocimiento. Sobre todo existen dos datos difcrenciales entre ¢l cleptémano y el delincuente del robo o del hurto: por un lado, el comportamiento no del todo voluntario y desde luego no libre en el primer caso, y voluntario y libre en el segunda; por otro, fa dusencia de dnimo de lucro, la que lleva al clepromane a apropiarse de abjetos desprovistos de uso prictico, tales como una picza mecanica suelta o una chucheria, a de cosas de escaso valor material, como un libro, unos guantes, una lata de conservas, 0 un articulo de merceria, en tanto que los abjetos robados se cligen a tenor de la utilidad ¥ del precio en el mercado. Por regla general, el cleptomano accia solo, sin el apoyo de nadie. No le gusta tener cémplices, pero ello na significa que disponga de un yo s6lido, Su debilidad personal queda patente euando al ser descubierta se derrumba, abrumado por la vergiienza y el arrepentimiento, entregandose a un desconsolade Manto, a la vez que se deshace en excusas atribuyenda su accidn a una enfermedad o a alga incamprensible que le ocu- rre. Unos pacas, los mas firmes, sacan fuereas de flaqueza para recurrir cn esa apura- da situacidn a la amenaza de aemar un eseindalo o suicidarse, El asunto suele arre- glarse de momenta con facilidad por la buena disposicién de los servicios de seg dad del comercio, siempre que lo sustraido no sobrepase los ciento ochenta euros, que es el limite establecido por el Codigo Penal espafiol entre la falta y el delito, Algunos cleptomanas opecan de improvise, sin premeditacién, cuando se sienten arrebatados por la tentacin durante la visita a una tienda o a un almacén dénde se si 186 La adiceién a ta compra encontraban con ef propdsito de comprar, En el otro polo se hallan los cleprémanos que acuden al lugar de los hechos debidamente preparados, tal vez con un abriga amplio, una ropa provista de falsos bolsillos o uma faltriquera especial. Con el riem= po, los cleptémanos sustituyen cada vez mas la improvisacién por el maneja de recur- sos de apoyo. Pero nunca llega su premeditacién a cuidar los parmenores y a organi- zar su accion con el detenimiento que es habitual en el profesional del robo. La conducta clepromana se repite con intervalos extremadamente variables de unos casos a otros y atin denteo de la misma persona. Mientras algunas veces la sus- traceiéw de objetos ocurce sélo de vee en enando, hay clepeésianos que secesitan apropiarse de algo casi todos los dias. En tanto que la adiccién cleptémana sc halla mucho mas extendida cn los paises desarrollados, la cleptocracia, el robo desde el poder o el imperio del robo, resulta casi un impcrativo de sobrevivencia tercermundista, toda yer que catés palses son una facil presa para los politicos carentes de honradez. La tasa de prevalencia de la clep- romania suele calcularse muy a la haja, ya que la mayoria de los enfermos de este tipa no son detectados. El conocimiento de la casuistica clept6mana es mas clinico que epidemiolégico, Galdman (1991) se aventura a sefialar que la tasa de prevalencia de cleptomania en la poblacién general adulta de las sociedades occidenrales es del 0,6 por ciento, Entre los sujetos detenidos después de un hurto 0 un robo el indice de clepromania se muestra tan variable, entre el o y el 24 par ciento, que resulta nada fiable. Desde tiempo inmemorial se sabe que la mayor parte de los cleptémanos son satje- res y que las mujeres frigidas son Jas mas valnerables, Con frecuencia figuean en sus antecedentes una infancia teaumatizada (privacién afectiva, malos tratos, abusos sexuales, violencia familiar) o dificultades para su plena integracién social (frustra- ciones, fracasos, desengaiios, estreses de diverso tipo). En las mujeres clepromanas intervienen factores causales de la misma estirpe que cn la adiccién a la compra, acompanados de antecedentes infantiles traumaticos y de unos rasgos anomalos de personalidad y situacion mas accntuados, Casi siempre esté presente un trastorno de personalidad (psicopatia, limite, narcisista, neurética o histridnica), El componente histriénico acompafiada de mecanismos autorrepresivos 0 disociatives sucle ser una de las claves de la personalidad de la mujer cleptomana. Las interpretaciones psico- dinamicas de la practica cleprémana femenina insisten en considerarla come un acto motivado por el camplejo de castracién o por la envidia del pene. La cleptomania suele iniciarse en la adolescencia, por tanto varias aiios antes que Ja adiceién a la compra. Ambes trastornos son mucho més frecuentes en las mujeres que cn los hombres, lo cual, segtin Hadgson y colaboradores (2500), puede reflejar simplemente un estereotipo cultural. Sus manifestaciones se activan alrededor de la menstrnacién, sobre todo durante el premenstruo o el menstruo, asi como durante el embarazo. Ya la psiquiatefa del siglo xx valoraba las crisis fisiolégicas especificas de la vida genital femenina come momentos propicios para la aparicién del impulso de robar o huitar. El cleptémano tiene casi siempre un nivel financiero satisfactotio, mientras que su instruccién escolar es muy variable, 167

You might also like