You are on page 1of 4
i Las adicciones sociales 1. La Psicopatologia del siglo xxi Las adicciones sociales patolégicas se extienden coma una epidemia en las sacie- dades occidentales desde las pastrimerias del siglo xx, Hasta hace treinta o cuarenta afios sc reconocian sélo casos esporadicas de adiecién, algunos de cllos hombres ere- ativos famosos, como Dostoiewski y Géngora que eran ludépatas; otros, personali- dades histéricas, como los reyes Carlos W/I, bulimico, y Felipe IV, scxoadicto, y hasta ciertos personajes literarios, en la linea de madame Bovary adicta a las compras y del adicto hiperFigico que descuclla cn la obra de Oscar Wilde La importancia de Ma- marse Ernesto por teaccionar con tremendas ganas de comer cuando se sentia embar- gado por una emocion negativa. La acumulaci6n epidémica de casos de enfermedad adictiva social en las tres lti- mas décadas en Occidente, nos permite presentar a este vasto sector cultural del mundo moderno come una civitizacion adictiva, siempre que entendamos por civil zacién el conjunto de caracteristicas comunes de las sociedades mas evolucionadas. Camo los componentes de la civilizacién occidental mas responsables de la propen- sin contemporanea al enganche adictive paralagica por el alimento, el sexo, la com- pra, el juego, la televisién, el trabajo e internet —tales son los abjetos de adiecién social mais importantes—, figuran la alta incidencia de ciertas situaciones aflictivas como las del disteés fel estrés abrumador y distorsionante) y la soledad, la degeada- cin de la familia, la inusitada extensién de la enfermedad depresiva en los géneros masculino y femenino a lo largo de toda la vida y la gran disponibilidad de los obje- tos adictivos como no podia ser menos en fa llamada cultura de la opulencia. La gente actual busca con ansia relajarse mediante los objetos adictivos mencio- nados para escapar de las situaciones de soledad, de vacio o inactividad, o de un abru- as Las nuevas adicctones mador estrés cronico, y lo hace sin contar a menudo con un respaldo sociofamiliar suficiente y tal vez bajo la presién de un sufrimiento depresivo. En estas condiciones displacenteras © aflictivas, la evasion despierta una irrupcién de jGbilo tam intenso como si fuera unas veces el encuentro can el amigo afiorade, ¥ en otras ocasiones la liberacién de la pesada carga socioprofesional habitualmente soportada, donde queda incluida fa exoneracién de la rigida programacidn a la que hoy estamas somecidos casi todos los occidentales y los oceidentalizados. A su vez, las vivencias de encuen- tro y de liberaciéa constituyen los momentos psiquicos dotados de mayor capacidad fascinante para el enganche adictive quimico y social. Creo haber demostrado de modo suficiente en mis trabajos sobre el alcoholismo que cl cambio personal vivido como una liberacién 0 de las adicciones alcohélicas modernas. Recurro a este ejemplo por ser algo archico- n encuentro al ingerir alcahol cs la clave de una gran parte nocido, ya que cn otros aspectos las adicciones sociales y las quimicas ofrecen nota~ bles diferencias. Los bebedores mas propensos a volverse alcahélicos son, frecuente- mente, los que viven los efectos del alcohol en una de estas dos orientaciones: coma un reaseguramiento personal que les facilita el encuentro con fos demas en unaatmes~ fera de amistad 0 como una desinhibicién que les permite sentirse liberados de la sobrecarga emocional previa. Sin periuicio de que més adelante expongamos con mayor extensi6n las caracte- risticas comunes de las enfermedades adictivas sociales, también denominadas adic- ciones so mo el sindrame adictivo social, vamos a presentar aqui una sinopsis de sus datas definidores (Esque- ma 1). De este moda, el lector puede disponcr a partir de este momento de una espe- cie de briijula para orientarse en los nuevos territories patolégicos que nos propone- mos escudrifiar, ales mérhidas 0 patoldgicas, y su conjunt englobada \Caracteristieas psicopatologicas del sindrome adictivo social Organizacién existeneial centrada en una apetencia incontrolable de! objeto. Conducta pasesiva del objeto mediante un acto impulsianal, o sea, realizacién de una pulsién con un antes y un después, |G Recompensa positive, vivida camo una autoerealizacién, y negative, en forma de relajacién, acompaiadas de un retuerze dopaminécgion, J. Repeticidnm de fa conducta imputsional con intervals na demasiada largos. Efectos negativos sobre el individuo y su entero sociofamiliar. Esquema 1 Las nuevas adicctones impropiedad en sus dos fracciones terminaldgicas: lo que se Hlamaba toxicomania no era una intoxicacién ni encajaba en Ia polisémica palabra manfa, cuya acepeidn popu- lar es la de una idea fifa © una conducta extraiia y en su acepcidn cientifica se emplea para nombrar el cuadro hipertimico (cuadro clinico contrapuesto al de ka depresién}.. Se ha podida comprobar no hace demasiado tiempo que en realidad el términa adicciéit arranca del Medioeva y proviene de un viejo vocablo juridico francés, eser to igual que el término inglés, es decir, addiction. Como han puesto de relieve varios autores ftanceses, entre ellos Fernandez y Szrulman (1997) y Pedinielli, Rouan y Ber- tagne (1997), la adiccidn era siglos atris en su pais una severa sentencia juridica que disponia el sometimiento en prenda a su acreedar de un reo condenado a causa de una deuda de dincro no liquidada. Por lo general, cl bencfctario era el scfior feudal y el somerido un vasallo suyo. En caso de no devolverse el dinero, esta sentencia pres- cribia que ¢l entrampado se convirticse en esclave del denunciante, condicién trams- mitida incluso a sus ascendientes y descendientes. Harto curioso es el trayecto de esta palabra adiccién que ha evolucionade del yocabulario juridico obsoleto francés al léxico actual de la salud inglesa y de aqui se ha vertide al espaol, alcanzando una gean fortuna en la literatura cientifica y popu- ar, aunque no en la nosografia, Pero la cuestién filolégica no quedaria sin sambras si no especificasemos que los juristas franceses habfan tomado esta vieja palabra del yocabla latino ad-dixre, que significa adherirse 0 someterse, 3. El cireulo nosografico de las adicelones ticas definidoras de todo pro- les patoldgicas forman un cér- La descripeién ya mencionada de las cinco caracte ceso adictivo apoya la tesis de que las adiceiones soci culo nosogrdfico independiente, compartido, hasta cierto punto, por las adic quimicas. Como puente entre unas adicciones y otras opera cierta forma de las adic cioncs alimentarias, cn las que el individuo devora con avidez algunos alimentos que le proporcionan una ripida elevaci6n de la tasa cerebral de endorfinas, de serotonina de otras neurotransmisores. Para dar nombre a esta agrupacién de enfermedades distinras a todas las ribricas que figuran hoy en la nosografia (clasificacion dle emfer- medades), puede hablarse, de igual manera, de sindrame adictivo o de grupo de enfer- medades adictivas. Lo que si conviene dejar bien establecida es que estas enfermeda- des son afecciones importantes, progresivas, contagiosas a través de la canvivencia y causantes de importantes sufrimientos y riesgos, entre los que sobresale la frecuente determinacién de un estado depresivo. Los dos sistemas clasificarorios de las enfermedades mentales mas extendidas, el estadounidense DSM-IV (Diagnostic and Statistica! Manual of Mental Disorders, en su cuarta y iiltima edieién) y el de la Organizaciém Mundial de la Salud conocida como ICD-r0 {Interzational Classification of Diseases, en su décima y mas reciente versidn), no contemplan la serie de las enfermedades adictivas como un efrculo pato- légico auténomo, ni siquiera hacen mencién del termine adiccion, Los comporta- 20 Las nuevas adicctones Ja voluntad, la realizacién de deseos avalados 0 no por la voluntad mediante un com- portamiento no contralado, cuya autoria corresponde a un sujeto adulto y madura con un patron de salud mental normativo, es un acontecimiento excepcional. La limi- tacin consustancial al ejercicio de la libertad interior se mantiene en su grado habi- tual en las relaciones mantenidas por una persona con cl abanice de los objeras que constituyen para ella una affcién. Esa partir del momento en que la aficién a un abjeto oa una actividad se trans- forma en una necesidad cuando puede comenzar a hablarse de la presencia de una adiceién. La existencia. centrada 0 polarizada en una adiccida, o sea, la subordinaciéa del individuo al logro de un objeto o a la realizacién de una actividad constituye el dato definidor de la existencia adictiva, La matriz de la existencia adictiva es, por tanto, la relacién de vasallaje o esclavi- tud mantenida por el individuo con un objeto quimico un acto social, Una relacién que implica la pérdida de la libertad interior con relacion a tal objeto. El vinculo adic- tivo constituye, en la perspectiva fenomenolégica, un virculo autoritario, El profesor de psiquiatria de Paris Yves Pélicier (19%7) lo expresaba con nitidea: « Cuando wi si tema incluye wn objeto totalitario, el bombre deja de estar en situactin para conver- tirse ex el servidor del objeto. El cousumidor es comsumidax. La entrega a un apoyo demasiado intensa en un abjeto es una pauta de conducta propia de la edad infantil. La dectrina psicoanalitica condueida por la pluma de su fundador, Sigmund Freud, ha deserite Ia actitud infantil como una postura de apoya en ef objeto (en alemén, Avlebneng), La literatura psicoanalitica de lengua inglesa se encargaria después de dar una forma culta a este término aleman al traducirle por el extraio sustantivo anactisis (del griego, apoyarse en, acostarse sobre). El adjetive «anaclitico» se ha convertido cn una palabra comin cn la terminologia psicoanal ca al uso. Por consiguiente, la matriz adictiva también puede considerarse como una ligazin de tipo anaclitico, lo que reporta la ventaja de hacer constar de modo expli= cito la presencia de un cierto grado de regresion infantil en la mentalidad del enfer- mo adictivo, Resulta dificilmente concebible que una persona haya sido absorbida por el objeto adictive sin el concurso de la debilitacidn personal suscitada por la inter- vencién de elementos infantiles regresivos. La patologia adictiva originaria y fundamental se concentra, pues, en la relacion autoritaria con el abjeto, al medo infantil, come si fuera el cordén umbilical del indi- viduo, Se trata, desde luego, de una relacion wyilateral, expresada a titulo exelusiva en la realidad psiquica del individue, ya que el objeta, como es abvio, actiia, pero na reacciona. La expresién mental adictiva se configura como una apeteneia del objeta lalimento, sexo, compras, alcohol, ete.) que ademas de ser excesiva resulta dificil o imposible de conteolar, concepro que coincide con el de eraving manejado en los 0 hajos britdnicos y estadaunidenses a propdsito de las adieciones quimicas La intensidad excepcional de la apetencia o deseo del objeto adictivo proviene de que arranca de una base mixta integrada por una atraccion espontinea involuntaria y una elecciéa plasinada como un acto de voluntad ejercido sin freno, dato al que ya anteriormente nos hemos referido, La voluntad que se inclina de un mado resuclto 24

You might also like