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LA HISTORIA DEL COMIC EN ARGENTINA Página 1 de 6

El siguiente trabajo fue realizado por Néstor Giunta, y se encuentra debidamente


registrado en la Dirección Nacional de Derecho de Autor.
Nota del autor: para efectuar el mismo tomé como base un texto original del profesor Oscar De Majo, quien
autorizó las modificaciones y agregados efectuados aquí sobre un artículo aparecido originalmente en el n°
29 de la revista "Signos Universitarios", de la Universidad del Salvador, en Enero de 1996.

1860 1921 1951 1961 1971 1981 1991 2001


a 1920 a 1950 a 1960 a 1970 a 1980 a 1990 a 2000 a 2007

PRIMERA PARTE:

Desde mediados del siglo XIX hasta el año 1920

Los primeros relatos gráficos publicados en la Argentina aparecen en los periódicos de sátira
política, a mediados del siglo XIX. Estos periódicos basaban su éxito en la publicación de
caricaturas litográficas que, en general, eran observaciones costumbristas. En 1863 aparecería la
revista "El Mosquito", considerada como la primera revista con humor político nacional. En "El
Mosquito", que se publicaría hasta el año 1893, serían populares los dibujos de Henri Stein y las
caricaturas de Meyer. Por otro lado, en 1884 llegaría la revista "Don Quijote", que duraría hasta
el año 1905.
Los primeros antecedentes de la historieta propiamente
dicha, en la Argentina, aparecen en las revistas "Caras y
Caretas" (desde el año 1898) y "PBT" (desde el año 1904),
donde los artículos de costumbres y política aparecen con
alguna ilustración. Se inicia con las "Tiras comerciales" y
los dibujos de Mayol y José María Cao, publicados en los
primeros números de "Caras y Caretas", y más
precisamente con "La caza del zorro" de Acquarone (en
1901, en esa misma revista). Al comienzo, los globos se
alternaban con los habituales textos al pie, en general sin
tener incidencia en la acción. Tanto la revista "Caras y
Caretas" como "PBT" fueron creadas por Eustaquio
Pellicer. En "Caras y Caretas" colaborarían, entre otros,
Fray Mocho, Cao, Giménez, Zavattaro, Redondo,
Villalobos, Málaga Grenet, Valdivia, Mirko, Sirio,
Columba, Alonso, Huergo, Caballé, Sabat y Mayol. A su
vez, en 1904, Alberto Haynes edita la revista "El Hogar",
que luego sería origen de una poderosa editorial.
Mientras tanto, en la primera década del siglo XX se reproducen en la Argentina los primeros
comics norteamericanos, rebautizados en su mayoría con nombres locales. Es así que, en 1909,
aparecería el primer número de la revista de aventuras "Tit-Bits", de la editorial Láinez, y
dirigida por Rodolfo de Puga.

La primera historieta "secuencial" y con personajes fijos que perdura (o sea, una
verdadera historieta) fue "Viruta y Chicharrón", de Manuel Redondo (con la
colaboración de Juan Sanuy), del año 1912, que aparecía en "Caras y Caretas". En
realidad, y contra lo que muchos creen, "Viruta y Chicharrón" no fueron los
primeros personajes de la historieta argentina, ya que eran la versión vernácula de
“SpareRibs and Gravy”, dos personajes de Geo Mac Manus. Los diálogos de la
misma se desarrollaban únicamente por globos, y tenía más peso el juego
linguístico que el gráfico (click en la imagen de la izquierda para ver una pequeña

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tira).
Es en el año 1913 cuando aparece, también en "Caras y Caretas", y de Manuel
Redondo, el primer personaje de la historieta argentina, "Goyo
Sarrasqueta" (derecha), quien enfrentaba situaciones de las noticias de
actualidad, y se publicó ininterrumpidamente durante más de quince años en
forma semanal. En este caso, no se utilizaban “globos”.
En 1916 llega, en la revista PBT, "Aventuras de un matrimonio aún sin
bautizar", de Oscar Soldati, luego bautizada con los nombres de "Don
Tallarín y Doña Tortuga". Es así que las historietas aparecen en revistas
específicas, y representantes del humor, gráfico y escrito (que en otros lugares
comenzarán a existir mucho después).
En 1916, en la revista "El Hogar", comienza "Las aventuras del negro
Raúl" (izquierda), una tira diaria de Arturo Lanteri basada en un personaje real
de la fauna porteña. En 1917, los dibujantes Zavalla (con el seudónimo
"Pelele") y Columba (que había dibujado antes para la revista "La vida
moderna") realizarían caricaturas en unas pantallas luminosas en varias
esquinas de Buenos Aires. En 1919 llega la primera revista específicamente
infantil, "Billiken", fundada por Constancio C. Vigil, la cual alcanzaría
distribución en toda hispanoamérica. Al fin de la década, aparecen varias
revistas que contienen historietas nacionales y extranjeras.
En 1917, en la Revista "Popular", aparece "Las diabluras de Tijereta", de Lanteri
(derecha).
La historieta pasa a la prensa diaria recién en 1920, cuando el diario La Nación
empieza a publicar tiras, con gran enojo de muchos de sus lectores, que pensaban
que con estas "frivolidades" se desmerecía la "seriedad" de la publicación. Y a partir
de la publicación de la tira "Bringin'Up Father" de MacManus en el diario "La
Nación" (en 1920) proliferan las series de ambientación familiar, a medida que en el
país se afianza una masiva clase media.

SEGUNDA PARTE:
Desde 1921 hasta el final de la década del '40
En la década del 20 prácticamente no hay revista de actualidad que no publique entre
sus páginas alguna serie de historietas. En el año 1922, Arturo Lanteri sería el
creador, en la revista "El Hogar", de "Las aventuras de don Pancho Talero" (primer
dibujo de la derecha), que duraría 22 años y sería objeto de dos exitosos films. En el
año 1924, en "La Novela Semanal", apareció "La familia de don Sofanor" (segundo
dibujo de la derecha), de Arístides Rechain, con el esquema de la familia que aspira a
pertenecer a una clase social alta.
El 29 de julio de 1925 se produciría el debut de Dante Quinterno como dibujante, en "El
Suplemento", con la tira "Panitruco", una historieta con personajes de la noche porteña
(con guiones de Leroy). En 1926 Quinterno crearía su primer personaje propio, con la
tira “Andanzas y desventuras de Manolo Quaranta” (izquierda), para la revista “La
Novela Semanal”, y posteriormente llegaría su primer gran éxito, "Don Fermín" (que
más tarde pasaría a llamarse "Don Fierro"), en la revista “Mundo Argentino”.
Antes, en 1923, en "La Novela Semanal", Rechain publicaría la historieta llamada
"Página del Dólar" (por estar auspiciada por los cigarrillos "Dólar"), una tira
protagonizada por un matrimonio de color. En 1924 llegaría, en la revista "Mundo
Argentino", "Aventuras de Firulete y Retacón", de González Fossat. En 1927
aparece "Pantaleón Carmona" (derecha), de Messa, publicada por "Femenil", y un
año después "Las hijas de Pastasciuta", de Oscar Soldati, otra serie familiar que, en
este perído, tenía una fuerte influencia de las comedias teatrales de entonces.
Entre revistas dedicadas al cultivo de la historieta aparecidas en la década del '20,
hay que citar a "Las Páginas de Columba", fundada en 1922 por el dibujante y
caricaturista Ramón Columba, la cual sería semillero de muchos dibujantes. En la

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misma se publicaría, por ejemplo, "Jimmy y su pupilo" (izquierda), de González


Fossat, anunciada como la primera historieta deportiva. La tira trataba sobre las
desventuras de "El Ternero Mamón de las Pampas", que llegó al boxeo de
casualidad, y Jimmy, su manager y entrenador. Este intentaba que su pupilo se
tomara en serio la actividad con la intención de acumular dinero a costa de su
boxeador, que lo único que obtenía era una derrota tras otra.
En 1925 aparecería "Cebollita y Azucena", de González Fossat, y, en 1929
"Nenucho" (derecha), del mismo autor (en "Mundo Argentino"), que sería una de
las primeras series protagonizada por un niño. En 1928, surge la primera revista
exclusivamente integrada por historietas, "El Tony", de Editorial Columba, lo que
la ubica antes que la primera editada en Estados Unidos, donde el comic se
desarrolló originalmente en los diarios. La revista "El Tony" se editó
ininterrumpidamente durante más de 70 años.
Es válido destacar que, a pesar de que el diario "La Nación" es el diario
pionero en la Argentina en cuanto a la publicación de historietas, el más
importante para el género es el diario "Crítica", que desde mediados de la
década del ‘20 y a lo largo de la del ‘30 albergará lo mejor de la producción
nacional y extranjera. La importancia del "comic" en Crítica se debió al
interés de su director, Natalio Botana, por la historieta. Incluso, Crítica
tendría, desde 1931, un suplemento de historietas a color. Y es precisamente
en Crítica donde aparece, en la tira de Dante Quinterno "Aventuras de Don
Gil Contento" (antes llamada "Un porteño optimista"), en octubre de 1928,
un personaje secundario que más tarde se transformaría en uno de los más
famosos y queridos de nuestra historieta: "El indio Patoruzú" (izquierda),
que tendrá su propia tira en el diario La Razón, en 1931.
Justamente en el diario Crítica se publicaría, en 1929, la primera historieta argentina seria, "El
Tigre de los Llanos", a cargo de Raúl Ramauge, la cual narraba la vida de Facundo Quiroga sin
utilizar globos y recurriendo a extensos textos explicativos.
Siguiendo con los personajes de estos años, hay que mencionar "Las desventuras
de Maneco" (derecha), de Linage, prototipo de un personaje muy difundido en la
época: el del chanta porteño, simulador y tramposo, y que popularizaría la frase
"sonaste Maneco", el cual se publicaría en "Caras y Caretas". Linage crearía
también la historieta "Anacleto y Papamovski" (en "Mundo Argentino"), y, poco
después, la tira "La señorita Pilar delira por manejar". Además, durante las décadas
del '30 y del '40, en la colección "Critica cómicas", se publicaría diverso material
extranjero y argentino.
Por estos años debuta con sus personajes, en los periódicos, Lino Palacio, que crea a
"Ramona" (izquierda), en 1930, para "La Opinión". En 1931, en el diario "El Mundo",
aparecería "Quique, el niño pirata", de Cazenauve. En 1933 llegaría "Calixto
Campolargo", de González Fossat (en "La Novela Semanal"), y "Tío Migajas y
Lucerito", de M. Velaz Palacios y Bensadón (en la revista "Para Tí"). En 1934 "Cholo
y Cacho", de Vidal Dávila, para "Barrilete". Desde 1935 se publicaría la tira
"Tancredo", de Fantasio, primero en "La Razón y luego en "El Mundo". Ese mismo año
Daloisio publicaría a "Kid Tortazo", "Bimbo" y "Don Juan Porteño", en la revista
Aconcagua.
Entre la abundancia de personajes aparecidos por esos años, hay que mencionar
también a "Rulito, el gato Atorrante" (derecha, de Raúl Roux), "El profesor
Papafrita" (de Arzubi Borda), "Don Casifrundo" (de Kantor), "Tarantelli y
Peteneras" (de Bello, en "Mundo Argentino"), "Don Pitazo" (de Ferro, en "La
Cancha"), "Los Ramachuza" (de Rodríguez, en "Estampa"), "Don Chispita" (de
Alessio, en la revista "Ahora"), Pepe Boleto (de Ferro, en "Pilucho"),
"Tachuela" (de Jean Josse, en "Mundo Argentino") y "Don Chispita" (de
Alessio, en "Ahora").
En cuanto a los diarios, en "La Razón", luego de la publicación de "Julián de
Montepío" (y su valet, Cocoa), de Quinterno, se publicarían personajes como

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"Payuca, cabo conscripto" (de Araceli), "Betún" (de Daloisio), "Don


Gumersindo" (de Fola), y el popular buzo "Chapaleo" (izquierda), de Eduardo
Ferro. En 1936, aparecería "Rayito y Clavelina", de Ada Lind (seudónimo de
Laura Quinterno), en el diario bonaerense "El Mundo". Posteriormente, en el diario
"El Pampero", habría historietas como "Carocito" (de Seguí), "Virola" (de
González Fossat), "Ñangapirí" (de Ferro) y "Bien Porteño" (de Lubrano).
La revista "La Cancha" publicaría a "Tito el Lungo" (de Ianiro), "Cine Argentino"
a "Raco el extra" (de Columba), "El Hogar" a "Nisistrato" (de Borraro) y
"Barrilete" a "Chupete" de Vidal. También la historieta fue utilizada como medio
de promoción en publicidad gráfica, tal el caso de "Rendija" (derecha, de "Neos"),
para tres marcas de cigarrillos, y protagonizada por un gaucho criollo, y, más
adelante, "Andanzas del gaucho Relamido" (de Burone Bruché) para una marca
de jabón.
Las revistas específicas de historietas, se multiplican y alcanzan grandes tiradas. En
el año 1936, aparece la "Revista Patoruzú", de Dante Quinterno, lugar donde se
publicaría "Hernán, El Corsario" (izquierda), de Salinas, donde incorporó recursos
propios de la más moderna cinematografía. También llegarían, con el tiempo,
diversos personajes de Eduardo Ferro, como ser "Tara Service" (un técnico
electrónico medio idiota), "Bólido" (el cadete), "Cabeza Fresca", "Pandora", etc. A
fines de los años '30 aparecería la revista "Pif Paf" (de Editorial Tor), y, brevemente,
la revista "El buen humor" (de Marengo).
En 1937, en la revista porteña ¡Aquí está!, se presenta la serie humorística
"Conventillo", creada por un joven dibujante, Héctor Torino. La serie, con distintos
nombres, fue continuada a lo largo de 40 años, y estaba ambientada en el universo
de los hospedajes colectivos donde se cruzaban los numerosos inmigrantes pobres
de distintos orígenes que llegaban a la Argentina; allí apareció por primera vez
"Don Nicola" (derecha), el popular dueño del conventillo. Ese mismo año, en la
revista "Pilucho", llegaría "Pochita" (en una tira cuya autora firmaba como Berta
M.C.). Y por esta época, en el diario "La Prensa", aparecería "Don Fulgencio", de
Lino Palacio.
En 1940 llega la revista "Cara Sucia", de Reilly (Billy Querosene), con varios
personajes de historieta como "El ñato Agrelo" (de Reilly y Mazzone), "Agapito el
León" (de Guratti), "El doctor Bubby" (de Reilly y Villafañe), "Pelopincho y
Cachirula" (de Fola), "La vaca Aurora" (de Mirco Repetto), "El mago Truco y su
ayudante Retruco" (de Daloisio), "Nemesio" (de Bourse Herrera), "Cucharita" (de
Villafañe), "El gallito Sofanor" (de Blay), "Tío Pedro" (de Valencia), "Ñandusa" (de
Marino), "Don Cleptómano" (a la izquierda, de Mirco Repetto), etc. Por su parte, la
tira "Mi sobrino Capicúa (de Mazzone) se publicaría por un tiempo en esta revista para
retornar luego a la "Revista Patoruzú".
La revista "Leoplán" tendría personajes como "Don Mateo" (de Olivas), "Goyo y
Panchita" (de Fantasio), "Tío Juan" (de Valencia), "Esculapio Sandoval" (de Torino) y
"El vasco Anchoa" (de González Fossat). Otros personajes de esta época, pero en otros
medios, fueron "Cirilo el audaz", de Rapela (basada en la mítica figura del gaucho de
las pampas), "Mariquita Terremoto" (derecha), de Breccia, "Don Mamerto
detective" (de Torino) y "Piantadino", de Mazzone. En 1940, en el diario "El Mundo",
se publicaría "Tric y Trake" (de Daloisio), una típica historieta del género "dúo alocado
de amigos".
Sucesivamente llegarían nuevos personajes de Dante Quinterno, como ser
"Isidoro Cañones" (en el año 1935 lo haría, en el diario "El Mundo", como un
personaje secundario, y luego, en 1940, ya con su propia tira, en la "Revista
Patoruzú"), el caballo "Pampero" (en 1936), "la Chacha" (a la izquierda,
también en 1936), "Upa" (en 1937), "Ñancul" (en 1937), y el tío de Isidoro, el
"Coronel Urbano Cañones" (en 1939). Todos estos personajes aparecieron en
el diario "El Mundo". Vale señalar que recién mucho después (ya en el año
1959, y en la revista Patoruzú) llegaría "Patora" (la hermana del cacique).

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Desde 1941 hasta 1947 apareció la revista de humor político “Cascabel”, dirigida por Jorge
Piacentini, y donde colaborarían, entre otros, Carlos Warnes (creador del célebre personaje
"César Bruto", en 1942), Emilio Villalba Welsh, Conrado Nalé Roxlo (Charnico), Oski,
Landrú, Lino Palacio (Flax), Abel Ianiro (quien, por otro lado, crearía en la revista Leoplán a
"Tóxico y Biberón"), etc.
A principios de los años 40', Guillermo Divito crearía a dos de sus grandes
personajes: "El Doctor Merengue" (imagen de la derecha), protagonista de
la tira "El otro yo del Doctor Merengue", en la revista "El Hogar", y a
"Bómbolo", en el diario "La Prensa". Ya en 1944, exactamente el 16 de
Noviembre, el propio Divito, junto a un grupo de soñadores como él,
fundaría la revista "Rico Tipo", la cual marcharía a la vanguardia del humor
escrito y dibujado por muchos años (llegó a vender 350000 ejemplares), y
que incluso marcaría el ritmo de la moda a través de la vestimenta de varios
de los personajes.
Entre otros personajes del propio Divito que aparecían en la revista estaban
"Pochita Morfoni" (una gordita glotona) , "Fúlmine" (que era un prototipo del
"yetattore"), "Fallutelli" (quien era un oficinista odiado por todos), "El
Abuelo" (que era un viejito seductor), y, por supuesto, "Las chicas" (a la
izquierda), que eran sexies, con cuerpos esculturales (cintura de avispa, piernas
larguísimas, busto interesante) y polleras muy cortas, y que pensaban y se
movían como muchachas emancipadas (incluso se alimentaron de la moda y a
la vez la impusieron).
Por la revista "Rico Tipo" pasaron grandes dibujantes y humoristas, y colaboraron
innovadores como "César Bruto", Ianiro (y su personaje "Purapinta", caricatura
de un guapo porteño no muy valiente, a quien vemos a la derecha), Fantasio, Oski
(creador de otro personaje: el avaro "Amarroto"), Calé, Landrú, Mazzone (con
"Fiaquini", el que nunca trabajaba), Seguí, Bavio, etc. Fueron jefes de redacción,
sucesivamente, Eduardo Almira y José Benavidez.
Desde 1941, y a lo largo de 33 años, Luis Medrano publicaría, diariamente en el diario "La
Nación", sus populares "Grafodramas", unos dibujos que, junto a escasas palabras, serían un
registro de la vida cotidiana de los argentinos a lo largo de décadas (click aquí para ver un
ejemplo).
En el año 1945 se suma a las publicaciones ya existentes la "Revista Patoruzito", de
Dante Quinterno, donde aparecería "Langostino" (a la izquierda, de Eduardo Ferro), un
poético y popular marino, inspirado en Vito Dumas "el navegante solitario", que se
publicó durante varias décadas, y el propio "Patoruzito", de Quinterno.
También estaban (en la Revista Patoruzito), "Cisco Kid", de Salinas, quien dibujó a
este cowboy de aire latino para el King Features Syndicate durante más de veinte
años, sobre guiones que le eran enviados desde los Estados Unidos; "Rinkel, el
ballenero" (imagen de la derecha), de Tulio Lovato, que era una serie de
ambientación marina; "Lanza Seca", de Roux, quien realizó esta serie sobre la
conquista del desierto y la guerra a los aborígenes, y varios personajes más.
Y sería en la mencionada "Revista Patoruzito" donde el futuro maestro Alberto
Breccia realizaría audaces cambios de plano en el dibujo; allí, con textos de
Wadel, comienza a dibujar la tira "Vito Nervio" (izquierda); Breccia heredó esta
serie, inicialmente dibujada por Cortinas, en 1947, y la dibujó durante diez años,
dotando al detective protagonista de un carácter rudo. Antes, en 1938, en la
revista "El Gorrión", Breccia realizaría "El Vengador", la primera tira de
superhéroes realizada en Argentina, y, en 1944, "Puño Blanco" para el diario
"La Razón" y "Gentleman Jim" para la revista "Bicho Feo".
En 1941, en la revista "Aquí está", se publicaría "Don Piluso", de
Daloisio.
Por otra parte, Patoruzú es partícipe de dos hechos fundamentales en
los años '40, ya que el 25 de agosto de 1941, produce un hecho inédito
al ser publicado por un diario de Estados Unidos, el PM de New York

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(a la derecha), siendo la primera vez para una historieta argentina; por


otra parte, al año siguiente protagoniza el primer dibujo animado
argentino, "Upa en apuros" (que se estrena en noviembre de 1942).

En la década del ‘40 comienza la que podría denominarse la "Época de Oro" de la historieta
nacional. El inicio lo marca la aparición y consolidación de la historieta "seria" y "adulta", que
le valdrá el mote de "literatura dibujada". Esto se apoya en la fundación, en 1945, de la revista
"Intervalo", también de Editorial Columba, la cual viene a llenar un bache, ya que se completa
el espectro, que se da con "Billiken", para los chicos, "Patoruzito", para los jóvenes, e
"Intervalo", para los adultos. Aunque el valor de Intervalo es innegable, y en ella comenzaron a
publicar sus primeras obras muchos de nuestros grandes dibujantes, la estética "quietista" de la
revista le otorga una calidad artística cuestionable. Para ganar su prestigio de "adulta" la
historieta que se publicaba en Intervalo se apoyaba casi siempre en modelos literarios, con
ausencia por completo de guión, el cual se limitaba a reproducir textualmente o a resumir el
texto original adornado con ilustraciones: un palabrerío que repetía casi siempre lo que las
pocas imágenes ya mostraban, dejando incluso de lado el tan característico "globo" de los
comics para utilizar sólo el epígrafe (reproducción del texto al pie de la ilustración) o largas
tiradas de viñetas ocupadas sólo con palabras, sin dibujos. Aunque hoy parezcan aburridas,
estas historietas que se apoyaban en la literatura tradicional y prestigiosa tenían un éxito tal que
en 1951 "Intérvalo" saca un suplemento semanal, "Intervalo Extra", dedicado exclusivamente a
adaptaciones de la literatura universal.
En 1942, en el diario "La Razón", llegarían "Archibaldo" (de
Taggino) y "Villa Mosquete" (de Guerrero). En 1943, en la revista
"Billiken", aparecieron, con un humor a veces absurdo, a veces
ingenioso y a veces ingenuo, "Ocalito y Tumbita" (a izquierda y
derecha respectivamente), de Vidal Dávila (click aquí para ver la
primera tira). Siguiendo con el recorrido de personajes, podemos
mencionar a "Tucho, de canillita a campeón" (de Carlos Freixas), un
repartidor de periódicos que llega a campeón de boxeo y tiene
peligrosas aventuras por todo el mundo que se integran con sus
encuentros boxísticos, y que aparecía en la revista Patoruzito.
El día 4 de Noviembre de 1948 surgió brevemente la revista "Medio Litro", dirigida
por León Benarós, con un humor costumbrista, y diversas notas, comentarios e
historietas, entre las cuales estaban “Pobres gatos” (de Landrú), el bañero chanta
“Salvador” (derecha, de Vic. Martin), “Son cosas que pasan” (de Fantasio), “Don
Solazo” (de Benarós y Jorge Elena), “El Poderoso Infra-Man” (de Benarós y
Alberto del Castillo), el estudiante chicato “Cuatroqui” (de Demarchi),
“Jovencitas” (de Hilda Temy), el ñandú “Charabón” (de Gordon), el hipnotizador
“Vista Brava” (de Daloisio), la sirenita “Amapola” (de Jorge Elena), etc.
A fines de la década del '40 se instala en Argentina la editorial Abril, que edita la revista
"Salgari". Allí aparece un nuevo personaje, "Misterix" (izquierda), que derivaría en su
propia publicación. Así, a través de revistas como "Misterix" y "Rayo Rojo", se
promoverá la difusión de la historieta nacional y significará lo que en su momento fueron
"Caras y Caretas" o las publicaciones de Columba o Quinterno.
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