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sala IV(CNFedContenciosoadministrativo)(SalaIV)
Fecha: 24/02/198
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Partes: Espacio, S. A. c. Empresa Ferrocarriles Argentinos
Publicado en: LA LEY 1987-D, 309, con nota de Guido S. Tawil - DJ 1988-1, 56
SUMARIOS:
TEXTO COMPLETO:
II. Que la demandada ha sido estructurada con miras aprestar una actividad
que naturalmente puede ser desempeñada por los particulares. Desde este
enfoque, se trató normativamente de darle agilidad comercial, y por propio
sometimiento, se la excluyó de las estructuras administrativas públicas del
Estado. Prueba de ello es su estatuto orgánico creado por la ley 18.360. El
art. 1º dice que Ferrocarriles Argentinos tendrá la capacidad de las personas
de derecho privado con autarquía en el ejercicio de su gobierno
administrativo, técnico, comercial, industrial y financiero, de conformidad
con las normas de los Códigos Civil, de Comercio y de la ley citada. En su
art. 15 y, para recalcar su condición de persona estatal que renuncia a la
aplicación del derecho público en lo relativo a su objeto, se deja
expresamente sentado que en sus relaciones con terceros, Ferrocarriles
Argentinos se regirá exclusivamente por el derecho privado, agregándose
que se consideran terceros no solamente las personas jurídicas privadas,
sino también el Estado Nacional, provinciales y municipios, cuando actúen
como personas de derecho privado.
Sin entrar a valorar las expresiones jurídicas de la ley que parecieran que
en algunos aspectos quisieran resucitar la superada doctrina de la doble
personalidad del Estado, es bueno recalcar que, éste, creador y propietario
de esta Empresa, lo ha estructurado con fines comerciales, para funcionar
sometido al derecho privado, sometimiento que tiene su fundamento en
razones políticas, no revisables jurisdiccionalmente, y de competencia
exclusiva de los otros dos poderes. Con esto no quiero insistir en que en
este nivel no interesan las bondades del sistema y la conveniencia o no de
separarla del aparato burocrático. En el caso traído a estudio se debe nada
más que hacer una valoración objetiva de las normas a las que
voluntariamente se ha sometido al Estado al crear esta Empresa Comercial.
Por eso estos actos, que vinculan al directorio de la demandada con los
particulares, como los tratados en este caso, suponen una relación de
coordinación, la que se traba en un plano de igualdad.
I. Voy a disentir con la opinión de mis colegas, pues considero que ello
conlleva a un excesivo rigor formal. Cierto es que algunas formas tienen
sentido en el derecho (v. gr. aquellas que hagan a una cuestión sustancial
-reclamo previo, defensa en juicio, etc-), pero en el caso, la negativa de
analizar la solución de fondo en el presente pleito, por problemas formales,
entiendo que es un mero ritualismo, desde que la cuestión ya está debatida
en autos y la demandada no ha alegado cuestiones que hagan a una
necesidad de mayor debate.
II. Ya he sostenido (causas 8531, "Gas del Estado" del 26/III/85 -Rev. La
Ley, t. 1986-A, p. 229-; 8135, "Transportadora de Caudales Zubdesa" del
4/VII/85; 12.908, "Prieto de Zárate" del 19/XII/86; 12.106, "La Buenos
Aires Cía. Arg. de Seguros c. Petroquímica Bahía Blanca" del 4/IX/86, entre
otros que el tipo de personalidad -pública o privada- que se otorgue a un
ente, carece de importancia para determinar el derecho aplicable, pues para
esto, ha de estarse a la concreta relación jurídica que vincula a las partes.
Los ejemplos de una persona jurídica puplica a la que se aplica el derecho
privado y a la inversa son numerosos, y así ha decidido la jurisprudencia
que a la demandada Ferrocarriles Argentinos se le aplica el derecho público
(CSJN, "Empresa Ferrocarriles Argentinos c. Papadópulos" del 26/IV/84;
E.D., t. 118, p. 614 -Rev. La Ley, t. 1984-C, p. 45-; CNFed.
contenciosoadministrativo, sala III; "Nuñez" y "Mora" del 25/XI/86;
Procuración del Tesoro, "Dictámenes", t. 129, p. 108).
IV. La relación que une a las partes está preferentemente regida por el
derecho privado; la propia actora hace mención en su demanda al carácter
exclusivamente comercial de los locales y surge, por lo demás, de expresas
cláusulas del pliego que rigió la presentación y adjudicación a la actora.
Por ello en éste, como en otros casos, no es tarea simple determinar -en
una sumarísima acción como la de amparo- cual es el derecho
preferentemente aplicable -desde el momento en que son raros los casos en
que rige exclusivamente uno de ellos- pero aunque lo fuera el derecho
privado -como "prima facie" parece ser en el caso de autos- la cuestión, a
mi entender, pasa por el problema de la incompetencia de los tribunales del
fuero, más no por la improcedencia formal de la acción intentada.
b) Que Ferrocarriles es un ente estatal y que como tal, "más allá del grado
de descentralización del que goza, integra la organización administrativa del
Estado" (doct. CSJN, "Martínez Suárez de Tineyre c. A.T.C." del 20/V/86
-Rev. La Ley, t. 1986-E, p. 605-) atento el servicio público que presta, no
parece dudoso. Siendo así, aunque estuviere calificada como una persona
jurídica privada o aunque la concreta relación jurídica se rigiera por el
derecho privado, no parece posible encuadrarla dentro del concepto de un
"particular" como establece el art. 321 tantas veces citado, excepto que se
dé a este vocablo una amplitud que no parece coincidir con su común ni
jurídico.
La ley de amparo para nada habla del tipo de personalidad del ente autor
del acto cuestionado ni tampoco que, para que sea procedente la acción,
debe el órgano haber actuado bajo el régimen de derecho público. Sólo
habla de "autoridad pública", lo que bien puede predicarse de todo órgano
estatal, pertenezca a un ente con personalidad privada y aunque haya
actuado bajo un régimen de derecho privado. Bastaría para esta
interpretación darle a autoridad ("carácter o representación de una persona
por su empleo... ", Diccionario de la Real Academia, ed. 1970, p. 145) y a
pública ("perteneciente a todo el pueblo", ídem, p. 1078) la simple acepción
del lenguaje común. Que quien dictó el acto que se cuestiona es una
autoridad y que la demandada pertenece al Estado, y por ende a toda la
comunidad no parece discutible.
Lo expuesto sirve para determinar que, por lo menos; existen pautas más
razonables para interpretar que la acción de amparo es procedente para
cuestionar todo tipo de acto de los entes estatales, que aquellos que
tienden a negarle.
Así contra estos entes y en casos como el que nos toca, podría interponerse
la sumarísima vía prevista por el Código Procesal. Si bien serían
competentes para entender en el caso jueces de otro fuero, nada obsta a
que, llegado el caso, decida este tribunal, atento que es un ente estatal el
demandado y a que Código Procesal Civil y Comercial es la ley ritual en
nuestro fuero. Sería una cuestión de competencia pero no autoriza a
desestimar formalmente la demanda porque, a lo sumo, el actor la
denominó erróneamente.
VI. Que es cierto que esta sala ha dicho en la causa "Comarcon, S. A." del 8
de julio de 1986 que la acción de amparo no es procedente, en principio,
para la tutela de derechos que tienen su nacimiento en una obligación
contractual (doctrina, por otra parte de Fallos, t. 254, p. 377; t. 255, p. 58;
t. 258, p. 120; t. 245, p. 449; t. 263, p. 477; t. 291, p. 453 -Rep. La Ley, t.
XXIII, p.1175, sum. 9; t. XXIV, p.1252, sum. 89; t. XXV, p. 29, sum. 53,
Rev. La Ley, t. 98, p. 699, fallo 4342-S; Rep. La Ley, t. XXVII, p. 35, sum.
3; t. XXXVI, A-1, p. 32, sum. 37-)pero se agregaba en el citado fallo que "el
recurrente no alega ni prueba cual es el perjuicio irreparable que le
ocasiona el acto impugnado sino que, por el contrario, afirma que le quedan
todas las vías judiciales para intentar la reparación de una rescisión de
contrato...".
IX. Tal como propongo resolver la cuestión, haría menester que analizara el
fondo de la cuestión planteada, sin embargo, conforme resuelven mis
colegas ello es inútil, pero además inconveniente, puesto que si el fallo
fuera revocado, habría adelantado opinión prejuzgando sobre la solución de
la cuestión debatida. Propongo imponer, dada la índole de la cuestión, las
costas por su orden (art. 68, Cód. Procesal). -Tomás Hutchinson.