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Nación, palabra incómoda en

España
Gabriela Torres

BBC Mundo

La constitución española sólo concede el término "nación"


a España en su conjunto.

En España hay una palabra que a veces causa miedo, otras


deseo y, en definitiva, mucha polémica: Nación.

Ahora, el Tribunal Constitucional de ese país ha vuelto a


abrir una herida nunca cicatrizada, con la verificación de
la constitucionalidad del Estatuto de Cataluña, aprobado
en referendo hace tres años y sobre el que pesa un recurso
en contra.

Si en comunidades autónomas como el País Vasco, Cataluña y


Galicia el término nación reafirmaría el sentimiento de
pertenecer a un colectivo con un origen, idioma y
tradiciones comunes, quizás en Madrid o en el sur del país
la palabra está ligada a Estado y soberanía.

Son en estas diferencias donde la sangre de todos los


españoles puede llegar a hervir. Y sobre estas diferencias
semánticas e ideológicas el Tribunal Constitucional de
España deberá emitir una sentencia.

Los principales puntos de fricción de este marco legal son


la definición de Cataluña como nación, en la que se
reconoce a su bandera, himno y fiestas como símbolos
nacionales; el derecho y deber de conocer la lengua
catalana; así como la articulación del poder judicial
catalán y la relación entre esta comunidad autónoma y el
Estado español.
Sus detractores consideran que el Estatuto, que ya está en
práctica, contradice los dictámenes de la constitución
española, que si bien reconoce las diferentes
nacionalidades o regiones que componen el país, le
atribuye el término de nación sólo a España en su
conjunto.

Quienes están a favor sostienen que aceptar el documento


catalán es aceptar la "madurez democrática de una España
plural", tal y como firmaron el jueves pasado una docena
de periódicos catalanes con la publicación de un mismo
editorial.

Nación sin Estado, Estados sin nación


El debate, que ha llevado al Tribunal Constitucional a
retrasar por tres años su sentencia, debería ser
exclusivamente jurídico. Sin embargo, en un país donde en
sus tres décadas de democracia no se ha podido tener un
diálogo oficial sobre la identidad española, la sentencia
de la corte también tiene tintes políticos e ideológicos.

En el mundo hay estados-nación, pero también hay naciones


que no son estado. Hay naciones que están repartidas entre
varios estados y hay estados que contienen diversas
naciones. En nuestra Constitución a quien se le otorga el
título de nación es a la española

Teresa Freixes

"El concepto de nación no es un concepto jurídico, es


sociológico", le explica a BBC Mundo Teresa Freixes,
catedrática en Derecho Constitucional de la Universidad
Autónoma de Barcelona.

"En el mundo hay Estados-nación, pero también hay naciones


que no son Estado. Hay naciones que están repartidas entre
varios estados y hay estados que contienen diversas
naciones. En nuestra Constitución a quien se le otorga el
título de nación es a la española", agrega.

No obstante, para el catedrático en Ciencias Políticas de


la Universidad de Barcelona, José María Reniu, nación y
nacionalidad (que es lo que la Constitución de ese país
concede a las autonomías), son la misma cosa.

"Nacionalidad es un atributo de alguien que forma parte de


una nación", le aclara a BBC Mundo.
Para el historiador Juan José Álvarez Junco, este debate
se está reabriendo constantemente y es "poco menos que
inacabable". "Digamos que hay identidades que se solapan.
Se puede ser escocés y a la vez británico y el caso
español no es muy distinto. Si la manera de entender el
ser español no fuera demasiado monolítica, ni demasiado
exclusivista, podría aceptarse que Cataluña es una
nación".

Atribuciones de Estado
El problema en el caso del Estatuto catalán no es sólo la
utilización del término nación en el preámbulo del
documento. Para Freixes, el trasfondo de la cuestión está
en que distintos artículos están redactados como si se
tratara de un Estado.

El telón de fondo es el mantenimiento de un modelo de


organización territorial negociado durante el proceso de
transición (de la democracia) que no se cerró y que ahora
se intenta cerrar mediante un instrumento jurídico

José María Reniu

"A veces plantean las características funcionales de


Cataluña como si no fuera una comunidad autónoma inserta
en el Estado español, que es lo que jurídicamente es, sino
como una... ya no digo nación, sino Estado".

Freixes explica que en algunos puntos del Estatuto se


plantea lo que según la analista se podría llamar la
"bilateralidad. Es decir se concibe a Cataluña como una
entidad que decide "para ella sola, para ella con el
Estado o ella con Europa".

La constitucionalista recuerda que en esta comunidad


española hay defensores de un Estado independiente, y "eso
se reflejó en la redacción de algunos artículos del
Estatuto".

"En Cataluña hay una visión muy reduccionista que no


plantea esa inserción más allá de lo que serían los
límites territoriales catalanes", continúa Freixes.

Esta visión la comparte José María Reniu, quien considera


que el debate que domina la opinión pública española en
este momento es la organización territorial del Estado. "Y
una de las posturas es entender que las comunidades
autónomas no pueden avanzar el nivel de autogobierno
dentro del marco constitucional (actual)".

"El telón de fondo es el mantenimiento de un modelo de


organización territorial negociado durante el proceso de
transición (de la democracia) que no se cerró y que ahora
se intenta cerrar mediante un instrumento jurídico",
agregó el experto en ciencias políticas.

Punto de inflexión
Quizás estos detalles interpretativos es lo que haya
llevado al Tribunal Constitucional a tomarse con calma la
sentencia del recurso. Quizás porque sabe que su decisión
podría significar un punto de inflexión en España.

Si la sentencia declara el Estatuto como inconstitucional,


pues se va a presentar un problema político poco menos que
insoluble, porque ese estatuto ha sido aprobado por el
Parlamento catalán, el Parlamento español y por la
sociedad catalana en un referéndum

Juan José Álvarez Junco

Este debate sobre nación, nacionalidad, símbolos


nacionales puede, según el historiador Álvarez Junco,
ayudar o perjudicar. Todo depende del dictamen que la
corte está a punto de emitir.

"Si la sentencia convalida el Estatuto de Cataluña, yo


creo que puede ayudar. Si la sentencia declara el Estatuto
como inconstitucional, pues se va a presentar un problema
político poco menos que insoluble, porque ese estatuto ha
sido aprobado por el Parlamento catalán, el Parlamento
español y por la sociedad catalana en un referéndum",
agrega.

El catedrático Reniu no quiere ni pensar que el


Constitucional anule la totalidad del documento porque
"estaríamos en una situación de crisis política de primer
orden".

No obstante, hay quienes no son tan pesimistas. La


constitucionalista Freixes opina que no pasará
absolutamente nada, porque el debate del Tribunal
Constitucional forma parte de un trámite "un poco largo,
pero normal" de control de los estatutos de autonomía.
El inconveniente se encuentra en que el estatuto ya está
en vigor y produciendo efectos, por lo que habría que
revisar a fondo la extensión de la repercusión de una
posible sentencia en contra del marco legal.

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