You are on page 1of 24

DISCRIMINACIÓN POSITIVA HACIA LA MUJER: CUOTAS ELECTORALES EN

LA LEGISLACIÓN COMPARADA.

Estudio realizado por David Vásquez,


investigador, con la colaboración de
Virginie Loiseau y Mónica Chacón,
documentalistas del Departamento de
Estudios y Extensión de la Biblioteca del
Congreso Nacional.

INTRODUCCIÓN

A pesar de que el principio de no discriminación es uno de los pilares en


materia de derechos de la persona, consagrado en la mayoría de las Constituciones
modernas y en instrumentos jurídicos internacionales, como la Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer1, en la práctica, la
situación de la mujer continúa siendo desfavorable en muchos países debido a
seculares condicionantes culturales y sociales.

Debido a esto, en los últimos años se ha generalizado el concepto de


discriminación positiva2, el cual implica que, en forma temporal y hasta que se
logre equilibrar la situación, las mujeres deben contar con un apoyo institucional que
permita compensar los efectos de la exclusión de hecho que les afecta. Por lo
demás, este concepto se encuentra claramente explicitado en el primer inciso del
artículo 4 de la Convención antes señalada.

1
Aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas el 18 de diciembre de 1979 y
promulgada en Chile en 1989 (D.S. 789 publicado en el D.O. el 9 de diciembre de 1989).
2
Estas líneas introductorias se basan en el documento Las Mujeres y el Poder Político.
Encuesta realizada en los 150 parlamentos nacionales existentes al 31 de octubre de
1991. Unión Interparlamentaria, Grupo Español, Cortes Generales, Madrid, 1992, pp. 107 y
ss.

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


2

Es preciso añadir que estas medidas no han sido necesariamente aceptadas


por igual, incluso, han generado polémica en algunos países de Europa Central
(Simposio Interparlamentario, Ginebra, 1989) los cuales, antes de los cambios
políticos experimentados a fines de los años ochenta, disponían de escaños
reservados para distintos grupos, entre ellos las mujeres, pero en las últimas
competencias políticas electorales las mujeres han resultado perdedoras, pues las
realidades políticas y culturales se han impuesto, concluyendo que las antiguas
medidas protectoras de las mujeres, como eran los escaños reservados, eran sólo
paliativos artificiales para nada internalizados en el electorado.

1.- CUOTAS ELECTORALES

En cuanto a las medidas de discriminación positiva hacia la mujer en su


participación política y, específicamente, en los eventos electorales, tres son los
sistemas en práctica detectados: el sistema de cuotas, el de escaños reservados a
las mujeres y el de nombramientos.

El sistema de cuotas electorales, de acuerdo a lo que sus partidarios


argumentan, permitiría aumentar rápidamente el número de candidatas, generando
así un efecto reflejo hacia otras mujeres, incentivando su participación política.

Por otro lado, hay quienes sostienen que este sistema podría ser
anticonstitucional, al vulnerar principios como el de igualdad de oportunidades sin
distinciones, además de ser manipulado por quienes ostentan el poder en las
instancias políticas partidarias o gubernamentales. Por ello sería fundamental que
las propias instancias femeninas de los partidos o las organizaciones de mujeres
tengan directa injerencia en las nominaciones de candidatas. Al respecto, hay que
señalar que existen 2 tipos de cuotas:

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


3

- La cuota que se aplica a las listas electorales y que por lo tanto afecta al porcentaje
de candidatas mujeres con relación al total de candidaturas.

- La cuota que se aplica al resultado de la elección y que por tanto afecta al número
de escaños que deberán ser ocupados por mujeres, después del escrutinio.

Además, conviene distinguir entre una cuota establecida por la legislación


nacional (Constitución o Ley electoral), y una cuota fijada por un partido político y
recogida por sus estatutos.

2.- COMUNIDAD EUROPEA Y DISCRIMINACIÓN POSITIVA

A propósito de una sentencia del tribunal de justicia de la Comunidad Europea


en 1995, el llamado “asunto Kalanke”, el tema de la discriminación positiva de
mujeres, y específicamente el de las cuotas, adquirió relevancia.3

En efecto, se trata del caso de 2 postulantes con los mismos méritos para
ocupar el cargo de jefe de Sección del Servicio de Parques y Jardines de la ciudad
de Bremen, Alemania, -el señor Eckhardt Kalanke y la señora Heike Glissmann- en
que la decisión final de las autoridades fue aplicar el criterio de las cuotas de puestos
de trabajo reservadas a mujeres, de acuerdo a la ley del Land de Bremen, con el
consecuente reclamo judicial del afectado. Como resultado de la sentencia -que
sentó un importante precedente en torno al tema general de las cuotas- variados
antecedentes salieron al debate, demostrando que sintonizar los derechos
fundamentales de la persona con medidas especiales destinadas a favorecer a un
grupo específico, no resulta sencillo, más aún cuando deben conciliarse legislaciones
nacionales con directrices comunitarias.

3
Rey Martínez, Fernando. La Discriminación Positiva de Mujeres (Comentario a propósito
de la Sentencia del Tribunal de Justicia de la Comunidad de 17 de octubre de 1995, asunto

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


4

Sin entrar en detalles respecto al caso citado, mencionaremos algunas aristas


relevantes para los efectos de este trabajo. La Directiva europea Nº 207 de 1976
establece, en su artículo 2, inciso 1, con carácter general, el principio de igualdad de
trato, que exige la ausencia de toda discriminación por razón de sexo, directa o
indirectamente. Por su parte, el inciso 4 de ese mismo artículo, indica que el
principio de igualdad de trato no obstará a la adopción de las medidas encaminadas
a promover la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, en particular para
corregir las desigualdades de hecho que afecten a las oportunidades de las mujeres.
Esta disposición tiene como finalidad precisa y limitada autorizar medidas que,
aunque sean discriminatorias en apariencia, están destinadas efectivamente a
eliminar o a reducir las desigualdades de hecho que pudieran existir en la realidad de
la vida social. Pero debe interpretarse restrictivamente. De este modo, el Tribunal
Comunitario concluyó que un sistema de cuotas o preferencias reservadas a mujeres
en el acceso o la promoción en el trabajo, igualando numéricamente (como lo
establecía la legislación alemana cuestionada en el proceso judicial), pero lesionando
a cambio el mismo principio de igualdad de oportunidades señalado en el inciso 1 de
la Directiva 207, es contrario al Derecho Comunitario, pues va más allá de ser una
medida de fomento de la igualdad de trato.

Martínez Rey, comentando las resoluciones del tribunal comunitario,


reflexiona:

“...la igualdad no es una realidad objetiva o empírica anterior al Derecho, que


éste sólo tenga que percibir, sino que toda constatación jurídica de la igualdad
implica siempre un juicio de valor que depende de la elección de las
propiedades o rasgos considerados como relevantes entre los que se
compara.(...) El esquema igual/desigual no ofrece respuesta inmediata a los

Kalanke). Revista Española de Derecho Constitucional, año 16, Nº 47, mayo-agosto


1996, pp. 309 y ss.

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


5

problemas, sino que tan sólo abre un margen para el argumentar racional. Por
eso, el contenido fundamental de la cláusula constitucional de igualdad es la
pregunta sobre qué desigualdades son tolerables bajo qué circunstancias.(...)
En el ámbito cultural occidental contemporáneo, la concepción dominante de
la igualdad es la propia de los estados sociales y democráticos de derecho y
cumple, por tanto, una función de libertad (de prohibición de la arbitrariedad),
una función democrática (impidiendo la marginación de minorías aisladas y sin
voz) y una función social (posibilitando no sólo una igualdad de arranque en la
salida, sino también una igualdad de oportunidades)”.

Agrega Martínez Rey que la igualdad de oportunidades (el inciso 4 del artículo
2 de la Directiva 207) no puede considerarse una excepción al principio de igualdad
de trato (inciso 1 del mismo artículo), sino una dimensión necesaria de éste. En
otras palabras, la igualdad de oportunidades de las mujeres es una exigencia que se
desprende de la prohibición de discriminación sexual.

La experiencia histórica confirma que la igualdad de trato estricta entre


hombres y mujeres actúa más bien como un instrumento de conservación del statu
quo, más que como un punto de partida para un desarrollo futuro más igualitario.
Siguiendo al mismo autor, en una situación de desigualdad real y efectiva de las
mujeres, la adopción de un Derecho “neutro” no es una decisión neutral. Leer la
igualdad de oportunidades como una excepción de la igualdad de trato, implica
entender esta última regla como una “cláusula de conservación del statu quo”,
caracterizado aún por la desigualdad fáctica de hombres y mujeres.4

Precisando, el autor distingue dentro de la igualdad de oportunidades, las


acciones positivas que se desprenden como exigencia del derecho de igualdad de
trato y que se caracterizan por ser ventajas concedidas a las mujeres que no
significan simétricos perjuicios para los varones, ni constituyen excepción de la
igualdad, sino, precisamente, su expresión (medidas que tienden a favorecer, por
ejemplo, el equilibrio entre las responsabilidades familiares y profesionales,
organizando el trabajo a medida de la mujer).

4
Ibid., p. 323.

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


6

Por otro lado, se encuentran las discriminaciones positivas, que si


constituirían una excepción a la regla de igualdad de trato, y entre éstas figuran las
cuotas y preferencias, y, de acuerdo al derecho comunitario, serían ilegítimas. La
reserva de plazas –puestos electorales para los efectos de nuestro trabajo, para un
grupo de personas específico, las mujeres–, tiene como contrapartida ineludible el
perjuicio hacia las otras que no pertenecen a dicho grupo (varones). Sin embargo,
para no consagrar el statu quo de que se habló más arriba, debieran tenerse
presentes, aunque con restrictividad y precaución: deben ser medidas tomadas
cuando no exista ninguna otra posibilidad de equiparar las situaciones preexistentes
de desigualdad fehacientemente acreditadas, deben ser materia de ley y de carácter
absolutamente transitorio.

Más adelante, Martínez Rey puntualiza:

“...aunque la regulación de la discriminación positiva respetara todos los


requisitos aludidos, un argumento, creo, impide aceptar su legitimidad jurídica:
la regla de la absoluta igualdad entre los sexos en el ejercicio de los derechos
fundamentales sólo puede entenderse como una regla de irrelevancia jurídica
del factor sexual (...). Es siempre la persona individualmente considerada y no
el grupo social el titular del derecho fundamental y no se puede condicionar el
otorgamiento de ventajas o de perjuicios en el efectivo ejercicio del derecho a
su pertenencia o exclusión de un grupo (salvo que explícitamente así lo
establezca el constituyente)”.

La sentencia Nº 422 de 12 de septiembre de 1995 del Tribunal Constitucional


italiano, sostiene, en palabras de Martínez Rey, que las acciones positivas deben
adoptarse por exigencia constitucional del principio de igualdad sustancial, como
presupuesto del pleno ejercicio de los derechos fundamentales. Pero hay una
frontera más allá de la cual las acciones positivas se transforman en discriminación
positiva ilegítima: cuando dejan de ser presupuestos del pleno ejercicio de los
derechos y pasan a incidir directamente sobre el contenido mismo de estos
derechos, contenido que se garantiza rigurosamente en igual medida a todos los
ciudadanos en cuanto tales.

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


7

A propósito de ello, en Italia ya existía discrepancia con el sistema de cuotas


femeninas en las listas electorales, pues modificaban el concepto de representación
política típica de un sistema de democracia pluralista, que exige un concepto
“igualitario” del concepto de ciudadanía como elemento unificante de las diversidades
existentes en el seno del cuerpo social. De modo que un concepto tal se opone a
cualquier tipo de intervención legislativa que, con el objetivo de compensar y remover
la desigualdad entre los individuos, acabe por crear discriminaciones actuales como
remedio frente a discriminaciones anteriores, de acuerdo a lo señalado por la autora
Giuditta Brunelli, citada por Martínez Rey.5

Concluyendo, el autor sostiene que las cuotas son ineficaces para lograr el fin
de la igualdad de los sexos, puesto que vendrían a reforzar “la ideología de la
desigualdad y a reintroducir problemas de paternalismo”, además del contrasentido
de tomar en consideración como factor de diferenciación de trato, el criterio del sexo,
cuyas diferencias son precisamente las que se pretende abolir. Por lo demás,
muchos grupos de la sociedad que se encuentren en desventaja (grupos étnicos,
minusválidos, etc) podrían preguntarse ¿por qué sí las cuotas respecto de las
mujeres y no de otros grupos? La repuesta en principio es obvia: porque las mujeres
no constituyen una minoría, al contrario, son la mitad de la población y en muchos
países son más de la mitad. Por ello resulta fundamental reforzar la organización del
electorado femenino de manera de hacer oír categóricamente su voz y sus puntos de
vista ejerciendo el poder electoral que les pertenece.

3.- CUOTAS ESTABLECIDAS EN LEGISLACIONES NACIONALES

De acuerdo con los datos de la Unión Interparlamentaria6, en siete países


existe algún tipo de legislación sobre cupos o cuotas: Argentina, Bélgica, Brasil,
Corea del Norte, Nepal y Filipinas y otros cinco –Bangladesh, Burkina Faso, Nepal,

5
Ibid., p. 328
6
Communiqué de presse de l’Union Interparlementaire. Washington, Genève, New Delhi,
le 13 fèvrier 1997, 7 p.

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


8

Uganda y República Unida de Tanzania– reservan asientos a las mujeres en sus


Parlamentos.

Para los efectos de conocer una legislación comparada, nos referiremos a


Argentina, Bélgica y Suecia.

3.1.- ARGENTINA

En Argentina, este tema se encuentra regulado por la ley 24.0127 de


noviembre de 1991 y por el decreto 379 de marzo de 1993.8

La ley referida es una modificación al código electoral que, entre otras


materias, señala en su artículo único:

“Las listas que se presenten deberán tener mujeres en un mínimo de un 30%


de los candidatos a los cargos a elegir y en proporciones con posibilidad de
resultar electas. No será oficializada ninguna lista que no cumpla estos
requisitos”.
Por su parte, el decreto 379 señalado, entrega precisiones respecto a los
alcances de la ley de 1991. Resumamos las más importantes:

El artículo 1 aclara que el ámbito de aplicación de la ley 24.012 abarcará la


totalidad de los cargos electivos de parlamentarios nacionales así como concejales y
consejeros vecinales de la Municipalidad de Buenos Aires.

El artículo 2 señala que el 30% de los cargos a integrarse por mujeres debe
interpretarse como un piso mínimo. Además, agrega que el concepto de cantidad
mínima se regirá por una tabla que señala las proporciones de acuerdo a la cantidad
de cargos a renovar. Así, si los cargos a renovar son 2, el número mínimo de
mujeres candidatas en la lista del partido político, confederación o alianza es de 1. Si

7
Anales de Legislación Argentina, Buenos Aires, LI-D, 1991, p. 3.872.
8
Anales de Legislación Argentina, Buenos Aires, LIII-B, 1993, p. 1383.

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


9

los cargos son 5 las candidatas deben ser al menos 2, si los cargos son 9 las
candidatas deben ser al menos 3, y así sucesivamente.

Hay, sin embargo, un aspecto de esta legislación que motivó algunas


reflexiones. Se trata de la frase “y en proporciones con posibilidad de resultar
electas”. Esto implica al menos dos criterios a tener en cuenta: el lugar en la lista
que ocupará el 30% de mujeres candidatas y en que calidad de candidata postula
una mujer. Con respecto al primer punto, el decreto 379 señala en su artículo 4º que
en la lista de candidatos presentada por el partido o alianza, deberá intercalarse 1
mujer por cada 2 hombres, hasta cubrir el porcentaje mínimo exigido por la ley. En
este sentido, el autor Carlos Rodolfo Leiva considera que la fórmula que más se
adecua al espíritu de la ley es la constituida por 1 hombre, 1 mujer, 1 hombre, 1
mujer, etc., recepcionando de esta manera “el criterio aceptado mayoritariamente por
las mujeres que propiciaron la sanción de la ley”.9 Con respecto al segundo punto,
merece explicitarse que las mujeres contempladas en el 30% mínimo deben ocupar
candidaturas titulares y no suplentes, de manera de tener efectivas posibilidades de
resultar electas.

Otro aspecto que señala Leiva es que en Argentina “la elección de diputados
nacionales, concejales y consejeros distritales se realiza a través del sistema
proporcional por listas completas en las cuales figuran la nómina total de candidatos
titulares y suplentes, cuyo orden de prelación de los mismos debe ser determinado a
su vez por cada partido por intermedio de elecciones internas. El voto, en
consecuencia, es plurinominal, careciendo el elector del derecho a poder elegir a un
candidato determinado, sino que deberá elegir a la totalidad de los candidatos que
figuran en la lista del partido”.10

En las elecciones parlamentarias de 1993 se aplicó por primera vez la ley de


cupos y dio como resultado 33 mujeres electas de un total de 257 legisladores, lo

9
Leiva, Carlos Rodolfo. Obligatoriedad del cupo femenino en las listas de candidatos de las
elecciones nacionales. Revista Jurídica Argentina La Ley, Buenos Aires, 1993, p. 1137.

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


10

cual representa el 12.8% de la Cámara de Diputados. Superior a las 14 mujeres


electas en 1991.

3.2.- BÉLGICA

En mayo de 1994 fue publicada la ley 94-1728 destinada a promover una


distribución equilibrada de hombres y mujeres en las listas de candidatos a las
elecciones.11 La reforma comprendió al Código Electoral, a la Ley de Estructura
Federal del Estado (1993), a la Ley de elecciones del Consejo de la Región de
Bruselas-Capital (1989), a la Ley de elecciones del Consejo de la Comunidad
Germanófona (1990), a la Ley de elecciones del Parlamento Europeo, a la Ley
Orgánica de elecciones Provinciales (1921) y a la Ley electoral Comunal (1932).

La ley señala:

“En una lista, el número de candidatos de un mismo sexo no puede exceder


de los dos tercios del total de cargos a ocupar por la elección, y del número
máximo autorizado de candidatos suplentes. En caso de decimales (desde
0,5) se aproximará a la unidad superior”.

La reforma agrega que estas disposiciones sólo se aplicarán en caso de


renovación integral de la Cámara de Representantes y del Senado.

Esta legislación estableció determinados plazos y metas en el tiempo. Desde


el 1º de enero de 1996 al 1º de enero de 1999 la proporción máxima de candidatos
de un mismo sexo será de 3/4 y a partir de esa fecha será de 2/3. En otras palabras,
las mujeres pasarán de tener un cuarto de las candidaturas en las listas aseguradas,
a un tercio.

10
Ibid., p. 1134.
11
Moniteur Belge, p. 17681 (gentileza de la Embajada de Bélgica).

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


11

De acuerdo a datos de julio de 1996, la Cámara de Representantes belga (150


escaños) estaba compuesta por 132 hombres y 18 mujeres (12%).

3.3.- SUECIA

De acuerdo a la Unión Interparlamentaria, en el artículo 16 del Capítulo 2 de la


Ley Constitucional sobre la organización del Gobierno se establece:

“Ningún instrumento reglamentario, ya sea una ley u otro, podrá autorizar la


discriminación por razón de sexo, a menos que la disposición en cuestión
forme parte de los intentos por establecer la igualdad entre el hombre y la
mujer o haga referencia al servicio militar obligatorio o a cualquier otro servicio
obligatorio”.12

4.- DISCRIMINACIÓN POSITIVA Y PARTIDOS POLÍTICOS13

A continuación presentamos ejemplos de partidos políticos que en sus


estatutos han resuelto incluir una cláusula de cuotas electorales que favorezcan la
participación de las mujeres.

Alemania

En 1988, el Partido Social Demócrata (SPD) decidió fijar cuotas para la


designación de las candidatas a las elecciones para el Bundestag y para el reparto
de funciones dentro del partido. De acuerdo con la reglamentación que debía entrar
en vigor en 1994, hombres y mujeres deberán contar con una representación en los
órganos del partido de al menos un 40% respectivamente. Igual criterio para las
nominaciones de candidatos (as) representando al partido, entrando en vigor a partir
de 1998. A partir de 1994 debía ser de al menos un tercio la cuota, tanto para

12
Las Mujeres y el Poder Político…, op. cit., p. 108.
13
Ibid., p. 121 y ss.

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


12

hombres como para mujeres. Ambas reglamentaciones expirarán el año 2013.


Actualmente (información de 1991) el porcentaje de mujeres entre los parlamentarios
de SPD en el Bundestag alcanza el 16.1%.

El Partido de los Verdes, por su parte, mantiene una representación femenina


del 50% en los cargos internos de la colectividad. Respecto a las candidaturas
parlamentarias, se mantiene la misma proporción figurando hombres y mujeres en
forma alternativa en la lista. El porcentaje de mujeres parlamentarias en la bancada
Verde del Bundestag alcanza el 56.8%.

Estados Unidos

El Partido Demócrata, desde los años 20, considera la participación femenina


en sus instancias directrices. A partir de los estatutos de 1974 se establece que el
presidente y el principal responsable del comité demócrata de cada uno de los
estados deben ser de sexo opuesto. Además, el comité demócrata nacional deberá
contar con un 50% de representación femenina, aunque en ninguna parte se
determina el sistema de cuotas. Asimismo, desde 1980 los estatutos estipulan que la
mitad de los delegados a la convención nacional deben ser mujeres.

Con respecto al Partido Republicano, los estatutos señalan que al menos el


33% de los miembros del comité nacional deben ser mujeres, y en la dirección del
mismo debe haber un presidente y un vicepresidente de sexo contrario.

Ahora bien, ni el Partido Demócrata ni el Republicano aplican cuotas


electorales obligatorias de ningún tipo para el Senado o la Cámara de
Representantes. Sin embargo, organizaciones locales, estatales y nacionales
vinculadas a ambos partidos y grupos de presión femeninos han fomentado la
incorporación creciente de mujeres candidatas. Aunque la confección de listas de
candidatos es un resorte exclusivo de las asambleas partidarias de cada estado, en
el caso del Partido Demócrata, existen reglamentaciones internas que obligan a los

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


13

distintos estamentos del partido a aplicar programas de discriminación positiva con el


fin de promover la mayor participación posible de mujeres, jóvenes y minorías
raciales en las actividades del partido.

El Partido Socialistas Democráticos de América considera una cuota de 50%


en la organización del partido. No tiene candidatos a cargos públicos.

Suecia

En este país, que reglamenta en favor de cuotas para mujeres, no hay


consenso a nivel de partidos políticos. El Partido Conservador, así como la
Federación de Mujeres Conservadoras, está en contra de cualquier tipo de cuota, por
considerar que deben ser las cualificaciones y no el sexo las que deben tener un
papel determinante en la designación de los candidatos. Aún así, en la mayoría de
las circunscripciones electorales, de los candidatos inscritos en las listas del partido
conservador para las elecciones legislativas, la mitad son mujeres.

El Partido Liberal no ha reglamentado acerca del sistema de cuotas, sin


embargo, por recomendación del congreso del partido, se aplica el criterio de un 40%
mínimo de representantes de cada uno de los dos sexos.

En el caso del Partido Social Demócrata, en muchos distritos y órganos


locales se tiene por norma designar un 50% de mujeres para los cargos internos.

España14

El Partido Socialista Obrero Español tiene cuota para mujeres de un 33%


como piso.

14
La información para España y los países que siguen ha sido tomada del documento Una
cuota para las mujeres. Promoviendo la igualdad de género.

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


14

Venezuela

El Partido Acción Democrática aplica una cuota de 30% en favor de las


mujeres.

Finlandia

El Partido Socialdemócrata finlandés aplica una cuota de 50% en favor de las


mujeres.

Francia

El Partido Socialista aplica una cuota de 30% en favor de las mujeres en las
listas de candidatos.

Gran Bretaña

El Partido Laborista aplica una cuota de 40% en la organización interna y


aspira a llevar listas parlamentarias con una cuota femenina de 50% antes del año
2000.

Italia

El Partido Democrático de la Izquierda aplica una cuota de 40% mínima para


ambos géneros.

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


15

5.- INFLUENCIA DEL SISTEMA ELECTORAL SOBRE LA


REPRESENTACIÓN FEMENINA EN EL PARLAMENTO15

Uno de los temas que se discute con mayor frecuencia es el de la relación


entre el sistema electoral utilizado en los respectivos países y la representación
femenina en el Parlamento. Aunque no es posible detectar claramente una relación
causa-efecto entre ambos, en muchos países existe una opinión positiva orientada
hacia el sistema de representación proporcional como mecanismo electoral más
favorable para la representación femenina que el sistema electoral mayoritario. En
este sentido, se sostiene que debido a la permanencia de prejuicios sociales y
culturales, una mujer tiene más posibilidades de resultar elegida cuando figura en
una lista que cuando trata de atraer los votos para ella sola. Aún así, es importante
que los partidos sitúen a sus candidatas en un “lugar elegible” de la lista para evitar
que sólo sean acompañantes electorales destinadas a dar una imagen electoral de
pluralidad e integración femenina.

Dentro de las opiniones recogidas por la Unión Interparlamentaria en su


encuesta mundial sobre las mujeres y el poder político, hay quienes defienden la
alternativa electoral mayoritaria sosteniendo que la decisión del partido, en cuanto a
la circunscripción de la candidatura, constituye un punto fundamental, en la medida
en que a cada partido le es más fácil conseguir los votos en unas circunscripciones
que en otras.

Algunas opiniones, en Alemania por ejemplo, sostienen que en último término,


lo que influye en forma decisiva en el porcentaje de mujeres en el Bundestag alemán
es el procedimiento de nominación y el comportamiento de los electores, y no la
práctica del sistema electoral.

En Australia, por su parte, consideran la representación proporcional como el


mecanismo que ha permitido que los partidos pequeños, los grupos minoritarios, los

15
Las Mujeres y el Poder Político..., op. cit., p.135 y ss.

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


16

independientes y las mujeres puedan acceder más fácilmente al Senado. En cuanto


a la elección de candidatas de los principales partidos, tanto para el Senado como
para la Cámara de Representantes, la cuestión fundamental es determinar si el
partido presenta la candidata en un escaño seguro o la sitúa lo suficientemente alto
en la lista.

En Bélgica disponen de un sistema electoral proporcional y de lista. La


primera de estas características es más bien favorable para las mujeres mientras que
la segunda va en perjuicio de ellas, ya que en las elecciones legislativas los
candidatos se eligen en el orden previamente establecido en las listas electorales.
Por ello muchos electores temen desperdiciar su voto si votan por un candidato o
candidata que ocupe una posición poco ventajosa en la lista, y que son las que, con
frecuencia, se asignan a las mujeres.

En Canadá, por ejemplo, existe un sistema electoral de mayoría simple.


Aunque hay indicadores que probarían que las mujeres tienen más dificultades para
acceder al parlamento (entre otras razones por la dificultad de obtener recursos para
una campaña electoral), esto no sería consecuencia directa del tipo de sistema
electoral. Algunos opinan que los partidos tienden a asegurarse de que en las
circunscripciones donde tienen mayores posibilidades electorales, vayan candidatos
hombres, mientras que dejan a las mujeres en las circunscripciones menos
relevantes.

Hay países como Dinamarca, Grecia, India, Irlanda, Italia, Países Bajos,
Panamá o Portugal que no otorgan importancia al sistema electoral, considerando a
los partidos políticos y sus culturas organizacionales como reales filtros para una
mayor participación femenina.

6.- CONCLUSIONES

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


17

Luego de conocer las legislaciones disponibles, opiniones de expertos y las de


organizaciones dedicadas al tema de la mujer, pueden extraerse las siguientes ideas
finales, teniendo en cuenta que se trata de un tema reciente y en plena discusión
aún.

- Se constata reiteradamente que a pesar de estar consagrados en numerosos


instrumentos internacionales y constituciones, los derechos laborales y políticos de
la mujer se encuentran muy limitados en su ejercicio práctico y especialmente en
su expresión ciudadana y participativa. Las mujeres no están suficientemente
representadas en las instancias de toma de decisiones a nivel comunal o
parlamentario, en cargos de representación popular.

- En consecuencia, se han adoptado diversos mecanismos para revertir esta


situación, desde el nombramiento directo de mujeres para cargos parlamentarios,
hasta la reserva de cupos en las listas electorales de los partidos para las
elecciones parlamentarias.

- Dentro de estas llamadas discriminaciones positivas, en este trabajo se ha


investigado la modalidad de las cuotas electorales para mujeres. Existe consenso
en que este tipo de medidas debe aplicarse con precaución y por un determinado
tiempo, de modo de equiparar oportunidades entre hombres y mujeres.

- Las legislaciones a que se tuvo acceso determinan que los partidos deben reservar
un porcentaje de sus candidaturas para ser ocupadas por mujeres, siendo estos
porcentajes cercanos al tercio del total de candidatos. En el caso de Argentina y
de Bélgica, por ley se ha determinado esta modalidad, consiguiendo en los últimos
años un mayor acceso de las mujeres a los cargos de representación, pero en
ningún caso una proporción de 50% de congresales mujeres.

- En Europa, el tema genera polémica desde varios frentes. Por un lado, las
mujeres organizadas han logrado poner las cuestiones de género en el tapete de

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


18

los temas trascendentes, sin embargo, la modalidad de las cuotas entra


rápidamente en contradicción con derechos esenciales de la persona como es el
de la igualdad de trato y de oportunidades sin consideraciones de sexo, raza u
otras.

Por cierto que en una situación de tabula rasa, tal como lo señalaba Martínez
Rey, la situación de la mujer está desmedrada en relación con la del hombre, sin
embargo, a nivel de legislación europea, se prefiere fomentar las llamadas acciones
positivas que apuntan a reforzar la igualdad de oportunidades de hombres y
mujeres, en términos de modificar situaciones que impidan a la mujer dedicar parte
de su tiempo a la cosa pública, flexibilizando horarios, incentivando una cultura
organizacional en los partidos políticos que proporcione a la mujer la posibilidad de
compatibilizar actividades familiares, profesionales y políticas. De tal forma, las
discriminaciones positivas, han sido adoptadas por los propios partidos políticos
europeos como iniciativas internas destinadas a favorecer la presencia de la mujer en
sus listas de candidatos y en cargos de dirección dentro del partido.

En este sentido, países como Estados Unidos practican este tipo de


discriminación positiva sin legislación de por medio, y también, como el caso
argentino, con una legislación ad-hoc (lo que se asegura es la oportunidad de
participar, no un escaño en el Congreso). Por ello es también importante tener en
cuenta al electorado, pues finalmente la ciudadanía tiene en sus manos la decisión
final, con o sin legislación. Es el caso de los actuales países de Europa oriental, en
que en una situación de competencia libre, las mujeres no fueron elegidas por la
ciudadanía habiendo tenido escaños reservados (no cupos en las listas) por
décadas. Y hay que tener en cuenta que el electorado está compuesto en un 50 % o
más por mujeres. En todo el mundo la proporción es similar. Cabe, entonces,
preguntarse cómo administran las mujeres el poder electoral que poseen.

En esos términos, podemos mencionar el ejemplo de algunos países europeos


(Dinamarca, Noruega, Alemania) que sin legislación tienen los porcentajes de

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


19

participación femenina más altos del mundo. Y más aún Suecia, que como se vio
más arriba plantea en un artículo de una ley general la idea de la discriminación
positiva hacia las mujeres, sin entrar en detalles de cuotas, y es el país con mayor
porcentaje de mujeres en el parlamento en todo el mundo (141 escaños de 349, el
40.4%). La clave ha sido la capacidad organizativa y electoral de las mujeres y las
cuotas que los propios partidos (mayoritariamente socialdemócratas) se han fijado (y
que no constituyen obviamente legislación).

Un tema secundario pero que, para algunos, tiene relevancia para los efectos
de la elección de mujeres es el del sistema electoral. Al parecer un sistema
proporcional sería favorable más que uno mayoritario, pero aún así, el lugar que
ocupen las mujeres en la lista de candidatos es importante desde el punto de vista de
la real oportunidad de resultar electa.

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


20

BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA

1. ARGENTINA. Ley N° 24.012, Código Electoral Nacional - Sustitución del art. 60 del
dec. 2135/83 (B.O. 3/12/91). Anales de Legislación Argentina, Buenos Aires,
Argentina, Tomo LI-D, 1991, p. 3872.

2. -----. Decreto N° 379, Código Electoral Nacional - Participación de la mujer en listas


de candidatos a cargos electivos (B.O. 11/03/93). Anales de Legislación
Argentina, Buenos Aires, Argentina, Tomo LIII-B, 1993, p. 1383.

3. BÉLGICA. Loi N° 94-1728 du 24 mai 1994 visant à promouvoir une répartition


équilibrée des hommes et des femmes sur les listes de candidatures aux élections.
Le Moniteur Belge, Bruselles, Bélgica, 01/07/1994. pp. 17681-17684.

4. INTERNACIONAL SOCIALISTA DE MUJERES (La). Una cuota para las mujeres.


Promoviendo la igualdad de género. Londres, Agosto de 1995.

5. LEIVA, Carlos Rodolfo. Obligatoriedad del cupo femenino en las listas de


candidatos de las elecciones nacionales. Revista Jurídica Argentina La Ley,
Buenos Aires, Argentina, Tomo 1993-E, 1993, pp. 1134-1138.

6. REY MARTÍNEZ, Fernando. La Discriminación Positiva de Mujeres (Comentario a


propósito de la Sentencia del Tribunal de Justicia de la Comunidad de 17 de
octubre de 1995, asunto Kalanke). Revista Española de Derecho
Constitucional, Madrid, España, Año 16, Nº 47, Mayo-Agosto 1996, pp. 309-332.

7. UNIÓN INTERPARLAMENTARIA, GRUPO ESPAÑOL. Las Mujeres y el Poder


Político. Encuesta realizada en los 150 parlamentos nacionales existentes al
31 de octubre de 1991. Madrid, España, Cortes Generales, 1992.

8. UNION INTERPARLAMENTAIRE. Moins de 12 pour cent de femmes parlementaires


dans le monde et moins de 11 pour cent de femmes à la tête d’ un parti politique.
Communiqué de presse de l’ Union interparlementaire, Washington, Genève,
New Delhi, N° 62, 13 février 1997, 7 p.
(Documento proveniente del Web de la Unión Interparlamentaria en INTERNET).

******

Biblioteca del Congreso Nacional – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones


BIBLIOTECA DEL CONGRESO NACIONAL
DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS, EXTENSIÓN Y PUBLICACIONES

DISCRIMINACIÓN POSITIVA HACIA LA MUJER: CUOTAS ELECTORALES EN

LA LEGISLACIÓN COMPARADA.

DEPESEX/BCN/SERIE ESTUDIOS
AÑO VII, N° 150

SANTIAGO DE CHILE
ABRIL DE 1997
TABLA DE CONTENIDOS

INTRODUCCIÓN................................................................................................................................................ 1

1.- CUOTAS ELECTORALES ........................................................................................................................... 2

2.- COMUNIDAD EUROPEA Y DISCRIMINACIÓN POSITIVA ................................................................ 3

3.- CUOTAS ESTABLECIDAS EN LEGISLACIONES NACIONALES....................................................... 7


3.1.- ARGENTINA.............................................................................................................................................8
3.2.- BÉLGICA.................................................................................................................................................10
3.3.- SUECIA ...................................................................................................................................................11
4.- DISCRIMINACIÓN POSITIVA Y PARTIDOS POLÍTICOS................................................................. 11
ALEMANIA.........................................................................................................................................................11
ESTADOS UNIDOS ..............................................................................................................................................12
SUECIA ..............................................................................................................................................................13
ESPAÑA .............................................................................................................................................................13
VENEZUELA.......................................................................................................................................................14
FINLANDIA ........................................................................................................................................................14
FRANCIA ............................................................................................................................................................14
GRAN BRETAÑA ................................................................................................................................................14
ITALIA ...............................................................................................................................................................14
5.- INFLUENCIA DEL SISTEMA ELECTORAL SOBRE LA REPRESENTACIÓN FEMENINA EN EL
PARLAMENTO ................................................................................................................................................. 15

6.- CONCLUSIONES......................................................................................................................................... 16

BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA......................................................................................................................... 20

BIBLIOTECA DEL CONGRESO NACIONAL - DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS, EXTENSIÓN Y PUBLICACIONES


ERROR: syntaxerror
OFFENDING COMMAND: --nostringval--

STACK:
/Title
()
/Subject
(D:20050609095121)
/ModDate
()
/Keywords
(PDFCreator Version 0.8.0)
/Creator
(D:20050609095121)
/CreationDate
(mchacon)
/Author
-mark-

You might also like